SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.7 número1El tratamiento de la periimplantitis en base a protocolos científicos: Revisión de la literaturaTratamiento implantológico de la zona posterior del maxilar superior: Elevación del seno maxilar índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

Compartir


RCOE

versión impresa ISSN 1138-123X

RCOE vol.7 no.1  ene./feb. 2002

 

Carga (función) inmediata vs. carga diferida

en implantología: terminología y estado actual.

Dientes en el día®

Aparicio-Magallón, Carlos

Aparicio-Magallón, Carlos* 
Lundgren, Anna-Karin ** 
Rangert, Bo*
**

* Práctica privada periodoncia e implantes, Dep. of Biomaterials Handicap Research Institute
for Surgical Sciences Göteborg University 

** Dep. of Biomaterials Handicap Research Institute for Surgical Sciences Göteborg University 

*** Mech Eng PhD Nobel BioCare Sweden

 

Immediate loading (function) vs. delayed loading in implantology: Terminology and state of the art. Same-day teeth®

Resumen: En el presente trabajo se aclararan ciertos términos, de uso frecuente en la implantología actual, que por su relación entre sí se prestan a confusión. Revisamos la literatura en lengua inglesa publicada hasta el momento de la remisión del presente trabajo, mayo 2001, con respecto a la función inmediata de implantes colocados en diferentes topografías del hueso maxilar. En la actualidad la función inmediata es una alternativa aceptada en mandíbulas completamente desdentadas, rehabilitadas con prótesis fijas utilizando implantes Brånemark® y con sobredentaduras utilizando implantes ITI®. El material clínico más reciente, y por ello se ha de considerar como preliminar, indica que es posible también el uso de función inmediata en diferentes situaciones incluyendo prótesis parciales y casos unitarios tanto del maxilar superior como de la mandíbula. Por su importancia como concepto, describiremos la técnica Brånemark System Novum® que representa la esencia de la función inmediata. 

Palabras clave: Carga inmediata, Función inmediata, Función temprana, Carga funcional, Dientes en el día®, Implantes sumergidos, Implantes en una fase, Estabilidad primaria, Estabilidad secundaria. 

Abstract: This work is intended to clarify frequently used terms on current implantology, that because their similarities can lead to a misunderstandings. A revision of the scientific English literature, published till May 2001, regarding the immediate function of implants that have been placed on different locations of the jaw bone, is presented. Today immediate loading of full arch mandibular fixed prostheses using Brånemark® implants and overdentures supported by ITI® implants between foramina are well documented. The use of immediate function of single teeth and short span bridges in the aesthetic zones of both jaws seems viable, but further documentation is needed before its general use. Because of its importance as a concept, the Brånemark System Novum® will be described as the best representative of the immediate function. 

Key words: Immediate Loading, Immediate Function, Early Function, Functional Loading, Same-Day Teeth, Submerged Implants, One Stage Implants, Primary Stability, Secondary Stability. 


Correspondencia 
Carlos Aparicio Magallón 
Ronda General Mitre 90 B 
08021 Barcelona 
E-mail: carlos@clinicaaparicio.com


        Fecha recepción: 09-05-2001        Fecha última revisión: 14-12-2001        Fecha aceptación: 28-12-2001


BIBLID [1138-123X (2002)7:1; enero-febrero 1-132]

Aparicio-Magallón C, Lundgren AK, Rangert B. Carga (función) inmediata vs. carga diferida en implantología: terminología y estado actual. Dientes en el día®. RCOE 2002;7(1):75-86.

 

Introducción

La carga inmediata de los implantes de lámina que precedieron a los implantes osteointegrados actuales, frecuentemente resultó en una alta incidencia de fracasos y complicaciones que incluían la pérdida del implante y del hueso periimplantario. La implantología actual, basada en la rehabilitación de la desdentación mediante substitutos dentales fijados a implantes osteointegrados, ha sido universalmente aceptada por su elevada tasa de éxito inicial y su extrema predecibilidad. La técnica aportada por Brånemark y cols. se desmarcó del empirismo dominante hasta el momento protocolizando los pasos y condiciones necesarias para conseguir el anclaje predecible de implantes roscados sometidos a las fuerzas masticatorias1

