Es indudable que la transmisión del conocimiento ha sufrido a lo largo de los tiempos cambios y adaptaciones que no se escapan a los avances técnicos de la sociedad en la que estamos inmersos. De la transmisión oral del conocimiento de nuestros ancestros hasta la actualidad hemos pasado por distintos momentos, muestra de ello es el concepto del hombre de Gutemberg o el más moderno hombre de Internet, sobre el que tendremos que añadir nuevas experiencias como la realidad virtual o el metaverso.

Aprendemos de lo ya recorrido, aunque acerca de ello surjan nuevas preguntas, también en dirección contraria a lo que pensábamos que ya teníamos consolidado. La información y la comunicación del conocimiento se producen en todos los órdenes de nuestro día a día, desde la familia, el trabajo, el colegio, la universidad, las vallas publicitarias, los medios de comunicación y no siempre todos ellos o quizás alguno, vayan alineados en sí mismos, tanto en lo referido a los contenidos como a los valores.

Esta transmisión de conocimiento es una de las misiones de la universidad, transmite conocimiento a los estudiantes de grado, tanto disciplinares (en nuestro caso relativo a la enfermería geriátrica) como transversales, y se prolonga a la formación posgraduada. Sin embargo, esta transmisión del conocimiento que pudiese parecer unidireccional ha tenido un devenir hacia las teorías constructivistas del conocimiento superando el conductismo y el cognitivismo, hecho que ha obligado a docentes y discentes a repensar su papel en el proceso de formación. La SEEGG puso en marcha y ha consolidado los talleres docentes con una visión estratégica en torno a una misma realidad y necesidad que las enfermeras docentes de enfermería geriátrica estaban viviendo.

Los talleres docentes han servido de nexo de unión entre todas las enfermeras que se han dedicado a impartir la asignatura de enfermería geriátrica, facilitando la puesta en común de programas docentes de la asignatura, compartiendo contenidos teóricos, prácticos, metodología docente y criterios de evaluación que han permitido mantener una orientación y línea común en los programas formativos que se han venido impartiendo en todo el territorio nacional, pero que también han servido de modelo y exportación a otros países que comparten nuestra lengua.

El inicio de los talleres docentes de la SEEGG ha coincidido con el reto de posicionamiento y crecimiento de las enfermeras en el ámbito universitario. Momentos en los que era difícil poder compartir el intercambio de materiales y de procedimientos sin el apoyo de las tecnologías de la información y la comunicación actuales. Qué decir de las experiencias subjetivas, de las vivencias, del mundo de las emociones y, en alguna medida, de la soledad percibida. Es de mérito reconocer y felicitar la labor desarrollada por aquel grupo aguerrido de enfermeras que se han hecho camino en un espacio hasta aquel momento reservado a otras titulaciones.

Echando una mirada atrás, nos remontamos hasta 1990, momento desde el que, con una cadencia anual, se vienen desarrollando los sucesivos talleres docentes de la SEEGG. Tan solo la pandemia ha logrado suspender esta actividad que hemos retomado este noviembre de 2022, cargados de energía e ilusión.

En esta ocasión hemos dado protagonismo a la simulación como metodología docente que se puede aplicar tanto en la formación de grado, de posgrado, de los especialistas de enfermería geriátrica o de formación continuada a profesionales en ejercicio. Y para ello hemos querido vivirlo en un entorno adaptado donde todo es real excepto los pacientes, el Centro de Innovación y Simulación 4DHealth es un hospital de simulación que nos ha permitido trabajar 2 casos de simulación vivencial en un entorno seguro, en el que el error no conlleva consecuencias sobre la seguridad del paciente y es trasladable a la vida laboral y docente.

Esta versatilidad en distintos contextos nos permite a su vez trabajar conocimientos, habilidades y actitudes, elementos que forman parte de las competencias profesionales, tanto desde la perspectiva de la transmisión del conocimiento como de evaluación competencial.

Además, hemos contado con el apoyo de miembros del GRISCA (Grup de Recerca Infermera en Simulació a Catalunya i Andorra) para profundizar en la inserción de la simulación en los planes docentes del grado de enfermería, adentrarnos también en su uso como un instrumento para la evaluación y ahondar en la evidencia científica disponible que avala su aplicación como herramienta docente.

En este camino de mejora continua vemos necesario seguir profundizando en la simulación para potenciar los procesos de aprendizaje y la evaluación de competencias en un entorno de seguridad para el paciente.