INTRODUCCIÓN
El ciclo de vida está marcada por etapas y cambios resultantes de transformaciones relevantes, estos son, en la mayoría de los casos, momentos de tensión, contradicción, ruptura o crisis1. La adolescencia es una fase en que se observan intensas transformaciones a nivel físico, psicológico y/o social. La Organización Mundial de la Salud (OMS) limita la adolescencia entre los 10 y 19 años, pero las Naciones Unidas consideran que la juventud incluye a las personas entre los 15 y los 24 años2.
Los adolescentes/jóvenes son por naturaleza saludables, sin embargo pueden adoptar comportamientos de riesgo, comprometedores de su salud, en ese o en un período de la vida futura. Entre estos comportamiento se destaca el uso de sustancias psicoactivas, errores alimentarios, reducción de actividad física, sexo desprotegido o exposición a la violencia3.
La escuela desempeña un papel importante en el desarrollo psicosocial de los jóvenes. En Portugal, la edad escolar se sitúa entre los 6-18 años4 5y tienen que asistir a la escuela primaria durante nueve años y a la enseñanza secundaria durante tres años6. En España, el sistema educativo prevé 10 cursos obligatorios: educación primaria (6-12 años) y educación secundaria obligatoria (13-16 años), y dos cursos no obligatorios: bachillerato o ciclo formativos de grado medio (17-18 años)7.
La experiencia de la adolescencia/juventud es diferente para cada joven, aunque generalmente se considera un período de conflicto y tumulto, hay jóvenes que la pasan aparentemente sin dificultades de adaptación8. La familia, la escuela y los compañeros tienen un papel fundamental en este proceso9. El grupo de iguales se asume como una fuente de apoyo, seguridad y socialización, pudiendo también ser un factor de riesgo10 11.
La iniciación del consumo de sustancias adictivas lícitas o ilícitas ocurre generalmente en la adolescencia/juventud y en el grupo de colegas. Este consumo de acuerdo con el tipo, la frecuencia y la cantidad se asocia a comportamientos de violencia, suicidio, accidentes, embarazo no deseado, infecciones sexualmente transmisibles, entre otros.
Entre las sustancias adictivas se incluye el alcohol, el tabaco y las drogas ilícitas. Los datos de la OMS3indican que, entre 2013/14, los adolescentes europeos disminuyeron el consumo de tabaco y alcohol. En Portugal, en adolescentes de entre 11 y 15 años, se encontró que la mayoría nunca habían consumido, y sólo los mayores referían hacerlo frecuentemente12. Se observa una evolución negativa con el aumento de la edad, en lo que se refiere al consumo de sustancias psicoactivas, especialmente cuando asisten a la enseñanza superior13. En los jóvenes, con 18 años y el sexo masculino, el consumo de alcohol fue el más frecuente, seguido del tabaco y de las drogas ilegales, de las que se destacó la marihuana14.
En España, el informe ESTUDES15señala que ha disminuido el uso de drogas entre los adolescentes, aunque presentan un consumo más "intenso" de alcohol (binge drinkingyshots). Las drogas más consumidas fueron el alcohol, el tabaco, la marihuana, siguiendo otros como los hipnóticos, la cocaína, el éxtasis y los alucinógenos.
La atención sanitaria tiene como objetivo atender a las necesidades y el desarrollo de la salud de los jóvenes, por lo que la problemática del consumo de sustancias adictivas se tiene en consideración en todas las políticas, estrategias y programas de salud3. En Portugal, el Servicio de Intervención en Comportamientos Adictivos y Dependencias (SICAD), junto con las Administraciones Regionales de Salud tienen una política orientada a reducir el consumo de sustancias psicoactivas y adictivas y la prevención de las conductas adictivas. Se destaca el Programa Nacional de Salud Escolar, como instrumento orientador de la promoción de la educación para la salud de la comunidad estudiantil, desde preescolar hasta el final de la enseñanza secundaria14 16. De igual modo, en España, se encuentra institucionalizado un plan de acción para la juventud, que busca promover estilos de vida saludables17con un funcionamiento específico según las diferentes comunidades autónomas, por ejemplo, al sur del país, en la comunidad autonómica de Andalucía, se desarrolla el Programa Forma Joven, cuya prioridad se centra en la prevención de la drogodependencia y en la educación18. Además, en ambos países existe un conjunto de medidas legales para limitar el consumo de tabaco, alcohol y marihuana entre los adolescentes/jóvenes, como la restricción/prohibición de los espacios y las edades para la adquisición y el consumo16 17.