En el protocolo original1, el paciente totalmente desdentado que recibía tratamiento con implantes obligatoriamente debía sacrificar 10-15 días sin dentadura y esperar un período de varios meses con su antigua prótesis removible para recibir la prótesis final. Es comprensible que las demandas del paciente para una actuación terapéutica más rápida y cómoda, hayan estimulado a los investigadores para ensayar nuevos protocolos que acorten y simplifiquen el tratamiento con implantes. La relevancia y las consecuencias de un posible fracaso en el tratamiento implantológico hacen necesaria una reflexión acerca de la predicibilidad de algunos tratamientos que se proponen en la actualidad y que incluyen profundas modificaciones del protocolo inicial.

Objetivos

En el presente trabajo intentaremos clarificar el significado de varios términos y expresiones, frecuentemente utilizados en la implantología actual, que por su relación entre sí se prestan a confusión. Revisamos la literatura en lengua inglesa publicada en revistas de referencia hasta el momento de la remisión del presente trabajo, mayo 2001, con respecto a la función inmediata o temprana de implantes con diseños y superficies específicas colocados en diferentes topografías del hueso maxilar. Por último, se describe la técnica «Brånemark Novum®» en representación de la esencia de la función inmediata.

Revisión terminològica

Implantes en una fase, vs. implantes en dos fases

Una de las condiciones establecidas por Brånemark y cols.1 para conseguir la osteointegración fue la obtención de un período de curación ósea, tras la inserción de las fijaciones, libre de carga masticatoria directa sobre los implantes. Tras su colocación, los implantes eran recubiertos por la mucosa masticatoria ­«implantes sumergidos»- y luego de un periodo de curación que variaba entre 3 y 6 meses tras la primera cirugía, los implantes eran conectados a la cavidad oral mediante pilares transmucosos. La mencionada técnica se conoce hoy como «implantes en dos fases quirúrgicas». Dado que la restauración protésica se realiza encima de los pilares, la aplicación de la carga masticatoria, directa sobre los implantes, se distanciaba entre 4 y 8 meses de su colocación. 

Varios autores han informado de la modificación exitosa del protocolo original utilizando implantes no sumergidos y períodos de curación osea de 3 a 6 meses de duración2,3. Estos implantes (ITI®) se colocaron en lugares con una calidad de hueso tipo 2 de la clasificación de Leckholm y Zarb. Posteriormente, se han obtenido los mismos resultados utilizando implantes Brånemark, también con preferencia en zonas mandibulares4,5. Estos nuevos protocolos utilizan un solo tiempo quirúrgico, «implantes en una fase quirúrgica», para colocar implantes roscados con un cuello liso a modo de pilar transmucoso o implantes junto a su pilar en la misma cirugía. Ello se conoce también como «implantes no sumergidos». Es interesante destacar que aunque se ha afirmado que con un solo tiempo quirúrgico reduce la pérdida inicial de hueso marginal, los resultados de los estudios anteriormente citados muestran que la reabsorción periimplantaria del hueso mandibular intermentoniano una vez sometido a carga, es igual a la obtenida utilizando la técnica en dos tiempos. 

No carga. Carga no funcional. Carga funcional. Función 

Durante el tiempo de curación ósea, los implantes o implantes mas pilares colocados en una fase pueden estar sujetos a diferentes grados de carga masticatoria. Aquellos implantes que se colocan entre dientes naturales y se proveen de un pilar corto, habitualmente no reciben carga masticatoria ­«no carga»­ durante el período de cicatrización. Lo mismo puede ocurrir con aquellos implantes/pilares que se colocan en tramos desdentados de gran dimensión vertical y sin utilizar prótesis provisional o cuando la prótesis provisional es dentosoportada e impide el contacto del implante/pilar subyacente con el diente antagonista. 

En otros casos, el implante/pilar, bien por su localización o por ser provisto de una prótesis transitoria en infraoclusión reciben una carga inferior a la que se considera normal para ese determinado individuo en una posición bucal específica; ello se conoce como «carga no funcional». Cuando se colocan implantes no sumergidos en una mandíbula o maxilar desdentados, éstos reciben mas o menos carga masticatoria dependiendo de factores tales como el patrón neuromuscular del paciente, la altura emergente sobre el nivel óseo del implante/pilar, el tipo de alimentación utilizado durante las primeras semanas, el correcto alivio de la prótesis transicional en la zona correspondiente a los implantes/pilares y la utilización de materiales resilentes entre la prótesis y los implantes/pilares. Es generalmente aceptado clasificar como no funcional la carga que reciben los implantes en una sola fase en la situación anteriormente descrita. 

Entendemos como «carga funcional» aquella que recibe una prótesis en contacto oclusal completo y que transmite directamente sobre el implante/pilar. Dado que la mayoría de los implantes en una fase no tienen carga funcional, se considera que el término «implante en una fase no es sinónimo de función inmediata».

Estabilidad primaria vs. estabilidad secundaria

En la actualidad, se define como «estabilidad primaria» a la ausencia de movimiento de un implante tras su inserción quirúrgica. Existen varias maneras de medir el grado de estabilidad de un implante en el momento de su inserción; un sencillo test de movilidad manual que incluye el uso de una ligera fuerza rotacional horaria o la percusión con un instrumento metálico sobre la montura del implante. También se puede comprobar mediante la medición electrónica de los valores de la fuerza rotacional empleados para la inserción del mismo6 y mediante el uso de un instrumento, Periotest®, que mide la amortiguación del tejido periimplantario a la aplicación de una ligera percusión7 o mediante la medición de la frecuencia de resonancia (FR) de un piezoeléctrico que se une al implante y se estimula mediante una pequeña corriente eléctrica8. En una revisión de la literatura9 se establece que la estabilidad primaria está directamente relacionada con el éxito del implante y está determinada por la calidad y cantidad del hueso utilizado, la técnica quirúrgica y el diseño del implante. Es importante recordar aquí que un exceso de compresión sobre el tejido óseo a la hora de colocar el implante mejora la estabilidad primaria del mismo pero es posible que produzca necrosis del hueso denso, aunque probablemente no la produzca en huesos blandos y altamente vascularizados10,11

Se conoce como «estabilidad secundaria» a la que se produce después de la curación ósea, como resultado de la formación y remodelación del hueso en la superficie implantaria. Se acepta que la estabilidad primaria es un factor crítico para asegurar aposición ósea periimplantaria predecible9. Parece que micro-movimientos por encima de un cierto margen (100-150 nm) pueden impedir una íntima aposición ósea, estabilidad secundaria, y conducen hacia la fibro-encapsulación del implante. Los mismos autores muestran que una ligera rotación del implante en el momento de su colocación, no interfiere en el logro de la estabilidad secundaria. Numerosos estudios han informado de un aumento en la estabilidad secundaria del implante con el tiempo medido con Periotest® o FR7,8. Se discute la importancia de la presencia de hueso blando u osteoporótico como factor determinante a la hora de conseguir estabilidad secundaria. Por el contrario, la literatura parece remarcar la importancia de la técnica quirúrgica y el diseño del implante6 como factores clave en el logro de estabilidad primaria en huesos de calidad 4; una vez conseguida ésta, la curación y remodelación del hueso esponjoso es superior a la que se da en huesos muy corticalizados. Se ha sugerido también la conveniencia de la extensión del período de curación en éstos huesos de predominio esponjoso para aumentar el porcentaje de contacto del implante con el hueso12.

Carga funcional (función): clásica, inmediata, temprana y retrasada. 

Brånemark y cols1 afirmaron que el período de remodelación se extiende hasta 18 meses tras la inserción de los implantes. Otros estudios que combinan la histología con la fuerza de rotación inversa necesaria para la extracción del implante, demuestran también una relación directa entre tiempo de curación y el grado de aposición ósea sobre el implante12,13. La misma relación ha sido observada por numerosos autores al medir la estabilidad clínica de los implantes en diferentes períodos de tiempo utilizando el Periotest® o la Frecuencia de Resonancia7,8. Estos estudios proponen extender el período de curación de los implantes colocados en huesos de baja calidad, osteoporóticos, a fin de mejorar la maduracion ósea periimplantaria o estabilidad secundaria.

En el protocolo original1, el paciente totalmente desdentado que recibía tratamiento con implantes obligatoriamente debía sacrificar 10-15 días sin dentadura y esperar un período de varios meses con su antigua prótesis removible para recibir la prótesis final. Este tipo de carga funcional es conocido hoy como «función clásica». Es comprensible que las demandas del paciente para una actuación terapéutica más rápida y cómoda, hayan estimulado a los investigadores para ensayar nuevos protocolos que acorten y simplifiquen el tratamiento con implantes. 

Si consideramos la osteointegración como un proceso similar a la reparación de la fractura ósea, la secuencia de reparación A-R-F (activación, resorción y remodelado) puede ser utilizada para describir la destrucción y formación óseas que ocurren tras la colocación y carga de los implantes. La activación de A ocurre inmediatamente tras la cirugía, la de R en días/semanas. Es posible que los tiempos de las secuencias A-R-F sean diferentes en huesos con diferentes densidades. Las experiencias provenientes de cirugía de distracción ósea y mediciones RF muestran que aproximadamente tras las dos primeras semanas comienza la resorción del hueso periimplantario, ello disminuye la estabilidad primaria del implante durante unas pocas semanas6

En un sentido estricto, llamamos «función inmediata» a la que se produce dentro de las 48 horas siguientes a la inserción del implante/s. Llamaremos «función temprana» a aquella carga funcional que se produce en el período que transcurre durante las dos primeras semanas tras la inserción de los implantes, cuando la activación de R todavía no se ha manifestado. Un sencillo modelo de distribución de cargas mostraría que la redistribución de la carga que se produce en la función inmediata o temprana puede contrarrestar la fase ­R­ manteniendo de ese modo la estabilidad del implante durante el período de curación. Dado que la carga es funcional utilizaremos el término «función inmediata» para referirnos con mas precisión al término mas comúnmente empleado, carga inmediata. 

Llamaremos «carga retrasada» o mejor «función retrasada», para referirnos a la carga funcional que se aplica tras las dos primeras semanas de la colocación de los implantes, antes de completar la aposición ósea periimplantaria. Dado que la velocidad del período de neoformación y aposición ósea probablemente está en relación con factores tales como el tipo de superficie del implante y la calidad del hueso receptor, es difícil de correlacionar exactamente el apelativo de función retrasada con ausencia de estabilidad secundaria. La función retrasada es potencialmente peligrosa porque se ejerce en un momento donde el hueso periimplantado tiene una rigidez menor.

Función inmediata: revisión de la bibliografía

En la tabla 1 se resume la revisión de la literatura referente a carga o función inmediata o temprana en implantes orales endoóseos. Los artículos revisados fueron seleccionados sin otro criterio que el de su publicación anterior a la remisión del presente trabajo, mayo 2001, en revistas indexadas en lengua inglesa. Cuando el autor/es los detallan, se analizan los siguientes puntos: tipo de implante empleado, número de pacientes, número de implantes, tiempo de seguimiento, tasa de éxito acumulado, tasa de supervivencia, criterios de inclusión, método para decidir la carga de los implantes o aumentar la estabilidad inicial, factores considerados para influenciar el resultado y comentarios acerca del trabajo analizado. 



El objetivo de la colocación de implantes en función inmediata o temprana, es la confección de una prótesis capaz de transferir la carga masticatoria en el mismo día de la cirugía (dientes en el día); o bien aplicar las fuerzas masticatorias dentro de las dos semanas siguientes a la inserción de los implantes. Dejando de lado, por su falta de documentación, los primeros ensayos de función inmediata sobre implantes de lámina, el primer trabajo de función inmediata sobre implantes Brånemark System® fue publicado por Schnitman y cols en 199014. En él, se colocaban 7 implantes para tratar la mandíbula desdentada, 5 de ellos entre forámenes y 2 distales. Tras la cirugía transformaban la prótesis removible en fija utilizando los implantes distales y el medial. Los 10 pacientes tratados fueron seguidos durante 10 años y el resultado del estudio muestra un éxito acumulado del 85,7%14

