INTRODUCCIÓN
La educación sexual (ES) cumple un rol fundamental en la preparación de las personas para una vida plena y segura, donde el VIH y otras infecciones de transmisión sexual (ITS), los embarazos no planificados, la desigualdad y la violencia por género u orientación sexual representan todavía amenazas para su bienestar1. Sin embargo, pese a la creciente evidencia a favor del impacto de una ES de calidad y sistematizada en la infancia y la adolescencia, y a formar parte de los Derechos en Salud Sexual y Reproductiva declarados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), son aún muy pocos los niños, niñas y jóvenes que pueden acceder a ella. Del mismo modo, muchas personas llegan a la adultez con mensajes contradictorios, negativos y confusos acerca de la sexualidad, los cuales son perpetuados y profundizados por la cultura y algunas normas sociales1 2.
En 2018, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) publicó un documento que propone una serie de orientaciones técnicas internacionales que definen una educación sexual integral (ESI)1, en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible publicada por la ONU en 2015 (Objetivo 4: Garantizar una educación de calidad inclusiva y equitativa y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida para todos)3. Con estas iniciativas se busca reafirmar la posición de la ES en relación con los derechos humanos y la igualdad de género; así como promover un aprendizaje estructurado acerca del sexo y de las relaciones de una manera positiva, fortalecedora y centrada en lo que se supone mejor para una persona joven.
La educación tiene una función transformadora en las sociedades al brindar a las personas la capacidad de desarrollar sus vidas y lograr sus objetivos4. En las últimas décadas, la educación es entendida más allá de lo que ocurre dentro de las aulas. Así, se habla de tres tipos según el lugar y el contexto en cual se desarrolle: la educación formal (estructurada y sistematizada, impartida por profesionales calificados dentro de escuelas primarias y secundarias); la educación informal (no estructurada ni planificada, son las experiencias y vivencias que tiene una persona dentro de la familia o comunidad); y la educación no-formal (aprendizaje voluntario, dentro de un entorno estructurado pero fuera de los establecimientos educacionales tradicionales)5 6.
La educación no-formal tiene una estructura flexible, y su evaluación no necesariamente es discriminativa. Es en este tipo de instancias donde se manifiestan directamente las necesidades de un grupo social o comunidad, como son la salud, la igualdad de género o la ecología6. En este sentido, la educación no-formal es una buena forma de atender problemáticas sociales de manera práctica y cercana a las personas, además de favorecer el autoaprendizaje sin imponer límites de edad, currículo ni horario. Bajo esta perspectiva puede conformar una herramienta crucial para entregar a las comunidades herramientas acerca de temas que aún no son abordados adecuadamente por la educación formal, como la sexualidad desde un punto de vista holístico4 5 7.
Las orientaciones de la UNESCO constituyen una herramienta que permite diseñar currículos integrales para generar impacto positivo en la salud y bienestar de los jóvenes a través de la educación formal1. Sin embargo, pese a la evidencia a favor de ampliar la ES más allá del ámbito reproductivo, fisiológico y funcional, ésta aún mantiene su enfoque tradicional, centrado en los riesgos potenciales del sexo, como el embarazo no deseado y las ITS. De esta forma, la ES resulta distante para los estudiantes y no responde a su necesidad de información o adquisición de habilidades1 8 9. Existe bastante evidencia acerca de los beneficios de una ESI basada en un currículo1 2 3 4 7 10 11 12. Sin embargo, son escasos los estudios que aborden los contenidos y el efecto de la educación fuera de las escuelas.
El objetivo de este trabajo fue describir y comparar los materiales disponibles en las distintas webs oficiales de las comunidades y ciudades autónomas de España (CC. AA.) sobre educación sexual y que pudieran ser utilizados en contextos educativos no-formales.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo. Desde el 5 de julio al 27 de agosto de 2021 se realizó una revisión de las distintas webs oficiales de las 17 CC. AA. (más las 2 ciudades autónomas) relacionadas con salud, educación, juventud, familia y/o igualdad. Se consultaron un total de 133 páginas y se recopilaron los recursos orientados a educación sexual fuera del ámbito formal disponibles para la población general.
