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Educación Médica

versión impresa ISSN 1575-1813

Educ. méd. vol.11  supl.1  dic. 2008

 

MESA 1. SABERES MÉDICOS

 

¿Por qué quiero ser médico?

Why do I want to be a doctor?

 

 

S. Gutiérrez-Medina, D. Cuenca-Gómez, O. Álvarez-De Toledo

Estudiantes de Medicina. E-mail: di_ana1984@hotmail.com

 

 

Introducción

No se puede hablar del ‘arte de ser médico’ sin antes abordar el ‘arte de enseñar a ser médicos’. Desde las primeras civilizaciones nos consta que la medicina es un arte que se viene transmitiendo de generación en generación: los papiros del Antiguo Egipto, textos sagrados, el código hipocrático, los tratados de Celso, Galeno, la evolución del hospital, de la universidad, etc. Todo responde a la necesidad de transmitir unos conocimientos vitales para la sociedad.

Si aterrizamos de golpe en el s. XXI nos enfrentamos con unas circunstancias radicalmente distintas: una medicina más burocratizada, un rol social pobremente reconocido, una universidad más estructurada, tecnológicamente mucho más avanzada, etc. Pero con unos estudiantes con la misma necesidad de adquirir esos conocimientos y esas habilidades que harán de ellos en seis años los médicos que merece nuestra sociedad.

Hoy en día es tan importante o más que en otros tiempos la tarea de enseñar a ser médicos. Es menester empezar por conocer lo máximo posible sobre los estudiantes a quienes nos dirigimos para dirigir su proceso de aprendizaje: ¿quiénes son?, ¿qué momento viven?, ¿por qué están aquí?, ¿cuáles son sus expectativas?, ¿qué opinan sobre el papel del médico, sobre la facultad de medicina, sobre las prácticas de su hospital, sobre la docencia de cada uno de los profesores?

Las facultades de medicina han alcanzado las notas de corte más elevadas en las universidades españolas: en el 2007 fue un 8,34 en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), y se obtuvo el récord histórico en la Universidad de las Palmas de Gran Canaria con un 8,63. Jóvenes con gran talento al estudio sin duda alguna, pero con mucho que aprender en cuanto a las dotes personales y sociales necesarias para el trato con el paciente.

El rol social del médico como su poder adquisitivo ha sufrido cambios drásticos en los últimos años en nuestro país y el número de denuncias al personal sanitario es cada vez mayor. Se deduce de ello que los motivos que llevan a los estudiantes a cursar medicina son diferentes a los de otras épocas y deberán ser tenidos en cuenta. Si se contrastan los distintos estudios publicados al respecto, se aprecia que las motivaciones principales de los estudiantes hoy en día son el trato humano, la ayuda y afrontar nuevos retos.

Las circunstancias son también diferentes, la mayor incorporación de la mujer a la profesión médica plantea otros aspectos a considerar. Un estudio realizado en los tres hospitales universitarios de New South Wales muestra las dificultades a las que se enfrentan todas estas mujeres para conciliar una vida profesional tan exigente con su compromiso familiar.

En los últimos años se está haciendo un esfuerzo cada vez mayor desde la dirección universitaria por acercarse a la perspectiva del estudiante: son muchas las universidades que someten a sus profesores a una evaluación constante por parte de los alumnos. Ésta es una iniciativa que está cobrando gran importancia en la Facultad de Medicina de la UCM. Por ello, los objetivos del presente estudio son aportar más información para el conocimiento del perfil del alumnado; de los factores que afectan a la elección de la medicina como profesión; de la idea que tienen sobre lo que significa ser médico, y, finalmente, analizar las variaciones y la evolución de todo esto a lo largo de la carrera.

 

Sujetos y métodos

Muestra

La población estudiada está constituida por alumnos de la Facultad de Medicina de la UCM; en concreto por una clase de cada curso, y las cuatro últimas corresponden a alumnos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

Para la inclusión en el estudio se tuvo en cuenta únicamente la asistencia a clase en un día determinado del mes de mayo, de modo que los entrevistados han sido 241 alumnos: 21 de primero, 57 de segundo, 30 de tercero, 43 de cuarto, 31 de quinto y 59 de sexto. Las edades están comprendidas entre los 18 y 29 años.

Instrumento utilizado y procedimiento

Los datos se recogieron en una encuesta anónima de opinión que los estudiantes respondieron en presencia de un investigador del equipo encargado de responder a las consultas y controlar cualquier comunicación entre los alumnos.

Los estudiantes fueron informados del propósito del estudio y se pidió su participación voluntaria y anónima. Posteriormente se les entregó un folio en blanco y se formularon las dos preguntas de estudio: ¿por qué decidiste estudiar medicina? y ¿qué significa para ti ser médico?

 

Resultados

Los resultados obtenidos a partir de estas sencillas y, a la vez, complejas cuestiones fueron los siguientes:

¿Por qué estudié medicina?