Henry y Rosenberg5 publicaron en 1994 un estudio difícil de clasificar como de función inmediata. Se trata de 5 pacientes y 60 implantes entre forámenes mentonianos. Tras la cirugía, se colocó una sobredentadura sobre 4 implantes y a las siete semanas se atornilló una prótesis fija sin ménsulas. A los dos años la prótesis fue substituida por otra con extensiones distales. La tasa de éxito acumulada fue del 100%. Posteriormente, Tarnow y cols15, colocaron en 10 pacientes desdentados en el maxilar inferior un mínimo de 10 implantes de varios tipos, de longitudes iguales o mayores a 10 mm. El método utilizado para evaluar la estabilidad de los implantes fue el Periotest®. Los períodos de observación oscilaron entre 1 y 5 años y la tasa de éxito acumulado fue del 97,4%. 

Balshi y Wolfinger16 publicaron en 1997 los resultados tras aplicar función inmediata sobre 4 implantes estratégicamente distribuidos en 10 pacientes desdentados mandibulares, a los que se les colocaron un total de 10 implantes. Tres meses mas tarde, en la conexión de pilares, presentaron una tasa de éxito acumulada del 80%. También en el año 1997, Chiapasco y cols17 publicaron los resultados de aplicar función inmediata en 226 pacientes desdentados mandibulares seguidos entre 2 y 13 años. Sin mencionar las diferencias entre los 4 tipos de implantes utilizados, informaron de una tasa de éxito acumulada del 96,9%. Tras el estudio se recomienda el uso de implantes de longitud mayor de 14 mm y diámetro 4 mm. 

En 1998 Wörhrle y cols18 presentaron por vez primera 15 pacientes con pérdida de un incisivo en el maxilar superior, colocación de implante en el alvéolo y prótesis inmediata. Como condición para la función se requirió una fuerza de inserción rotacional igual o superior a 45N/cm. El éxito entre 9 y 36 meses fue del 100%. 

En 1999 Brånemark y cols19** publicaron sus resultados preliminares del concepto esencia de la función inmediata: la restauración protésica se completa en pocas horas. Para ello se utiliza un número mínimo de implantes -3- distribuidos de acuerdo a una técnica quirúrgica que requiere precisión rigurosa. El resultado preliminar de los primeros 50 pacientes es del 98% de éxito. Conceptualmente, representa la función inmediata por excelencia, lo que se ha dado en llamar «dientes en el día». 

En 2000, son varios los autores que publican resultados en diferentes zonas del maxilar. Gatti y cols20 colocaron 4 implantes ITI® en mandíbulas desdentadas de 21 pacientes, con un seguimiento 2-5 años. Sus resultados preliminares arrojan 0 pérdidas y una tasa de éxito acumulado de 96,0% debido a que algunos implantes perdieron altura de hueso marginal. Ericsson y cols21 presentaron el seguimiento de 14 restauraciones soportadas por 14 implantes colocados en 11 maxilares superiores y 3 mandíbulas de 14 pacientes con un periodo de observación de 18 meses. Los resultados indican una tasa de supervivencia del 85,7% (81,8% en maxilar superior y 100% en mandíbula). Malo y cols22 presentan un estudio retrospectivo de 94 implantes Brånemark en la «zona estética» de 49 pacientes con un seguimiento entre 6 meses y 4 años. En su trabajo, utilizaron una técnica quirúrgica modificada para optimizar el aporte vascular y la estabilización por compresión ósea. Los resultados muestran una tasa de éxito acumulado del 95,5%. Glauser y cols23, utilizaron 127 implantes Brånemark en restauraciones unitarias y parciales en 41 pacientes con un seguimiento medio de 6 meses. La tasa de éxito acumulada fue del 85% (80,3 en maxilar superior y 94,1% en mandíbula). Weng y cols24 trabajando con implantes Osseotite® (3I), en casos unitarios y parciales, consiguieron una tasa de éxito acumulado del 93,5% en una muestra de 71 implantes colocados en 48 pacientes seguidos hasta 18 meses. Kastsuhiro y cols25, presentaron una tasa de supervivencia del 97,2% en 136 implantes Brånemark System® soportando función inmediata de prótesis provisionales colocadas en 12 mandíbulas y 5 maxilares superiores de 15 pacientes seguidos entre 8 y 24 meses.

