SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.11 número2Editorial en un tweetPor qué su imagen profesional puede afectar seriamente a la salud de las personas que atiende (y a la suya propia) índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

Links relacionados

  • En proceso de indezaciónCitado por Google
  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO
  • En proceso de indezaciónSimilares en Google

Compartir


Ene

versión On-line ISSN 1988-348X

Ene. vol.11 no.2 Santa Cruz de La Palma ago. 2017

 

EDITORIAL

 

Cuidadología: pensamientos sobre el nombre de nuestra disciplina

 

 

Pedro Ruymán Brito Brito

Enfermero Consultor. Formación e Investigación en Cuidados. Gerencia de Atención Primaria. Tenerife. Servicio Canario de la Salud.

 

 


RESUMEN

La ciencia del cuidado es, por definición, la Cuidadología. Realmente, este es un término que no existe, de nueva creación, pero que en esencia y como concepto, aparenta ser pertinente para definir nuestra disciplina. Se trata, por tanto, de un neologismo. Una palabra inventada fruto de los pensamientos compartidos en las redes sociales profesionales sobre el nombre de nuestra disciplina. Resulta interesante y oportuno para la Enfermería como ciencia tomar muy en cuenta el significado de su palabra magna, cuidado.

Palabras clave: Cuidadología; Teoría de enfermería; Epistemología; Disciplina; Metaparadigma.


ABSTRACT

The science of care is, by definition, Nursology. Actually, this is a term that does not exist, of new creation, but that in essence and as concept, seems pertinent to define our discipline. It is, therefore, a neologism. A word invented as consecuense of the thoughts about the name of our discipline shared in professional social networks. It is interesting and timely for nursing as science to take into account the meaning of its key word, to care.

Key words: Nursology; Nursing Theory; Epistemology; Discipline; Metaparadigm.


 

La ciencia del cuidado es, por definición, la Cuidadología. Realmente, este es un término que no existe, de nueva creación, pero que en esencia y como concepto, aparenta ser pertinente para definir nuestra disciplina. Se trata, por tanto, de un neologismo. Una palabra inventada fruto de los pensamientos compartidos en las redes sociales profesionales sobre el nombre de nuestra disciplina. Según la Real Academia Española (RAE) "el lenguaje científico y técnico utiliza gran cantidad de neologismos".

La palabra cuidado, en su segunda acepción, se refiere a la acción de cuidar y procede del latín cogitatus, que significa pensamiento. Por otro lado, logia procede del griego logos, que significa ciencia. Así, la Cuidadología sería ¿la ciencia del pensamiento? o ¿la ciencia del cuidado? A priori, nos decantaríamos, al ser más comprensible, por la segunda opción, aunque no deja de ser curiosa la anterior, como contradictoria de nuestra visión práctica y cotidiana de la Enfermería, donde la idea del cuidado enfermero va siempre vinculada a la acción más que al pensamiento, a una serie de intervenciones dirigidas, la mayoría de las veces, a restablecer la salud, mantenerla o promoverla. Que la raíz latina de la palabra cuidar, cogitare, signifique pensar es algo inesperado en cierto modo, pues la primera imagen que visualizamos al escucharla está relacionada, como hemos mencionado, con el "hacer", con un cuidado artístico, plástico, estético y bello en ocasiones, manufacturado.

Por ello, resulta interesante y oportuno para la Enfermería como ciencia tomar muy en cuenta el significado de su palabra magna -cuidado-, pensamiento. Es el complemento que cierra su círculo de completud, conformando el binomio pensar-hacer, hacer-pensar. El proceso enfermero, como método científico que posibilita el desarrollo disciplinar a partir de una práctica sistemática en busca de resultados, debe estar lleno de pensamientos, juicios, razonamientos e hipótesis refutadas. Solo así es posible que el proceso sea un instrumento para poner de manifiesto la teoría enfermera, como apuntan Hernández-Conesa, Moral y Esteban-Albert (2003a), caracterizándose por hacer tangible en la realidad los modelos conceptuales.

Las enfermeras de cualquier lugar del mundo se dedican a cuidar. De esto no cabe ninguna duda, pues es lo que conforma su propia esencia. Por lo tanto, ¿por qué seguir utilizando un término como enfermería que tiene otro significado etimológico? Hay razones y argumentos a favor y en contra de una propuesta de cambio y las trataremos de esbozar, en adelante, de un modo sencillo y siempre constructivo.

Parentini (2002) describe la etimología de los términos nurse, nursery, enfermera y enfermería. La palabra nurse significa nodriza y procede de nocerice, adaptada desde el francés, del latín nutrix, nutrire o que nutre, nodriza. Es un término aplicado a la criada que se encargaba del cuidado de los niños o niñera. En Inglaterra nursery se empleaba para denominar "...las habitaciones que en las grandes casas se destinan a los niños y a las personas que los sirven", refiriéndose por tanto a un lugar, a un espacio físico. El término enfermera según la RAE corresponde a la persona dedicada a la asistencia de los enfermos, mientras que enfermería es definida también como un "lugar o dependencia para enfermos o heridos" e igualmente, en el sentido que nos interesa analizar, como la "profesión y titulación de la persona que se dedica al cuidado y atención de enfermos y heridos, así como a otras tareas sanitarias, siguiendo pautas clínicas". Ni que decir tiene el sinfín de connotaciones históricas, culturales y sociales que vinculan a las enfermeras a la figura profesional del médico, siendo descritas incluso como "sus manos". En la definición anterior, sin ir más lejos, se relaciona la profesión con el seguimiento de pautas clínicas y tareas sanitarias. Por numerosos factores, que no ocupan ahora el centro de atención de nuestro análisis, la profesión enfermera ha estado "supeditada" a la Medicina, "sumisa" en una estructura jerarquizada de poder, como describe Medina (2006), que ha impedido en cierto modo el desarrollo óptimo del saber disciplinar de la ciencia del cuidado.

Sabemos que, durante el siglo XX, nuestra profesión se vertebró desde diferentes figuras profesionales (practicantes, matronas, enfermeras y ATS) incluidas en el panorama sanitario en un espacio de tiempo relativamente corto (Brito, 2013). La entrada en la universidad sacó a la luz nuevamente la discusión sobre la denominación disciplinar y, al contrario de lo que se puede pensar, hubo bastantes voces en contra del término Enfermería (Encinoso, 1977). El motivo principal es que se consideraba que la palabra no era representativa del trabajo realizado a nivel comunitario, sobre todo de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, y que, además el concepto enfermera ha estado relacionado histórica y socialmente con una figura profesional de menor rango y consideración.

Según Saporiti y Correia (1987) enfermería proviene del latín "infirmus" que significa enfermo. Justamente por esta razón, porque el término se centra solo en la enfermedad, entendemos que, actualmente, con los avances disciplinares tan importantes sucedidos a todos los niveles, quizás es conveniente repensar el nombre de nuestra disciplina y, al menos, discutirlo. Entendiendo que los conceptos cuidar y cuidado son más representativos de ella que el concepto enfermedad y enfermo, parece que Cuidadología hace referencia categórica a la ciencia del cuidado. Determina claramente cuál es su cuerpo de conocimientos, construido motu proprio, que va mucho más allá de lo heredado desde el resto de las ciencias bio-médicas y psico-sociales. Siles y Solano (2007) destacan el cuidado como concepto con gran potencial epistemológico que puede contribuir al proceso de vertebración de la disciplina enfermera:

"El origen fenomenológico del cuidado desde la perspectiva epistemológica y hermenéutica fue abordado por diferentes autores considerando la integración de los cuidados en la vida cotidiana... y las variantes interpretativas en el proceso de satisfacción de necesidades según las diferentes culturas..."

Siguiendo el análisis realizado por estos autores, el cuidado se interpreta como la estructura fundamental del ser y de lo cotidiano, estando relacionado con la dialéctica entre estilo de vida y nivel salud-enfermedad. Con respecto a la ética del cuidado, mencionan:

"La finalidad y justificación del cuidado es velar para que el ser desarrolle todas sus potencialidades para que llegue a ser él mismo, él realmente es en un contexto histórico-cultural, el hombre en su plenitud a nivel holístico: biopsicosocial".

