Introducción
La cicatrización es un proceso biológico1,2 que consiste en la restauración y reparación de las funciones del tejido2 a partir de una serie de reacciones bioquímicas y mitóticas que buscan conseguir el cierre de la herida. Es un proceso simultáneo y continuo, que comienza cuando tiene lugar la lesión y en el que se superponen las distintas etapas para la curación de la herida, cuyo objetivo es la sustitución del tejido dañado por uno nuevo1. En términos generales, el proceso de cicatrización consta de 4 fases: hemostasia, inflamación, proliferativa y de maduración o remodelación3-5.
No obstante, hay múltiples factores locales (hipoxia, proceso infeccioso4, herida en zonas de tensión4,6) y sistémicos (edad4,7, malnutrición7, enfermedades cardiovasculares4,7 e inmunitarias, tabaquismo7) que pueden interferir con el proceso de cicatrización descrito, dando lugar a un proceso de cicatrización patológico4,7. La cicatrización patológica es una forma aberrante de la reparación de una lesión causada por una desviación en cualquiera de las etapas del proceso de cicatrización8, y que puede favorecer la aparición de lesiones inflamadas localizadas5, eritematosas5,7,8, pruriginosas y dolorosas5-8, así como una desfiguración estética5,6,8 con un impacto importante en la calidad de vida de las personas que lo sufren5,6. Asimismo, se caracteriza por una proliferación celular dérmica, un depósito excesivo de proteínas de la matriz extracelular y un estado inflamatorio y de fibrosis persistentes6,8, con el consiguiente engrosamiento de la cicatriz6. Dentro de este grupo, se encuentran las cicatrices hipertróficas y queloides4-8, con una incidencia y prevalencia crecientes a nivel global8.
Por tanto, la prevención y el tratamiento del proceso de cicatrización complicada estarán orientados hacia la cicatrización rápida de la herida, el desbridamiento precoz del tejido dañado, la prevención y tratamiento de la inflamación prolongada y de cualquier proceso infeccioso, así como el uso de apósitos garantes de una cura de la herida en ambiente húmedo para favorecer la regeneración tisular9. Para ello, existen diversas alternativas terapéuticas, aunque no todas son igualmente eficaces para todos los pacientes y existe evidencia escasa de sus efectos a largo plazo: siliconas (3,6,8,9, masaje de la cicatriz, terapia con láser, esteroides intralesionales, retinoides9, etc.
Asimismo, existen otros tratamientos tópicos utilizados frecuentemente en la práctica clínica habitual destinados a la mejora de la cicatrización, además de ser popularmente conocidos por la población general. Entre ellos, se encuentran Aloe vera, el extracto de cebolla9 y, especialmente, el aceite de rosa mosqueta. Este aceite es recomendado por los profesionales de la salud en el ámbito clínico con el fin de favorecer la cicatrización de las heridas, mejorar su aspecto y prevenir la cicatrización patológica. Sin embargo, es necesario reflexionar en profundidad sobre sus beneficios, su aplicación y su uso para la mejora de la cicatrización, con el fin de que las recomendaciones proporcionadas en los centros sociosanitarios estén respaldas por la evidencia científica disponible. Por tanto, la pregunta de investigación que este artículo tratará de responder es la siguiente: ¿es el aceite de rosa mosqueta eficaz para favorecer la cicatrización de heridas?
METODOLOGÍA
Se realizó una revisión narrativa exploratoria para conocer el origen, las propiedades y la composición del aceite de rosa mosqueta. Para ello, se consultó información contenida en páginas web y artículos de fitoterapia sin establecer límite de tiempo respecto a su publicación, en los idiomas inglés, portugués y español.
Por otro lado, se realizó una revisión bibliográfica para averiguar y determinar la eficacia del aceite de rosa mosqueta como agente cicatrizante. Para ello, se consultaron las siguientes bases de datos: PubMed, CINAHL, Biblioteca Virtual en Salud (BVS) y Scopus. Para desarrollar las estrategias de búsqueda, se combinaron términos en lenguaje natural y controlado en la base de datos PubMed, traduciendo palabras clave en español en descriptores Medical Subject Headings (MeSH) (tabla 1), que se combinaron mediante los operadores booleanos "AND" y/o "OR" con términos en lenguaje natural. En cambio, en el resto de las bases de datos se utilizaron términos en lenguaje libre, combinados mediante los operadores booleanos "AND" y/o "OR". Los términos en lenguaje natural que se utilizaron para desarrollar las estrategias de búsqueda (tabla 2) fueron los siguientes: "rosehip", "rosa canina", "rosa rubiginosa", "rosa mosqueta", "wound", "healing", "scar", "herida", "cicatrización" y "piel".
Tabla 1. Términos en lenguaje natural traducidos en descriptores MeSH.
Términos en lenguaje natural | Descriptores MeSH |
---|---|
Rosa mosqueta | Rosa |
Cicatriz | Cicatrix |
Cicatrización | Wound healing |
Piel | Skin |
Tabla 2. Estrategia de búsqueda mediante lenguaje natural y/o controlado.
Base de datos | Estrategia de búsqueda |
---|---|
PubMed | ((((((rosa) OR (rosehip)) OR (rosa rubiginosa)) OR (rosa canina)) AND ((((wound healing) OR (wound)) OR (healing)) OR (scar))) AND ((((cicatrix) OR (wound)) OR (healing)) OR (scar))) AND ((((skin) OR (wound)) OR (healing)) OR (scar)) |
CINAHL | ti:(rosehip) AND kw:(wound OR healing OR scar OR skin) Filtro: bibliotecas de todo el mundo; mostrar todo |
BVS | Titulo,resumen,asunto:(rosa mosqueta) AND título,resumen,asunto:(cicatriz OR cicatrización OR herida OR piel) Filtros: español, inglés o portugués |
Scopus | ti,ab,kw:(rosehip) AND ti,ab,kw:(wound OR healing OR scar OR skin) Filtros: inglés, español o portugués |
Paralelamente, se realizó una búsqueda inversa con recuperación secundaria, analizando la bibliografía de los artículos localizados y de otras revisiones que se consideraron de interés para el presente artículo.
Los criterios de inclusión aplicados para la búsqueda de la información en la revisión bibliográfica fueron los siguientes: sin restricciones de tiempo, cualquier tipo de estudio relacionado con la aplicación del aceite de rosa mosqueta y su acción cicatrizante; en los idiomas inglés, portugués y español; con accesibilidad completa gratuita al texto de cada estudio; estudios que hayan utilizado el aceite de rosa mosqueta sobre cicatrices en humanos o animales. Como criterios de exclusión se excluyeron los estudios que utilizaron aceite obtenido de especies de rosas de las que no se obtenga aceite de rosa mosqueta y aquellos en los que no se abordó la acción cicatrizante de este aceite.
RESULTADOS
La rosa mosqueta pertenece al género Rosa, dentro de la familia Rosaceae5,10-17, que cuenta con más de 100 especies16,17. La denominación común de rosa mosqueta se corresponde con la especie Rosa aff. Rubiginosa5,10-16 L. (Rosa eglanteria L.) y, en ocasiones, a Rosa moschata Herrm10,16, Rosa canina (español)11,15,16 o rosa églantine (francés)11, entre otras. Es un arbusto que crece de forma silvestre5,10-15,17,18 o cultivada5, en regiones templadas5,10,12 y continentales moderadas5,12. Actualmente, crece en el sur y en el centro de Chile, principalmente en la cordillera de los Andes11,13,14,18,19, aunque es originario de la zona mediterránea11 y de Europa del Este y Central10,11,13,14,16.
Las propiedades de la rosa mosqueta han sido objeto de estudio desde hace décadas y, hasta ahora, se le han atribuido acciones antiinflamatorias5,10,14-18, inmunomoduladoras10,12,14-16, cardioprotectoras12,14,15,17, anticarcinógenas12,16,17, antidiabéticas12,14,16,17, antiulcerogénicas (14,15,17, antimicrobianas12,14-16, antioxidantes5,12,14-18, neuroprotectoras17 y despigmentantes10,18.
El aceite de rosa mosqueta es rico en ácidos grasos poliinsaturados5,10,11,15,16,18,19: ácido a-linoleico (54%), ácido linolénico (17%) y ácido oleico (16%)12,19, alcanzando un porcentaje superior al 77% del total de su composición15,16, mientras que los ácidos grasos saturados están presentes en menores cantidades, como el ácido palmítico5,12,14,17-19, el esteárico5,12,14,17-19, el láurico12,14,17-19 o el transretinoico5,10,12,14,18,19. Los ácidos grasos esenciales participan en el mantenimiento de la permeabilidad de las membranas de las células5,10,12-14,18,19, favorecen la síntesis de prostaglandinas5,10-14,18,19 y de leucotrienos5,11-14,18,19, intervienen en procesos de mitosis, ordenamiento celular y fosforilación12,18; presentan una acción antiagregante plaquetaria y vasodilatadora, regulan la permeabilidad de la barrera epidérmica10,11,18,19 y suavizan, hidratan y aportan mayor flexibilidad a la piel5,10; además, actúan atenuando el envejecimiento5,10,16,18 y como agentes reparadores de lesiones5,10-14,16-19. El pH del aceite de rosa mosqueta se sitúa en 5,120, lo que permite su absorción rápida y su acción sobre las capas externas e internas cutáneas, sintetizando colágeno y elastina con el objetivo de favorecer la firmeza y elasticidad de la piel10,20. Asimismo, en su estructura destacan otros componentes como vitaminas5,11,14-19, polifenoles11,12,14,16-19, aminoácidos12,16,18, minerales5,12,15-18, carotenoides5,11,14,16,17,19 y pectinas12,18.
El interés por el uso del aceite de rosa mosqueta como agente cicatrizante surgió en la década de 1980, y a partir de entonces se han desarrollado diversos estudios que han evaluado sus propiedades y acciones para la prevención y tratamiento de procesos de cicatrización complicada en heridas de diversa etiología.
Siguiendo la metodología descrita anteriormente, se seleccionaron un total de 7 estudios (tabla 3), con el objetivo de determinar la eficacia del aceite de rosa mosqueta como agente cicatrizante en heridas, siguiendo la estrategia resumida en la Figura 1.
Tabla 3. Resumen de los estudios seleccionados en la revisión bibliográfica.
Título | Autores | Año de publicación | Tipo de estudio |
---|---|---|---|
Estudio del aceite de rosa mosqueta en cicatrices posquirúrgicas | Cañellas et al.11 | 2008 | Ensayo clínico aleatorizado |
A Rosa Mosqueta no tratamento de feridas abertas: uma revisão | Silva dos Santos et al. 12 | 2009 | Revisión de la literatura |
Efecto del extracto de óleo de rosa mosqueta (Rosa aff. rubiginosa) en la cicatrización de heridas cutáneas | Eurides et al. 13 | 2011 | Ensayo clínico aleatorizado |
Evolution of Post-Surgical Scars Treated with Pure Rosehip Seed Oil | Valerón Almazán et al. 19 | 2015 | Ensayo clínico aleatorizado, prospectivo, comparativo y unicéntrico |
Evidencias para el empleo del aceite de rosa mosqueta en heridas y cicatrices cutáneas | Botta i Orfila y Vila Casanovas 5 | 2017 | Revisión bibliográfica |
Rosa mosqueta como potencial agente cicatrizante | Silva dos Santos et al. 14 | 2018 | Revisión de la literatura |
Eficacia y seguridad del aceite de rosa mosqueta en las lesiones de los dedos provocadas por las punciones capilares para el control glucémico en niños con diabetes tipo 1; un ensayo clínico aleatorizado, abierto, controlado | Aguirre Romero et al. 21 | 2020 | Ensayo clínico aleatorizado, abierto, controlado, prospectivo e intervencionista |
Cañellas et al11, Eurides et al13 y Valerón Almazán et al.19 llevan a cabo un ensayo clínico aleatorizado, respectivamente, con el fin de analizar el efecto del aceite de rosa mosqueta en heridas posquirúrgicas11,13,19, y en el caso del ensayo de Cañellas et al11, compara la eficacia de este aceite según sea refinado o puro. Este estudio concluye que la aplicación de este aceite de tipo refinado desde el mismo momento posquirúrgico no es aconsejable, por el exceso de maceración de la herida; además, no acorta el tiempo de cicatrización, si bien reduce el tamaño de la cicatriz, es estable en el tiempo y no causa cambios de coloración u olor en la herida, al contrario del aceite de rosa mosqueta puro. Las curas con aceite de rosa mosqueta se realizaron cada 12 h diariamente, pasadas 48 h desde la intervención quirúrgica11. Eurides et al13 distribuyeron 48 ratones aleatoriamente en un grupo control (I) y en el grupo tratado (II) para la evaluación de la herida quirúrgica los días 3, 7, 14 y 21 tras la intervención, administrando 2 gotas de aceite de rosa mosqueta tras 24 h desde dicha intervención. En el grupo I, se observó un proceso inflamatorio más prolongado en comparación con el grupo II en el día 14, con un retraso en el proceso de cicatrización de las heridas en el grupo I; por tanto, el cierre de la herida y la formación del tejido de granulación fueron más rápidas en el grupo II, especialmente a partir del séptimo día desde el inicio del tratamiento13. Valerón Almazán et al.19, por otra parte, utilizan aceite de rosa mosqueta puro en una muestra inicial de 120 sujetos que se habían sometido a procedimientos quirúrgicos para la extirpación de tumores, aplicando 2 veces al día aceite de rosa mosqueta una vez retiradas las suturas a las 6 semanas de la intervención quirúrgica, para una revaluación de la herida pasadas otras 6 semanas desde dicha retirada. El ensayo destaca la mejoría cosmética de las cicatrices posquirúrgicas a nivel de decoloración, atrofia y eritema, especialmente en este último aspecto. Respecto a la atrofia, su mejora pudo ser consecuencia de la vitamina A, componente presente en el aceite de rosa mosqueta. No obstante, se consideró insuficiente la evidencia como para poder recomendar este aceite para la prevención y tratamiento en los casos de cicatrización patológica. No se observaron efectos adversos en ninguno de los sujetos de este último estudio19.
