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Educación Médica

versão impressa ISSN 1575-1813

Educ. méd. vol.11 no.3  Set. 2008

 

IN MEMORIAM

 

Josep Maria Martínez Carretero. In Memoriam
(27 mayo de 1951 - 2 de agosto de 2008)

 

 

Arcadi Gual Sala

Director de la Fundación Educación Médica

 

Licenciado en Medicina por la Universitat Autònoma de Barcelona (1975), especialista en Endocrinología y Nutrición vía MIR (1979), Diplomado en Sanidad por la Escuela Nacional de Sanidad (1982), médico Epidemiólogo del Estado por concurso oposición (1983), especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva, Subdirector General del Institut d'Estudis de la Salud (1991-2008), presidente del Comité Organizador de la 11th Internacional Ottawa Conference on Medical Education (2004), vicepresidente de la Associació Catalana d'Educació Mèdica (ACEM) y autor de más de 75 trabajos en educación médica.

Josep Maria Martínez Carretero nació en Barcelona hace 57 años y nos ha dejado con más presura de la que su trabajo en la educación médica española requería. Su casa fue el Institut d'Estudis de la Salud (IES) de la Generalitat de Catalunya, institución en la que ha trabajado y vivido más de 26 años, de los cuales los 15 últimos fue el subdirector. La evaluación de la competencia clínica en España tendrá un antes y un después de Martínez Carretero. Hace ya más de 25 años, de la mano del Prof. Albert Oriol Bosch, entonces director del IES, empezó a tejer una red con la ayuda de los más prestigiosos centros internacionales en esta área de conocimiento, la educación médica, y, especialmente, con los mejores técnicos del momento en la evaluación de la competencia clínica. Martínez Carretero y Oriol Bosch estimularon y mantuvieron colaboraciones, incluso incorporaciones al IES, de figuras de gran prestigio como R. Harden, M. Friedman Ben-David, J. Norcini, R. Epstein, C. Brailovsky, A. Ziv, A. Wojtczak, R. Barker y un largo etcétera, lo que permitió que el IES se convirtiera en un centro de referencia de la evaluación de la competencia clínica en España. Por respeto a este trabajo que Josep Maria Martínez Carretero tuteló personalmente desde el primer día, la revista Educación Médica debe y le place glosar su figura.

Por razones personales, no es mi intención exponer aquí el extenso trabajo de Josep Maria Martínez Carretero. Recomiendo la lectura de la impecable glosa que Juli de Nadal, ex director del IES, publicó hace unos días en Diario Médico (01-09-2008). Durante largos periodos he tenido la suerte de moverme en el mismo entorno laboral que Martínez Carretero, el IES. Estas estancias me han permitido conocer tanto sus debilidades como sus fortalezas. Y es de dos de estas fortalezas de José Maria Martínez Carretero, la capacidad de trabajo y la fidelidad, de las que creo que se debe y quiero hablar.

 

Martínez Carretero, un hombre trabajador

No es posible empezar la glosa de Josep Maria con otro aspecto que no sea su capacidad de trabajo. Es, sin duda, la primera virtud que observaba alguien cuando conocía por primera vez a Josep Maria. Para él, el trabajo no era un problema de horas ni de días. El trabajo se termina y ya está. ¿Son necesarias más horas? Pues se trabaja toda la noche para terminar el asunto pendiente. ¿Que no es cuestión de una noche sino de programar un fin de semana de trabajo? Pues se anulan los compromisos del fin de semana y se queda uno a trabajar. ¿Se necesitan más recursos de los que se dispone? Pues se piden o se compran; punto. De entre sus colaboradores encontraríamos con facilidad a más de uno y más de dos que comprobaron en sus carnes lo difícil que era seguir su ritmo de trabajo. Pero eso sí, a sus colaboradores nunca les pidió un esfuerzo que él no estuviera dispuesto a realizar. Es posible que no se diera cuenta, o quizá sí, que no todo el mundo podía seguir su ritmo de trabajo, pero no creo que este punto perturbara lo más mínimo su conducta. Si hay que seguir, se sigue. No lo duden, esta conducta frente al trabajo lo dignificó en toda regla y debe generar a todo el que conoció a Martínez Carretero respeto y admiración.

 

Martínez Carretero, un hombre fiel

Posiblemente, no todo el mundo aceptaría que la fidelidad es un valor al alza pero creo que, por el momento, no se discutirá que la fidelidad es un valor, un valor positivo, de las personas. Martínez Carretero fue siempre fiel a sus principios, fiel a las instituciones a las que servía y creo que estoy en condiciones de afirmar que siempre fue fiel a sus superiores. Siempre entendió que a quien debía rendir cuentas era al ciudadano y precisamente este punto le proporcionaba la fuerza para defender sus ideas por encima de todo. Como ya he señalado, Josep Maria Martínez Carretero ejerció sus responsabilidades en el IES durante más de 26 años, en diferentes períodos políticos y con diferentes directores. Pues bien, puedo afirmar que en ningún momento cambió su proceder, independientemente de los posibles intereses políticos o de la opinión de la dirección. Sus ideas encaminadas a proveer a la sociedad de mejores profesionales de la salud, las defendió siempre con respeto y con cariño, pero sobre todo las defendió con un tesón extraordinario. Por ello, por su tesón y porque los frutos del trabajo no siempre se valoran a corto plazo, no siempre fue feliz. Pero también puedo afirmar que en ningún momento se sintió amargado, al contrario, su seguridad y el creer vitalmente en sus principios, lo ayudó a seguir en la brecha del trabajo. Del trabajo que siempre consideró en primera instancia útil para los profesionales de la salud y para todos los ciudadanos en general. Hoy, ahora, que la evaluación de la competencia clínica se ha convertido en un punto central, clave, diría yo, tanto de la formación de grado como de la formación especializada e incluso del desarrollo profesional continuo (DPC), resulta fácil afirmar la gran relevancia que tendrá en España el trabajo de Josep Maria Martínez Carretero. Lo difícil era decirlo hace 25 años. Lo difícil ha sido trabajar, predicar, luchar 25 años a contracorriente. Pero si no desfalleció en el camino ha sido porque Martínez Carretero ha permanecido 25 años fiel a sus principios y ha luchado por defenderlos. Hoy, en España, Martínez Carretero ya es un pionero y un referente de la evaluación de la competencia clínica. Lo es gracias a la fidelidad que ha mantenido a sus principios, a las instituciones, a los profesionales y a los ciudadanos. Su fidelidad le ha permitido ganar su guerra, que era su trabajo. Si alguien piensa que Josep Maria perdió la guerra de su enfermedad, si alguien piensa que su trabajo le hizo perder la vida, se equivoca. Él sabía que no hay que luchar por causas perdidas como la vida. Él luchó por la inmortalidad. Josep Maria Martínez Carretero, hombre trabajador y fiel, descansa en paz.

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