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Revista Española de Salud Pública

On-line version ISSN 2173-9110Print version ISSN 1135-5727

Rev. Esp. Salud Publica vol.71 n.3 Madrid May. 1997

 

PROMOCION DE LA SALUD: UNA ANTOLOGÍA 

 

Organización Panamericana de la Salud
Publicación científica n1 557
Año 1996
ISBN: 92 75 31557 4
403 páginas.
Recensión: Isabel García García. Subdirección General de Epidemilogía, Promoción y Educación para la Salud.
Dirección General de Salud Pública. Ministerio de Sanidad y Consumo.


La OPS ha editado esta antología de Promoción de la salud seleccionando los trabajos de los más prestigiosos autores que sobre este tema han escrito y reflexionado.

Esta compilación pretende dilucidar sobre algunas cuestiones que vienen planteandose desde hace años acerca de la salud y su promoción y prevención.

El libro está dividido en cinco secciones y una serie de anexos.

La primera sección trata de enmarcar los conceptos y la estructura de promoción de la salud. En la misma se recoge el desarrollo y marco conceptual de promoción de la salud, que sirvieron de base a la Carta de Ottawa en 1986.

Asi, como cabe esperar la sección se abre con un resumen del conocido informe Lalonde, en el que se expone de una manera inequivoca los multiples factores que actúan sobre la salud de las poblaciones, imbricandose mutuamente la biología, el medio ambiente, los estilos de vida de la gente y el desarrollo de los servicios y sistemas de salud. Esto abrió nuevas formas de trabajar sobre la salud.

Cabe destacar el trabajo de C. Buck sobre la importancia que el entorno físico y social tiene para la salud, entornos que continúan siendo difíciles de encarar, sin saber a ciencia cierta cómo hacerlo. La violencia y las agresiones callejeras, los accidentes laborales o de tráfico, la contaminación atmósferica, el desempleo, la mala alimentación por falta de recursos, la falta de vivienda o de condiciones higiénicas, son entornos desfavorables para la salud y exigen planteamientos y soluciones contundentes.

El fallo está, según Buck, en que toda la carga se ha puesto sobre el individuo responsabilizándole de su estilo de vida y eleciones personales; y si bien este factor es fundamental no es el único. El individuo puede modificar y mejorar sus hábitos de vida pero hasta un punto, porque a menudo bien poco puede hacer frente a determinados elementos ambientales que escapan totalmente a su control.

Por tanto, para este autor es importante prestar mayor atención a corregir el entorno,en lugar de enfatizar el papel del individuo en el cambio de hábitos nocivos, responsabilizándole del cuidado de su propia salud, pues si bien es cierto que en las sociedades, sobre todo las opulentas, determinados hábitos como son el exceso de ingesta de grasas saturadas, la vida sedentaria o el consumo de alcohol y tabaco, están ocasionando graves problemas de salud, no podemos olvidar que una mayoría de la población mundial pasa hambre o no dispone de los medios mínimos para disfrutar de unas condiciones de vida medianamente aceptables.

Este enfoque de que los factores de riesgo debían reducirse al nivel individual, tuvo de negativo la culpabilización de los individuos;sin embargo, facilitó el paso desde una medicina preventivista a la relevancia del comportamiento que permitió modificar el modo de pensar en términos de asistencia sanitaria hacia una planificación de otros aspectos de la salud. Se empieza así a salir del campo de la atención de salud y a penetrar en el campo social y cultural.

Se llegaron a definir las condiciones necesarias para una conducta saludable, unas politicas publicas y unos entornos sociales saludables y se destacó el papel de la información y educación de las comunidades que llevaron a precisar las dos piedras angulares de la promoción de la salud, la intersectorialidad y la participación de la comunidad. La organización del sistema de atención de salud en su conjunto pasa a ser rediseñada en torno a un eje que no será la curación sino la promoción de la salud; es decir, el entrelazamiento de la salud con el bienestar social y entre calidad de vida colectiva e individual.

Así, la salud deja de ser sólo una tarea médica y se convierte en un proyecto social ligado a las responsabilidades políticas.

El cuarto trabajo corresponde al discurso inaugural de la conferencia de Ottawa, dictado por el Ministro Nacional de Salud y Bienestar de Canada, en el que se plantean los desafios que se le presentan a las políticas de salud de la población y se presenta la promoción de la salud como la mejor herramienta para enfrentarse a las mismas. Destacan entre estos retos la reducción de las desigualdades, el incremento del esfuerzo preventivo y la capacitación de las personas para manejar y afrontar aquellos procesos que limitan su bienestar.

Para alcanzar todo esto, se necesita de la existencia de políticas de salud coordinadas y de prácticas que proporcionen a la persona un medio ambiente saludable en los hogares, la escuela,el trabajo y alli donde se desarrolla el individuo en su vida cotidiana, favoreciendo la participación de la población y reforzando los servicios de salud comunitarios.

Como conclusión de esta primera sección podemos destacar el papel de la promoción de la salud vista como una dimensión de la calidad de vida, como la articulación de los desafios actuales y futuros al que nos enfrentamos y como un proceso que permite a las personas incrementar el control sobre su propia salud.

En la Sección segunda, el primer trabajo titulado Búsqueda de beneficios económicos con la promoción de la salud, se sostiene que el mercado no sólo no es un campo eficaz para el desarrollo de la salud sino que además genera patrones de decisión que ocultan perspectivas y orientaciones que permitirían promocionar mejor la salud de la población.

La búsqueda de soluciones a los problemas de salud con la privatización de los servicios, derivando la responsabilidad de los gobiernos y de los recursos hacia otros sectores se basan en la premisa de la bondad y eficacia de la "mano invisible" del mercado pero esta versión, según el autor, tiende a minar el sentido de responsabilidad colectiva y a enmascarar las fuentes socio-economicas, laborales y ecológicas de la salud y la enfermedad.

El 21 artículo habla sobre la Contribución de los metodos complementarios de investigación con el fin de conocer el cómo, cuándo y dónde intervenir para modificar los factores de riesgo, cómo evaluar la efectividad y la relación costo-beneficio y cómo discernir la aceptación sociocultural de tales intervenciones.

En cuanto a la metodología plantea que los nuevos enfoques de la promoción de la salud, hacen necesaria la introducción de métodos y técnicas de investigación social, que permitan acercarse a la realidad social y comprenderla mejor. Esto implica ir más allá de la dicotomía cuantitativo/cualitativo. El hombre y la sociedad son lo suficientemente complejos como para necesitar de distintos métodos para su estudio. Estos no se contraponen necesariamente sino que pueden complementarse y enriquecerse mutuamente, de manera que permitan una comprensión y valoración mejores de los fenómenos sociales, sus cambios y sus conflictos.

Así pues, los métodos de investigación pasan de la simple epidemiología a tener en cuenta otras técnicas, las culatitativas, que permiten evaluar el efecto o las consecuencias de las políticas sociales, así como definir, captar, contextualizar e interpretar las actitudes, las motivaciones y los comportamientos de los distintos grupos sociales, contando con su participación.

La tercera sección Fortalecimiento de la acción comunitaria, está constiuida por una serie de artículos que plantean la importancia de la planificación sistemática de promoción de la salud por programas y la evaluación de la eficacia de éstos en los que la participación comunitaria tiene un papel relevante.

Los dos trabajos siguientes tratan de los distintos enfoques y estrategias para la promoción de la salud basados en la comunidad. El mensaje que nos llega es que los profesionales y departamentos de salud no son los únicos y exclusivos responsables de la promoción de la salud de las comunidades sino que forman parte de una extensa cadena donde los distintos sectores organizados de la comunidad tienen mucho que hacer y decir en el desarrollo de programas de promoción de la salud. Igualmente citan una serie de directrices para la movilización de la comunidad en la promoción de la salud.

Los tres últimos trabajos comprendidos en este sección tratan de la importancia de la evaluación de los programas y de sus resultados.La evaluación continúa siendo una asignatura pendiente dentro del proceso de planificación, considerándose aceptable llevar a cabo intervenciones que no han sido evaluadas en profundidad.

La cuarta sección trata del Desarrollo de habilidades en relacion con la propia salud. Comienza con un artículo de Ilona Kickbusch sobre el autocuidado, movimiento aparecido en los 70, emparejado con el de binestar social y el feminismo. Lo engloba como una parte fundamental de la promoción de la salud y describe a las mujeres como agentes de su propia salud y de las de los miembros inmediatos a su entorno.

Hace referencia al período de los años 50 y 60 en el que se desarrolló la sociología de la medicina centrada sobre todo en la organización de la enfermedad y de su tratamiento y de la interacción profesional-paciente donde el sujeto supuesto saber era el médico; es quien ejercía la autoridad y disponía de los conocimientos, reduciendose el papel del paciente a mero expectador y receptor pasivo.

Estas relaciones comienzan a ser cuestionadas sobre todo en los años 70, desarrollándose los conceptos de autodeterminación, autocuidado y autoayuda.

A principios de los 80 y bajo estas premisas se desarrolla la idea de capacitación de las personas como agentes de su propia salud y de la de su comunidad en su vida cotidiana, enlazado al desarrollo de la adopción de estilos de vida saludables.

La conclusión más importante que sacamos del libro es que la salud es un concepto amplio, holistico, nada reduccionista o mecanicista a factores determinantes de la enfermedad.

La promoción de la salud no se refiere tanto a la prevención y control de la enfermedad cuanto a un proceso que permite que las personas y las comunidades puedan mantener y mejorar su calidad de vida en el sentido más amplio, es decir en lo que se refiere al bienestar fisico y mental, a las relaciones con los demas, a la creatividad y productividad, a las satisfaciones personales; y desde ahi, la promoción de la salud se convierte en un instrumento para alcanzar el más alto nivel de bienestar social e individual de las poblaciones.

Se han recogido en este libro los momentos importantes acontecidos para el desarrollo del concepto de promoción de la salud y su difusión en todo el mundo.

En definitiva, esta obra constituye una buena herramienta para reflexionar y obtener informaciones y conocimientos sobre un concepto tan fundamental para el desarrollo de las sociedades como es la promoción de la salud, aunque bien es verdad que muchas de estas teorías se han ido modificando y superando en los momentos actuales.

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