SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.19 issue1¿Existe el efecto Pigmalión entre los residentes? author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

My SciELO

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • On index processCited by Google
  • Have no similar articlesSimilars in SciELO
  • On index processSimilars in Google

Share


FEM: Revista de la Fundación Educación Médica

On-line version ISSN 2014-9840Print version ISSN 2014-9832

FEM (Ed. impresa) vol.19 n.1 Barcelona Feb. 2016

 

EDITORIAL

 

¡Farewell, amigos!

Farewell, my friends!

 

 

Arcadi Gual

Secretario de la Sociedad Española de Educación Médica (SEDEM). Catedrático de la Facultad de Medicina de la Universitat de Barcelona.

 

 

Desde sus inicios, la Fundación Educación Médica (FEM) ha tenido como eje principal de acción la incorporación y difusión del know-how que se genera en el mundo en el área de la educación médica. Por ello, el instrumento principal de la FEM no ha sido otro que, primero, la revista Educación Médica y, posteriormente, FEM-Revista de la Fundación Educación Médica. No es posible avanzar sin conocer. No es posible conocer sin investigar, ni tampoco sin difundir. Y esto es tan válido para la educación médica como para la proteómica o la cardiología. Entendemos, pues, que difundir el conocimiento es una responsabilidad que deben asumir desde sus propios generadores, los investigadores, hasta las diferentes instituciones públicas o privadas implicadas en el conocimiento.

Sin embargo, en el entorno latinoamericano, conocer, investigar y difundir la educación médica no ha sido un foco prevalente de interés. ¿Razones? Quizá las presiones sociales o económicas, quizá las rutinas y la comodidad de lo conocido, o la priorización de la investigación dirigida siempre hacia un viento novedoso, hoy por hoy el traslacional. O, por qué no decirlo, el interés de la promoción personal -lícito por supuesto-, en la que se minusvalora la docencia frente a la investigación. Sea cual sea la razón de esta problemática, que no debe profundizarse en este editorial, la FEM entendió que era especialmente importante mantener la revista con la mejor salud posible para difundir lo mucho que nuestro entorno genera en el campo de la educación médica.

Durante los 18 años de vida de la revista se han publicado 76 números ordinarios, amén de unos cuantos de extraordinarios. El bagaje editorial de este período es notorio. Se han editado más de 300 artículos originales y más de un centenar de colaboraciones o revisiones. La publicación ha crecido en frecuencia de cuatro a seis números anuales. Se ha adecuado a las necesidades de los lectores abandonando la edición en papel y ofreciendo una versión electrónica on-line y de libre acceso. De los poco más de 15 revisores iniciales, hoy colaboran en la revisión de los artículos originales más de un centenar, y de una difusión inicial especialmente local se ha pasado a una difusión realmente internacional. A lo largo de estos años, quien suscribe ha tenido la responsabilidad y el honor de dirigir primero Educación Médica y luego FEM-Revista de la Fundación Educación Médica. Ha llegado el momento de la despedida; quisiera compartir en estas líneas algunos de mis sentimientos y dejar en el aire una pregunta para la cual no tengo una clara respuesta. Entre mis sentimientos quiero compartir la satisfacción de que la publicación ha visto la luz con puntual periodicidad, como sucede en las más prestigiosas revistas. Todos los artículos originales han sido supervisados por revisores profesionales que los han aceptado, han sugerido mejoras o los han rechazado, manteniendo siempre un listón de calidad creciente. La aceptación de originales de muy diferentes países avala la internacionalidad y el índice de citaciones, aunque pequeño en valor absoluto, ha seguido una línea ascendente. Todos estos aspectos son positivos y, por ello, no hay que esconder una contenida satisfacción.

Sin embargo, aunque estos datos son indicativos de un éxito editorial, me permito formular una pregunta para la cual no dispongo de respuesta: ¿puedo, como director de la publicación, sentir satisfacción por la trayectoria de la revista?

La educación médica es, sin duda, un área en expansión mundial y en el entorno sociocultural latinoamericano muestra un crecimiento especialmente rápido. No es de extrañar que sea así, si de lo que se trata es de aproximarnos al nivel de implantación de la educación médica en los países anglosajones. Nos encontramos ante una publicación que pertenece de lleno a un área en expansión. ¿Saben cuántos profesionales latinoamericanos están directamente relacionados con la educación médica? No me detendré a sumar países, universidades, instituciones sanitarias docentes ni profesionales de las ciencias de la salud implicados en procesos de docencia/aprendizaje de nuestro entorno sociocultural, ya que sería una tarea ingente. Me limitaré a decir que los profesionales latinoamericanos directamente implicados en la educación médica son una enormidad, cientos de miles. Sí, cientos de miles. Y, ¿este ingente número de profesionales sólo ha publicado 300 originales en 18 años?

Quizá alguien piense que esta pregunta es retórica o incluso demagógica, pero en mi opinión no lo es en absoluto. Por supuesto, este número de artículos originales debe corregirse contabilizando, además, tanto las publicaciones de autores latinoamericanos en revistas locales como, y especialmente, sus publicaciones en revistas anglosajonas. Pero seguramente, contabilizando todo ello, no llegaríamos a duplicar el número de originales. Entonces, ¿estamos hablando de un éxito de la difusión? ¿Cómo no hemos logrado atraer la atención de los docentes de ciencias de la salud para que difundan sus experiencias (que son muchas) en las revistas de educación médica? Entiendo que la respuesta es compleja, multifactorial e incluso sistémica, pero asumiendo mi responsabilidad de editor creo que algo no he hecho bien. Mi respuesta a la pregunta no puede ser 'la culpa es de los otros factores'.

La renovación en cualquier trabajo implica savia nueva. Termina una etapa de la revista que queda ahora bajo la dirección del Prof. Jordi Palés, médico, académico y, sin duda, un experto en mayúsculas del área de educación médica en el entorno latinoamericano. Vienen años de prosperidad en la educación médica y lo deben ser también en su difusión. Augurar éxitos en la nueva dirección de FEM-Revista de la Fundación Educación Médica no debe considerarse una profecía; es, simplemente, lo que acontecerá a partir de mañana.