Este estudio tuvo como objetivo caracterizar el consumo de sustancias adictivas (tabaco, alcohol y marihuana) en una población de estudiantes de una ciudad del Norte de Portugal.
MÉTODOS Y MATERIALES
Diseño y participantes
Desarrollamos un estudio cuantitativo, descriptivo y transversal en Vila Nova de Famalicão, una ciudad del norte de Portugal. 8.200 jóvenes estudian en el municipio19distribuidos por 11 instituciones de enseñanza secundaria y superior. Nueve de estas instituciones escolares aceptaron participar en el estudio, que contó con la colaboración del Ayuntamiento. Los datos se obtuvieron durante el primer trimestre de 2014.
Los criterios de inclusión fueron: tener entre 15 y 19 años, estar matriculado en la enseñanza secundaria o superior, y que los adolescentes/jóvenes y padres de estos, estuvieran de acuerdo en la participación del estudio.
La muestra siguió un muestreo de conveniencia. Se estimó para su cálculo, un error de muestreo del 3%, con un intervalo de confianza del 99%, resultando en un total de 1.505 estudiantes. Al final, participaron en el estudio 1.066 estudiantes, correspondiendo al 70% de la muestra. Se excluyeron a los adolescentes/jóvenes que no tuvieran el consentimiento de los padres/representantes legales.
Los jóvenes tenían en promedio 16,79 años (DP= 1,2), siendo la moda 17 años, en su mayoría (55,3%) eran del sexo femenino, estaban matriculados en la enseñanza secundaria (89,7%) y vivían con ambos padres (63%). Además, la mayoría de los padres (84,6%) estaban casados o vivían juntos.
Procedimientos ético-legales
Los procedimientos seguidos estuvieron de acuerdo con las reglas del comité de ética del Instituto de Ciencias Biomédicas Abel Salazar-Universidad de Oporto, con registro en el 057/2013 y de la Comisión Nacional de Protección, con la resolución nº 260 favorable / 2015.
Las instituciones participantes fueron previamente contactadas por los investigadores para la presentación del proyecto y solicitud de su participación. A los adolescentes/jóvenes les solicitaron el consentimiento informado y, en el caso de los menores de edad, se pidió previamente el consentimiento de los padres/responsables.
A los participantes se les garantizó el anonimato. Los cuestionarios fueron autoadministrados, y distribuidos y recogidos por los profesores en el contexto del aula, y luego enviados a los investigadores, en sobres cerrados.
Instrumentos
El instrumento de recolección de datos fue un cuestionario constituido por tres partes: Caracterización sociodemográfica; APGAR familiar, adaptado por Imperatori20; la Encuesta de Jóvenes de Comportamiento de Riesgo adaptado y validado para la población portuguesa por Santos, Silva y Meneses21denominada "Comportamientos de salud, los comportamientos de riesgo y participación de los jóvenes con la escuela y la familia."
Las preguntas se agruparon por áreas de proximidad temática. En la funcionalidad familiar se utilizó la escala de Likert -de cero a dos puntos, de cuyo sumatorio podría resultar: familia altamente funcional (siete a diez), moderadamente funcional (cuatro a seis) y disfuncional (cero a tres). En las variables relativas al consumo de tabaco, alcohol y marihuana se utilizaron respuestas dicotómicas o de elección múltiple. En la definición de consumo actual se siguieron las orientaciones del SICAD, cuando ocurrió en los "últimos 30 días", antes de la recogida de datos14.
Análisis estadístico
El análisis fue descriptivo e inferencial, utilizando SPSS versión 24.0. En las variables continuas se calcularon media y desviación estándar. En el análisis inferencial, con base en el tipo de variable, se utilizó la prueba del chi-cuadrado, el t-student y odds ratio22.
RESULTADOS
De la muestra total la mayoría no tenía un consumo actual de tabaco, alcohol y marihuana (Tabla 1).
En referencia a los que tenían un consumo actual de tabaco, los chicos consumían más que las chicas (Tabla 1), se observó una asociación estadísticamente significativa [χ2(1)=6,36, p=0,012]. La mayoría era de enseñanza secundaria (Tabla1), y se encontró una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de tabaco y el año escolar que frecuentaban [χ2(4)=17,75, p=0,0001], siendo en el décimo año escolaridad donde se encontró el mayor número de consumidores (Tabla1).
Los jóvenes con consumo actual, son ligeramente mayores (M=16,93) que los no consumidores (M=16,74), registrando diferencias estadísticas significativas (t (1058)=2,29; p=0, 015).
El consumo actual de bebidas alcohólicas es significativamente mayor en el sexo masculino (Tabla 1) [χ2(1)=4,96, p= 0,03]. Como se puede observar en la Tabla, los jóvenes con 17 o más años consumen significativamente más alcohol que las clases más jóvenes [χ2(4)=57,12, p=0, 0001]. Cuando se analiza el consumo en función del año de escolaridad, los jóvenes que frecuentaban el 10º año de escolaridad (Tabla 1) presentaban consumos estadísticamente superiores [χ2(4)=20,56, p=0, 0001]. En cuanto a la frecuencia mensual de ese consumo se verificó que el 44,9% de los jóvenes lo hizo entre uno y cinco días, el 9,4% entre seis y 19 días y el 1,7% más de 20 días.
La edad media de los jóvenes con consumo actual de bebidas alcohólicas (M=16,9) es superior a la de los no consumidores (M=16,2), siendo esta diferencia estadísticamente significativa (t (1063)=6,807, p=0, 0001).
De la muestra total, sólo 173 participantes nunca experimentaron bebidas alcohólicas (Tabla1), la edad de experimentación de bebidas alcohólicas para la mayoría de los jóvenes fue entre los 13 y los 16 años.
De los jóvenes con consumo actual de marihuana, la mayoría eran varones observándose una asociación estadísticamente significativa en función del sexo [χ2(1)=43,15, p= 0,0001]. Se obtuvieron valores porcentuales más elevados a los 17 años (Tabla1) y una asociación estadística significativa [χ2(4)=39,48, p= 0,0001]. Se verificó un porcentaje de consumo más elevado en los jóvenes que frecuentaban el décimo año escolar (Tabla 1), pero sin significado estadístico. En cuanto a la frecuencia mensual de este consumo, se produjo una a dos veces para el 14,3% de los jóvenes, entre tres y nueve veces para el 7,6% y más de 10 veces para el 10,6% y para la mayoría (87,7%) el consumo ocurrió fuera del espacio escolar.
La edad de experimentación de marihuana se verificó para la mayoría los jóvenes entre los 13 y los 16 años (Tabla 1).
Hubo una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de tabaco y el consumo de alcohol [χ2(1)=26,28, p=0,0001] y entre el consumo de tabaco y de marihuana [χ2(1)=243,21 , p=0,0001].
También, se registró una asociación estadísticamente significativa entre el consumo de tabaco y de marihuana [χ2(1)=52,64, p=0,0001 Existen dos veces más probabilidades de que los jóvenes consumidores de bebidas alcohólicas también, consuman tabaco (OR=2,40, IC95% 1,86-3,11) y casi tres veces más probabilidades de consumir marihuana (OR=2,97; IC95% 2,23-3,95). Además, hay dos veces más probabilidades de que los jóvenes que consumen alcohol se involucren en agresiones físicas (OR=2,18, IC95% 1,57-3,05).
