INTRODUCCIÓN
Desde mediados del siglo pasado se viene produciendo un creciente envejecimiento de la población y ello determina que cada vez exista un mayor porcentaje de la población con edad avanzada1,2. De forma clásica los servicios sanitarios de las personas de mayor edad se centraban en actuaciones encaminadas hacia la mejora de indicadores clásicos como la reducción de la morbimortalidad y aumento de la esperanza de vida en este grupo de población, pero en las últimas décadas cada vez van adquiriendo más importancia, lo que lleva a prestarles más atención y esfuerzos, aspectos como la capacidad funcional y la calidad de vida3,4.
El concepto de calidad de vida es multidimensional, incluyendo aspectos personales como salud, autonomía, economía o satisfacción con la vida, aspectos sociales como redes de apoyo no formales, servicios sociales o situación política…; y su definición ha ido evolucionado desde la definiciones clásicas que se centraban en aspectos objetivos a definiciones que incorporan aspectos subjetivos del paciente. Una definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la calidad de vida como “la percepción personal de un individuo de su situación en la vida, dentro del contexto cultural y de valores en que vive, y en relación con sus objetivos, expectativas, valores e intereses”5. La calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) es definida como la percepción de su salud expresada por el paciente en aspectos relacionados con su salud en general y en sus dimensiones física, psíquica y social6.
Dado el interés del tema, en las últimas décadas se han desarrollado distintas herramientas para evaluar dicha CVRS, siendo los más conocidos y empleados los cuestionarios Nottingham Health Profile (NHP)7, EuroQol-5D (EQ-5D)8, SF-36 Health Survey9, o Sickness Impact Profile (SIP)10, todos ellos instrumentos genéricos de evaluación que reflejan el punto de vista del paciente. Pueden ser utilizados en población general y son útiles para la comparación del estado de salud de pacientes con distintas patologías. La CVRS ha sido relacionada con variables sociodemográficas (edad, sexo, convivencia…) y de morbilidad (número de patologías y número, medicación, capacidad funcional...)11,12.
En este marco, se presenta esta investigación cuyos objetivos principales son conocer la CVRS de las personas entre 65 y 74 años de edad y si la variable genero influye en dicha CVRS.
MATERIAL Y MÉTODOS
Se realizó un estudio observacional, descriptivo y de corte transversal. El emplazamiento fue un centro de salud urbano. La población diana estaba compuesta por el universo de la población de entre 65 y 74 años de edad, ambos inclusive, asignada al Centro de Salud “Sillería” (Toledo). El único criterio de exclusión fue la negativa del paciente a participar en el estudio, una vez explicado el objetivo del mismo y las actuaciones a realizar en caso de aceptar participar. El tamaño muestral fue calculado para una precisión del 1 %, un nivel de confianza del 95 % y unas pérdidas/rechazos esperados del 15 %, obteniéndose una muestra necesaria de 343 personas. La muestra fue obtenida por muestreo sistemático (1 cada 3) del listado de personas adscritas al centro de salud ordenado por edad y cuya edad estaba comprendida entre 65 y 74 años.
Las variables recogidas fueron:
Variables sociodemográficas: edad y sexo.
Patologías concomitantes: Presencia o ausencia de factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipemia y obesidad) y de enfermedades crónicas. Además, se anotó como variable el número de patologías crónicas concomitantes existentes.
Medicamentos consumidos: Se identificaron los fármacos consumidos y el número de los mismos.
Cuestionario SF36.v2: consta de 36 items agrupados en 8 dimensiones (Función física, Rol físico, Dolor corporal, Salud general, Vitalidad, Función social, Rol emocional y Salud), en dos esferas (física y psíquica) e incluye un ítem de transición que pregunta sobre el cambio en el estado de salud general respecto al año anterior, estando validado al castellano9,13,14.
En cuanto a la recogida de datos, se tomó la información de la historia clínica del paciente durante la entrevista personal realizada con el paciente, tras la aceptación del mismo de su participación en el estudio. Además, durante dicha entrevista se administró el cuestionario SF36.v2. Dicha entrevista se realizó durante el primer cuatrimestre de 2017.
Respecto al análisis estadístico, los datos recogidos fueron introducidos en una base de datos diseñada para tal fin y fueron analizados, previa depuración de los mismos, a través del programa estadístico SPSS. El estudio descriptivo de las variables se realizó mediante distribución de frecuencias para variables cualitativas, y de medidas de tendencia central y de dispersión para variables cuantitativas, calculándose los intervalos de confianza al 95 % (IC95 %) para las variables principales. El estudio de las posibles asociaciones entre las variables dependientes (CVRS según género) y el resto de variables se realizó a través de pruebas de comparación de medias en grupos independientes (t de Student y ANOVA), chi-cuadrado y análisis de correlaciones (Rho de Sperman). Posteriormente se realizó un análisis multivariante a través de regresión lineal múltiple para eliminar variables de confusión.
RESULTADOS
Finalmente fueron incluidos un total de 423 personas (superior a la muestra teórica calculada), con una edad media de 68,9 años (DE: 2,9), siendo el 51,8 % mujeres. De media estaban diagnosticados de 3,9 (DE: 2,0) patologías crónicas y tomaban 4,2 (DE: 3,1) medicamentos de forma crónica.
La percepción global de su salud fue expresada como buena o muy buena por el 80,5 % (IC95 %: 76,8-84,4 %), como regular el 16,2 % (IC95 %: 76.8-84,4 %) y como mala o muy mala por el 3,2% (IC95 %: 1,58-4,9 %). El 66,2 % (IC95 %: 61,7-70,7 %) expresaron no haber sufrido modificación en dicha CVRS en el último año, el 22,2 % (IC95 %: 18,2-26,2 %) que había empeorado y el 11,6 % (IC95 %: 8,5-14,6 %) que había mejorado.
