SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16La gripe española en la ciudad de Murcia: cuidado e interpretación espiritual de la Iglesia diocesanaCiudades portuarias en lucha contra la fiebre amarilla (1800-1812) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Temperamentvm

versión On-line ISSN 1699-6011

Temperamentvm vol.16  Granada  2020  Epub 06-Jun-2022

 

ARTÍCULOS

La mortalidad causada por la viruela en Jerez de la Frontera (1880-1895)

Smallpox mortality in Jerez de la Frontera (1880-1895)

Francisco Herrera-Rodríguez1 

1Catedrático de Escuela Universitaria (jubilado). Historia de la Enfermería y Fundamentos e Historia de la Fisioterapia. Facultad de Enfermería y Fisioterapia, Universidad de Cádiz, Cádiz, España

Resumen

En este artículo se estudia la mortalidad causada por la viruela en Jerez de la Frontera (Cádiz, España), en un amplio periodo de tiempo (1880-1895), enfermedad endémica en la ciudad que afectó sobre todo en las primeras edades de la vida; asimismo se estudia la epidemia que causó esta enfermedad en la citada localidad en el año 1882, tanto en los aspectos de morbilidad como de mortalidad; epidemia que se produce en el contexto de una crisis social y económica que afectó a la ciudad. Se han utilizado diversas fuentes documentales procedentes principalmente del Archivo Municipal y de Bibliotecas Públicas de Jerez, destacando los libros de registro del Cementerio, así como informes o escritos de médicos como José María Escudero Franco y Manuel Ruiz de la Rabia, haciendo hincapié en las medidas preventivas propuestas y especialmente en el problema de las vacunaciones y revacunaciones, desde la década de los sesenta a la de los ochenta del siglo XIX.

Palabras clave Viruela; Epidemia; Endemia; Mortalidad infantil; Vacunación; Siglo XIX; Jerez de la Frontera

Abstract

We have studied in this article the mortality caused by smallpox in Jerez de la Frontera (Cádiz, Spain), over a long period of time (1880-1895), an endemic disease in the city that especially affected in the first ages of life. The epidemic that caused this disease, in the aforementioned locality in 1882, has also been studied both in its morbidity and mortality aspects. The epidemic took place in the context of a social and economic crisis that hit the city. We have used various documentary sources, mainly from the Municipal Archive and from the Jerez Public Libraries, highlighting the Cemetery register log books, as well as reports or writings by doctors such as José María Escudero Franco and Manuel Ruiz de la Rabia, with special emphasis on proposals for preventive measures, especially in the problem of vaccinations and revaccinations, from the sixties to the eighties of the nineteenth century.

Key-words Smallpox; Epidemic; Endemic; Infantile mortality; Vaccination; 19th century; Jerez de la Frontera

"Unos daban indicios de no sonarse los mocos en toda su vida, y otros se oreaban sin reparo, teniendo frescas aún las pústulas de la viruela o las manchas del sarampión…"

La Tribuna, Emilia Pardo Bazán

"Que la hija del portero cayó mala con viruela"

Lo prohibido, Benito Pérez Galdós

A Manuel Ruiz de la Rabia y José María Escudero, médicos que lucharon en Jerez para erradicar la viruela, testimonios de su labor quedan reflejados en este artículo.

Y a todas las enfermeras y médicos que en este 2020 luchan contra la COVID-19; entregando incluso el bien más preciado, sus vidas.

Introducción

En las últimas décadas se han realizado estudios referidos a la sanidad, las epidemias y la mortalidad, centrados en el siglo XIX, que ayudan a entender la relación de estos aspectos con la sociedad jerezana; ténganse en cuenta, por ejemplo, los siguientes: la fiebre amarilla en 1800 (Rodríguez, 1980); la epidemia de cólera morbo de 1854 (Caro, 1991); la población durante los inicios del régimen liberal burgués, la mortalidad durante el sexenio democrático y a finales del siglo XIX (Caro, 1990; Conde, 2001 y 2003); aportaciones sobre la sanidad jerezana (1800-1975), así como la beneficencia y la hospitalidad de los siglos XV al XX (Mariscal, 2001; Orellana, 1996; Benítez, 2014). Se ha estudiado la influencia en la ciudad del médico Francisco de Paula Revueltas en los años que fue alcalde durante la Primera República (Doña, 1987) y la prensa médica jerezana en relación con el Hospital de Santa Isabel (Herrera, 2019). Tampoco podemos olvidar una publicación reciente que analiza las infraestructuras jerezanas del siglo XIX referidas al servicio de limpieza pública, medidas de salubridad, empedrado, enlosado, alcantarillado, alumbrado público, fuentes, pozos y proyectos para traer agua a Jerez o la creación del cementerio general (Caballero, 2020).

Las dos últimas décadas del siglo XIX en Jerez de la Frontera están muy marcadas por los problemas del sector agrario, el precio de los cereales cae por la llegada a Europa de trigo ultramarino (Caro, 1999). En la década de los ochenta, la tensión social y política crece, sobre todo a partir de 1882, debido a que las malas cosechas provocan hambruna; en el mes de noviembre hay manifestaciones en el Ayuntamiento para exigir trabajo, de manera que "…los jornaleros hambrientos asaltaron a los repartidores de pan, mientras que los almacenes de comestibles y hornos eran robados y allanados a mano armada" (Caro, 1990).

Jerez padeció varias crisis de subsistencia a lo largo del siglo XIX; pero "fue la crisis de 1882-1883 la más grave de todas las que se producen en la segunda mitad del siglo, porque además estuvo acompañada en la ciudad de una epidemia variólica" (Caro, 1990). Aunque en los años precedentes también se vivieron situaciones sociales de pobreza y miseria, véase por ejemplo el informe de la Sociedad Económica de Amigos del País de Jerez de la Frontera, de mediados del siglo XIX, en el que se expone crudamente que los viticultores, sus mujeres y sus hijos pasaban miseria, hambre y desnudez, mientras que los hijos de los jornaleros iban "pidiendo por las calles medio desnudos o vestidos de harapos, recogiendo el mendrugo y los desperdicios (…) llenos de andrajos, sucios y hambrientos" (Caro, 1999).

La situación en Jerez a finales de 1882 y en los primeros meses de 1883, también se complica por otras cuestiones; por ejemplo, se descubren cuatro crímenes en las cercanías de Jerez que son atribuidos a una organización secreta anarquista, "La Mano Negra", produciéndose detenciones de varios cientos de personas, siete condenados fueron ejecutados en la Plaza del Mercado de Jerez de la Frontera en junio de 1884 (Ruiz, 2010).

Centremos ahora nuestros comentarios en los datos demográficos, relacionados con la población y la mortalidad, para ir complementando el marco introductorio de nuestro artículo. Jerez en 1877 tenía 55.924 habitantes y en 1887 se contabilizaron 58.197 (Caro, 1999). Las tasas de mortalidad general, en Jerez, de la segunda mitad del siglo XIX eran elevadas y este indicador nos ayuda aún más a entender la problemática existente en la ciudad; por ejemplo, en 1857, es de 28,2 defunciones por mil habitantes, ascendiendo respectivamente a 31,2 y 31,5 en 1868 y 1880, en 1895 se apunta la cifra de 27,8 (Caro, 1999). Téngase en cuenta que la mortalidad es una de las variables vitales, desde el punto de vista demográfico, que está relacionada a largo plazo con las estructuras económicas y sociales (Conde, 2001). Las tasas de mortalidad general (TMG) han sido agrupadas por decenios desde la década de los cuarenta hasta el final del siglo (Conde, 2001). [Tabla 1]

Tabla 1.  Decenios y TMG en Jerez de la Frontera (1840-1899). 

Decenios TMG (o/00)
1840-49 30,7
1850-59 37,1
1860-69 32,3
1870-79 33,03
1880-89 30,05
1890-99 30,06

Fuente: Conde González (2001).

Sirvan estos datos de marco general, pero es hora ya de que vayamos centrando la atención en las cuestiones más específicas de nuestro artículo. Por ejemplo, la noche del 28 de marzo de 1901, en la sede del Ateneo, el médico Manuel Ruiz García, impartió una esclarecedora e importante conferencia titulada "Cómo se vive y cómo se muere en Jerez" de la que debemos señalar ahora un tema que nos interesa en este artículo, concretamente la mortalidad constante, sobre todo en los niños, que en las últimas décadas provocaba la viruela, señalando la incuria de los padres, que no los vacunaron y revacunaron y del poco celo de las autoridades que no evitaron las epidemias y la mortalidad generada por esta enfermedad. Señala Ruiz García que la vacunación no es obligatoria, pero sí es gratuita para los pobres, e insiste en los deficientes servicios de desinfección. Todos estos aspectos los correlaciona con la mortalidad por viruela en Jerez en las últimas décadas del siglo XIX (Ruiz García, 1901, BMJF), insistiremos más adelante en este artículo en la problemática de las vacunaciones y revacunaciones.

Encontramos que esta cuestión de la mortalidad causada por la viruela en Jerez de la Frontera en las últimas décadas del siglo XIX, no ha sido estudiada en profundidad, y en esta línea queremos centrar los objetivos de nuestro trabajo que son los siguientes:

  • - Cuantificar a través de los libros de registros del Cementerio de Jerez el número de defunciones ocasionadas por la viruela en el periodo que abarca de 1880-1895, con el fin de comprobar la presencia constante o no de la enfermedad en la sociedad jerezana.

  • - Estudiar la epidemia de viruela que se produjo en Jerez de la Frontera entre los meses de agosto y diciembre de 1882.

  • - Localizar y estudiar informes médicos sobre la citada epidemia y el modo de prevenir la viruela que defienden en sus escritos.

Aproximación a la mortalidad causada por la viruela en Jerez de la Frontera (1880-1895)

El historiador británico Macaulay, según apunta Maradona, escribió en 1848 sobre la mortalidad constante que provocaba la viruela, palabras que como tendremos ocasión de ver también pueden ser aplicables a la ciudad de Jerez de la Frontera en el periodo estudiado. Leamos:

Y la viruela estaba siempre presente llenando el camposanto de la iglesia con cadáveres, atormentando con temor constante a quienes aún no había golpeado, dejando a aquellos cuyas vidas respetó con las horrorosas marcas de su poder, tornando al niño deforme ante el cual la madre se estremece, y transformando los ojos y las mejillas de la doncella desposada en objeto de horror para su amante (Maradona, 2010).

El hecho de tener constancia de que en Jerez de la Frontera se produjo una severa epidemia de viruela, en los últimos meses de 1882, nos ha llevado a estudiar los libros del cementerio jerezano, en un periodo amplio de tiempo, concretamente desde el año 1880 hasta 1895, [Tabla 2] con la finalidad de constatar y cuantificar la mortalidad ocasionada por la enfermedad en la sociedad jerezana de esos años, todo lo cual nos servirá de marco para estudiar específicamente la epidemia del año 1882. En el apartado de fuentes documentales ofrecemos pormenorizadamente los libros del cementerio jerezano que hemos utilizado para realizar la cuantificación que nos hemos marcado como uno de los objetivos de este trabajo. Lamentablemente no hemos podido estudiar los libros de defunciones del Registro Civil de Jerez, como ya nos sucedió en nuestro trabajo sobre la epidemia de gripe de 1918 (Herrera, 1997), hecho que ha sucedido también a otros autores (Conde, 2001). Esta circunstancia ha sido paliada por la riqueza informativa que contienen los citados libros de registro del Cementerio jerezano que se encuentran depositados en el Archivo Municipal de Jerez de la Frontera (AMJF).

Tabla 2.  Enterramientos registrados en cada año y defunciones causadas por la viruela en Jerez (1880-1895). 

Años (1880-1895) Número de enterramientos que constan en los libros de registro del Cementerio de Jerez Defunciones causadas por la viruela y porcentaje en relación al número de los enterrados en el Cementerio
1880 1.767 -
1881 1.946 -
1882 2.099 268 (12,72%)
1883 2.109 48 (2,27%)
1884 1.621 4 (0,24%)
1885 1.536 -
1886 1.663 -
1887 2.043 108 (5,28%)
1888 1.729 74 (4,27%)
1889 2.011 18 (0,89%)
1890 1.891 64 (3,38%)
1891 2.207 101 (4,57%)
1892 2.226 4 (0,17%)
1893 1.883 48 (2,54%)
1894 1.940 67 (3,45%)
1895 1.844 1 (0,05%)
TOTAL 30.515 805 (2,63%)

Fuente: Libros del Cementerio de Jerez de la Frontera (1880-1895) (AMJF). Elaboración propia (2020).

Como se puede apreciar la mortalidad causada por la viruela, en este período de tiempo analizado en la tabla 2, no es algo que se circunscriba a la epidemia de 1882, sino que hizo mucho daño en cuanto a defunciones en casi todos los años estudiados, salvo en los años 1880, 1881, 1885 y 1886. De hecho, se pueden comprobar cifras por encima del centenar de defunciones en los años 1887 y 1891, cifras muy significativas en los años 1888 y 1890, así como en los años 1893 y 1894; cifras menores aparecen en los años 1884, 1889, 1892 y 1895. Un repaso, pues, de la tabla 2 nos permite constatar que la viruela estuvo presente de forma constante en Jerez de la Frontera, en mayor o menor medida; en lo referido a las defunciones ocasionadas, nada menos que 805 en el periodo estudiado que abarca de 1880 a 1895. Con mayor detalle se puede comprobar la distribución por años y meses en la tabla 3. Obsérvese la distribución mensual de la mortalidad, en este sentido se ha señalado "…que la disposición temporal del invierno es más favorable al agente patógeno de la viruela que los meses de verano" (Hauser, 1979b). Aunque como se puede comprobar también hemos localizado, en lo referido a Jerez, algunas defunciones en primavera y verano.

Tabla 3.  Número de defunciones causadas por la viruela. Meses y años (1880-1895). 

AÑOS Y MESES 1880 1881 1882 1883 1884 1885 1886 1887 1888 1889 1890 1891 1892 1893 1894 1895
Enero - - - 14 3 - - - 24 5 - 21 2 2 13 -
Febrero - - - 10 1 - - - 12 5 - 12 - - 13 -
Marzo - - - 3 - - - - 8 1 2 13 - 1 9 -
Abril - - 3 - - - - - 5 3 - 9 - 1 9 -
Mayo - - 1 - - - - - 1 2 2 9 - 3 9 -
Junio - - 5 3 - - - - 1 - 1 6 - 1 4 -
Julio - - 6 - - - - - 2 - 2 2 - 5 4 -
Agosto - - 21 1 - - - - 4 - 10 4 - 8 1 -
Septiembre - - 35 3 - - - 11 2 - 4 4 - 5 3 -
Octubre - - 67 8 - - - 22 - 1 2 9 - 2 - 1
Noviembre - - 79 4 - - - 39 8 1 12 8 1 9 1 -
Diciembre - - 51 2 - - - 36 7 - 29 4 1 11 1 -
TOTAL - - 268 48 4 - - 108 74 18 64 101 4 48 67 1

Fuente: Libros del Cementerio de Jerez de la Frontera (1880-1895) (Archivo Municipal de Jerez de la Frontera). Elaboración propia (2020).

Como complemento a lo apuntado podemos añadir los comentarios que realizó el ingeniero agrónomo y vocal de la Junta de Sanidad, Gumersindo Fernández de la Rosa (1834-1919), del cual se dispone de una síntesis biográfica en el Diccionario de la Real Academia de la Historia realizada por Carlos Barciela López. Fernández de la Rosa escribió un informe, que permanece manuscrito en el Archivo Municipal de Jerez, titulado Memoria sobre las condiciones sanitarias de Jerez de la Frontera (1894), cuya localización precisamos en el apartado de Fuentes documentales. En esta interesante Memoria, Fernández de la Rosa, entre otras cuestiones desglosa las defunciones ocurridas en Jerez en el quinquenio 1889-1893, vertebrando sus apuntes en tres apartados: "enfermedades infecciosas y contagiosas", "otras enfermedades" y "muertes violentas". En lo que se refiere a la viruela apunta para cada uno de los años de este período las siguientes defunciones (1889-1893): 17, 65, 103, 4 y 48. Datos muy parecidos a los que aportamos en las tablas 2 y 3. En su Memoria, Fernández de la Rosa, dedica un párrafo al problema de la viruela en Jerez, que creemos interesante reproducir, ya que expresa lo que estamos tratando de plasmar con los números de las defunciones que hemos expuesto, y es que la viruela era en los años señalados una enfermedad endémica en Jerez de la Frontera; aunque como hemos visto en las tablas 2 y 3, y comentaremos más adelante, en 1882 la enfermedad alcanzó cifras de defunciones superiores que permiten denominar como epidemia a lo ocurrido en ese año. Apunta lo siguiente sobre el quinquenio 1889-1893:

De las enfermedades infecciosas y contagiosas que son aquí realmente endémicas; las viruelas tomaron algún desarrollo en 1890 y 1891, dando origen á sesenta y cinco defunciones en el primero y á ciento tres en el segundo de dichos años. También en el 93 se registraron bastantes casos; pero la mortalidad fue solo de cuarenta y ocho atacados; estas cifras aunque no alarmantes han merecido siempre la atención de las autoridades, que por medidas de aislamiento y de rigorosa desinfección lograron evitar que tomase el mal las proporciones de intensa y mortífera epidemia. A ello también han coadyuvado las prescripciones acerca de la vacunación y revacunación, y las facilidades dadas para su práctica por los profesores de la Casa de Socorro y de la Beneficencia Domiciliaria (Fernández de la Rosa, 1894, Memoranda 12, AMJF).

Ofrecemos a continuación los datos globales de este amplio período de tiempo (1880-1895), en lo que se refiere a las diferentes denominaciones de la enfermedad que hemos localizado en los libros de registro de defunciones del Cementerio de Jerez, los datos sobre el sexo y la edad, además de los distritos o barrios de Jerez de la Frontera en que se produjeron defunciones.

En lo que se refiere a las diferentes denominaciones de la enfermedad, sintetizamos los datos en la tabla 4. Debemos matizar sobre estas denominaciones de la enfermedad, que los manuales de Patología y Clínica Médica suelen distinguir las siguientes formas clínicas: "viruela", "viruela discreta", "viruela confluente", "viruela hemorrágica" y "varioloide" (Vilches, 1875, BCS-UCA). Como se puede apreciar en la tabla 4 la acepción diagnóstica más utilizada es "viruela", aunque también hemos encontrado otras denominaciones.

Tabla 4.  Cuantificación de las causas de muerte relacionadas con la viruela en Jerez de la Frontera (1880-1895) 

Causas de muerte relacionadas con la viruela Número de veces en que consta la citada causa de muerte
Viruela 716
Viruela confluente 69
Viruela confluente general 1
Viruela hemorrágica 10
Viruela petequial 2
Viruela maligna 2
Viruela adinámica 1
Fiebre variolosa 1
Viruela gangrenosa 1
Viruela pútrida 1
Varioloide 1
TOTAL 805

Fuente: Libros del Cementerio de Jerez de la Frontera (1880-1895) (AMJF). Elaboración propia (2020).

Exponemos a continuación los datos de la mortalidad causada por la viruela, según el sexo, en el periodo citado. Desagregamos la información por años; en los datos globales encontramos 439 defunciones de hombres y 366 defunciones de mujeres. [Tabla 5]

Tabla 5.  Defunciones causadas por la viruela en Jerez de la Frontera (1880-1895). Distribución según el sexo. 

Años (1880-1895) Defunciones por viruela (hombres) Defunciones por viruela (mujeres)
1880 - -
1881 - -
1882 132 136
1883 23 25
1884 2 2
1885 - -
1886 - -
1887 57 51
1888 47 27
1889 11 7
1890 32 32
1891 66 35
1892 3 1
1893 32 16
1894 33 34
1895 1 0
TOTAL 439 366

Fuente: Libros del Cementerio de Jerez de la Frontera (1880-1895) (AMJF). Elaboración propia (2020).

