Introducción
Las úlceras en extremidades inferiores (UEEII) se definen como lesiones con pérdida de continuidad de la piel, fascia, músculo o vasos sanguíneos de carácter crónico, sin tendencia a la cicatrización espontánea y de origen multicausal en miembros inferiores1,2.
Las UEEII pueden clasificarse en úlceras venosas, arteriales o úlceras del pie diabético (UPD). Las úlceras venosas son las más prevalentes, suponiendo un 75-80% de los casos, y son muy características en la insuficiencia venosa crónica3,4. Las úlceras arteriales aparecen principalmente por una disminución de la perfusión de sangre arterial. Las UPD presentan una fisiopatología multifactorial, siendo la polineuropatía su principal factor predisponente. Entre los sistemas de clasificación más utilizados en las UPD se encuentran el Meggitt-Wagner para la evaluación de la profundidad y la presencia de osteomielitis y/o gangrena en la úlcera, y el sistema de clasificación de heridas de la Universidad de Texas para evaluar la profundidad, presencia de infección y/o signos de isquemia5,6.
La prestación de los cuidados en las UEEII varía según su etiología, siendo necesario un correcto diagnóstico previo al tratamiento. Un diagnóstico etiológico inicial erróneo se ha asociado con un aumento de la cronicidad y la recidiva de estas lesiones7. Por este motivo, es necesario implementar opciones terapéuticas que optimicen el tratamiento8. En el abordaje y tratamiento de las UEEII es fundamental la medición, la evaluación rutinaria y la documentación seriada de las lesiones9-11. A este respecto, la medición del área y volumen constituyen los parámetros fundamentales para establecer un criterio predictivo sobre la evolución de las lesiones4. No obstante, debe considerarse que tomar una sola medida o característica de la lesión es insuficiente para determinar la evolución hacia su cicatrización. Debido a ello, se deben combinar varias características de la lesión en formato de escala de medida12.
La corrección de los déficits nutricionales constituye un elemento clave en la cicatrización exitosa de las úlceras13. La terapia nutricional en estos casos se traduce en el uso de macro y micronutrientes y líquidos, basado en estrategias de suplementación individual (un único nutriente) o combinada (varios nutrientes) para potenciar su efecto14. En la actualidad hay falta de información y consenso en cuanto a la vía de administración, tipo de fórmula y duración de la suplementación13.
En la terapia nutricional basada en macronutrientes destacan los aminoácidos, las proteínas, los ácidos grasos y los hidratos de carbono. Los aminoácidos favorecen la cicatrización al aumentar la síntesis de colágeno, y el uso de proteínas se debe a que su déficit se ha asociado con mayor riesgo de infección y disminución en la deposición de colágenos15,16. Los ácidos grasos han demostrado tener propiedades antiinflamatorias que favorecen la cicatrización13,17, y los hidratos de carbono son importantes por sus funciones energéticas18,19.
En la terapia nutricional basada en micronutrientes destacan las vitaminas y minerales. En estos casos se requieren cantidades muy pequeñas para la homeostasis, pues tanto su déficit como su exceso pueden resultar dañinos15. Las vitaminas son ampliamente utilizadas debido a su papel antioxidante y por ser promotores tanto del crecimiento como de la diferenciación celular20-24. Los minerales han demostrado ser beneficiosos, pues participan en muchas reacciones enzimáticas como la síntesis de colágeno13,15,20,25.
Por todo lo descrito, se plantearon como objetivos principales: detallar los suplementos dietéticos utilizados como soporte nutricional en el tratamiento de las UEEII y analizar su efectividad en los resultados clínicos. Y como objetivo secundario: identificar los instrumentos aplicados para la monitorización de los resultados en las UEEII.
METODOLOGÍA
Diseño y registro de protocolo. Se ha realizado una revisión sistemática cualitativa, y la evidencia se ha presentado de forma descriptiva y sin análisis estadístico. La revisión sistemática fue registrada en PROSPERO (ID: CRD42022329208).
Criterios de elegibilidad. Los criterios de elegibilidad fueron: a) pacientes adultos (> 18 años); b) estudios con diseño de ensayo clínico aleatorizado (ECA); c) publicados entre 2012 y 2022. Se excluyeron los estudios de casos, aportaciones a congresos, estudios en animales o in vitro, así como los duplicados.
Fuentes de información y estrategia de búsqueda. La presente revisión sistemática siguió las recomendaciones del informe PRISMA26. Las búsquedas se realizaron en 4 bases de datos: PubMed, Scopus, CINAHL y WOS. Se utilizaron palabras clave y sus sinónimos para maximizar la sensibilidad de la búsqueda27. La estrategia de búsqueda fue: "Treatment outcome" AND ("Nutritional support" OR "Dietary supplements" OR "Diet therapy") AND ("Leg ulcer" OR "Varicose ulcer" OR "Diabetic foot" OR "Foot ulcer") AND "Clinical trial".
Selección de los estudios. Los estudios localizados en las bases de datos se sometieron a 3 cribados por 2 autores de manera independiente: en el primer cribado, se procedió a la lectura del título y del resumen de los estudios, excluyéndose los duplicados; en el segundo cribado, se procedió a la lectura a texto completo, y en el tercer cribado, se llevó a cabo la valoración de la calidad metodológica. En caso de desacuerdo entre los 2 autores, se contó con un tercer autor para su resolución.
Valoración de la calidad de los estudios. La calidad de los estudios fue realizada por 2 autores independientes mediante el uso de la escala Jadad. Los ECA con una puntuación entre 3 y 5 se consideraron de alta calidad28 y, por consiguiente, incluidos en la revisión. En caso de desacuerdo entre los 2 autores, se contó con un tercer autor para su resolución.
Extracción y síntesis de datos. Los datos de los estudios seleccionados fueron recogidos en una siguiendo las recomendaciones de Del Pino et al.29. Los datos recogidos en la Tabla fueron: autor/es, año y referencia, diseño del estudio, período de estudio y país, muestra, características de la lesión y evaluación de los resultados. Se realizó una síntesis narrativa para explorar los hallazgos de los estudios.
RESULTADOS
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Selección de los estudios. Se localizaron 1.069 estudios, de los cuales se seleccionaron 12 (Figura 1).
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Valoración de la calidad de los estudios. Todos los estudios obtuvieron una calidad buena-excelente en la escala Jadad (Tabla 1)30-41.
Tabla 1. Valoración de la calidad metodológica de los estudios.
Autor/es, año y referencia Escala Jadad P1 P2 P3 P4 P5 Total Gunton et al., 202130 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 5 Mokhtari et al., 202131 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 5 Yarahmadi et al., 202132 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 5 Afzali et al., 201933 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 5 Razzaghi et al., 201834 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 5 Tan et al., 201835 ✓ ✓ ✓ X ✓ 4 McDaniel et al., 201736 ✓ ✓ ✓ X ✓ 4 Momen-Heravi et al., 201737 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 5 Razzaghi et al., 201738 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 5 Soleimani, A. et al., 201739 ✓ ✓ ✓ ✓ ✓ 5 Armstrong et al., 201440 ✓ ✓ ✓ X ✓ 4 Burkiewicz et al., 201241 ✓ ✓ ✓ ✓ X 4 Fuente: elaboración propia.
P: pregunta.
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Características de los estudios. Las características de los estudios se presentan en la Tabla 2 30-41. Todos los estudios fueron ECA, publicados en Irán31-34,37-39, Estados Unidos35,36,40, Brasil41 y Australia30. Los métodos de muestreo fueron: aleatorizado estratificado en 7 estudios31,34,37-41 y aleatorizado simple en 12 estudios30,32,33,35,36. La muestra estuvo compuesta por 790 participantes (27,85% mujeres), con una edad media de 58,95 años. Siete estudios utilizaron sistemas estandarizados de clasificación de lesiones31,33,34,37-40. De estos, 6 utilizaron la clasificación Meggitt-Wagner31,33,34,37-39 y 1 la clasificación de heridas de la Universidad de Texas40.
Tabla 2. Características de los estudios.
Autor/es, año y referencia Diseño del estudio y país Muestra/características de la lesión Evaluación de los resultados Gunton et al., 202130 ECA Muestreo: aleatorizado simple Cegamiento: doble ciego Período de estudio: 8 semanas (año no especificado) País: Australia Muestra: 16 participantes de la clínica del hospital de Westmead con úlcera del pie activa GC (placebo): 9 (9 hombres) GI (vitamina C): 7 (5 hombres) Edad media: 60,4 ± 17,5 Tipo de lesión: úlceras del pie (los pacientes se encontraban en una o varias de las siguientes situaciones: 8 con vasculopatía, 8 con diabetes, 9 con neuropatía y 3 con deformidades) Tamaño inicial y duración media: GC: 100 mm3 9 semanas GI: 180 mm3 9 semanas Reducción porcentual del tamaño de la úlcera a las 9 semanas mediante una cámara 3D de silueta o medida directa porcentaje de úlceras cicatrizadas tiempo hasta el 50 y 100% de cicatrización y tasa de cicatrización. Análisis sérico de vitamina C Mokhtari et al., 202131 ECA Muestreo: aleatorio estratificado Cegamiento: doble ciego Período de estudio: enero-julio 2019 País: Irán Muestra: 50 participantes de la clínica Shahid Beheshti en Kashan GC (placebo): 25 (20 hombres) GI (curcumina): 25 (19 hombres) Edad media: GC: 55,8 ± 9,4 GI: 57,4 ± 11,7 Tipo de lesión: úlcera pie diabético grado 3 según Meggitt-Wagner Tamaño inicial (longitud): GC: 2,0 ± 1,0 cm GI: 2,3 ± 1,3 cm Los niveles de insulina sérica y la resistencia a la insulina detectados por análisis sérico se consideraron como