La puntuación en la esfera psíquica (54,1; IC95 %: 53,1-55,1) fue ligeramente superior a la expresada en la esfera física (50,8; IC95 %: 50,2-51,5). La puntuación obtenida en las ocho dimensiones estudiadas aparece recogida en la tabla 1; las que obtuvieron peor puntuación fueron salud general (48,3) y dolor (49,9), y las que obtuvieron mejor puntuación vitalidad (59,6) y función social (54,3).
Disgregados por sexos, mujeres y hombres eran comparables en edad media (69,0 vs 68,8 años; p>0,05), número de patologías crónicas (3,9 vs 3,9; p>0,05) y de número fármacos consumidos (4,1 vs 4,5; p>0,05). La tabla 2 muestra la prevalencia de las distintas patologías crónicas padecidas disgregadas por genero, presentando las mujeres mayor prevalencia de patología reumática (54,7 % vs 31,2 %; p<0,01) y psiquiátrica (24,1 % vs 9,6 %; p<0,05).
Patología | Hombres | Mujeres | S.E. |
---|---|---|---|
Hipertensión arterial | 64,7 % | 58,6 % | N.S. |
Diabetes mellitus | 22,3 % | 17,5 % | N.S. |
Dislipemia | 56,6 % | 57,1 % | N.S. |
Obesidad | 33,3 % | 37,5 % | N.S. |
Pat. Cardiovascular | 22,0 % | 15,2 % | N.S. |
Pat. Pulmonar | 16,1 % | 10,1 % | N.S. |
Pat. Neurológica | 8,5 % | 12,5 % | N.S. |
Pat. Psiquiátrica | 9,6 % | 24,1 % | p < 0,01 |
Pat. Reumática | 31,2 % | 54,7 % | p < 0,01 |
S.E.: Significación estadística. N.S.: No significativo.
Las mujeres indicaron peores puntuaciones que los hombres en las esferas psíquica (51,8 vs 56,9; p<0,01) y física (49,3 vs 52,9; p<0,01), en los 8 dimensiones específicas estudiadas en el SF36.v2 (tabla 3). Realizado un análisis multivariante, incluyendo como posibles factores de confusión las patologías reumática y psiquíatrica, las mujeres continuaban presentando peor CVRS que los hombres de forma significativa tanto en la esfera física como en la psíquica (tabla 4).
DISCUSIÓN
La mejora de la CVRS en personas mayores debe ser uno de los objetivos principales de las intervenciones sanitaria y su valoración debería formar parte de la práctica clínica diaria3,4,15. Entre los distintos instrumentos genéricos de medida de la CVRS existentes nosotros nos inclinamos por la utilización del cuestionario SF36 porque, además de ser ampliamente utilizado tanto en publicaciones internacionales como nacionales, la evaluación de la versión española ha demostrado que se trata de un cuestionario válido, fiable y consistente con la versión original16 y su versión 2 (SF36.v2) mejora, respecto a la versión inicial, las características de algunas de las dimensiones estudiadas17.
Un alto porcentaje de los ancianos entrevistados en nuestro estudio consideran su salud como buena o muy buena y los datos obtenidos en las 8 dimensiones que investiga el cuestionario SF36.v2 dan puntuaciones en esta misma línea. Estos datos son mejores que los obtenidos en otros estudios realizados en nuestro entorno10,11,17,18, pero hay que recordar que el presente estudio solo incluye a personas entre 65 y 74 años de edad, lo que podríamos denominar “anciano joven”, mientras que el resto de estudios incluyen también personas con edades superiores, y existen múltiples investigaciones que permiten evidenciar que la calidad de vida va empeorando a medida que la edad de las personas aumenta11,18,20,21. Si los comparamos con los resultados de los valores de referencia del cuestionario en población española mayor de 60 años, las puntuaciones obtenidas en nuestro estudio son peores que los existentes en dicho valores de referencia para los tramos de edad incluidos en nuestro estudio22.
Diversos estudios realizados en nuestro entorno ponen en evidencia que las mujeres acuden a consulta con mayor frecuencia que los hombres23-25, y esto puede estar en relación con una peor salud objetiva y subjetiva y con una peor CVRS. Los datos de nuestro estudio muestran que las mujeres expresan peor CVRS que los hombres en todas las dimensiones estudiadas por el SF36.v2, y estos datos son consistente con los resultados obtenidos en diversos estudios realizados en nuestro entorno11,22,26-32.
Una primera aproximación a esta peor CVRS en las mujeres podría hacer pensar que se debe a las patologías padecidas, al ser conocido que el aumento de morbilidad genera peor calidad de vida33,34. En nuestro estudio las mujeres presentan mayor prevalencia de patologías reumáticas y psiquiátricas y ambos grupos de patologías se han asociado con una peor CVRS35-37, pero el análisis multivariante realizado en el estudio permite decir que la peor calidad de vida en mujeres es, al menos en parte, independiente de estas patologías, lo que hace que dicha percepción puede estar influida por otros factores. En este sentido, diversos autores han planteado distintas hipótesis sobre los factores que podrían estar influyendo en esta peor percepción; mayor exposición a problemas emocionales, menor nivel educativo y/o económico, menor apoyo social, menores oportunidades de mejora de su calidad de vida, mayor exposición a la soledad, mayor aceptación social de sus quejas, inactividad…23,25,38-41.
Concluimos que la mayoría de personas de este tramo de edad expresan que su CVRS es buena y que las mujeres presentan peor CVRS, y esto no parece explicarse únicamente por aspectos de salud objetivables.