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Acción Psicológica

versión On-line ISSN 2255-1271versión impresa ISSN 1578-908X

Acción psicol. vol.11 no.2 Madrid dic. 2014

https://dx.doi.org/10.5944/ap.11.2.14172 

 

 

Teoría de la Aceptación-Rechazo Interpersonal (IPARTheory): bases conceptuales, método y evidencia empírica

Interpersonal Acceptance-Rejection Theory (IPARTheory): theoretical bases, method and empirical evidence

 

 

Ronald P. Rohner1 y Miguel Á. Carrasco2

1 University of Connecticut.
2 Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).

Dirección para correspondencia

 

 


RESUMEN

La teoría de aceptación-rechazo interpersonal (IPARTheory) es una teoría basada en la evidencia que trata de predecir y explicar las principales causas, consecuencias y correlatos de la aceptación-rechazo -especialmente parental- a lo largo del ciclo vital. Esta teoría se divide en tres subteorías: subteoría de la personalidad (todos los niños y niñas independientemente de su contexto sociocultural, racial o étnico responden esencialmente en el mismo sentido cuando perciben que son rechazados o aceptados por sus padres u otras figuras de apego); subteoría del afrontamiento (determinados factores individuales proporcionan tanto a niños como a adultos la fortaleza de afrontar más eficazmente las experiencias de rechazo); y subteoría de los sistemas socioculturales (el rechazo parental ocurre en un contexto ecológico, más global, que abarca la familia, la comunidad y en un entorno sociocultural). El método en la IPARTheory se caracteriza por utilizar una estrategia multimétodo desde una perspectiva transcultural, y por proveer un marco conceptual para integrar los estudios empíricos sobre aceptación-rechazo interpersonal desde una perspectiva del ciclo vital.

Palabras clave: Parental; interpersonal, aceptación-rechazo; carino; IPARTheory; PARTheory.


ABSTRACT

Interpersonal acceptance-rejection theory (IPARTheory) is an evidence-based theory of socialization and lifespan development that attempts to predict and explain major causes, consequences, and other correlates of interpersonal-especially parental-acceptance and rejection. This theory is divided into three subtheories. These are personality subtheory (children everywhere-in different sociocultural systems, racial or ethnic groups, genders, and the like-respond in essentially the same way when they perceive themselves to be accepted or rejected by their parents or other attachment figures), coping subtheory (some children and adults emotionally cope more effectively than most with the similar experiences of childhood rejection), and sociocultural systems subtheory (specific psychological, familial, community, and societal factors tend to be reliably associated the world over with specific variations in parental acceptance-rejection). several distinctive features guide IPARTheory's method: 1) the theory draws extensively from worldwide and cross-cultural evidence employing a multimethod research strategy; 2) provide a conceptual framework for integrating empirical studies on issues of parental acceptance-rejection from a lifespan developmental perspective.

Key words: parental; interpersonal; acceptance-rejection; warmth; IPARTheory; PARTheory.


 

Antecedentes

Origen y desarrollo inicial

El estudio empírico de la aceptación-rechazo parental se remonta a 1890 (Stogdill, 1937) pero es desde los años 30 hasta nuestros días cuando realmente se produce su desarrollo con más de 3000 trabajos de investigación publicados (Rohner, 2014). Como principales contribuidores a este desarrollo cabe mencionar los trabajos realizados por el Fels Research Institute entre 1930 y 1940s (Baldwin, Kalhourn y Breese, 1945, 1949) con las Escalas de puntuación de la conducta parental (Fels Parental Behavior Rating Scales; Champney, 1941) y el análisis de los efectos de la aceptación-rechazo parental en el campo del trabajo social realizado por el Smith College (e.g., Witmer, Leach y Richman, 1938). Otro de los grupos de trabajo que contribuyeron a este desarrollo fue el de Shaefer y sus colaboradores en el periodo comprendido entre 1950 y 1980 con el Inventario de Conducta Parental para niños (Children's Report of Parental Behavior Inventory, CRPBI; Schaefer, 1965) y el de Siegelman y colaboradores en la década de los 60 con el Cuestionario de Relaciones Padre-Nino (Parent-Child Relations Questionnaire; Roe y Siegelman, 1963). Finalmente, y partiendo de su programa de investigación transcultural iniciado en los años 60 será el profesor Rohner y sus colaboradores quienes formulen la Teoría de Aceptación-Rechazo Parental, PARTheory (Parental Aceptance-rejection Theory) (Rohner, 1960, 1975; Rohner y Neilsen, 1978; Rohner y Rohner, 1980, 1981).

De forma paralela a esta teoría es importante mencionar el desarrollo de otras propuestas teóricas que han contribuido a la expansión de la aceptación-rechazo parental. Entre otras, (a) la tradición sociológica mediante el concepto de apoyo parental (e.g., Rollins y Thomas, 1979); (b) el modelo conceptual de Baumrind con la tipología de estilos parentales (autorizado, autoritario, permisivo y negligente) (Baumrind, 1991) ampliamente enriquecido y discutido por el grupo de Steinberg (Glasgow, Dornbusch, Troyer, Steinberg y Ritter, 1997; Gray y Steinberg, 1999); (c) los trabajos sobre la sensibilidad al rechazo de Downey y colaboradores (Downey y Feldman, 1996; Feldman y Downey, 1994); (d) las aportaciones desde el campo de las neurociencias sobre los correlatos psicobiológicos del rechazo percibido y su impacto sobre la salud mental (e.g., see MacDonald y Jensen-Campbell, 2011; Van Harmelen et al, 2010); y finalmente (e) los programas de investigación transcultural que han propiciado su expansión: la validación del cuestionario autoinformado EMBU (Perris, Jacobsson, Lindstrvm, von Knorring y Perris, 1980) y los efectos psicológicos de la aceptación-rechazo (Arrindell, Gerlsma, Vandereycken, Hageman y Daeseleire, 1998; Perris, Arrindell y Eisemann, 1994; Perris, Arrindell, Perris, Eisemann, van der Ende y von Knorring, 1986); la investigación internacional de Parker y colaboradores con el Parental Bonding Instrument (PBI) (Parker, 1984; Parker, Tupling y Brown, 1979); y los estudios de Chen y sus colaboradores en China y Canadá sobre la aceptación-rechazo parental (Chen, Dong y Zhou, 1997; Chen, Wu, Chen, Wang y Cen, 2001).

