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INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOS
Los protozoos entéricos Giardia duodenalis y Cryptosporidium spp. son importantes agentes causantes de diarrea en niños en todo el mundo, mientras que el estramenopilo Blastocystis sp. ha sido asociado con síndrome de colon irritable y trastornos cutáneos.
Este estudio investiga la presencia y los factores de riesgo o protección a las infecciones de estos parásitos en la población escolar asintomática.
MÉTODOS
En este estudio prospectivo transversal se recogieron muestras fecales y cuestionarios epidemiológicos para recabar información demográfica e identificar potenciales factores de riesgo de niños asintomáticos voluntarios (4-14 años) procedentes de 12 colegios de educación primaria y secundaria.
El diagnóstico de los parásitos investigados fue realizado mediante reacción en cadena de la polimerasa y los resultados obtenidos fueron confirmados mediante secuenciación Sanger.
La prevalencia y razón de probabilidades (odds ratio) fueron calculadas mediante regresión logística.
RESULTADOS
Se recogieron muestras fecales y cuestionarios epidemiológicos completos de un total de 1359 niños. El 28% de los niños investigados eran portadores de al menos una especie parasitaria. La prevalencia individual de cada uno de los parásitos investigados era del 13% para Blastocystis sp., el 18% para G. duodenalis y el 1% para Cryptosporidium spp. Dos niños estaban infectados por las tres especies y 53 por dos especies.
El análisis multivariable de factores de riesgo usando regresión logística indicó que ser portador de una especie parasitaria incrementaba la probabilidad de infección por otra especie. La probabilidad de infección por Blastocystis sp. aumentaba hasta la edad de diez años. Ser niña era un factor de riesgo para tener criptosporidiosis. El lavado de frutas y hortalizas antes de ser consumidas era un factor protector de la infección por Blastocystis sp.
CONCLUSIONES
La proporción de niños con infecciones parasitarias asintomáticas fue mucho mayor de la inicialmente prevista. Se requieren más estudios en población pediátrica asintomática para confirmar estos hallazgos. Las prácticas de higiene personal (por ejemplo, lavado de manos) siguen siendo la mejor medida para prevenir la transmisión de estas infecciones.
