INTRODUCCIÓN
Los ancianos representan un segmento amplio y heterogéneo de la población, porque el inicio de esta etapa fisiológica no está claramente delimitado y en ella se incluyen los mayores de 65 años con independencia de su nivel de salud1,2. En general, este grupo poblacional se caracteriza por tener menor capacidad funcional y mayor riesgo de fragilidad2-4. Como consecuencia, se incrementa el riesgo de tener déficits nutricionales que causan desnutrición y/o condiciones patológicas con pérdida de autonomía, aislamiento y morbimortalidad1,3.
La valoración integral del estado de salud de este segmento poblacional puede favorecer el envejecimiento saludable y la disminución de la dependencia1,3,5. En esta valoración, el estado nutricional (EN) tiene una enorme transcendencia, porque los ancianos desarrollan los déficits nutricionales por enfermedades o deficiencias (astenia, fragilidad, malabsorción, etc.) que inducen desnutrición6-8. Por ello, para determinar el EN hay que considerar muchos factores, entre los que destacan: enfermedad, capacidad funcional, deterioro cognoscitivo, etc.1,2,8.
La prevalencia de desnutrición que tiene una población es difícil de establecer, porque varía en función del medio y los criterios diagnósticos utilizados2-4,6,9-20. Los profesionales sanitarios disponen de numerosos métodos para valorar el EN de los ancianos (encuestas, exploraciones, biometría, etc.), pero ninguno es considerado el gold standard para identificar el riesgo o la desnutrición1,9,21. Este estudio siguió las recomendaciones de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y la European Society for Parenteral and Enteral Nutrition, utilizando el Mini Nutricional Assessment (MNA) para valorar el EN de los ancianos institucionalizados en centros residenciales1,9,12,21-27.
La adaptación del MNA al español se realizó en 1996 con pacientes geriátricos para una valoración nutricional rápida y sencilla en nuestra práctica clínica22-27. El MNA completo realiza una evaluación global del EN y se denomina Mini Nutritional Assessment Large Form (MNA-LF), tiene 18 ítems que realizan una evaluación antropométrica (ítems: B, F, Q y R), general (ítems: C, D, E, G, H e I), dietética (ítems: A, J, K, L, M y N) y subjetiva (ítems: O y P). La validación del MNA-LF como herramienta independiente se realizó en 2002 y se actualizó por última vez en 200922-27. Esta actualización incluye un cribado, el Mini Nutritional Assessment Short Form (MNA-SF), con 6 ítems que realizan una evaluación antropométrica (ítems: B y F), general (ítems: C, D, E) y dietética (ítem: A).
El presente estudio se consideró necesario ante la ausencia de investigaciones en el ámbito de Galicia sobre la desnutrición de ancianos institucionalizados en centros residenciales públicos (CRP)7,8,10,18-20.
Conocer el EN de los ancianos institucionalizados en CRP de la Xunta de Galicia genera conocimiento y facilita la implementación de medidas de prevención y rehabilitación.
OBJETIVOS DEL ESTUDIO
El objetivo principal de este estudio es analizar el EN mediante el MNA-LF de los ancianos institucionalizados en CRP del Área Metropolitana de A Coruña.
Los objetivos secundarios del estudio son: conocer la distribución y asociación entre la desnutrición y las variables sociodemográficas, dietéticas y clínicas; evaluar la concordancia entre MNA-SF y MNA-LF para establecer una prioridad de uso en el ámbito de estudio; evaluar los principales indicadores de validez del MNA-SF teniendo como referencia el MNA-LF.
METODOLOGÍA
Estudio observacional de corte transversal, analítico y multicéntrico. El estudio se desarrolló entre julio del 2022 y abril del 2024 e incluyó ancianos de los 2 CRP del Área Metropolitana de A Coruña (fig. 1): Residencia Torrente Ballester (A Coruña) y Residencia asistida de maiores (Oleiros).
Criterios de selección
El estudio incluyó a todos los institucionalizados que cumplieron los criterios de inclusión-exclusión y aceptaron participar (fig. 2), por lo que no se realizó ningún procedimiento de muestreo sobre esta población.

FUNGA: Fundacion Publica Galega para o Apoio ao Exercicio da Capacidade Xurica.
Figura 2. Diagrama de selección de los pacientes: criterios de inclusión y exclusión.