Evolución y cambio de paradigma

A partir de 1999 se produjo un cambio de paradigma en la PARTheory desde la aceptación-rechazo parental hacia la aceptación-rechazo interpersonal (IPARTheory). Los postulados principales de esta teoría estuvieron hasta entonces centrados en las figuras parentales y establecían que el rechazo parental percibido se asociaba a un grupo específico de disposiciones de personalidad (ver subteoría de la personalidad). Desde 1999 hasta la actualidad, este mismo postulado se ha extendido más allá de las figuras parentales a todas las figuras con las que es posible establecer un vínculo afectivo a lo largo del ciclo vital (e.g., hermanos, abuelos, companeros, parejas, amigos, profesores). Actualmente, tanto la teoría como su investigación están centradas en todos los aspectos de la aceptación-rechazo interpersonal y no solo a los relativos a las relaciones parentales.

Este cambio de paradigma, se ha reflejado recientemente con el cambio tradicional de denominación de la teoría, Parental Acceptance Rejection Theory (PARTheory) por la denominación Interpersonal Acceptance Rejection Theory (IPARTheory), en español Teoría de la Aceptación Rechazo Interpersonal (Rohner, 2014a).

Numerosos trabajos de investigación han avalado esta reformulación de la teoría mediante estudios en diferentes países sobre el impacto de la aceptación-rechazo de los hombres sobre las mujeres en el contexto de las parejas (Khaleque, 2001; Parmar y Rohner, 2005; Rohner y Khaleque, 2008); o sobre la contribución de la aceptación y el control conductual de los profesores versus los padres (madres y padres) en el ajuste psicológico y el rendimiento académico de los jóvenes en seis países distintos (Rohner, 2010).

Para una información detallada sobre las referencias y los trabajos específicos puede consultarse Rohner, Khaleque y Cournoyer (2012) y Rohner (2014b).

 

Bases conceptuales

La teoría de la aceptación-rechazo parental (hoy IPARTheory) es una teoría basada en la evidencia que trata de predecir y explicar las principales causas, consecuencias y correlatos de la aceptación-rechazo -especialmente parental a lo largo del ciclo vital (Rohner, 1986, 2004; Rohner y Rohner, 1980). Pretende ser un marco conceptual que desde una perspectiva evolutiva integre el conjunto de estudios realizados sobre la aceptación-rechazo. Es esta dimensión la que vertebra el conjunto de la teoría y las tres subteorías en las que se divide: subteoría de la personalidad (personality subteory), subteoría del afrontamiento (coping subtheory), y subteoría de los sistemas socioculturales (subteory sociocultural systems). A continuación explicaremos la dimensión de aceptación-rechazo como eje central de la teoría y cada una de las tres subteorías.

La dimensión Aceptación-rechazo (warmth dimension)

La aceptación-rechazo (warmth dimension) es una dimensión que se extiende a lo largo de un continuo desde la aceptación (extremo inferior) hasta el rechazo (extremo superior). A lo largo de este continuo cada persona puede situarse de acuerdo con la historia de relaciones que ha percibido de sus principales cuidadores o figuras de referencia. se trata de una dimensión que refleja la calidad de los lazos afectivos entre padres e hijos, así como las conductas físicas, verbales o simbólicas que los padres (o cuidadores principales) utilizan para expresar sus sentimientos.

El extremo inferior de este continuo representa la aceptación parental y se refiere a las conductas de carino, cuidado, comodidad, preocupación, apoyo, en definitiva, el amor que los niños pueden experimentar de sus padres o figuras de referencia. El otro extremo, rechazo parental, se refiere a la ausencia o retirada significativa de estas conductas o sentimientos y la presencia de una variedad de afectos y conductas psicológica y físicamente daniñas.

