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FEM: Revista de la Fundación Educación Médica

versión On-line ISSN 2014-9840versión impresa ISSN 2014-9832

FEM (Ed. impresa) vol.17  supl.1 Barcelona jun. 2014

 

MESA REDONDA: LA CALIDAD DE LOS CENTROS DE ENSEÑANZA

 

La enseñanza en las facultades de medicina en un entorno de crisis

Teaching in medical schools in a crisis enviroment

 

 

Juan Emilio Felíu Albiñana

Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular. Decano Comisario de la Facultad de Medicina de Ciudad Real. Universidad de Castilla-La Mancha
E-mail: juane.feliu@uclm.es

 

 

Introducción

Quiero, antes que nada, agradecer a la Fundación Lilly, a la Cátedra de Educación Médica y a los directores de este encuentro de verano, profesores Jesús Millán Núñez-Cortés y José Antonio Gutiérrez Fuentes, su invitación a participar en este curso y la oportunidad que me ofrecen de poder presentar una muestra de mi experiencia profesional durante los últimos cuatro años, como responsable directo (en calidad de decano-comisario) de la creación de la nueva Facultad de Medicina de Ciudad Real, en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM).

Me van a permitir, pues, que sin restar importancia a la crisis económica en la que nos encontramos, ni a los importantes recortes sociales realizados en educación, investigación y sanidad (por citar aquellos que como facultad de medicina más nos afectan) centre mi presentación en mostrarles algunas de las características de este nuevo proyecto docente que es la Facultad de Medicina de Ciudad Real, proyecto que se gestó y nació antes de que la crisis económica se manifestara en toda su crudeza, y que está desarrollándose con las limitaciones impuestas por la crisis. Para ello, dividiré mi presentación en tres apartados: análisis del perfil de la UCLM, los estudios de medicina en la UCLM y logros y retos de la Facultad de Medicina de Ciudad Real.

 

Perfil de la Universidad de Castilla-La Mancha

Castilla-La Mancha es una comunidad autónoma enclavada en el corazón de la península ibérica, constituida como autonomía el 16 de agosto de 1982. Ocupa una extensión de 79.226 km2 (el 15,7% del territorio nacional) y en 2012 contaba con una población de 2.122.000 habitantes (el 4,5% de la población española).

La UCLM se creó por la Ley 27/1982 de 30 de junio, pero no comenzó su andadura de forma efectiva hasta que el 4 de febrero de 1985 el Consejo de Rectores informó favorablemente sobre la creación de las primeras facultades de la UCLM. El 2 de abril de ese mismo año se incorporaron a la universidad, mediante real decreto, diversos centros hasta entonces integrados o adscritos a la Universidad de Murcia, Universidad Complutense y Universidad Autónoma de Madrid. El 24 de julio de 1985, el Consejo de Ministros autorizó la puesta en marcha de la UCLM para el curso 1985-1986 y, el 4 de octubre de 1985, se procedió a la apertura solemne del primer curso académico de la universidad regional.

El distrito universitario comprende los campus de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Toledo, Almadén y Talavera de la Reina, hecho que ha condicionado y condiciona de manera importante el funcionamiento de la universidad, tanto por las grandes distancias entre los distintos campus como por la dificultad de comunicación entre las capitales de provincia que, en parte, aún persisten. No obstante, hay que reconocerle a la UCLM su enorme influencia en la creación de una conciencia regional y un papel importante en la promoción de la integración regional.

Dados los condicionantes socioeconómicos que presentaba la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha al inicio de la década de los ochenta, la UCLM vino a satisfacer una demanda de todos los sectores sociales de la comunidad, que sufría un secular y acentuado retraso económico, académico y cultural. La universidad venía a garantizar la formación cultural, científica y técnica de unos jóvenes que, hasta su creación, tenían que cursar estudios en otras comunidades autónomas, además de colaborar intensamente en el desarrollo económico y social de la comunidad.

Desde su creación en 1985, la UCLM ha experimentado un considerable crecimiento, tanto en recursos materiales (infraestructura y presupuestos) como humanos (profesores, alumnos y personal de administración y servicios). En este sentido, el número de alumnos ha pasado de 4.957 en el curso 1985-1986 a alrededor de 30.000 en la actualidad, y en el mismo período el número de profesores pasó de 287 a más de 2.000.