La mayoría de los jóvenes (53%) percibió a su familia como moderadamente funcional, un 46% altamente funcional y el resto, disfuncional. En el grupo de jóvenes con consumo actual de tabaco, alcohol y marihuana no se observaron asociaciones estadísticamente significativas con la funcionalidad familiar.
DISCUSIÓN
Una de las preocupaciones de la OMS son los consumos de sustancias adictivas, por los jóvenes, en la medida en que reduce el autocontrol y aumentan los comportamientos de riesgo. En Portugal, el consumo de estas sustancias, entre 13 y 18 años, sigue siendo en orden descendente, en alcohol, tabaco y drogas3.
En Portugal el consumo de alcohol,per cápita, ha disminuido desde la década de los noventa del siglo XX, sin embargo, mantiene una posición destacada entre los países de la OCDE23. En el estudio de Feijão14, el consumo actual de bebidas alcohólicas, fue superior en los chicos lo que concuerda con los resultados aquí presentados. Además, la edad de este tipo de consumo a los 18 años fue del 68%. En los resultados obtenidos en este estudio, estos fueron inferiores. En otro estudio24con una población joven portuguesa, entre 12 y 16 años de edad, se encontró que un tercio de los participantes ya había probado el alcohol, y en nuestro estudio, una cuarta parte de los jóvenes lo hizo en edades iguales o inferior a los 12 años y la mayoría entre los 13 y los 16 años.
Al comparar con los resultados obtenidos por Domingues et al24, en el consumo actual de tabaco los valores obtenidos en el presente estudio fueron inferiores. El estudio de Feijão14, apunta que ese consumo fue superior en las niñas, lo que son datos inversos a los obtenidos en nuestro estudio. En este estudio, la edad referente a ese tipo de consumo fue a los 18 años del 32%, en el actual estudio el resultado fue porcentualmente más bajo, en la misma edad.
El porcentaje de adolescentes que experimentaron con marihuana es muy variable entre los países, sin embargo se observaron prevalencias similares entre ambos sexos3mientras que, en nuestros jóvenes, los resultados apuntan a un mayor porcentaje en los chicos. En el estudio, de Domingues et al24, el 8,5% de los participantes ya había experimentado con marihuana, siendo la edad media de experimentación de 13,5 años. En el presente estudio, el 12% de los jóvenes que habían experimentado con marihuana teniendo una edad igual o inferior a los 12 años y la mayoría experimentaron entre los 13 y los 16 años.
De acuerdo con los resultados del estudio, se verificó que los jóvenes que fuman están más predispuestos a adoptar otros comportamientos adictivos, alcohol y marihuana, lo que concuerda con el estudio de Domingues et al24y de Míguez & Becoña25.
El desempeño del papel familiar asociado a la cohesión familiar, la supervisión de los comportamientos de los jóvenes y el control materno percibido por los hijos, refuerza la importancia de los vínculos familiares en la prevención del consumo de sustancias adictivas en los adolescentes/jóvenes26 27.
CONCLUSIONES
Los resultados de este estudio indican que la experimentación de sustancias adictivas que causan dependencia tiene lugar en edades tempranas de la adolescencia/juventud, el consumo actual de bebidas alcohólicas es elevado, los consumos se potencian entre sí y existe una relación entre el consumo de bebidas alcohólicas y las situaciones de agresión física.
En cuanto a las limitaciones, una de ellas, está relacionada con el diseño transversal, que realiza una única medición del fenómeno, lo que dificulta el esTablecimiento de relaciones causa-efecto, y otra, se relaciona con la recolección de datos, por cuestionario, que está asociado a diversos riesgos, en cuanto a la formulación de preguntas y la veracidad de respuestas.
El consumo de sustancias adictivas es un problema de salud pública que alcanza una particular preocupación en la población juvenil por sus consecuencias a lo largo de la vida. La intervención, en este caso, debe sustentarse en una estrategia concertada de políticas sociales, educativas y de salud, y en edades tempranas.