Retrato de una niña vestida de blanco. Carlos Baca-Flor, 1902
Uno, que se tiene por caluroso, no puede por menos que empatizar con esta niña y su vestido rococó, que estorbaría hasta a un oso polar en pleno mes de diciembre. ¡Madre, qué sofoquina estará pasando!
Le doy la razón, eso sí, al peruano Carlos Baca-Flor, pues cualquier excusa es buena para simbolizar la infancia con un incendio de colores blancos, aunque eso suponga chamuscarse por el exceso de ropa.
Carlos Baca-Flor cosechó éxitos gracias a esta y otras obras de corte realista. Fue designado Caballero de la Legión de Honor de Francia y Gran Oficial de la Orden del Sol.