Descripción de la técnica Brånemark Novum®

La exploración del paciente incluye radiografías mandibulares panorámica, lateral. Con ellas descartaremos anatomías excesivamente atróficas como para alojar los 3 implantes mas cortos (11,5 mm). Una radiografia oclusal nos permitirá rechazar curvaduras anteriores no coincidentes con la plantilla a través de la cual se realizará el taladrado (fig. 1). Tras la exploración, el tratamiento comprende las 5 fases que a continuación se exponen: 

1. colocación de los implantes (figs. 2-10

 

2. fijación de la barra inferior (figs. 11 y 12

 



3. colocación de la barra superior para registro de mordida (figs. 13 y 14

 



4. encerado en laboratorio y prueba de dientes (fig. 15

 



5. colocación de la prótesis acabada. (fig. 16

 



1. Inserción de los implantes

Tras efectuar una incisión crestal y previo a las perforaciones, se procede a elaborar una meseta ósea en la zona anterior mandibular con una extensión aproximada que discurre entre mesial de los primeros molares inferiores (fig. 2). La meseta será suficiente cuando pueda alojar en anchura implantes de 5 mm; unos 8 mm. El plano de la meseta estará orientado perpendicularmente al eje longitudinal mayor del hueso mandibular, de tal manera que el taladrado unidireccional a través de plantillas no provoque la salida de los implantes por la tabla vestibular o lingual. A continuación tomamos una plantilla guía con 3 perforaciones de 2 mm de ancho, por las que introduciremos una fresa redonda marcando las posibles posiciones implantarias (fig. 3). Una vez evaluada la distribución de los implantes perforamos con el taladro de 2 mm unos 8-10 mm de profundidad ayudándonos de puntas guía. Ahora cambiaremos la plantilla guía fina por otra de evaluación que tiene un grosor suficiente como para permitir una sola dirección en la inserción de las puntas guía. Este es el momento de realizar cambios en la posición/dirección de los implantes, si fueran necesarios. Otra plantilla, que llamaremos de posicionamiento nos ayudará, una vez situada con las puntas guía, a realizar la perforación secuencial necesaria para alojar el implante central (figs. 4-6). La plantilla final tiene forma de V, su función es dirigir el taladrado de los 2 implantes distales. Para conseguirlo la plantilla es fijada mediante el implante central y dos implantes accesorios intermedios de diámetro menor (figs. 7-10). 

2. Fijación de la barra inferior

Cuando los implantes están situados en su posición final retiramos la plantilla junto a los implantes accesorios (fig. 10), reposicionamos los tejidos blandos utilizando sutura reabsovible. A fin de minimizar el edema post-operatorio y sellar la incisión superpondremos una fina lámina de silicona perforada. Tras ello, conectaremos los implantes entre sí mediante una barra curva de titanio mecanizado, que se atornilla mediante tornillos de titanio (figs. 11 y 12). 

3. Procedimiento protésico

La construcción de la prótesis en el sistema Brånemark Novum® está simplificada porque preoperatoriamente disponemos de la supra-estructura final que soportará el material restaurador. No es precisa la toma de impresiones: los implantes son colocados en una única posición y se conectan por una estructura prefabricada. Finalmente una supraestructura, también prefabricada, se atornillará a la anterior (fig. 13). En éste momento utilizaremos un material deformable como cera, silicona densa etc, a nuestra elección para tomar registros intermaxilares apoyándose en la supraestructura de titanio (fig. 14). 

4. Procedimiento de laboratorio 

El laboratorio dispone de un modelo maestro universal consistente en una barra idéntica a la que conecta los implantes en la boca, dicha barra une tres réplicas de implante que se sumergen a su vez en yeso o resina. El resultado final es un modelo prefabricado que reproduce con total precisión la situación de la boca. Tras la toma de registros interarcadas, el laboratorio montará una prueba de dientes en cera sobre la supraestructura (fig.15). La aprobación clínica de ésta prueba dará luz verde al laboratorio para procesar el acrílico (fig. 16). 