La extensa investigación transcultural a lo largo de medio siglo en la IPARTheory ha mostrado que el rechazo parental puede ser experimentado por la combinación de cuatro expresiones principales: (1) frialdad y/o desafecto, hostilidad y agresividad, (3) indiferencia y negligencia, y (4) rechazo indiferenciado (creencia de no ser querido por tus padres a pesar de no tener indicadores conductuales que reflejen que son negligentes, distantes, hostiles, poco afectuosos o agresivos). Estas conductas se representan gráficamente en la Figura 1. A la izquierda de la barra se incluyen los motivos internos o estados psicológicos de los padres (amor, hostilidad e indiferencia) y a la derecha de la barra las conductas observables que los padres despliegan (afecto, agresión, negligencia) como consecuencia de los mencionados estados. La conexión entre los estados de los padres no siempre tiene una relación directa con sus conductas. Por ejemplo, la negligencia puede ser una respuesta conductual de los padres que responda a diferentes motivos (e.g., una manera de afrontar su ira, el fracaso en dar respuesta adecuada a las necesidades materiales, psicológicas o emocionales del nino) y no necesariamente a un estado de indiferencia. Es importante recordar que la negligencia incluye no solo la falta de atención a las necesidades materiales del nino, sino también a las psicológicas y emocionales. En este sentido, la dimensión de aceptación-rechazo puede ser estudiada desde la percepción subjetiva (perspectiva fenomenológica) de lo que el propio sujeto informa y desde la perspectiva de un observador externo (perspectiva conductual) que analiza la respuesta conductual de los padres. Generalmente ambas coinciden, aunque no siempre. Cuando ambas perspectivas discrepan prevalece la información derivada del propio sujeto como la más fiable.

 

 

La expresión de la aceptación-rechazo parental es en gran medida simbólica y por tanto debe ser analizada en el contexto étnico y cultural donde se manifieste. Es decir, una determinada conducta puede tener diferentes significados en un contexto cultural o en otro (e.g., rezar por un hijo puede ser expresión de amor en unas culturas y en otras no significar nada).

Subteoría de la Personalidad (Personality Subteory)

La subteoría de la personalidad intenta predecir y explicar las principales consecuencias que la percepción de aceptación-rechazo tiene en el desarrollo psicológico (especialmente de la salud mental) y de la personalidad. De manera resumida, sus tesis fundamentales pueden enunciarse en dos: 1) todos los niños y niñas independientemente de su contexto sociocultural, racial o étnico responden esencialmente en el mismo sentido cuando perciben que son rechazados o aceptados por sus padres u otras figuras de apego; 2) los efectos del rechazo parental percibido durante la infancia, trascienden hasta la adultez y la vejez.

En el curso de la evolución los humanos desarrollan la necesidad emocional, biológicamente enraizada, de recibir una respuesta positiva por parte de las personas significativas e importantes para ellos (Baumeister y Leary, 1995; Bjorklund y Pellegrini, 2002). Generalmente estas personas son los padres en el caso de los niños pero pueden incluir otras personas de referencia en el caso de los adolescentes o los adultos. Desde la IPARTheory, una persona significativa es cualquier persona con quien el nino o adulto tiene un lazo emocional duradero, específico y no intercambiable. Cuando se trata de los padres, estas personas significativas adquieren además la cualidad propia de las figuras de apego, es decir, proporcionar sentido de seguridad emocional y bienestar (Ainsworth, 1989; Bowlby, 1982; Colin, 1996). Estas cualidades tienen una importante influencia en la formación del desarrollo de la personalidad de los niños a lo largo del tiempo. Además, desde la subteoría de la personalidad, también el sentido de seguridad emocional y bienestar de los adultos depende de la calidad percibida de sus relaciones con las figuras adultas de referencia (e.g., la pareja) y consecuentemente sobre sus niveles de ajuste psicológico.

El concepto de personalidad es definido en esta subteoría como el conjunto de disposiciones (e.g., cognitivas, afectivas, perceptuales, motivacionales) más o menos estables que tienen las personas a responder o actuar (e.g., conductas observables) en diferentes contextos o situaciones de su vida.

Esta definición reconoce que la conducta es influenciada tanto por factores externos (e.g., ambiente) como internos (e.g., de aprendizaje, emocionales, biológicos) y generalmente tienen cierta regularidad a través del tiempo y los diferentes contextos.

La subteoría de la personalidad mantiene que la satisfacción de la necesidad emocional de obtener una respuesta positiva por parte de las figuras significativas es un motivador poderoso. Cuando los niños no satisfacen esta necesidad adecuadamente tienden a responder emocional y conductualmente de una manera específica. Particularmente, los efectos de este rechazo incluyen hostilidad, agresión, falta de respuesta emocional, baja autoestima y autoeficacia, percepción negativa del mundo y dependencia inmadura (excesivo reclamo de aceptación) o independencia defensiva (evitación de cualquier signo de afecto o aceptación de los otros). Estas disposiciones tienden a emerger como consecuencia de las experiencias de rechazo y varían de un individuo a otro, pudiendo llegar a ser intensamente dolorosas.

La percepción de rechazo de las figuras significativas produce un malestar emocional en las personas. Este malestar se traduce en agresión, hostilidad y sentimientos de resentimiento e ira. Las experiencias de rechazo continuadas pueden llevar, en un intento de protección frente al daño del otro, a desarrollar una cierta insensibilidad o falta de respuesta emocional. Muchas de las personas que perciben este rechazo tienen problemas tanto para expresar carino a los demás como para aceptar el carino de los otros. El daño producido por el rechazo de otras personas significativas facilita el desarrollo de cierta independencia defensiva. Las personas rechazadas debido a la hostilidad y el resentimiento que sienten evitan e incluso rechazan cualquier manifestación de carino o aceptación de los otros, lo que a veces se retroalimenta en un círculo de violencia y problemas de relación.