En lo referido a la mortalidad causada por la viruela, según la edad, en el periodo citado, se puede comprobar que el 83,69% de la mortalidad se produce en la primera década de la vida, siendo el grupo de edad de 1 a 5 años el más afectado con el 53,41%. [Tabla 6]

Tabla 6.  Defunciones causadas por la viruela en Jerez de la Frontera (1880-1895). Distribución según la edad. 

Grupos de edad Defunciones causadas por la viruela Porcentaje
< 1 año 158 19,60%
1-5 años 430 53,41%
6-10 años 86 10,68%
11-15 años 23 2,85%
16-20 años 29 3,60%
21-25 años 32 3,97%
26-30 años 17 2,11%
31-35 años 5 0,62%
36-40 años 2 0,24%
41-45 años 5 0,62%
46-50 años 1 0,12%
51-55 años 7 0,86%
56-60 años 2 0,24%
61-65 años 1 0,12%
66-70 años 1 0,12%
71-75 años 3 0,37%
76-80 años 1 0,12%
No consta 2 0,24%
TOTAL 805 -

Fuente: Libros del Cementerio de Jerez de la Frontera (1880-1895) (AMJF). Elaboración propia (2020).

En la tabla 7 ofrecemos el número de defunciones causadas por la viruela en cada barrio (1880-1895). Esta tabla la hemos construido a partir de los domicilios que constan en los libros de registro del Cementerio de Jerez de la Frontera, cotejándolos con las Ordenanzas Municipales de Jerez de la Frontera (1878, BMPLCJF), que contienen un apéndice con la distribución de las calles por distritos y barrios, asimismo nos ha sido de utilidad la obra de Montero (1981).

Tabla 7.  Defunciones causadas por la viruela en Jerez de la Frontera (1880-1895). Distribución de la mortalidad según los Distritos (Barrios), hospital o en el "campo" 

Distrito (Barrio) Defunciones causadas por la viruela
Primer Distrito (Barrio del Consistorio) 72
Segundo Distrito (Barrio del Salvador) 51
Tercer Distrito (Barrio de Santo Domingo) 77
Cuarto Distrito (Barrio de Santiago) 133
Quinto Distrito (Barrio de Capuchinos) 86
Sexto Distrito (Barrio de San Pedro) 81
Séptimo Distrito (Barrio de la Santísima Trinidad) 120
Octavo Distrito (Barrio de San Telmo) 102
Hospital 56
En el "Campo" 11
Domicilios de ubicación dudosa 16
TOTAL 805

Fuentes: Libros del Cementerio de Jerez de la Frontera (1880-1895) (AMJF). Para la ubicación de los domicilios en Distritos o Barrios se ha utilizado "Ordenanzas Municipales de la ciudad de Jerez de la Frontera" (1878) (BMPLCJF). Elaboración propia (2020).

Las defunciones causadas por la viruela en Jerez de la Frontera (1882)

Una vez que hemos trazado esta panorámica general de las defunciones causadas por la viruela en Jerez de la Frontera, en el periodo que abarca de 1880 y 1895, comprobando que la enfermedad era endémica en la ciudad y que afectaba sobremanera en las primeras edades de la vida, ha llegado el momento de abordar la crisis epidémica de 1882, no solo a través del libro de registro de defunciones del Cementerio de Jerez, sino también por las Memorias que fueron escritas por algunos profesionales médicos, que ofrecen una rica información en diversos aspectos como la morbilidad, la mortalidad, la beneficencia, las vacunaciones y revacunaciones. Antes de proceder a analizar estas Memorias, dedicamos este capítulo a estudiar monográficamente la epidemia de viruela del año 1882 en Jerez, a través de la información obtenida del libro del cementerio del referido año (Libro Cementerio 48, 1882, AMJF).

En 1882 hemos contado un total de 268 defunciones causadas por la viruela [tablas 2, 3 y 8]. Hemos podido comprobar que en los meses de enero, febrero y marzo no aparece registrada ninguna defunción; sí, en cambio, a partir del mes de abril hasta el de diciembre, en que las defunciones por viruela van incrementando, sobre todo desde el mes de agosto hasta final de año, es precisamente en este periodo de tiempo en el que se acumula el 94,37% de las defunciones causadas por la viruela en 1882.

Tabla 8.  Defunciones causadas por la viruela en Jerez de la Frontera (1882). Distribución por meses y porcentajes. 

Meses Número de defunciones Porcentaje
Enero - -
Febrero - -
Marzo - -
Abril 3 1,11%
Mayo 1 0,37%
Junio 5 1,86%
Julio 6 2,23%
Agosto 21 7,83%
Septiembre 35 13,05%
Octubre 67 25%
Noviembre 79 29,47%
Diciembre 51 19,02%
TOTAL 268 -

Fuente: Libro del Cementerio de Jerez de la Frontera 48, 1882 (AMJF). Elaboración propia (2020).

De estas 268 defunciones, 136 corresponden a mujeres y 132 a hombres. [Tabla 5] Las acepciones diagnósticas registradas en este año son: viruela (235), viruela confluente (24), viruela maligna (1), fiebre variolosa (1), viruela hemorrágica (4) y viruela confluente general (1).

En cuanto a la edad de los fallecidos por viruela, en 1882, la apuntamos en la tabla 9. Observamos que el 84,69% de las defunciones se produjeron en la primera década de la vida, y más concretamente el 56,71% en el grupo de edad que abarca de los 1 a los 5 años. [Tabla 9]

Tabla 9.  Defunciones causadas por la viruela en Jerez de la Frontera (1882). Distribución por edad. 

Grupos de edad Defunciones causadas por la viruela Porcentaje
< 1 año 49 18,28%
1-5 años 152 56,71%
6-10 años 26 9,70%
11-15 años 6 2,23%
16-20 años 5 1,86%
21-25 años 11 4,10%
26-30 años 4 1,49%
31-35 años 3 1,11%
36-40 años 1 0,37%
41-45 años 1 0,37%
46-50 años - -
51-55 años 5 1,86%
56-60 años 2 0,74%
61-65 años - -
66-70 años - -
71-75 años 2 0,74%
76-80 años - -
No consta 1 0,37%
TOTAL 268 -

Fuente: Libro del Cementerio de Jerez de la Frontera 48, 1882 (AMJF). Elaboración propia (2020).

En la tabla 10 exponemos la distribución de las defunciones por distritos (barrios), incluyendo a las personas que fallecieron en el hospital o en el "campo". Sobre los barrios o grupos de población más afectados haremos los comentarios oportunos más adelante, cuando comentemos la morbilidad producida por la viruela en Jerez de la Frontera en 1882.

Tabla 10.  Defunciones causadas por la viruela en Jerez de la Frontera (1882). Distribución de la mortalidad según los Distritos (Barrios), hospital o en el "campo" 

Distrito (Barrio) Defunciones causadas por la viruela
Primer Distrito (Barrio del Consistorio) 18
Segundo Distrito (Barrio del Salvador) 17
Tercer Distrito (Barrio de Santo Domingo) 31
Cuarto Distrito (Barrio de Santiago) 40
Quinto Distrito (Barrio de Capuchinos) 23
Sexto Distrito (Barrio de San Pedro) 39
Séptimo Distrito (Barrio de la Santísima Trinidad) 38
Octavo Distrito (Barrio de San Telmo) 38
Hospital 15
En el "Campo" 4
Domicilios de ubicación dudosa 5
TOTAL 268

Fuentes: Libro del Cementerio de Jerez de la Frontera 48, 1882 (AMJF). Para la ubicación de los domicilios en Distritos o Barrios se ha utilizado "Ordenanzas Municipales de la ciudad de Jerez de la Frontera" (1878, BMPLCJF). Elaboración propia (2020).

Como hemos apuntado, en el periodo de 1880 a 1895 hemos contabilizado un total de 805 defunciones causadas por la viruela en Jerez [tablas 2 y 3]. De estas 805 defunciones, 268 corresponden al año 1882, lo que constituye nada menos que el 33,29%.

Pero nos interesa conocer la tasa de mortalidad específica de la viruela en Jerez en 1882. Si tenemos en cuenta que Jerez en 1877 tenía 55.924 habitantes y que en 1887 ascendía a 58.197 (Caro, 1999), y realizamos los cálculos para obtener la población estimada de Jerez en 1882, obtenemos la cifra de 57.060 habitantes. Nos llama la atención que esta misma cifra se ofrece de media para el período 1880-1889 (Conde, 2001). Sabiendo que en 1882 fallecieron por causa de la viruela en Jerez 268 personas, obtenemos una tasa de mortalidad específica de 46,96 por 10.000 (268/57.060 x 10.000).

Mortalidad, morbilidad y datos generales sobre la endemo-epidemia variolosa en Jerez (de 30 de agosto a 31 de diciembre de 1882)

Centremos ahora nuestros comentarios en las fuentes documentales que informan sobre la mortalidad y la morbilidad causada por la viruela en el periodo que abarca de 30 de agosto a 31 de diciembre de 1882, periodo considerado epidémico como tendremos ocasión de ver a continuación.

Este apartado es posible completarlo gracias a la localización, en la Biblioteca Municipal de Jerez de la Frontera, de una memoria titulada Antecedentes relativos a la invasión de la viruela en el año de 1882 (1883). [Imagen 1]

Imagen 1.  Portada de Antecedentes relativos a la invasión de la viruela en el año de 1882 (Jerez, 1883). 

Esta Memoria está compuesta de dos partes: una primera, que consta de un preámbulo firmado por Francisco Rodríguez y Salvador Milans, que contiene información en forma de tablas con contenido estadístico que resumen diversos aspectos de esta epidemia; y, una segunda parte, con portadilla propia, firmada por el médico de Sanidad Militar José María Escudero y Franco, titulada Datos estadísticos acerca de la Endemo-epidemia variolosa ocurrida en Jerez en el Otoño de 1882, en la que encontramos análisis y opiniones de este médico sobre la información estadística que se aporta en la Memoria. [Imagen2]

Imagen 2.  Portadilla del trabajo de José María Escudero y Franco, que se incluye en la obra cuya portada hemos reproducido en la Imagen 1. 

Sobre José María Escudero debemos apuntar que fue autor de diversos trabajos que no han tenido la atención que merecen, si exceptuamos la recopilación de los mismos que realizó Orozco (1981). Escudero en esta época, década de los setenta y ochenta del siglo XIX, fue un médico muy activo que ofreció en la Academia Médico-Quirúrgica Jerezana varios discursos, además de tener un gran interés por los asuntos epidemiológicos que afectaban a la enfermedad, como este trabajo cuya portada reproducimos en la Imagen 2, destacando en el ámbito de la salud pública su trabajo Breves apuntamientos sobre el actual Cementerio de Jerez (1883) e Historia clínica de una fiebre tifoidea (1884), también escribió sobre el "cólera asiático", el paludismo, la higiene de la educación, las heridas por armas de fuego, amputaciones y resecciones, hemostasia quirúrgica, etc. (Escudero, 1884, BMJF; Orozco, 1981).

Francisco Rodríguez, Salvador Milans y José María Escudero Franco, apuntan en sus respectivos escritos que la epidemia duró cuatro meses, desde finales del mes de agosto hasta el 31 de diciembre de 1882, y los datos estadísticos que ofrecen se atienen a esta acotación temporal, aunque como hemos tenido ocasión de ver la viruela estaba ocasionando defunciones en Jerez desde el mes de abril, y luego siguió haciendo daño en el año 1883. [Tabla 3]

Ateniéndonos a este periodo, 30 de agosto a 31 de diciembre de 1882, en la Memoria que presentan los tres autores citados, [Imágenes 1 y 2] se apunta que enfermaron en Jerez de viruela 1.227 personas, de las cuales 625 eran "varones" y 602 "hembras" (sic). De estos 1.227 enfermos estaban vacunados 340 y no vacunados 887. Fallecieron en este periodo de tiempo 241 personas, de las cuales 33 estaban vacunadas y 208 no vacunadas (Rodríguez y Milans, 1883; Escudero, 1883, BMJF). Hemos de precisar que, según nuestros cómputos, desde primero de agosto a finales de diciembre fallecieron 253 personas por la viruela. [Tabla 8] Si tenemos en cuenta los 241 fallecimientos por viruela y los 1.227 enfermos que apuntan estos autores, entre el 30 de agosto y el 31 de diciembre de 1882, ajustando los cálculos la tasa de letalidad sería de 19,64%.

Un dato interesante, aportado por los autores de esta Memoria, es el siguiente: de los 1.227 enfermos, 711 fueron asistidos por la Beneficencia y 516 por médicos particulares. Se curaron 986 y como hemos indicado, según estos autores, fallecieron 241. Ofrecen también, en lo que se refiere a la morbilidad, una desagregación por grupos de edad, quedando los datos numéricos así: hasta un año (167); de 1 a 5 años (407); de 5 a 10 años (246); de 10 a 18 años (210); de 18 a 30 años (128); de 30 a 50 años (51); de 50 a 60 años (13) y de 60 en adelante (5) (Rodríguez y Milans, 1883; Escudero, 1883, BMJF).

Encontramos también una lista de los médicos con el número de enfermos de viruela que atendieron cada uno, que reproducimos a continuación, ya que constituye un documento de interés para conocer nominativamente a los que ejercían la profesión en Jerez de la Frontera a finales de 1882. Son los siguientes, anotamos entre paréntesis el número de enfermos de viruela que asistieron cada uno de ellos: Manuel García y Fernández (200); Cayetano Pérez y Fuentes (157); Francisco Benítez y Díaz (139); José Fernández (137); Francisco Revueltas (58); Vitalio Coloma (52); Pablo Abrial (51); José Durán Camacho (36); Francisco Reguera (36); José Ruiz Barroso (35); Domingo Grondona (28); Diego Soto López (27); Teodoro Orozco (26); Pedro Ruiz Berdejo (22); Antonio Juille (20); Francisco Terán (18); José Benítez Navarro (17); Juan Lomón (15); Diego C. Infante (15); José Rocaffull (13); Francisco Solís (13) Francisco Rodríguez (11); Manuel Fontán (8); José María Ponce (5); Manuel Álvarez (5); Juan Durán Martínez (4); Francisco Barea (3); Salvador Blanco (2); José Rubiales Madrigal (2); Pedro S. de Sicilia (1), y en el Hospital fueron tratados 71 enfermos (Rodríguez y Milans, 1883; Escudero, 1883, BMJF).

Hemos apuntado que una parte de la Memoria que estamos desglosando sólo está firmada por José María Escudero y Franco. [Imagen 2] Escudero hace un alegato a favor de la estadística médica, apuntando que por "…desgracia, en nuestro país, la estadística está relegada al más completo aunque injusto olvido…". Por este motivo elogia al Ayuntamiento jerezano que ordenó la entrega por todos los médicos "de notas espresivas del número y circunstancias de todos los enfermos de viruela que asistiesen. Estas notas, aunque formadas y entregadas con poca escrupulosidad y menos exactitud, han sido la base de los datos estadísticos que a continuación se expresan" (Escudero, 1883, BMJF).

Uno de los aspectos que subraya Escudero en su escrito, en el que también insistirá en otra monografía que comentaremos en el próximo apartado de este artículo (Escudero, 1882a, BMJF), es el problema de la vacunación, ya que como se ha indicado de los 241 fallecidos que computan, nada menos que 208 no estaban vacunados, utilizando este dato este médico de Sanidad Militar para atacar a los que defienden las campañas "antivacunista" (Escudero, 1883, BMJF).

Anteriormente apuntábamos que 711 enfermos, de los 1.227, fueron asistidos por la Beneficencia Domiciliaria, el Hospital de Santa Isabel y demás establecimientos de misericordia, resultando que 153 estaban vacunados y 558 no lo estaban, "lo cual prueba que el descuido de la vacuna de que ántes hablábamos es más acentuado en la clase proletaria". Aunque debe tenerse en cuenta 516 enfermos fueron atendidos por médicos particulares, "de estos 187 estaban vacunados y 329 no lo estaban (…) esta diferencia no es tan grande como en los asistidos por la beneficencia, á causa de la mayor instrucción de las clases que pueden hacer asistir por médicos particulares, por lo cual la vacuna está mas estendida entre ellas que entre la proletaria" (Escudero, 1883, BMJF).

Un aspecto muy interesante que correlaciona las condiciones de las viviendas y la viruela queda expresado de la siguiente manera:

Y es de notar que hay calles como Reventón de Quintos que arroja 13 invadidos, Rodrigo León que acusa 3 y Acebuche en que hubo 12, que salen casi á enfermo por casa, lo cual no nos estrañará si recordamos las pésimas condiciones de las viviendas de las citadas calles. Otra prueba de esto la tenemos en la calle Nueva, que arroja 54 invadidos, y cuyas casas son también malísimas en su inmensa mayoría. Véase como en toda la calle Larga solo hay 6 enfermos de viruela; en la de Pedro Alonso 1, y así sucesivamente, cuanto más ancha es una calle y mejores sus viviendas, menor es el número de invadidos (…). En vista de lo diseminada que ha aparecido la viruela comprenderemos lo erróneo que es creer que dicha enfermedad tenga zonas predilectas; allí donde hay una mala habitación, sea donde fuere, es muy fácil que aparezca la viruela y cualquier enfermedad contagiosa (Escudero, 1883, BMJF).

Teniendo en cuenta la lista de las calles con el número de enfermos que se apuntan en la Memoria que venimos manejando [Imágenes 1 y 2], y la lista de calles ordenadas por distritos que se ofrece en las "Ordenanzas Municipales de Jerez de la Frontera" (1878, BMPLCJF), hemos realizado la tabla 11, en la que se puede observar 229 enfermos de viruelas en el Cuarto Distrito (Barrio de Santiago), barrio en el que se encuentran las calles Nueva y Merced, que suman respectivamente 54 y 41 enfermos, aunque como se puede comprobar no hay barrio jerezano que se libre de la presencia de la enfermedad. En este sentido creemos que es interesante releer a Escudero, concretamente el texto que reproducimos en el párrafo anterior. Además de tener presente su afirmación de que las notas estadísticas, demandadas por el Ayuntamiento a los médicos, fueron "formadas y entregadas con poca escrupulosidad y menos exactitud", aunque esto no quita que las observaciones que se realizan en la Memoria no sean dignas de tomarse en consideración (Escudero, 1883, BMJF).

Tabla 11.  Morbilidad causada por la viruela en Jerez de la Frontera (De 30 de agosto a 31 de diciembre de 1882). Distribución de los enfermos según los Distritos (Barrios) y Hospital 

Distrito (Barrios) Enfermos de viruela
Primer Distrito (Barrio del Consistorio) 124
Segundo Distrito (Barrio del Salvador) 99
Tercer Distrito (Barrio de Santo Domingo) 136
Cuarto Distrito (Barrio de Santiago) 229
Quinto Distrito (Barrio de Capuchinos) 141
Sexto Distrito (Barrio de San Pedro) 177
Séptimo Distrito (Barrio de la Santísima Trinidad) 130
Octavo Distrito (Barrio de San Telmo) 125
Hospital 13
Domicilios de ubicación dudosa 53
TOTAL 1227

Fuentes: Rodríguez y Milans (1883) y Escudero (1883) (BMJF). Para la ubicación de los domicilios en Distritos o Barrios se ha utilizado "Ordenanzas Municipales de la ciudad de Jerez de la Frontera" (1878) (BMPLCJF). Elaboración propia (2020).

Aportamos a continuación, como documentos complementarios, la lista que contiene el número de enfermos de viruela en cada una de las calles de Jerez, entre el 30 de agosto y el 31 de diciembre de 1882; pensamos que es interesante exponerla para seguir profundizando en el futuro en la topografía de las calles jerezanas (Rodríguez y Milans, 1883; Escudero, 1883, BMJF). [Imágenes 3 y 4]

Imagen 3.  Calles de Jerez con el número de enfermos en cada una ellas (Primera parte). 

Imagen 4.  Calles de Jerez con el número de enfermos en cada una ellas (Segunda parte). 

Uno de los aspectos que más preocupa a Escudero es que muchos convalecientes de la enfermedad:

…salen á la calle cuando aún su piel está cubierta de escamas, y no tiene escrúpulo en visitar en este estado á sus parientes ó amigos, cuando tal vez al estrechar su mano les dejan en ella la causa de su muerte ó por lo menos el gérmen de una peligrosa dolencia. Los habitantes de casas pobres que han padecido viruela, apenas dejar el lecho, (cosa que verifican siempre demasiado pronto) se vén obligados por los dueños de aquellas á mudarse y al verificarlo á barrios á veces diametralmente opuestos, llevan en si mismo ó en los objetos de su uso, el contagio varioloso á la nueva habitación que pronto infectan (Escudero, 1883, BMJF).

El informe de José María Escudero y Franco sobre la prevención de la viruela en Jerez de la Frontera (1882)

José María Escudero, en 1882, publicó una interesante monografía sobre los medios de evitar el desarrollo y la propagación de la viruela, que por su interés merece la pena que la comentemos en este nuevo apartado (Escudero, 1882a, BMJF), [Imagen 5] sobre todo teniendo en cuenta que Jerez de la Frontera en la década de los ochenta padeció de forma endémica la viruela y una crisis epidémica en 1882, que hemos mostrado tanto en lo referido a la morbilidad como a la mortalidad. De esta monografía de José María Escudero y Franco, hemos tenido la fortuna de localizar la versión manuscrita titulada también Memoria que acerca de los medios de evitar el desarrollo y propagación de la viruela (Escudero, 1882b, AMJF). Esta Memoria recibió la aprobación, en sesión municipal de 27 de septiembre de 1882, para ser publicada (Actas Capitulares 1882-1883, nº 279, punto 4º, AMJF). [Imagen 5]

Imagen 5.  Portada del trabajo de José María Escudero y Franco sobre los medios de evitar la propagación de la viruela (1882a). 

Escudero señala que la viruela es una de las enfermedades que más víctimas ha causado, como ejemplo expone los datos referidos a España del año 1866 en que fallecieron 39.525 personas de viruela, de las cuales 32.618 no estaban vacunadas y solo lo estaban 6.097. Según su experiencia la viruela en "tiempos normales" mata a un 15% de los "invadidos", y cuando toma la forma epidémica llega hasta el 25 y aún el 33% (Escudero, 1882a, BMJF).

En línea con lo expresado en el anterior apartado, este médico militar piensa que la clase proletaria es la más castigada por la viruela; en primer lugar, por su escasa instrucción, oponiéndose generalmente a la vacuna. Además, su alimentación es insuficiente y a veces nociva, con lo cual la clase proletaria tiene condiciones muy abonadas para adquirir una enfermedad como la viruela, a lo que añade que:

…las habitaciones en que viven hacinados numerosos individuos, como cerdos en una zahúrda, son por su poca limpieza, su escasa ventilación y su atmósfera viciada, focos para el desarrollo de la viruela y su propagación desde los atacados á las personas con quienes están en inmediato contacto (Escudero, 1882a, BMJF).

Según su opinión la primera medida que debe tomarse en los enfermos de viruela es el aislamiento, fundamentalmente de dos maneras: la primera en sus casas, los que tengan familia y una persona que lo cuide, no permitiendo salir a ninguna persona, hasta que el enfermo esté completamente curado y hayan caído todas las costras de su cuerpo, evitando que los convalecientes salgan a la calle antes de dicha caída, como se ve diariamente en los barrios extremos de la población, "siendo esto causa abonada de contagio especialmente en los niños que se reúnen para sus juegos con otros sanos á los que pueden fácilmente infectar" (Escudero, 1882a, BMJF).

La segunda medida es construir en las afueras de la población dos o más hospitales-barracas de madera donde se alberguen los variolosos sin familia y los que a pesar de tenerla quieran recibir la asistencia en este lugar. Estos hospitales deben ser uno cuando menos para cada distrito de la ciudad, capaces cada uno para cincuenta enfermos lo menos, "y deben quemarse al cesar la epidemia que motivó su construcción…". El lavado de la ropa debe realizarse con lejía, y su fumigación y la de las habitaciones con pólvora o azufre quemados, o con los vapores que se desprenden del agua fuerte o ácido nítrico cuando se sumerje en él una moneda de cobre o un pedazo de metal. Al fallecer el enfermo deben quemarse sus ropas y las del lecho, y en la casa picar y blanquear las paredes, limpiar los suelos y techos y hacer uso de fumigaciones desinfectantes (Escudero, 1882a, BMJF).

Escudero realiza una defensa a ultranza de la vacunación, que según su opinión debe ser obligatoria para todas las clases sociales, de manera que debe vigilarse que no se admitan niños no vacunados en las escuelas públicas, en los colegios particulares y en los centros oficiales de enseñanza, así como en los centros civiles, militares y religiosos, "en todos los cuales debe hacerse propaganda en pró de la vacuna". Igualmente se debe exigir a los propietarios de talleres de industrias, comercios y fábricas, que no admitan trabajador o dependiente que no esté vacunado y aún revacunado según su edad, revacunación que debe realizarse "cada diez años lo más tarde". Igualmente se debe aplicar en los hospicios, cárceles y manicomios. Los médicos higienistas deben reconocer a las prostitutas y vacunarlas y revacunarlas por su mano, los médicos de los hospitales deben hacerlo con aquellos enfermos en quienes no lo impida las dolencias que padezcan y los médicos de la beneficencia domiciliaria deben hacerlo igualmente con los enfermos a su cargo, "dando parte á la autoridad de cualquier resistencia que se le opusiere por los individuos y sus familias". Asimismo, aconseja que si una vacunación no da buenos resultados, se repita dos, tres, y aún más veces, y entonces se verán muchos casos en que se produce la erupción de pústulas vacunas cuando se creía imposible, opinión que fundamenta en su experiencia en el ejército, institución en la que se práctica la vacunación y la revacunación "todos los años ambas operaciones en los reemplazos de reciente incorporación, y el ejército está libre casi en absoluto de viruela" (Escudero, 1882a, BMJF).

Ofrece un dato interesante sobre la existencia en Jerez de un Instituto de vacunación, gracias al voluntarismo del doctor Terán, creemos que hace referencia concretamente al doctor Francisco Terán Salguero (Herrera, 2019 y 1987), reproducimos el párrafo por su interés:

Gracias á la laboriosidad del doctor Terán y á costa de sus propios intereses se ha aclimatado en Jerez la vacuna animal, tomada directamente de la ternera, y en el Instituto de vacunación que dicho médico ha establecido, encuentra siempre el pobre el medio de preservarse de la viruela… (Escudero, 1882a, BMJF).

Recomienda nuestro autor que se lleve una estadística exhaustiva de las vacunaciones y revacunaciones, como medio de demostrar la eficacia de este remedio contra la cruel enfermedad de la viruela, sugiere también que a los enfermos y familias confinados en sus casas, debe facilitarles el Municipio un "alimento modesto" para su mantenimiento e indemnizarles con los jornales que van a perder por no asistir al trabajo, y por último hace una defensa cerrada del incremento del gasto en salud pública, "fuente de toda prosperidad moral y material", curiosamente lo hace con una frase de San Agustín: "Nummum quoerit pestilentia: duos illi da, et ducat se" ("Si la peste os pide un ducado, dadle dos y que se vaya") (Escudero, 1882a, BMJF).

En este excelente trabajo tampoco olvida describir las dos clases de vacuna: la de "brazo a brazo", comunicada de una persona a otra, y "la animal" o cow-pox, tomada de la vaca, de la que se muestra firme partidario. Ambas, según la opinión de diversos autores, pueden preservar de la viruela "entre cinco y diez años", pero la primera modalidad tiene:

…el gravísimo inconveniente de ser vehículo de contagios diversos como sifilítico, escrofuloso, herpético, etc., etc., enfermedades todas que pueden comunicarse de un individuo á otro al hacer la vacunación, hágase ó no sangre al practicar las punciones ó incisiones, lo cual no es potestativo como creen algunos médicos sino que depende de la finura de la piel, de un movimiento del operado, etc. Para evitar la posibilidad de trasmitir con el pus vacuno gérmenes de otras enfermedades, no basta adquirir datos sobre la sanidad de los niños portadores de linfa vacuna y de sus ascendientes, pues fácilmente se comprende las ocultaciones á que dá lugar la repugnancia de aparecer poseídos de una enfermedad a veces vergonzosa, ó el deseo del lucro en los muchos casos en que se remunera á los padres de los citados niños por los del que vá á inocularse. Añádase á esto el que la operación es muy frecuentemente practicada por las comadres de parir y hasta por mujeres de cualquier clase, (lo cual debiera prohibirse bajo severas penas,) y se comprenderá, que no teniendo las operadoras ni las mas rudimentarias de medicina, que les permitan conocer si el niño portador de la vacuna se halla afectado de alguna enfermedad, aunque de de ella presente síntomas exteriores, es muy fácil que inoculen aquella al niño sano, al inocularle el pus vacuno (Escudero, 1882a, BMJF).

Hay una cuestión más que se comenta en esta Memoria, nos referimos a la etiología de la viruela, se apunta que el virus de la viruela es desconocido:

Pero es un virus muy resistente, que no se destruye por la desecación, y se conserva por largo tiempo adherido á los objetos que han estado sumergidos en la atmósfera de un individuo afectado de viruela, conservando su actividad durante muchos años cuando está privado del aire (…). El virus variólico está contenido en el pus de la viruela, en las costras y escamas que se forman al secarse las pústulas y en las emanaciones de los enfermos (Escudero, 1882a, BMJF).

Sobre la etiología, y como complemento a lo expuesto, podemos añadir las ideas que sobre este tema expuso el catedrático de Clínica Médica de la Facultad de Medicina de Cádiz, José M. Viches Entrena, en 1875, definía a la viruela como una fiebre producida por un veneno desconocido de inapreciable espontaneidad y capaz de transmitirse por difusión e inoculación, caracterizándose por un cuadro de síntomas parecido al de la biliosa, seguido de una erupción de pápulas, vesículo-pústulas umbilicadas, que dejan tras sí cicatrices pertinaces. Según Vilches el "virus" puede ser transportado por la atmósfera, llegando al organismo sano para infeccionarlo, o bien impregnada la ropa o la cama por el virus, depositarse sobre la piel de las personas que cuidan al enfermo, y por una erosión, o por cualquier levantamiento de epidermis, ponerse bajo la acción de los vasos absorbentes de la dermis, pasando al resto del organismo. Vilches también hace alusión a que hay autores que quieren establecer dualidad en el virus varioloso, admitiendo uno para la viruela discreta y otro para la confluente; "nosotros no podemos estar conformes con esta opinión (…). La forma hemorrágica reconoce igual causa, y lo mismo se ve aparecer en la viruela discreta que en la confluente" (Vilches, 1875, BCS-UCA).

Sobre la propagación de la enfermedad habría que señalar que, en ocasiones, erróneamente, los médicos no asignaban el diagnóstico de viruela y por tanto no daban cuenta a las autoridades de su existencia, por lo que los individuos de la familia y sus amigos seguían en sus habituales relaciones con los enfermos, resultando al poco tiempo la aparición de nuevos casos de viruela (Aveño, 1880, B-FHR).

También habría que tener en cuenta, aspecto sobre el que insistiremos en el epílogo, que la desidia y abandono de las vacunaciones y revacunaciones tuvo consecuencias graves en lo que se refiere a la morbilidad y a la mortalidad causada por la viruela, esto creo que podremos constatarlo a continuación en lo que se refiere a Jerez de la Frontera.

Epílogo

En este artículo hemos podido constatar que la viruela en Jerez de la Frontera, en la década de los ochenta y primera mitad de los noventa, tenía carácter endémico, presentando una crisis epidémica importante en el año 1882, que hemos podido documentar a través de diversas fuentes documentales. No se debe olvidar que esta epidemia de 1882 se vio agravada por una gran carestía de alimentos debido a las malas cosechas, circunstancia que desembocó en asaltos a panaderías y almacenes por parte de jornaleros hambrientos (Caro, 1990; Mariscal, 2001). No sólo eran tiempos difíciles en Jerez de la Frontera, en el conjunto del país aumentó el desempleo forzando la emigración de muchos campesinos, se apunta que un millón de emigrantes partieron hacia América entre 1882 y 1900, y como la agricultura empleaba a un 66% de la población activa la crisis afectó al conjunto de la economía (Martorell, 2016).

Dos problemas queremos resaltar para concluir este artículo: el primero es una cuestión importante, que en parte hemos apuntado, y ahora queremos reforzar con datos sobre las vacunaciones y revacunaciones en Jerez desde la década de los sesenta a los ochenta, y el segundo es el de la mortalidad causada por la viruela en otras ciudades españolas, citando algunos ejemplos, como información complementaria.

El primer problema al que hacemos referencia es el de las vacunaciones y revacunaciones, sobre su práctica inconstante en el siglo XIX se han realizado aportaciones, por ejemplo, en lo referido a Alicante (Perdiguero, Bernabeu-Mestre y Artiaga, 2004), también se ha realizado una valoración sobre la situación de la vacunación antivariólica durante el sexenio revolucionario y los primeros años de la Restauración (Porras, 2004). En este trabajo se señala la Real Orden (RO) de 24 de julio de 1871 que crea el Instituto Nacional de Vacuna, bajo la dirección de Fomento y dependiente de la Academia de Medicina, que tuvo un escaso funcionamiento, de hecho una RO de 14 de diciembre de 1872 determinó que no era necesaria la autorización del Gobierno para que los médicos establecieran Institutos de vacunación, con lo cual se consagró el libre mercado de la vacuna (Porras, 2004). Todo esto contrasta con que a lo largo del siglo XIX la vacunación se hizo obligatoria, por precepto legal, en la mayoría de las naciones de Europa, por ejemplo, en Noruega (1810), Suecia (1815), Gran Bretaña (1867), etc. (Carreras, 1991).

En lo que se refiere a la vacunación en Jerez de la Frontera, hemos encontrado documentación que abarca desde la década de los sesenta a los ochenta, que nos avisa también sobre la "práctica inconstante" de la misma, o bien los problemas con la realización de la técnica. Por ejemplo, el 10 de mayo de 1867, el alcalde de Jerez, José de la Sierra y Agüera, publica un bando en el que dispone que los médicos titulares procedan a administrar la vacuna gratuitamente, a los adultos y niños pobres, dándose detalle en el mismo de los médicos que la efectuarán, los lugares, días y horas. Pero el día 14 de mayo el Alcalde comunica que el Gobierno Civil de la Provincia solo ha enviado "dos cristales con pus vacuno, insuficientes para inocular los niños que se presentan por virtud del bando publicado…". El Alcalde tiene noticia de que uno de los médicos de Jerez, Manuel Ruiz de la Rabia, "puede tener provision de el mencionado pus, diríjasele oficio rogándole encarecidamente se sirva facilitar el que le sea posible". El documento habla por sí solo, aún así se pudieron realizar vacunaciones y dejar registro de las mismas, a todas luces insuficientes (Legajo 326, Expediente 9678, AMJF).

Precisamente, una de las críticas más rotundas al problema de la inconstancia e insuficiencia de las vacunaciones y revacunaciones en Jerez de la Frontera, la realizó el médico Manuel Ruiz de la Rabia (1802-1878), sobre el que se ha realizado alguna síntesis biográfica (Mariscal, 2011). Desde la Subdelegación de Medicina y Cirugía del Distrito de Santiago de Jerez de la Frontera, Manuel Ruiz de la Rabia, el 12 de julio de 1871, escribe sin tapujos una rotunda denuncia. Reproducimos un fragmento de este importante documento:

…En segundo lugar, es de todo punto imposible saber cuantos son todos los niños vacunados, pues á pesar de mis continuas reclamaciones, ya como Subdelegado, ya como Vocal de la Junta de Sanidad no ha sido posible crear en esta ciudad un sistema general de vacunación, cumpliendo en esto con las repetidas Reales órdenes del Gobierno, esceptuando un corto periodo en que cumpliendo con los mandatos de aquel nombraron Médicos titulares que cuidaban de la higiene pública en general y muy especialmente de la vacunación. El Ayuntamiento sabía por mí, que era responsable moralmente de la muerte del 14 p% (sic) de los invadidos de la viruela, sin contar además de estos con los que quedaban deformes ó estropeados. Sabia también por mi que la cuarta parte de los ciegos existentes en la población por haber padecido de la viruela era el fruto que se sacaba de este abandono (Legajo 326, expediente 9685, AMJF).

Manuel Ruiz de la Rabia, el 3 de octubre de 1872, comunicó al Ayuntamiento jerezano que durante el mes de septiembre habían fallecido en el distrito de Santiago 29 enfermos de viruelas y en el distrito de San Miguel treinta, un total por tanto de 59 personas, todo ello escribe Ruiz de la Rabia a pesar de que:

…los Sres. Profesores de Medicina y Cirugía que están dispuestos a hacer siempre el bien, carecen de vacuna y de local, y no pueden cumplir los estremos del enunciado artículo. Me permito hacer esta advertencia á V.S. para salvar mi responsabilidad, teniendo el disgusto de dejar muy en descubierto la de V.S. y la del Excmo. Ayuntamiento que preside (Legajo 326, expediente 9686, AMJF).

En 1874, El Ayuntamiento jerezano, abre un expediente para promover la vacuna y el 22 de noviembre de 1876 el alcalde, ante la aparición de la viruela, y por acuerdo de la Junta Municipal de Sanidad, pide que se hagan partes diarios de los enfermos por los Facultativos de la Hospitalidad Domiciliaria (Legajo 326, expediente 9694; Legajo 326, expediente 9698, AMJF).

En lo referido al año 1882 hemos encontrado documentación diversa que abarca desde el mes de mayo al de octubre, ordenando que se practiquen vacunaciones, en algunos de estos escritos correspondiente al 21 de mayo, el médico Cayetano María Pérez Fuentes, comunica que ha vacunado a 26 niños y que "6 punturas (…) han prendido satisfactoriamente". Sin embargo, el 1 de junio, el médico Francisco Benítez, comunica que sus vacunaciones no han dado resultado, y el mismo día Manuel García informa que ha sido ineficaz la vacunación de dos niños, y José Fernández Medina comunica que no ha sido eficaz la linfa de los tubos repartidos (Protocolo Municipal 231, 1882, AMJF).

El 2 de octubre de 1882, José Morales García, desde el Gobierno Civil de la provincia, demanda que se le remitan partes diarios de la epidemia de viruelas reinante en Jerez y hace las siguientes recomendaciones:

…para evitar el contagio procure se aíslen los atacados de viruela, que las habitaciones y con especialidad las de las Casas de vecindad se encalen, que las ropas de los invadidos no se laven en los lavaderos públicos y que en manera alguna se consientan las reuniones de numerosas familias en habitaciones poco ventiladas (…). Recomiendo pues á V.S. las adopciones de tales medidas de precaucion y que por todos los medios que estén á su alcance propague las operaciones de vacunaciones y revacunaciones, esperando que de ocho en ocho días me dé parte del curso de la enfermedad á menos que no tome incremento en cuyo caso el parte será diario (Protocolo Municipal 231, 1882, AMJF).

