Se considera personal sanitario (PS) a cualquier personal que pueda estar en contacto con pacientes, con materiales potencialmente infecciosos, o expuesto a infecciones trasmitidas hacia y desde profesionales sanitarios: personal de limpieza, seguridad, administrativo, estudiantes, mantenimiento, voluntarios, etc. Todos estos profesionales tienen un alto riesgo de adquirir infecciones prevenibles mediante vacunación y, a su vez, son una fuente de transmisión de estas infecciones a los pacientes a los que atienden y a sus propios contactos1.
La indicación de las vacunas necesarias debe ser individualizada, teniendo en cuenta el riesgo de exposición así como las condiciones individuales de cada trabajador2. Las vacunas recomendadas a todo el personal sanitario y aquellas otras indicadas en ciertas situaciones se recogen en la tabla 1.
Tabla 1 Clasificación de las vacunas recomendadas para el personal sanitario en España.
Vacunas recomendadas a todo el personal sanitario | Vacunas indicadas en ciertas situaciones |
---|---|
Sarampión, rubeola y parotiditis* | Poliomielitis |
Tétanos y difteria (td) | Enfermedad meningocócica invasora (EMI) |
Hepatitis B | Tosferina |
Varicela | Heaptitis A |
Gripe | Fiebre tifoidea |
*Vacuna triple vírica (TV).
En España no se conocen bien las coberturas de vacunación en el personal sanitario y la mayoría de estudios para estimar la protección en este colectivo frente a enfermedades vacunables son de seroprevalencia.
El dato de cobertura en personal sanitario que mejor se conoce es el de la vacuna de la gripe, durante la campaña 2017-2018 alcanzó el 31,1 %3, muy lejos del objetivo marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Europea (CE) del 75 %.
Algunos factores determinantes de las bajas coberturas de vacunación en los trabajadores sanitarios son la baja percepción del riesgo en aquellos que trabajan en contacto con los enfermos y su entorno, su escaso conocimiento en relación a los beneficios y la seguridad de la vacunación, la pobre organización de las políticas de vacunación de adultos y la falta de adopción de las medidas de prevención por la empresas.
En los últimos años, tenemos cada vez más ejemplos de brotes de enfermedades prevenibles por vacunas. El más claro es el aumento de casos de sarampión que se está dando a nivel mundial. Según datos provisionales publicados por la OMS4, durante el primer trimestre del 2019, comparado con el mismo periodo del 2018, se han declarado un 300 % más de casos a nivel mundial y europeo5. Se están registrando brotes en regiones, como en Estados Unidos (EEUU), donde se había declarado erradicado el sarampión desde el 20036.
La cobertura de vacunación con dos dosis de vacuna triple vírica se marcó por la OMS en un 95 % como objetivo estratégico para erradicar el sarampión, pero en España la cobertura es del 93 %, lo que aumenta el riesgo de transmisión del virus en caso de brote.
El personal sanitario ha tenido un papel relevante en la transmisión de brotes ocurridos en los últimos años en España. De los 26 brotes ocurridos en Cataluña en el período 2001-2013, con 797 casos, el 6,5 % (52) se dio en trabajadores sanitarios, el 72,2 % en personal médico y de enfermería y el 22,5 % en otro personal relacionado con el ámbito sanitario7.
La vacunación en sanitarios es una asignatura pendiente. Mejorar el conocimiento, las creencias y las actitudes desde etapas tempranas de la formación de profesionales sanitarios, la formación continuada en vacunas, así como implementar programas vacunales específicos para sanitarios es fundamental8, ya que uno de los motivos más influyentes para que la población se vacune, es la recomendación de un profesional sanitario; y los sanitarios que se vacunan recomiendan más la vacunación a sus pacientes9.
Las políticas de las autoridades sanitarias deberían ser convincentes y basadas en el conocimiento y la evidencia científica.
En España la vacunación de sanitarios no es obligatoria, debe considerarse como una responsabilidad ética10. En algunos países han comenzado a debatir la obligatoriedad de vacunación en sanitarios, como en EEUU, alcanzando coberturas globales del 78,4 %11. Aunque en nuestro entorno pueda parecer impensable, no sería descartable que hubiera detonantes que provoquen cambios a medio plazo.