INTRODUCCIÓN
El aumento de las enfermedades crónicas, unido a la creciente complejidad de las organizaciones sanitarias dificultan la atención integral, continuada y centrada en las personas1,2; sobre todo en los casos que la prevalencia de estas enfermedades y el número de demandas asistenciales e ingresos hospitalarios se incrementan significativamente3. Estas sinergias promueven la necesidad de coordinar recursos que mejoren la calidad de vida y satisfacción de las personas. En este sentido, la agencia Joint Commission International es la encargada de acreditar la calidad asistencial a través de la evaluación de los centros hospitalarios4; entre sus criterios se incluye el trabajo en equipo multidisciplinar5 y la adecuada coordinación interprofesional e interorganizacional en relación al tiempo, donde la información sobre el estado de salud se personaliza de forma eficaz y coherente en sintonía con la percepción, las necesidades de salud y el contexto personal de los pacientes6.
Las tres dimensiones que integran esta continuidad asistencial7 incluyen la continuidad de la información, que refiere al intercambio de información entre profesionales y pacientes durante la relación terapéutica a través de los registros formales de datos clínicos, complementados con un conocimiento tácito sobre preferencias, valores y contexto del paciente. La continuidad de la rela- ción, que está sustentada en el conocimiento acumulado de las preferencias y circunstancias del paciente a través de las decisiones compartidas, que pueden documentarse o no en los registros formales; así como la confianza interpersonal basada en la relación establecida a lo largo del tiempo y las expectativas. La continuidad de la administración, que conlleva la planificación convenida de intervenciones coordinadas con responsabilidad explícita, proporcionando previsibilidad y seguridad tanto para los pacientes como para los proveedores de salud.
Los principios generales en los que se sustenta el Sistema Nacional de Salud (SNS) determinan que su estructura esté organizada en dos niveles asistenciales diferenciados, el nivel de atención primaria (AP) y el nivel secundario, hospitalario o, comúnmente denominado atención especializada (AE), con la finalidad de acercar la atención a la salud con criterios de equidad y calidad8. Esta división jerárquica constituye una importante barrera que amenaza la continuidad de la atención integral.
La enfermera es un profesional clave para el desarrollo de servicios especializados y avanzados en el ámbito de la continuidad asistencial, en el que a través de la adquisición de posiciones de liderazgo debe ser capaz de minimizar desencuentros asistenciales perjudiciales para la población. En el ámbito de las competencias enfermeras, las situaciones susceptibles de discontinuidad pueden deberse a la omisión, duplicidad o contradicción acerca de la información sobre los pacientes, los cuidadores, o los propios cuidados entre niveles asistenciales9.
Para que esta continuidad sea eficaz, al alta hospitalaria es preciso combinar la información verbal con la información escrita normalizada10, facilitando la transferencia de datos estandarizados entre los niveles asistenciales a través de los sistemas de información11.
La relación coordinada entre las enfermeras y los pacientes constituye un reto que va más allá de la comunicación significativa centrada en las personas en un contexto dotado de complejidad en el seno del proceso de enfermedad/bienestar12. No obstante, para favorecer una prestación de servicios de salud que respeten y satisfagan las necesidades de estos pacientes y sus cuidadores, es esencial promover la implementación de herramientas de comunicación tales como los informes de cuidados de enfermería (ICE), cuya elaboración permite plasmar el derecho de las personas a disponer de información sobre su proceso de salud.
El ICE es un documento normalizado de rápida localización, que se adapta a las diferentes necesidades y situaciones utilizando los contenidos de los sistemas de información con la finalidad última de unificar y dejar constancia de la prescripción enfermera, así como garantizar la continuidad asistencial. En España, la información específica acerca del registro enfermero con sistemas de lenguajes normalizados está regulada por el anexo VII del Real Decreto 1093/2010, en el que se aprueba el conjunto mínimo de datos de los informes clínicos del SNS13. El ICE está estructurado en tres bloques que agrupan la información sobre datos administrativos, datos del paciente y datos del proceso enfermero (PE). En relación al bloque sobre datos del PE, los apartados que incorporan lenguajes enfermeros corresponden por un lado a los Diagnósticos enfermeros (DE) activos y a DE resueltos, donde los primeros conciernen a los problemas de salud reales o potenciales identificados en el individuo, tanto al ingreso como al alta hospitalaria, que no han sido resueltos durante la estancia hospitalaria y los segundos a problemas de salud resueltos durante la estancia hospitalaria. Por otra parte están los lenguajes enfermeros que describen las Intervenciones enfermeras planificadas y ejecutadas y por último, los Resultados enfermeros para señalar la evolución del estado de salud del paciente. En España, el Real Decreto 1093/2010 dispone expresamente que los ICE deberán cumplimentarse usando las terminologías NANDA International (NANDA-I), Nursing Interventions Classification (NIC) y Nursing Outcomes Classification (NOC). Las clasificaciones NANDA-I y NOC presentan una configuración estructural jerarquizada en dominios y clases, mientras que la NIC se organiza en campos y clases.
Se han planteado como objetivos analizar el uso de sistemas de lenguajes normalizados en los ICE al alta hospitalaria, así como identificar tipologías de DE y examinar las etiquetas y los contenidos diagnósticos.
MÉTODOS
Diseño: Estudio descriptivo transversal realizado en el Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil (CHUIMI) en Gran Canaria (Islas Canarias, España). El CHUIMI está conformado por dos hospitales universitarios de tercer nivel, por un lado el Hospital Universitario Insular de Gran Canaria (HUIGC) y por otro lado el Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias (HUMIC); este último se trata de un hospital dedicado exclusivamente a la atención obstétrica y pediátrica.
Participantes: La población diana es la totalidad de ICE validados al alta hospitalaria en la historia clínica electrónica entre el 1 de enero y 31 de diciembre de 2017.
Elección de la muestra: Muestreo probabilístico aleatorio simple de n = 370 ICE usando el software Excel®. Para el cálculo del tamaño muestral se ha estimando una proporción de atributo deseado al 50%, 95% nivel de confianza y 5% margen de error para una distribución multinominal con un universo finito de población que atiende al peor de los supuestos.
Acceso a la población de estudio: Los datos han sido proporcionados por el servicio de control de gestión del CHUI- MI mediante archivo encriptado y disociado; todo ello a través de descarga automatizada de los registros, previa solicitud.
Criterios de inclusión y exclusión: Han sido incluidos todos los ICE realizados y validados a pacientes en los que ha acontecido alta hospitalaria en el período de estudio. Han sido excluidos los casos en los que el apartado “Etiquetas de diagnósticos activos” no se ha cumplimentado, así como los casos en los que el ICE no haya sido realizado con motivo del alta hospitalaria del paciente.
Variables: Las variables sociodemográficas corresponden a edad (cuantitativa discreta, expresada en años), sexo (cualitativa nominal dicotómica, mujer/ hombre), unidad de hospitalización (cualitativa nominal policotómica, la unidad clínica de hospitalización del paciente, habitualmente suele corresponder con especialidades clínicas médicas de referencia), días de estancia hospitalaria (cuantitativa discreta), tipo de ICE (cualitativa nominal dicotómica, estándar/especial), fecha de creación del ICE estándar (cualitativa ordinal), fecha de validación del ICE estándar (cualitativa ordinal), días para la realización del ICE estándar (cuantitativa discreta), fecha de creación del ICE especial (cualitativa ordinal), fecha de validación del ICE especial (cualitativa ordinal), días para la realización del ICE especial (cuantitativa discreta), diagnóstico médico de ingreso hospitalario (cualitativa nominal policotómica), motivo de alta (cualitativa nominal policotómica). Las variables clínicas son uso del formato PES (Problema, Etiología, Sintomatología) (cualitativa nominal dicotómica, si/no), etiquetas de diagnósticos activos (cualitativa nominal policotómica), etiquetas de diagnósticos resueltos durante la estancia hospitalaria (cualitativa nominal policotómica), factores relacionados y de riesgo del DE (cualitativa nominal policotómica), características definitorias del DE (cualitativa nominal policotómica), problemas de colaboración (cualitativa nominal policotómica), causa del problema de colaboración (cualitativa nominal policotómica), resultados NOC (cualitativa nominal policotómica), intervenciones NIC (cualitativa nominal policotómica), modelo de enfermería utilizado (cualitativa nominal policotómica).
Proceso de análisis: Análisis descriptivo de las variables cuantitativas mediante el cálculo de la media (µ) y desviación estándar (De) y de las variables cualitativas mediante la distribución de frecuencias de sus categorías. No ha sido realizado análisis bivariante. Los resultados han sido expresados mediante tablas y explicados de forma narrativa. Para el análisis estadístico se ha empleado el software SPSS® (versión 25).
Criterios éticos: Se ha garantizado el anonimato, la confidencialidad y el uso exclusivo de los datos para la investigación tras la aprobación por el comité de ética de la investigación de la provincia de Las Palmas (España), con número de registro 2019-190-1.
RESULTADOS
El número total de ICE realizados al alta fue 20856. Tras aplicar los criterios de inclusión, la población diana quedó conformada por N = 10268 (49,23%) ICE. El tiempo medio de estancia hospitalaria de los pacientes fue µ = 7,93 (De = 12,52) días, con promedio de tiempo desde la apertura del ICE hasta su validación µ = 7,07 (De = 37,03) días. Según el sexo, n = 231 (62,4%) ICE correspondieron a mujeres y n = 139 (37,6%) a hombres, mostrando edad media de los individuos µ = 2,55 (De = 23,18) años. El modelo teórico utilizado en el PE no se cumplimentó n = 361 (96,1%) ocasiones. Los principales motivos clínicos de hospitalización en el HUIGC fueron Sepsis n = 11 (3%) e Insuficiencia cardíaca congestiva descompensada n = 10 (2,7%). En el HUMIC destacaron Pródromos de parto n = 24 (6,5%) y Rotura prematura de membranas n = 22 (5,9%).
Etiquetas diagnósticas (ED)
En relación a los DE activos se registraron n = 1922 ED que atendieron a tipología focalizados en el problema n = 997 (51,9%), de riesgo n = 785 (40,8%) y de promoción de la salud n = 140 (7,3%). Las ED prevalentes fueron Riesgo de infección n = 235 (12,2%),
Riesgo de sangrado n = 140 (7,3%), Deterioro de la movilidad física n = 89 (4,6%) y Dolor agudo n = 84 (4,4%). Los contenidos diagnósticos incluyeron n = 2906 etiologías, cuyos factores relacionados (FR) y factores de riesgo (Fr) prevalentes correspondieron a deterioro neuromuscular n = 158 (5,4%), dolor n = 115 (4%), deterioro músculo esquelético n = 97 (3,3%), cirugía n = 82 (2,8%), ser portador de vía venosa n = 76 (2,6%) y procedimientos invasivos n = 73 (2,5%); las enfermeras registraron n = 1853 características definitorias (CD) entre las que destacaron limitación de la capacidad para las actividades motoras groseras n = 75 (4%), observación de evidencias de dolor n = 61 (3,3%), incapacidad para acceder al cuarto de baño n = 58 (3,3%) y disnea n = 51 (2,8%).
Los DE resueltos durante la estancia hospitalaria contabilizaron n = 93 ED que atendieron a tipología focalizados en el problema n = 31 (33,33%), de riesgo n = 58 (62,37%) y de promoción de la salud n = 4 (4,3%). Las ED prevalentes fueron Riesgo de infección n = 23 (24,7%), Riesgo de sangrado n = 12 (12,9%) y Dolor agudo n = 6 (6,5%). Los contenidos de estas ED resueltas durante la estancia hospitalaria contabilizaron n = 147 FR/Fr, sobresaliendo cirugía n = 13 (8,8%), vía venosa periférica n = 13 (8,8%), sonda vesical n = 11 (7,5%) y redón n = 10 (6,8%). Por otra parte, se incluyeron n = 56 CD entre las que destacaron expresa dolor n = 5 (8,9%), observación de evidencias de dolor n = 4 (7,1%), expresión verbal del paciente n = 3 (5,4%) y postura para evitar el dolor n = 3 (5,4%).
Atendiendo a la estructura jerárquica de NANDA-I, entre los DE activos sobresalieron los dominios Actividad/Reposo n = 602 (31,3%) y Seguridad/Protección n = 586 (30,5%); mientras que en el nivel clase, destacaron Lesión física n = 329 (17,1%), Autocuidado n = 251 (13,1%) e Infección n = 235 (12,2%). En los DE resueltos durante la estancia hospitalaria también destacaron los dominios Seguridad/Protección n = 45 (48,4%) y Actividad/Reposo n = 14 (15,1%), resaltando en esta ocasión las clases Infección n = 23 (24,7%), Lesión física n = 22 (23,7%) y Confort físico n = 10 (10,8%), tal como se muestra en la Tabla 1.
Dominio | Activos | Resueltos | Clase | Activos | Resueltos |
---|---|---|---|---|---|
n (%) | n (%) | n (%) | n (%) | ||
1. Promoción de la salud | 101 (5,3) | 4 (4,3) | 1. Toma de conciencia de la salud | 5 (0,3) | 2 (2,2) |
2. Gestión de la salud | 96 (5) | 2 (2,2) | |||
2. Nutrición | 152 (7,9) | 9 (9,7) | 1. Ingestión | 55 (2,9) | 1 (1,1) |
2. Digestión | - | - | |||
3. Absorción | - | - | |||
4. Metabolismo | 55 (2,9) | 4 (4,3) | |||
5. Hidratación | 42 (2,2) | 4 (4,3) | |||
3. Eliminación/ intercambio | 132 (6,9) | 5 (5,4) | 1. Función urinaria | 46 (2,4) | 1 (1,1) |
2. Función gastrointestinal | 71 (3,7) | 4 (4,3) | |||
3. Función tegumentaria | - | - | |||
4. Función respiratoria | 15 (0,8) | - | |||
4. Actividad/ reposo | 602 (31,3) | 14 (15,1) | 1. Sueño/reposo | 54 (2,8) | 2 (2,2) |
2. Actividad/ejercicio | 127 (6,6) | 1 (1,1) | |||
3. Equilibrio de la energía | 19 (1) | - | |||
4. Respuestas cardiovasculares/ pulmonares | 151 (7,9) | 3 (3,2) | |||
5. Autocuidado | 251 (13,1) | 8 (8,6) | |||
5. Percepción/cognición | 65 (3,4) | 1 (1,1) | 1. Atención | - | - |
2. Orientación | - | - | |||
3. Sensación percepción | - | - | |||
4. Cognición | 51 (2,7) | 1 (1,1) | |||
5. Comunicación | 14 (0,7) | - | |||
6. Autopercepción | 26 (1,4) | 2 (2,2) | 1. Autoconcepto | 18 (0,9) | 1 (1,1) |
2. Autoestima | 2 (0,1) | - | |||
3. Imagen corporal | 6 (0,3) | 1 (1,1) | |||
7. Rol y relaciones | 13 (0,7) | 1 (1,1) | 1. Roles de cuidador | 12 (0,6) | 1 (1,1) |
2. Relaciones familiares | 1 (0,1) | - | |||
3. Desempeño del rol | - | - | |||
8. Sexualidad | 31 (1,6) | 1 (1,1) | 1. Identidad sexual | - | - |
