Introducción
El envejecimiento de la población y el incremento de algunas patologías suponen un reto para el sistema sanitario, tanto en términos de adecuación del servicio como de sostenibilidad económica.
Una de las patologías crónicas con mayor coste para el Sistema Sanitario son las heridas crónicas, definidas como no cicatrizadas en 4 semanas o sin respuesta al cambio de tratamiento1,2. Pueden serlo las lesiones cutáneas relacionadas con la dependencia (LCRD)3, las lesiones por presión (LPP), los desgarros cutáneos, la dermatitis asociada a la incontinencia (DAI), pero también de las úlceras de extremidad inferior (venosas [UV], arteriales [UA] y pie diabético [UPD]), heridas agudas cronificadas como quemaduras o dehiscencias, o cicatrización por segunda intención como los quistes pilonidales. Todas estas heridas reducen de manera importante la calidad de vida de las personas que las padecen y suponen un gran desafío para los profesionales de enfermería.
En la literatura científica existen escasos estudios de prevalencia de ámbito regional. Cabe destacar que, en España, los estudios nacionales de prevalencia realizados por el Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP), se utilizan como referencia por abarcar los distintos niveles asistenciales y, por ende, incluir mayor nombre de población estudiada4-8.
En el campo de las heridas, un diagnóstico acertado, un tratamiento apropiado y un seguimiento de medidas activas para evitar la incidencia de complicaciones, revierten en una mejoría en el impacto económico, la confianza de la práctica laboral diaria del equipo de enfermería y la calidad de vida de las personas. Se ha constatado que la atención de las heridas crónicas por personal experto es clave para la cicatrización y gestión de estas lesiones9.
Nuestra trayectoria en el tratamiento de heridas en atención primaria (AP) de Lleida se inicia en 2008, con un proyecto focalizado en ofrecer un mejor cuidado a los pacientes con heridas crónicas. Se revisaron y unificaron criterios de tratamiento para posteriormente formar a un grupo de enfermeras, futuras referentes de heridas en sus centros de salud.
El 2012 se creó la consulta virtual de heridas y en 2019 la Consulta Territorial de Heridas Complejas para dar respuesta a la creciente complejidad y demanda.
Medir la proporción de pacientes con heridas crónicas aportará información actual sobre el entorno comunitario de gran utilidad para cuantificar y analizar el impacto del proyecto basado en un modelo de homogenización de intervenciones.
Objetivos
Metodología
Diseño
Se presenta un estudio descriptivo, observacional, de corte transversal. La participación estuvo abierta a todos los centros de AP pertenecientes al Sistema Sanitario Público ubicados en las RS Lleida y Alt Pirineu de Catalunya, España.
Población y muestra
La zona de estudio, que abarca ambas RS, se caracteriza por una importante dispersión geográfica de 10.987,49 km2, con una población de 430.337 habitantes10. La RS Lleida comprende 6 comarcas: Garrigues, Noguera, Pla d’Urgell, Segarra, Segrià y Urgell. Dicha RS se distribuye en 23 zonas básicas de salud (ZBS): 7 de tipo urbano, y las 16 restantes, de ámbito rural o semiurbano. La RS d’Alt Pirineu agrupa 5 comarcas: Alt Urgell, Alta Ribagorça, Cerdanya, Pallars Jussà y Pallars Sobirà, en 7 ZBS de tipo rural.
Como sujetos de estudio se incluyeron todas las personas mayores de 15 años con heridas crónicas de más de 4 semanas de evolución pertenecientes a alguno de los 30 centros públicos de ambas RS.
Se excluyeron a las personas institucionalizadas.
Variables de estudio
El cuestionario incluyó: ZBS, variables sociodemográficas (sexo y edad), variables clínicas de cada lesión (tipología de la herida: LCRD [LPP, DAI y desgarros cutáneos], UV, UA, UPD, quiste pilonidal, quemadura, dehiscencia de sutura y otras) y tiempo de evolución (< 3 meses, entre 3-6 meses, entre 6 meses y 1 año, entre 1-3 años, y > 3 años).
Procedimiento de obtención de datos
Las enfermeras referentes de heridas de cada ZBS hicieron difusión a sus equipos de AP para participar en la recogida realizada del 7 al 14 de junio de 2022. Se realizó una encuesta epidemiológica sin información identificativa del paciente, mediante un formulario seguro vía online y con un acceso mediante invitación con link a través de correo electrónico.
Análisis de datos
Se realizó la tabulación, codificación y depuración de los datos. Análisis descriptivo con frecuencias y porcentajes. La prevalencia global se calculó dividiendo el número de personas con lesiones entre el número total de personas de población de referencia, y se expresó en porcentaje.
Resultados
En la encuesta del total de 30 centros de AP se han obtenido datos de un total de 26 centros, lo que supone una participación del 86,67%.
La información la proporcionaron profesionales de enfermería de cada centro.
La población de estudio incluyó a 305.649 individuos, y se reportaron 578 heridas crónicas, lo que representa una prevalencia del 0,19%.
El 51,21% fueron mujeres y el 48,79% hombres. La media de edad se situó en los 72,06 años. Las personas de ≥ 65 años presentaron el porcentaje de heridas más elevado (71,98%). Entre estos destaca el rango de edades comprendidas entre los 81-90 años, con un porcentaje de heridas del 26,99%.
