INTRODUCCIÓN

La creatividad está considerada desde hace años como un recurso psicológico de gran relevancia, que puede afectar a un amplísimo campo de la actividad humana. Por su parte, el deporte genera un entorno muy favorable a la superación y la mejora de las destrezas que implica. "Los atletas saltan más alto, corren más rápido y son más fuertes que nunca. La competencia se está volviendo cada vez más desafiante, impredecible y distractora" (^{Richard y Runco, 2020}, p.632). Aunque no toda práctica deportiva implica necesariamente objetivos competitivos, sino que también los hay de otro tipo, como expresivos, instrumentales (por ejemplo, educativos), o de espectáculo (^{Puig y Heinemann, 1991}), en general se trata de un contexto muy favorable a la innovación, ya que suele conllevar una perseverante tarea de mejora de las habilidades que entran en juego.

En el deporte, sobre todo en el ámbito competitivo, dicha apuesta por la innovación resulta evidente en los avances en las técnicas, en las estrategias, en la promoción de la forma física, o en la alimentación. Pero igualmente resulta muy relevante en el campo de la actitud personal, en la fortaleza mental o en la gestión emocional. De ahí la relevancia, junto a un gran número de otras variables, de aquellas en cuyo estudio puede hacer aportaciones la psicología (^{Hackfort, y Schinke, 2020}; ^{Taylor, y Wilson, 2005}; ^{Cox, 2008}). Cada vez más, el deporte es multidisciplinar, y en éste, el papel de la psicología del deporte resulta más significativo, en favor de un universo deportivo que trata al deportista en su globalidad (^{Garcés de los Fayos, et al., 2004}; ^{Ortín-Montero, et al., 2013}). En este contexto, algunos autores, incluso, promueven una visión de la psicología del deporte identificada casi en exclusiva con la promoción y el apoyo a la excelencia en el rendimiento (^{Aoyagi et al., 2012}), en el que la apuesta por la innovación resulta crucial.

Un recurso clave para la innovación es la creatividad, una variable psicológica que no siempre resulta fácil operativizar dentro del deporte. A pesar de ello, ^{Memmert (2006}, 2007, 2010, 2011a, 2015) ha hecho un trabajo muy relevante sobre las posibles vías de contribución de la creatividad al mundo del deporte, definiéndola como una conducta "inusual, innovadora, de rareza estadística o incluso singularidad en las soluciones a una situación deportiva relacionada" (Memmert, 2011b, p. 373).

La creatividad, indica, está muy ligada a la toma de decisiones y a la diferencia entre el pensamiento convergente y el divergente, definida por ^{Guilford (1967}). A diferencia del pensamiento convergente, que generalmente conduce a soluciones convencionales y "correctas", el pensamiento divergente se define como el proceso de generar muchas ideas alternativas (^{Runco, 2014}) y se desarrolla en un universo que no reconoce, de entrada, límites ni exclusiones. Esta noción se ha convertido en la clave del mecanismo que subyacen a la creatividad, es la dimensión que mejor ejemplifica la manera en que el cerebro creador actúa cognitivamente, y supone una variable susceptible de ser cuantificada. Divergencia equivale a considerar distintas perspectivas, buscar más de una respuesta, desarticular esquemas rígidos, no apoyarse en suposiciones únicas y previas, "es decir, ensayar, establecer nuevas asociaciones, seleccionar de modo no usual, establecer reestructuraciones sobre lo aparentemente insólito o inútil, lanzarse por caminos inesperados, tantear para producir algo nuevo o desconocido" (^{Torrance y Myers, 1976}, p. 11).

Estos conceptos fueron trasladados al mundo del deporte por Klaus Roth (^{Memmert, 2011}b), siendo utilizados principalmente para optimizar los recursos psicológicos de los deportistas. De esta forma, se pretendía extender el uso de los mismos no sólo entre profesionales de la psicología que trabajaran mano a mano con los deportistas, sino para que los propios deportistas, entrenadores, e incluso las instituciones deportivas los comprendieran y les dieran uso (Memmert, 2015). Y ello con la finalidad de ayudar a identificar su potencial, alimentar las fortalezas, disminuir limitaciones y aumentar posibilidades en la adquisición de habilidades, tanto dentro como fuera del entorno deportivo. Por esto, cada vez más existe un interés en que la investigación y la aplicación de la creatividad llegue directamente a los atletas, apoyando su desarrollo. (^{Santos et al, 2016}). Un reflejo de esta actitud, por ejemplo, es la promoción la práctica de "Flow" (fluir), un concepto muy relacionado con la creatividad, que ^{Cox (2008}) incluye de pleno en su Manual de Psicología del Deporte.