Como hemos apuntado, desde el mes de abril de 1882 aparecen registradas defunciones por viruelas en los libros de registro del Cementerio de Jerez, pero es a partir del mes de agosto cuando se incrementa el número de enfermos y las defunciones hasta final de año, incluso también en algunos meses de 1883. [tablas 2, 3, 5 y 8] Por este motivo no nos sorprende haber encontrado una resolución en las Actas Capitulares, de 16 de agosto de 1882, en la que se refleja la preocupación existente. Dice así:

Léese un extenso y razonado expuesto de la Comisión de Beneficencia y Sanidad, en el cual, después de significar la conveniencia de la adopción de cuantas medidas higiénicas tiendan a impedir el desarrollo de la viruela, de la que aunque no en términos que pueda infundir alarma, se notan algunas invasiones y de recomendar se estimule vivamente la vacunación y revacunación para lo cual se cuenta hoy con elementos propios en la localidad, propone en concreto que la Alcaldía publique bando excitando al vecindario en el sentido expresado, fijando como puntos de vacunación los domicilios de los tres profesores de la hospitalidad domiciliaria; que se oficie al Director del Instituto de vacunación que subvenciona S.E., no solo para que administre gratuitamente a los pobres la vacuna en dicho centro sino que también para que tenga disponible la linfa necesaria y la facilite a los expresados profesores de la hospitalidad domiciliaria, los cuales, así como el dicho Instituto, darán cuenta semanal de las vacunaciones que practiquen. Que por los Sres. Tenientes de Alcalde se giren visitas domiciliarias en sus respectivos distritos, a fin de corregir cuantos abusos se noten contra las reglas de higiene establecidas. Y por último que se disponga la pronta traslación al Cementerio de los que mueran de dicha enfermedad, cuidando de que las habitaciones donde ocurra la defunción se ventilen y saneen convenientemente (Actas Capitulares 1882-1883, Nº 279, Sesión de 16 de agosto de 1882, Punto 4º, AMJF).

Hemos podido constatar también en las Actas Capitulares del Ayuntamiento jerezano, concretamente en la Sesión de 30 de octubre de 1882 (Punto 11), que durante el transcurso de la epidemia se produjeron tanto en la población como en el campo desórdenes públicos, lo que apunta a que además de la crisis sanitaria provocada por la viruela hay que sumar la crisis social que afectaba a los estratos más pobres de la población, como ya ha sido apuntado por otros investigadores: "…los jornaleros hambrientos asaltaron a los repartidores de pan, mientras que los almacenes de comestibles y hornos eran robados y allanados a mano armada" (Caro, 1990).

No podemos olvidar que en lo referido a Cádiz capital, en 1894, el pediatra gaditano Bartolomé Gómez Plana también denunció la ineficacia en la vacunación y revacunación contra la viruela (Herrera, 1998). También debemos recordar, lo apuntamos al comienzo de este artículo, que Manuel Ruiz García, en 1901, refiriéndose a Jerez hizo una denuncia análoga a la del pediatra gaditano (Ruiz García, 1901, BMJF). Este problema no quedó circunscrito al siglo XIX, ya que en tiempos de la II República aún se producían problemas por la falta de vacunaciones, por ejemplo, en las zonas rurales del Campo de Gibraltar; planteándose en esta época también este problema en Jerez de la Frontera, que causaba muchas dificultades a las autoridades sanitarias por la extensión de su término municipal, debido a estas circunstancias se produce una gran preocupación ante una posible emergencia variolosa, sobre todo teniendo en cuenta la comunicación entre Jerez y el Campo de Gibraltar (Herrera, 2007).

Para ir terminando este artículo nos queda abordar el segundo asunto que apuntábamos al comienzo de este Epílogo, el de la mortalidad causada por la viruela en otras ciudades españolas, porque claro está no fue este un problema circunscrito a la ciudad de Jerez.

Si repasamos algunos estudios encontramos que en Sevilla, por ejemplo, entre los años 1870 y 1876 (exceptuando 1871) la viruela ocasionó 1.528 muertes, tan solo en el año 1872 fueron 1.237; en 1897 la ciudad padeció una epidemia de viruela que arrebató la vida a 881 personas (Pulido, 1902, BMJF). Sobre la mortalidad infantil y general en Sevilla existen estudios monográficos que pueden consultarse con provecho (Bernal, 1994a y 1994b).

En Córdoba la viruela ocasionó muchas defunciones en los años 1874, 1882, 1894, 1899 y 1917; precisamente, la crisis de mortalidad producida en 1882 constituye un claro ejemplo de crisis mixta, junto al brote varioloso, Córdoba, como toda Andalucía, sufrió una hambruna generalizada, consecuencia de una sequía que originó la pérdida total de la cosecha de cereales (Ruiz y García del Moral, 2003). En la provincia de Jaén la viruela también hizo mucho daño en varias ocasiones, basta con citar aquí los años 1882, 1884 y 1897 (Aránega y Serrano, 2013). En Bilbao encontramos que se produjeron 1.398 defunciones por viruela entre los años 1878 y 1894 y en el año 1897 nada menos que 418 (Villanueva y Gondra, 2006).

En cuanto a Madrid, se ha señalado que la viruela figuraba en primera línea entre las enfermedades mortíferas en el año que reinaba epidémicamente. Tan solo hay que apuntar que entre 1889 y 1900 la viruela ocasionó 7.393 defunciones, padeciendo en este periodo de tiempo 3 epidemias: las de 1890, 1896 y 1900 (Hauser, 1979b). Podemos señalar, en lo referido a Madrid, que después de la gripe, son las epidemias de viruela y de sarampión las que causaron más víctimas que el cólera, ya que estas enfermedades presentaron, en los años 1890, 1895, 1896 y 1900, mayor número de defunciones que el cólera de 1885 (Hauser, 1979a).

La viruela, en Jerez, en el período estudiado, era una enfermedad endémica, que como hemos tenido ocasión de ver, en 1882, tuvo carácter epidémico, afectando de forma cruel en las primeras edades de la vida, sobre el particular los porcentajes que hemos expuesto hablan por sí solos. En lo referido a los años 1884 y 1885 existió en Jerez de la Frontera preocupación por el cólera morbo, sobre todo en relación con las comunicaciones con las poblaciones cercanas y otras con las que se tenía actividad comercial (Cf. Protocolo Municipal 236 (1884) y Protocolo Municipal 252 (1885) (AMJF). Se ha señalado que en 1886 la Dirección General de Beneficencia y Sanidad publicó la estadística de la incidencia del cólera de 1885 en España, apuntando que en la provincia de Cádiz había afectado a los municipios de Cádiz, El Puerto de Santa María, Puerto Real, Algeciras, San Roque, La Línea y Jimena (Sigler, 2020). Todo esto no quita para que en el futuro se explore la documentación del Archivo jerezano en relación con la epidemia de cólera para conocer detalladamente las órdenes sanitarias emitidas por las autoridades para prevenir la enfermedad en la ciudad y estudiar cómo pudo afectar a las comunicaciones con otras poblaciones y por tanto a la economía jerezana.

Todas estas cuestiones nos motivan a seguir trabajando en la epidemiología jerezana, especialmente en la incidencia de la viruela, no solo en lo referido a la morbilidad y a la mortalidad, sino también en el establecimiento de instituciones para la vacunación y revacunación, tanto en el siglo XIX como en el XX, ya que estos aspectos nos permitirán sacar conclusiones sobre la evolución de las medidas preventivas, de la organización sanitaria y de la calidad asistencial en Jerez de la Frontera.

Agradecimientos

A don Cristóbal Orellana González, que como siempre me ha ayudado a desentrañar las profundidades del Archivo Municipal de Jerez, y a todas y a cada una de las personas que trabajan en el mismo, por su ayuda y por hacer tan grata mi tarea. Y a don Diego Caro Cancela del que siempre estoy aprendiendo de sus publicaciones historiográficas dedicadas a Jerez de la Frontera.

Fuentes documentales

Exponemos las fuentes documentales en diferentes apartados, ubicándolas en sus respectivos Archivos y Bibliotecas.

Archivo Municipal de Jerez de la Frontera (AMJF)

Actas Capitulares 1882-1883 (Nº 279). Sesión Extraordinaria del miércoles 16 de agosto de 1882. Punto 4º (Disposiciones para evitar el desarrollo de la viruela).

Actas Capitulares 1882-1883 (Nº 279). Sesión del miércoles 27 de septiembre de 1882. Punto 4º (Que se imprima y publique la Memoria sobre la viruela de José María Escudero y Franco).

Actas Capitulares 1882-1883 (Nº 279). Sesión de 30 de octubre de 1882. Punto 11 (Robos de pan en la población y en el campo).

Escudero y Franco, José María (1882b). Memoria que acerca de los medios de evitar el desarrollo y propagación de la viruela, presenta al Excmo. Ayuntamiento de Jerez de la Frontera. Manuscrito de 39 páginas, firmado el 20 de septiembre de 1882. En: Protocolo Municipal 231 (1882) (AMJF).

Fernández de la Rosa, G. (1894). Memoria sobre las condiciones sanitarias de Jerez de la Frontera, redactada por Don Gumersindo Fernández de la Rosa, Vocal de la Junta de Sanidad en 1894. Manuscrito de 14 páginas, con grafía del siglo XIX, fechado en Jerez de la Frontera 1º de Mayo de 1894. Memoranda 12 (AMJF).

Legajo 326: Expedientes: 9678, 9685, 9686, 9694 y 9698 (AMJF).

Libros de registro de defunciones del Cementerio de Jerez de la Frontera (1880 a 1895). Numeración de los libros y años: 46 (1880); 47 (1881); 48 (1882); 49 (1883); 50 (1884); 51 (1885); 52 (1886); 53 (1887); 54 (1888); 55 (1889); 56 (1890); 57 (1891); 58 (1892); 59 (1893); 60 (1894); 61 (1895) (AMJF).

Protocolo Municipal 231 (1882). Contiene documentos relacionados con la vacunación contra la viruela desde mayo a octubre de 1882 (AMJF).

Protocolo Municipal 236 (1884). Contiene documentación administrativa que refleja la preocupación por el cólera morbo (AMJF).

Protocolo Municipal 252 (1885). Contiene documentación administrativa que refleja la preocupación por el cólera morbo (AMJF).

Biblioteca Municipal de Jerez de la Frontera (BMJF)

Escudero y Franco, José María (1882a). Memoria acerca de los medios de evitar el desarrollo y propagación de la viruela. Jerez: Tipografía del Excmo. Ayuntamiento.

Escudero y Franco, José María (1883). Endemo-epidemia variolosa ocurrida en Jerez en el Otoño de 1882. En: Antecedentes relativos a la invasión de la viruela en el año de 1882. Jerez: Tipografía del Excmo. Ayuntamiento.

