El aprendizaje basado en problemas (ABP) es un método de enseñanza que se creó como una alternativa a la enseñanza convencional y que consiste en dar al estudiante de medicina un papel activo en la construcción y aplicación del conocimiento. Se basa en la resolución de problemas en pequeños grupos utilizando el conocimiento como herramienta, donde el aprendizaje es autodirigido y el docente tiene un papel pasivo y más moderado [1]. El modelo se aplica en diferentes países de América Latina [2], pero solo unas pocas universidades lo han implementado y quedan muchas barreras que pueden dificultar su inclusión y uso extendido, desde cuestiones sociopolíticas hasta problemas intrínsecos de los estudiantes.
En primer lugar, el ABP es un método de enseñanza costoso. Para que tenga éxito, se requiere maestros competentes que puedan liderar grupos no superiores a 8-10 estudiantes [3]. Esto aumenta el número de docentes necesarios y eleva el coste del proceso, lo que dificulta la accesibilidad de la ABP en países de bajos ingresos. En América Latina, existe una gran variabilidad en la calidad y forma de organización de las escuelas de medicina [2], que pueden verse afectadas por el tamaño y el presupuesto de cada universidad, así como de la cantidad de inversión de cada país en educación superior. Con este escenario, resulta complejo garantizar un ABP con un estándar de calidad uniforme en todas las universidades.
Actitudes reacias de los docentes ante el cambio también pueden desempeñar un papel importante. El ABP tiene una estructura bien definida [3,4] y requiere la adaptación de los currículos universitarios para garantizar su rigor metodológico. Es posible que el miedo a abandonar la enseñanza convencional y la adhesión excesiva al modelo de Flexner dificulten la implementación generalizada del ABP.
En nuestra experiencia, hemos observado que muchas veces los estudiantes adoptan una actitud poco constructiva respecto a su propio aprendizaje. El ABP requiere que los mismos estudiantes modifiquen su forma de preparación para las clases y adopten un nuevo enfoque al estudiar, lo que puede resultar complicado en ausencia de habilidades ‘blandas' bien desarrolladas y métodos de estudio apropiados.
A pesar de las barreras existentes, el ABP representa el futuro de la educación médica. Como tal, las universidades de América Latina y los países de bajos ingresos deben tratar de superar estas barreras, lo que beneficiará a los estudiantes y facilitará un estándar más elevado en el ámbito de la educación médica y la práctica clínica.