2. Función sexual | 2 (0,1) | - | |||
3. Reproducción | 29 (1,5) | 1 (1,1) | |||
9. Afrontamiento y tolerancia al estrés | 55 (2,9) | 1 (1,1) | 1. Respuestas postraumáticas | - | - |
2. Respuestas de afrontamiento | 55 (2,9) | 1 (1,1) | |||
3. Estrés neurocomportamental | - | - | |||
10. Principios vitales | 1 (0,1) | - | 1. Valores | - | - |
2. Creencias | - | - | |||
3. Congruencia valores/ creencias/acciones | 1 (0,1) | - | |||
11. Seguridad/ protección | 586 (30,5) | 45 (48,4) | 1. Infección | 235 (12,2) | 23 (24,7) |
2. Lesión física | 329 (17,1) | 22 (23,7) | |||
3. Violencia | - | - | |||
4. Peligros del entorno | - | - | |||
5. Procesos defensivos | - | - | |||
6. Termorregulación | 22 (1,1) | - | |||
12. Confort | 158 (8,2) | 10 (10,8) | 1. Confort físico | 96 (5) | 10 (10,8) |
2. Confort del entorno | 62 (3,2) | - | |||
3. Confort social | - | - | |||
13. Crecimiento/ desarrollo | - | - | 1. Crecimiento | - | - |
2. Desarrollo | - | - | |||
1922 (100) | 93 (100) | 1922 (100) | 93 (100) |
Intervenciones enfermeras
Se registraron n = 72 NIC correspondientes a distintos campos y clases, entre los que sobresalieron el campo Familia n = 20 (27,8%) y la clase Mediación del sistema sanitario n = 13 (18,1%); el resto de NIC incluidas se muestran en la Tabla 2.
Campo | n (%) | Clase | n (%) |
---|---|---|---|
1. Fisiológico: básico | 16 (22,2) | A. Control de actividad y ejercicio | - |
B. Control de la evacuación | 5 (6,9) | ||
C. Control de inmovilidad | - | ||
D. Apoyo nutricional | - | ||
E. Fomento de la comodidad física | 4 (5,6) | ||
F. Facilitación del autocuidado | 7 (9,7) | ||
2. Fisiológico: complejo | 9 (12,5) | G. Control de electrolitos y acidobásico | - |
H. Control de fármacos | 4 (5,6) | ||
I. Control neurológico | - | ||
J. Cuidados perioperatorios | - | ||
K. Control respiratorio | - | ||
L. Control de la piel/heridas | 4 (5,6) | ||
M. Termorregulación | - | ||
N. Control de la perfusión tisular | 1 (1,4) | ||
3. Conductual | - | O. Terapia conductual | - |
P. Terapia cognitiva | - | ||
Q. Potenciación de la comunicación | - | ||
R. Ayuda para el afrontamiento | - | ||
S. Educación de los pacientes | - | ||
T. Fomento de la comodidad psicológica | - | ||
4. Seguridad | 11 (15,3) | U. Control en casos de crisis | - |
V. Control de riesgos | 11 (15,3) | ||
5. Familia | 20 (27,8) | W. Cuidados de un nuevo bebé | 11 (15,3) |
Z. Cuidados de crianza de un nuevo bebé | 9 (12,5) | ||
X. Cuidados durante la vida | - | ||
6. Sistema sanitario | 16 (22,2) | Y. Mediación del sistema sanitario | 13 (18,1) |
a. Gestión del sistema sanitario | - | ||
b. Control de la información | 3 (4,2) | ||
7. Comunidad | - | c. Fomento de la salud de la comunidad | - |
d. Control de riesgos de la comunidad | - | ||
72 (100) | 72 (100) |
Resultados enfermeros
Se registraron n = 103 NOC, destacando el dominio Conocimiento y conducta de salud n = 32 (31,1%) y la clase Conocimientos sobre promoción de la salud n = 18 (17,5%), el resto de frecuencias de NOC se muestran en la Tabla 3.
Dominio | n (%) | Clase | n (%) |
---|---|---|---|
I. Salud funcional | 7 (6,8) | A. Mantenimiento de la energía | 1 (1,0) |
B. Crecimiento y desarrollo | 5 (4,9) | ||
C. Movilidad | 1 (1,0) | ||
D. Autocuidado | - | ||
II. Salud fisiológica | 26 (25,2) | E. Cardiopulmonar | 3 (2,9) |
K. Digestión y nutrición | 12 (11,7) | ||
F. Eliminación | - | ||
G. Líquidos y electrolitos | 2 (1,9) | ||
H. Respuesta inmune | 2 (1,9) | ||
I. Regulación metabólica | 2 (1,9) | ||
J. Neurocognitiva | 1 (1,0) | ||
Y. Función sensitiva | - | ||
AA. Respuesta terapéutica | - | ||
L. Integridad tisular | 4 (3,9) | ||
III. Salud psicosocial | 10 (9,7) | M. Bienestar psicológico | 4 (3,9) |
N. Adaptación psicosocial | 1 (1,0) | ||
O. Autocontrol | - | ||
P. Interacción social | 5 (4,9) | ||
IV. Conocimiento y conducta de salud | 32 (31,1) | Q. Conducta de salud | 6 (5,8) |
R. Creencias sobre la salud | - | ||
FF. Gestión de la salud | - | ||
GG. Conocimiento sobre su condición de salud | 2 (1,9) | ||
S. Conocimientos sobre promoción de la salud | 18 (17,5) | ||
T. Control del riesgo | 1 (1,0) | ||
HH. Seguridad | - | ||
V. Salud percibida | 10 (9,7) | U. Salud y calidad de vida | 3 (2,9) |
EE. Satisfacción con los cuidados | - | ||
V. Sintomatología | 7 (6,8) | ||
VI. Salud familiar | 18 (17,5) | W. Desempeño del cuidador familiar | 1 (1,0) |
Z. Estado de salud de los miembros de la familia | 6 (5,8) | ||
X. Bienestar familiar | 1 (1,0) | ||
DD. Ser padre | 10 (9,7) | ||
VII. Salud comunitaria | - | CC. Protección de la salud comunitaria | - |
BB. Bienestar comunitario | - | ||
103 (100) | 103 (100) |
DISCUSIÓN
El análisis de los ICE ha revelado que la mayor prevalencia de DE corresponde al dominio Actividad/Reposo y la clase Autocuidado, así como al dominio Seguridad/Protección y las clases Lesión física e Infección; lo que informa acerca de los problemas de salud registrados por las enfermeras hospitalarias. La mayoría de los DE activos correspondieron a etiquetas focalizadas en el problema y de riesgo, mientras que la mayor parte de los DE resueltos atendieron a la tipología de riesgo. Esta circunstancia ofrece una primera impresión de cuáles son las necesidades de cuidados identificadas por las enfermeras; no obstante, es necesario profundizar mediante estudios que aborden las dinámicas de trabajo en el entorno hospitalario para conocer las implicaciones derivadas de estos registros.
En otros contextos, se ha observado que el registro de ED también está vinculado a dominios NANDA-I semejantes. Así, D'Agostino y colaboradores14 (N = 2283) determinaron que los dominios destacados correspondieron con Seguridad/Protección (34,1%) y Actividad/Reposo (26,9%); del mismo modo, el estudio realizado por Güler y colaboradores15 sobre una población de mayores (N = 154) también mostró entre sus dominios prevalentes Actividad/Reposo y Seguridad/Protección. Entre los DE prevalentes identificados por D'Agostino, al igual que nuestro estudio, se encontró Riesgo de infección (64,6%; p<0,001). Por su parte, Feng & Chang16 también señalaron Riesgo de infección como el DE más utilizado. Otro estudio sobre población infantil17 mostró igualmente que el Riesgo de infección se sitúa entre las ED destacadas. A falta de análisis concluyentes, se revela que los dominios y ED señalados son las mayoritariamente identificadas y registradas por las enfermeras en el contexto internacional.
La comunicación interprofesional es un pilar básico que tiene como finalidad favorecer la continuidad asistencial, lo que exige la participación conjunta de AP y AE. No obstante, la sombra de la discontinuidad está siempre presente debido a la falta de alianzas entre los profesionales implicados antes y después del alta hospitalaria. Para garantizar la continuidad de los cuidados, en nuestro contexto, han sido desarrolladas diferentes medidas que están agrupadas en líneas estratégicas relacionadas con la gestión y coordinación de los procesos asistenciales, así como mejoras en la calidad de la información. En lo que respecta al ICE, se precisa que sea cumplimentado con información útil y de mayor claridad; en este sentido, en España, el estudio realizado por Reig-García y colaboradores18 han señalado como aspectos destacados que las enfermeras manifiestan falta de tiempo para cumplimentar el ICE y precisan mayor formación en la utilización clínica de los lenguajes normalizados que minimicen las interpretaciones erróneas de la información entre distintos centros sanitarios, a través de una planificación al alta dotada de mayor flexibilidad y que proporcione más información sobre la situación social y psicológica de los pacientes. No obstante, es preciso implementar sistemas para la atención de esta continuidad asistencial a partir de la implementación de nuevos modelos de gestión de casos19 que comprendan una atención transdisciplinar, personalizada y centrada en las personas, con la finalidad de desarrollar estrategias de empoderamiento de los distintos perfiles profesionales implicados.
Las limitaciones encontradas en los registros de los ICE exponen la necesidad de establecer canales activos de comunicación que mejoren la utilidad y satisfacción derivadas de su uso20-23. Para ello, se requieren acciones que refuercen la competencia profesional y el pensamiento crítico24 a través de mejoras en las habilidades, los conocimientos, la capacidad de síntesis y el dominio de los lenguajes estandarizados25.
En otro orden, se debe destacar que para cumplimentar un ICE, en España, existe un condicionante legislativo que determina el uso de terminologías NANDA-I, NIC y NOC; esta exigencia establece un sesgo relacionado con el uso de otras terminologías o sistemas de lenguajes normalizados con reconocimiento internacional. Por otra parte, la regulación de los contenidos de estos informes, necesaria para la normalización de la práctica asistencial, se vincula con limitaciones en la creatividad profesional de las enfermeras.
Como limitaciones del estudio destacan los aspectos relativos al diseño y alcance de la investigación, con resultados meramente descriptivos en un único contexto hospitalario. Además, la literatura científica disponible acerca del uso de los lenguajes enfermeros en los ICE es escasa y procedente de investigaciones que no reportan información actualizada. En este sentido, sería interesante desarrollar futuras investigaciones con abordajes multicéntricos usando metodologías observacionales con diseños analíticos.
A modo de conclusión, se ha observado que los ICE que usan lenguajes normalizados son escasos, mostrando un elevado registro de terminología NANDA-I frente a una menor utilización de NIC y NOC. Las tipologías de los DE atienden principalmente a etiquetas focalizadas en el problema y de riesgo, con preferencias por los dominios Actividad/ Reposo y Seguridad/Protección. El número de registros relativos a DE activos es elevado en comparación con el número de DE resueltos durante la estancia hospitalaria; del mismo modo, el número de etiologías y características definitorias registradas es notable.
Cumplimentar el ICE es una práctica clínica que favorece la continuidad asistencial de los cuidados; no obstante, es preciso mejorar el registro normalizado de las enfermeras para transmitir por escrito la información relativa a los procesos de salud de las personas entre niveles asistenciales.