Escudero y Franco, José María (1884). Historia clínica de una fiebre tifoidea. Jerez: Imprenta El Guadalete.

Pulido Fernández, Ángel (1902). Saneamiento de poblaciones españolas. Sevilla (Huelva, Cádiz, Málaga, Granada, Bilbao, Zaragoza, Valladolid, etc.). Madrid: Imprenta Velasco.

Rodríguez, Francisco y Milans, Salvador (1883). [Preámbulo]. En: Antecedentes relativos a la invasión de la viruela en el año de 1882. Jerez: Tipografía del Excmo. Ayuntamiento.

Ruiz García, Manuel (1901). Cómo se vive y se muere en Jerez. Discurso pronunciado en el Ateneo de Jerez de la Frontera. Jerez: Imprenta El Guadalete.

Biblioteca Municipal P.L. Coloma de Jerez de la Frontera (BMPLCJF)

Ordenanzas Municipales de la ciudad de Jerez de la Frontera (1878). Jerez de la Frontera: Imprenta de "El Guadalete". R.- 3763/24. (Contiene "Apéndice". División de la ciudad en Distritos y Barrios, p. 69-74).

Biblioteca de Ciencias de la Salud (Universidad de Cádiz) (BCS-UCA)

Vilches y Entrena, José M. (1875). Manual de Patología y Clínica Médicas. Imprenta de D. Alejandro Guerrero: Cádiz.

Biblioteca particular (Francisco Herrera Rodríguez) (B-FHR)

Aveño Lanuza, José (1880). Observaciones sobre una epidemia de viruelas. La Crónica Médica; (67): 593-596).

Bibliografía

1. Aránega Castilla, Francisco Miguel;Serrano García, José Antonio (2013). Las adversidades de la provincia de Jaén:plagas y calamidades, su respuesta. Boletín de Institutos de Estudios Giennenses;(207):801-821. [ Links ]

2. Barciela López, Carlos (s.f.). Gumersindo Fernández de la Rosa (1834-1919). Disponible en:http://dbe.rah.es/biografias/21174/gumersindo-fernandez-de-la-rosa [acceso:20/06/2020] [ Links ]

3. Benítez Reguera, Mercedes (2014). Beneficencia y Sanidad hospitalarias en Jerez (s. XV-XX). Revista de Historia de Jerez;(16-17):79-98. Disponible en: https://docplayer.es/42163403-Beneficencia-y-sanidad-hospitalaria-en-jerez-s-xv-xx.html [acceso:20/06/2020]. [ Links ]

4. Bernal Borrego, Encarnación (1994a). La mortalidad infantil en la Sevilla de la Restauración (1875-1924). En Carrillo, Juan L. y Olagüe de Ros, Guillermo. Actas del XXXIII Congreso Internacional de Historia de la Medicina. Granada-Sevilla:1-6 septiembre, 1992. Sevilla:Caja de San Fernando de Sevilla y Jerez. [ Links ]

5. Bernal Borrego, Encarnación (1994b). Evaluación de la realidad sanitaria sevillana a través del análisis de la mortalidad durante el periodo de la Restauración (1875-1924). En Carrillo, Juan L. y Olagüe de Ros, Guillermo. Actas del XXXIII Congreso Internacional de Historia de la Medicina. Granada-Sevilla:1-6 septiembre, 1992. Sevilla:Caja de San Fernando de Sevilla y Jerez. [ Links ]

6. Caballero Ragel, Jesús (2020). Apuntes para el Urbanismo en Jerez durante el siglo XIX. Cádiz:Tierra de Nadie Editores. [ Links ]

7. Caro Cancela, Diego (1990). Burguesía y jornaleros. Jerez de la Frontera en el Sexenio Democrático (1868-1874). Cádiz:Caja de Ahorros de Jerez. [ Links ]

8. Caro Cancela, Diego (1991). El cólera-morbo en Jerez:la epidemia de 1854. Trocadero. Revista de Historia Moderna y Contemporánea;(3):117-155. [ Links ]

9. Caro Cancela, Diego (1999). Historia de Jerez de la Frontera. El Jerez moderno y contemporáneo. Cádiz:Diputación de Cádiz. [ Links ]

10. Carreras Panchón, Antonio (1991). Miasmas y retrovirus. Cuatro capítulos de la historia de las enfermedades transmisibles. Barcelona:Fundación Uriach 1838. [ Links ]

11. Conde González, María Concepción (2001). La mortalidad en Jerez de la Frontera a fines del siglo XIX:un elemento más en el análisis de la crisis finisecular. En Actas del I Coloquio Internacional Andalucía y el 98. Córdoba:Publicaciones Obra Social y Cultural Cajasur. [ Links ]

12. Conde González, María Concepción (2003). La población de Jerez de la Frontera en los Inicios del Régimen liberal burgués. Cádiz:Servicio de Publicaciones de la Universidad de Cádiz y Servicio de Publicaciones del Ayuntamiento de Jerez. [ Links ]

13. Doña Nieves, Francisco (1987). El doctor Revueltas Montel (1839-1887) y su labor como alcalde de Jerez en tiempos de la primera República española. Cádiz:Caja de Ahorros de Jerez. [ Links ]

14. Hauser, Philiph (1979a). Madrid bajo el punto de vista médico-social. Madrid:Editora Nacional. [ Links ]

15. Hauser, Philiph (1979b). Madrid bajo el punto de vista médico-social/2. Madrid:Editora Nacional. [ Links ]

16. Herrera Rodríguez, Francisco (1987). La investigación científica en la Facultad de Medicina de Cádiz a través de las tesis doctorales producidas en la misma en el siglo XIX. Tesis doctoral. Microfichas. Barcelona:Universidad de Cádiz. [ Links ]

17. Herrera Rodríguez, Francisco (1997). La epidemia de gripe de 1918-19 en Jerez de la Frontera. En Herrera F. Crisis y medidas sanitarias en Cádiz (1898-1945). Zaragoza:Universidad de Zaragoza. [ Links ]

18. Herrera Rodríguez, Francisco (1998). El estado sanitario de Cádiz según Bartolomé Gómez Plana (1889-1893). Llull;(42):801-803. [ Links ]

19. Herrera Rodríguez, Francisco (2007). La obra sanitaria de Leonardo Rodrigo Lavín (1867-1950). Cádiz:Fundación Provincial de Cultura. Diputación de Cádiz. [ Links ]

20. Herrera Rodríguez, Francisco (2019). Indización y estudio de la Gaceta Médico-Quirúrgica Jerezana (1871-1872). Cultura de los Cuidados (Edición digital);23(54):92-137. Disponible en:https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/96315/1/CultCuid_54-92-137.pdf [acceso:20/06/2020] [ Links ]

21. Maradona Hidalgo, José Antonio (2010). Historia de las enfermedades infecciosas. Asturias:Universidad de Oviedo. [ Links ]

22. Mariscal Trujillo, Antonio (2001). La Sanidad Jerezana 1800-1975 (Apuntes históricos). Jerez:Editorial Eje. [ Links ]

23. Mariscal Trujillo, Antonio (2011). Jerezanos para la historia siglos XIX y XX. Cádiz:Tierra de Nadie Editores. [ Links ]

24. Martorell, Miguel (2016). Restauración (1875-1902). En Martorell, Miguel y Juliá, Santos. Manual de historia política y social de España (1808-2011). Barcelona:RBA Ensayo. [ Links ]

25. Montero Galvache, Francisco (1981). Calles las de Jerez. Jerez de la Frontera:Centro de Estudios Históricos Jerezanos. [ Links ]

26. Orellana González, Cristóbal (1996). Fuentes documentales básicas para la historia de la sanidad y la hospitalidad jerezanas (siglos XV-XX). El caso del Hospital Municipal de Santa Isabel. Revista de Historia de Jerez;(2):71-82. Disponible en:https://memoriahistoricadejerez.blogspot.com/2014/06/fuentes-documentales-para-la-historia.html?m=0 [acceso:20/06/2020] [ Links ]

27. Orozco Acuaviva, Antonio (1981). Bibliografía Médico-Científica Gaditana. Cádiz:Obra Cultural Casino Gaditano. [ Links ]

28. Perdiguero Gil, Enrique;Bernabeu-Mestre, Josep;Pascual Artiaga, Mercedes (2004). Una práctica inconstante:la vacunación contra la viruela en el Alicante del siglo XIX. Asclepio;(1):111-143. [ Links ]

29. Porras Gallo, María Isabel (2004). Luchando contra una de las causas de invalidez:antecedentes, contexto sanitario, gestación y aplicación del decreto de vacunación obligatoria contra la viruela de 1903. Asclepio;(1):145-168. [ Links ]

30. Rodríguez Carrión, José(1980). Jerez, 1800. Epidemia de Fiebre Amarilla. Jerez de la Frontera:Centro de Estudios Históricos Jerezanos. [ Links ]

31. Ruiz García, Carmen y García del Moral, Antonio (2003). Mortalidad en la Córdoba de la Restauración:Regulación y crisis de subsistencias. Ámbitos. Revista de Estudios de Ciencia Sociales y Humanidades;(10):27-32. [ Links ]

32. Ruiz Mata, José(2010). Breve Historia de Jerez de la Frontera. Jerez (Cádiz):Tierra de Nadie Editores. [ Links ]

33. Sigler Silvera, Fernando (2020). Las luchas contra las epidemias en Ubrique en el siglo XIX. Cádiz:Editorial Tréveris. [ Links ]

34. Villanueva Edo, Antonio y Gondra Rezola, Juan (2006). La mortalidad y morbilidad en Bilbao entre los siglos XIX y XX. Disponible en:https://www.ehu.eus/documents/1970815/2421082/Villanueva%2C%20A.+Gondra+Rezola%2C%20J.+Mortalidad+Bilbao+s+XIX-XX/f46691b4-45f6-45b2-b310-f05ea1400d16 [acceso:20/06/2020] [ Links ]

Recibido: 09 de Julio de 2020; Aprobado: 20 de Julio de 2020

Correspondencia: fraherod57@gmail.com

Creative Commons License Publicado bajo una licencia Creative Commons Reconocimiento-No Comercial (CC BY-NC/3.0).