Las relaciones entre dependencia y aceptación-rechazo que propone la IPARTheory se representan en la Figura 2. La dependencia se entiende como la disposición interna de búsqueda o anhelo de apoyo emocional, cuidado, satisfacción o atención por parte de las figuras de apego. En el caso de los niños o jóvenes esta disposición se manifiesta mediante la demanda o el reclamo de afecto de los padres a través del llanto o la búsqueda de proximidad; y entre los adultos, a través de comportamientos más simbólicos como la búsqueda de re-aseguración, aprobación o apoyo de las personas significativas. Entendida la dependencia como una variable continua que se extiende desde la independencia (extremo inferior) a la dependencia (extremo superior), son los niveles medios de aceptación-rechazo los que se asocian con niveles de dependencia adecuada. El exceso de aceptación se relaciona con la dependencia inmadura (frecuente e intenso deseo de afecto y atención) y el exceso de rechazo o distanciamiento de los otros con la independencia defensiva (evitación del afecto y la aceptación del otro).

 

 

Las personas que perciben rechazo a lo largo de sus vidas tienden a desarrollar sentimientos de baja autoestima y bajo sentido de competencia o autoeficacia. Tendemos a percibirnos de manera similar a como creemos que nuestros padres o seres significativos nos perciben. Si percibimos rechazo tendemos a pensar que no poseemos las cualidades necesarias para ser queridos e incluso que no somos merecedores de amor o aceptación.

La ira y los sentimientos negativos sobre uno mismo tienden a disminuir en los niños y adultos la capacidad de manejar y afrontar las situaciones de estrés, lo que hace que las personas rechazadas muestren mayor inestabilidad emocional que las que son aceptadas. Reaccionan con ira y malestar ante situaciones estresantes que requieren una respuesta adecuada.

Todas estas emociones negativas junto con la percepción de rechazo inducen a los niños y adultos a desarrollar una visión negativa del mundo. De acuerdo con la IPARTheory, las personas rechazadas tienden a desarrollar una visión del mundo, de la vida, de las relaciones interpersonales y de la existencia humana caracterizadas por la desconfianza, la hostilidad, la inseguridad, la amenaza y el peligro. Todos estos pensamientos se extienden a las creencias y supuestos personales sobre la naturaleza de este mundo y del más allá (e.g., Dios y las creencias religiosas) (Rohner, 1975, 1986).

Esta visión negativa del mundo junto con el resto de disposiciones de personalidad comentadas son elementos importantes en las representaciones mentales y la cognición social de las personas rechazadas.

En la IPARTheory, el concepto de representación mental se refiere a la concepción implícita de la existencia más o menos organizada que tienen las personas y que incluyen, la concepción sobre uno mismo, los otros y su experiencia del mundo construida a partir de las experiencias emocionales significativas del presente y del pasado. Junto con el estado emocional (que recíprocamente se relaciona con la concepción de la realidad), las representaciones mentales tienden a moldear el sentido en el que las personas perciben, construyen y reaccionan a nuevas experiencias, incluyendo las relaciones interpersonales. Estas representaciones también condicionan la información que las personas almacenan y las experiencias que recuerdan (Baldwin, 1992; Clausen, 1972; Crick y Dodge, 1994; Epstein, 1994). Las representaciones particulares derivadas de las experiencias de rechazo llevan a estas personas a buscar, crear, interpretar y percibir las experiencias, situaciones y relaciones en un sentido congruente a sus representaciones. Esto hace que tiendan a evitar o reinterpretar mentalmente situaciones que son inconsistentes para ajustarlas congruentemente a sus concepciones personales y del mundo. A menudo, los niños y adultos rechazados construyen imágenes mentales impredecibles, desconfiadas y dañinas sobre las relaciones interpersonales. Estas representaciones negativas llevan a crear nuevas relaciones caracterizadas por la desconfianza, la hipersensibilidad y la hipervigilancia ante cualquier signo de distancia emocional. El procesamiento cognitivo al que inducen estas representaciones hace que las personas rechazadas generalmente promuevan vías de desarrollo cualitativamente diferentes a las de las personas aceptadas o amadas.

Como detallaremos en el epígrafe correspondiente a la evidencia empírica de estos postulados, el 80% de los estudios realizados desde la perspectiva de la teoría de la aceptación-rechazo han mostrado apoyo a este perfil de desajuste descrito en la subteoría de la personalidad. La presencia reiterada de este perfil ha llevado a formular un concepto basado en el diagnóstico relacional, denominado el síndrome de aceptación-rechazo (Rohner, 2004). Este síndrome se caracteriza por dos cualidades fundamentales: la primera es que la percepción de aceptación-rechazo de los niños y adultos se puede organizar alrededor de las cuatro subdimensiones que la componen (cariño/afecto-o su opuesto-frialdad/falta de afecto, hostilidad/agresión, indiferencia/abandono, y rechazo indiferenciado). segundo, esta percepción de aceptación-rechazo se asocia universalmente a una forma particular de desajuste psicológico. El conjunto de estos dos grupos de conductas relacionados con la aceptación versus el rechazo componen un síndrome que responde a un patrón o constelación concurrente de conductas, rasgos y disposiciones.

Mencionar algunas excepciones en la relación entre aceptación-rechazo y desajuste psicológico. Dentro de una banda de variabilidad individual, el estado de salud mental de los niños y adultos muestra una relación directamente proporcional a la cualidad, frecuencia, intensidad y duración del rechazo experimentado. No obstante, dentro de esa variabilidad, es posible encontrar una minoría de personas procedentes de familias cariñosas/amorosas que desarrollan problemas psicológicos similares a los de personas rechazadas, a los que se denominan en la IPARTheory "Conflictivos" (Troubled). Sin embargo, muchos de ellos perciben, al menos, rechazo de una de sus figuras de apego. Por otra parte, es posible encontrar una minoría de personas que a pesar de percibir experiencias de rechazo muestran un nivel de funcionamiento socio-emocional saludable. A estas personas se les denomina en la IPARTheory "Afrontadores" (Copers).

Los efectos del rechazo percibido, además del desajuste descrito, se han encontrado también en el desarrollo de trastornos traumáticos (DTD; van der Kolk, 2010; (Complex PTSD o simply CPTSD; Courtois, 2004), en el funcionamiento cerebral mediante la activación de ciertas áreas (e.g., córtex cingulado anterior o córtex prefrontal ventral derecho) (Eisenberger, 2012; Eisenberger, Lieberman y Williams, 2003; Squire y Stein, 2003), la alteración de la química cerebral (Ford y Russo, 2006); o el aumento del riesgo de infarto cerebral en ancianos (Wilson et al., 2012).

Subteoría del afrontamiento (Coping subtheory)

Esta es la parte de la teoría que está menos desarrollada empírica y teóricamente. su principal tesis mantiene que determinados factores individuales proporcionan tanto a niños como a adultos la fortaleza de afrontar más eficazmente las experiencias de rechazo.

Desde una perspectiva multivariada la IPARTheory establece que la conducta de los individuos (e.g., el afrontamiento del rechazo percibido) es una función de la interacción entre el yo, los otros y el contexto. El "Yo" o "self" incluye las representaciones mentales del individuo junto con otras características biológicas y de personalidad. Los "Otros" incluyen las características personales e interpersonales de los padres y las otras figuras de apego que rechazan, junto con la cualidad, frecuencia, duración e intensidad del rechazo. Finalmente, el "Contexto" incluye las características de otras personas significativas en la vida de la persona junto con las características sociales del ambiente que la rodean.

Una de las hipótesis específicas que parten de esta perspectiva es la mayor probabilidad de los niños de ser capaces de afrontar el rechazo parental percibido por una figura de referencia cuando está presente el carino y apoyo de otra figura de apego o cuidador alternativo.

De acuerdo con la subteoría del afrontamiento, determinadas capacidades sociocognitivas de algunos niños y adultos les permiten afrontar más eficazmente el rechazo percibido que a otros. Estas capacidades incluyen un sentido del yo claramente diferenciado, un sentido de determinación y la capacidad de despersonalizar (Rohner, 1986). Las personas con sentido de determinación creen que al menos pueden ejercer un mínimo control sobre lo que les sucede gracias a su propio esfuerzo y a sus cualidades personales. Las personas que carecen de esta característica piensan que lo que les sucede es causa del destino, la suerte, el azar u otras fuerzas mayores. Las personas que tienen la capacidad de despersonalizar cuentan con otro recurso para afrontar el rechazo percibido. La personalización, se refiere al acto de tomar las cosas como algo personal; es decir, reflexiva o automáticamente interpretan los acontecimientos que viven como dirigidos a uno mismo de forma egocéntrica y, generalmente, en un sentido negativo. Así, los personalizadores tienden a interpretar los actos no intencionados o los pequenos desaires como actos deliberados de rechazo o daño. Las personas que son capaces de despersonalizar, tienen el recurso psicológico de manejar en un sentido más positivo las situaciones de ambigüedad interpersonal.

Estas tres características protegen a los niños y adultos de los efectos del rechazo percibido pero a su vez están influenciadas por éste, lo que complica la tarea de evaluar la contribución independiente que cada una tiene en el afrontamiento.

Dentro del concepto de afrontamiento en la IPARTheory se diferencia entre personas que realizan un afrontamiento afectivo, de aquellas que realizan un afrontamiento instrumental del rechazo. Las primeras (Affective copers) son aquellas que poseen una salud mental y emocional razonablemente buena a pesar de haber vivido el rechazo en sus familias; las segundas (Instrumental copers) son personas rechazadas que mantienen un alto nivel de competencia y ejecución profesional, rinden bien en la escuela, en sus trabajos o en otro tipo de actividades orientadas a una tarea, pero su salud mental y emocional están danadas. Aunque el estado de salud mental de las personas capaces de afrontar el rechazo es razonablemente bueno (especialmente los affective copers) y tiende a ser superior al de personas rechazadas que no tienen habilidades de afrontamiento, generalmente su salud psicológica no es tan buena como la de aquellas personas que proceden de familias carinosas en las que no han percibido rechazo.

Subteoría de los sistemas socioculturales

El rechazo parental ocurre en un contexto ecológico, más global, que abarca la familia, la comunidad y el entorno sociocultural. Esta perspectiva sociocultural permite el análisis de antecedentes, consecuentes y otros correlatos de la aceptación-rechazo parental entre los individuos y dentro del conjunto de la sociedad. sus raíces se asientan sobre el trabajo pionero de Kardiner (1939, 1945) y posteriormente sobre el de Whiting y Child (1953), el modelo ecológico de Bronfenbrenner's (1979) y el modelo eco-cultural de Berry (Berry y Poortinga, 2006).

