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Revista Española de Salud Pública

versión On-line ISSN 2173-9110versión impresa ISSN 1135-5727

Rev. Esp. Salud Publica vol.75 no.4 Madrid jul./ago. 2001

 

ESTIMACIÓN DE LA PREVALENCIA DE HIPOTIROIDISMO EN ESPAÑA A PARTIR DEL CONSUMO DE HORMONAS TIROIDEAS (1996-1999)

 

Consuelo Morant Ginestar (1), Juan José Criado-Álvarez (1), Rocío García-Pina (2) y Begoña Pérez Garrido (1)
(1) Sección de Investigación y Docencia. Centro Regional de Salud Pública. Talavera de la Reina (Toledo).
(2) Sección de Vigilancia Epidemiológica. Centro Regional de Salud Pública. Talavera de la Reina (Toledo).

Correspondencia:
Juan José Criado-Álvarez
Sección de Investigación y Docencia. Centro Regional de Salud Pública
Carretera de Extremadura, Km 114
45600-Talavera de la Reina (Toledo)
Correo electrónico: jjcriado@jccm.es

 

 


RESUMEN

Fundamento: Ante la escasez de datos acerca de la prevalencia de hipotiroidismo en España, se decide estimarla a través del consumo de su tratamiento específico, las hormonas tiroideas, utilizando la metodología de los estudios de utilización de medicamentos.

Métodos: Cálculo de la Dosis Habitante Día (DHD) de hormonas tiroideas (grupo terapéutico H03 de la Anatomical Therapeutic Chemical) a través de la Dosis Diaria Definida (DDD), durante 1996 y 1999, en las distintas provincias de las Comunidades Autónomas de todo el territorio nacional. Se han calculado los intervalos de confianza al 95 % para las prevalencias estimadas en las comunidades autónomas y en el territorio nacional, así como los incrementos porcentuales de 1999 respecto a 1996. Los datos de las prescripciones han sido facilitados por el Ministerio de Sanidad y Consumo.

Resultados: Se estima una prevalencia nacional de hipotiroidismo para 1996, de 3,19 casos por 1.000 habitantes y para 1999, de 4,33 casos por 1000 habitantes; el incremento porcentual es de 26,38 %. Los resultados de la DHD muestran diferencias en la prevalencia entre provincias: Guadalajara presenta las cifras más altas en los dos años estudiados(5,02 y 7,01 casos por 1.000 habitantes/día en 1996 y 1999 respectivamente) y Melilla, las más bajas (1,07 y 1,60 casos por 1.000 habitantes/día). En todas las provincias y comunidades autónomas se ha producido un incremento de la DHD en el año 1999 respecto al 1996. El incremento menor fue para Asturias (9,62 %) y el más alto para La Rioja (35,26 %).

Conclusiones: Los 3,19 y 4,33 DDD por 1.000 habitantes/día en 1996 y 1999 respectivamente, pueden ser interpretados como la prevalencia de hipotiroidismo diagnosticado y tratado. Estas cifras se hallan en el intervalo determinado por otros estudios, aunque las comparaciones entre estudios de diferente metodología deben hacerse con extremada precaución. El incremento observado en el consumo podría explicarse más por una mejora en el diagnóstico de la enfermedad que por un aumento real de su prevalencia.

Palabras clave: Hipotiroidismo. Hormonas tiroideas. Farmacoepidemiología. Prevalencia. Dosis Diaria Definida.

ABSTRACT

Thyroid Hormone Consumption-based Estimate of Hypothyroidism Prevalence in Spain (1996-1999)

Background: In view of the highly limited amount of data on the prevalence of hypothyroidism in Spain, the decision was made to estimate this prevalence based on the consumption of its specific treatment, that is, thyroid hormones, employing the drug use study methodology.

Methods: Calculation of the Daily Inhabitants Doses (DID)’ of thyroid hormones (ATC treatment group H03) by means of the Defined Daily Doses (DDD’s) for 1996-1999 in the different provinces, autonomous communities and on a nationwide basis. The confidence intervals have been calculated at 95 % for the estimated prevalence figures in the autonomous communities and nationwide, in addition to the percentage increases for 1999 as compared to 1996. The prescription-related data was furnished by the Spanish Ministry of Health and Consumer Affairs.

Results: Nationwide hypothyroidism prevalence is estimated at 3.19 cases per 1,000 inhabitants for 1996 and at 4.33 cases per 1000 inhabitants for 1999, totaling a percentage increase of 26.38 %. The DID results revealed prevalence figures which vary from one province to another: Guadalajara having totaled the highest figures for the two years studied (5.02 and 7.01 cases per 1,000 inhabitants/day respectively in 1996 and 1999), Melilla having recorded the lowest (1.07 and 1.60 cases per 1,000 inhabitants/day). The DID revealed an increase in all of the provinces and autonomous communities in 1999 as compared to 1996. This lowest increase was in Asturias (9.62 %), the highest having been in La Rioja (35,26 %).

Conclusions: The 3.19 and 4.33 DDD per 1,000 inhabitants/day respectively in 1996 and 1999 may be interpreted as the prevalence of diagnosed and treated hypothyroidism. These figures fall within the range found in other studies, although one must be highly cautious when drawing comparisons among studies in which different methodologies are employed. The reason for the increased consumption found could best be said to lie in this disease being diagnosed to a better degree more than its being due to any actual increase in prevalence per se.

Key words: Hypothyroidism. Thyroid hormones. Pharmacoepidemiology. Prevalence. Defined Daily Dose.


 

 

INTRODUCCIÓN

Las hormonas tiroideas constituyen el tratamiento específico del hipotiroidismo y de determinados tipos de bocio que continúan siendo un importante problema de salud pública en nuestro país, al ser uno de los de mayor deficiencia de yodo en Europa. Las campañas de sensibilización para el consumo de sal yodada llevadas a cabo en las dos últimas décadas, han permitido disminuir la prevalencia de bocio en las zonas tradicionalmente endémicas, a pesar de lo cual persisten actualmente zonas geográficas en las que el problema de las bajas yodurias en la población sigue estando presente1-3.

Existen pocos estudios que aporten datos sobre la prevalencia del hipotiroidismo en la población general y la información es aún más escasa si lo que se pretende es conocer las cifras de prevalencia en España.

La prevalencia de la patología tiroidea difiere según los diversos criterios diagnósticos considerados. Así, los estudios consultados ofrecen resultados dispares. Algunos trabajos sitúan la prevalencia del hipotiroidismo clínico en un 5 por 1.000, variable por edad y sexo, siendo la prevalencia más elevada en mujeres mayores de 70 años4. En un estudio más reciente realizado por Gascó en Lleida4, se halla una cifra de hipotiroidismo clínico en población general (excluyendo a los menores de 6 años) de 1,24 %, mucho más alta que la detectada por Serra5 en población demandante de un centro de salud (0,57 % de hipotiroidismo clínico, incluyendo tanto la etiología primaria, secundaria y terciaria, así como los casos postquirúrgicos y post-radiación)6,7.

Ante la escasez de datos acerca de la prevalencia de hipotiroidismo en población general se decidió abordar el conocimiento de la misma a través de la metodología de los estudios de utilización de medicamentos8, lo que posibilita el hecho de que los fármacos se conviertan en indicadores de determinados problemas médicos. A partir de ellos se puede estimar la prevalencia de la patología para la cual constituyen el tratamiento específico, como ponen en evidencia diversos trabajos9-14. El objetivo del presente estudio es conocer el consumo de hormona tiroidea en España durante 1996 y 1999, con objeto de obtener una estimación de la prevalencia de hipotiroidismo a nivel nacional, provincial y por comunidades autónomas, así como cuantificar las diferencias en dicho consumo entre los dos años estudiados.

En España disponemos de cinco presentaciones comerciales de hormonas tiroideas15 (tabla 1). Por tratarse de un fármaco prácticamente específico para el tratamiento del hipotiroidismo, generalmente las personas que las consumen padecen esta patología. Sin embargo, no puede afirmarse lo contrario, esto es, no todos los sujetos que padecen la enfermedad consumen este medicamento. Por lo tanto, la prevalencia calculada mediante esta metodología será la correspondiente a los casos clínicos y tratados, ya que los casos con patología subclínica o no tratada no serán captados16-18.

 

 

Otras indicaciones de las hormonas tiroideas son los estados hipotiroideos transitorios tras radiación o tiroiditis, así como su uso en el tratamiento del bocio tóxico en conjunción con fármacos antitiroideos para prevenir el hipotiroidismo. En cualquier caso, el volumen de fármaco consumido en estas indicaciones será mucho menor que en su indicación principal, objeto de nuestro estudio1.

 

MATERIAL Y MÉTODOS

El presente estudio se ha realizado para los años 1996 y 1999 mediante el análisis de los datos de prescripción del grupo terapéutico H03 de la Anatomical Therapeutic Chemical (ATC)19,20, proporcionados por la Subdirección General de Planificación Farmacéutica del Ministerio de Sanidad y Consumo, haciendo referencia a las especialidades existentes en el mercado español y consumidas mediante receta oficial del Sistema Nacional de Salud, en el medio extrahospitalario.

Siguiendo las técnicas del Drug Utilization Research Group (DURG) de la OMS, expresaremos nuestros resultados utilizando la DHD, esto es, la DDD/1.000 habitantes/día, ya que los resultados de los estudios cuantitativos realizados en el medio comunitario se expresan de esta forma por acuerdo internacional19.La Dosis Diaria Definida (DDD) se define como la dosis media diaria habitual de un medicamento cuando se utiliza para su indicación principal en adultos. El valor de la DDD correspondiente a cada principio activo viene determinado por la Nordic Council on Medicines y en el caso de la hormona tiroidea es de 150 microgramos19.

Las especialidades farmacéuticas de hormona tiroidea disponibles en nuestro país durante los años estudiados y, por tanto, consideradas en el análisis son las reflejadas en la tabla 115.

La DHD expresa el número de dosis promedio que se han prescrito para el consumo en un día y permite estimar con carácter de tasa poblacional «el número de personas que consume una dosis de tratamiento diariamente en un momento dado (prevalencia de punto)». La DHD se obtiene de la fórmula:

DHD = DDD/1.000 habitantes/día = [Cantidad de medicamento vendido en 1 año/DDD ´ 365 días ´ n.º habitantes] ´ 1.000

El numerador, cantidad de medicamento vendido, se obtiene multiplicando el número de envases vendidos por el número de unidades que presenta cada envase y por la cantidad de principio activo de cada unidad16-18. La población utilizada es la registrada en el Padrón de Habitantes de 1996 y en 1999 21,22. De este modo obtenemos una tasa de prevalencia de enfermos en un día del período por cada 1.000 habitantes, técnica que ya ha sido utilizada en numerosos estudios10-14,18. El incremento porcentual se ha calculado aplicando la siguiente fórmula:

(DHD 1999-DHD 1996) ´ 100/DHD 1999

Para efectuar los cálculos necesarios en la realización de este trabajo se utilizó el programa informático Excel 7.0.

 

RESULTADOS

Se estima una prevalencia nacional de hipotiroidismo de 3,19 casos por 1.000 habitantes (IC95%: 2,89-3,46) en 1996 y de 4,33 casos por 1.000 habitantes (IC95%: 4,02-4,63) en 1999, lo que supone, en números absolutos, un total de 126.505 enfermos en 1996 y 175.019 enfermos en 1999.

En la tabla 2 se reproducen los valores obtenidos de DHD en las diferentes provincias españolas, así como el incremento porcentual en cada una de ellas. Se aprecian diferencias entre las provincias, alcanzando Guadalajara, Madrid y Orense los valores más altos en 1996, mientras que en 1999, las DHD más altas se observan en Madrid, Guadalajara y Cáceres, ya que Orense ha tenido uno de los incrementos menores (18,79 %) lo que la sitúa en una cifra de DHD media. Las cifras mínimas son las registradas por Melilla, Jaén y Cádiz.

 

 

La tabla 3 presenta los valores de la DHD por Comunidades Autónomas. Las DHD más elevadas las presentan Madrid, Aragón y Castilla la Mancha en 1996, mientras que en 1999 La Rioja presenta unos valores mayores que Aragón. Ceuta, Baleares y Melilla ostentan las cifras más bajas de prevalencia en ambos periodos.

 

 

En todas las provincias y Comunidades Autónomas se ha producido un incremento de la DHD en el año 1999, respecto a 1996; estos incrementos han resultado estadísticamente significativos (p<0,05). La Comunidad Autónoma que ha tenido el incremento porcentual más bajo ha sido Asturias (9,62 %) y el más alto La Rioja (35,26 %). Entre las provincias, el incremento menor ha correspondido a Jaén (5,95 %) y el más elevado, a Palencia (56,24 %), que ha duplicado su DHD en 1999. El incremento porcentual para el conjunto nacional fue de 26,38 %.

 

DISCUSIÓN

Como se ha comentado en resultados, mediante la determinación de las DHD utilizando la DDD recomendada por la Nordic Council on Medicines, el Drug Utilization Research Group y la OMS, aplicadas a la prescripción de hormonas tiroideas, se estima que la prevalencia del hipotiroidismo en España para el año 1996 fue de 3,19 por 1.000 habitantes y de 4,33 por 1.000 habitantes en 1999.

Los datos obtenidos estarían dentro del intervalo aportado por algunos estudios previos, aunque por debajo de los hallados por otros realizados en grupos determinados de edad4,5, si bien no debemos olvidar que las comparaciones entre estudios realizados con diferentes metodologías deben hacerse con extrema precaución8,17. Los casos detectados con los estudios de utilización de medicamentos son los diagnosticados y tratados; debemos tener presente que ésta es una metodología que tiende a subestimar la prevalencia real9,10,23 y que está referida siempre a la población general, no permitiendo la diferenciación entre grupos de edad ni entre sexos.

