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Gerokomos

versión impresa ISSN 1134-928X

Gerokomos vol.29 no.3 Barcelona sep. 2018

 

EDITORIAL

El verano, periodo complicado para los mayores

Summer, a difficult time for the elderly

M.ª Victoria García López1 

1 Vicepresidenta de la SEEGG

¿Es el verano ese periodo deseado muchos meses atrás? O, para algunas personas, ¿se puede complicar?

Ya a punto de terminar el periodo estival, conviene analizar lo que este tiempo significa en la vida diaria de algunas personas mayores. Y, especialmente, referido al abuso y maltrato en el grupo de población de las personas que tienen más años, a los que Naciones Unidas dedicó el 15 de junio como “Día Mundial de toma de conciencia del abuso y maltrato en la vejez”.

En estos meses pueden presentarse diferentes formas de maltrato y abuso en las personas mayores, y entre ellos se encuentran: abandono de la familia, cambio de cuidadores por vacaciones, mayor situación de soledad, distanciamiento de vecinos y amigos por traslado a otros lugares, etc.

Algo que debemos plantearnos es: ¿para qué sirve un día mundial? Y la respuesta es: para sensibilizar, concienciar, llamar la atención sobre un problema presente en la sociedad, con el fin de que los gobiernos y la sociedad en general actúen.

Los grandes cambios demográficos a nivel mundial, y especialmente en los países de nuestro entorno, están provocando que el grupo de personas mayores esté dando cifras desbordantes e impensables hace unas décadas. Estos porcentajes tan importantes del total de la población hacen que se pueda predecir que aumentarán también los casos de abusos a las personas mayores.

Y es en el verano donde se producen más cambios en las actividades cotidianas de las personas, un periodo en el que se pueden presentar también grandes cambios en la vida de algunos de nuestros mayores.

Vivimos un momento social en el que parece que se presenta a debate de forma incisiva el tema de la violencia de forma general y en todos los grupos de edad, pero a su vez, el maltrato en la vejez es uno de los menos tratados y menos abordado, que repercute de forma importante en la salud y en los derechos humanos de aquellos que tienen más edad.

Conviene analizar las causas por las que se produce esta situación, y también las aportaciones que desde el grupo de profesionales enfermeros dedicados al cuidado a este grupo de población podamos realizar.

Cumplir muchos años nos hace cambiar en muchos sentidos: físicos y psíquicos fundamentalmente, pero también ocurren cambios en la familia y en la sociedad hacia nosotros. En ocasiones, aunque cada vez menos, es la familia quien tiene que cubrir las consecuencias de estos cambios, y en otros es la propia persona la que se ocupa de sus necesidades en situaciones de vulnerabilidad impuesta por el paso del tiempo, lo que nos conduce al “boom” actual de cifras de soledad alarmante. También la sociedad tiene mucho que ver en este tema, donde la discriminación por edad (edadismo) ha hecho presencia entre sus creencias y valores a pesar de que en los discursos públicos su eliminación sea un tema recurrente.

Determinados acontecimientos han contribuido de alguna forma, negativamente, a esta situación: la crisis financiera y económica mundial, la discriminación en función de género (más mujeres que hombres en edades avanzadas), los cambios en la estructura familiar, las políticas sanitarias de atención a la vejez, etc.

¿Qué puede hacer la persona mayor? Realmente y en muchas ocasiones poco, por estar inmersos en una sociedad donde prima la juventud, la comodidad, el poder y la frustración ante situaciones de amenaza de la seguridad para tener una vida independiente. Poco, por considerarlo un tema tabú, por vergüenza, por creer que no se tiene derecho a reclamar bienestar y ayuda o por denunciar determinadas situaciones.

Pero ¿entonces? ¿Todo está perdido? ¿No se puede hacer nada? ¡NO!, se puede y se debe actuar, y especialmente desde el ámbito de la atención profesional del área de las personas mayores:

  • Presentar a los gobiernos propuestas de espacios de mejora en la atención para la vida cotidiana de las personas de más edad.

  • Solicitar un plan de acción que priorice estrategias de atención en la vejez. Favorecer la investigación, fortalecer las instituciones de atención a los mayores, refuerzo en la formación sobre vejez y favorecer aspectos del envejecimiento activo.

  • Fomentar la solidaridad intergeneracional, teniendo en cuenta la trayectoria vital de forma individual, de manera que puedan participar de forma plena y justa en la sociedad y disfrutar plenamente de todos los derechos humanos, empoderando a la persona mayor.

  • Solicitar a los responsables de los gobiernos estrategias para erradicar la pobreza en la vejez, incorporando perspectivas de género y de discapacidad para modificar los estereotipos negativos sobre las personas mayores y se fomente una visión positiva.

  • Solicitar a los organismos las condiciones necesarias para que las familias y las comunidades puedan proporcionar los cuidados precisos según se envejece.

  • Dar voz a los representantes de este grupo de población para que puedan expresar sus preocupaciones y necesidades para poder lograr una integración social.

  • Solicitar que las personas responsables se ocupen del bienestar y la atención sanitaria necesaria, así como los mecanismos de detección del abandono, maltrato y violencia que en los distintos ámbitos ocurren, mediante la formulación de estrategias preventivas.

  • Algo importante es reforzar las instituciones académicas para que, desde el comienzo en la formación, sensibilicen e inculquen valores y creencias relativas a los derechos de las personas mayores.

Disponer de servicios sociosanitarios en los que se priorice el bienestar de las personas mayores y la detección y erradicación del maltrato repercutirá en la vida de la propia persona, pero sobre todo en la sociedad, evitando graves lesiones físicas y consecuencias psicológicas importantes.

¡Su erradicación debe ser un compromiso de todos y todos podemos contribuir a ello!

Hagamos que el verano sea una época deseada y esperada también por las personas mayores.

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