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Gerokomos

Print version ISSN 1134-928X

Gerokomos vol.25 n.1 Barcelona Mar. 2014

https://dx.doi.org/10.4321/S1134-928X2014000100013 

HELCOS

INFORME BIBLIOGRÁFICO

 

Guía de práctica clínica para el cuidado de personas con úlceras por presión o con riesgo de padecerlas. Generalitat Valenciana, 2013

Clinical practice guideline for the care of people with pressure ulcers or at risk of suffering. Generalitat Valenciana, 2013

 

 

Eva Tizón Bouza1 y Miriam Paula Marcos Espino2

1Enfermera. Graduada en Enfermería. Máster Universitario en Deterioro de la Integridad Cutánea, úlceras y Heridas. Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol. A Coruña (SERGAS).
2Enfermera. Máster Universitario en Deterioro de la Integridad Cutánea, úlceras y Heridas. Servicio Canario de Salud. Las Palmas de Gran Canaria.

Dirección para correspondencia

 

 

Las guías de práctica clínica (GPC) son un instrumento que ayuda a garantizar el uso de buenas prácticas en el ámbito asistencial y a la toma adecuada de decisiones, con el objetivo de ofrecer a los pacientes una atención de máxima calidad.

A principios de 2013 se publicó la última GPC relacionada con el deterioro de la integridad cutánea y, más concretamente, con la prevención y tratamiento de las úlceras por presión (UPP) en España. Se trata de la Guía de práctica clínica para el cuidado de personas con úlceras por presión o con riesgo de padecerlas (1), una revisión actualizada de la GPC publicada en 2008 por la misma entidad (2).

Está editada por la Conselleria de Sanitat de la Generalitat Valenciana y evaluada por su Comisión de Valoración de Documentos de Actuación Clínica, junto con la Asociación Nacional de Enfermería Dermatológica y de Investigación del Deterioro de la Integridad cutánea (ANEDIDIC) y el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en úlcera por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP). Este último la acredita como documento muy recomendado (tipo "C" Nivel I).

El documento, de 271 páginas, cuenta con secciones entre las que destacan las relacionadas directamente con la prevención y cuidados de las UPP, otra dedicada a estas heridas en niños, así como 28 anexos.

El primer capítulo nos ofrece una introducción sobre las novedades incorporadas en la guía respeto a 2009, como son la consideración de las necesidades sentidas de la población afectada, abordar los principales aspectos éticos en la atención a las personas con UPP o con riesgo de padecerla y, por último, la creación de un capítulo dedicado a la prevención y el tratamiento de las UPP en la población infantil. Realiza un recordatorio sobre qué son las UPP, los factores tanto intrínsecos como extrínsecos que van a predisponer al individuo a que las desarrolle, su clasificación y algunos datos epidemiológicos. Por otro lado, explica la metodología llevada a cabo para la realización de la guía y los objetivos que se pretende conseguir con ella; indica las diferentes bases de datos en las que se realizaron las búsquedas, así como los criterios de inclusión y exclusión utilizados, evaluándose el grado de evidencia mediante el sistema de clasificación Grading of Recommentations Assessment, Development and Evaluation Working Group (GRADE).

El segundo capítulo trata de la prevención. Lo primero que debemos hacer es conocer el riesgo de aparición de una UPP, indicando que para ello debemos hacer uso de las escalas para valorar el riesgo de UPP, como la escala de Norton, la Braden o la EMINA, que tiene un grado alto de evidencia. Nos explica los cuidados específicos que deben seguirse en prevención, entre los que cabe destacar: valoración y cuidado de la piel, valoración y cuidados nutricionales, la importancia del control de la humedad, el manejo efectivo de la presión, la actividad física, los cambios posturales, la importancia de la movilidad articular en las personas encamadas, y las complicaciones de la inmovilidad o la inactividad. Además, trata la importancia de la protección local para el alivio de la presión, teniendo en cuenta la presión que pueden ejercer algunos dispositivos diagnósticos o terapéuticos. Se establecen unos criterios de asignación de las superficies especiales para el manejo de la presión (SEMP), diferenciándolas según el riesgo de UPP, así como la importancia de su uso en pacientes con riesgo.

El capítulo 3 se centra en el tratamiento de las UPP. Pone de manifiesto que tanto el cuidado como el tratamiento deben ser dinámicos e interdisciplinares, y la importancia de que esté implicado no sólo el personal sanitario, sino también el propio paciente y sus familiares. En este capítulo se explica la importancia de realizar una valoración integral de la persona, ya que nos mostrará una información muy importante a la hora de conocer qué tratamiento llevar a cabo, qué es lo que debe enseñar para el cuidado de cada UPP y qué medidas higiénico-dietéticas debe llevar a cabo el paciente para que su evolución sea favorable. Por otro lado, recuerda la importancia de valorar el entorno de cuidados, importante en el autocuidado de la persona con UPP o con riesgo de padecerla, las actitudes, conocimientos y habilidades del entorno cuidador, así como los recursos de la persona y la familia, junto con la importancia de la valoración tanto del estado de la piel como de la categoría de las UPP, que se recomienda clasificarlas según el sistema de la National Pressure Advisory Panel/European Ulcer Advisory Panel (NPUAP/EPUAP).

