INTRODUCCIÓN
Las heridas crónicas y, en concreto, las úlceras por presión (UPP), a priori evitables, constituyen un importante problema sanitario que afecta directamente a la población y a los sistemas de salud1, por su epidemiología, alto coste económico y posibles repercusiones legales2. La prevalencia de UPP en 2013 no ha disminuido como se demuestra en el 4.º Estudio Nacional de UPP frente a los estudios anteriores3,4,5 en 2001, 2005 y 2009, respectivamente.
Mejorar la calidad de los cuidados enfermeros y disminuir la variabilidad de la práctica clínica sobre heridas crónicas se convierte en un objetivo primordial que permitirá reducir la incidencia y prevalencia, y los costes que supone una práctica no adecuada.
Numerosos estudios identifican múltiples barreras para llevar a la práctica los hallazgos relativos a la prevención y tratamiento de UPP, entre las que destacan la actitud inmovilista de los profesionales de enfermería6,7,8, la falta de recursos8,9,10 y el deficiente apoyo institucional8,9,10, siendo evidente con la actual publicación del Real Decreto de “Prescripción Enfermera”11.
Quesada y Sánchez12 en 2008 detectaban que más del 75% de los profesionales de enfermería consideraba necesario recibir más formación en esta área, siendo el conocimiento general de las recomendaciones (de prevención y de tratamiento) deficitario. Y en 2006, Zamora Sánchez13 describía que el 25% de los profesionales de enfermería que encuestó no había recibido formación universitaria específica en UPP y un 70% consideraba que la formación que le fue impartida le resultó insuficiente.
Disminuir la variabilidad en los cuidados enfermeros es una responsabilidad no solo de los profesionales que tienen la obligación y el derecho de formarse, sino también de la administración sanitaria que debe facilitar y potenciar las actividades formativas para garantizar la competencia de los profesionales y una atención sanitaria de calidad14.
Dada las dificultades existentes en la actualidad para la formación en prevención y tratamiento de heridas crónicas y UPP a las enfermeras y su implantación en la práctica clínica, se pretende explorar si la vía de esta formación a través de las universidades españolas tendría menos barreras.
Por ello, este trabajo pretende describir la situación actual de la carga docente dedicada a las heridas crónicas en el grado de enfermería de las universidades nacionales.
OBJETIVOS
Conocer los créditos docentes dedicados a la formación de heridas crónicas en las universidades españolas a los futuros profesionales de enfermería.
MÉTODOS
Estudio descriptivo transversal. Se realiza una búsqueda en los planes de estudios de las facultades de ciencias de la salud nacionales, sobre los créditos ECTS (European Credits Transfer System) en el tema de atención a heridas crónicas y UPP.
Criterios de inclusión: todas facultades de ciencias de la salud en España con grado de enfermería de financiación pública y privada.
Criterios de exclusión: facultades de ciencias de la salud que no tienen su guía docente (GDO) accesible desde la página web.
Variables estudiadas: universidad pública/privada, comunidad autónoma, créditos docentes (ETCS) dedicados a la formación en heridas crónicas, asignatura y curso en el que se imparte esta formación.
Para la obtención de datos, se revisaron las páginas web de las 119 universidades españolas, públicas y privadas, con grado en enfermería (19 CC.AA. y las dos ciudades autónomas).
La revisión de las páginas web se realizó por pares, que de forma independiente repasaron cada asignatura y los apéndices de la misma.
Se revisaron las relaciones completas de módulos, materias y asignaturas, por medio del “Acceso a Guías Docentes” y al cuadro de distribución de materias de la página web oficial de cada facultad. De forma aleatoria se contactó con la Dirección del Departamento de Enfermería y desde allí se nos derivó al profesional responsable de la materia en estudio, con el fin de garantizar la fiabilidad de los datos explotados. No se encontró formación adicional a la reflejada en las GDO de la web.
Las autoras consensuaron los criterios de búsqueda del trabajo para evitar sesgos en la recogida de datos, para lo que se eligió que apareciese el concepto “herida crónica”, “úlceras por presión” o “curas crónicas”.
Con esta búsqueda, se ponderaron los ETCS de cada asignatura considerando su peso específico. Si no se concretaba el número de ETCS otorgados a la materia en estudio, se buscó la información realizando un contacto adicional con el departamento correspondiente y así garantizar la fiabilidad del cálculo.
Para variables cualitativas se utilizaron frecuencias y porcentajes, indicadores de tendencia central (media o mediana) y de dispersión (desviación estándar o percentiles). Las variables cuantitativas fueron exploradas con la prueba de conformidad de Kolmogorov-Smirnov (prueba de bondad de ajuste a una distribución normal).
Para el análisis de datos se utilizó el programa SPSS 21.
Limitaciones: el hecho de que 10 universidades no tengan la información accesible y que en casi el 50% restante no se hayan encontrado los ETCS en su GDO puede influir en que los datos descritos en este trabajo difieran de la realidad.
El tema a tratar es un tema poco estudiado, por lo que no encontramos bibliografía actualizada que permita comparar resultados, ni conocer la situación óptima de ETCS dedicados a la mejora de conocimientos en heridas crónicas.
RESULTADOS
En el territorio nacional se encuentran 119 universidades con grado de enfermería. De ellas, quedan excluidas 10 (8,40%) debido a que la GDO no está accesible. Por lo tanto, se revisaron 109 universidades españolas con grado de enfermería.
Todas las CC.AA. tienen una facultad de enfermería como mínimo, y como cabría esperar, a mayor población existen más facultades; en el 76,14% de los casos son universidades públicas y en el 23,8%, privadas. De las 109 universidades con accesibilidad a la GDO, el 48,65% no concreta los ETCS dedicados a este tipo de formación, por lo que también se excluyen de la muestra.
En las 56 universidades restantes (51,35%) hay una asignatura específica de heridas crónicas (como asignatura optativa) en el 5,45%. En el resto, esta formación es parte integrante de otra asignatura, es decir, sin créditos propios, siendo 9 asignaturas diferentes (Tabla 1).
Tabla 1 Número de universidades de enfermería según la distribución de los créditos (ECTS) por asignaturas.

aECTS: unidad de medida de las asignaturas en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES). Valora las horas dedicadas a la actividad de estudio. Esta actividad será entre 25 y 30 horas por crédito (incluye el tiempo dedicado a las horas lectivas, horas de estudio, tutorías, seminarios, trabajos, prácticas y exámenes).
En la Tabla 2 se muestran las universidades públicas y privadas según los ETCS otorgados a esta formación donde existen diferencias significativas (p < 0,05).
Tabla 2 Número de universidades públicas y privadas según créditos destinados a la formación en heridas crónicas.

Cabe destacar que el 1,78% de las universidades estudiadas otorga más de 3 ETCS a la formación en heridas, y el 3,57%, entre 2 y 3 ETCS (en ambos casos es una asignatura optativa), pero la gran mayoría (48,62%) coinciden en conceder menos de 2 ETCS en asignaturas obligatorias (Tabla 2).
En cuanto al curso, coinciden la mayoría en segundo curso (69,64%) (Tabla 3).
DISCUSIÓN
La reflexión a la que invita este trabajo comienza con que el 8,40% de las facultades de enfermería no tienen accesible la GDO en la red.
La mayoría de facultades de enfermería nacionales (76,14%) son públicas, como cabría esperar, dada la importancia que el Ministerio de Educación otorga a la educación pública.
Se descubre que el 48,6% de las facultades de enfermería no concreta los ETCS dedicados a esta formación sobre heridas, porcentaje no superado en el trabajo publicado en 2015 por Romero-Collado y cols15. Del 51,35% restante donde los datos de ETCS están accesibles en la GDO, en el 5,45% hay una asignatura específica de heridas crónicas pero como asignatura optativa, y en las demás universidades, es menor la carga docente, pero se imparte en asignaturas obligatorias.
La mayoría de las universidades (69,64%) coinciden en ser en segundo curso donde imparten la formación en heridas, pero no coinciden en la asignatura, por lo que sorprende su variabilidad (Tabla 3). Es lógico que sea en segundo curso, ya que coincide con estancias clínicas de los alumnos en los centros asistenciales, donde van a mejorar lo aprendido con la práctica clínica.
Ayello y cols.16 expusieron que el 70% de los profesionales de enfermería manifestaron que en sus estudios de diplomatura no habían recibido la educación suficiente en heridas crónicas. Esto parece no haber cambiado con el paso a estudios de grado (Plan Bolonia).
Coincidimos con Cowman y cols.17 y Romero-Collado y cols.15 en que el tema tratado, la responsabilidad del mismo y el tiempo medio que consume un profesional de enfermería en esta actividad requeriría de una mayor presencia de este tema en los planes de estudios. Y según Oussey18, los estudiantes opinan que cuanto más tiempo dedican a la práctica y enseñanza clínica mayor será la mejoría en sus habilidades y conocimientos sobre la integridad de la piel.
Todo ello muestra la necesidad de definir la situación óptima de un mínimo de ETCS, curso y asignatura donde se debe impartir la formación en heridas crónicas para adquirir el nivel de conocimientos adecuados.
CONCLUSIONES
Existe gran dificultad para conocer los ETCS sobre formación de heridas crónicas en las facultades de enfermería españolas debido a que la GDO no es accesible (8,4%) o, siendo accesible, no lo son los ETCS, la asignatura y el curso donde se imparte dicha formación (48,6%).
De las facultades de enfermería españolas analizadas que disponen de información accesible, la mayoría coinciden en impartir dicha formación en segundo curso (69,64%), y en otorgar menos de 2 ETCS (94,64%) en asignaturas obligatorias, donde hay gran variabilidad.
Aquellas universidades que conceden 3 ETCS o más, lo hacen en asignatura optativa.