las medidas de resultado primarias, y la cicatrización como secundaria. El área de la úlcera se midió directamente Yarahmadi et al., 202132 ECA Muestreo: aleatorizado simple Cegamiento: doble ciego Período de estudio: agosto 2019-junio 2020 País: Irán Muestra: 25 participantes del Hospital de Cirugía Vascular Alavi en Mashhad GC (placebo): 12 (9 hombres) GI (vitaminas E + C): 13 (9 hombres) Edad media: GC: 59,58 ± 9,24 GI: 55,62 ± 9,68 Tipo de lesión: úlcera de pie diabético Tamaño inicial y duración: GC: 11,9 ± 2,1 cm2 47,91 ± 37,81 semanas GI: 11,9 ± 2,1 cm2 45,38 ± 40,35 semanas El tamaño de la herida, el área (analizando imágenes con el software ImageJ) y la tasa de curación constituyeron los resultados primarios y el análisis sérico de la resistencia a la insulina, perfil lipídico, biomarcadores de inflamación (VSG y PCR-as), estrés oxidativo (PAB y ácido úrico), homocisteína, función hepática y renal como secundarios Afzali et al., 201933 ECA Muestreo: aleatorizado simple Cegamiento: doble ciego Período de estudio: noviembre 2017-septiembre 2018 País: Irán Muestra: 57 participantes de la Clínica Shahid Beheshti en Kashan GC (placebo): 28 (22 hombres) GI (magnesio + vitamina E): 29 (23 hombres) Edad media: GC: 55,5 ± 4,9 GI: 57,2 ± 11,0 Tipo de lesión: úlcera del pie diabético grado 3 según Meggitt-Wagner Tamaño inicial (longitud): GC: 3,1 ± 1,1 cm GI: 2,8 ± 1,3 cm La cicatrización de heridas (tamaño mediante medición directa multiplicando el mayor por el segundo mayor diámetro perpendicular de la lesión cutánea) y el metabolismo de la insulina (análisis sanguíneo) se consideraron resultados primarios y otros perfiles metabólicos como secundarios Razzaghi et al., 201834 ECA Muestreo: aleatorizado estratificado Cegamiento: doble ciego Período de estudio: diciembre 2016-febrero 2017 País: Irán Muestra: 70 participantes del Hospital Naghavi en Kashan GC (placebo): 35 (24 hombres) GI (magnesio): 35 (22 hombres) Edad media: GC: 59,0 ± 10,1 GI: 60,1 ± 11,1 Tipo de lesión: úlcera del pie diabético grado 3 según Meggitt-Wagner Tamaño inicial (longitud): GC: 3,6 ± 1,6 cm GI: 3,6 ± 2,7 cm La cicatrización lesional (área y volumen de la úlcera medidos de forma directa) y el metabolismo de la glucosa (análisis sanguíneo) se consideraron resultados primarios el perfil lipídico y marcadores de inflamación y estrés oxidativo como resultados secundarios Tan et al., 201835 ECA Muestreo: aleatorizado simple Cegamiento: doble ciego Período de estudio: agosto 2012-julio 2015 País: EE. UU. Muestra: 35 participantes de 2 clínicas ambulatorias en el Medio Oeste GC (placebo): 19 (11 hombres) GI (ácido eicosapentaenoico + ácido docosahexaenoico): 16 (10 hombres) Edad media: GC: 60,9 ± 11,8 GI: 60,3 ± 12,6 Tipo de lesión: úlcera venosa crónica en la pierna Tamaño inicial y duración: GC: 19,7 ± 23,2 cm2 63,2% > 6 meses GI: 15,6 ± 34,4 cm2 50% > 6 meses Se midieron los niveles plasmáticos de ácidos grasos, IL-6, IL-1β y TNF-α de forma periódica mediante análisis de sangre McDaniel et al., 201736 ECA Muestreo: aleatorizado simple Cegamiento: doble ciego Período de estudio: agosto 2012-julio 2015 País: EE. UU. Muestra: 35 participantes con tratamiento en centros integrales de heridas afiliados a la Universidad de Midwest GC (placebo): 19 (11 hombres) GI (ácido eicosapentaenoico + ácido docosahexaenoico): 16 (10 hombres) Edad media:; GC: 60,9 ± 11,8 GI: 60,3 ± 12,6 Tipo de lesión: úlcera venosa crónica de la pierna Tamaño inicial y duración: GC: 19,7 ± 23,2 cm2 63,2% > 6 meses GI: 15,6 ± 34,4 cm2 50% > 6 meses Se midió el área de la úlcera mediante "Wound Zoom", un sistema de fotogrametría de cámara digital y se realizaron análisis séricos de PMN y PUFA y de fluido de la úlcera venosa para PMN y MMP-8 Momen-Heravi et al., 201737 ECA Muestreo: aleatorizado estratificado Cegamiento: doble ciego Período de estudio: agosto 2015-noviembre 2015 País: Irán Muestra: 60 participantes de la clínica Shahid Beheshti en Kashan GC (placebo): 30 (21 hombres) GI (zinc): 30 (21 hombres) Edad media: GC: 60,0 ± 10,0 GI: 58,3 ± 8,6 Tipo de lesión: úlcera pie diabético grado 3 según Meggitt-Wagner Tamaño inicial (longitud): GC: 3,1 ± 1,6 cm GI: 3,1 ± 1,5 cm La cicatrización lesional (área y volumen medidos de forma directa) y el metabolismo de la insulina (análisis sérico) fueron resultados primarios. Los lípidos y los biomarcadores de inflamación y estrés oxidativo, resultados secundarios Razzaghi et al., 201738 ECA Muestreo: aleatorizado estratificado Cegamiento: doble ciego Período de estudio: noviembre 2015-enero 2016 País: Irán Muestra: 60 participantes de la clínica Shahid Beheshti en Kashan GC (placebo): 30 (22 hombres) GI (vitamina D): 30 (22 hombres) Edad media: GC: 58,6 ± 8,6 GI: 59,6 ± 8,2 Tipo de lesión: úlcera pie diabético grado 3 según Meggitt-Wagner Tamaño inicial y duración: no descrito Se midieron como resultados primarios la cicatrización (tamaño medido directamente) y los marcadores séricos de resistencia a la insulina. El perfil lipídico y los biomarcadores de inflamación y estrés oxidativo se midieron como secundarios mediante análisis de sangre Soleimani et al., 201739 ECA Muestreo: aleatorizado estratificado Cegamiento: doble ciego Período de estudio: abril 2016-julio 2016 País: Irán Muestra: 60 participantes de una clínica infecciosa afiliada a la Universidad de Kashan GC (placebo): 30 (23 hombres) GI (ácidos grasos omega-3): 30 (23 hombres) Edad media: GC: 59,9 ± 9,2 GI: 58,8 ± 11,2 Tipo de lesión: úlceras pie diabético grado 3 según los criterios de Meggitt-Wagner con celulitis y pulso distal Tamaño inicial y duración: GC: 3,4 ± 1,7 cm 3,4 ± 0,8 semanas GI: 3,5 ± 2,3 cm 3,3 ± 0,9 semanas Se consideraron resultados primarios la cicatrización (área y volumen medidos de forma directa) y los parámetros séricos de homeostasis de la glucosa. Los lípidos y los biomarcadores de inflamación y estrés oxidativo se midieron como secundarios por análisis sanguíneo Armstrong et al., 201440 ECA Muestreo: aleatorizado estratificado Cegamiento: doble ciego Período de estudio: julio 2008-agosto 2010 País: EE. UU. Muestra: 270 participantes de 38 hospitales y clínicas de EE. UU. (36), Europa (1) y Taiwán (1) GC (control): 141 (111 hombres) GI (suplementos): 129 (93 hombres) Edad media: GC: 59 ± 29,88 GI: 58 ± 28,86 Tipo de lesión: úlcera del pie diabético y neuropatía de 30 días-12 meses, 1-10 cm2 y perfusión adecuada Tamaño inicial y duración: GC: 1,8 cm2 3 meses GI: 1,6 cm2 3 meses Proporción de sujetos con cierre total, tiempo hasta la cicatrización. Criterios secundarios: la reducción del ≥ 15% en el área en 1 semana, del ≥ 50% en 4 semanas, la calidad de vida y las complicaciones. La úlcera se analizaba por planimetría bidimensional utilizando fotografía digital validada Burkiewicz et al., 201241 ECA Muestreo: aleatorizado estratificado Cegamiento: doble ciego Período de estudio: octubre 2009-octubre 2011 País: Brasil Muestra: 52 participantes de una clínica de cirugía vascular del Hospital Universitario Evangélico de Curitiba GC (no úlcera): 26 (22 mujeres) GI (con úlcera): subgrupo 1 (vitamina D): 4 subgrupo 2 (suplemento con vitamina D): 13 subgrupo 3 (placebo): 8 Edad media:; GC: 61,61 ± 7,61 GI: 57,15 ± 11,36 Tipo de lesión: úlcera venosa crónica Tamaño inicial y duración: 1-406 cm2 (x-: 26,5 cm2) 1-360 meses (x-: 30 meses) Análisis sanguíneos para determinar vitamina D y creatinina sérica medida del tamaño de la úlcera de forma directa midiendo los diámetros vertical y longitudinal para calcular el área afectada escala EVA del dolor Fuente: elaboración propia.
ECA: ensayo clínico aleatorizado; EVA: escala visual analógica; GC: grupo control; GI: grupo intervención; IL: interleucina; MMP-8: metaloproteinasa de matriz-8; PAB: equilibrio prooxidante-antioxidante; PCR-as: proteína C reactiva de alta sensibilidad; PUFA: ácidos grasos poliinsaturados; TNF-α: factor de necrosis tumoral alfa; VSG: velocidad de sedimentación globular.
Ocho estudios se centraron en el tratamiento de las UPD31-34,37-40, 3 en las úlceras venosas35,36,41 y otro en las úlceras del pie de diferentes etiologías30.
Siete estudios realizaron mediciones directas de las úlceras31,33,34,37-39,41. De estos, en 3 el tamaño de la úlcera se calculó multiplicando los 2 diámetros perpendiculares mayores de la lesión33,38,41. Dos estudios valoraron el tamaño de la úlcera mediante la suma de los 2 diámetros perpendiculares mayores junto a la profundidad de la úlcera33,38. En 3 estudios además consideraron el volumen lesional, calculándose al multiplicar el área por la profundidad máxima de la úlcera34,37,39.
