INTRODUCCIÓN
La diabetes es considerada una patología no transmisible y crónica debido a que el páncreas, a través de las células β, no produce insulina suficiente o que el organismo no utiliza esta hormona eficazmente1. En un informe publicado en el 2016 se reportó que a nivel mundial hubo 422 millones de personas que presentaron diabetes, de las cuales el tipo 2 representó el 90%2. Además, la prevalencia aumentó de un 4,7% en 1980 hasta un 8,5% en el 20141. Respecto a América Central y del Sur, se identificaron 27 millones de personas entre 20 y 79 años con esta enfermedad, cifra que se incrementará en un 62% en el año 20253. En el Perú, a pesar de ser un país con menos prevalencia de diabetes y con una cifra porcentual del 6,9% en adultos de 30 a 70 años o más4 y del 8,2% solo en población adulta mayor5, sigue aumentando con el paso de los años4 por posibles factores de riesgo que deberían ser investigados más en profundidad, como el sobrepeso, debido a que representa a más del 50%4 en la población peruana, y el consumo elevado de grasas saturadas6,7.
Entre los factores modificables (adaptables o controlables con posibles medidas para su eliminación o modificación) que considera la Organización Mundial de la Salud (OMS) y relacionado con la diabetes mellitus (DM) están las dietas de alto contenido calórico6. Por lo tanto, estas se convierten en triacilgliceroles o triglicéridos, uno de los lípidos que aporta energía, de depósito y almacenamiento, particularmente en las células hepáticas y tejido adiposo8. Sin embargo, el exceso de este lípido puede ser origen de enfermedades metabólicas9. Como se ha mencionado anteriormente, es causado por un mal hábito alimenticio de dietas con alto contenido calórico6, que propician también un aumento de la masa corporal10, y por la falta del control del examen de laboratorio (perfil lipídico). Pero sobre todo por la falta de información del personal de salud sobre estos factores modificables en el usuario o paciente. Dentro de este personal se enfatiza a enfermería por considerarse una profesión enfocada a la promoción y prevención de enfermedades no transmisibles11, especialmente en los adultos mayores que son los más propensos a presentar DM tipo 2 (DM2)10.
Existen ciertos factores relacionados con el desarrollo de DM2, como los estilos de vida inadecuados, entre otras clasificaciones11; sin embargo, sería útil dar a conocer los factores modificables como la clave para prevenir esta patología en los adultos mayores, y por ende las complicaciones asociadas a ella. Además, pese a que los datos estadísticos mencionan que la prevalencia no es alta en Perú, esta continúa en aumento, y la poca evidencia científica de esa problemática en el país fue una de las razones para que se considerara como objetivo principal del estudio identificar la prevalencia de la DM2 en pacientes geriátricos y evaluar los factores de riesgo (modificables y no modificables) de esta patología.
MÉTODOS
Se realizó un estudio retrospectivo de casos y controles no pareado descriptivo, correlacional y explicativo. La población fue de 300 adultos mayores con antecedentes patológicos que fueron atendidos entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de 2018 en el Hospital Nacional Sergio E. Bernales, ubicado en la ciudad de Lima Norte. A partir del mismo se formaron dos grupos:
Casos: 150 pacientes geriátricos de 60 años o más con DM2.
Controles: 150 pacientes geriátricos de 60 años o más sin DM2. Se tuvo en cuenta la exclusión de 50 pacientes por padecer pancreatitis y no tener las historias clínicas (HC) completas. Por tanto, se trabajó con 100 pacientes para el grupo control. Por lo anteriormente mencionado, la muestra total fue 250 adultos mayores.
Para la recolección de datos, en primera instancia se presentó el proyecto de investigación al Comité de Ética de Investigación en Salud de la Universidad Católica Sedes Sapientiae y a la oficina de Apoyo a la Docencia e Investigación del Hospital Sergio E. Bernales para los permisos de acceso a la información de las HC. Posteriormente, se acudió al Servicio de Medicina Interna para la recolección de los números de las HC de los pacientes adultos mayores con DM y sin DM que se encontraban en el Cuaderno de Ingresos y Egresos de dicho servicio. Por último, en la Oficina de Archivos se inició, con los números de las HC, la recolección de los datos de las variables del estudio.
Los factores de riesgo se clasificaron en factores modificables6,7 y no modificables7. Entre los no modificables se tomaron en cuenta: edad, variable cuantitativa discreta (años de vida); sexo, variable cualitativa dicotómica (femenino y masculino); antecedentes patológicos, variable cualitativa politómica nominal [hipertensión arterial (HTA), obesidad y otros como celulitis, infecciones del tracto urinario (ITU), anemia, neumonía, cirrosis hepática, cetoacidosis diabética, asma bronquial, accidente cerebrovascular isquémico (ACV)]; hospitalización anterior, variable cualitativa dicotómica (sí y no); insulina, variable cualitativa dicotómica (sí y no); complicaciones, variable cualitativa politómica nominal, y se categorizó en pie diabético, retinopatía más cardiopatía y nefropatía más neuropatía; estas dos últimas categorías se juntaron porque los pacientes presentaban dos complicaciones al mismo tiempo. Cabe destacar que las variables insulina y complicaciones se tomaron en cuenta solo en el grupo de los casos. Respecto a los factores modificables fueron: triglicéridos, variable cuantitativa discreta (mg/dl); presión arterial, variable cuantitativa discreta (mmHg); colesterol, variable cuantitativa discreta (mg/dl); escala móvil (insulina rápida cristalina), variable cualitativa politómica ordinal (200-250, 251-300, >301 y no indicada); glucosa, variable cuantitativa discreta (mg/dl) e índice de masa corporal (IMC), variable cualitativa politómica ordinal [delgadez (≤ 23,0), normal (>23 a <28), sobrepeso (≥28 a <32 ) y obesidad (≥32)]12.
Se realizaron análisis univariados, bivariados y múltiples mediante el programa Stata versión 14, utilizando las pruebas de la χ2 y la t de Student; para estimar el riesgo de diabetes mellitus se calcularon odds ratio (OR) e intervalos de confianza (IC) al 95%. Para el análisis múltiple se utilizó la regresión logística, y el ajuste del modelo fue mediante la prueba de Hosmer Lemeshow (p > 0,05)13 y su capacidad discriminante con la curva ROC (fig. 1).
El presente estudio fue revisado y aprobado por los comités respectivos. Asimismo, se respetaron los datos de los sujetos mediante el anonimato.
RESULTADOS
Respecto al análisis descriptivo para el grupo de los casos, en la tabla 1 se observaron los siguientes resultados: la media de edad de los adultos mayores fue de 70,44 años; el mayor porcentaje lo obtuvo el sexo femenino (56%). Por otro lado, el 24,67% de los adultos mayores presentó un antecedente patológico de HTA y el 72% otros antecedentes patológicos (ITU, ACV y neumonía, entre otros). Asimismo, el 49,33% de los pacientes había sido hospitalizado anteriormente. Además, se observó que la media de los triglicéridos en los adultos mayores fue de 213,71 mg/dl; respecto al colesterol, fue de 242,48 mg/dl, y la glucosa de 191,79 mg/dl. Por último, el 50% de los adultos mayores presentó un IMC de sobrepeso.
aPara esta categoría se tomó en cuenta la hipertensión arterial, las infecciones del tracto urinario, el accidente cerebrovascular isquémico (ACV) y la neumonía, entre otros.
bPara esta categoría se tomó en cuenta la obesidad, las infecciones del tracto urinario, el accidente cerebrovascular isquémico y la neumonía, entre otros.
cPara esta categoría se tomaron en cuenta otros (infecciones del tracto urinario, accidente cerebro vascular isquémico y neumonía, entre otros.)
En el grupo control se observó que la media de edad de los adultos mayores fue 73,35 años; el mayor porcentaje lo obtuvo el sexo femenino (63%). Además, el 36% de los pacientes había sido hospitalizado anteriormente. Por otro lado, se observó que la media de los triglicéridos en los adultos mayores fue de 117,36 mg/dl; respecto al colesterol, fue de 142,02 mg/dl; y la glucosa, de 102,98 mg/dl. Por último, el 61% de los adultos mayores presentó un IMC normal (tabla 2).
aPara esta categoría se tomó en cuenta la hipertensión arterial más celulitis, las infecciones del tracto urinario, la anemia, la neumonía, la cirrosis hepática, el asma bronquial y el accidente cerebrovascular isquémico.
bPara esta categoría se tomó en cuenta obesidad más celulitis, las infecciones del tracto urinario, la anemia, la neumonía, la cirrosis hepática, el asma bronquial y el accidente cerebrovascular isquémico.
cPara esta categoría se tomaron en cuenta otros (celulitis, infecciones del tracto urinario, anemia, neumonía, cirrosis hepática, asma bronquial y accidente cerebrovascular isquémico).
Respecto al análisis descriptivo bivariado entre los factores asociados a la DM2 en adultos mayores, en la tabla 3 se muestra que fueron la edad (p = 0,009), la hospitalización anterior (p = 0,037), los triglicéridos (p < 0,001), el colesterol (p < 0,001), la glucosa (p < 0,001) y el IMC (p = 0,003). En el modelo de OR bruto, los factores como la edad (p = 0,010), la hospitalización anterior (p = 0,038), los triglicéridos (p = 0,001), el colesterol (p = 0,001), la glucosa (p = 0,001), el IMC y el sobrepeso (p = 0,001) se asociaron significativamente con la DM2; es decir, a mayor edad del adulto mayor, menos posibilidad de presentar DM (OR: 0,96; IC 95%: 0,93-0,99). Los pacientes que fueron hospitalizados anteriormente tienen 1,73 veces más riesgo de presentar DM2 que los que no fueron hospitalizados (OR: 1,73; IC 95%: 1,03-2,91). Por otro lado, los pacientes que tienen un aumento de triglicéridos (OR: 1,07; IC 95%: 1,06-1,10), de colesterol (OR: 1,05; IC 95%: 1,04-1,06), de glucosa (OR: 1,14; IC 95%: 1,10-1,19), de sobrepeso (OR: 2,55; IC 95%: 1,474,42) y de obesidad (OR: 2,64; IC 95%: 1,02-6,85) tienen mayor riesgo de presentar DM2. El resto de las asociaciones no fue significativo.
En la tabla 4 se muestra que en el análisis múltiple los resultados significativos para la DM2 fueron el aumento de triglicéridos (OR ajustado: 1,06; IC 95%: 1,03-1,09) y el sobrepeso (OR ajustado: 2,93; IC 95%: 0,98-8,70). La bondad de ajuste del modelo fue de 0,902, en donde la capacidad discriminante mediante el área bajo la curva (ABC) fue de 0,96 (IC 95%: 0,93-0,98) para los triglicéridos y de 0,61 (IC 95%: 0,55-0,68) para el IMC, observando que sí hubo diferencias significativas (p < 0,001) entre ambas áreas.
DISCUSIÓN
Uno de los hallazgos más importantes del estudio fue que durante el periodo estudiado se registraron 300 pacientes donde la prevalencia de DM2 en pacientes geriátricos hospitalizados fue del 50% y los factores de riesgo modificables de esta patología fueron el aumento de triglicéridos y el sobrepeso.
Un hallazgo importante del estudio mostró que el aumento de triglicéridos (OR: 1,06) fue un factor modificable de riesgo de padecer DM2. Estudios realizados en Latinoamérica evidencian que los adultos de 18 años o más con DM presentaron un aumento de triglicéridos14,15. Asimismo, un estudio realizado en Japón muestra que tener un valor mayor de triglicéridos (>150 mg/dl) (OR: 1,01) se asoció con enfermedades cardiovasculares en adultos mayores con DM216. Además, un estudio realizado en España reportó que un aumento de triglicéridos (OR: 1,04) fue un factor de riesgo de la diabetes en pacientes geriátricos17. Este hallazgo se debe a que un aumento de triglicéridos causa que la insulina sea menos efectiva, lo que a su vez conduce a la resistencia de esta hormona y, por ende, la glucosa en sangre aumente18. La acumulación de lípidos incrementa un proceso conocido como estrés del retículo endoplásmico, que favorece la inflamación y la resistencia a la insulina. A mayor cantidad de triglicéridos, mayor resistencia a la insulina y riesgo de diabetes9.
