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RCOE

versión impresa ISSN 1138-123X

RCOE vol.7 no.6  nov./dic. 2002

 

Editorial


Premio Santa Apolonia 2001

 


La publicación del presente número monográfico de Cirugía Oral de la RCOE coincide con un hecho destacable en relación con esta disciplina, la concesión del Premio Santa Apolonia a un destacado cirujano oral y maxilofacial, el profesor Juan Sebastián López Arranz. Con este galardón se reconoce la excelencia en el ejercicio de la Odontología o Estomatología, si bien la figura del premiado rebasa ampliamente los confines de la mera praxis clínica y de la mentada especialidad. Glosar sus méritos en un espacio obligadamente tan reducido constituye una tarea condenada al fracaso, pero tras esta aclaración preliminar, resulta inevitable intentarlo. Decía Oliver Wendell Holmes que «la mente del hombre, una vez que ha sido estirada por una nueva idea, nunca recupera sus dimensiones originales». A modo de ejemplo de lo antedicho, nuestro homenajeado inició de forma singular su andadura como estudiante de Medicina en Valladolid, peripecia que superó con un brillante expediente académico, adornado con sendos Premios Extraordinarios, en la Licenciatura y en el Doctorado, consagrando en este último su labor investigadora a la inervación del corazón, trabajo premonitorio relacionado con un órgano considerado el «asiento» de cualidades como el entusiasmo y la pasión, valores que posteriormente mostrará en todas las actividades en que se ha visto implicado. 

 



Es creencia común que todo hombre nace con una vía marcada que debe seguir, la del monje, la del guerrero... Sin embargo, nuestro homenajeado siguió en su peripecia vital una triple vía, la del clínico, la del investigador y la del maestro. Y en las tres alcanzó niveles de excelencia. Especialista en Estomatología y en Cirugía Oral y Maxilofacial, es Catedrático de Anatomía (en excedencia) y de Cirugía Oral y Maxilofacial. Especialmente dotado para labores de dirección, en su actividad clínica y académica ocupó todos los puestos de responsabilidad disponibles: Jefe de Servicio, Director del Departamento de Cirugía y Decano de la Facultad de Medicina de Oviedo, Director de la Escuela de Estomatología de la misma ciudad, Rector de la Universidad de Oviedo y Presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial. Su actividad investigadora se inició como becario del CSIC (Instituto Cajal) en los años 1966-1968, labor continuada hasta la actualidad y que se ha plasmado en más de ciento cincuenta publicaciones en revistas especializadas españolas e internacionales, treinta y una tesis doctorales dirigidas y con una activa participación en numerosos proyectos de investigación. De la relevancia que ha alcanzado en el desempeño de su profesión da buena cuenta el elevado número de distinciones ha que se ha hecho merecedor: Académico de las Reales Academias de Medicina de Valladolid, País Vasco (Académico de Honor) y Asturias; Colegiado de Honor de los Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de la VIII y de la IX Regiones y de Médicos de Segovia; Presidente de la Comisión Nacional de las Escuelas de Estomatología y miembro de la Pierre Fouchard Academy, habiendo sido galardonado con diversos premios (Fonseca, Rhone-Poulenc, Regersa, Nieto Milla, comunicaciones a dos congresos de la SECOM, Nacional del Consejo General de Colegios de Odontólogos y Estomatólogos de España). 

Si bien lo antedicho es solo una parte de lo que el homenajeado posee, nos da una clara idea de su patrimonio. La riqueza se medía antes en oro. En el mundo actual se mide en conocimiento, por lo que, a partir de lo antedicho, podemos aseverar que el profesor López Arranz es un hombre rico, y lo es en virtud de los frutos de su trabajo, ya que como afirmaba John Ruskin: «la mayor recompensa para el trabajo de un hombre no es lo que obtiene a cambio de ello sino aquello en que se convierte gracias a ello». 

Pero, a pesar de los méritos enumerados, el aspecto más destacado de nuestro premiado no lo constituye su vertiente profesional, sino su lado humano de cuya calidad y calidez hemos disfrutado cuantos hemos tenido el privilegio de conocerlo y tratarlo. Por consiguiente, y al margen del relato de sus innegables méritos profesionales, el perfil humano culminante del profesor López Arranz es mejor dibujado con las atinadas palabras de Albert Einstein: «el valor de un hombre debería verse en lo que da y no en lo que es capaz de recibir». 

Juan Carlos de Vicente
Director Asociado de la RCOE

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