Los criterios de inclusión fueron: edad ≥ 65 años; institucionalizado en alguno de los 2 CRP del Área Metropolitana de A Coruña; institucionalizado en el CRP ≥ 3 meses; comprensión y autorización de la participación mediante firma del consentimiento informado por el participante o su tutor legal.
Los criterios de exclusión fueron: institucionalizaciones en situación de estancia temporal; ancianos cuya capacidad de obrar está modificada judicialmente o en proceso de ser modificada a través de la Fundación Pública Galega para o Apoio ao Exercicio da Capacidade Xuríca (FUNGA) de la Xunta de Galicia.
Captación y reclutamiento
El equipo investigador se reunió con el equipo directivo y de enfermería en cada CRP para informarles sobre los objetivos y la metodología del estudio, seleccionando a una enfermera responsable en cada CRP. Para homogenizar la captación y el reclutamiento se explicó cómo cumplimentar la hoja de información al participante y el consentimiento para la participación.
La enfermera seleccionada en cada CRP informó y solicitó consentimiento a institucionalizados o tutores legales (en ancianos incapacitados mentalmente) que tenían los criterios de selección indicados. Durante este proceso, los candidatos o tutores legales fueron citados en la consulta de enfermería o habitación (en ancianos incapacitados físicamente) de su CRP para ser informados y facilitar el consentimiento para su participación. Las valoraciones se realizaron con un cuaderno de recogida de datos, después de comprobar que dichos ancianos o tutores legales habían comprendido la información al participante y firmado el consentimiento expreso.
Instrumentos
Las variables antropométricas estudiadas fueron: peso, talla e índice de masa corporal (IMC) resultante. El peso se midió en bipedestación o plataforma, descontando posteriormente el elemento de apoyo utilizado. La talla se midió con tallímetro cuando fue posible la bipedestación, sino con medidas indirectas: talón-rodilla y antebrazo. El IMC se calculó con talla y peso (IMC = kg/m2), considerando 3 categorías: desnutrición (≤ 18,4 kg/m2), normopeso (18,5-26,9 kg/m2) y obesidad (≥ 27 kg/m2).
El índice de Barthel (IB) fue el cuestionario heteroadministrado con el que se midió la capacidad funcional, valorando 10 actividades básicas de la vida diaria (ABVD): alimentarse, lavarse, vestirse, asearse, deposición, micción, uso del retrete, traslado cama-sillón, deambular y subir escaleras28. Rango de 0-100 puntos y 5 puntos de corte: independencia (100 puntos); dependencia leve-moderada (61-99 puntos); dependencia severa-total (≤ 60 puntos)29.
La Braden Risk Assessment Scale (BRAS) fue la escala heteroadministrada con la que se evaluó el riesgo de desarrollar úlceras por presión a partir de 6 ítems: percepción sensorial, humedad, actividad, movilidad, nutrición y fricción-deslizamiento. Cada ítem se puntuó de 1 (menos deseable) a 4 (más deseable), excepto el ítem “Fricción y rozamiento” que puntuó de 1 a 3. Rango de 6-23 puntos y 3 puntos de corte: riesgo bajo (> 15 puntos); riesgo moderado (13-14 puntos); riesgo alto (≤ 12 puntos)30.
El Mini Examen Cognoscitivo (MEC) fue el cuestionario heteroadministrado utilizado para cribar el deterioro cognoscitivo mediante la presencia de déficit en las funciones cognoscitivas de 5 áreas cognitivas: orientación, fijación, cálculo, memoria y lenguaje31,32. Rango de 0-35 puntos y punto de corte de < 23 puntos para considerar deterioro cognitivo en ancianos31,32.
El MNA fue la escala heteroadministrada que valoró el EN mediante 18 ítems dispuestos en 4 secciones: evaluación antropométrica, valoración global, valoración dietética y valoración subjetiva. Rango de 0-30 puntos en el MNA-LF y 3 puntos de corte: normal (≥ 24 puntos); riesgo (17-23,5 puntos); desnutrición (< 17 puntos)22-27. Rango de 0-14 puntos en el MNA-SF y 3 puntos de corte: normal (≥ 12 puntos); riesgo (8-11 puntos); desnutrición (< 7 puntos)22-27. Este estudio no utilizó el cribaje del MNA-SF, se aplicó MNA-LF a toda la muestra para evaluar la concordancia entre ambas y los principales indicadores de validez. Por último, el estudio consideró la variable resultante obtenida después de completar el MNA-LF como ordinal (puntuación obtenida) y posteriormente categórica (normal o riesgo de desnutrición frente a desnutrición).
Variables
La información sociodemográfica, dietética y clínica se recogió en valoraciones y entrevistas individuales, sin realizar ningún tipo de seguimiento posterior:
Variables sociodemográficas: edad (años) y sexo (hombre o mujer).
Variables dietéticas: dieta especial (normal o túrmix/picada), suplemento proteico (sí o no).
Variables clínicas: IMC (desnutrición, normopeso, obesidad), patologías (número de patologías), lesiones por presión (lesiones activas: sí o no), polifarmacia (fármacos/día > 5: sí o no), IB (independencia, dependencia leve-moderada o severa-total), BRAS (riesgo bajo, moderado o alto), MEC (deterioro cognitivo: sí o no), MNA-SF/LF (normal, riesgo de desnutrición o desnutrición).
Recogida de datos
Los ancianos institucionalizados o tutores legales que aceptaron participar en el estudio fueron valorados empleando un cuaderno de recogida de datos en la consulta de enfermería (válidos) o en la habitación (incapacitados físicos). Para homogenizar la recogida de datos, se explicó al personal seleccionado en cada CRP cómo realizar la valoración y recopilar la información necesaria.
El cuaderno de recogida de datos homogeneizó las valoraciones, empleándolo como un cuestionario anónimo heteroadministrado compuesto por 2 preguntas sociodemográficas, 2 preguntas dietéticas, 3 preguntas clínicas y 5 escalas.
La enfermera responsable seleccionada en cada CRP confirmó que todos los ancianos que aceptaron participar en el estudio cumplían criterios de selección, revisó sus historias clínicas y cumplimentó el cuaderno de recogida de datos en las valoraciones. Los cuadernos cumplimentados con la información necesaria, se introdujeron en un sobre cerrado sin ninguna identificación y los depositaron en un buzón ubicado en la consulta de enfermería de los CRP. A pesar de esto, teniendo en cuenta el tamaño de la muestra y las características del estudio, la recogida de datos se consideró seudonimizada con alto nivel de seguridad ante la posible reidentificación y vinculación de la información recogida.
Análisis estadístico
Los datos obtenidos se integraron en una hoja de Excel 2021® y posteriormente fueron exportados a SPSS V.26® y Jamovi V.2.2.5® para su análisis estadístico. Empleando estadística descriptiva básica se calculó la frecuencia observada, con porcentajes (%) en variables cualitativas y con media (x̅) desviación típica (DT) y rango (R) en cuantitativas. Después se analizó la distribución muestral con el test Kolmogorov-Smirnov y se empleó estadística analítica.
La asociación entre variables cualitativas se estudió con la prueba χ2 o Fisher Freeman-Halton (F) cuando el recuento fue menor del esperado, la comparación intragrupo se ajustó con la corrección Bonferroni y el tamaño del efecto se midió con la V de Cramér (VC). La asociación entre variables cualitativas y cuantitativas se estudió con la prueba Kruskal-Wallis (H), la comparación intragrupo se realizó con la prueba de Games-Howell y el tamaño del efecto se midió con Epsilon al cuadrado (ε2). La asociación entre variables cuantitativas se estudió con el coeficiente de correlación de Spearman (ρ). Después, se realizó una regresión logística multinomial de las variables ajustadas como odds ratio (OR) con intervalos de confianza (IC) del 95%.
Por último, se analizó el nivel de concordancia entre MNA-SF y MNA-LF con el índice Kappa de Cohen (KC). Los principales indicadores de validez del MNA-SF se comprobaron teniendo como prueba de referencia MNA-LF: prevalencia (P), sensibilidad (S), especificidad (E), valor predictivo positivo (VPP) y negativo (VPN), cociente de probabilidad para positivos (CPP) y negativos (CPN), nomograma de Fagan (NF) y área bajo la curva (AUC) ROC.
RESULTADOS
La participación en el estudio fue del 40,8%, siendo la prevalencia de ancianos con riesgo de desnutrición del 42% y de ancianos desnutridos del 4%. Dichos resultados (tabla 1) pueden extrapolarse a todos los institucionalizados en los CRP del Área Metropolitana de A Coruña con una heterogeneidad del 50%, un error del 8% y un nivel de confianza del 95%.
Tabla 1. Características sociodemográficas, dietéticas y clínicas de los ancianos institucionalizados.
| χ2 | Frecuencias | MNA-SF | MNA-LF | ||||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| n (%) | Sin desnutrición | Riesgo | Desnutrición | p | Sin desnutrición | Riesgo | Desnutrición | p | |
| Casos: n (%) | 111 (100) | 56 (50,5) | 47 (42,3) | 8 (7,2) | - | 60 (54,1) | 47 (42,3) | 4 (3,6) | - |
| Sexo | |||||||||
| Mujer | 81 (73,0) | 40 (71,4) a | 34 (72,3) a | 7 (87,5) a | 0,759 c | 42 (70,0) a | 36 (76,6) a | 3 (75,0) a | 0,793 c |
| Hombre | 30 (27,0) | 16 (28,6) a | 13 (27,7) a | 1 (12,5) a | 18 (30,0) a | 11 (23,4) a | 1 (25,0) a | ||
| Dieta especial | |||||||||
| No: dieta normal | 93 (83,8) | 53 (94,6) a | 36 (76,6) b | 4 (50,0) b | 0,001 c | 55 (91,7) a | 37 (78,7) a,b | 1 (25,0) b | 0,003 c |
| Sí: dieta turmix/picada | 18 (16,2) | 3 (5,40) a | 11 (23,4) b | 4 (50,0) b | 5 (8,30) a | 10 (22,3) a,b | 3 (75,0) b | ||
| Suplemento proteico | |||||||||
| No toma suplemento proteico | 105 (94,6) | 56 (100) a | 43 (91,5) a,b | 6 (75,0) b | 0,007 c | 60 (100) a | 43 (91,5) a | 2 (50,0) b | 0,001 c |
| Sí toma suplemento proteico | 6 (5,40) | 0 (0,0) a | 4 (8,50) a,b | 2 (25,0) b | 0 (0,00) a | 4 (8,50) a | 2 (50,0) b | ||
| Estado nutricional (IMC) | |||||||||
| Desnutrición (≤ 18,4) | 5 (4,50) | 0 (0,00) a | 1 (2,10) a | 4 (50,0) b | 0,000 c | 0 (0,00) a | 2 (4,30) a | 3 (75,0) b | 0,001 c |
| Normopeso (18,5-26,9) | 40 (36,0) | 20 (35,7) a | 16 (34,0) a | 4 (50,0) a | 23 (38,3) a | 16 (34,0) a | 1 (25,0) a | ||
| Obesidad (≥ 27) | 66 (59,5) | 36 (64,3) a | 30 (63,8) a | 0 (0,00) b | 37 (61,7) a | 29 (61,7) a | 0 (0,00) b | ||
| Pluripatología | |||||||||
| Pacientes con < 3 patologías | 39 (35,1) | 26 (46,4) a | 10 (21,3) b | 3 (37,5) a,b | 0,020 c | 27 (45,0) a | 11 (23,4) a | 1 (25,0) a | 0,054 c |
| Pacientes con ≥ 3 patologías | 72 (64,9) | 30 (53,6) a | 37 (78,7) b | 5 (62,5) a,b | 33 (55,0) a | 36 (76,6) a | 3 (75,0) a | ||
| Lesiones por presión | |||||||||
| Pacientes sin lesiones por presión | 109 (98,2) | 55 (98,2) a,b | 47 (100) b | 7 (87,5) a | 0,140 c | 59 (98,3) a | 47 (100) a | 3 (75,0) b | 0,071 c |
| Pacientes con lesiones por presión | 2 (1,80) | 1 (1,80) a,b | 0 (0,00) b | 1 (12,5) a | 1 (1,70) a | 0 (0,00) a | 1 (25,0) b | ||
| Polifarmacia | |||||||||
| Pacientes con ≤ 5 fármacos/día | 41 (36,9) | 26 (46,4) a | 12 (25,5) a | 3 (37,5) a | 0,101 c | 27 (45,0) a | 13 (27,7) a | 1 (25,0) a | 0,131 c |
| Pacientes con > 5 fármacos/día | 70 (63,1) | 30 (53,6) a | 35 (74,5) a | 5 (62,5) a | 33 (55,0) a | 34 (72,3) a | 3 (75,0) a | ||
| Barthel (puntuación) | |||||||||
| Independiente (100) | 40 (36,0) | 26 (46,4) a | 12 (25,5) a | 2 (25,0) a | 0,000 c | 30 (50,0) a | 9 (19,1) b | 1 (25,0) a,b | 0,000 c |
| Dependencia leve-moderada (99-61) | 33 (29,7) | 26 (46,4) a | 13 (27,7) a | 3 (37,5) a | 23 (38,3) a | 19 (40,4) a | 0 (0,00) a | ||
| Dependencia severa-total (≤ 60) | 16 (14,4) | 4 (7,10) a | 22 (46,8) b | 3 (37,5) b | 7 (11,7) a | 19 (40,4) b | 3 (75,0) b | ||
| Braden (puntuación) | |||||||||
| Riesgo bajo (> 15) | 101 (91,0) | 56 (100) a | 40 (85,1) b | 5 (62,5) b | 0,000 c | 59 (98,3) a | 41 (87,2) a | 1 (25,0) b | 0,000 c |
| Riesgo moderado (14-13) | 6 (5,40) | 0 (0,00) a | 5 (10,6) b | 1 (12,5) b | 0 (0,00) a | 5 (10,6) b | 1 (25,0) b | ||
| Riesgo alto (≤ 12) | 4 (3,60) | 0 (0,00) a | 2 (4,30) a,b | 2 (25,0) b | 1 (1,70) a | 1 (2,10) a | 2 (50,0) b | ||
| MEC (puntuación) | |||||||||
| Sin deterioro cognoscitivo | 78 (70,3) | 42 (75,0) b | 30 (63,8) a | 6 (75,0) a | 0,472 c | 44 (73,3) a | 31 (66,0) a | 3 (75,0) a | 0,800 c |
| Con deterioro cognoscitivo | 33 (29,7) | 14 (25,0) b | 17 (36,2) a | 2 (25,0) a | 16 (26,7) a | 16 (34,0) a | 1 (25,0) a | ||
| H | Descriptivos | MNA-SF | MNA-LF | ||||||
| x̅ ± DT; R: máx-mín | Sin desnutrición | Riesgo | Desnutrición | p | Sin desnutrición | Riesgo | Desnutrición | p | |
| Edad (años) | 81,2 ± 8,9; 65-95 | 80,91 a | 81,57 a | 81,88 a | 0,883 | 82,23 a | 80,15 a | 79,75 a | 0,381 |
| IMC (kg/m2) | 26,9 ± 4,5; 16-39 | 27,42 a | 27,70 a | 19,48 b | 0,000 | 27,24 a | 27,27 a | 19,40 b | 0,014 |
| Barthel (puntos) | 76,2 ± 30,3; 0-100 | 89,91 a | 61,98 b | 63,75 b | 0,000 | 87,00 a | 65,28 b | 42,50 b | 0,000 |
| Braden (puntos) | 19,4 ± 3,2;19-27 | 20,88 a | 18,23 b | 16,50 b | 0,000 | 20,62 a | 18,40 b | 14,00 b | 0,000 |
| MEC (puntos) | 24,3 ± 8,1; 0-35 | 25,68 a | 23,47 a | 20,63 a | 0,512 | 25,48 a | 23,81 a | 14,50 a | 0,571 |
Prueba χ2. a/b: los valores de la misma fila y subtabla que no comparten mismo subíndice son significativamente diferentes (p < 0,05) para proporciones de columnas, corrección Bonferroni. c: prueba exacta de Fisher cuando ≥ 1 casilla/s tienen un recuento menor del mínimo esperado. Prueba H. a/b: los valores de la misma fila y subtabla que no comparten mismo subíndice son significativamente diferentes (p < 0,05) para proporciones de columnas, prueba de Games-Howell.
El estudio confirmó 6 asociaciones entre MNA-SF y las 10 variables cualitativas: dieta especial (F = 12,791; p = 0,001; VC = 0,347), suplemento proteico (F = 9,259; p = 0,007; VC = 0,302), IMC (F = 32,714; p < 0,001; VC = 0,507), pluripatología (F = 7,229; p = 0,020; VC = 253), IB (F = 22,650; p < 0,001; VC = 0,312) y BRAS (F = 16,419; p < 0,001; VC = 0,299). Con MNA-LF se confirmaron las mismas asociaciones, excepto la de pluripatología: dieta especial (F = 10,999; p = 0,003; VC = 0,353), suplemento proteico (F = 12,964; p = 0,001; VC = 0,423), IMC (F = 28,640; p = 0,001; VC = 0,520), IB (F = 20,350; p < 0,001; VC = 0,306) y BRAS (F = 20,797; p < 0,001; VC = 0,401).
El estudio confirmó 3 asociaciones entre MNA-SF y las 5 variables cuantitativas: IMC (H = 18,164; p < 0,001; ε2 = 0,165), IB (H = 20,270; p < 0,001; ε2 = 0,184) y BRAS (H = 17,854; p < 0,001; ε2 = 0,162). Con MNA-LF se confirmaron las mismas asociaciones: IMC (H = 8,539; p = 0,014; ε2 = 0,077), IB (H = 16,629; p < 0,001; ε2 = 0,178) y BRAS (H = 18,316; p < 0,001; ε2 = 0,166).
El análisis estadístico de las variables cuantitativas confirmó las asociaciones entre MNA-SF e IMC (ρ = 0,232; p = 0,014), IB (ρ = 0,424; p < 0,001) y BRAS (ρ = 0,401; p < 0,001), así como entre MNA-LF e IB (ρ = 0,489; p < 0,001) y BRAS (ρ = 0,427; p < 0,001). Confirmando después la correlación de puntuaciones entre MNA-SF y MNA-LF (ρ = 0,852; p < 0,001), así como entre la edad y el IMC (ρ = -0,225; p = 0,017), IB (ρ = 0,229; p = 0,016) y BRAS (ρ = 0,282; p = 0,003).
Después se analizaron las fuerzas de asociación entre las variables (tabla 2). Con el MNA-SF la desnutrición fue mayor en mujeres (p < 0,001; OR = 4,650; IC95%: 4,380-4,994); el riesgo de desnutrición (p < 0,001; OR = 2,520; IC95%: 1,050-6,010) y la desnutrición (p < 0,001; OR = 2,520; IC95%: 1,710-3,710) fueron mayores en ancianos que tomaban suplemento proteico; la desnutrición fue mayor en los que tenían lesiones por presión (p < 0,001; OR = 1,860; IC95%: 1,580-2,200). Con el MNA-LF el riesgo de desnutrición (p < 0,001; OR = 3,630; IC95%: 2,620-5,040) y la desnutrición (p < 0,001; OR = 4,000; IC95%: 3,580-4,470) fueron mayores en los que tomaban suplemento proteico; el riesgo de desnutrición fue mayor en los que tenían lesiones por presión (p < 0,001; OR = 1,910; IC95%: 1,415-8,740).
Tabla 2. Fuerza de asociación entre el MNA y las características sociodemográficas, dietéticas y clínicas estudiadas.
| RLM | MNA-SF | MNA-SF | MNA-LF | MNA-LF | ||||||||
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Riesgo frente a normal | Desnutrición frente a normal | Riesgo frente a normal | Desnutrición frente a normal | |||||||||
| p | OR | IC95% | p | OR | IC95% | p | OR | IC95% | p | OR | IC95% | |
| Sexo: mujer | 0,779 | 0,843 | 0,256-3,771 | < 0,001 | 4,650 | 4,380-4,994 | 0,188 | 0,475 | 0,157-1,440 | 0,667 | 0,560 | 0,103-3,040 |
| Edad: años | 0,062 | 1,061 | 0,997-1,130 | 0,441 | 1,105 | 0,856-1,428 | 0,655 | 0,987 | 0,936-1,040 | 0,730 | 1,043 | 0,820-1,330 |
| Dieta especial: sí | 0,481 | 0,479 | 0,062-3,706 | 0,208 | 0,061 | 4,760-7,880 | 0,837 | 0,850 | 0,180-4,000 | 0,697 | 0,433 | 0,006-2,909 |
| Suplementos: sí | < 0,001 | 2,520 | 1,050-6,010 | < 0,001 | 2,520 | 1,710-3,710 | < 0,001 | 3,630 | 2,620-5,040 | < 0,001 | 4,000 | 3,580-4,470 |
| Estado nutricional: IMC | 0,452 | 1,049 | 0,925-1,189 | 0,101 | 0,526 | 0,244-1,132 | 0,903 | 1,006 | 0,904-1,120 | 0,350 | 0,777 | 0,459-1,320 |
| Pluripatología: sí | 0,282 | 0,516 | 0,155-1,719 | 0,571 | 0,251 | 0,002-2,971 | 0,229 | 0,506 | 0,166-1,540 | 0,818 | 0,472 | 0,284-7,840 |
| Lesiones por presión: sí | < 0,001 | 1,860 | 1,580-2,200 | 0,234 | 2,163 | 0,001-3,020 | < 0,001 | 1,910 | 1,415-8,740 | 0,454 | 4,190 | 0,002-7,351 |
| Polifarmacía: sí | 0,555 | 0,699 | 0,214-2,288 | 0,847 | 0,668 | 0,011-4,010 | 0,931 | 0,952 | 0,318-2,850 | 0,928 | 0,749 | 0,011-3,956 |
| Barthel: puntos | 0,170 | 0,975 | 0,941-1,010 | 0,347 | 1,099 | 0,902-1,339 | 0,435 | 0,988 | 0,960-1,020 | 0,783 | 1,014 | 0,916-1,120 |
| Braden: puntos | 0,177 | 0,792 | 0,565-1,110 | 0,121 | 0,258 | 0,046-1,426 | 0,236 | 0,838 | 0,627-1,120 | 0,363 | 0,616 | 0,217-1,750 |
| MEC: puntos | 0,689 | 1,017 | 0,934-1,107 | 0,824 | 1,022 | 0,839-1,244 | 0,770 | 1,010 | 0,942-1,080 | 0,781 | 0,968 | 0,772-1,210 |
IC95%: intervalo de confianza del 95%; OR: odds ratio.
MNA-SF. Modelo de ajuste: desviación = 122; AIC = 170; BIC = 235; Nagelkerke = 0,461; χ2: 77,5; gl: 22; p < 0,001.
MNA-LF. Modelo de ajuste: desviación = 133; AIC = 181; BIC = 246; Nagelkerke = 0,324; χ2: 48,7; gl: 22; p < 0,001.
Los valores resaltados en negrita muestran las OR ajustadas que resultaron significativas en el análisis de RLM.
Finalmente, se analizó la concordancia entre el MNA-SF y MNA-LF (χ2 = 53,425; p < 0,001; KC = 0,650), la validez del MNA-SF teniendo como referencia el MNA-LF (P = 4%; S = 100%; E = 96%; VPP = 50%; VPN = 100%; CPP = 27%; CPN = 0,0%), el NF con las probabilidades pre-postest (fig. 3) y la capacidad discriminante de la prueba (AUC = 0,981; R = 0,957-1,00; p < 0,001) con la curva ROC (fig. 4).
DISCUSIÓN
La participación debemos considerarla baja e inferior a la de la mayoría de trabajos2,4,6-8,12,13,15,20,25,26. Por otra parte, los resultados obtenidos solo han sido comparados con estudios2,4,6-8,11-18,20,23,25,26 o revisiones5,9,10,21 que emplearon el MNA como herramienta diagnóstica y que incluyeron personas de ≥ 607,8,11,12, ≥ 654,6,15-18,20,25,26, ≥ 7023 o ≥ 752,13,14 años.
La prevalencia de desnutrición fue similar o ligeramente superior a la de varios estudios del ámbito comunitario2,6,14-16, pero inferior a la del resto de trabajos desarrollados en centros de salud4,5,9-13,17,20,21,25,26, residencias de mayores5,7-12,18,20,21,23,26 y hospitales9,10,11,20,21. La prevalencia observada en este estudio debe destacarse porque es baja para tratarse de ancianos institucionalizados, siendo propia del ámbito comunitario2,4-6,9-17,20,21,25,26 y estando notablemente por debajo de los hospitales5,9,10,11,20,21 o centros residenciales4,5,7-12,18,20,21,23,26. Este hecho puede relacionarse con el seguimiento detallado de los ancianos y con el trabajo realizado por el equipo multiprofesional, que incluye valoraciones al ingreso y aplica protocolos de seguimiento que evalúan el estado nutricional. El riesgo de desnutrición sí que es similar al de los centros residenciales4,11,23, notablemente superior al resto de estudios citados previamente2,6-8,12-18,20,25,26.
La mayor parte de la muestra son mujeres, como en otros estudios2,4,6-8,11-13,15-18,23,25,26 y como cabría esperar teniendo en cuenta que el sexo femenino es predominante entre los ancianos. La edad media está muy próxima a la actual esperanza de vida global de la población española (83,2), situándose en la media de los trabajos revisados2,4,6-8,11-18,20,23,25,26. Pocos ancianos tomaban dietas especiales o suplementos proteicos, mientras que la mayoría presentaban sobrepeso-obesidad, como sucedió en la mayoría de los estudios revisados2,7,11-18,25,26. Como en otros trabajos, en la muestra predominan los ancianos pluripatológicos4,12-14,16,17 y polimedicados4,7,8,12-17,23,26, pero hay una prevalencia de lesiones por presión baja6,8,14,15,23 que podría deberse a una adecuada aplicación de medidas de prevención. Por último, como observaron en otros estudios2,4,12-14,16,17,26, la mayoría tenía un IB con dependencia leve, BRAS con riesgo bajo y MEC sin deterioro cognitivo.
Según los resultados obtenidos, la valoración del EN podría asociarse con variables predictoras de desnutrición observadas con anterioridad2,4,6-18,23-26. Este trabajo observó que los ancianos con desnutrición suelen consumir más dieta especial y suplemento proteico, tener más lesiones por presión, menor IMC y capacidad funcional que los eutróficos. En cuanto a la fuerza de asociación, con el MNA-SF la desnutrición fue mayor en mujeres y los que tomaban suplemento proteico o tenían lesiones por presión, mientras que con el MNA-LF el riesgo y la desnutrición fueron mayores en los que tenían lesiones por presión o tomaban suplemento proteico, respectivamente. Las asociaciones descritas son similares a las observadas previamente2,4,6-18,23-26, pero lamentablemente estos estudios no indican la fuerza de asociación para poder compararlos.
Teniendo en cuenta lo expuesto, es probable que la desnutrición sea un factor determinante en la aparición de lesiones por presión y que las morbilidades que precisan consumo de dieta especial o suplemento proteico aumenten el riesgo de desnutrición. No obstante, es común administrar suplementos a pacientes con lesiones por presión o riesgo de padecerlas y puede que actúe como una variable de confusión, lamentablemente el diseño del presente estudio impide establecer relaciones de causalidad o conocer la de dirección de la asociación. En esta línea, debemos destacar la adecuada prescripción de suplemento proteico observada en caso de riesgo (8,5%) o desnutrición (50%), aunque sería conveniente profundizar en los motivos por los que la mitad de los ancianos clasificados con desnutrición (50%) no tomaban suplemento proteico.
La validez del MNA-SF se estudió empleando el MNA-LF como gold standard, un análisis frecuente6,11,12,20,23,25 pero poco adecuado, porque el MNA-LF incluye todas las preguntas del MNA-SF y facilita obtener índices de validez elevados. El MNA-SF mantiene una concordancia y validez similar11,20,25 o superior6,20,25 al resto de trabajos que utilizaron como gold standard el MNA-LF6,11,12,20,23,25, pero la baja prevalencia de casos de desnutrición limita la potencia del estudio. El sobrediagnóstico del MNA-SF no supone una gran limitación porque se trata de una herramienta de cribado que es más simple y eficiente que el MNA-LF, pero si queremos un diagnóstico preciso es necesario el MNA-LF6,11,12,20,23,25. No obstante, el MNA-LF también tiene limitaciones6,11,12,20,23,25, destacando el problema que supone incluir ítems sobre autopercepción que complican su cumplimentación si hay deterioro cognitivo y/o precisan estrecha supervisión.
Limitaciones
El estudio tuvo un diseño que no permitió establecer relaciones de causalidad y siguió una metodología que limitó los participantes e incrementó las pérdidas. La baja tasa de participación y la escasa prevalencia de desnutrición pueden representar un sesgo al analizar las características de la población estudiada y evaluar los indicadores de validez de las herramientas diagnósticas. Por último, otra limitación importante es no haber realizado una evaluación del estado nutricional complementario al MNA-LF para comparar frente al MNA-SF y analizar concordancia y validez de la prueba ante la ausencia de gold standard.
CONCLUSIONES
De este estudio se desprende que la población estudiada tiene una prevalencia de desnutrición baja y un riesgo de desnutrición muy parecido al observado en estudios publicados con unas características similares y que utilizaron el MNA. Este trabajo también ha permitido conocer que los desnutridos del estudio suelen consumir más dieta especial y suplemento proteico, tener más lesiones por presión, menor IMC y menor capacidad funcional que los eutróficos. Finalmente, la concordancia de los resultados del estudio permite recomendar el MNA-SF como herramienta óptima para el cribado nutricional y el MNA-LF como prueba de referencia para los casos que según el MNA-SF requieran de una evaluación más precisa.
