Otro hallazgo importante fue que al asociar el IMC y la DM2 (previamente ajustado), el sobrepeso resultó predictor de la presencia de esta enfermedad (OR: 2,93). Un estudio realizado en Estados Unidos reportó que los adultos mayores con un IMC con indicador superior a 25 (calculado como peso en kilogramos dividido por altura en metros cuadrados) tienen más probabilidades de tener DM2 que aquellos que lo tienen inferior a 25 (OR: 1,63)19. Asimismo, otro estudio llevado a cabo en Chile muestra que el sobrepeso en mujeres (OR: 3,07) y hombres (OR: 1,79) es un factor de riesgo para presentar DM215. Por último, un estudio realizado en Perú reportó un resultado similar, pero con una OR igual a 1,2110. La literatura científica menciona que la obesidad es el mayor predictor potencial para la DM10-15; sin embargo, no se debe pasar por alto el sobrepeso, ya que es considerado también un predictor inicial, y si se tratase de la prevención de la DM se debe comenzar por impedir que los adultos mayores lleguen a sobrepasar el límite mínimo del indicador normal de masa corporal15. La explicación de este hallazgo se debe a que la persona que tiene sobrepeso u obesidad necesita producir más insulina para llevar la glucosa a las células que forman su tejido adiposo y el páncreas tiene que producir más insulina para mantener la glucosa en sangre dentro de los límites normales. Por consiguiente, este sobreesfuerzo provoca fatiga del páncreas y por ende se reduce la capacidad productora de insulina. El sobrepeso produce resistencia a la insulina y por lo tanto las células reducen la sensibilidad, no responden a la insulina y la glucosa no puede entrar a las células. Incluso un aumento de grasa general y más específicamente de depósitos de grasa visceral y ectópica (grasa abdominal) está muy relacionado con la resistencia a la insulina20.
El ajuste del modelo como la capacidad discriminante fue aceptable. Es decir, existe una buena capacidad discriminatoria de la DM2. Una explicación relativa se vincula con el funcionamiento del cuerpo, que considera que los triacilgliceroles y el IMC (tener sobrepeso) impactan en la DM220. El impacto que tienen los triglicéridos es alto (ABC = 0,88); esto se puede comprobar en un estudio realizado en Argentina21, así como presentar sobrepeso según el IMC (ABC de 0,77)22. Esas similitudes se deben a la resistencia a la insulina que tiene la persona22.
Entre las fortalezas del estudio está que todos los casos fueron diagnosticados por médicos especialistas mediante diferentes pruebas diagnósticas. Además, este estudio tiene como fortaleza el diseño retrospectivo no pareado de casos y controles, con una población representativa en ambos grupos (censo) y con un apropiado análisis estadístico. Sin embargo, existen limitaciones del estudio, que incluyen la imposibilidad de la obtención de datos importantes del paciente, como la hemoglobina glucosilada y la sensibilidad del pie, entre otras pruebas, así como de los estilos de vida como la actividad física, el consumo de alcohol y el tabaco, los hábitos alimentarios, etc., debido a que los documentos de la HC no contaban con esa información. No obstante, estos datos deberían considerarse para futuros estudios.
El estudio concluye que durante el periodo estudiado (de enero a diciembre de 2018) la prevalencia de DM2 en pacientes geriátricos hospitalizados fue del 50%. Además, los factores modificables asociados a esta patología son el impacto de los triglicéridos y el sobrepeso. A partir de estos hallazgos se recomienda que el profesional de enfermería, encargado de la promoción y prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, cree planes educativos que incluyan estos factores modificables y no modificables desde los establecimientos con atención primaria de salud, además de propiciar el ejercicio físico, solicitando la adecuación de escenarios deportivos institucionales y públicos y promoviendo la alimentación saludable con otros profesionales de salud. Es importante tomar conciencia sobre esta problemática en adultos mayores, porque según el estudio hay una alta prevalencia de DM en pacientes hospitalizados, que podría aumentar a lo largo de los años y que dependerá, en gran medida, de las acciones preventivas que se tomen en el presente.