En cuanto al tiempo de evolución de las heridas, en la Tabla 1 se describe la antigüedad de ellas.
Tiempo de evolución de las heridas | Porcentaje (%) |
---|---|
< 3 meses | 53,98 |
Entre 3 y 6 meses | 16,26 |
Entre 6 meses y 1 año | 13,49 |
Entre 1 y 3 años | 10,55 |
> 3 años | 5,71 |
En la Tabla 2 se detallan, por una parte, los porcentajes individuales de cada tipo de lesión según etiología y, por otra, las prevalencias puntuales de los diferentes tipos de lesiones en la población estudiada.
Tipo de lesiones | Porcentaje (%) | Prevalencia (%) |
---|---|---|
Úlceras venosas | 24,91 | 0,047 |
Úlceras arteriales | 6,4 | 0,012 |
LPP | 15,91 | 0,03 |
Pie diabético | 9 | 0,017 |
Desgarros cutáneos | 9,17 | 0,017 |
Dehiscencias de sutura | 6,92 | 0,013 |
Quistes pilonidales | 4,5 | 0,009 |
Quemaduras | 3,63 | 0,007 |
Dermatitis por incontinencia | 1,21 | 0,002 |
Otros tipos | 18,34 | 0,03 |
LPP: lesiones por presión.
Discusión
El objetivo del presente estudio fue determinar la prevalencia de heridas crónicas y LCRD en las regiones de Lleida y Alt Pirineu, y se obtuvo un 0,19%, similar a la de otras zonas de Catalunya11. Los estudios de prevalencia en AP de otras zonas de España presentan resultados dispares en comparación a este12,13.
No disponemos de un estudio territorial similar con el que comparar los datos en heridas crónicas, pero si lo comparamos con otras localizaciones, considerando diferencias metodológicas y de ámbito geográfico, apreciamos que la prevalencia de heridas crónicas en los centros de AP de ambas RS es similar11,14,15.
Si analizamos por tipo de herida, se corrobora que las UV son las más prevalentes (0,047%), lo que coincide con los estudios mencionados11-14.
En el estudio realizado por el GNEAUPP, se reportó una prevalencia poblacional de LPP del 0,045%8. Si comparamos nuestros resultados con otros comunitarios realizados a nivel europeo11,14,16, estos están en consonancia.
La prevalencia de UPD fue del 0,017% en la población total. Este resultado es análogo al informado en otros estudios en los que los datos oscilan entre un 0,01-0,03%14-16.
En España, los datos reportados en cuanto a los desgarros cutáneos son limitados, ya que han sido heridas infradiagnosticadas durante muchos años17. En este estudio destaca una prevalencia del 0,017 frente al 0,006% reportado en el estudio del GNEAUPP8, lo que se puede deber a la formación previa a la recogida de datos que recibieron las enfermeras para que esta fuera lo más homogénea posible.
No se han encontrado estudios para poder comparar los resultados de las UA, que representaron el 0,012% del total de casos reportados.
En el caso de las DAI, el resultado fue del 0,002%, algo inferior al 0,009% que reporta el último estudio del GNEAUPP8.
En este estudio se han considerado otros tipos de heridas que se atienden con frecuencia en las consultas de AP y que suelen tener una larga evolución: dehiscencias de suturas quirúrgicas (0,013%) y quistes pilonidales (0,009%), sin estudios con los que poder comparar estos datos. Igualmente, también se tuvieron en cuenta las quemaduras que cronificaron en el tiempo, que representaron el 0,007% del total, aunque tampoco existen estudios comparativos en el mismo nivel asistencial.
Coincidiendo con otros estudios, la prevalencia de lesiones aumenta con la edad y predomina en el sexo femenino, lo que se puede atribuir a la mayor esperanza de vida de las mujeres.
El porcentaje de lesiones en la categoría “otras” también resulta elevado. Esto sugiere la necesidad de detallar otras localizaciones con mayor precisión o realizar un estudio pormenorizado de estos casos, para certificar que realmente se tratan de otros tipos de heridas.
Una de las limitaciones más importantes de la recogida de datos en los estudios epidemiológicos es la no recolección de datos en cuanto a la complejidad de dichas lesiones.
El envejecimiento de la población, el aumento de las comorbilidades y la tendencia a la disminución de los días de ingreso hospitalario son variables que impactan en la complejidad de las heridas que atendemos actualmente en AP.
Dar respuesta a esta complejidad requiere un tiempo de dedicación significativamente mayor y que en muchas ocasiones desborda el día a día de las consultas de enfermería de los centros de salud. No disponer de tiempo suficiente, también es uno de los indicadores de cronificación de las heridas12,18.
La creación de centros de heridas con profesionales especializados y con dispositivos de técnicas avanzadas es una de las estrategias que en los últimos años ha cobrado más relevancia para poder abordar dicha complejidad con mayor efectividad18-21.
Conclusiones
La prevalencia de heridas crónicas en los centros de AP de ambas RS fue del 0,19%.
Las UV son las heridas más prevalentes, seguidas de las LPP.
La media de edad está en 72,06 años, y las mujeres son las que presentan mayor porcentaje de heridas.
Estos resultados posibilitan obtener indicadores para valorar los programas de prevención, conocimientos para el abordaje de los distintos tipos de heridas y replantear los recursos destinados a las heridas crónicas.