Dentro de los cuidados de la lesión, se recomienda para su limpieza utilizar suero fisiológico, agua destilada o agua potable del grifo, así como usar la mínima fuerza mecánica para la limpieza y secar por empapamiento. La guía indica que la utilización prolongada de antiséptico para el lavado de las lesiones puede retrasar la cicatrización y crear sensibilidades; por ello, su uso se aconseja cuando exista evidencia de alta carga bacteriana.

Muy importante es la prevención y el abordaje de la infección, ya que las UPP con frecuencia están contaminadas por bacterias, aunque esto no quiere decir que la lesión esté infectada, pues si la limpieza y el desbridamiento son eficaces, imposibilita que la colonización bacteriana progrese a infección. De igual modo, es importante el control del exudado, ya que un exceso de humedad puede provocar una irritación química debido a los componentes del exudado y hacer más frágil la piel perilesional: en la guía se muestran recomendaciones generales sobre la piel perilesional.

Una vez que la úlcera está limpia, con tejido de granulación, se debe mantener el lecho húmedo, ya que es el ambiente ideal para promover la curación o cierre, así como destacar la estimulación de la cicatrización.

Por último, una reflexión sobre cómo el dolor que causan las UPP puede ser constante y fuerte, por lo que su manejo es un punto muy importante a tener en cuenta en la planificación de cuidados. Se debe valorar y abordar el dolor con medidas tanto farmacológicas como no farmacológicas.

Es en el cuarto capítulo de la guía donde encontramos una de las novedades citadas al principio, como son la prevención y el tratamiento de estas lesiones en niños y niñas. Al igual que en el adulto, debemos tener en cuenta los factores de riesgo, entre los que mayoritariamente destaca la población infantil y neonatal ingresada en unidades de críticos o de hospitalización, y aquellos que presentan déficit motor o problemas neurológicos. Las localizaciones son diferentes a las de los adultos. En niños menores de 3 años destacan la región occipital y las orejas, mientras que para los mayores de 3 años son la zona sacra y los talones las zonas de mayor incidencia. Para la valoración del riesgo, la guía nos recomienda, con un grado de evidencia moderado, la utilización de la escala de Braden Q. Los cuidados de la piel en esta población se aplican en función de la edad. Se destaca el control sobre el exceso de humedad, la nutrición, el manejo de la presión y los cambios posturales, ya que su alteración puede ser un factor que favorezca la aparición de una UPP. Como curiosidad, cabe citar que las recomendaciones, tanto de limpieza como de desbridamiento, manejo de la colonización bacteriana e infección, estimulación de la cicatrización, etc., presentan mayoritariamente un grado de evidencia bajo o muy bajo, lo que sugiere que se necesitan más estudios de investigación centrados en esta población tan vulnerable.

En el capítulo 5, titulado "Sistemas de información", se explica la importancia del registro de toda actividad, tanto preventiva como terapéutica, en la historia clínica de cada paciente, lugar donde quedan reflejados la valoración, el diagnóstico, la planificación de cuidados y la evaluación de éstos. Para facilitar que todos utilicemos con un mismo lenguaje, se emplean las taxonomías North American Nursing Diagnosis Association (NANDA) (3), Criterios de resultados de Enfermería (NOC) (4) y Clasificación de Intervenciones Enfermeras (NIC) (5).

A continuación, el capítulo 6 cita otras fuentes documentales, otras guías, manuales y protocolos consultados, así como páginas web de interés.

El capítulo 7 se compone de los anexos citados a lo largo de todo el documento, donde podremos encontrar las estrategias de búsqueda para cada base de datos consultada, la adaptación del instrumento Appraisal of Guidelines for Research and Evaluation (AGREE) para cada sección, la declaración de conflictos de interés, algoritmos sobre prevención de UPP, escalas de valoración, como pueden ser la de Braden, Norton y EMINA, la escala de medida de la lesión perineal, técnicas de cambios posturales en cama y en silla, o productos utilizados en el cuidado de las UPP, etc.

Por último, el capítulo 8 es un glosario de términos, utilizados tanto en la guía como en el día a día.

En definitiva, se trata de una revisión de la última GPC publicada en España en los últimos años, actualmente la única actualizada y con menos de 3 años de vigencia, donde se muestra de manera muy completa los diferentes aspectos que deben tenerse en cuenta en el cuidado y en la prevención de las úlceras por presión.

 

Bibliografía

1. Generalitat Valenciana; Conselleria de Sanitat. Guía de práctica clínica para el cuidado de personas con úlceras por presión o riesgo de padecerlas. Valencia: Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana, 2013.         [ Links ]

2. Generalitat Valenciana; Conselleria de Sanitat. Guía de Práctica Clínica de Enfermería: Prevención y Tratamiento de úlceras por Presión y otras Heridas Crónicas. Valencia: Conselleria de Salut. Generalitat Valenciana, 2008.         [ Links ]

3. North American Nursing Diagnosis Association. Diagnósticos Enfermeros: Definiciones y Clasificación 2012-2014. Madrid: Elsevier, 2012.         [ Links ]

4. Morrhead S, Johnson M, Mass M, Swanson E. Clasificación de resultados de enfermería (CRE). 4.a ed. Madrid: Mosby, 2009.         [ Links ]

5. McCloskey JC, Bulecheck GM. Clasificación de Intervenciones de Enfermería (CIE). 5.a ed. Madrid: Mosby, 2009.         [ Links ]

 

 

Dirección para correspondencia:
Miriam Paula Marcos Espino
Avda. César Manrique, 45
35018 Las Palmas de Gran Canaria
Tel.: 666 562 776
E-mail: paulitadue@gmail.com

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