Las diferencias geográficas observadas podrían estar condicionadas por diversos factores, como las diferencias en el patrón dietético (mayor consumo de pescado en zonas costeras, ingesta de alimentos bociógenos en las zonas occidental y sur de Galicia), las diferencias regionales en la accesibilidad a los servicios sanitarios, la existencia de programas de captación activa de casos subclínicos en determinadas áreas sanitarias o la puesta en marcha de programas de promoción del consumo de sal yodada por la población general2-4.

La derivación asistencial a Madrid de casos procedentes de comunidades limítrofes puede hacer que se vendan más unidades de medicamentos en esta Comunidad Autónoma, que es la que presenta una mayor DHD, sin embargo el consumo en las comunidades limítrofes está también entre los más altos.

Se ha descartado la posibilidad de que la distribución por sexos en las diferentes regiones pueda estar contribuyendo a la existencia de las variaciones geográficas halladas.

La aplicación del método elegido en este estudio sólo llega a ser estable tras la completa introducción del fármaco en el mercado y tras la estabilización de los datos de ventas del producto en el tiempo16 (requisitos que se cumplen en el caso del principio activo que nos ocupa, las hormonas tiroideas).

El carácter crónico del hipotiroidismo requiere el consumo de tratamiento sustitutivo con hormona tiroidea diariamente y a lo largo de toda la vida del paciente, constituyendo éste el único tratamiento actual de esta patología. No existen presentaciones comerciales de difícil dosificación (gotas, soluciones...). Así mismo, no se han producido variaciones importantes en su comercialización, el acceso a ella es fácil y barato, ya que es de aportación reducida en la Seguridad Social y su eficacia es incuestionable. Todas estas características hacen posible la estimación fiable de la prevalencia de hipotiroidismo a través del análisis de los datos del consumo de hormona tiroidea8,16-18.

La posible sobrestimación de la prevalencia que puede derivarse del uso de hormona tiroidea en procesos tiroideos distintos del hipotiroidismo crónico sería mínima, en cuanto su uso es esporádico y limitado en el tiempo. En cualquier caso, dada la conocida infraestimación de la prevalencia propia de esta técnica, ésta se vería compensada.

La disponibilidad de los datos de consumo de hormonas tiroideas en el sistema sanitario público es exhaustiva, pero su uso para estimar la prevalencia de hipotiroidismo clínico está supeditado a diversos condicionantes, como son el hecho de que todos los enfermos de hipotiroidismo sean tratados con hormonas tiroideas, que éstos cumplan la pauta terapéutica prescrita y, por otro lado, que la población enferma acuda al sistema sanitario público.

La gravedad de la enfermedad hipotiroidea y la elevada especificidad de las indicaciones de hormona tiroidea hace difícil el consumo arbitrario y no controlado. Por otro lado, es cierto que la dosis prescrita no siempre se ajusta a la DDD establecida oficialmente, siendo variable por edad y sexo, generalmente más baja en personas ancianas pero a veces más alta en personas jóvenes, lo cual compensaría la estimación1,4,5. En cualquier caso, como dijimos anteriormente, una limitación intrínseca de la técnica utilizada es la imposibilidad de hacer diferencias por edad y sexo, lo que siempre debe tenerse en cuenta al valorar los resultados obtenidos.

El pago reducido de los medicamentos por parte del usuario y los principios de equidad y accesibilidad establecidos por la Ley General de Sanidad de 198624, disminuyen en gran medida la derivación de estos pacientes a la asistencia sanitaria privada, disminución que es prácticamente total si se trata, como en este caso, de tratamientos crónicos. Estas características de nuestro sistema sanitario hacen que el consumo obtenido mediante el método empleado en nuestro trabajo pueda considerarse una aproximación aceptable a las cifras reales de consumo18. Sin embargo, hemos de tener en cuenta que no todos los medicamentos vendidos son consumidos (diferencia entre la Dosis Diaria Prescrita y la Dosis Diaria Consumida), y que la adquisición de medicamentos puede hacerse en distinta población de la de residencia, lo cual podría influir en la estimación de la prevalencia de algunas provincias.

En definitiva, creemos que las características de la enfermedad estudiada y su tratamiento permiten considerar fiable la estimación de su prevalencia con el método utilizado, y aún más su evolución en el tiempo. Los incrementos observados en el consumo en todas las Comunidades Autónomas podrían ser explicados por mejoras en la detección y diagnóstico de la enfermedad, más que por una elevación real en su prevalencia, ya que no hemos encontrado datos que reflejen un aumento en la incidencia de la enfermedad.

Por último, pensamos que los datos aportados en este estudio pueden ser útiles como punto de partida para otros estudios locales y realizados con métodos analíticos, así como indicadores de la evolución temporal en el tratamiento del hipotiroidismo.

 

AGRADECIMIENTOS

A la Subdirección General de Ordenación y Asistencia Farmacéutica del Ministerio de Sanidad y Consumo, que facilitó los datos necesarios para llevar a cabo este trabajo.

 

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