Nada cambia, mas lo inapropiado del término, si atendemos a estas reflexiones desde la Enfermería, pues nos referimos a un mismo, y único, fin disciplinar. O al menos a priori, ya que, como señalan Siles y Solano (2007), nuestra profesión a pesar de estar omnipresente ante el dolor, la angustia y la muerte, "se ha mantenido cautelosamente alejada de la reflexión vivencial y fenomenológica del cuidado". No acostumbrados a atender los obstáculos y problemas epistemológicos, junto a las cuestiones sustantivas, objeto de estudio, y las metodológicas, todas ellas necesarias para obtener el conocimiento científico en Enfermería, seguimos sumidos en la invisibilidad y un rol secundario y subalterno entre las ciencias de la salud.

"El motivo por el que la Enfermería efectúa este proceso sintético, en el que se despoja de todo elemento teórico y tan solo se interesa por la aplicabilidad de la teoría, concepto o instrumento que utiliza, se debe tanto a una ausencia en la tradición científica de la transmisión del saber como a una ausencia de estudio riguroso de los principios, la esencia y el objeto de estudio de la propia Enfermería" (Hernández-Conesa, Moral y Esteban-Albert, 2003b).

Padecemos un déficit crónico de reflexión epistemológica, lo cual repercute directamente sobre nuestra invisibilidad: "El desarrollo de una disciplina sin raíces epistemológicas que la sostengan -crecimiento invertebrado- implica asumir los niveles de marginación que se derivan del déficit identitario de la misma" (Siles, 2016). Una nueva denominación, Cuidadología, obviamente no eliminaría estos problemas ipso facto, pero confirmaría un primer paso para determinar unas coordenadas epistemológicas muy necesarias para la maduración científica. La sociedad en su conjunto conforma el campo de conocimientos propio, disciplinar, un entramado complejo de relaciones humanas, envueltas de una fenomenología individual, familiar y comunitaria, alrededor de los cuidados de la salud.

"Históricamente la enfermería no ha tenido tradición científica y sus mecanismos de producción (investigación), difusión (publicaciones) y transmisión del conocimiento (docencia) han estado intervenidos en una relación interdisciplinar asimétrica con ciencias que sí que estaban avaladas con una amplia trayectoria en este contexto (Siles, 2016)".

Fue en febrero de 2016, el día 15, cuando propusimos por primera vez el término Cuidadología en las redes sociales, concretamente a través de Twitter, reflexionando con unos colegas enfermeros sobre el nombre de la disciplina. Unos meses después, colaboramos en el prefacio de la obra de Santamaría y Jiménez (2016), introduciendo el término en dicha publicación:

"Desde aquí proponemos, aunque suene raro, el concepto Cuidadología para hacer alusión a la visión disciplinar y científica del cuidado. No diga nada aún, piénselo. Mencione su nuevo nombre, cuidadólogo, tres veces y verá que resulta incluso atractivo además de apropiado".

Posteriormente, se publicaron dos entradas en la web eldiagnosticoenfermero.es, "Sobre la Cuidadología, algo más" (Brito, 2016) y "Cuidadología, hacia un marco conceptual" (Brito, 2017). A la fecha de escritura de este editorial, la búsqueda en Google del término "Cuidadología" arroja 427 resultados. Obviamente pocos, si los comparamos con los 4.720 que produce "Nursology", un término semejante con mucho más recorrido y discusión. Se trata, este último, de un concepto que pretende proveer un marco conceptual para el estudio y la práctica de la Enfermería (O´Toole, 2013). Requiere de una intervención enfermera-paciente en sentido auténtico, sin la distancia que produce el "profesionalismo", desde el caring.

Se usó aparentemente por primera vez por Paterson, en 1971, para designar el estudio de la Enfermería con el propósito de desarrollar su teoría. Recientemente, Fawcett et al (2016) han retomado la discusión sobre el uso del término, analizando sus orígenes y planteando su pertinencia en un trabajo reflexivo con alumnos de un programa de doctorado en una universidad norteamericana.

Entre Nursology y Cuidadología, lógicamente, hay diferencias. La traducción de Nursology al español sería algo así como "Enfermerología", pero entendemos que, en nuestro contexto, el concepto Cuidadología es, por algunas de las razones ya comentadas anteriormente relacionadas con los significados de los conceptos cuidar y cuidado, bastante más acertado y etimológicamente preciso. No obstante, los paralelismos terminológicos entre Nursology y Cuidadología resultan evidentes. Fawcett expone cómo algunas teóricas enfermeras han utilizado el término desde la década de los setenta del siglo XX. Roper, en 1976, junto a Logan y Tierney, empleó el concepto considerándolo apropiado para el estudio teórico de la disciplina y de su cuerpo de conocimientos. Lo mismo sucedió con Paterson y Zderad (1976) quienes se identificaron a sí mismas como nursologists. Destacan cómo la palabra Nursology hace alusión a un conjunto propio de conocimientos, diferente de la práctica de colaboración con los médicos y, por tanto, que solamente puede conllevar dedicación y discusión científica enfermera. El cuidado es, según nuestro punto de vista, algo puramente enfermero desde cualquier mirada, tanto disciplinar como profesionalmente. Aunque no por ello creemos que el cuidado de la salud de las personas sea exclusivo de las enfermeras, evidentemente. Meleis (2012) considera además una tautología el hecho de que la disciplina se defina utilizando entre los conceptos de su metaparadigma el propio término enfermería, con lo que expone la conveniencia de un nuevo concepto para su definición. Así, Reed, en 1997, expuso que quizás era el momento histórico de considerar renombrar la disciplina, y Fitzpatrick, en 2014, retomó el planteamiento como un camino para legitimar la iniciativa científica y distinguir la ciencia enfermera de otras disciplinas, especialmente dentro de las ciencias de la salud. Los estudiantes de doctorado, preguntados por la conveniencia del cambio, mostraron opiniones mayoritariamente favorables sobre el uso del término nursology declarando, entre otras cuestiones, que:

- Permite evitar la tautología creada alrededor del metaparadigma enfermero.

- Dada la rápida expansión del conocimiento enfermero, estamos en un momento idóneo para referirnos a la disciplina como nursology.

- El término podría motivar a las personas interesadas en el ámbito de la investigación, acercándolas a ella.

- Refleja la centralidad en el desarrollo y aplicación del conocimiento del cuidado para la práctica, otorgándole identidad propia.

- Nos desplaza de la visión social de la enfermería como un trabajo dedicado a los cuidados de salud delegados y sin un cuerpo de conocimientos propio.

- Clarifica la confusión producida por las raíces etimológicas de las palabras, tanto nurse-nursing como enfermera-enfermería.

- Podría contribuir a eliminar el estigma histórico, social y cultural asociado al concepto enfermera, como profesionales supeditadas a una jerarquía de poder médico.

Otros estudiantes se mostraron reticentes al cambio en la denominación, argumentando algunas cuestiones como:

- El concepto nuevo representa un proceso teórico para la práctica, pero no es una definición de la disciplina per se.

- Se trata de una aproximación fenomenológica a la práctica reflexiva, más que un nombre para la disciplina.

- Renombrarla en estos momentos crearía más confusión e inconsistencia entre las enfermeras, otros miembros del equipo de salud y el público en general.

Como conclusión, parece conveniente y positivo continuar dialogando sobre la pertinencia respecto al nombre de nuestra disciplina. En el contexto español, debemos seguir avanzando en este sentido, tal como se ha hecho con el concepto Nursology en el panorama anglosajón. Creemos que el concepto Cuidadología promueve una visión diferente, actualizada y mucho más completa para la ciencia del cuidado, que el término Enfermería. El grupo de investigación MISKC, de la Universidad de Alcalá, incluyó recientemente el término en el lema de un congreso celebrado en Madrid en junio de 2017, "Del logos al lego. Primer paso en la Cuidadología".

Podría definirse la Cuidadología, como la ciencia que estudia el cuidado de la salud desde una perspectiva integral, biopsicosocial, tanto a nivel individual, como familiar y comunitario, teniendo en cuenta todos y cada uno de los factores que inciden en la salud de las personas, históricos, sociológicos, antropológicos, psicológicos y humanos. Basándose en un método científico de estudio, y, por consiguiente, riguroso, ordenado y sistemático, para la búsqueda de la mejor evidencia disponible en los múltiples y numerosos aspectos relacionados con los cuidados de la salud y de la vida en general.