Tal y como se muestra en la figura 3, la subteoría de los sistemas socioculturales propone un modelo interactivo de sistemas que se retroalimentan y que incluyen (Rohner, 1986): (a) el contexto natural, referido a las condiciones físicas y climáticas que condicionan la disponibilidad de recursos, flora y fauna. Este contexto puede condicionar la economía de subsistencia e incluso la salud emocional de los padres, las cuales a su vez inciden en la conducta parental; (b) los sistemas de conservación son todos aquellos componentes de un sistema sociocultural (instituciones sociales, organización económica, medios de vida, control de natalidad, estructura política, sistemas de defensa, organización de los hogares.) que aseguran la supervivencia de una población culturalmente organizada dentro de un contexto natural; (c) personalidad/conducta parental se refiere a las conductas y creencias de los padres o cuidadores principales (en la teoría que nos ocupa la dimensión aceptación-rechazo sería de gran relevancia); (d) personalidad/conducta del nino se refiere a las características individuales del nino tales como temperamento o personalidad; (e) experiencias que intervienen en el desarrollo suponen el conjunto de experiencias procedentes de las relaciones del nino o el adulto con los otros miembros de su entorno (familiar, laboral, escolar, social.) y con el resto de sistemas socioculturales a lo largo de su vida. Este componente del modelo refleja los cambios de los individuos y de la sociedad a lo largo de una dimensión temporal en el que se acumulan experiencias que afectan al desarrollo de las personas; y (f) los sistemas expresivos institucionalizados, que se originan como una extensión de las expresiones de personalidad y que con el tiempo revierten en las propias personas incidiendo sobre ellas y modificando sus creencias y conductas futuras. Estos sistemas se refieren a las creencias religiosas de un grupo social, a las preferencias de ocio, tradiciones musicales y artísticas, juegos, folclore y ciertas creencias médicas. En IPARTheory, los sistemas expresivos institucionalizados son concebidos como creaciones simbólicas de muchos individuos que cambian a lo largo del tiempo y a medida que las personas también cambian.

 

 

Desde la subteoría de los sistemas socioculturales (Figura 3) la probabilidad de los padres de desarrollar una forma particular de conducta (e.g., aceptación o rechazo) depende en gran medida de los sistemas de conservación de la sociedad (e.g., monoparentalidad, número de hermanos.) y también recíprocamente de los sistemas de conservación (e.g., el mercado de videojuegos) que pueden verse afectados a su vez por la conducta parental (e.g., prohibir a los hijos el uso de tecnología). La aceptaciónrechazo u otras conductas parentales poseen un impacto directo sobre el desarrollo de la personalidad y la conducta de los niños (subteoría de la personalidad). Las relaciones bidireccionales entre los niños y los padres indican cómo las características personales de los niños (e.g., temperamento, disposiciones conductuales.) moldean en gran medida la forma y cualidad de las conductas parentales y viceversa. Además de las experiencias en el contexto familiar, los hijos tienen una amplia variedad de experiencias que les influyen. Éstas se han denominado experiencias que intervienen en el desarrollo y son el resultado del conjunto de interacciones de las personas con el contexto natural en el que viven, los sistemas de conservación social (e.g., estructura familiar, número de hermanos), los sistemas expresivos institucionalizados y el resto de miembros (adultos y niños) que forman parte del grupo social.

Con esta subteoría se pretende predecir y explicar las causas de la aceptaciónrechazo desde una perspectiva globalizada o transcultural. se intenta también explicar y predecir los correlatos expresivos de la aceptación-rechazo con determinadas características de una cultura. Por ejemplo, en aquellas sociedades en las que el mundo sobrenatural está representado por espíritus malévolos (impredecibles, caprichosos, traicioneros u hostiles) aparece una mayor tendencia al rechazo parental de los hijos (Batool y Najam, 2009; Bierman, 2005; Dickie, Eshleman, Merasco, Shepard, Venderwilt y Johnson, 1997; Rohner, 1986). Además se intenta dar respuesta a preguntas tales como por qué los padres en la mayoría de las sociedades tienden a mostrarse carinosos con sus hijos, por qué alrededor del 25% de las sociedades en el mundo tienden a mostrar rechazo moderado o grave (Rohner, 1975, 1986; Rohner y Rohner, 1981), o cuáles son los factores individuales o sociales que contribuyen a las variaciones en el comportamiento parental. Las respuestas a estas cuestiones son complejas pero existe alguna evidencia que muestra que la falta de apoyo emocional o aislamiento en las familias, la privación económica, o las condiciones sociales y emocionales vinculadas a la pobreza suponen un riesgo en la mayoría de las culturas. Pero que a pesar de todas estas condiciones adversas la mayoría de padres y madres en todo el mundo crían a sus hijos con amor (Rohner, 1975).

 

Método

El método que ha seguido el programa de investigación de la IPARTheory desde sus inicios se ha guiado por una aproximación universal y antropológica (Rohner, 1986; Rohner y Rohner, 1980). su aproximación antropológica (anthroponomy) se ha caracterizado por la búsqueda de los universales o principios globales de conducta que puedan ser contrastados empíricamente para ser generalizados a través de nuestra especie (Homo-sapiens) bajo las condiciones específicas en la que surgieron.

Estas concepciones se han concretado en una estrategia de investigación multimétodo que busca la convergencia de resultados a través de un conjunto de diferentes medidas y paradigmas de investigación en un amplio rango de contextos étnicos y socioculturales. Más específicamente, se han usado diferentes métodos para contrastar los aspectos nucleares de la teoría. Estos métodos pueden ser clasificados en dos grupos: el primero incluye aquellos estudios en los que se han usado técnicas de entrevista, observación conductual y autoinformes; y un segundo grupo compuesto por métodos etnográficos.

