INTRODUCCIÓN
El envejecimiento de la población es, actualmente, una de las características más relevantes, lo que se conoce como la “revolución de la longevidad”. En los países industrializados hay una mejoría sanitaria y una disminución de enfermedades transmisibles. En el año 2019, en España la población de 65 años o más representaba un 19% de la población total, y según el Instituto Nacional de Estadística, en el año 2021 se espera que alcance el 37%, es el grupo de población que más aumenta en comparación con los demás1,2,3.
Esto implica el aumento de enfermedades crónicas complejas y la aparición de más limitaciones en las áreas de habilidades de dicha población; así, las personas que se encargan del cuidado de las personas ancianas se ven sobrecargadas4. Todo esto condiciona que la persona anciana sufra una pérdida de su independencia, por ello es inevitable la asistencia y a veces es necesaria su institucionalización. Son muchos los beneficios del traslado a una residencia y también los inconvenientes, ya que conduce a la soledad, al aislamiento y a la ausencia del interés en actividades de la vida diaria5.
La relación entre los animales y los humanos siempre ha existido, pero actualmente se están investigando sus beneficios en la salud y su ayuda para lograr resultados terapéuticos. La investigación sobre terapias no farmacológicas con animales en ámbitos sanitarios, como las residencias, proporciona apoyo emocional, estimulación sensorial y bienestar, tanto físico como psicológico. De ahí surgen las intervenciones asistidas con animales (IAA), que comprenden actividades asistidas por animales y terapias asistidas por animales5,6,7.
Por todo lo anterior se han planteado como objetivos: describir los beneficios de la IAA en personas ancianas institucionalizadas, identificar los efectos de la combinación de la IAA con otras terapias y describir otras terapias alternativas a las IAA.
METODOLOGÍA
Se realiza una revisión de la literatura sobre la IAA en personas ancianas institucionalizadas en las siguientes bases de datos: Web Of Science, PubMed, CINAHL, CUIDEN y Dialnet. Para ello, en primer lugar, según el abordaje cualitativo de Kitchenham8, se llevó a cabo la planificación de la revisión (tabla 1) y, posteriormente, el protocolo de revisión de los estudios, en el que se observan tanto los criterios de inclusión como los de exclusión y la síntesis de datos (tabla 2). Y en la tabla 3 se muestra el proceso de la búsqueda bibliográfica en bases de datos.
Las estrategias de búsqueda empleadas fueron:
(Assisted intervention with animal*) AND (elderly OR ancient OR geriatric OR “old person”).
Assisted therapy AND animal* AND aged.
Animals AND aged.
(Terapia asistida con animales) AND (anciano OR “persona mayor”).
Terapia asistida AND animal* AND anciano.
Animales AND ancianos.
En la figura 1 9 se puede observar el flujograma en el que se expone el proceso de búsqueda de documentos a través de las diferentes bases de datos y los resultados obtenidos.
RESULTADOS
Se obtuvieron 29 artículos en total, de los cuales 19 hacían referencia a los beneficios proporcionados por la IAA, 8 a la combinación de la IAA con otras terapias y 6 a la terapia con mascotas robóticas. El 63% de los estudios se realizaron en Europa, el 7% en Oceanía, el 13% en Asia, el 4% en América del Sur y el 13% en América del Norte. El 30% son revisiones sistemáticas y el 70% estudios cualitativos.
Según la literatura, la IAA aporta grandes beneficios a la población anciana institucionalizada, pero, sin embargo, existe una ausencia de conocimiento tanto de los familiares como de los profesionales de la salud sobre su aplicación, ya que ignoran el objetivo de dicha intervención y sus aplicaciones, y además manifiestan dudas y temores10.
Actualmente, cada vez hay más estudios que respaldan su efectividad. En algunos de ellos hubo dificultades en el diseño en investigación con animales10,11, y en otros en el tamaño de la muestra6.
Sin embargo, su aplicación no se basa de forma individual, por lo que sería útil realizar un examen de características individuales de las personas ancianas para así verificar las que se beneficiarían de dicha intervención12.
Por todo lo anterior, las investigaciones futuras deberían centrarse en el uso de la IAA de formas más interactiva e individual13.
DISCUSIÓN
Se encontró que los beneficios de la IAA afectan a toda la población anciana institucionalizada en general, pero debido a la gran cantidad de personas ancianas que sufren algún tipo de demencia, estos beneficios se han dividido en personas que sufren algún tipo de demencia y personas ancianas que sufren otra enfermedad cualquiera.
Entre las personas ancianas institucionalizadas se observó cada vez más el incremento de personas que sufren demencia y se espera que este hecho vaya en aumento debido a la prevalencia de dicha enfermedad y al envejecimiento de la población, por lo que la demanda de servicios de atención se dispara. Por todo lo anterior surge la necesidad de buscar alternativas como es la utilización de terapias no farmacológicas, siendo una de ellas la IAA14,15.
La demencia no es una enfermedad que tenga cura, pero sin embargo se puede ralentizar su progresión, es así que vemos en diferentes estudios como al realizar la IAA se encuentran beneficios. En un estudio realizado con el Mini-Examen del Estado Mental (MMSE), escala que sirve para evaluar la demencia, se obtuvieron algunas mejoras en relación con los resultados, lo que demuestra que, aunque el efecto sea mínimo, se consiguen pequeñas mejoras que pueden retrasar el progreso14,16.
Al ser la depresión un síntoma común que puede aparecer en las personas ancianas con demencia se observó como la IAA produce mejoras. En otro estudio se utilizó la escala de depresión GDS y se observaron mejoras en su puntuación, por lo que se concluyó que la IAA produce beneficios sobre la depresión14,17.
La IAA se usa como apoyo a las terapias farmacológicas para el tratamiento de los síntomas conductuales y psiquiátricos, ya que se produce una mejora tanto en la agresividad como en la irritabilidad, la ansiedad y la tristeza18. Además, se produce una mejora en relación con la agitación verbal19.
Por otro lado, la IAA fomenta la presencia de emociones positivas, como por ejemplo el placer16. Otro estudio demostró como al acariciar al animal, un perro, se produjo un aumento de la oxitocina que implicó una disminución del estrés y del dolor20.
En relación con la calidad de vida se demuestra cómo aumenta en las personas ancianas institucionalizadas tras la realización de la IAA, más si la residencia es un entorno donde no se realizan muchas actividades, por lo que el resultado de la intervención se ve fomentado21. Un estudio realizado con la escala QUALID (quality of life in late-stage dementia), que evalúa la calidad de vida de las personas que sufren demencia, se observó cómo 1 semana después de la IAA la puntuación de dicha escala mejoró22.
La demencia produce frecuentemente la ausencia de una adecuada comunicación entre las personas ancianas que conviven en una residencia, por ello, la IAA proporciona la forma de impulsar las relaciones, ya que se trata de una actividad grupal, lo que posibilita la interacción con el propio animal, con la persona que se encarga de realizar la intervención y con las demás personas participantes, por lo que el animal se denomina “catalizador social”17,23.
La presencia del animal durante la intervención influye de una manera peculiar en la persona anciana, ya que le permite abrirse y así mostrar sus propios sentimientos y recuerdos pasados. El animal actúa como un “disparador de la memoria”, ya que produce la aparición de recuerdos anteriores relacionados con su infancia y la presencia de algún animal, y que a su vez al ser recuerdos que implican a personas y lugares hace que también aparezcan recuerdos sobre estos24. Se indica como la IAA maneja estímulos biográficos relacionados con la memoria a largo plazo, lo que conlleva a la aparición de recuerdos positivos16.
Los beneficios de la intervención asistida con animales en personas ancianas institucionalizadas con otras enfermedades son: la IAA produce una serie de beneficios en las personas ancianas que se encuentran institucionalizadas y que a su vez presentan algún tipo de enfermedad que no sea la demencia, algunos estudios nos muestran cómo se produce la disminución de la presión arterial y de las pulsaciones, afectando de esta manera a la regulación en el estado de ansiedad, agitación y estrés5.
La hipertensión arterial es uno de los factores de riesgo más prevalentes que se puede encontrar en dicha población, además de ser un síntoma habitual de las enfermedades físicas crónicas, por lo que la IAA ofrece la oportunidad de controlarla y ayuda a mejorarla a través del fomento del ejercicio físico y de la moderación del estado de estrés, como se menciona anteriormente. Dicho fomento del ejercicio físico, según varios estudios, varía dependiendo del animal escogido para la IAA, sin embargo, para la mayoría de los casos el animal de elección es el perro, por lo que gracias a sus características proporciona la participación de la persona anciana en las actividades físicas de una forma agradable12.
A través de la IAA, las personas ancianas institucionalizadas aumentan su calidad de vida, ya que la propia institucionalización produce efec-tos negativos hacia el bienestar de la persona7. Además, varios estudios encontraron beneficios en relación con las actividades básicas de la vida diaria, y encontraron mejoras en la puntuación del índice de Barthel, que valora el desempeño de las actividades básicas de la vida diaria para así determinar el nivel de dependencia de la persona5,12.
Tras la institucionalización de la persona anciana puede aparecer el sentimiento de soledad, que a su vez va unido al aislamiento, lo que puede conducir a la aparición de síntomas depresivos, al empeoramiento del bienestar psicosocial, a la manifestación de problemas de salud mental y al insomnio. Por todo lo anterior, varios estudios demuestran como la IAA en personas ancianas institucionalizadas sirve para paliar dichos efectos, produciéndose una mejora en la percepción de soledad y, a su vez, apareciendo sensaciones de alegría durante la intervención y tras esta5,25. Además, se observó como las sonrisas aumentaban al interactuar con el animal en comparación a cuando interactuaban con otros humanos26.
En otro estudio se realizó el test de síntomas depresivos Yesavage antes y después de la intervención. En los resultados se puede apreciar como la puntuación disminuyó, lo que significa que se produjo una mejora en los resultados en relación con la depresión5.
Por otro lado, se realizó un estudio en el que la IAA se desarrolló con conejos y mostró que estos animales hicieron que las personas ancianas se sintieran relajadas, lo que conllevó a una disminución del sentimiento de angustia que pudieran experimentar27.
El animal que participa en la IAA es capaz de fomentar las relaciones sociales, se encarga de romper las barreras de la comunicación entre los propios residentes, lo que conlleva a la integración social de las personas ancianas7. Varios estudios demuestran que la interacción con el animal produce un aumento de la oxitocina, lo que influye en el comportamiento social7,28.
El estado de apatía es una característica habitual de las personas ancianas institucionalizadas. La apatía es un comportamiento en el que no se muestra interés o no existen respuestas emocionales a ningún estímulo, lo que produce una reducción de las emociones y de la iniciativa de la persona. La IAA promueve la disminución de la apatía y lleva a que la persona anciana interaccione tanto con el animal como con otras personas ancianas que estén participando en la intervención26.
Además, al producirse dicha interacción entre el animal y la persona anciana, se demuestra como las personas ancianas definen al animal como un apoyo social, el cual ayuda emocionalmente a la persona anciana a sobrellevar situaciones adversas27.
Un estudio realizó el test auditivo verbal de Rey (TAVR) antes y después de la IAA, el TAVR se encarga de medir la capacidad de memoria, de aprendizaje, de retención y de reconocimiento. Por último, podemos describir como al comparar los resultados se observó cómo se produjo una mejora en relación con las áreas mencionadas anteriormente tras la IAA5.
En lo que respecta a la combinación de la IAA con otras terapias, hay varios estudios que demuestran la efectividad de combinar la IAA y la terapia de juegos para personas ancianas. Se define la terapia de juegos como un instrumento para perseverar la participación y el interés con respecto a las prácticas clínicas, aumentando a su vez las consecuencias de otras intervenciones mediante la ayuda psicológica y emocional, realizando juegos individuales y utilizando música, literatura y actividades físicas, entre otras4.
Los efectos beneficiosos de combinar la IAA y la terapia de juegos producen una mejora en la autoestima de las personas ancianas, ya que se promueve la comunicación entre los participantes, lo que, a su vez, produce una mejora en la depresión29.
Por otro lado, también se producen beneficios con respecto a las funciones cognitivas. En un estudio realizado con el MMSE, los resultados mostraron mejoras importantes presentando un aumento en las funciones cognitivas de las personas ancianas institucionalizadas4.
Durante la realización de la combinación de ambas intervenciones se fomenta la manifestación de las emociones presentadas por las personas ancianas, lo que favorece la comunicación entre los integrantes y se origina un equilibrio psicológico y emocional29.
Por otro lado, la IAA también se usa en combinación con la terapia de orientación a la realidad (ROT). La ROT se utiliza para ayudar a que se produzca una orientación tanto temporal como espacial en la persona y, a la misma vez, refuerza la propia identidad30. Entre los beneficios encontrados al producirse esta combinación se puede observar una mejora tanto en la depresión como en la capacidad cognitiva12,18.
Por último, encontramos la combinación de IAA con la fisioterapia. La realización de la fisioterapia en personas ancianas es muy importante, ya que ayuda a prolongar su funcionalidad pero, sin embargo, su práctica no motiva a las personas ancianas, ya que les resulta aburrida y monótona, por esto, se produce la combinación de la fisioterapia con la IAA, que hace que el tratamiento sea más atractivo31.
El animal no sustituye al fisioterapeuta, simplemente proporciona apoyo en el tratamiento. Los beneficios que se han encontrado en esta combinación influyeron en la mejora tanto de la capacidad como del rendimiento funcional y en el equilibrio de la persona anciana, influyendo a su vez en la disminución del riesgo de caídas31.
Y, por último, el uso de animales reales para la IAA en personas ancianas puede suponer un problema cuando nos encontramos que en dicha población existe la probabilidad de que aparezcan reacciones alérgicas, por lo que el uso de animales supondría un inconveniente. Por otro lado, debido a la sobrecarga de trabajo de las personas que se encargan del cuidado de las personas ancianas institucionalizadas nos encontramos con la negatividad por parte de las personas cuidadoras de la presencia del animal debido a que supondría más sobrecarga de trabajo, ya que el animal necesita también cuidados específicos18,32.
Por todo lo anterior, surge la opción de utilizar mascotas robóticas como sustituto de los animales reales, para que todas las personas ancianas puedan beneficiarse de la IAA.
Las mascotas robóticas se utilizan principalmente para el entretenimiento, la comunicación, la educación, la orientación, la terapia mental y el bienestar, entre otros aspectos33.
Al igual que la IAA con animales reales, las mascotas robóticas ofrecen multitud de beneficios. La terapia con mascotas robóticas impulsa el compromiso y la interacción de las personas ancianas que se encuentran institucionalizadas, lo que ayuda a que se produzca una disminución del sentimiento de soledad34. Se observó como la disminución de la soledad estaba relacionada con el aumento de la interacción social25. Entre los beneficios relacionados con el área social, la terapia con mascotas robóticas influyó en la profundización de las relaciones con los propios terapeutas, con los demás participantes y con los familiares, además se observó que la mascota robótica aumentó los recuerdos en las personas que sufrían demencia35.
Igualmente, se producen efectos positivos con respecto al estado de ánimo32. Las personas ancianas durante la terapia con mascotas robóticas se encontraban activos, relajados, sonrientes, cómodos y alegres36. De la misma forma, influyó disminuyendo el nivel de agitación que tenían algunas personas ancianas antes de comenzar la terapia, también produciéndose una disminución de la ansiedad y depresión36,37.
Por otro lado, al producirse una mejora en el control de los síntomas se mostró como esto, a su vez, influía en la toma de fármacos, ya que se produce una disminución de la cantidad tomada, y así disminuyen los efectos adversos que estos pueden producir y aumentan el uso de los tratamientos no farmacológicos37.
CONCLUSIONES
La población anciana institucionalizada se considera un colectivo vulnerable, además, el hecho de estar institucionalizada proporciona inconvenientes que fomentan la mala salud. Podemos concluir que la IAA proporciona grandes beneficios en dicha población, independientemente de la enfermedad que puedan sufrir, ya que interviene en muchos aspectos produciendo mejoras en el área biológica, social, psíquica o fisiológica. Por otro lado, encontramos que la IAA al combinarse con otras terapias fomenta los resultados esperados. Por último, descubrimos que la IAA es una buena opción, ya que ante la presencia de algún inconveniente para su puesta en marcha encontramos la opción de sustituir al animal real por una mascota robótica beneficiándose así toda la población anciana.
Con respecto a las limitaciones del estudio, no existe evidencia científica que contradiga el uso de la IAA, pero encontramos que se trata de un tema emergente del cual actualmente no existe mucha producción científica, aunque se observe un aumento progresivo del número de estudios, se debería seguir investigando sobre este tema para así conseguir más estudios que apoyen la IAA como una herramienta eficaz que produce grandes beneficios en las personas ancianas institucionalizadas llegando así a resultados más concluyentes.