De hecho, como señala ^{Meier (2014}), en muchas ocasiones, los entrenadores, los jugadores, los equipos deportivos enteros y hasta los propios directivos no saben bien cómo hacer para promover su interés por la innovación. Resulta evidente su búsqueda de mejoras, pero en una mayoría de ocasiones ésta se suele enfocar hacia exigir más esfuerzo o más compromiso a los deportistas en un nivel técnico. Y sin embargo, en ocasiones dicha mejora es más posible que pueda llegar como resultado de dejar de insistir en las exigencias y puede "venir como resultado de realizar cambios" (Meier, 2014, p. 1). Es en ese contexto donde tienen especial cabida variables psicológicas como la resiliencia, la motivación, la autoconfianza, la generación de ideas y, en particular, los aspectos relacionados con la aplicación de la creatividad al deporte (^{Pérez Ramírez, 2002}).

Así pues, durante la última década, las relaciones entre creatividad y deporte se están tomando cada vez en mayor consideración (^{Memmert, 2015}; ^{Santos et al., 2016}). En concreto, se estudia cómo en la tarea ejecutiva deportiva, el talento creativo podría afectar a una amplia gama de procesos, que van desde la generación de una multiplicidad de ideas que el deportista proyecta (^{Meier, 2014}) hasta la elección de cómo realizar las tareas que han sido elegidas, o a cómo implantar el despliegue de las mismas. Incluso puede resultar clave para marcar nítidamente la diferencia entre uno y otro deportista o equipo, trayendo lo imprevisible al terreno de juego y perturbando a los oponentes (Memmert, 2011a). Así, autores como Santos et al. (2017), ^{Hüttermann et al. (2019}), o ^{Aydin (2019}a, 2019b) se han dedicado a estudiar, recientemente, aspectos más específicos de esta relación entre la innovación y su evolución en el campo del deporte.

Así pues, hay una gran cantidad de estudios que han subrayado la importancia de la creatividad en el deporte (^{Aydin, 2019}a; Aydin, 2019b; ^{Bowers et al., 2014}; ^{Santos et al., 2017}) y hay evidencias de que la creatividad parece ser una variable que afecta a la práctica deportiva (^{Klatt et al., 2019}; ^{Memmert et al., 2010}; ^{Conesa-Ros, y Angosto, 2017}; ^{Marín, et al., 2012}). No obstante, al realizar un acercamiento a la investigación que realizan los autores más destacados en el campo de la psicología de la creatividad, no parece habitual la inclusión del estudio de la creatividad deportiva. Así, en los más recientes estudios y revisiones sobre creatividad, como los de ^{Said-Metwaly et al. (2017}), ^{Williams et al. (2016}), ^{Long et al. (2014}), o el más lejano de ^{Feist y Runco (1993}), no se observa una atención específica a la relación de ésta con el ámbito deportivo. Y sucede así, aunque sean de un considerable tamaño, pues han sido tomados en cuenta cerca de 200 keywords en uno de ellos, o casi 2.000 artículos en otro. Es decir, a pesar que, desde el mundo del deporte se ha prestado una cierta atención a la creatividad (^{Martínez-Vidal y Díaz-Pereira, 2008}, ^{Tedesco da Costa Trevisan et al. 2018}), no parece haber sido igualmente así en sentido contrario. Y salvo Mark Runco (Runco, y Pritzker, 2011; ^{Richard et al., 2017}; Richard, y Runco, 2020), pocos de los autores que son referentes en la psicología de la creatividad, han dedicado su interés hacia las implicaciones de ésta en el universo del deporte.

En la presente revisión sistemática, se busca aportar el recorrido que ha tenido el constructo psicológico de la creatividad en los últimos 25 años dentro del contexto deportivo. Se ha tomado éste en toda su extensión (deporte, competición, educación, entrenamiento, etc.), con el fin de realizar un acercamiento de la manera más amplia posible. Del mismo modo, se ha considerado la creatividad en todas sus modalidades (pensamiento divergente, creatividad motriz, producto creativo, etc.). Este documento puede servir de apoyo a futuros investigadores para conocer no solo que áreas de ambas temáticas han sido ya exploradas por los distintos autores en sus investigaciones, sino que también servirá como una guía de los principales hallazgos obtenidos en los estudios descritos.