Aguirre Romero et al21 llevaron a cabo un ensayo clínico aleatorizado, abierto, controlado, prospectivo e intervencionista con el fin de evaluar la seguridad y eficacia del aceite de rosa mosqueta para prevenir y tratar heridas causadas en dedos para control glucémico en niños con diabetes mellitus tipo 1. Se aplicó durante 12 días aceite de rosa mosqueta sobre las lesiones digitales 2 veces al día. No obstante, el estudio concluye que la aplicación del aceite no supuso una mejora estadísticamente significativa de las lesiones digitales, probablemente por los sesgos metodológicos que pudieron haber actuado como variable confusión, o bien debido a la propia ineficacia del aceite de rosa mosqueta como producto cicatrizante. No se registraron efectos adversos tras su aplicación 21.
Por otro lado, se seleccionaron un total de 3 revisiones de la literatura para el análisis del aceite de rosa mosqueta como agente cicatrizante. La revisión de Silva dos Santos et al12 en 2009 relaciona el poder regenerativo tisular para la curación y cierre de las heridas del aceite con sus propiedades antiinflamatorias, ácidos grasos esenciales y ácido ascórbico, así como su acción favorecedora de la deposición de colágeno en la herida12. La revisión de Silva dos Santos et al14 de 2018 considera la actividad inmunomoduladora del aceite de rosa mosqueta como otro posible mecanismo cicatrizante. Asimismo, incluye el ensayo de Madjarof et al, que estudió el efecto del aceite de rosa mosqueta sobre cicatrices hipertróficas, y obtuvo una mejoría en elasticidad, apariencia y textura de la cicatriz. No obstante, no se pudo afirmar si los beneficios obtenidos fueron consecuencia de la rosa mosqueta o de otros productos tópicos asimismo administrados14.
Botta i Orfila y Vila Casanovas5 realizan una extensa revisión para el análisis de las propiedades y la acción farmacológica del aceite sobre cicatrices cutáneas y heridas de diversa etiología, abordando la posible eficacia del aceite de rosa mosqueta para acortar el tiempo de cicatrización sobre lesiones quirúrgicas, traumáticas, quemaduras o úlceras varicosas como consecuencia de los mecanismos principales siguientes: mayor organización del tejido de granulación, mayor deposición de colágeno sobre el lecho de la herida, una menor actividad inflamatoria sobre la herida y su acción antioxidante. No obstante, no existe consenso sobre su eficacia en la prevención o tratamiento de queloides y/o cicatrices hipertróficas. En uno de los estudios incluidos, se observó un aplanamiento de la cicatriz hipertrófica en las que habían recibido este aceite, así como una mejora estética de los queloides. No obstante, se remarca la necesidad de realizar futuros estudios que puedan confirmar los hallazgos obtenidos y superen las limitaciones metodológicas y sesgos de los estudios incluidos5.
DISCUSIÓN
El aceite de rosa mosqueta presenta una alta composición de ácidos grasos poliinsaturados (5,10,11,15,16,18,19, si bien presenta en menores cantidades ácidos grasos saturados5,12,14,17-19, vitaminas5,11,14-19, polifenoles11,12,14,16-19, carotenoides5,11,14,16,17,19 o aminoácidos12,16,18 en su estructura. Participa en el mantenimiento de la permeabilidad de membranas celulares5,10,12-14,18,19, favorece la mitosis celular12,18 e interviene en procesos de hidratación, epitelización y elasticidad cutánea5,10. Se ha descrito en la literatura su acción en la prevención de cicatrización complicada, en la aceleración del cierre de heridas y en la disminución del tamaño de cicatrices.
No obstante, el número de publicaciones relacionadas con la acción cicatrizante del aceite de rosa mosqueta es muy reducido, si bien se ha hallado un mayor número de resultados en los idiomas español, inglés y portugués. De los estudios seleccionados, solamente 3 de ellos hacen referencia a la aplicación del aceite de rosa mosqueta sobre queloides5,12,19, y 4 mencionan su aplicación sobre las cicatrices hipertróficas5,12,14,19. A pesar de la mejora estética referida por varios estudios5,14,19, no existe evidencia suficiente para ser recomendado clínicamente12,19.
Respecto al poder cicatrizante del aceite de rosa mosqueta, la mayoría de los estudios obtuvieron resultados positivos. Gran parte de los ensayos coinciden en la apreciación de un mayor tejido de granulación sobre el área de la herida5,13,14, una menor actividad inflamatoria5,12-14, una mayor remodelación y organización de las fibras de colágeno12-14, un proceso de cicatrización más rápido y una reducción de las dimensiones de las lesiones tratadas con aceite de rosa mosqueta5,12-14. Hay estudios que relacionan las propiedades antioxidantes5,12,19, inmunomoduladoras14 y antiinflamatorias atribuidas al aceite de rosa mosqueta como principales mecanismos favorecedores de la regeneración tisular5,12,19.
Respecto al tipo de aceite de rosa mosqueta, Cañellas et al11 consiguieron una cicatriz incluso de menores dimensiones utilizando el aceite de tipo refinado, que fue más estable en el tiempo y produjo menos cambios de olor y coloración en el lecho de la herida, en comparación con aceite puro11. No obstante, el ensayo de Valerón Almazán et al.19, utilizando aceite puro, consiguió que el 63% de los pacientes del grupo tratado presentase una menor decoloración de la cicatriz, en comparación al grupo control19. Por tanto, se plantea la duda de si el aceite, en caso de haber sido de tipo refinado en este último caso, hubiera conseguido un menor porcentaje de decoloración de la cicatriz.
Se ha de tener en cuenta que los estudios pueden tener importantes diferencias entre sí, como los tamaños muestrales, las características fisiológicas de los sujetos, el tipo de herida estudiada, las intervenciones quirúrgicas o los momentos de formación de cicatrices ya insaturadas. Asimismo, el tiempo de observación y de administración del aceite de rosa mosqueta sobre las heridas también difiere entre los estudios, pues hubo ensayos, como el de Valerón Almazán et al.19, en el que se comenzó a aplicar 6 semanas después de la intervención quirúrgica19, mientras que otros comenzaron 24 o 48 h después de la cirugía11, o incluso se aplicó en lesiones dermatológicas ya insaturadas21.
Se produjo una mayor coincidencia en cuanto a la dosis de administración del aceite de rosa mosqueta durante el desarrollo de los ensayos. Los estudios de Aguirre Romero et al.21, Valerón Almazán et al.19 y Cañellas et al11 coincidieron en la aplicación del aceite de rosa mosqueta sobre las heridas cada 12 h (2 veces al día)11,19,21, obteniendo beneficios cicatrizantes solamente los 2 últimos11,19.
Finalmente, la mayoría de los artículos y estudios seleccionados en las bases de datos no describen efectos adversos en ninguno de los sujetos participantes. Solamente se reportó como efecto adverso un exceso de maceración en el estudio de Cañellas et al.11 por la aplicación tópica de aceite de rosa mosqueta de forma precoz, en las primeras 48 h posquirúrgicas5,11. Por otro lado, el estudio de Aguirre Romero et al concluye que la aplicación de este aceite fue seguro como tratamiento tópico para las lesiones cutáneas21.
En resumen, se puede afirmar que la mayoría de los estudios consultados consiguieron resultados cicatrizantes satisfactorios aplicando de manera tópica aceite de rosa mosqueta sobre las heridas5,11-14,19. Además, solamente fue reportado un efecto adverso en uno de los estudios relacionado con su aplicación precoz5,11, por lo que puede afirmarse que es un producto seguro para ser administrado 21.
No obstante, los sesgos metodológicos de los estudios y heterogeneidad de resultados en cuanto al tipo de herida estudiada, tiempo de observación de la evolución de las heridas o las diferencias en cuanto a la pauta de administración seguida para la aplicación del aceite de rosa mosqueta impiden que este aceite pueda ser recomendado clínicamente.
Por tanto, es necesario realizar futuros estudios y ensayos clínicos respecto a las propiedades y aplicación clínica del aceite de rosa mosqueta sobre las heridas, que superen las limitaciones metodológicas de los estudios ya existentes y arrojen resultados más precisos y prometedores para la recomendación de este aceite en la práctica clínica.