5. Colocación de la prótesis 

A las pocas horas podremos colocar la restauración final. Tras los ajustes oclusales pertinentes, taparemos de manera provisional las chimeneas de los tornillos; el paciente será citado para control de la herida, radiológico, de higiene y oclusal dentro de las dos semanas post operatorias (fig. 17). 

 



Síntesis

De los datos anteriormente revisados podemos deducir que la transferencia de la carga funcional del implante al hueso, está esencialmente basada en un engranaje mecánico del implante con el hueso y que la estabilidad del implante es el efecto del anclaje inicial y cualquier formación o remodelado óseo posterior. 

Las mediciones de la estabilidad del implante mediante el uso de Resonancia de Frecuencia han demostrado que en huesos densos la estabilidad primaria del implante apenas varía durante el período de curación; frecuentemente la estabilidad disminuye ligeramente en éste periodo. Las mismas mediciones realizadas en implantes colocados en huesos blandos muestran frecuentes incrementos de estabilidad durante el período de curación de los implantes debido a la formación ósea periimplantaria que ocurre con el tiempo. 

En muchas ocasiones la osteointegración puede ser considerada como un proceso de mantenimiento de la estabilidad primaria mas que como un proceso productor de estabilidad. 

Los prerrequisitos para obtener una función inmediata predecible están todavía por determinar en todos sus detalles. Sin embargo, los datos clínicos disponibles indican que una vez conseguido un cierto grado de estabilidad primaria y en condiciones de carga controlada se produce un remodelado óseo normal que no deteriora el anclaje anteriormente logrado. 

Existen dos filosofias respecto al número de implantes utilizados: el mayor número posible de implantes aceptando algunas pérdidas o utilizar pocos pero óptimamente situados. 

En la actualidad la función inmediata es una alternativa aceptada en mandíbulas completamente desdentadas con prótesis fijas utilizando implantes Brånemark y con sobredentaduras utilizando implantes ITI®. 

El material clínico más reciente, y por ello se ha de considerar como preliminar, indica que es posible también el uso de función inmediata en diferentes situaciones incluyendo parciales y unitarios tanto de maxilar superior como de mandíbula. 

Bibliografía recomendada

Para profundizar en la lectura de este tema, el/los autor/es considera/an interesantes los artículos que aparecen señalados del siguiente modo: *de interés **de especial interés. 

1. Brånemark P-I, Hansson BO, Adell R y cols. Osseointegrated implants in the treatment of the edentulous jaw. Experience from a 10-year period. Scand J Plast Reconstr Surg 1977; 2 (suppl 16):1-132.          [ Links ]

2. Buser D, Weber HP, Brägger U, Balsiger C. Tissue integration of one-stage ITI implants: 3-year results of a longitudinal study with hollow-cylinder and hollow-screw implants. Int J Oral Maxillofac Imp 1991;6:405-12.          [ Links ]

3. Mericske-Stern R, Milani D, Mericske E, Olah A. Periotest measurements and osseointegration of mandibular ITI implants supporting overdentadures. A one-year longitudinal study. Clin Oral Impl Res 1995;6:73-82.          [ Links ]

4. Ericsson I, Randow K, Nilner K, Petersson A. Some clinical and radiographical features of submerged and non-submerged titanium implants. A 5-year follow-up study. Clin Oral Impl Res 1997;8:422-6.          [ Links ]

5. Henry P, Rosenberg I. Single-stage surgery for rehabilitation of the edentulous mandible: Preliminary results. Impl Report 1994;6:15-22.          [ Links ]

6. Friberg B. On bone quality and implant stability measurements. Thesis. University of Goteborg. Goteborg, 1999.          [ Links ]

7. Bernard JP, Belser UC, Martinet J-P Borgis SA. Osseointegration of Brånemark fixtures using a single-step operating technique. A preliminary prospective one-year study in the edentulous mandible. Clin Oral Impl Res 1995;6:122-9.          [ Links ]

8. Meredith N, Alleyne D, Cawley P. Quantitative determination of the stability of the implant-tissue interface using resonance frequency analysis. Clin Oral Impl Res 1996;7:261-7.          [ Links ]