Por tanto, el presente trabajo tiene como objetivo realizar una investigación de carácter exploratorio sobre la bibliografía acumulada acerca de creatividad y deporte, con la finalidad de tratar de aportar una visión general, en un campo que ha sido básicamente explorado de manera fragmentada. Se trata de encontrar elementos compartidos por esos diferentes estudios y asimismo considerar la manera en que podrían quedar organizados los diferentes enfoques y agrupamientos que se evidencien.

Para ello, se utiliza la técnica de la revisión sistemática, de acuerdo a los parámetros metodológicos que se indican a continuación.

MATERIAL Y MÉTODOS

Bases de datos

Los estudios deberán aparecer reflejados en las búsquedas derivadas de las bases de datos y revistas científicas que se va a exponer en la tabla 1.

Tabla 1.  Principales bases de datos, subbases de datos y revistas revisadas. 

Adicionalmente, se ha incluido una revista específica para la búsqueda, dado su carácter altamente especializado, su cobertura internacional y el hecho de que, a pesar de su gran relevancia en el área, no se encuentra suficientemente indizada en las referidas bases de datos.

Diagrama de flujo

En el siguiente diagrama de flujo, presente en la figura 1, se puede observar cómo se pasó de 5,174 resultados prometedores, a tan solo 39 documentos que realmente cumplían con los criterios propuestos para esta revisión. Para alcanzar esos resultados, se realizó la identificación y cribado del groso total de los estudios siguiendo unos pasos similares a los de cualquier revisión sistemática guiada por la metodología PRISMA (^{Urrútia y Bonfill, 2010}).

Figura 1.  Diagrama de Flujo. 

RESULTADOS

Una vez analizadas todas las bases de datos, y habiendo reducido el número de estudios a una cantidad de 5,174 resultados, se ha procedido a aplicar una revisión manual que permitiera, tras su lectura, aplicar los criterios de inclusión antes mencionados, dejando así, un total de 39 documentos que se van a nombrar y describir en las tablas 2, tabla 3 y tabla 4, englobando en cada tabla los documentos que se desprendían de cada una de las bases de datos que han sido extraídos.

Tabla 2.  Documentos extraídos de Dialnet. 

Tabla 3.  Documentos extraídos de EBSCOhost. 

Tabla 4.  Documentos extraídos de ProQuest. 

DISCUSIÓN

Los hallazgos en los 39 estudios seleccionados resultan muy dispersos, puesto que, salvo las propuestas de ^{Memmert (2011}b), no existe todavía una línea consolidada de definición de la creatividad en el contexto deportivo, ni de recursos para su evaluación. Se trata de hallazgos sobre interacciones relevantes, aunque limitadas a aspectos muy concretos. Se puede encontrar, por ejemplo, datos acerca de la eficacia en un programa de entrenamiento, o sobre los efectos positivos del deporte en la creatividad y en otras variables, en el contexto educativo. Pero fundamentalmente se trata de estudios descriptivos o que analizan interacciones restringidas a ciertas modalidades deportivas, a variables concretas o a diferencias por sexo, tipos de deporte etc. Asimismo, apenas hay alusiones a instrumentos o metodologías plenamente eficaces en la evaluación de la creatividad en la actividad deportiva. El concepto mismo de creatividad motriz, parece ser uno de los progresos más logrados en este campo de estudio, pero en general, cabe decir que se trata todavía de un área con un gran potencial de desarrollo.

Observando el recorrido de los estudios centrados en esta temática, se puede apreciar cómo, dentro de nuestra revisión sistemática, el primer estudio fue realizado por ^{Herman-Tofler y Tuckman (1998}), seguido de ^{Chacón-Araya y Moncada-Jiménez (2006}) y ^{Memmert (2006}) que 8 años después retomaron los estudios de creatividad y deporte. Desde entonces, el flujo de publicaciones sobre esta temática ha sido constante, aunque bajo, puesto que aproximadamente ha habido 1 publicación sobre esta materia al año, y la mayoría de estas investigaciones estaban dirigidas por Memmert (2006; 2007; 2010; 2011), Memmert y Perl (2009) hasta llegado 2012, año en el que otros nuevos autores se sumaron a labores de investigación centradas en esta área. No fue hasta 2016, donde por primera vez hubo 6 publicaciones sobre esta temática en un año, llegando 2019 a ser el año que más publicaciones se realizaron. Con ello, se puede observar que creatividad y deporte es un área de conjunto muy novedosa, siendo previsible que en los próximos años se vaya a realizar un mayor número de hallazgos en este campo (^{Putwain et al., 2012})