 

Bibliografía

1. Brito Brito PR. (26 de junio de 2013). ADNNN. (Mensaje en un blog). El diagnóstico enfermero. Recuperado de http://www.eldiagnosticoenfermero.es/2013/06/adnnn.html        [ Links ]

2. Brito Brito PR. (17 de agosto de 2016). Sobre la Cuidadología, algo más. (Mensaje en un blog). El diagnóstico enfermero. Recuperado de http://www.eldiagnosticoenfermero.es/2016/08/sobre-la-cuidadologia-algo-mas.html        [ Links ]

3. Brito Brito PR. (2 de marzo de 2017). Cuidadología: hacia un marco conceptual. (Mensaje en un blog). El diagnóstico enfermero. Recuperado de http://www.eldiagnosticoenfermero.es/2017/03/cuidadologia-hacia-un-marco-conceptual.html        [ Links ]

4. Encinoso Mena JM. (1977). ¿Practicante?, ¿A.T.S.?, ¿Enfermero? Ser o no ser. Esa es la cuestión. Canarias Paramédica, 2(9),17.         [ Links ]

5. Hernández-Conesa JM, Moral de Calatrava P, Esteban-Albert M. (2003a). El método de intervención en Enfermería: el proceso de Enfermería. En: Fundamentos de la Enfermería. Teoría y método. Madrid: Mc-Graw Hill, Interamericana, pp.147-161.         [ Links ]

6. Hernández-Conesa JM, Moral de Calatrava P, Esteban-Albert M. (2003b). Objeto y método de la filosofía de la ciencia: lógica, semántica y epistemología. En: Fundamentos de la Enfermería. Teoría y método. Madrid: Mc-Graw Hill, Interamericana, pp.47-62.         [ Links ]

7. Fawcett J, Aronowitz T, Abu-Fannouneh A, Al Usta M, Fraley HE, Howlett MS, et al. (2016). Thoughts about the name of our discipline. Nursing Science Quarterly, 28(4), 330-333.         [ Links ]

8. Fitzpatrick JJ. (2014). The discipline of nursing. In JJ Fitzpatrick & G. McCarthy (Eds.). Theories guiding nursing research and practice: making nursing knowledge development explicit (pp.3-13). New York: Springer.         [ Links ]

9. Medina Moya JL. (2006). Deseo de cuidar y voluntad de poder. La enseñanza de la enfermería. Barcelona: Publicacions i Edicions, Universitat de Barcelona.         [ Links ]

10. Meleis AI. (2012). Theoretical nursing: development and progress (5th ed.). Philadelphia: Wolters Kluwer/Lippincott Williams and Wilkins.         [ Links ]

11. O´Toole M (Ed.) (2013). Mosby's Medical Dictionary, 9th edition. St. Louis: Mosby.         [ Links ]

12. Parentini MR. (2002). Historia de la Enfermería. Aspectos relevantes desde sus orígenes hasta el siglo XX. Montevideo: Ediciones Trilce, pp.15-18.         [ Links ]

13. Paterson JG. (1971). From a philosophy of clinical nursing to a method of nursology. Nursing Research, 20,143-146.         [ Links ]

14. Reed PG. (1997). Nursing: the ontology of the discipline. Nursing Science Quarterly, 10,76-79.         [ Links ]

15. Saporiti E, Correia F. (1987). Em que consiste a enfermagen. En: Seminario Nacional O perfil e a competencia do enfermeiro. Fortaleza: Ceará, p.39.         [ Links ]

16. Siles González J, Solano Ruiz C. (2007). El origen fenomenológico del "cuidado" y la importancia del concepto de tiempo en la historia de la Enfermería. Revista Cultura de los Cuidados, 11(21),19-27.         [ Links ]

17. Santamaría García JM, Jiménez Rodríguez ML. (2016). Los axiomas del cuidado. Bases para su aprehensión conceptual. Madrid: Grupo MISKC-ENE.         [ Links ]

18. Siles González J. (2016). La utilidad práctica de la epistemología. En la clarificación de la pertinencia teórica y metodológica de la disciplina enfermera. índex de Enfermería, 25(1-2),86-92.         [ Links ]

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons