INTRODUCCIÓN
Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias de prevención primaria que mayor beneficio produce en la población: evitan muertes prematuras, secuelas de enfermedades inmunoprevenibles y epidemias, estableciendo además el efecto rebaño en la población 1.
El control del impacto socioeconómico que conllevarían dichas enfermedades depende directamente de garantizar una adecuada cobertura vacunal1.
Las tasas de vacunación en la población pediátrica son muy elevadas en nuestro país; estos pacientes requieren de unas revisiones periódicas en los primeros años de vida que facilitan el cumplimiento del calendario vacunal, pero también es cierto que, a mayor edad, menor cobertura vacunal 1,2,3.
Nuestro centro de salud (CS) está situado en un barrio de la periferia de Valencia (España), dispone de dos consultas de Pediatría que atienden a niños de familias con nivel socioeconómico medio-bajo. Se realizó este estudio con el objetivo de mejorar la cobertura vacunal mediante la búsqueda activa de pacientes del CS que no estaban correctamente vacunados siendo las herramientas principales la historia clínica informatizada (HCI), la llamada telefónica y el correo postal.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un ensayo clínico simple ciego en cinco grupos de edad, 12 meses, 18 meses, 3 años, 6 años y 14 años del CS desde octubre 2013 hasta octubre 2014, estableciendo un periodo de observación o intervención de 12 a 24 meses (hasta octubre 2015). Los pacientes han participado tras la obtención del correspondiente consentimiento informado de ellos mismos y/o sus representantes legales.
Las variables estudiadas fueron el estado correcto o no de la vacunación según el grupo de edad y el grupo al que pertenecen previo al estudio (grupo de intervención o grupo control) obteniendo como variable resultado corregir o no el estado vacunal incorrecto al finalizar el periodo de estudio, 24 meses.
Fueron excluidos 28 pacientes (26 por no acudir en los 24 meses previos al estudio y dos por rechazar la vacunación), y abandonaron el estudio por cambio de residencia o de centro de salud 20 pacientes.
Los cupos de cada una de las consultas de Pediatría del CS constituyeron los grupos de intervención y control. Ambos cupos tienen una población similar.
En el grupo de intervención (n=401) se realizó una búsqueda activa de los pacientes incorrectamente vacunados mediante contacto telefónico, carta y alarmas en la HCI. Inicialmente se contactó a través de llamada telefónica a los padres o tutores y en caso de no ser localizados se les envió una carta, reflejándose además una alarma en su HCI para que constara como recordatorio al pediatra cuando acudieran al CS.
En el grupo control (n=335) solo se observó su estado vacunal hasta el final del estudio, de tal manera que los pacientes se iban vacunando según acudían a las revisiones de salud o solicitaban las familias la vacunación.
El análisis estadístico de datos se realizó con los programas Excel(r) y SPSS(r) v.15.0, realizando análisis de contingencia para determinar la razón de ventaja o riesgo relativo (RR) y reducción del riesgo absoluto (RRA) junto al número necesario para tratar (NNT).
RESULTADOS
Se analizó a un total de 736 pacientes, 388 (53%) de los cuales eran varones. Antes del estudio, el porcentaje de vacunados de forma correcta fueron similares (sin diferencias significativas) en ambos grupos.
Existió una mejoría global de la cobertura vacunal en todo el grupo de intervención con una razón de ventaja, RR, de 3,59 (intervalo de confianza del 95% [IC 95]: 2,07-6,22); en el grupo de los tres años fue de 6,30 (IC 95: 1,72-23,10) y en el de los seis años de 6,44 (IC 95: 1,38-29,96).
En el grupo de los 14 años la razón de ventaja fue de 2,22 (IC 95: 0,90-5,43), no siendo estadísticamente significativa (p=0,076).
A los 12 y 18 meses no se encontraron diferencias estadísticamente significativas entre el grupo de intervención y el grupo control.
En la Fig. 1 vemos reflejado el porcentaje de cobertura vacunal por grupos de edad según pertenecen al grupo control o al de intervención.

Figura 1 Porcentaje de niños correctamente vacunados según la edad en los grupos de intervención y control, al final del estudio
En el grupo de 3, 6 y 14 años el efecto de búsqueda activa de los incorrectamente vacunados fue considerable. En el grupo de tres años, por ejemplo, el RRA fue de 89,3% (IC 95: 71,99-97,1), es decir, por cada 100 niños incorrectamente vacunados que buscamos activamente, conseguimos que 89 acabaran correctamente vacunados. En este grupo el NNT fue de 1,11 (IC 95: 1,03-1,1).
La magnitud del efecto de la intervención fue notable en el grupo de 3, 6 y 14 años (Tabla 1).
DISCUSIÓN
En nuestro estudio, la estrategia de búsqueda de los niños incorrectamente vacunados ha demostrado conseguir una mejora de la cobertura vacunal a la edad de 3, 6 y 14 años.
En los primeros 18 meses de vida no resultaría necesaria una búsqueda activa ya que, sin realizar ninguna intervención, se evidencian tasas altas de vacunación; esto es debido a la frecuentación de las consultas por las revisiones de salud. En otras investigaciones se han obtenido resultados similares en menores de 24 meses relacionándose también con esta causa4.
En el grupo de tres y seis años la búsqueda activa es eficaz. La magnitud de esta intervención fue muy significativa, mejorando la cobertura vacunal. En el grupo de 14 años existió una tendencia de mejora del estado vacunal, aunque fue estadísticamente no significativa.
Debemos seguir manteniendo y mejorando aún más la cobertura vacunal alcanzada. Una de las opciones es potenciar la instauración de programas de educación sanitaria a nivel nacional2,5,6,7,8,9,10. Otra herramienta todavía no instaurada en nuestro Sistema Nacional de Salud es el uso de las nuevas tecnologías11,12,13,14como el contacto con los padres mediante correo electrónico, nuevas aplicaciones móviles sobre calendario vacunal15 o la instauración de alarmas individuales en la HCI que se activen cuando exista una vacunación inadecuada detectándose tanto por Pediatría, enfermería como personal administrativo16,17. Sería útil la existencia del diagnóstico "calendario vacunal incorrecto" para que conste en la HCI del paciente cuando se detecte y sea visible rápidamente tanto por Pediatría como por enfermería.
Siguiendo las líneas de mejora, hay estudios en los que se propuso marcar objetivos a los profesionales sanitarios al inicio de cada campaña vacunal para valorar los logros conseguidos al final del año, método que ha resultado efectivo en la mejora de las coberturas de vacunación11.
En este sentido, tan importante como valorar la magnitud de estas intervenciones para mejorar la captación y con ello la cobertura vacunal, sería el poder identificar aquellos factores que se pueden asociar al incorrecto cumplimiento nuestros objetivos3,12,14,17,18.
La intervención analizada en este estudio puede considerarse una herramienta de fácil acceso para Atención Primaria y factible en este tipo de consulta, consiguiéndose un aumento de la cobertura vacunal4,17,19. Para llevarla a cabo es importante el compromiso, la motivación y organización de los profesionales de la salud12,17. Es evidente que existe una influencia de los profesionales sanitarios en la decisión de los padres en la vacunación de sus hijos1,2,5,17,18.
La actual situación de crisis económica ha cambiado las políticas sanitarias, prevaleciendo la optimización de recursos. Este estudio demuestra una forma de prevención primaria económica que evita la incidencia, transmisión y complicaciones de enfermedades infectocontagiosas.