El ejercicio de la educación superior conlleva la responsabilidad de actualización constante en contenido y metodologías de aprendizaje. En el último milenio, los desafíos incluyen la incorporación de herramientas tecnológicas de la información y la comunicación en el aula y en la evaluación de aprendizajes [1,2]. En 2020, en el contexto de la pandemia del coronavirus, hemos sido llamados a cumplir otro desafío: realizar las actividades pedagógicas 100% en forma virtual, tanto en lo que se refiere a la entrega de contenidos como a la evaluación de su aprendizaje. Rodríguez destaca el proceso evaluativo como la ‘piedra angular’ de un proceso formativo de calidad, puesto que permite determinar el nivel de aprendizaje adquirido por el estudiante (conocer, hacer, aplicar, etc.) [3]. El cuestionario online es una de las herramientas de evaluación más utilizadas, pues su versatilidad posibilita su aplicación a toda área de conocimiento y de forma ubicua en evaluaciones diagnósticas, formativas y sumativas. Los cuestionarios online permiten incorporar elementos multimedia (videos, imágenes) y realizar un seguimiento personalizado por alumno y por pregunta; además, se realizan en cualquier dispositivo tecnológico [3].
En 2019, utilizamos la herramienta de cuestionarios online de la plataforma Moodle institucional para realizar las cuatro evaluaciones sumativas de la asignatura de biología para la carrera de nutrición y dietética de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (Concepción, Chile), con 100 estudiantes matriculados. El proceso que conllevó la construcción de cada cuestionario incluyó: elaboración de un banco de preguntas (selección múltiple, término pareado), construcción de cada cuestionario (estructuración, ponderación, criterio de corrección, etc,), aplicación, corrección y análisis de resultados. Cada prueba incluyó preguntas ancladas y preguntas aleatorias. La cantidad de preguntas por tema se ajustó al número de clases de cada uno de ellos. Según la plataforma utilizada y los resultados a evaluar, es posible incluir además otro tipo de preguntas, retroalimentación por pregunta o condicionar distintos itinerarios a seguir dependiendo de la respuesta [3].
Para conocer la percepción de los estudiantes del uso de cuestionarios online, se incluyó una pregunta abierta en la última evaluación, cuyas respuestas se analizaron en la aplicación TapCrowd. La nube de palabras reflejó un 95% de opiniones positivas, destacando la entrega inmediata de resultados, el uso de imágenes en color y la reducción en el uso de papel. Como opinión negativa, declararon el estrés frente a la pantalla y al temporizador (20%).
Los trabajos pioneros en el uso de cuestionarios online en educación superior coinciden en la percepción positiva de los alumnos e incluyen una evaluación positiva de los docentes respecto a la reducción en el tiempo de corrección y a la obtención de informes generales e individuales [4 5-6]. Además, es posible obtener mejoras en el aprendizaje al incorporar a los estudiantes al proceso de creación de preguntas [7]. En conclusión, queda claro que una evaluación online no solo se debe aplicar para facilitar su corrección, sino por su posibilidad de análisis y retroalimentación, asegurando que constituya una actividad formativa con garantía de éxito.