Selección de recursos educativos.
Se escogieron 331 enlaces con contenido relacionado con sexualidad y reproducción disponibles en las páginas de las distintas CC. AA. Para seleccionar los recursos, estos se clasificaron según su ámbito educativo. Se consideró un recurso educativo de ámbito formal cuando, según su estructura o la propia descripción de los autores, estaba destinado a servir como herramienta para los docentes dentro de alguna actividad curricular sistemática, contenían actividades a desarrollar en grupos con supervisión de educadores o eran un complemento para ellas. Todo material que no cumpliera con estas características se clasificó dentro del ámbito no-formal. Aquellos recursos que contenían instrucciones para ser utilizados dentro de las aulas, pero que no contenían una evaluación del aprendizaje esperado o donde los autores no definían una función curricular, se clasificaron como mixtos.
Se excluyeron del análisis los recursos de ámbito formal y aquellos accesibles sólo desde webs de organismos locales (por ejemplo, ayuntamientos, barrios, etc.) o entidades privadas (por ejemplo, asociaciones de pacientes, organizaciones no gubernamentales, etc.). Debido a su ámbito de difusión nacional, se excluyeron también los recursos producidos por el Ministerio de Sanidad de España y aquellos recursos diseñados dentro de una campaña específica (Día del VIH/SIDA; Día de la lucha contra la Violencia de Género; Día del Orgullo LGTBIQ+, etc.).
Fueron seleccionados finalmente para este análisis 216 recursos en línea [Figura 1], 183 considerados exclusivamente de uso en ámbito no-formal y 33 para entornos mixtos.
Clasificación de los recursos educativos.
Las características que se usaron para clasificar y analizar los recursos seleccionados fueron: su año de publicación; el tipo de material; su población objetivo; su usuario objetivo; su contenido de ESI; la CC. AA. administradora de la web donde el recurso fue encontrado.
Tipo de material: los recursos fueron agrupados en función de su naturaleza y disponibilidad a través de internet, tal como se describe en la Tabla 1. Se registró además el año de publicación o de última actualización para cada uno de ellos.
Población y usuario objetivos: se diferenció entre cuatro posibles grupos objetivo (infancia, adolescencia/juventud, infancia y adolescencia/juventud, público general) y cinco posibles usuarios del material (infantil, jóvenes/adolescentes, familias, docentes y público en general) en función del formato y las instrucciones del material.
Contenidos de ESI: siguiendo las Orientaciones Técnicas sobre Educación Sexual de la UNESCO1 se clasificaron los recursos en función de los temas que abordaban y si hacían referencia a un tema crítico relacionado con las necesidades de salud sexual y reproductiva de los niños, niñas y jóvenes, según el mismo documento. En este instrumento se describen ocho conceptos clave que incluyen diversos temas y objetivos de aprendizaje. Los temas se han redefinido para permitir una clasificación exhaustiva y no redundante de los recursos seleccionados [Tabla 2]. Los doce temas de ES considerados críticos fueron: Pubertad y adolescencia; Embarazo no planificado; Anticoncepción eficaz; Interrupción voluntaria del embarazo; ITS en general; VIH; Ciberacoso y sexting; Pornografía; Violencia de género; Violencia homo/transfóbica; Violación y abuso infantil; Sexualidad y drogas. Las variables bajo las cuales se clasificaron los recursos educativos se expresaron en recuento absoluto y porcentajes.
RESULTADOS
Características generales de los recursos para educación sexual.
Tipos de materiales y año de publicación.
El 70% de todos los materiales seleccionados (n=151) fueron documentos descargables. En su mayoría se trató de guías (n=54), folletos (n=48) y libros (n=37). Los recursos online fueron la siguiente categoría en frecuencia, representando un 19% del total (n=41). Sólo el 4% de los materiales descargables fueron producidos antes de 2005 (n=5). Más del 90% de los recursos que se clasificaron dentro de las categorías móvil, online y vídeo fueron producidos o actualizados en los últimos cinco años (n=64).
Población y usuario objetivo de los recursos educativos.
El 4% de los materiales seleccionados estuvieron dirigidos exclusivamente a la población infantil (n=8), el 5% podían utilizarse tanto en niños/niñas como en jóvenes/adolescentes (n=10) y el 64% estuvo dirigido exclusivamente a este último grupo (n=139). En el resto de los recursos no se identificó un público objetivo definido (n=59).
En cuanto a los usuarios, un 12% de los recursos estuvo diseñado para ser utilizado por personas que ejercían una función docente o por familias (n=25) y un 55% para los propios jóvenes/adolescentes (n=118). En el 3% de los recursos el usuario objetivo se clasificó dentro de la población infantil (n=6), mientras que no fue posible identificar un usuario específico en el 30% de los casos (n=67).
Temas de educación sexual abordados.
Utilizando los conceptos de ESI, se observó que el 79% de los materiales (n=171) trataba alguno de los temas en específico [Figura 2], siendo los más frecuentes Reproducción (n=71), Violencia (n=42) y Género (n=24). Los subtemas tratados en cada uno de los materiales se describen en la Tabla 3. Los valores y derechos relacionados con la sexualidad, las habilidades para la salud, el bienestar y la conducta sexual fueron contenidos raramente tratados en los materiales analizados (n=12). El 54% de los materiales abordó de manera directa y exclusiva un tema considerado crítico en ES (n=116), siendo los más frecuentes la violencia de género (n=31), la anticoncepción eficaz (n=21), el VIH/SIDA (n=20) y las ITS en general (n=18).
Recursos educativos y conceptos de ESI por CC. AA.
En todas las CC. AA. el tipo de material preponderante fue el descargable. Las que contaban con más plataformas web destinadas exclusivamente para ES fueron Cataluña e Islas Baleares (n=4), Islas Canarias y Valencia (n=3), Andalucía y País Vasco (n=2). Sólo seis CC. AA. contaban con un perfil en redes sociales relacionado con ES: Andalucía (YouTube); Asturias (YouTube, Instagram); Castilla y León (Facebook); Islas Baleares (Instagram); Madrid (YouTube); Valencia (Instagram). El desarrollo de alguna aplicación para dispositivos móviles considerada como recurso para educación sexual se observó en Andalucía (n=2), Asturias (n=1), Islas Canarias (n=1), Melilla (n=1) y Madrid (n=1).
En base a la clasificación de conceptos de ESI, en la gran mayoría de las CC. AA. el tema más abordado fue Reproducción, seguido de Violencia [Figura 3]. Las CC. AA. con mayor diversidad de temas abordados fueron Andalucía (Violencia, Reproducción, Relaciones interpersonales, Género, Cuerpo humano y Conducta sexual), Asturias (Valores, derechos y cultura, Género, Violencia, Habilidades para la salud y el bienestar, Reproducción y Cuerpo humano) y Canarias (Género, Reproducción, Relaciones Interpersonales, Violencia, Cuerpo humano, Conducta sexual). Por el contrario, los lugares donde se encontró la menor variedad de conceptos fueron Ceuta y Melilla (recursos sólo referidos a Violencia) y La Rioja (Reproducción y Relaciones interpersonales). Otras CC. AA. como Cantabria y Castilla y León abordaban temas de manera general, de forma inespecífica, y disponían de recursos particulares referidos a Reproducción.

Figura 3. Porcentaje de conceptos de Educación Sexual Integral abordados en los recursos educativos de cada comunidad autónoma.
Respecto al contenido de los materiales publicados, la mayor variedad de temas críticos se encontró en Andalucía (Anticoncepción eficaz, Ciberacoso y sexting, ITS, Pubertad y adolescencia, VIH y Violencia de género), Islas Baleares (Anticoncepción eficaz, Ciberacoso y sexting, ITS, VIH, Violencia de género y Violencia homofóbica), Madrid (Anticoncepción eficaz, Ciberacoso y sexting, ITS, VIH, Violencia de género) y Valencia (Anticoncepción eficaz, Pornografía, VIH, Violencia de género y Violencia homofóbica).
DISCUSIÓN
La educación es un determinante social fuertemente asociado con la esperanza de vida, la morbilidad y los comportamientos relacionados con la salud. Del mismo modo, el logro educativo juega un papel importante en la salud de las personas al condicionar las oportunidades, el empleo y sus ingresos13. Décadas atrás, la educación era considerada un proceso terminal, un objeto que se conseguía dentro de una institución acreditada, como las escuelas, institutos o universidades, y que muchas veces se materializaba en un grado académico (lo que actualmente es denominado educación formal)5 6. Sin embargo, los teóricos e investigadores en el campo de la educación han visto que el proceso de aprendizaje ocurre también fuera de las aulas y las instituciones tradicionales5. Las personas aprenden constantemente a lo largo de su vida, al relacionarse con el entorno y con otros individuos. A este contexto educativo, donde no hay un objetivo ni una estructura de aprendizaje determinada, se le denomina actualmente educación informal5 6. Entre estos dos extremos aparece la llamada educación no-formal, aquel aprendizaje que es voluntario, no obligatorio, de estructura flexible y que se lleva a cabo fuera de los establecimientos educacionales tradicionales5. Esta situación educativa también es aplicable al ámbito de la ES.
Desde el Siglo XVII, la ES occidental estuvo dominada por una interpretación dogmática de la sexualidad: una educación normativa, cristiano-conservadora y represiva14. La pedagogía sexual era un instrumento para enseñar las definiciones de otras áreas del conocimiento como la teología, la medicina o la psiquiatría. La problemática del VIH-SIDA, el aumento de las denuncias de abuso sexual y la mercadotecnia mediática de la sexualidad orientó los contenidos de la educación sexual a finales del Siglo XX hacia la prevención de riesgos (la higiene sexual), con una fuerte influencia de la medicina reproductiva14. Sólo recientemente la educación sexual se ha independizado de otras disciplinas, adoptando una posición crítica y constructiva hacia la ciencia sexual14.
La sexualidad, tanto el modo en que una persona se autopercibe, se expresa y se relaciona con otras personas, es multidimensional. No se limita a la apariencia ni al sexo con otras personas, sino que implica la identidad, el papel social, el romance y las emociones de todo individuo. Esta perspectiva, más integral que en el pasado, permite entender que la sexualidad no es algo que surge durante la pubertad, sino que está presente a lo largo de toda la vida15. Así mismo, actualmente se considera que la socialización sexual ocurre en muchos otros ámbitos de la vida del ser humano: dentro de las familias, en la educación primaria y la escuela, producto del trabajo social y al interaccionar con los servicios de salud, y sus receptores son niños, adolescentes, y adultos de todas las edades9 14.
El actual paradigma de la ES tiene un enfoque basado en habilidades para la vida y los derechos humanos; sus temáticas van desde los conocimientos sobre los procesos biológicos y la anticoncepción hasta aspectos sobre las relaciones humanas, la orientación sexual, las cuestiones de género y cuestiones éticas1 14 16. Estas dimensiones escapan a la cultura academicista y han permanecido en el ámbito de lo informal, de lo espontáneo6. La ES implica actualmente promover el ejercicio de los derechos y aborda la necesidad de trabajar sobre los diferentes problemas sociales que afectan a las personas15. De esta forma, la ES, la salud y el bienestar están intrínsecamente vinculados13.
Desde hace décadas, la mayoría de las comunidades occidentales se han mostrado mayoritariamente a favor de una ES más holística4. La UNESCO define una educación sexual integral (ESI) como un proceso que se basa en un currículo para enseñar y aprender acerca de los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y sociales de la sexualidad. Su objetivo es preparar a los niños, niñas y jóvenes con conocimientos, habilidades, actitudes y valores que los empoderen para: realizar su salud, bienestar y dignidad; desarrollar relaciones sociales y sexuales respetuosas; considerar cómo sus elecciones afectan su propio bienestar y el de los demás; y entender cuáles son sus derechos a lo largo de la vida y asegurarse de protegerlos1.
En este trabajo se intentó describir cómo se ejecutaba la ES en las distintas CC. AA. de España fuera del ámbito formal, a través del uso de las nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Se recopilan todos los elementos clasificables como recursos para ES disponibles en las distintas webs oficiales de cada CC. AA., omitiendo en el análisis cualquier material que hubiera sido diseñado para formar parte de un proceso estructurado de enseñanza.
En nuestra búsqueda encontramos que la mayoría de los materiales disponibles en internet corresponden a documentos en formatos portables/descargables (tipo PDF o JPG) y han sido publicados o actualizados en los últimos cinco años. Aunque esto supone una posibilidad para disponer de materiales relativamente actuales sin necesidad de una conexión a internet, es un formato desactualizado respecto al actual abanico de TIC educacionales. Comunidades como Andalucía, Islas Baleares e Islas Canarias son las que utilizan TIC más novedosas, como aplicaciones móviles o el uso de perfiles institucionales en redes sociales populares entre la población objetivo (como Facebook o Instagram).
Las TIC se presentan cada vez más como una herramienta desaprovechada por los programas educativos y de promoción de la salud. En un estudio que analizó el contenido de vídeos centrados en la educación sexual en una red social, la anatomía femenina, el placer sexual, la anticoncepción y la salud sexual fueron los temas más comunes17, y la cantidad de visitas que cada uno recibe revela que los temas de interés para los usuarios de estas plataformas pueden ser incongruentes con los presentados en la ES estándar, en el hogar o en las interacciones con los trabajadores sanitarios.
La mayoría de los recursos seleccionados en este trabajo están dirigidos principalmente a jóvenes/adolescentes (tanto como población objetivo y como usuarios), por lo que se excluye a los infantes y aquellas personas adultas que están fuera del rango de edad de la educación obligatoria, descartándolos como sujetos de interés para la ES (pese a que la sexualidad es un fenómeno continuo que se desarrolla desde la infancia hasta la vejez)6 11.
Los temas relacionados con la reproducción y prevención de enfermedades siguen siendo los principales contenidos abordados. Mientras, los valores y derechos relacionados con la sexualidad, las habilidades para la salud, el bienestar y la conducta sexual son contenidos raramente trabajados en los materiales analizados, pese a los beneficios que se han visto derivados de los programas educativos que utilizan un enfoque de derechos explícito1 18 19. Esto devela que se mantiene la tradicional perspectiva de la higiene sexual, con la mirada de la sexualidad en negativo (evitar embarazos e ITS) en vez de cultivar la diversidad. Por lo anterior, la clasificación de los contenidos de ESI propuestos por la UNESCO puede ser, además de una herramienta para construir programas educativos que respondan a las necesidades de quienes reciben ES8 9 12 15 20 21 2, también un instrumento para evaluar los contenidos de cualquier recurso educativo disponible.
De este modo, observamos que aspectos como el género y la violencia son temas emergentes abordados por los recursos analizados. Dar apoyo y favorecer la aceptación de los/las jóvenes lesbianas, gais, bisexuales y transgénero a través de la educación no-formal tiene el potencial de mejorar la salud social, emocional y mental, más allá de lo que habitualmente se evalúa en la educación sexual tradicional1 8 11 23 24. Esto es aún más importante si se considera que en muchos lugares estos contenidos ni siquiera son abordados dentro de la educación formal25 26.
Esta desigualdad responde frecuentemente a la idea errónea de que la exposición a estos contenidos pone en peligro a las/los adolescentes, pese que se ha probado que la ES (dentro y fuera de las escuelas) no aumenta la actividad sexual, los comportamientos sexuales de riesgo ni las tasas de infección por el VIH ni otras ITS1 10 27 28. Fuera de las instituciones formales, las/los jóvenes no confrontan sus inquietudes acerca de su sexualidad29 y prefieren acceder a contenido de educación sexual a través de internet y sus teléfonos móviles. Esto ha llevado a una exposición a contenido pornográfico que puede influir de manera negativa en la educación sexual y a nuevos riesgos como el acoso cibernético y el sexting30. En nuestro estudio son escasos los materiales que abordan estas temáticas y sólo están disponibles en unas cuantas CC. AA.
Por otro lado, bajo el actual paradigma de ES, los profesores deben enseñar temas delicados con poca o ninguna formación, en espacios que se esfuerzan por desexualizar el contenido y con alumnos que pueden poner a prueba de manera contundente su capacidad para impartir las lecciones26 30 31. Aumentar la disponibilidad y diversidad de recursos a través de internet puede ser una forma de complementar la enseñanza formal, considerando que las/los adolescentes suelen encontrar una gran distancia entre los contenidos que les son entregados en las escuelas y lo que luego enfrentan en sus vidas2 29.
Aún es necesario determinar si la producción y difusión de este tipo de recursos responde a las problemáticas locales, y si las barreras para implementar una ES de calidad pueden superarse con apoyo administrativo enfocado a estas necesidades y ayudar a los niños/as y jóvenes a convertirse en adultos sexualmente sanos8 31. Sin embargo, existe suficiente evidencia sobre los pobres resultados de los tradicionales programas de ES para retrasar la iniciación sexual, reducir las conductas sexuales de riesgo o mejorar los resultados de salud reproductiva20 27 32 33 34(20,27,32-34).
Algunas limitaciones deben ser consideradas a la hora de interpretar los resultados de este estudio. La falta de un proceso estructurado para la búsqueda de este tipo de recursos en internet puede generar un sesgo a la hora de comparar los recursos educativos que utilizan las distintas CC. AA. Debido a la gran diversidad de fuentes y a la dinámica de los recursos en línea en general, es posible que tras este estudio algunos recursos no estén disponibles o se agreguen nuevos materiales, por lo que las conclusiones sólo son aplicables al periodo en el que se recopilaron los datos. Tampoco hay criterio científico que respalde estos contenidos ni que los elimine si son inadecuados.
La exclusión de recursos producidos por el Ministerio de Sanidad, asociaciones profesionales y otras organizaciones no gubernamentales se realizó considerando que dichos recursos están disponibles para la población en general, independiente de la CC. AA. a la que pertenezcan, por lo que no permitirían analizar posibles desigualdades territoriales de acceso a recursos de ES no-formal. Sin embargo, no cabe duda de que estas entidades son una fuente importante de información para la población acerca de distintas temáticas relacionadas con la sexualidad, y son una forma con la que las comunidades combaten las desigualdades de acceso a ES.
Este es uno de los pocos estudios que intenta realizar un análisis semiestructurado de recursos disponibles en internet a los que cualquier individuo puede voluntariamente acceder y, por lo tanto, que forman parte de los elementos que permiten a cualquier persona construir su conocimiento acerca de la sexualidad. Se ha explicitado detalladamente la metodología para la búsqueda y la clasificación de los recursos, así como las definiciones que se utilizaron. Finalmente, se ha incorporado como material anexo el repositorio de los recursos para que los lectores puedan consultarlo, como forma de transparencia sobre los datos de esta investigación y como una vía para dar difusión a estos los recursos.
A modo de conclusiones, decir que, tras analizar los recursos sobre ES disponibles en las distintas webs oficiales de las CC. AA. de España que pueden ser utilizados en contextos educativos no-formales, observamos una clara heterogeneidad en cuanto a los tipos de recursos ofrecidos a la población y a las temáticas abordadas en dichos recursos. Esto sugiere la existencia de potenciales inequidades en el acceso a ESI en España, las cuales pueden verse intensificadas por otros determinantes sociodemográficos y culturales.
Potenciar los medios de aprendizaje fuera de las escuelas como complemento a los programas educativos puede ayudar a conseguir una promoción de la salud eficaz, particularmente cuando los programas educativos integrales no pueden ser implementados en las escuelas, por ejemplo, debido a restricciones políticas y/o culturales.
Este estudio propone las orientaciones de la UNESCO como una base metodológica para evaluar los contenidos de ES producidos por distintas entidades, públicas o privadas, así como para generar evidencia acerca de la relación entre la producción de estos recursos y las necesidades de las comunidades. Es una herramienta que también puede ayudar a identificar aquellas instituciones que mejor incorporen el nuevo paradigma en ES y utilizarlas como modelo para que otras organizaciones puedan replicar su trabajo para sus propios usuarios.