INTRODUCCIÓN
La obesidad es un importante problema de salud pública a nivel mundial y su prevalencia está aumentando de forma alarmante. Según el informe elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde 1980 la obesidad se ha duplicado en todo el mundo. En 2008 había en el mundo 310 millones de personas obesas y 1.700 millones con sobrepeso1. En 2014 esas cifras alcanzaron los 600 millones de personas en el caso de la obesidad y 1.900 millones para el caso del sobrepeso2. En España, la prevalencia de obesidad también va en aumento en las últimas décadas. En 1987, año en el que se publicó la primera Encuesta Nacional de Salud en España (ENS), la prevalencia de obesidad en adultos fue del 7,7% y esa cifra se duplicó en el año 2001 alcanzando el 13,6%3. En el año 2006 se situó en el 15,5%, según los datos obtenidos en el estudio DORICA4 y el Consenso SEEDO 20075.
A mediados del siglo XX se produjo un gran salto tecnológico de la sociedad, con la automatización de una gran cantidad de procesos y la aparición de la robótica, que condujo a trabajar las 24 horas del día los siete días de la semana con la consiguiente disminución de las horas destinadas al sueño nocturno6. En los países desarrollados, el trabajo por turnos aumenta un 3% cada año y en los próximos se espera que el 50% de la población activa mundial realice trabajos por turnos7 y las jornadas irregulares en los centros de trabajo cada vez sean más frecuentes.
Según el Real Decreto Ley 1/1995, el trabajo por turnos es toda forma de organización del trabajo en equipo según la cual los trabajadores ocupan sucesivamente los mismos puestos de trabajo según un cierto ritmo, continuo o discontinuo, implicando la necesidad de prestar los servicios en horas diferentes en un periodo determinado de días o semanas. La jornada de trabajo irregular se define en el Estatuto de los trabajadores como aquella en la que el trabajador realiza su prestación de trabajo de manera no regular todas las semanas del año, durante un determinado número de horas al día, a la semana, al mes, con el límite anual de la jornada que en cada momento se establezca en Convenio Colectivo para los trabajadores a tiempo completo8.
Según datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social, en España, entre los años 2007 y 2011, dos de cada diez trabajadores señalaban que tenían un trabajo por turnos siendo más frecuente en la población joven y en mujeres y el 7% realizaba trabajo nocturno9. Datos similares ofrece la VI Encuesta Nacional de Condiciones de trabajo según la cual el 22,4% de la población tiene un trabajo por turnos y el 8,5% tiene horario nocturno10. Las cláusulas de distribución irregular aparecen con bastante frecuencia en los contratos llegando incluso al 25% de los convenios y afectando a más del 44% de los trabajadores11.
Teniendo en cuenta el número de horas que duerme una persona, se distinguen tres patrones de sueño. Un sueño corto, que se define como aquel en el que se duermen menos de seis horas diarias, un patrón de sueño intermedio, que englobaría a los sujetos que duermen entre seis y ocho horas, y un patrón de sueño largo en el que se superan las ocho horas de sueño. La asociación entre obesidad y patrones de sueño corto está bien descrita en la literatura. Así encontramos trabajos como el de Patel y Hu en el que se hace referencia a esta asociación12. Cappucchio realizó un meta-análisis con más de 600 participantes en el que habla de la asociación entre patrones de sueño corto y obesidad, tanto en la población infantil como en la adulta13.
La relación de un patrón de sueño corto con la presencia de exceso de peso parece tener estar relacionado con la alteración de los ritmos circadianos, lo que provoca una serie de cambios hormonales, como son el incremento de la grelina, que conlleva un aumento de apetito, y disminución de la leptina, que produce hiperfagia y obesidad. Antunes14 y Crispin15 concluyen que la exposición a la luz por la noche trae consigo una disminución de la leptina circulante, que suele producirse a media noche, y un aumento de grelina que puede llevar al incremento de peso. La alteración del ciclo sueño-vigilia presente en estas personas lleva consigo otras modificaciones del metabolismo entre las que se encuentran la resistencia a la insulina16 y cambios en el metabolismo lipídico, con un aumento del colesterol total y del colesterol de baja densidad (LDL), como describe Ghiasvand17, e hipertrigliceridemia y disminución de las lipoproteinas de alta densidad (HDL),como apunta Esquirol18. La predisposición al hipercortisolismo de estas personas conlleva una hiperestimulación del eje hipotálamo-hipofisario-suprarrenal que induce al tejido adiposo a producir más grasa19. Violanti relaciona el síndrome metabólico con el trabajo por turnos comparando los resultados de su investigación con los presentados por la National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES III). Las personas que trabajan por turnos presentan mayores cifras de circunferencia abdominal, niveles más bajos de colesterol HDL y mayor prevalencia de hipertensión arterial y diabetes mellitus20.
El objetivo de este trabajo fue analizar la asociación entre el tipo de jornada laboral desempeñada y las horas de sueño diarias con la presencia de sobrepeso y obesidad en la población adulta española.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño y población de estudio. Se realizó un análisis a partir de los resultados de la Encuesta Nacional de Salud de 2012 (ENS2012)21. El tipo de muestreo de la ENS fue polietápico estratificado y la muestra se distribuyó entre comunidades autónomas de forma uniforme y proporcional a su tamaño. La selección dentro de cada estrato se realizó con probabilidad proporcional al tamaño y con igual probabilidad mediante muestreo sistemático con arranque aleatorio. Este método condujo a muestras autoponderadas. Desde 2003 la selección se realiza de manera aleatoria a partir del marco de población que define el Censo de Población.
Dadas las características del estudio y que el objetivo del mismo fue estudiar la relación entre el exceso de peso y el tipo de jornada laboral y las horas de sueño, nos encontramos ante dos poblaciones distintas, sobre todo teniendo en cuenta la edad. Para el estudio de las horas de sueño se tuvo en cuenta a la población de entre 18 y 90 años y para el estudio de la jornada laboral el intervalo de edad se redujo hasta los 65 años por ser la edad límite para desarrollar una actividad laboral en España. Debido a estas diferencias, utilizamos dos tamaños muestrales.
Para el análisis de las horas de sueño se tomó a la población de 18 a 90 años excluyendo del estudio a quienes no contestaron la pregunta de la encuesta relacionada con las horas de sueño diarias. La muestra estuvo formada por 20.399 personas (9.372 hombres y 11.027 mujeres) con una media de edad de 51,95, desviación estándar (DE) 18,25.
Para el análisis de la jornada laboral se incluyó a la población de 18 a 65 años excluyendo a quienes no contestaron o no estaban trabajando en el momento de realización de la ENS2012. La muestra estuvo formada por 8.465 personas (4.581 hombres y 3.884 mujeres) con una media de edad de 42,56 (DE:10,64).
Variables. Las personas seleccionadas en este estudio se dividieron en tres categorías considerando sus valores de índice de masa corporal (IMC), siendo este el método recomendado por la OMS22 para identificar el sobrepeso y la obesidad. Para su cálculo se aplicó la siguiente fórmula, siendo los valores de peso y talla auto referidos por las personas encuestadas:
IMC=Peso (kg)/talla (m2)
Los datos obtenidos se agruparon de la siguiente manera: normopeso (IMC: 18,5-24,9), sobrepeso (IMC: 25,0-29,9), obesidad (IMC ≥30,0). Las personas con bajo peso (IMC<18,5) fueron excluidas.
La población del estudio se extrajo de la ENS y estuvo configurada por las personas que respondieron a las siguientes preguntas:
Pregunta 15: ¿qué tipo de jornada laboral tiene habitualmente en su trabajo actual? Las opciones de respuesta eran: 1 jornada partida, 2 jornada continua por la mañana, 3 jornada continua por la tarde, 4 jornada continua por la noche, 5 jornada reducida, 6 turnos, 7 jornada irregular o variable según los días.
Pregunta 127: ¿podría indicarme, aproximadamente, cuántas horas duerme habitualmente al día?, incluya las horas de siesta. Las respuestas fueron un valor numérico que se agruparon en tres patrones de sueño diferentes descritos por Miró23:
Patrón de sueño corto, incluye a las personas que duermen menos de 6 horas diarias.
Patrón de sueño intermedio, sujetos que duermen 6, 7 y 8 horas.
Patrón de sueño largo, incluye a las personas que duermen 9 o más horas diarias.
Análisis estadístico. Se llevó a cabo un análisis de regresión logística multinomial mediante el programa SPSS 23.0. Se estimaron las tasas de posibilidad de riesgo (odds ratio: OR) de obesidad y sobrepeso frente al normopeso (categoría de referencia) según el tipo de jornada laboral y las horas de sueño. Tomando como referencia las categorías más habituales de cada variable (jornada partida y dormir entre 6 y 8 horas), se calcularon las OR crudas y las ajustadas por las variables sociodemográficas que resultaron significativas en dos estudios previos24,25 y se calcularon también los intervalos de confianza al 95% (IC95%) para cada una de ellas. Las variables empleadas fueron: sexo, edad, estado civil, clase social, tamaño de municipio de residencia, comunidad autónoma de residencia, hábitos alimentarios y actividad física. Dado el elevado tamaño de la muestra que permitió calcular si había significación estadística de las diferencias encontradas, se siguieron las recomendaciones de Cohen26 y se consideraron los tamaños de efecto en función del valor de las OR: grande ≥9, mediano (3,45-8,99) y pequeño (1,49-3,44).