Son múltiples las razones que llevan al estudiante a elegir la carrera de medicina, por esta razón se han clasificado en las diferentes categorías:

•Interés científico: engloba a todos aquellos interesados por el conocimiento del cuerpo humano, de su anatomía y fisiología, así como por la investigación y el avance de la ciencia.

•Vocación.

•Servicio: motivo altruista de ayuda y entrega a los demás.

•Circunstancias personales: contacto con la enfermedad, familiares médicos, presión familiar.

•Relevancia social de la profesión: prestigio, estatus, nivel económico, salidas profesionales.

•Gratificación personal.

•Por exclusión.

Según esta clasificación y con una entrevista a los alumnos de los distintos cursos, se pueden observar diferencias en cuanto al principal motivo de elección y a cómo varía éste a lo largo de la carrera.

En el primer curso, el motivo predominante es la vocación (42%), dato que resulta significativo con respecto a cursos posteriores, seguido por el interés científico (24%) y el motivo altruista de servicio y entrega (14%). Un 10% de los estudiantes escogieron la carrera por gratificación personal, mientras que un 5% por circunstancias personales. No es desdeñable que un 5% de los encuestados afirma haber elegido medicina por exclusión. Conviene destacar que la relevancia social de la profesión no es un motivo de elección en el grupo de estudio (Fig. 1).

 

En segundo curso, la vocación pasa a ser la segunda razón (19%), y el interés científico es el motivo fundamental (22%). El servicio a los demás (16%) no presenta cambios importantes, mientras que la gratificación personal y la relevancia de la profesión adquieren una posición más destacada respecto al curso anterior (16 y 9%, respectivamente) (Fig. 2).

 

En tercer curso, casi la mitad de los alumnos contestaron que escogieron medicina para ayudar a los demás (48%), un 23% por vocación y un 14% por interés científico (Fig. 3).

 

En cuarto, los resultados no difieren mucho del curso anterior, la mayoría de los encuestados eligen medicina por motivo altruista (38%), seguido de vocación (26%) y ciencia (17%). Un porcentaje significativo de los alumnos (11%, el más alto de todos los cursos) afirma que la elección de la licenciatura fue únicamente por exclusión (Fig. 4).

 

En quinto curso ciencia, servicio y vocación son los motivos principales y en porcentajes similares (26, 23 y 23%, respectivamente). La gratificación personal es una razón que cobra peso según avanzamos en la carrera, con un 19% en este curso (Fig. 5).

Por último, en sexto la vocación queda en un tercer plano (19%), el servicio (31%) y la ciencia (29%) son las razones más destacadas. La gratificación personal ocupa de nuevo un lugar importante, con un 19%, al igual que en el curso anterior. Finalmente, conviene señalar que en este curso ningún alumno apunta como motivo de elección la relevancia social de la profesión (Fig. 6).

 

Existe una evolución en cuanto a los motivos que llevan al estudiante a escoger la carrera de medicina, los cuales difieren según pasan los distintos cursos. Atendiendo ahora a las diversas categorías, se observa cómo la vocación (así lo definen los estudiantes) es un motivo constante de elección, pero predominante en el primer curso, y en descenso en el resto. El interés científico también es una razón de peso, la cual desciende en los cursos centrales, tercero y cuarto, (en éstos, por el contrario, toma más importancia el criterio altruista de entrega y servicio a los demás). La gratificación personal es un motivo repetido en todos los cursos, con excepción de cuarto, en el cual experimenta un claro descenso, con un 2%. Existen otras razones como experiencias personales, que son puramente casuales y en porcentajes no significativos. Por último, queda reflejado que en la actualidad la relevancia social de la profesión médica no es un motivo decisivo para los estudiantes a la hora de elegir esta licenciatura.

¿Para qué sirve un médico?

En esta segunda parte se han clasificado las respuestas según los estudiantes hayan enfocado la labor médica hacia la enfermedad o hacia el enfermo:

Orientada al enfermo. Si la función del médico va destinada a: a) curar, recuperar; b) ayudar, aliviar el sufrimiento, aconsejar, ayudar a convivir con la enfermedad; c) escuchar, consolar.

Orientada a la sociedad. a) Investigación de nuevas técnicas y métodos terapéuticos; b) mejorar la calidad de vida. La medicina y la función del médico son consideradas responsabilidades sociales.

Así, y con el mismo procedimiento de la primera pregunta, se estudian las respuestas de los estudiantes en los distintos cursos (Figs. 7 y 8).

 

 

En primero, un 31% de los alumnos piensa que el médico sirve para curar (en muchas ocasiones utilizan la palabra ‘salvar’) y otro 31% opina que para mejorar la calidad de vida del enfermo, mientras que un 17% considera que su función principal es aliviar. Existe otro 17% que apunta a la investigación como principal misión del médico y tan sólo un 1% piensa que el médico sirve para consolar.

En segundo curso, la idea de curar decae (23%), mientras que mejorar la calidad de vida es la categoría más repetida (35%).

En tercero, curar pierde aún más puntos (15%), y aliviar es la respuesta más comentada por los alumnos de este curso (55%). Aparece una nueva categoría en la que coinciden un 12% de éstos, la visión del médico y de la medicina como un compromiso social.

En los cursos restantes, los estudiantes coinciden al señalar como papel fundamental del médico aliviar y ayudar al enfermo, dejando en un segundo plano la idea de curar (la cual era la principal en los primeros cursos). En cuarto, un 5% de los alumnos destaca la función preventiva del médico y en sexto un 19% apunta como importante escuchar al enfermo.

 

Discusión

En este estudio descriptivo, realizado en un nú-mero importante de estudiantes de la Facultad de Medicina de la UCM, se pretende investigar el motivo o motivos por los cuales los jóvenes eligen esta licenciatura de entre las múltiples ofrecidas en nuestro sistema universitario.

Aunque las razones se repiten, éstas difieren en los distintos cursos, lo que deja entrever la visión del estudiante acerca de la carrera y de la profesión y la evolución de éste a lo largo de los seis años.

La gran mayoría de los alumnos de primero afirman que escogieron medicina por vocación, y lo dicen de forma tajante y directa. Quizás la siguiente pregunta debería ser qué entienden ellos por vocación. Este motivo se mantiene casi constante, y en ligero descenso en los últimos años de la carrera. Respecto a la segunda pregunta, ‘¿para qué sirve un médico?’, los recién llegados contestan mayoritariamente que para ‘curar al enfermo y para salvar vidas’. Esta visión optimista de la medicina decae en los próximos cursos; sin embargo, en primero predomina el idealismo, la ilusión, aunque siempre con cierto grado de inquietud y de incertidumbre.

Los alumnos de segundo escogen medicina no sólo por la idea vocacional, sino que un gran número de ellos reconoce el alto interés científico que les despierta la profesión y la necesidad de ayuda a los demás. Siguen siendo jóvenes ilusionados, aunque surgen las críticas y algunas decepciones.

En tercero aparece una fase de desconcierto y de incertidumbre. Es un curso duro y con cambios: nuevas asignaturas, más alejadas de las ciencias básicas y más próximas a la enfermedad y al enfermo, el cambio de la facultad al hospital, de laboratorios y aulas magnas a salas de urgencias y consultas, de la carpeta con los apuntes al fonendoscopio. Muchos de ellos ven la ansiada medicina, que esperaban desde primero, muchos otros descubren una nueva visión del médico y del hospital que no tenían hasta entonces. Al preguntarles el motivo de su elección, la mayoría se considera altamente motivado por un alto grado de razones altruistas y humanitarias: necesidad de ayuda, entrega y servicio a los demás. Respecto a su visión del médico, cambian la idea de curar por la de aliviar, quizás su proximidad al hospital les haga alejarse del notable idealismo con el que comenzaban sus estudios.

Cuarto es un curso de total desconcierto para un porcentaje importante de los alumnos. Aumenta el número de críticas y de decepciones. Un número no desdeñable de futuros médicos afirma haber elegido la carrera por exclusión. Los principales motivos de elección son el servicio a los demás y el interés científico.

El estudiante de quinto va forjando su propia visión del médico y de la medicina. El desconcierto de los cursos anteriores se sustituye de nuevo por ilusión, aunque con mayor realismo que al inicio. Es el curso donde predomina la perspectiva de gratificación personal que ofrece la medicina.

Por último, el estudiante de sexto vive una fase de reafirmación de su elección. La mayoría refleja una visión más real de la medicina actual, en la que conocen la situación de los profesionales y de la profesión, cada vez más burocratizada, más cercana a la tecnología y, en cambio, más alejada de los principios clásicos de la medicina, con un progresivo desprestigio social y económico. A pesar de todo ello se muestran satisfechos de su decisión.

Para concluir, se puede afirmar, tras el análisis y valoración de los datos obtenidos, que los estudiantes de medicina están fuertemente motivados por un alto grado de razones altruistas y humanitarias (de ayuda, entrega y servicio a los demás), así como motivaciones intelectuales (afrontar nuevos retos e interés científico). En último lugar y en menor proporción, motivaciones personales (tradición familiar, contacto con la enfermedad). Las instrumentales, como salidas profesionales, prestigio o nivel económico, no son en la actualidad un motivo de elección.

Por todo ello se puede extraer que, a pesar del sistema de acceso a los estudios de medicina, los cambios notables que sufre la profesión y la difícil situación por la que atraviesan los médicos y otros profesionales sanitarios, los estudiantes que hoy día cursan esta carrera presentan una motivación social, intelectual y científica elevada.

 

Bibliografía

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