Introducción
La Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) imparte actualmente, entre otros estudios, los grados de Biología Humana y de Medicina, éstos últimos de forma conjunta con la Universitat Autònoma de Barcelona. Los alumnos de dichos estudios cursan un importante porcentaje de asignaturas de forma conjunta [1]. Los estudios de biología humana actuales fueron herederos de la extinta licenciatura de biología, que tenía una orientación biosanitaria. Tanto en la antigua licenciatura como en los actuales grados, la presencia del sexo femenino es claramente mayoritaria.
El estudio de las posibles diferencias de sexo en capacidades intelectuales y en el rendimiento académico ha sido de interés para la comunidad científica. Desde los primeros tiempos de la investigación de las capacidades intelectuales se ha postulado que, si bien no existirían diferencias globales, aparecerían ciertas aptitudes diferenciadas entre hombre y mujeres [2]. Se informaba que los varones destacarían en capacidades matemáticas o espaciales, mientras que las mujeres serían más eficientes en aptitudes verbales. Así, en la traducción sobre el rendimiento académico, los hombres serían más eficaces en razonamiento aritmético y ciencias en general, mientras que las mujeres destacarían en las materias en las que estuviera involucrado el lenguaje [3].
Actualmente, algunos de estos supuestos están en entredicho, si bien se sigue aceptando que las mujeres serían más eficientes en aspectos relacionados con las capacidades verbales, como la lectura o la comprensión verbal, mientras que los hombres sobresaldrían en capacidades espaciales [4]. Sin embargo, la presunta superioridad de los varones en matemáticas actualmente está cuestionada porque, en dos metanálisis realizados en 2010, aparecen resultados discrepantes. Uno de ellos mantenía la supuesta superioridad de los varones [5], mientras que el otro no encontraba diferencias entre sexos [6].
Con referencia a las posibles diferencias entre hombres y mujeres en el rendimiento académico en los estudios se tiene constancia de que, en edades tempranas, las niñas obtienen mejores resultados que los niños [7 8 9-10]. Dicha ventaja no aparece tan clara en estudios superiores, donde unas veces se han encontrado resultados favorables a los varones [11] y otras a las mujeres [7,9,12], o bien se han hallado resultados similares [13,14]. También se ha comunicado que las diferencias podrían ser a favor de los hombres o las mujeres en función del tipo de materia [15] o de los objetivos docentes a evaluar [16 17-18].
La comunidad científica también ha estado interesada en las diferencias de género respecto a las oportunidades sociales o laborales. Es conocido el interés actual por lograr la igualdad entre hombres y mujeres en todos los aspectos. Si bien la sociedad ha avanzado reduciendo las diferencias de oportunidades, todavía aparecen claros indicios de ventajas de los varones respecto a las mujeres. Diversos autores, pese a la presencia masiva de mujeres docentes en las facultades de medicina estadounidenses, dan cuenta de diferencias en estatus, cargos directivos y salarios a favor de los varones [19 20-21]. En estudios recientes en Latinoamérica, se ha observado una clara discriminación de la mujer en autoría de revistas científicas peruanas [22] o en puestos de responsabilidad en la medicina en México [23]. Así mismo, dicha discriminación también es patente en las universidades españolas [24,25].
Dada la discriminación entre sexos todavía existente, desde hace años las universidades españolas han generado programas para fomentar la igualdad. En concreto, la UPF ha establecido políticas específicas para dicho fin a través de diversos planes de igualdad en 2008 y 2018, y se ha adherido a las recomendaciones para orientar todos sus estudios bajo la perspectiva de género [26].
Como responsables docentes del proyecto educativo de la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la UPF [27], estábamos interesados tanto en conocer si existían diferencias de sexo en el rendimiento académico de nuestros egresados como en fomentar la igualdad entre estudiantes de ambos sexos. Es por ello que, para conseguir dichas metas, planteamos un primer estudio con todos los graduados de la primera titulación universitaria que se implementó en la facultad.
Así, el objetivo principal del presente estudio fue determinar las posibles diferencias entre sexos en rendimiento académico de todos los egresados de las diez promociones de la, ahora extinta, licenciatura de biología de la UPF.
Sujetos y métodos
Participantes
Se analizaron los resultados académicos de todos los estudiantes graduados en las diez promociones cursadas en la licenciatura de biología en la Facultad de Ciencias de la Salud y de la Vida de la UPF. La primera cohorte se inició en el curso 1998-1999, y la última, en 2007-2008, licenciándose en los cursos 2002-2003 y 2011-2012, respectivamente. Del total de 678 personas egresadas, 519 fueron mujeres (76,5%) y 159 varones (23,5%).
Recogida de datos
Los datos fueron extraídos de las actas académicas de la licenciatura de biología. Para el estudio se seleccionaron las calificaciones del expediente académico general y el resultado en la primera convocatoria de cinco asignaturas con características diferentes: anatomía (con requerimientos memorísticos), fisiología (donde prima la indagación y la integración), genética (basada en la resolución de problemas), bioinformática (con requisitos tecnológicos y de cálculo) y bioética (con un fuerte contenido humanístico).
Procedimiento
Como variable independiente se consideró el sexo de los egresados (hombre o mujer) y, como variables dependientes, las seis comentadas: expediente general y resultado en la primera convocatoria en las cinco asignaturas seleccionadas. Se compararon las puntuaciones medias en las seis variables utilizando las notas cualitativas habituales en aquellos momentos: 1, aprobado; 2, notable; 3, sobresaliente, y 4, matrícula de honor. Para realizar las comparaciones se utilizó la prueba t de Student.
Dado que en cada cohorte el número de varones, respecto a las mujeres, era muy reducido y dada la similitud de participantes y resultados entre cohortes, el estudio se realizó considerando las personas totales de las diez promociones.
Resultados
La tabla presenta la puntuación media ± desviación estándar de las variables seleccionadas, así como el valor de t en la comparación entre grupos. Como se puede observar, no aparecieron diferencias significativas en ninguno de los casos estudiados.
Hombres (n = 159) | Mujeres (n = 519) | t | |
---|---|---|---|
Anatomía (2.º curso) | 1,56 ± 1,0 | 1,67 ± 1,0 | -1,1a |
| |||
Fisiología (2.º curso) | 1,66 ± 1,1 | 1,74 ± 1,0 | -0,9a |
| |||
Genética (2.º curso) | 1,71 ± 1,1 | 1,65 ± 1,0 | 0,6a |
| |||
Bioinformática (4.º curso) | 2,20 ± 0,8 | 2,09 ± 0,8 | 1,4a |
| |||
Bioética (4.º curso) | 2,13 ± 0,8 | 2,09 ± 0,8 | 0,5a |
| |||
Expediente final | 2,05 ± 0,5 | 2,06 ± 0,5 | -0,9a |
a:Diferencia no significativa.
Discusión
Como se ha señalado en la introducción, el objetivo del presente trabajo era conocer si el rendimiento académico de los egresados de la titulación seleccionada era diferente según fueran hombres o mujeres. Como responsables educativos considerábamos que dicha información sería relevante en el caso de que los resultados recomendaran implementar acciones para fomentar la igualdad de género.
En primer lugar, se observa que el número de mujeres egresadas es muy superior al de varones licenciados, en este caso con una proporción de 3 a 1. Este hecho no es ninguna sorpresa porque resulta similar al que se da en los grados actuales de Biología Humana y de Medicina y que confirma la tendencia de un mayor número de mujeres que de hombres en todos los estudios de ciencias de la salud. Se sabe que las mujeres son proclives a escoger carreras universitarias que tengan componentes de servicio hacia la sociedad, de aquí la superior presencia femenina en estudios de ciencias de la salud [19,23,28]. Por el contrario, las mujeres tienen inferior interés en cursar carreras científico-técnicas, con la excepción de la biología, cuya explicación sería, precisamente, el fin profesional de servicio a la sociedad [29].
El estudio pretendía comparar el rendimiento académico entre personas licenciadas de ambos sexos en la titulación de biología, cuya orientación era biosanitaria. Si bien el tema de las diferencias de rendimiento académico entre hombres y mujeres ha sido bastante estudiado, este trabajo presenta unas características especiales que le darían cierta relevancia porque tendría dos puntos fuertes: por un lado, el hecho de contar con toda la población de unos estudios enteros (las diez promociones), y por otro, haber seleccionado diversas asignaturas con características cognitivas diferentes.
Los resultados son concluyentes ya que no aparecieron diferencias significativas en ninguna de las variables estudiadas. El rendimiento global de los egresados fue totalmente similar entre hombres y mujeres. Dichos resultados serían coincidentes con los aparecidos en estudios de biología realizados en Nigeria [14] o en Estados Unidos [13] y contrarios a lo encontrado por Eddy et al [11] en diversos cursos de introducción a la biología en una importante universidad pública estadounidense, donde el rendimiento fue superior en los varones.
En referencia al posible rendimiento diferencial entre hombres y mujeres a partir de características cognitivas o de metodologías docentes distintas, teníamos conocimiento de estudios donde, no encontrando diferencias en general, sí las hallaron en aspectos cognitivos o educativos distintos. Dos estudios realizados con estudiantes de biología en universidades estadounidenses daban cuenta de resultados diferenciados. Por una parte, Stanger-Hall [16] informaba que los varones, respecto a las mujeres, tenían mejores puntuaciones en las pruebas de elección múltiple, pero que el resultado final, considerando todas las pruebas utilizadas, era similar. También Wright et al [30] no encontraron diferencias en rendimiento global, pero sí en niveles altos de la taxonomía de Bloom, donde los varones superaban a las mujeres. Así mismo, en un estudio con estudiantes de educación secundaria en biología en Nigeria, se comunicaba que si bien el rendimiento global era similar, en una actividad de participación activa (Jigsaw) los chicos superaban a las chicas [17].
Lo anterior contrasta con nuestros resultados, ya que no hallamos diferencia alguna en las asignaturas seleccionadas. A partir de las aptitudes diferenciadas entre sexos, donde los hombres destacarían en capacidades espaciales o de cálculo, y las mujeres, en memoria y en empatía [3,31], habíamos seleccionado expresamente cinco asignaturas: dos con aspectos cognitivos favorables a las mujeres (anatomía, muy asociada a aspectos memorísticos, y bioética, donde priman los aspectos de empatía), dos con elementos favorables a los hombres (genética, donde primaba la resolución de problemas, y bioinformática, ligada a requisitos tecnológicos y de cálculo) y una asignatura donde presuntamente no se encontrarían diferencias (fisiología, donde prima la indagación). A pesar de una ligera tendencia favorable a varones o a mujeres según las previsiones, los resultados no mostraron diferencias significativas.
Para los responsables educativos de la facultad, dichos resultados fueron muy bien valorados porque mostraban igualdad entre sexos y, por tanto, se consideró que respecto al resultado académico de sus licenciados, no serían necesarias medidas especiales para fomentar la igualdad de género. A pesar de los resultados del estudio, claramente optimistas, sería necesario comprobar si la mencionada igualdad se mantiene en los actuales grados de Biología Humana y de Medicina.