RESULTADOS
La prevalencia de obesidad en la población incluida para el estudio de las horas de sueño (20.399) fue del 20,88% y la de sobrepeso del 39,19%. La prevalencia de obesidad en la población incluida para el estudio de la jornada laboral (8.465) fue de 14,15% y la de sobrepeso de 35,03%.
La tabla 1 muestra la prevalencia de normopeso, sobrepeso y obesidad según el tipo de jornada laboral desempeñada. Valorando el tipo de jornada laboral de manera independiente se vio cómo el porcentaje más alto de obesidad se encontraba en el turno nocturno (17,50%) e irregular (17,92%). En el caso del sobrepeso la prevalencia más alta se encontraba en las jornadas partida (40,81%) y nocturna (39,17%) y en relación al normopeso, el mayor porcentaje se encontró en la jornada reducida (62,14%) o de tarde (58,63%).
n=8.465 (4.581 hombres y 3.884 mujeres entre 18 y 65 años). IC95%: intervalos de confianza al 95%. Porcentajes calculados respecto al tipo de jornada laboral. a:Categoría de referencia.
El análisis del riesgo de obesidad y sobrepeso frente al normopeso según el tipo de jornada laboral se presenta en la tabla 2. El análisis de las OR crudas mostró, frente a los trabajadores de jornada partida, una menor probabilidad de obesidad en las personas que trabajan con turno reducido (OR=0,56; IC 95%:0,38-0,85) y un mayor riesgo de obesidad en quienes tienen turnos irregulares (OR=1,42: IC95%:1,15-1,75), aunque los tamaños de efecto encontrados fueron pequeños. El análisis de las OR ajustadas no mostró resultados estadísticamente significativos. Respecto a personas con jornada partida, se encontró un menor riesgo de sobrepeso (con tamaño de efecto pequeño) en los que tenían turno de mañana se encontró una OR cruda=0,76; IC95%:0,68-0,86), en los que trabajaban por la tarde de OR cruda=0,54; IC 95%:0,41-0,71), en quienes tenían jornada reducida la OR cruda=0,51; IC 95%:0,39-0,66) y en quienes trabajaban por turnos una OR cruda=0,84; IC 95%:0,72-0,99). El análisis de la OR ajustadas no mostró resultados estadísticamente significativos.
Jornada laboral | ORSB cruda (IC95%) | p | ORSB ajust (IC95%) | p | OROB cruda (IC95%) | p | OROB ajust (IC 95%) | p |
Mañana | 0,76 (0,68-0,86) | <0,001 | 0,80 (0,61-1,04) | 0,090 | 0,88 (0,74-1,04) | 0,133 | 0,75 (0,53-1,08) | 0,120 |
Tarde | 0,54 (0,41-0,71) | <0,001 | 0,94 (0,52-1,67) | 0,823 | 0,80 (0,55-1,16) | 0,238 | 1,10 (0,53-2,67) | 0,794 |
Noche | 1,03 (0,68-1,57) | 0,876 | 0,49 (0,17-1,43) | 0,191 | 1,47 (0,86-2,50) | 0,158 | 1,68 (0,64-4,39) | 0,294 |
Reducida | 0,51 (0,39-0,66) | <0,001 | 0,75 (0,44-1,26) | 0,277 | 0,56 (0,38-0,85) | 0,006 | 0,78 (0,39-1,56) | 0,478 |
Turnos | 0,84 (0,72-0,99) | 0,035 | 0,92 (0,63-1,33) | 0,641 | 1,02 (0,81-1,27) | 0,897 | 0,93 (0,56-1,52) | 0,764 |
Irregular | 0,95 (0,81-1,12) | 0,545 | 1,10 (0,76-1,59) | 0,614 | 1,42 (1,15-1,75) | 0,001 | 1,31 (0,84-2,06) | 0,240 |
n=8.465 (4.581 hombres y 3.884 mujeres entre 18 y 65 años). IC 95%: intervalos de confianza al 95%. Categorías de referencia: trabajadores con jornada laboral partida y normopeso. ORSB: odds ratio sobrepeso; OROB: odds ratio obesidad.
La tabla 3 muestra las prevalencias de normopeso, sobrepeso y obesidad según las horas de sueño al día. Valorando la cantidad de horas de sueño de manera independiente se vio que las personas que dormían menos de seis horas al día tenían una prevalencia de sobrepeso del 40,99% y de obesidad del 24,42% y, sin embargo, las personas con normopeso dormían entre seis y ocho horas al día en el 44,20%.
N=8.465 (4.581 hombres y 3.884 mujeres entre 18 y 65 años). IC95%: intervalos de confianza al 95%. Porcentajes calculados respecto al tipo de jornada laboral. a:Categoría de referencia.
Los resultados del análisis del riesgo de obesidad y sobrepeso frente al normopeso según las horas de sueño se presenta en la tabla 4. Respecto a la obesidad, las OR crudas de personas que dormían menos de 6 horas fueron OR=1,83; IC 95%:1,59-2,11) y en quienes dormían más de 8 horas OR=1,34; IC95%:1,19-1,50). Al ajustar las OR no se encontraron diferencias estadísticamente significativas.
Horas de sueño | ORSB cruda (IC95%) | p | ORSB ajust (IC95%) | p | OROB cruda (IC95%) | p | OROB ajust (IC 95%) | p |
< 6 horas | 1,36 (1,20-1,53) | <0,001 | 1,29 (0,87-1,91) | 0,210 | 1,83 (1,59-2,11) | <0,001 | 1,17 (0,71-1,93) | 0,548 |
> 8 horas | 1,06 (0,96-1,17) | 0,235 | 0,91 (0,59-1,41) | 0,668 | 1,34 (1,19-1,50) | <0,001 | 1,11 (0,66-1,87) | 0,708 |
n=20.399 (9.372 hombres y 11.027 mujeres entre 18 y 90 años). IC95%: intervalos de confianza al 95%
Categorías de referencia: dormir entre 6 y 8 horas, y normopeso. ORSB: odds ratio sobrepeso; OROB: odds ratio obesidad.
Respecto a la probabilidad de sobrepeso, las personas que dormían menos de 6 horas tuvieron una OR=1,36; IC 95%:1,20-1,55). Las OR ajustadas no mostraron resultados estadísticamente significativos.
DISCUSIÓN
Los resultados muestran que teniendo en cuenta la jornada laboral desempeñada, la obesidad es más frecuente entre quienes realizan trabajos con jornada nocturna e irregular y el sobrepeso entre quienes realizan trabajos con jornada partida y nocturna.
Este estudio es uno de los pocos realizados a nivel nacional que trata de estudiar la relación entre el tipo de jornada laboral y las horas de sueño con la presencia de sobrepeso y obesidad. A pesar de que la obesidad es un problema de interés creciente en la sociedad, tanto por sus dimensiones epidémicas como por las consecuencias que tiene para la salud, son muchos los estudios que se han realizado pero difícilmente son comparables entre sí porque pocos de ellos se realizaron de forma uniforme y con los mismos criterios para tratar de definir el problema. La ENS es una herramienta útil debido a su elevado tamaño muestral, tener una estratificación proporcional al tamaño del municipio que abarca todo el territorio nacional y ser un estudio autoponderado con una periodicidad cuatrineal, lo cual permite analizar tendencias temporales en la población española.
Peplonska27 en 2015 habló también de la relación entre el trabajo nocturno y obesidad y otros autores como Zhao28 o Kim29 concluyeron sin embargo, que el trabajo por turnos es el que más se relaciona con un aumento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad. Atendiendo al número de horas de sueño diarias, la obesidad y el sobrepeso fueron más frecuentes entre quienes dormían menos de seis horas al día y entre quienes dormían más de ocho. Un estudio realizado en Arabia Saudí relaciona la presencia de obesidad, hipertensión arterial e hiperglucemia con personas que duermen más de ocho horas y concluyen que esta asociación no depende de la calidad de la alimentación o del nivel de actividad física realizada30.
El presente estudio mostró un mayor riesgo de obesidad en quienes desempeñan una jornada irregular. Una revisión sistemática de cuarenta y seis trabajos de investigación realizada por Morales en 201431 concluyó que existe una asociación entre el trabajo por turnos y la presencia de obesidad, pero no contemplaron la jornada irregular. Es posible que el desempeño de este tipo de jornada no permita llevar un estilo de vida ordenado y se asocie, entre otras cosas, a dormir menos horas al día. Nuestro estudio muestra mayor riesgo de obesidad en personas con patrones de sueño corto que duermen menos de seis horas al día. Esta asociación puede ser debida, en parte, a que la falta de sueño por la noche lleva a un estado de hipersomnolencia diurna que puede conducir a estilos de vida poco saludables como ya apuntaba Bushnell32 o a patrones de alimentación con mayor consumo de comida rápida, snacks y comidas dulces, como concluían Nishura33 en 2010 o Heath34 en 2012. Al dormir poco o nada por la noche y tener que dormir por el día se produce una alteración en el ritmo circadiano y en los patrones de sueño vigilia que llevan a una descompensación en el ciclo de alimentación-ayuno35,36.
Los estudios que analizan la relación entre el exceso de peso y la jornada laboral así como con las horas de sueño deben tener en cuenta como factores de confusión los que están en relación con los hábitos alimentarios, aunque los resultados encontrados son bastante dispares. En un trabajo anterior se encontró que no existe asociación directa entre los hábitos alimentarios y la presencia de obesidad25. Fernández-Rodríguez37 habló de un consumo mayor de ternera, huevos, zumos y pasta en las personas que desempeñan un trabajo por turnos. Knutsson38 encontró un menor consumo de fibra y un aumento en el consumo de sacarosa, y Sudo y Ohtsuka39 hacen referencia a una peor calidad de las comidas, menor ingesta energética y de nutrientes en quienes trabajan cambiando de turno en comparación con quienen tienen turnos fijos. Es posible que los hábitos alimentarios influyan en la relación entre exceso de peso y el tipo de jornada laboral o las horas de sueño, pero harían falta más estudios para corroborarlo.
Además de los hábitos alimentarios, nuestro estudio tiene en cuenta como factores de confusión la edad, estado civil, sexo, tamaño del municipio, comunidad autónoma y la clase social, así como actividad física en el tiempo libre. Al igual que mostró Gu40 en 2012 y Nigatu41) en 2016, la relación entre obesidad y el tipo de jornada laboral (en nuestro estudio jornada irregular) no es estadísticamente significativa cuando se consideran ciertos factores de confusión, en nuestro caso los relacionados con características sociodemográficas, y lo mismo ocurre con la asociación entre obesidad y horas de sueño diarias como describe Durán-Agüero en 201642. Dicho de otra forma existe una elevada correlación entre el tipo de jornada laboral y las horas de sueño diarias con los factores de confusión estudiados, es decir, que la influencia de las horas de sueño o la jornada laboral en el desarrollo de obesidad disminuyen cuando se eliminan del estudio los factores de confusión y se iguala la probabilidad de obesidad en los sujetos de uno u otro turno. Es posible que las personas que realizan turnos de mañana o duerman entre 6 y 8 horas tengan más facilidad para la realización de actividad física o llevar unos hábitos de alimentación más saludables y por eso sean menos obesos. El origen del exceso de peso es multifactorial siendo muy difícil determinar la contribución del entorno, los hábitos personales y los derivados de la jornada laboral, pero donde todos y cada uno de ellos intervienen de manera conjunta. Estos datos muestran la complejidad de la asociación entre el exceso de peso y el tipo de jornada laboral o las horas de sueño cuando se pretenden elaborar planes de prevención basados en la búsqueda de perfiles de riesgo.
Dentro de las limitaciones de este trabajo se encuentra que, al ser la ENS un estudio transversal, no permite determinar la direccionalidad de la asociación entre el tipo de jornada laboral y las horas de sueño con la aparición de sobrepeso y obesidad, pero sí nos permite obtener una foto fija de la situación. Por otro lado, el hecho de que el IMC en la ENS provenga de datos autorreferidos puede llevar a una infraestimación del peso y una sobrestimación de la talla. Aun así, hay estudios que muestran que la declaración del peso y la tall por parte de la persona encuestada tiene una sensibilidad del 77% y una especificidad del 97%43. Korpela44 estableció la validez del IMC, ya sea con mediciones reales o con datos autorreferidos, como indicador antropométrico válido y predictor de obesidad. Además la mayoría de los trabajos publicados que relacionan la jornada laboral y la obesidad omiten la jornada irregular de trabajo, bien sea porque no es frecuente en las muestras de población estudiadas o porque esté incluida en otras jornadas de trabajo.
Como conclusión podemos decir que existe una asociación positiva entre la jornada irregular de trabajo y un patrón de sueño corto con la presencia de sobrepeso y obesidad, aunque al ajustar las OR por los factores de confusión la asociación deja de ser estadísticamente significativa. Al diseñar intervenciones institucionales para combatir la epidemia de obesidad debería considerarse el estudio de la calidad de sueño junto con programas que incidan en una alimentación saludable y una actividad física regular. Sería asimismo deseable implicar a la empresa pública y privada en la elaboración de planes de prevención del exceso de peso a nivel local para mejorar la salud de sus trabajadores.