En relación con el primer grupo (entrevistas, observación, autoinformes), principalmente se han utilizado, el Cuestionario de AceptaciónRechazo Parental (Parental Acceptance-Rejection Questionnaire, PARQ) (Rohner, 2005a), el Cuestionario de Aceptación-Rechazo/Control Parental (Parental Acceptance-Rejection/control Questionnaire, PARQ/control) (Rohner, 2005b), y el Cuestionario de Evaluación de la Personalidad (Personality Assessment Questionnaire, PAQ) (Rohner y Khaleque, 2005b). Todos estos cuestionarios junto con otros autoinformes están recogidos en el Handbook for the study of parental acceptance and rejection (Rohner y Khaleque, 2005a). Existen tres versions del PARQ y PARQ/ Control. Una es usada para evaluar las percepciones que el nino tiene sobre el nivel de aceptación o rechazo que reciben de sus madres, padres u otros cuidadores. Otra versión es para adultos y evalúa las experiencias de aceptaciónrechazo/control parental que ellos recuerdan de su infancia; y la tercera versión pregunta directamente a los padres sobre las conductas de aceptación y rechazo que mantienen con sus hijos. Por otra parte, el PAQ evalúa las autopercepciones que las personas (niños o adultos) tienen de su ajuste psicológico global mediante las siete dimensiones de personalidad ya descritas. Información detallada (fi validez y uso en diferentes grupos étnicos) sobre el PARQ, PARQ/Control y el PAQ se encuentra en Gómez y Rohner (2011), Rohner y Khaleque (2005a) y Rohner (1986). Las referencias sobre los cientos de estudios empíricos realizados con estas medidas pueden ser consultadas en Rohner (2014).

Respecto al segundo grupo de métodos usados en IPARTheory, los etnográficos, incluyen: (1) el estudio de casos mediante distintos procedimientos de evaluación (observación participante, entrevistas, observación estructurada o no estructurada) a lo largo de meses o años dentro de comunidades específicas culturalmente organizadas (Rohner y Chaki-Sircar, 1988); (2) el estudio de la variación concomitante o la comparación controlada de dos o más grupos culturales que difieren en determinados factores culturales cuya variación se pretende estudiar (e.g., diferentes factores culturales sobre el rechazo parental)(Rohner, 1960; Rohner, 1977); (3) Finalmente, el método holocultural o transcultural consistente en un diseno de investigación mediante el que se contrasta estadísticamente la relación entre dos o más variables teóricamente definidas y operacionalizadas en una muestra estratificada y aleatorizada de sistemas socioculturales adecuadamente descritos (Rohner, 1975).

Ambos grupos de métodos tienen sus debilidades y fortalezas. Mientras que los primeros permiten una descripción más fiable, válida y precisa del fenómeno de estudio y el uso de procedimientos estadísticos más sofisticados, los segundos poseen mayor riqueza cualitativa y contextual en la consideración de detalles y matices culturales.

 

Evidencia empírica

La evidencia empírica de los postulados de la IPARTheory ha sido sólidamente mostrada y muy especialmente para la subteoría de la personalidad que, con diferencia, es la parte más desarrollada de esta teoría hasta le fecha.

La evidencia hallada puede organizarse en dos grupos de estudios de acuerdo con el tipo de método anteriormente detallado: uso de cuestionarios o uso de procedimientos etnográficos. Ambos grupos de estudios han coincidido en concluir que, independientemente de las variaciones raciales, culturales, lingüísticas y geográficas, la experiencia de aceptación (o rechazo) tiende a estar asociada con la forma particular de ajuste (desajuste) psicológico que se describe en la subteoría de la personalidad.

Sin duda la ingente investigación transcultural que aporta evidencia a los principales postulados de la IPARTheory ha utilizado el método de los cuestionarios, fundamentalmente PARQ, PARQ/Control y PAQ en sus diferentes versiones. Estos estudios se han realizado con miles de niños y adultos en muchos grupos étnicos procedentes de sociedades de los cinco continentes con excepción de la Antártida. Una prueba de ello son los diferentes metanálisis realizados cuyas conclusiones se resumen a continuación:

(a) Existe una relación transculturalmente probada entre la aceptación parental y el ajuste psicológico global, tanto en niños como adolescentes (Khaleque y Rohner, 2002a). Estas relaciones han sido esencialmente corroboradas con diferentes dimensiones de la aceptación-rechazo y las dimensiones del ajuste psicológico aisladamente consideradas (Khaleque, 2013a; Khaleque, 2013b; Khaleque, 2013c).

El primero de estos metanálisis (Khaleque y Rohner, 2002a) se realizó sobre 43 estudios con 7.563 participantes en 15 naciones con diferentes grupos étnicos. El 26% de la variabilidad del ajuste psicológico en los niños y el 21% en los adultos fueron explicados por la aceptación-rechazo parental percibida. En línea con estos resultados, otro de los metanálisis realizado con 10.943 sujetos (8.573 niños y 1.370 adultos) de 36 estudios realizados en 10 países (Khaleque y Rohner, 2012) mostró que tanto la aceptación materna como paterna percibida en la infancia correlaciona significativamente con las siete disposiciones de personalidad en niños y adultos. Excepcionalmente esto no se cumplía en el caso de los adultos para la disposición de dependencia. Los tamaños del efecto de las correlaciones entre la aceptación materna y paterna percibidas y el ajuste psicológico de los hijos eran significativas tanto en los niños como en los adultos, tal y como mostró el metanálisis de Khaleque y Rohner (2011) basado en 66 estudios con 19.511 participantes de 22 países de cinco continentes. Entre estos resultados conviene destacar que la aceptación de los padres (versus madres) tuvo una relación significativa más fuerte con el ajuste psicológico de los niños que la aceptación de las madres.

Las tesis anteriormente expuestas fueron igualmente corroboradas cuando se estudiaron aisladamente las dimensiones de indiferencia/negligencia (Khaleque, 2013a), hostilidad/agresión parental percibido (Khaleque, 2013b) y carino/afecto parental percibido (Khaleque, 2013c), con el ajuste psicológico global de los hijos y en cada una de las disposiciones de personalidad indicadoras de este ajuste. Los tres metanálisis citados incorporaban amplias muestras (entre 11.755 y 13.406 sujetos) de numerosos países de los cinco continentes.

(b) Las medidas utilizadas para la medida de la aceptación-rechazo (PARQ con sus diferentes versiones) y la personalidad (PAQ y sus diferentes versiones) confirmaron que ambos grupos de medidas son fiables en los diferentes grupos culturales y por tanto pueden ser utilizadas en la investigación transcultural (Khaleque y Rohner, 2002b).

(c) La aceptación percibida de la pareja en la edad adulta, así como la aceptación paterna y materna que recuerdan los adultos de su infancia tiende a correlacionar significativamente con el ajuste psicológico actual en hombres y mujeres procedentes de diferentes culturas y grupos étnicos (Rohner y Khaleque, 2010).

Estos resultados, basados en 17 estudios con 3.568 adultos de 10 naciones, apoyan el cambio de paradigma en la IPARTheory. Es decir, el rechazo parental es reformulado y extendido al rechazo interpersonal (e.g., parejas) y la asociación de éste con el patrón particular de desajuste de la personalidad ya descrito.

Mediante los procedimientos etnográficos los postulados de la IPARTheory también se han comprobado. Tanto mediante estudios holoculturales (Rohner, 1975), mediante la comparación controlada de grupos socioculturales en el Pacífico (Rohner, 1960) y en el oeste de Bengala, India (Rohner y Chaki-Sircar, 1988). Además del estudio de casos con niños de 9 a 18 años en st. Kitts, oeste de India (Rohner, 1987) y en una comunidad bi-racial (Africoamericana y Europeo-americana) en el sureste de Georgia, USA (Rohner, Bourque y Elordi, 1996; Veneziano y Rohner, 1998).

Los efectos negativos del rechazo parental se han mostrado más allá del patrón de personalidad descrito. numerosa evidencia empírica ha encontrado consistentemente en población clínica y no clínica que los efectos del rechazo se manifiestan, entre otros, en problemas psicológicos tales como la depresión, los problemas de conducta y el abuso de sustancias (para una revisión ver Rohner, Khaleque y Cournoyer, 2012).

 

Implicaciones y conclusiones

La investigación en la IPARTheory, cuyos resultados sobre la aceptación-rechazo interpersonal han sido validados transculturalmente, sugiere la posibilidad de formular programas comunes de prevención e intervención y políticas dirigidas a las familias y los niños a nivel internacional.

Los resultados procedentes de la investigación realizada en los últimos 50 años sobre este tema dan una clara indicación a los profesionales: la necesidad de una respuesta positiva de aceptación por parte de las personas significativas en nuestras vidas. Más allá de las diferencias culturales, las creencias, la lengua y las costumbres compartimos esta necesidad similar en las relaciones interpersonales, en general, y en las familiares, en particular.

Ahora contamos con algunos principios demostrables para incorporar en las políticas sociales y los programas de prevención que trascienden a principios idiosincráticos o particulares de algunas culturas. Estos principios universales de aceptación interpersonal se alzan como un reto para trabajar entre las personas y las naciones. De acuerdo con la IPARTheory lo más importante para evaluar la idoneidad parental no son tanto las costumbres y valores de un grupo sociocultural, sino cómo hacer que los padres transmitan amor a sus hijos para que éstos lo perciban. En la medida que los niños perciben que son aceptados/queridos por sus figuras de referencia o sus padres la información externa de la conducta de estas figuras probablemente carece de relevancia en la predicción del ajuste psicológico de los niños.

La investigación transcultural realizada a lo largo de todos estos años nos lleva a establecer dos conclusiones básicas: 1) existe un patrón de conductas universales que representa simbólicamente el mensaje de "mi padre/madre (u otra figura de apego) me ama". Este patrón incluye las conductas de cariño/ afecto (o su opuesto frialdad/falta de afecto), hostilidad/agresión, indiferencia/negligencia y rechazo indiferenciado; 2) las diferencias culturales, étnicas, sociales, económicas, raciales o de género no parecen ejercer bastante influencia para modificar esencialmente la tendencia particular de los niños o adultos a responder a la aceptación-rechazo de los seres más significativos para ellos, principalmente sus figuras de apego. Finalmente, advertir que la asociación entre aceptación-rechazo percibida y ajuste psicológico no es perfecta. si bien la percepción de aceptación-rechazo predice universalmente una media del 26% de la varianza del ajuste psicológico de los jóvenes y adultos, aproximadamente el 74% restante de esta varianza es explicada por otros factores. sin duda, factores genéticos, neurológicos, socioculturales y otros factores experienciales están entre estas influencias y, por tanto, deben ser investigados para un completo entendimiento del desajuste psicológico.

 

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Dirección para correspondencia:
Profesor D. Miguel A. Carrasco.
Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Facultad de Psicología.
C/ Juan del Rosal, 10. 28040 Madrid.
Teléfono: (034) 91 398 8231;
Fax: (034) 91 398 6298.
Email: macarrasco@psi.uned.es

Recibido: 2 de mayo de 2014
Aceptado: 4 de julio de 2014

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