CARTA AL DIRECTOR

Prof. Alberto Sicilia Felechosa

Director RCOE
Madrid

Estimado Sr. Director:

He leído con atención el número 4 de Agosto de 2005 de la RCOE que dirige, y especialmente el artículo de revisión «Efecto local de los colutorios con contenido alcohólico: revisión de la literatura» de Lorca-Salañer y Carrasquer- Burgesa¹.

Considero que dado que la revista RCOE se distribuye a todos los profesionales colegiados de nuestro país, hacer desde ella ciertas afirmaciones rotundas sobre temas tan importantes como el cáncer oral y su prevención, debe ser meditado con prudencia científica.

Me refiero específicamente a frases como: «Reflexionando sobre el binomio colutorio-cáncer, parece improbable que exista algún tipo de relación» o «el efecto de un colutorio con alcohol al 25% durante 30 segundos podría ser similar al de una o dos bebidas alcohólicas diarias, en ningún caso esto aumenta el riesgo de cáncer oral» o «Finalmente concluyeron que no existe ningún dato que pueda atribuir al uso continuado de colutorios que contienen alcohol en su formulación, algún efecto en la aparición de cáncer orofaringeo».

Estas frases rotundas nacen de la revisión de la literatura, preferentemente de cuatro trabajos entre los que debemos destacar el realizado por Carretero-Peláez et al². Estos autores² concluyen en su magnifica revisión que los estudios epidemiológicos existentes sobre este tema muestran muchos problemas metodológicos y no permiten establecer una relación causal, pero también señalan que no existe justificación para la utilización de colutorios con base alcohólica.

Conocidos los datos sobre la elevada incidencia de cáncer oral en nuestro país, atribuibles preferentemente al binomio tabaco-alcohol³, conocidos los efectos carcinogénicos del alcohol, conocido que los colutorios con alcohol no son superiores en su acción a los sin alcohol, creo que no se deberian realizar unas afirmaciones tan rotundas.

Desgraciadamente en nuestro país los colutorios son un medicamento de venta libre, no sujeto a prescripción, que los pacientes usan sin consultar, con publicidad agresiva muchas veces, que los profesionales no podemos controlar. Por ello es aconsejable la prudencia en este y en otros aspectos relacionados con algo tan importante como el cáncer oral.

Para acabar estas reflexiones únicamente aconsejaría a los autores de esta revisión¹ la lectura de la información científica relativa a los colutorios con sanguinaria⁴, que es muy demostrativa de como algunos elementos tópicos, considerados inicialmente inocuos o poco peligrosos, pueden inducir cambios evidentes en la mucosa oral.

Atentamente

José M. Aguirre Urizar
Medicina Bucal.
Patología Oral y Maxilofacial
Universidad del País Vasco EHU

Referencias