 

Estudios de medicina en la Universidad de Castilla-La Mancha

La primera facultad de medicina de la UCLM se instaló en el campus de Albacete y comenzó sus actividades docentes en el curso académico 1998-1999. Su proyecto docente respondió a un modelo novedoso, basado en la integración de disciplinas, en el aprendizaje por módulos de objetivos, concediendo gran relevancia a la práctica, en concordancia con recientes tendencias pedagógicas implantadas en algunas facultades de medicina americanas y europeas, y potenciando el autoaprendizaje como labor activa del alumno.

Este proyecto docente, contenido en la Memoria para la creación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha [1], fue coordinado por una comisión asesora integrada por los profesores D. Julio Fermoso, D. Carlos Belmonte y D. José Luis Romero. El proyecto docente fue reconocido por la Organización Mundial de la Salud y considerado pilot medical school programme for the improvement of medical education. Este plan de estudios fue homologado por la Comisión Académica del Consejo de Universidades en su reunión del 14 de julio de 1998 y publicado en el Boletín Oficial del Estado del 6 de octubre de 1998.

La finalidad de este plan de estudios de 1998 fue preparar a los estudiantes de medicina de acuerdo con los rasgos esenciales de lo que iba a ser la práctica de la medicina en los primeros lustros del siglo xxi. Fundamentalmente, este programa presentaba las siguientes características:

- Un aprendizaje en grupos reducidos (en principio, no más de 25-30) y centrado en el estudiante. La participación activa del alumno y la estrecha interacción con el profesor en el proceso de aprendizaje implicaban, a su vez, el desarrollo de las capacidades de razonamiento, autoaprendizaje y autoevaluación.

- Un aprendizaje basado en la práctica, que permitía al estudiante la adquisición de las competencias técnicas, clínicas y sociales que requiere el ejercicio de la profesión médica.

- Un aprendizaje multidisciplinar, que integraba las ciencias básicas, clínicas y psicosociales.

- Una evaluación continuada, tanto de los alumnos como del personal docente y de la metodología pedagógica aplicada.

El plan de estudios de 1998 estuvo vigente hasta 2010. En el curso 2010-2011, con la aprobación del Espacio Europeo de Educación Superior, se puso en marcha el actual título de graduado/a en Medicina, que sigue las directrices plasmadas en el Libro Blanco de la Titulación de Medicina elaborado por la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina Españolas [2]. Tras la obtención del VERIFICA por parte de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), este plan de estudios fue de aplicación en la UCLM, tanto en su Facultad de Medicina de Albacete como en la recién creada Facultad de Medicina de Ciudad Real [3].

 

Logros y retos de la Facultad de Medicina de Ciudad Real

Como ya hemos comentado, la Facultad de Medicina de Ciudad Real (Fig. 1) inicia su andadura en el curso 2010-2011 y se ubica en un nuevo edificio (Aulario Polivalente/Facultad de Medicina) con unas instalaciones docentes, unos laboratorios de prácticas y de investigación y un equipamiento docente y científico muy adecuado para la enseñanza de la medicina, tal como fue reconocido por la ANECA en la aprobación del correspondiente VERIFICA. En la primera promoción ingresaron 50 alumnos y posteriormente este número se incrementó a 60 alumnos por curso. En la actualidad se imparten los cuatro primero cursos.

 

 

El profesorado inicial, procedente de la propia UCLM o de otras universidades nacionales, estaba formado por un total de 20 profesores; de ellos, tres eran catedráticos de universidad y tres profesores titulares. Además, se contaba para la docencia clínica con el apoyo del Hospital General de Ciudad Real -hoy Hospital General Universitario de Ciudad Real (HGUCR)- y del Área Asistencial Integrada de Ciudad Real. Hay que mencionar que el HGUCR -inaugurado en 2006- es un hospital terciario, con 514 camas, 450 facultativos y casi 170 médicos internos y residentes. Además, el hospital está dotado de una moderna tecnología sanitaria (cuatro aparatos de tomografía axial computarizada helicoidales, resonancia magnética, PET-TAC, acelerador lineal, angiografía digital, sala de hemodinámica, gamma-cámaras, etc.).

Pero, sin lugar a dudas, lo que mejor define y caracteriza a la Facultad de Medicina de Ciudad Real es su plan de estudios, continuador del plan de estudios que en 1998 se aplicó en la Facultad de Medicina de Albacete, pero adaptado a las exigencias del Espacio Europeo de Educación Superior o Plan Bolonia [4]. Sus características principales se recogen a continuación:

- Aprendizaje en grupos reducidos (25-30) centrado en el estudiante.

- Aprendizaje integrado en módulo de objetivos, con evaluación continuada.

- Participación activa del alumno, con una marcada interacción con el profesor en el proceso de aprendizaje.

- Desarrollo de las capacidades de razonamiento, de autoaprendizaje y de autoevaluación.

- Aprendizaje basado en la práctica.

- Adquisición de competencias profesionales, clínicas y sociales que requiere el ejercicio de la profesión médica.

De estas características, dada la limitación de espacio, sólo comentaremos el segundo y quinto apartado.

En relación con el 'aprendizaje integrado en módulo de objetivos, con evaluación continuada', hay que decir que la estrategia docente está basada en el aprendizaje por módulos de objetivos, cuya principal finalidad es la comprensión global de conceptos relacionados entre sí y que forman parte de cada una de las distintas disciplinas que integran el semestre. En el primer y segundo curso cada uno de los dos semestres de clase contiene cinco módulos. En tercero y demás cursos clínicos son cuatro módulos por semestre.

Cada módulo docente está formado por un máximo de seis materias, cuyos objetivos y contenidos docentes en torno al estudio de un órgano o sistema se integran en el módulo. Los módulos docentes se desarrollan durante un período de tres semanas (en primer y segundo curso) y de cuatro semanas (a partir del tercer curso). Cada uno de los módulos, a su vez, consta de cinco fases docentes:

- Fase I (análisis de objetivos). En esta fase, cada grupo (25-30 alumnos, distribuidos en subgrupos de trabajo de cinco alumnos) dispone de tres horas lectivas para cada asignatura del módulo. En esta fase, el profesor realiza una explicación de los objetivos docentes del módulo, fijando claramente los conceptos más importantes que el alumno debe considerar. También identifica los conocimientos que se precisan para alcanzar los objetivos y los recursos disponibles, tanto bibliográficos (textos, artículos, etc.) como material auxiliar en formato electrónico (CD-ROM, páginas web, etc.) y aquel material constitutivo de las clases prácticas.

- Fase II (autoaprendizaje tutelado). Esta fase es un período (dos horas por asignatura y grupo) de estudio y autoaprendizaje colaborativo de cada subgrupo de alumnos en presencia del profesor, de acuerdo con el plan de trabajo elaborado y utilizando los recursos educativos, para adquirir los conocimientos que le permitirán alcanzar los objetivos docentes.

- Fase III (síntesis y puesta en común). Esta fase consta de dos sesiones de hora y media cada una por materia y grupo, para revisar los contenidos. En esta fase, los alumnos en presencia del profesor hacen una puesta en común de los conocimientos elaborados en la fase anterior para cada uno de los objetivos, realizan exposiciones relacionadas con los contenidos estudiados, resuelven ejercicios y problemas o presentan casos sencillos de aplicación clínica.

- Fase IV (prácticas, seminarios y actividades complementarias). En esta fase (dos sesiones de dos o tres horas por asignatura) se llevan a cabo tutorías con la presencia del profesor u otras actividades complementarias como prácticas de laboratorio o seminarios.

- Fase V (evaluación). Consiste en la evaluación de todas las asignaturas del módulo en un solo examen integrado o 'examen de módulo', constituido por 'preguntas de respuesta múltiple' (el 60% de la nota) y por 'preguntas de respuesta corta' (el 40% de la nota). El examen de módulo se puede complementar con un examen práctico en las asignaturas que lo requieran.

Con los exámenes de módulo se pretende estimular el trabajo continuado, a la vez que se realiza un seguimiento puntual del trabajo que lleva a cabo el alumno y del rendimiento obtenido. Así, en el caso de que éste sea insuficiente, es posible actuar a tiempo. Además de los exámenes mencionados, existen los exámenes finales de las convocatorias ordinarias.

En la figura 2 se muestra una distribución docente en fases, tal como está organizado el primer año del grado en Medicina en la Facultad de Medicina de Ciudad Real. En esta planificación docente intervienen todos los profesores responsables de las diferentes asignaturas que se imparten en primer año, bajo la coordinación de la Unidad de Educación Médica.

 

 

En relación con el apartado 'aprendizaje basado en la práctica', hemos de mencionar que (tal como ya se ha apuntado) en el nuevo plan de estudios del grado en Medicina implementado en la UCLM han desaparecido prácticamente las denominadas 'clases magistrales', que se han sustituido por seminarios, clases prácticas, clases de resolución de problemas o de aplicación a casos clínicos. En este sentido, es de destacar la existencia de unas sencillas pero bien dotadas instalaciones para la docencia práctica, que abarcan un laboratorio de prácticas de bioquímica y biología molecular y celular, un laboratorio de prácticas de fisiología y farmacología, una sala de microscopia, una sala de informática y unas muy bien dotadas salas de disección y de modelos anatómicos, donde los alumnos complementan su formación práctica en las materias básicas.

En cuanto a la formación clínica, disponemos de la inestimable colaboración del HGUCR, cuyos facultativos especialistas proveen de profesorado para las materias clínicas; en la actualidad son 42 profesores asociados en Ciencias de la Salud los que oficialmente imparten docencia clínica. Pero este número se ve ampliamente multiplicado unas cuatro o cinco veces si contabilizamos los facultativos implicados en la docencia de las prácticas clínicas en consultas, salas de ingreso o unidades de pruebas especiales. Aquí quiero y debo destacar la magnífica acogida que la creación de la Facultad de Medicina de Ciudad Real ha tenido en el HGUCR, en la gerencia, equipos directivos y, sobre todo, en sus facultativos. La estrecha colaboración existente entre la Facultad de Medicina y el HGUCR está siendo una de las mayores garantías de éxito. Los alumnos (a partir ya de tercer curso) pasan tres de las cuatro semanas de cada módulo en el HGUCR, donde reciben formación en práctica clínica. Hay que mencionar que en el HGUCR se han habilitado aulas docentes y se han adecuado espacios de estudio para los alumnos del grado en Medicina.

Una instalación que también colabora activamente en la enseñanza de las habilidades clínicas es el recientemente creado Laboratorio de Habilidades Clínicas y Simulación (Fig. 3). Este laboratorio, ubicado en el edificio de la Facultad de Medicina, permite la realización de talleres de habilidades clínicas, en donde se practica con maniquíes y material de simulación diferentes exploraciones (cardíaca, pulmonar, oftalmológica, rectal, etc.), así como distintas maniobras y habilidades clínicas (resucitación cardiopulmonar básica y avanzada, venopunciones, suturas, sondajes, intubaciones, etc.), todo ello perfectamente integrado con la docencia teórico-práctica de cada módulo y antes de las correspondientes prácticas hospitalarias. Esta preparación previa facilita la mejor comprensión de las prácticas clínicas, a la vez que se limitan las molestias a los pacientes.

 

 

Para la evaluación de las competencias y habilidades clínicas adquiridas por los alumnos de tercer curso, el pasado curso académico 2012-2013 llevamos a cabo (por vez primera) la realización de sendas ECOE (evaluación clínica objetiva estructurada) al final de cada uno de los semestres. La ECOE estaba evidentemente adaptada a los conocimientos y habilidades clínicas que un alumno de tercer curso debe poseer. La nota media obtenida por los alumnos en las dos ECOE fue de sobresaliente, lo cual avala y valida la estrategia y el método docente empleado.

Hasta aquí algunos de los logros conseguidos en el desarrollo de este nuevo proyecto que es la Facultad de Medicina de Ciudad Real. Pero los retos no son pequeños y aún queda mucho camino por recorrer. Entre los retos que tenemos planteados, algunos de los cuales están vinculados estrechamente con la evolución de la crisis económica, quiero destacar:

- La consolidación de las plantillas de profesores, tanto básicos como clínicos. Para estos últimos, ello debe suponer el paso de profesores asociados a profesores vinculados.

- El desarrollo de infraestructuras sólidas de investigación, actualmente tan desatendidas por la administración. Sobre todo hay que potenciar la colaboración en investigación entre básicos y clínicos en este nuevo entorno biomédico que surge entre la Facultad de Medicina y el HGUCR, entorno que debería extenderse a los restantes hospitales de la región.

- La organización y programación docente de los restantes cursos clínicos, en especial sexto curso, con su rotatorio clínico y su trabajo de fin de grado.

- La continuación (cuando las circunstancias económicas lo permitan) de las obras de lo que debe ser la definitiva Facultad de Medicina de Ciudad Real, ubicada en un emplazamiento muy próximo al HGUCR.

Evidentemente, no estamos en los mejores momentos. La crisis económica con sus múltiples causas y responsables nos azota y, además, es posible que sea duradera. Ante ello, nuestro mayor activo es la ilusión y el esfuerzo que todo el personal de la Facultad de Medicina, tanto el personal docente e investigador como el personal de administración y servicios, y los facultativos y personal sanitario del HGUCR han puesto y están poniendo en este nuevo proyecto de Facultad de Medicina. Asimismo, contamos con unos estudiantes excepcionales, dispuestos a no escatimar esfuerzos para adquirir una sólida formación médica. Y lo más importante: gozamos de la confianza de nuestros conciudadanos de Castilla-La Mancha. A ellos nos debemos y por ellos trabajamos y trabajaremos.

 

Bibliografía

1. Fermoso J, Romero JL, Belmonte C. Memoria para la creación de la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real: Universidad de Castilla-La Mancha; 1998.

2. Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina Españolas. Libro Blanco de la Titulación de Medicina. 2005.

3. Universidad de Castilla-La Mancha. Propuesta de título de graduado/a en Medicina por la Universidad de Castilla-La Mancha. Ciudad Real: Universidad de Castilla-La Mancha; 2010.

4. Real Decreto 1393/2007, de 29 de octubre de 2007, por el que se establece la ordenación de las enseñanzas universitarias oficiales.

 

 


 

Clima educativo en las facultades de medicina

Educational ambiance in medical schools

 

 

Jordi Palés Argullós

Facultad de Medicina. Universitat de Barcelona. Sociedad Española de Educación Médica
E-mail: jpales@ub.edu

 

 

Introducción

En este artículo se aborda el concepto de 'clima educativo', su importancia y los métodos para medirlo, y se presentan algunos de los resultados preliminares obtenidos en el proyecto iniciado para medir el clima educativo en las facultades de medicina españolas.

 

¿Qué es el clima educativo?

Cuando hablamos de un currículo o programa de formación, nadie duda en considerar una serie de aspectos como las competencias y los objetivos que se han de adquirir, las asignaturas y los contenidos que lo constituyen, cuál es la programación docente y sus horarios, qué actividades educativas se van a llevar a cabo, cómo vamos a evaluar y con qué profesorado se cuenta.

Sin embargo, hay otros aspectos que muchas veces no consideramos y que el alumno no suele conocer al ingresar en la facultad y debiera conocerlos. Por ejemplo: ¿el ambiente es muy competitivo?, ¿es autoritario?; ¿la atmósfera en clase es relajada?; ¿el entorno es estresante?; ¿cuál es el trato con el profesorado/tutores?; ¿las instalaciones son adecuadas y facilitan el aprendizaje?; ¿el ambiente del centro es motivador?; etc.

Por ello el currículo es algo más. De hecho, es todo aquello que ocurre en la institución considerada en su conjunto; podríamos denominarlo el espíritu de la institución, e incluiría: el entorno donde se desarrolla la formación, las relaciones de estudiantes-profesores, los aspectos físicos (facultad/hospital) como hábitat y el currículo oculto. El currículo oculto (que se diferencia del currículo formal u oficial, del que realmente se enseña y del que se evalúa) es aquel que no está escrito. Es decir, el conjunto de reglas, valores y rutinas latentes no escritos que permite comprender las influencias existentes en el comportamiento del estudiante y que desempeña un papel fundamental en la formación de valores [1].

En el currículo oculto influye el entorno donde se desarrolla la actividad educativa, es decir, el clima educativo. Si el entorno educativo no es adecuado, se dificulta la adquisición de los valores del profesionalismo. Por tanto, podemos concluir que gran parte del currículo oculto está conformado por el clima o educativo [1].

Genn y Harden [2] exponen que el clima educativo representa el espíritu y el alma del entorno educacional y del currículo académico. Es la manifestación o la expresión del entorno educacional y del currículo académico. Se considera que el clima educativo es todo aquello que está ocurriendo en el aula, en un departamento, en la facultad o en la universidad. Finalmente, según Till [3], el clima educativo refleja el nivel de presión en el ambiente académico y social de una institución, y puede variar de un curso a otro, dentro de un plan de estudios o incluso de una clase a otra. Este entorno/clima es percibido por los estudiantes y estas percepciones influyen en su conducta y la determinan de forma importante, y ello se relaciona con la consecución de los objetivos, la satisfacción y el éxito.

 

¿Qué elementos podemos medir en el clima educativo? Componentes del clima educativo

En el clima educativo podemos medir varias cosas:

- Las características de la atmósfera de la institución.

- Qué clase de cosas se reconocen y se premian.

- Cómo se expresa su estilo de vida y cuál es el clima en el que conviven docentes y alumnos, que condiciona los comportamientos docentes e influye en el desarrollo conductual de los alumnos.

- Las actitudes de los docentes.

- Los factores estresantes, retos y ansiedad o el clima institucional en general.

Y ello nos permite conocer cuáles son los diferentes elementos que componen el clima educativo. Algunos de estos elementos serían [2]:

- Las competencias del profesorado.

- Las aulas.

- El tamaño del grupo.

- Los materiales y métodos docentes.

- Los horarios.

- Los sistemas de soporte al estudiante.

- Los resultados de aprendizaje claros.

- Los métodos de evaluación.

- La experiencia clínica.

- Las tecnologías de la información y la comunicación.

- La vivienda, la comida y el transporte.

- La seguridad personal.

- La biblioteca.

- Las facilidades para el ocio.

 

¿Por qué y para qué interesa conocer el clima educativo?

El clima educativo supone una medida de la calidad institucional, y como tal hay que verlo como un instrumento para el cambio y la mejora:

- De los docentes.

- Del rendimiento de los estudiantes.

- De la motivación de los estudiantes.

- De la relación docentes/estudiantes.

- Del entorno.

- Del currículo.

- Del centro.

Por todo ello, sería lógico pensar que cualquier responsable de una institución docente desearía disponer de tanta información como fuera posible acerca del clima educativo en su institución y muy especialmente cómo éste es percibido por sus alumnos; que dicha información abarcara todos los elementos relevantes que determinan el clima educativo (currículo, entorno, estilo o cultura, etc.) y a ser posible de forma cuantitativa, es decir, expresados en guarismos de fácil manejo; que la obtención de dicha información fuera lo suficientemente fácil para poder actualizarla con relativa frecuencia y que permitiera medir les efectos de las actuaciones de mejora que se llevaran a cabo. También sería conveniente tener elementos de referencia para saber cómo se encuentra su institución en relación con las de su entorno. Y, finalmente, sería bueno disponer de un instrumento de medida cuantitativa y que éste fuera el utilizado en todas las instituciones docentes equiparables.

 

Medida del clima educativo

Actualmente, para medir el clima educativo disponemos de diferentes instrumentos. El más utilizado es el Dundee Ready Education Environment Measure (DREEM), introducido por Roff et al [4-6] en 1997, traducido a varios idiomas (entre ellos el español) y validado en diferentes estudios. Dicho instrumento está concebido como un instrumento no culturalmente específico.

El DREEM consiste en un cuestionario de 50 ítems que se responden en una escala de Likert (de 4 totalmente de acuerdo a 0 totalmente en desacuerdo). Existen ítems negativos a los que se debe responder de acuerdo con la escala inversa. Los ítems se dividen en cinco subescalas o dominios que valoran las percepciones de los alumnos sobre diferentes aspectos:

- Enseñanza (12 ítems).

- Docentes (11 ítems).

- Habilidades para el estudio o académicas (8 ítems).

- Atmósfera del aprendizaje (12 ítems).

- Entorno social (7 ítems).

La puntuación total máxima que se puede obtener es de 200 (4 × 50 ítems), de tal manera que una puntuación de 0-50 denota un clima educativo muy pobre; de 51-100, un clima con gran número de problemas; de 101-150, la existencia de más aspectos positivos que negativos, y, finalmente, de 151-200, un clima educativo excelente. Se puede estudiar cada subescala o dominio y cada ítem por separado.

Subescalas o dominios

Consideremos con un poco más de detalle las cinco subescalas o dominios.

Enseñanza

Informa sobre la visión de los estudiantes en relación con las actividades de enseñanza; si reciben objetivos claros en sus cursos, si la enseñanza está centrada en los estudiantes y si se promueve el aprendizaje activo. La máxima puntuación que se puede alcanzar es de 48, y la escala de valoración es:

- 0-12: muy pobre.

- 13-24: la enseñanza es percibida negativamente.

- 25-36: percepción más bien positiva de la enseñanza.

- 37-48: la enseñanza es muy bien evaluada.

Docentes

Este dominio explora la visión de los estudiantes sobre la calidad de los docentes, sus habilidades comunicacionales, si practican retroalimentación con sus estudiantes y pacientes, su nivel de conocimientos y la preparación de sus clases. La máxima puntuación que se puede alcanzar es de 44, y la escala de valoración es:

- 0-11: visión pésima de los docentes.

- 12-22: los docentes necesitan entrenamiento educacional.

- 23-33: los docentes están encaminados en la dirección correcta.

- 34-44: docentes modelo.

Habilidades para el aprendizaje o académicas

Informa de la percepción de los estudiantes sobre sus estrategias de aprendizaje y sus habilidades para resolver problemas que han desarrollado para prepararse para su profesión. La máxima puntuación que se puede alcanzar es de 32, y la escala de valoración es:

- 0-8: sentimiento de fracaso total.

- 9-16: muchos aspectos negativos.

- 17-24: sintiéndose más en el lado positivo.

- 25-32: seguro del futuro académico.

Atmósfera del aprendizaje

Incluye información sobre cuán relajada es la atmósfera durante las clases y las estancias en centros clínicos, si las actividades docentes motivan a los estudiantes y si hay oportunidades para los estudiantes de desarrollar habilidades de relación interpersonal. La máxima puntuación que se puede alcanzar es de 48, y la escala de valoración es:

- 0-11: un ambiente pésimo.

- 12-24: hay muchos aspectos que necesitan cambiar.

- 25-36: hay una actitud más bien positiva.

- 37-48: percepción general buena.

Entorno social

Da la visión de los estudiantes sobre los sistemas de apoyo disponibles para quienes se estresan, el ambiente físico de la facultad, la calidad de la vida social y si los estudiantes encuentran buenas amistades en la facultad. La máxima puntuación que se puede alcanzar es de 28, y la escala de valoración es:

- 0-7: entorno miserable.

- 8-14: no es un buen lugar.

- 15-21: entorno no demasiado malo.

- 22-28: entorno muy bueno socialmente.

 

Estudio transversal del clima educativo en facultades de medicina españolas

En el año 2012, la Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM) decidió iniciar un estudio sobre el clima educativo en facultades de medicina españolas adaptadas al Proceso de Bolonia con el fin de:

- Tener una valoración global del clima educativo de las facultades de medicina.

- Hacer un diagnóstico de la situación de cada centro en relación con la media.

- Identificar problemas específicos y comunes.

- Identificar cambios del clima a lo largo del proceso educativo.

- Comparar el clima educativo entre cursos básicos y clínicos.

- Establecer medidas corrección para la mejora.

- Evaluar de la calidad.

Para ello se decidió encuestar a alumnos de segundo y cuarto curso de planes de estudio ya adaptados a Bolonia. Hasta la fecha se han estudiado seis facultades de medicina y se espera que en el curso 2013-2014 se vayan incorporando más centros. Los datos de los que se dispone hasta la fecha son datos preliminares, pero indican ya algunas tendencias.

En general, en el conjunto de las facultades encuestadas, el clima educativo presenta más aspectos positivos que negativos, pero la puntuación es significativamente mejor en segundo curso que en cuarto. En el dominio de la percepción de la enseñanza, la percepción es más positiva que negativa en segundo curso y más bien negativa en cuarto. En el dominio de los docentes la percepción indica que éstos están encaminados en la dirección correcta, aunque en cuarto curso se registran puntuaciones ligeramente inferiores. En el dominio de la autopercepción académica los alumnos de ambos cursos se sienten más en el lado positivo, aunque la puntuación observada en cuarto curso vuelve a ser estadísticamente significativa inferior que en segundo curso. Con respecto a la autopercepción de la atmósfera, ésta en general se considera más bien positiva, pero nuevamente la percepción es ligeramente peor entre los estudiantes de cuarto curso. Finalmente, la autopercepción social en segundo curso es más bien positiva, pero negativa entre los alumnos de cuarto curso.

Los ítems evaluados como negativos en segundo curso (ítems con puntuaciones inferiores a 2) son:

- No hay un buen sistema de apoyo para los estudiantes que sufren de estrés.

- Los horarios de la facultad no están bien programados.

- Rara vez me aburro en las materias que estoy cursando.

- La enseñanza en la facultad pone demasiado énfasis en el aprendizaje de detalles.

- En la facultad no se prioriza el aprendizaje a largo plazo sobre el de a corto plazo.

- La enseñanza no está centrada en el estudiante.

- La enseñanza de la facultad está demasiado centrada en los docentes.

En cuarto curso se detectan como negativos los mismos aspectos que en segundo curso, pero además se añaden los siguientes:

- No se me estimula a participar en clase.

- Estoy demasiado cansado para disfrutar de la formación que estoy recibiendo.

- La enseñanza no suele ser estimulante.

- En esta facultad se copia en los exámenes.

- La enseñanza no está bien enfocada.

- Siento que no me están preparando bien para mi profesión.

- En esta facultad no se aprovecha bien el tiempo.

- Los docentes no son buenos facilitando feedback a los estudiantes.

- La enseñanza no me estimula para el aprendizaje activo.

Los aspectos detectados como positivos (> 3) coinciden en los dos cursos, y son:

- Los docentes conocen las materias que enseñan.

- Tengo buenos amigos en la facultad.

- Me siento cómodo, socialmente, en clase.

Todos estos resultados son, de todos modos, preliminares y parciales, ya que incluyen pocas instituciones y por ello se deben considerar con prudencia. Indican, en todo caso, percepciones de los estudiantes, aunque nos muestran tendencias como que el clima educativo parece mejor en segundo curso que en cuarto, y reflejan diferencias entre facultades que no corresponde analizar específicamente en este artículo. Pero en general sí que podemos afirmar que nos aportan información sobre puntos sobre los que reflexionar y plantearnos medidas de mejora, y ello es lo realmente importante. Es necesario disponer de más facultades investigadas para poder obtener una imagen más fidedigna y global del conjunto de nuestras instituciones.

 

Bibliografía

1. Rodríguez de Castro F. Proceso de Bolonia (IV). El currículo oculto. Educ Med 2012; 15: 13-22.

2. Genn JM, Harden RM. What is medical education here really like? Suggestions for action research studies of climates of medical education environments. Med Teach 1986; 8: 111-24.

3. Till H. Identifying the perceived weaknesses of a new curriculum by means of the Dundee Ready Education Environment Measure (DREEM) Inventory. Med Teach 2004; 26: 39-45.

4. Roff S, McAleer S, Harden RM, Al-Qahtani M, Ahmed AU, Deza H, et al. Development and validation of the Dundee Ready Education Environment Measure (DREEM). Med Teach 1997; 19: 295-9.

5. Roff S. The Dundee Ready Educational Environment Measure (DREEM) -a generic instrument for measuring students' perceptions of undergraduate health professions curricula. Med Teach 2005; 27: 322-5.

6. McAleer S, Roff S. A practical guide to using the Dundee Ready Education Environment Measure (DREEM). In Genn JM, ed. Curriculum, environment, climate, quality and change in medical education: a unifying perspective. AMEE Medical Education Guide No. 23. Dundee: Association for Medical Education in Europe; 2001. p. 29-33.

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