En los últimos años, fundamentalmente coincidiendo con la adaptación de los planes de estudio de los grados de Medicina y Ciencias de la Salud al Espacio Europeo de Educación Superior, se van consolidando algunas iniciativas formativas que antes eran anecdóticas en las Facultades de Medicina españolas o se encontraban fuera de ellas. Dentro de estas iniciativas se encuadra la utilización del cine como medio formativo, de lo que da buena cuenta la Revista de Medicina y Cinea lo largo de sus 15 años de edición ininterrumpida. El cine aporta historia clínicas de inspiración real, contextos sociales y valores de la medicina mediante un abordaje narrativo bastante alejado de las descripciones de los libros y de las aulas, y se detiene en la repercusión en el enfermo, en la sociedad y en el propio médico1.
La literatura cumple un papel similar al del cine, al que antecede en siglos describiendo patografías, anticipando entidades nosológicas, biotipos y, como en el caso anterior, contribuyendo a la construcción de una imagen social del médico, la medicina, o la enfermedad2, actividad que suele ser bien recibida por los estudiantes3. De forma similar, el arte, relacionado desde siempre con la medicina, puede contribuir no sólo al humanismo médico sino también a la adquisición de competencias transversales en la formación médica4, 5.
Recientemente, se han propuesto acciones formativas que ponen en valor el humor6 o las series de televisión7 en la enseñanza de la Medicina, de las que se encuentran ejemplos frecuentes en las publicaciones de la Fundación Esteve, que también ha promovido una serie de debates de periodismo científico y sanitario sobre aspectos de repercusión social8.
Por otra parte, la prensa ha ido dedicando una atención creciente a la divulgación científica9 y a la información en salud10; además, se han producido estudios en base a sus contenidos11, análisis sobre la calidad de las noticias12 y se han propuesto listas de comprobación para mejorar la información sobre, por ejemplo. los medicamentos13. También, existen colecciones diseñadas de tal forma que pueden entenderse como bases documentales (más allá del caudal informativo que aportan las redes sociales) para el diseño de actividades formativas.
En base a estas colecciones y a las noticias diarias es posible plantearse intervenciones en la formación de los estudiantes de Ciencias de la Salud como se ha propuesto a otros niveles14. A modo de ejemplo podemos comentar que hemos realizado una de esas colecciones con artículos de ciencia y tecnología, medicina y salud, medicamentos, educación, sociología, terminología y cartas al editor, que contiene 7688 artículos sólo del período 2001-2016 (la colección sigue activa) tomadas mayoritariamente del diario de más tirada a nivel nacional. A esta colección recurrimos para la elaboración de seminarios en varias asignaturas del grado en medicina.
¿Por qué los artículos de prensa en la docencia? Porque, en nuestra opinión, reúnen algunas características que consideramos adecuadas para su utilización, entre las que se encuentran que: a) aportan información de hechos incidentales en salud con repercusión social; b) mantienen temas con un tratamiento crónico, lo que permite seguir su evolución en el tiempo; c) mantienen la actualidad sanitaria registrando las oscilaciones condicionadas por determinantes políticos, económicos, científicos y sociales; d) con frecuencia atienden a demandas sociales y otras de carácter profesional, además de hacerse eco de las comunicaciones institucionales; e) afectan no sólo a hechos sociales locales o nacionales sino que informan de acontecimientos en un mundo global; f) plantean aspectos éticos y bioéticos generados por el desarrollo científico y tecnológico para los que no tenemos referentes clásicos y, por tanto, debemos construirlos; g) generalmente se trata de textos reposados que están escritos en un lenguaje asequible, lo que facilita su entendimiento por un amplio segmento de población, y h) contribuyen al sustrato de consensos sociales que permiten la adopción de decisiones legislativas en salud, además de configurar una imagen social de la profesión médica y sus valores. Sobre esta base, necesariamente plural, pueden construirse estrategias formativas de muy diferente índole que pueden ir desde los fundamentos científicos de algunas prácticas médicas a las consideraciones de ética y los valores que acompañan a la toma de decisiones en salud.
Por nuestra parte, este potencial formativo de los artículos periodísticos los hemos ensayado, y animamos a su utilización académica, en los siguientes grupos de intervenciones: a) la percepción por los estudiantes de la divulgación científica y de la contribución del desarrollo de la ciencia al progreso de la medicina; b) la apropiación de vocabulario médico y la «permeación» social a la jerga sanitaria; c) el abordaje y resolución de problemas médicos incluidos en las noticias; d) generación de discusiones en torno a temas propios de algunas asignaturas (farmacología, en nuestro caso); e) análisis de la influencia de contextos sociales en la adopción de medidas sanitarias; f) la identificación y evaluación del perfil social de las profesiones sanitarias y de los valores de la profesión. Un amplio abanico de posibilidades que permiten diversificar las dinámicas docentes y pueden ayudar a que los estudiantes adquieran algunas de las competencias transversales de los grados en ciencias de la salud.
Naturalmente que las noticias / artículos de prensa no son ni la certeza absoluta, ni la única orientación posible de los hechos, ni la interpretación que obligatoriamente deba seguirse en el acto formativo. Como se ha dicho con reiteración, los hechos que deben ser noticia adquieren esta consideración como consecuencia de varios procesos periodísticos a los que no es ajena la orientación político / ideológica del medio que se trate. Por tanto, la relevancia de las noticias de prensa para la formación radica en la provisión de hechos incidentales y en su calidad de base documental; la orientación formativa y las conclusiones que se extraigan de su análisis corresponden a la interacción profesor – alumno en el contexto de los programas formativos en que se inscriban estas actividades.