Diversos autores destacan la importancia de la creatividad a la hora de alcanzar la excelencia en los distintos campos formales del esfuerzo (^{Bowers et al., 2014}; ^{Memmert, 2015}; ^{Runco, 2004}; ^{Simonton, 2012}). Incluso Bush y Salmela (2002) demostraron que la creatividad y la innovación eran esenciales para los atletas de alto rendimiento, y aún más dentro de sus años de mayor rendimiento deportivo. El propio Memmert (2015) afirmaba la importancia de la creatividad a la hora de que los atletas desarrollen nuevas estrategias y habilidades que les permita superponer sus resultados por encima de los del adversario, logrando encontrar soluciones creativas que el oponente no pueda anticipar. Algunos autores desde mediados del siglo XX introdujeron el concepto de creatividad motriz (^{Domínguez-Iglesias et al., 2014}), haciendo referencia a la resolución de problemas y a la expresión de una idea o sentimiento a través de los movimientos del cuerpo (^{Karaca y Aral, 2017}). Dicho concepto, junto al más reciente de creatividad táctica (^{Alarcón et al., 2017}, Memmert, 2011b) son los más ampliamente mencionados en la actualidad, dentro de los estudios que relacionan la creatividad con el deporte (Domínguez, y Castillo, 2017).

Como ya se ha mencionado anteriormente, Memmert ha sido uno de los investigadores que han impulsado esta área de investigación, lo que queda constatado, puesto que, en 10 de los 39 documentos encontrados, él aparece entre los primeros autores. El origen alemán de las muestras de sus estudios se destaca en esta revisión sistemática, en la que 1,066 de 5,349 participantes, un 19.93%, procedían de muestras de deportistas alemanes, siendo todos ellos pertenecientes a estudios de Memmert, salvo 56 participantes que eran de muestras alemanas y brasileñas pertenecientes al estudio de (^{Klatt et al., 2019}).

Ahora bien, pese a que la presente revisión sistemática ha sido lo más abierta posible, dentro de unos criterios mínimos de selección, con el objetivo de abarcar el mayor número posible de estudios, debemos destacar que diversas publicaciones de las que se compone esta revisión sistemática han presentado una serie de limitaciones que se han considerado lo suficientemente destacables como para mencionarlas. Este tipo de matizaciones busca que futuras investigaciones cubran estas limitaciones y permitan a quienes se adentren en las investigaciones de creatividad y deporte alcanzar unos resultados más fiables y replicables.

Una de las principales limitaciones que han presentado 11 de los 39 estudios recopilados es que se hace mención a una muestra que practica deporte, o que lo ha practicado en los últimos años; obviando por completo mencionar el tipo de deporte que practican, la regularidad del mismo, el tiempo que llevaban practicándolo, o siquiera, si eran deportes de equipo o individuales.

La importancia de reflejar en estos datos anteriormente mencionados reside en lo que diversos autores comentan, como en el caso de Matthew et al. (2014), el cual nos habla sobre hallazgos importantes que relacionan el desarrollo de la creatividad con la práctica deportiva en entornos deportivos informales y no estructurados a lo largo del tiempo. Esto demostraría que, según el tipo de deporte practicado, la organización del mismo, así como el tiempo dedicado a éste, influiría en el desarrollo de la creatividad en los jóvenes. En la misma línea, ^{Richard et al. (2017}) remarcaron la importancia que tenían los años de experiencia en los deportes como efecto modulador principal en la creatividad de los propios atletas.

Otras de las limitaciones, es que en 5 de los 39 estudios no se hace mención alguna a la edad de la muestra, sin indicar si la muestra era menor o mayor de edad. Siguiendo en la línea de las limitaciones encontradas en las muestras de algunos de los estudios, podemos observar que, en 7 de los 39 estudios, del total de los 5,349 participantes que componen los 39 estudios, 897 de ellos no tenían una asignación en su condición de sexo. Por último, destacar que 4 de los 39 estudios compartían la característica de no aparecer especificado ni el sexo, ni la edad de la muestra, siendo esto una importante limitación a la hora de replicarlos. A pesar de que ^{Baer y Kaufman (2008}), referenciado en ^{Martín-Brufau y Corbalán (2016}), informan de la existencia de una extensa bibliografía científica sobre la diferencia en puntuaciones de creatividad entre hombres y mujeres a lo largo de los años; concluyen que no parece haber dichas diferencias significativas de sexo en relación a la creatividad general. Sin embargo, en este campo de la creatividad más específico, donde se podría englobar a los autores que la denominan como creatividad motriz o ‘creatividad relacionada con el deporte', sería de gran utilidad para futuras investigaciones obtener datos sobre la diferencia en puntuaciones de creatividad motriz entre mujeres y hombres, con el fin de indagar cualquier posible diferencia significativa entre ambos sexos en relación a este tipo concreto de creatividad.

Para finalizar, se hace necesario indicar una limitación que se ha encontrado con frecuencia en los estudios que componen esta revisión sistemática, y es la manera en la que se ha evaluado la creatividad en algunos de los estudios. Tal y como mencionan Corbalán y Limiñana (2010), el uso de tests para evaluar la creatividad ha permitido generar medidas que puedan ser comparadas entre distintas personas. Es por ello, que en estos últimos años, la perspectiva psicométrica ha sido la más utilizada para la evaluación de la creatividad, a través de instrumentos estandarizados. Ya que, aunque un test puede resultar restrictivo, su esencia radica en poder predecir a partir de una mínima información, lo que puede y no puede ser plasmado en dicho test, y hacerlo o no de manera correcta. En esta línea, se ha de mencionar que, en 7 de los 39 estudios, se ha utilizado como método de evaluación de la creatividad el consenso de un ‘criterio de expertos', en el cual ciertas personas bajo su criterio determinan qué movimientos o acciones son más o menos creativas a su parecer. A diferencia de la amplia serie de instrumentos estandarizados que existen en la actualidad para la evaluación de la creatividad, el criterio de expertos está sujeto a sesgos cognitivos de los propios evaluadores, pudiendo quizás distorsionar los resultados obtenidos en sus investigaciones y dificultando la replicabilidad de los mismos, a la hora de contrastar sus puntuaciones con los de otras investigaciones. No obstante, una de las razones por las que es posible que se optara por este tipo de evaluación en dichos estudios reside en lo que ^{Méndez-Martínez (2019}) indica acerca de que, aunque en la actualidad existen instrumentos que evalúan la creatividad motriz y sus dimensiones, dichos instrumentos no han sido diseñados y validados para la población menor de edad, puesto que las tareas propuestas suelen ser largas y complejas, y no permiten ser aplicados en una única sesión.

Si se tuviera que hacer una valoración rápida sobre cuál ha sido la cantidad de estudios que no poseían algunas o varias de las limitaciones anteriormente mencionadas, y sin entrar a hacer un cribado por criterios de calidad exhaustivo, la presente revisión tendría que haberse reducido a tan sólo 25 de los 39 estudios, habiéndose tenido que descartar un total de 14 estudios, lo que supone una cifra elevada.

CONCLUSIONES

Tras esta revisión sistemática, se puede concluir que de los 5,174 estudios que han sido revisados manualmente, para que cumplieran con el mínimo de los criterios de selección propuestos en el apartado de metodología del presente trabajo, se han obtenido un total de 39 documentos que versan sobre la temática abordada, superando dichos criterios tan sólo el 0.75 % de la bibliografía revisada.

Se debe remarcar que 14 de los 39 estudios encontrados presentan ciertas limitaciones que dificultan su replicabilidad, del mismo modo que disminuyen en gran medida la calidad de sus resultados. Con la aplicación de los criterios de calidad extra para el cribado de los estudios seleccionados, se hubiera descartado más de un tercio de los estudios que componen la presente revisión sistemática.

En síntesis, cabe indicar que los hallazgos de este conjunto de estudios representativo resultan más bien dispersos, con un carácter marcadamente exploratorio. Más allá de los trabajos de Daniel Memmert, no puede decirse que se exista una línea investigación definitoria del campo de estudio, ni tampoco instrumentos de evaluación especializados que resulten ampliamente aceptados por la comunidad científica. El concepto de creatividad motriz (^{Domínguez-Iglesias et al., 2014}; ^{Méndez-Martínez, y Fernández-Río, 2019}), o resulta prometedor, aunque, dada la dispersión de las propuestas de estudio, más bien cabe calificar el área como con un gran potencial de desarrollo.

Pese a las limitaciones de estos primeros estudios en la evaluación de la creatividad, no se debe obviar el enorme crecimiento exponencial que ha vivido esta área en el campo del deporte en los últimos 5 años, viéndose reflejada en las investigaciones realizadas por diferentes autores, buscando relacionar los niveles de creatividad con el éxito alcanzado por los atletas en sus respectivos deportes.

Esta línea de exploración presenta, pues, unas interesantes expectativas para tratar de responder a la cuestión de si puede hablarse de un dominio específico deportivo o motriz, dentro de los recursos de creatividad de las personas. Sin embargo, se ha de concluir que la investigación publicada hasta la fecha no ha hecho sino esbozar posibilidades y abrir líneas de trabajo, sin que pueda ofrecerse un conjunto de contenidos, estructura o relaciones para dicho constructo. A esa falta de definición contribuyen tanto las limitaciones metodológicas de una mayoría de estudios, como la falta de empleo de instrumentos objetivos de medida de la creatividad, así como también el moderado número global de trabajos en esta temática. No obstante, puede también observarse que, tanto por la tendencia de incrementos en la calidad y en la cantidad de las investigaciones, como por la incipiente acumulación de evidencias, puede hablarse del estudio de la creatividad deportiva como un área específica de la creatividad, considerándose ésta como una hipótesis suficientemente consolidada.

Es por ello que parece inevitable la necesidad de que emerja una estrategia específica para el estudio de la creatividad en el ámbito deportivo, máxime cuando el debate acerca de la especificidad o globalidad de la aptitud creativa sigue abierto (^{An, y Runco, 2016}). En un amplio estudio con varios miles de sujetos evaluados acerca de su propia creatividad en 56 dominios discretos, ^{Kaufman et al. (2009}) concluyeron que el análisis proporcionó evidencia tanto de un factor general global como de siete áreas temáticas más específicas de desempeño creativo (artístico-verbal, artístico-visual, emprendedor, interpersonal, matemáticas-ciencia, desempeño y resolución de problemas), pero como se ve, éstas no incluían nada relativo a un posible dominio deportivo para la creatividad.

Y, sin embargo, como tan acertadamente indicaron en su famoso artículo ^{Kaufman, y Baer (2002}), ¿Podría Steven Spielberg manejar a los Yankees? La respuesta más bien apunta a que no es nada fácil ser un genio creativo con éxito en más de un dominio. Eso podría deberse, sin duda, al cuantioso tiempo que lleva prepararse para un rendimiento de alto nivel en cualquier ámbito, incluido el deportivo. Pero también, quizás, al hecho de que los mecanismos cognitivos reales que subyacen al desempeño creativo son más específicos de cada dominio. Así, aunque algunos estudios sugieren la existencia de factores generales que influyen en la creatividad en todos los dominios, las evaluaciones reales del desempeño de la creatividad en diferentes dominios específicos generalmente encuentran poca evidencia de tales factores generales, y más bien encuentran lo contrario, con la probable excepción de g, el factor general de inteligencia. En cualquier caso, parece necesario profundizar en si la creatividad deportiva podría ser considerada como uno de esos dominios específicos, así como encuadrar el gran recurso que supone para el desarrollo del potencial humano. Para ello, se entiende relevante haber podido aportar la presente recopilación y revisión de la investigación acumulada a lo largo de las últimas décadas en torno a la creatividad en el contexto deportivo.

APLICACIONES PRÁCTICAS

Para un profesional del deporte, o de sus ciencias afines y especialmente de la psicología del deporte, el presente trabajo puede ser un recurso que posibilite su introducción en el conocimiento de las técnicas de creatividad en el contexto deportivo. Puede resultar indicativo de qué trabajos relacionados con la creatividad motriz, o con la creatividad táctica, pueden resultar más adecuados para su formación en la aplicación de una metodología creativa a su práctica profesional, o a su desarrollo como deportista. Esta investigación documental, asimismo puede facilitar el conocimiento de las relaciones entre la creatividad y otras variables de entrenamiento. Puede facilitar criterios para la selección de deportistas con presencia de características psicológicas de interés para la creatividad, y asimismo favorecer el conocimiento de en qué aspectos concretos de la práctica deportiva puede ésta incidir.