9. Olivé J, Aparicio C. The Periotest method as measure of osseointegrated oral implant stability. Int J Oral Maxillofac Impl 1990;5:390-400.          [ Links ]

10. Aparicio C, Orozco P. Use of 5-mm-diameter implants: Periotest® values related to a clinical and radiographic evaluation. Clin Oral Imp Res 1998;9:398-406.          [ Links ]

11. Ivanoff CJ, Gröndahl K, Sennerby L, Bergström C, Lekholm U. Influence of variation in implant diameters: A 3- to 5-year retrospective clinical report. Int J Oral Maxillofac Impl 1999;14:175-82.          [ Links ]

12. Johansson C, Albrektsson T. Integration of screw implants in the rabbit: A 1-year follow up of removal torque of titanium implants. Int J Oral Maxillofac Impl 1987;2:69-75.          [ Links ]

13. Ivanoff C-J, Sennerby L, Lekholm U. Influence of initial implants mobility on the integration of titanium implants. An experimental study in rabbits. Clin Oral Imp Res 1996;7:120-7.          [ Links ]

14. Schnitman PA, Wöhrle PS, Rubenstein JE. Immediate fixed interim prostheses supported by two-stage threaded implants: Methodology and results. J Oral Impl 1990;XVI:96-105.          [ Links ]

15. Tarnow DP, Emtiaz S, Classi A. Immediate loading of threaded implants at stage. 1 surgery in edentulous arches: Ten consecutive case reports with 1- to-5 year data. Int J Oral Maxillofac Impl 1997;12:319-24.          [ Links ]

16. Balshi T, Wolfinger GJ. Immediate loading of Brånemark implants in edentulous mandibles: A preliminary report. Implant Dent. 1997;6:83-8.          [ Links ]

17. Chiapasco M, Gatti C, Rossi E, Haefliger W, Markwalder TH. Implant-retained mandibular overdentadures with immediate loading: A retrospective multicenter study on 226 consecutive cases. Clin Oral Impl Res 1997;8:48-57.          [ Links ]

18. Wöhrle PS. Single tooth replacement in the aesthetic zone with immediate provisionalization: Fourteen consecutive case reports. Pract Periodontics Aesthet Dent. 1998;9:1107-14.          [ Links ]

19**. Brånemark P-I, Engstrand P, Öhrnell L-O y cols. Branemark Novum®: A new treatment concept for rehabilitation of the edentulous mandible. Preliminary results from a prospective clinical follow-up study. Clin Impl Dent Rel Res. 1999;1:2-16.          [ Links ]

Los autores demuestran la posibilidad de función inmediata, utilizando un número reducido de implantes. Asimismo, simplifican el protocolo protésico mediante el uso de superestructuras universales. 

20. Gatti C, Haefliger W, Chiapasco M. Implant-retained mandibular overdentadures with immediate loading: A prospective study of ITI implants. Int J Oral Maxillofac Implants. 2000;15:383-8.          [ Links ]

21. Ericsson I, Nilson P, Lindh M, Nilner K, Randow K. Immediate functional loading of Branemark single tooth implants. Clin Oral Impl Res. 2000;11:26-33.          [ Links ]

22. Malo P, Rangert B, Dvärsäter L. Immediate function of Brånemark implants in the esthetic zone: A retrospective clinical study with 6 months to 4 years of follow-up. Clin Impl Dent Rel Res. 2000;2:138-46.          [ Links ]

23. Glauser R, Rée C , Lundgren AC, Meredith N, Schärer P. Immediate loading of Brånemark implants in all oral regions: Preliminary results of a prospective clinical study. Clin Oral Impl Res. 2000;11:389. Abstract #20.          [ Links ]

24. Weng, Hürzeler, Zuhr, Wachtel, Bolz W. Immediate placement, augmentation, and immediate loading of implants in partially edentulous patients. Clin Oral Impl Res. 2000;11: 399. Abstract # 60.          [ Links ]

25. Kastsuhiro H, Uchida H, Yamamoto K, Sugimura M. Immediate Loading of Branemark System Implants Following Placement in Edentulous Patients: A Clinical Report . Int J Oral Maxillofac Implants 2000;15:824-30.
        [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons