Sra. directora:
Recientemente se publicó una revisión sistemática sobre la reducción de efectos emocionales negativos en trabajadores del área de emergencias y catástrofes mediante técnicas de catarsis que tiene como objetivo evaluar la heterogeneidad existente en la aplicación de técnicas de catarsis en los trabajadores que atienden situaciones de emergencia y el trastorno de estrés postraumático1. Consideramos interesante una reflexión sobre sus conceptos en el contexto actual de la pandemia COVID-19.
El trastorno de estrés postraumático (TEPT) es una enfermedad mental crónica que generalmente se desarrolla después de estar expuesto a un trauma severo, está relacionado con recuerdos intrusivos, sueños angustiantes, estados de ánimo negativos, entre otros; se estima que aproximadamente, el 6% de personas expuestas a un trauma psicológico llegan a desarrollar TEPT.2 A causa de la pandemia de COVID-19, se ha observado una alta prevalencia de trastorno de estrés postraumático en las áreas más afectadas de China3.
Los síntomas del TEPT comienzan al poco tiempo de la exposición al trauma y persisten hasta la recuperación por lo que para disminuir las secuelas psicológicas debería realizarse una identificación temprana de los trabajadores de riesgo para que así tengan acceso al tratamiento.2 Los sub-síntomas de TEPT abarcan la reexperimentación, alteraciones negativas en la cognición o el estado de ánimo y son más frecuentes en mujeres.3 Aunque el papel de la tolerancia al malestar en los síntomas de TEPT está escasamente estudiado, los resultados sugieren que las intervenciones psicológicas podrían ayudar y complementar los tratamientos del trastorno por estrés postraumático.2
Es probable que la pandemia de COVID-19 exponga a profesionales sanitarios de los países en desarrollo en una situación sin precedentes, teniendo que tomar decisiones complejas y trabajar bajo presiones en situaciones de alto estrés. Estas decisiones pueden incluir cómo asignar recursos escasos a pacientes igualmente necesitados y cómo brindar atención para todos los pacientes gravemente enfermos con recursos limitados e inadecuados. Esto puede causar que algunos trabajadores experimenten problemas de salud mental que se verán agravados con sus motivos personales de equilibrar sus propias necesidades de salud física y mental con las de los pacientes, familiares y amigos. Sería recomendable, tener en cuenta este factor y agilizar la creación de equipos profesionales de intervención psicológica y elaboración de programas especializados de intervención psicológica individualizada.