Instrumentos para la monitorización de resultados en las úlceras. Dos estudios utilizaron el instrumento Silhouette wound assessment system, tratándose de una tecnología 3D que permite determinar el tamaño de la úlcera y calcular la reducción porcentual respecto al volumen inicial de la úlcera30,40. Un estudio empleó el Software ImageJ, que permite analizar las imágenes digitales previamente tomadas de cada herida para poder calcular el área acumulada de las lesiones32. Otro estudio utilizó el Wound Zoom, que es un sistema de fotogrametría que permite documentar heridas utilizando un dispositivo de imágenes portátiles con láser proyectado y sensor con corrección de profundidad y sesgo36.
Principales suplementos dietéticos empleados en el tratamiento de las UEEII. Todos los estudios basaron sus intervenciones en la suplementación dietética, administrándose por vía oral en todos los casos. Cinco estudios emplearon terapia nutricional con suplementación combinada32,33,35,36,40. De estos, 1 utilizó vitaminas E y C32; otro utilizó vitamina E y magnesio33; 2 aplicaron ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA)35,36, y otro combinó arginina, glutamina y β-hidroxi-β-metilbutirato40. El resto de los estudios utilizaron terapia nutricional con suplementación de componente único: vitamina C30, nanocurcumina31, magnesio34, sulfato de zinc37, ácidos grasos omega-339 y vitamina D38,41.
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Efectividad de los suplementos nutricionales para mejorar la cicatrización de las UEEII. En la Tabla 3 30-41 se presenta la efectividad de los estudios. Siete midieron los niveles séricos del nutriente suplementado, y se encontró una elevación significativa en el grupo intervención (GI) respecto al grupo control (GC) tras el soporte nutricional33-38,41. El déficit basal del nutriente se reportó en 3 estudios30,38,41.
Tabla 3. Efectividad de los suplementos nutricionales de los estudios.
Autor/es, año y referencia Suplemento/dosis Efectividad Gunton et al., 202130 Vitamina C (500 mg/día) La cicatrización a las 8 semanas fue mejor en el GI, en el que todos consiguieron la cicatrización (mediana 100 frente a -14%; p = 0,041). De igual modo ocurrió con el tiempo hasta el 50% de cicatrización, 20 días de media en GI frente a 48 días en GC (p = 0,028) Mokhtari et al., 202131 Nanocurcumina (80 mg/día) La ingesta de nanocurcumina no tuvo efectos significativos sobre la longitud, la anchura y la profundidad de la úlcera. Disminuyó de forma significativa la GPA, la insulina, el cLDL total y la resistencia a la insulina, y se aumentó la sensibilidad a la insulina y la capacidad antioxidante. Los resultados no fueron significativos para HbA1c, triglicéridos, VLDL y HDL Yarahmadi et al., 202132 200 UI/2 días de vitamina E + 250 UI/2 días de vitamina C A las 8 semanas, se describió reducción significativa en la longitud, la anchura y el área superficial de las heridas en ambos grupos, pero más significativamente en GI (p = 0,019). Seis heridas (46,1%) en GI y 2 (16,6%) en GC se cerraron por completo, lo que fue estadísticamente significativo (p < 0,02). Disminución significativa en GI de VSG, PAB y PCR-as respecto a GC (p < 0,05) Afzali et al., 201933 250 mg/día de magnesio + 400 UI/día de vitamina E En comparación con GC, en el GI se redujo la longitud de la úlcera (p = 0,003), la anchura (p = 0,02) y la profundidad (p = 0,02). Sí hubo en GI una reducción significativa de glucemia basal, insulina, resistencia a la insulina y HbA1c, así como una elevación significativa de la sensibilidad a la insulina y el magnesio sérico. Además, se disminuyeron los triglicéridos, el cVLDL, LDL, PCR-as y VSG. Aumentó los niveles de HDL. Además, los niveles de magnesio ascendieron de 1,50 a 1,83 mg/dl tras la intervención Razzaghi et al., 201834 Magnesio (250 mg/día) En el GI, a las 12 semanas, se redujo significativamente la longitud (−1,8 ± 2,0 frente a −0,9 ± 1,1 cm; p = 0,01), la anchura (−1,6 ± 2,0 frente a −0,8 ± 0,9 cm; p = 0,02) y la profundidad de la úlcera (−0,8 ± 0,8 frente a 0,3 ± 0,5 cm; p = 0,003), así como la GPA, la insulina y la PCR-as respecto al GC. Hubo un aumento significativo del magnesio sérico (+0,3 ± 0,3 frente a −0,1 ± 0,2 mg/dl; p < 0,001), la sensibilidad a la insulina y la capacidad antioxidante. No hubo cambios significativos en la resistencia a la insulina, lípidos y biomarcadores inflamatorios en ambos grupos Tan et al., 201835 1,5 g de EPA + 1 g de DHA/día En el GI los niveles de EPA y DHA fueron significativamente más altos en la semana 4 y en la 8 (p < 0,001) y los niveles de AA significativamente más bajos en las sucesivas semanas, así como la proporción AA: EPA y n-6: n-3 (p < 0,001). Se produjo un descenso significativo en el GI de los niveles séricos de IL-6, IL-1β y TNF-α en la semana 4, y de forma aún más significativa a las 8 semanas (p < 0,001) McDaniel et al., 201736 2,5 g de EPA + 1 g de DHA/día En el GI hubo un aumento significativo de EPA y DHA en sangre a los días 28 y 56 (p < 0,001), así como un descenso de AA y proporción AA: EPA (p < 0,001) respecto al GC. Disminuyeron los niveles de leucocitos polimorfonucleares sérico y en fluido en el GI, pero sin diferencias significativas entre los grupos. La cicatrización fue mayor en el GI que en el GC, pero sin una diferencia estadísticamente significativa. Se detectaron relaciones negativas significativas entre la cicatrización y los niveles de leucocitos polimorfonucleares y MMP-8, y positivas respeto a EPA, DHA y n-3 PUFA Momen-Heravi et al., 201737 220 g de sulfato de zinc/día En el GI, a las 12 semanas, se redujo significativamente la longitud (p = 0,02) y ancho (p = 0,02) de la úlcera y hubo ; un aumento significativo en los niveles séricos de zinc (+12,7 frente a -3,5 mg/dl; p < 0,001) respecto al GC. Los cambios en el GI en la GPA, concentración, sensibilidad y resistencia de la insulina, así como en la HbA1c fueron significativamente diferentes respecto a GC. Hubo además aumentos significativos en el cHDL, capacidad antioxidante total en sangre y glutatión en el GI, y disminuciones significativas en la PCR-as y las concentraciones séricas de malondialdehído Razzaghi et al., 201738 50.000 UI/2 semanas ; de vitamina D En comparación con el placebo, la suplementación con vitamina D resultó en una reducción significativa de la longitud (−2,1 ± 1,1 frente a −1,1 ± 1,1 cm; p = 0,001), la anchura (−2,0 ± 1,2 frente a −1,1 ± 1,0 cm; p = 0,02) y la profundidad (−1,0 ± 0,5 frente a −0,5 ± 0,5 cm; p < 0,001) de la úlcera. Además, en el GI se redujo la resistencia a la insulina, su concentración sérica, la función de las células β, la HbA1c, suero total, LDL, PCR-as, VSG y malondialdehido. También hubo un aumento significativo de 25-hidroxivitamina D y la sensibilidad a la insulina Soleimani et al., 201739 2 × 1.000 mg/día de ácidos grasos omega-3 de aceite ; de linaza La suplementación con ácidos grasos omega-3, en comparación con el placebo, produjo reducciones significativas en la longitud (p = 0,03), la anchura (p = 0,02) y la profundidad (p = 0,001) de la úlcera. Hubo también reducciones significativas en la concentración de insulina sérica, resistencia a la insulina, la PCR-as. En el GI se aumentó significativamente la sensibilidad a la insulina, la capacidad antioxidante total y el glutatión total. No hubo cambios en los perfiles de lípidos y otros biomarcadores de inflamación y estrés oxidativo de forma significativa Armstrong et al., 201440 7 g de arginina, 7 g de glutamina y 1,5 g de β-h-β-m/día No hubo diferencias significativas en los resultados primarios, el área de la herida y otros resultados secundarios. En sujetos con un ITB inicial < 1,0 y albúmina ≤ 40g/l hubo una proporción significativamente mayor de cicatrización total de la herida en el GI Burkiewicz et al., 201241 50.000 UI/semana de vitamina D La vitamina D sérica basal fue significativamente menor en GI que en el GC. En cuanto a los que tenían úlcera, no se evidenció correlación entre la deficiencia basal de vitamina D y las características de la úlcera. Tras el tratamiento con vitamina D hubo mayor curación en los que recibieron el suplemento con tendencia a la significancia estadística Fuente: elaboración propia.
AA: ácido araquidónico; cHDL: colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad; cLDL: colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad; DHA: ácido docosahexaenoico; EPA: ácido eicosapentaenoico; GC: grupo control; GI: grupo intervención; GPA: glucosa plasmática en ayunas; HbA1c: hemoglobina glucosilada; MMP-8: metaloproteinasa de matriz-8; n-3 PUFA: ácidos grasos poliinsaturados omega-3; n-6 PUFA: ácidos grasos poliinsaturados omega-6; PAB: equilibrio prooxidante-antioxidante; PCR-as: proteína C reactiva de alta sensibilidad; β-h-β-m: β-hidroxi-β-metilbutirato; UPD: úlcera del pie diabético; VLDL: lipoproteínas de muy baja densidad; VSG: velocidad de sedimentación globular.
La correlación entre el tamaño inicial de la úlcera y los niveles séricos del nutriente fue negativa de forma significativa para la vitamina C en uno de los estudios30. En otro estudio se obtuvo la misma correlación, pero referida a la vitamina D41.
En 6 estudios se produjo una reducción significativa en los marcadores de cicatrización de las UPD mediante la suplementación dietética32-34,37-39. Además, 2 estudios reportaron mejoras significativas en la tasa de cicatrización y el tiempo de curación mediante el uso de la suplementación vitamínica30,32. Sin embargo, 2 estudios reportaron no encontrar diferencias significativas en la cicatrización de las UPD suplementadas31,40. En el caso de las úlceras venosas, no se beneficiaron en términos de cicatrización por la suplementación de forma significativa, pero sí con una tendencia a la significancia36,41.
En 7 estudios, el perfil metabólico y los biomarcadores de inflamación y estrés oxidativo sufrieron cambios significativos tras el uso de suplementos nutricionales31-34,37-39. Por un lado, se logró disminuir la glucosa plasmática en ayunas, la insulina y la resistencia a la insulina31,33,37-39, el cLDL (colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad) total31,38, la HbA1c33,37,38, la velocidad de sedimentación globular32,38, el balance prooxidante-antioxidante32, la proteína C reactiva de alta sensibilidad32,34,37-39 y los niveles de malondialdehido37,38. Por otro lado, se produjo un aumento significativo de la sensibilidad a la insulina en 6 estudios31,33,34,37-39, de la capacidad antioxidante en 431,34,37,39 y de los niveles de glutatión total en 237,39.
Dos estudios reportaron el efecto de la suplementación nutricional en los marcadores inflamatorios en úlceras venosas35,36. En este sentido, la suplementación con EPA y DHA supuso un descenso significativo de las citocinas proinflamatorias. Los niveles de leucocitos polimorfonucleares y proteasas derivadas en sangre y fluidos asociados a la inflamación crónica y cicatrización retardada presentaron un descenso significativo en 1 de los estudios36; no obstante, este descenso no fue significativo en otro35.
DISCUSIÓN
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Características de las lesiones. Ocho estudios se centraron en pacientes con UPD31-34,37-40. Esto se puede deber a que las UPD representan la primera causa de amputación de extremidades de origen no traumático en el mundo4. No obstante, entre el 75 y el 80% de las UEEII son úlceras venosas3, que solo se trataron en 3 estudios35,36,41. Las úlceras arteriales no se han descrito en la revisión. En este sentido, diversos autores refieren que existe un sesgo epidemiológico debido al concepto de úlcera mixta4.
En la revisión, el tiempo de evolución medio de las UPD fue de 21 semanas. Por consiguiente, cumplirían con el requisito de 3 meses de evolución para poder considerarlas heridas crónicas42. Las úlceras venosas presentaron una duración mayor a 6 meses35,36,41. Diversos autores afirman que entre el 40 y el 50% de las úlceras venosas tienen una duración de entre 6 meses y 1 año43, lo que concuerda con nuestros hallazgos.
Once estudios midieron de forma directa la longitud, la anchura, la profundidad, el área y volumen de la úlcera30-34,36-41. Diversos autores refieren que el tamaño de la úlcera es un buen parámetro de medición, aunque puede ser dificultosa si las lesiones son irregulares, lo que provocaría reducción de su significatividad y fiabilidad44,45.
Tres estudios midieron el volumen de la úlcera34,37,39. Los estudios emplearon medidas lineales multiplicando el área estimada por la profundidad máxima de la úlcera, sin mencionar ni reflejar el uso de la fórmula de Kundin, ampliamente recomendada4,45.
Instrumentos para la monitorización de resultados en las úlceras. Cuatro estudios emplearon instrumentos de medida específicos y precisos para cuantificar los resultados, destacándose el Silhouette wound assessment system, el Software ImageJ y el Wound Zoom30,32,36,40. Diversos autores han destacado la importancia de utilizar instrumentos específicos, recomendando la fotografía digital combinada con software de análisis de heridas o trazado con acetato39. Instrumentos como el Wound Zoom se han descrito en otros estudios, que describen que proporciona información inmediata tras su uso y evitan su procesamiento posterior46.
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Principales suplementos dietéticos empleados en el tratamiento de las UEEII. Tres estudios describieron el uso de ácidos grasos omega-3, con dosis diarias entre los 2 y los 3,5 g35,36,39. Estas dosis no distan de las recomendaciones de ingesta diaria basal47 y son similares a las descritas por otros autores48.
En cuanto a los micronutrientes, destacó el uso de vitaminas. La vitamina C se describió en 2 estudios reportando gran variabilidad en la dosis empleada30,32. Diversos autores ajenos a la revisión indican que los requerimientos de vitamina C estimados en pacientes con heridas crónicas es de 500 mg/día49. Otro estudio encontró que los niveles séricos de vitamina C se correlacionan positivamente con la gravedad de las lesiones50. Dos estudios utilizaron la misma dosis de vitamina D (50.000 UI) con diferente periodicidad38,41. Esto coincide con lo descrito por otros autores que recomiendan una dosis diaria semanal de vitamina D de 47.600 UI51. Algunos autores refieren que existe una asociación significativa entre la deficiencia grave de vitamina D y el riesgo de UPD, y recomiendan su suplementación en caso de aparición52.
En cuanto a la vitamina E, autores de la revisión han empleado una dosis diaria de 300 mg (400 UI) en combinación con magnesio33. No obstante, hay autores que refieren que el consumo dietario recomendado de vitamina E es de 15 mg/día53. Otros autores han descrito que dosis diarias superiores a 400 UI se consideran altas y podrían suponer efectos nocivos54. Un estudio de la revisión aplicó vitamina E en combinación con zinc, administrado una dosis de 50 mg de zinc elemental37. Sin embargo, el consumo diario recomendado es de 8-11 mg y la suplementación recomendada para el tratamiento de heridas es de 40 mg/día20.
Todos los suplementos dietéticos se administraron por vía oral, lo que coincide con otros autores como Melo et al.55. No obstante, otros estudios ajenos a la revisión incluyeron suplementos aplicados por vía tópica y refieren que hubo un beneficio mayor en los administrados por vía sistémica56.
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Efectividad de los suplementos nutricionales para mejorar la cicatrización de las UEEII. La efectividad de los suplementos se reportó en diferentes términos. Siete estudios describieron la elevación de los niveles séricos del nutriente aplicado como una de las medidas de efectividad33-38,41. Estos reportaron una elevación significativa del nutriente suplementado en el GI respecto al GC.
Diez estudios reportaron un beneficio significativo de la suplementación en los indicadores de cicatrización en las UPD y con tendencia a la significancia en las úlceras venosas30,34-39,41. No obstante, esto se contraponen a lo descrito por Ye y Mani56.
Once estudios describieron la efectividad de los suplementos en la modificación del perfil metabólico y los biomarcadores de inflamación y estrés oxidativos30-39,41. El control metabólico es fundamental en el caso de neuropatía diabética57, y los mediadores inflamatorios son responsables directos de estados crónicos de inflamación y retraso en la cicatrización58. Un estudio describió que el uso de nanocurcumina en pacientes con UPD reportó mejoras significativas en el perfil metabólico, aunque no evidenció efectos en la cicatrización31. Otros autores han descrito que la suplementación nutricional durante 12 semanas logró reducir la inflamación en pacientes con UPD59.
Dos estudios manifestaron que el aumento de EPA y DHA supuso una disminución significativa de los niveles séricos de AA (ácidos grasos omega-6) y en la proporción AA/EPA35,36. Estos hallazgos están en consonancia con otros estudios60,61.
La suplementación con vitamina D fue efectiva en la cicatrización de las UPD en uno de los estudios38. En otro estudio se obtuvieron beneficios en las úlceras venosas, pero no se reportaron efectos significativos41. A este respecto, diversos autores han descrito que la deficiencia severa de vitamina D supone un importante factor de riesgo para las infecciones del pie diabético, por tanto, se postula como uno de los tratamientos complementarios preferentes para las UPD62,63. A este respecto, algunos autores refieren que son necesarias pruebas más convincentes y sólidas sobre el papel de la suplementación con vitamina D en la cicatrización de las lesiones64.
Los estudios que emplearon magnesio reportaron un efecto significativo en la reducción de las lesiones33,34. No obstante, Afzali et al.33 aplicaron una terapia combinada de magnesio y vitamina E, y no identificaron el nutriente responsable del efecto. En este sentido, otros autores han descrito una importante relación entre los niveles de magnesio y la incidencia de las UPD65.
Un estudio describió que la suplementación con zinc mostró una disminución significativa de las UPD tras su administración oral37. Diversos autores han reportado que su ingesta parece relevante en pacientes con heridas crónicas49. No obstante, su uso parece más cuestionado en las úlceras venosas, en las que no se han reportado tantos beneficios en la cicatrización66.
Limitaciones
Una de las principales limitaciones de la revisión ha sido la heterogeneidad de los estudios, lo que podría dificultar la generalización de los resultados. No obstante, dicha heterogeneidad, si se trata metódicamente, tal y como se ha realizado en esta revisión, aporta valiosos datos en la investigación67. En cuanto a la estrategia de búsqueda, hubo una limitación al no incluir un término relacionado con los instrumentos de medida. Entre las limitaciones también ha destacado el tamaño muestral pequeño de los ECA incluidos en la revisión. Otra limitación se debe a que la revisión se ha realizado de los 10 últimos años. Además, debemos considerar algunos sesgos presentes en la revisión: 1) sesgo de publicación, pues se han podido no incluir estudios no publicados que pueden sobreestimar el efecto de la intervención; 2) sesgo de selección, si bien los estudios han seguido una asignación aleatorizada, no todos han especificado las medidas de ocultación68. Por otro lado, una de las fortalezas de esta revisión es la alta valoración de la calidad metodológica de los estudios seleccionados69.
CONCLUSIONES
Los instrumentos para la monitorización de las úlceras son fundamentales para poder interpretar los resultados de la terapia nutricional. Por ello, se recomienda emplear técnicas más precisas utilizando la fotografía digital validada, softwares específicos para el análisis de imágenes o sistemas de fotogrametría de cámara digital única. En cuanto a los suplementos dietéticos, fueron principalmente micronutrientes, de componente único y administrados por vía oral. Las lesiones más frecuentes fueron las UPD seguidas de las úlceras venosas y no se encontraron estudios que versasen sobre úlceras arteriales. Se ha descrito una mayor eficacia de la vitamina D a dosis altas, gran variabilidad en la dosis de vitamina C y un gran consenso en lo referente en la dosificación de ácidos grasos y magnesio. Finalmente, los suplementos nutricionales han mostrado ser efectivos en los resultados clínicos. Por un lado, han permitido elevar los niveles basales de cada nutriente permitiendo corregir déficits y mejorar parámetros analíticos y, por otro, han supuesto un beneficio significativo en los indicadores de cicatrización de las UPD y con tendencia a la significancia en las úlceras venosas. Además, se ha mostrado una gran efectividad en la mejoría del perfil metabólico y en los biomarcadores de inflamación y de estrés oxidativo.