SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.10 número3Prevalencia de trastornos psiquiátricos en pacientes ingresados por el Servicio de Psiquiatría en el Módulo Penitenciario del H.U.M.S. índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Revista Española de Sanidad Penitenciaria

versión On-line ISSN 2013-6463versión impresa ISSN 1575-0620

Rev. esp. sanid. penit. vol.10 no.3 Barcelona  2008

 

EDITORIAL

 

A propósito del Congreso

Concerning the Congress

 

 

Alfredo Cano Sánchez

Jefe de Sección MI-Infecciosas. Hospital Universitario Reina Sofía, Murcia.

Dirección para correspondencia

 

 

Constituye para mí una gran satisfacción, la designación como presidente del Comité Científico del VII Congreso Nacional y las XII Jornadas de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria, cuyo lema es: "Sanidad Penitenciaria, Realidad Social".

En esta ocasión Murcia es la sede del encuentro y es aquí donde desarrollo mi actividad profesional, como médico internista del Hospital General Universitario "Reina Sofía", Sección de MI, Enfermedades Infecciosas-Sida.

Sin duda por ese motivo, del que se deriva una importante y mantenida vinculación con los compañeros médicos del Centro Penitenciario Murcia, colaborando en la asistencia a pacientes de dicho Centro, es por lo que he sido elegido.

Es por tanto, desde la óptica del médico con actividad clínica hospitalaria, desde la única que puede atribuírseme una limitada idoneidad para dirigirme a todos los congresistas, lo que hago con agradecimiento y entusiasmo.

Como es lógico y esperable, lo primero es animaros a venir y compartir con nosotros los encantos de esta capital, que aunque desconocida para muchos, es la 6ª ciudad de España, por el número de sus habitantes (460.000). Además, ya sabéis: clima, luz, gastronomía, arte, acogida entrañable, golf, sierra y cercanía al mar...

Los días 20, 21 y 22 de noviembre, compartiremos opiniones y criterios profesionales que son de enorme interés y actualidad sobre SIDA, Hepatitis, Tuberculosis, Enfermedades Psiquiátricas, Temas Gerenciales, Enfermería y un largo etcétera. Para ello, esperamos a más de 600 profesionales de la salud, de distintas ramas, tanto nacionales como internacionales, para los que hemos diseñado un amplio programa, variado y multidisciplinar, con talleres, mesas, grupos de trabajo y otros foros de discusión. Se ha recibido más de 80 colaboraciones, de todas las áreas sanitarias y de la gran mayoría de centros penitenciarios, lo que debe ser motivo de estímulo y constituye el reflejo de la vitalidad de esta sociedad científica.

La población penitenciaria constituye una realidad ciertamente específica pero en modo alguno aislada, y que no puede ni debe ser excluida de las bondades de un sistema sanitario de calidad, universal y gratuito, como el que disfrutamos quienes no estamos privados de libertad.

No siempre es fácil trasladar a la cotidianeidad, aquello que se considera conveniente y justo. Pero, ahí está el reto y hay que perseguir los objetivos con voluntad y empeño.

Todos adivináis a lo que me estoy refiriendo: Existe una ley, la de Cohesión y Calidad del Sistema Sanitario, que data del año 2003 y establece la transferencia de la Sanidad en las prisiones, desde la Dirección General de Instituciones Penitenciarias, a los sistemas autonómicos de salud. Ello, en persecución de una lógica y necesaria armonización con el resto del servicio público sanitario. Ya se ha apuntado más arriba, las prisiones no son compartimentos estancos, hoy hay una importante comunicación entre ellas y el resto de la sociedad, con muchas personas que entran y salen de ellas a diario. Las prisiones forman parte de una realidad social global y es incomprensible como los cuidados de salud que en ellas se prestan no son gestionados por el mismo sistema que gestiona los cuidados del resto de los ciudadanos.

Resulta lamentable comprobar como, transcurridos varios años de vigencia de esa norma legal, la situación en nuestras cárceles no ha sido modificada.

En los establecimientos penitenciarios se desarrolla una asistencia sanitaria de calidad, gracias sobre todo al esfuerzo de los profesionales, pero ésta mejoraría bastante si las Comunidades Autónomas, en cumplimiento de lo previsto por el texto legal, asumieran e integraran a la población reclusa como usuarios de sus prestaciones a los equipos médico-sanitarios, como integrantes de sus plantillas.

No podemos obviar que son unos usuarios peculiares, por las connotaciones derivadas de la privación de libertad, pero no por eso han perdido su condición de ciudadanos, amparados por la tutela constitucional del derecho a la prestación sanitaria (Art. 43 de nuestra Carta Magna).

Quienes trabajáis con ellos, de sobra conocéis sus noblezas y sus ruindades, sus anhelos y sus mezquindades, sus valores y sus miserias, sus posibles intentos de manipulación, sus simulaciones, sus esfuerzos para la rentabilización propia de vuestra asistencia... todo eso existe, pero lejos de justificar la dejadez, debe motivaros, aún más, en la búsqueda de la excelencia ética y profesional.

Si el Estado ha asumido como un deber la atención sanitaria de todos sus ciudadanos, esa obligación deviene mayor en el caso de los que se encuentran sometidos a su custodia.

Como otros muchos, estoy convencido de que, con imaginación, esfuerzo y consenso, es posible armonizar el derecho a una correcta asistencia sanitaria de carácter integral, con los condicionamientos inherentes a la situación del recluso. No existe sentencia en la que se especifique que el condenado ha de soportar, paralelamente a la restricción obligada de sus movimientos, un deterioro en la atención sanitaria recibida. Más al contrario, ésta debe esforzarse en contemplar y paliar los condicionamientos y posibles riesgos para su salud, que se puedan relacionar directamente con su situación (vida en comunidad).

Las autoridades deben conocer lo que los sanitarios penitenciarios pensáis y proponéis, siempre en beneficio de vuestros enfermos, porque ante todo, para vosotros, han de ser eso: enfermos.

De ahí que determinados foros de reflexión y debate, como lo es un congreso o unas jornadas profesionales, constituyan el ámbito idóneo para impregnar a toda la sociedad de vuestras aspiraciones y de los proyectos que presentáis.

Y no sólo eso; además, toda reunión médico-científica debe generar conocimiento, coherencia y fuerza para defender argumentos, los que consideráis imprescindibles para una mejor atención sanitaria y una medicina de mayor calidad.

Sois parte del Sistema Sanitario Público Español, nadie puede cuestionar eso, vuestros pacientes también lo son, por lo que la tarea y la meta son diáfanas, aunque no exentas de dificultades: Lucha por la Integración.

Finalmente, me permito, abusando de la oportunidad que me habéis otorgado, apuntaros un atisbo de estrategia, a modo de palabras clave:

— Debate.
— Consenso.
— Convencimiento.
— Elaboración de propuestas claras y realistas.
— Cronograma.
— Persecución de la excelencia profesional... y
— Exigencia del cumplimiento de la Ley.

Murcia, octubre de 2008

 

 

 Dirección para correspondencia:
Talleres Editoriales Cometa, S.A.
Ctra. Castellón, km. 3,400.
50013 Zaragoza.

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons