Desafíos para los sistemas de salud
No hay duda de que una facultad de medicina, a través de sus misiones educativas, investigadoras y de prestación de servicios, contribuye significativamente a mejorar la salud de la sociedad. Pero la pregunta que se plantea ahora, y cada vez más en todo el mundo, es ¿qué debería hacer una facultad de medicina para tener un mejor impacto en la sociedad?'. En otras palabras, ¿cuál debería ser su responsabilidad como agente importante, para mejorar el potencial de un sistema de salud y para mejorar el bienestar de las personas?'.
Hoy en día, estas preguntas son muy relevantes, porque los sistemas de salud experimentan dificultades en todo el mundo para responder satisfactoriamente a las necesidades y desafíos de salud prioritarios de los ciudadanos y de la sociedad en su conjunto. Los economistas calificarían esta situación como aquélla en la que la oferta no puede satisfacer la demanda. Las demandas son realmente abrumadoras: la gente espera un acceso más fácil a los servicios de atención médica, la población que envejece necesita un espectro variado y mejor coordinado de atención médica, psicológica y social para aliviar sus discapacidades crónicas, lo que aumenta las desigualdades en salud debido a los diferentes estatus culturales y socioeconómicos. Es necesario aliviar esta situación y las medidas para lograr un entorno seguro y promover estilos de vida más saludables requieren inversiones costosas y a largo plazo.
En general, las sociedades sufren cambios importantes, al igual que los sistemas de salud, bajo la presión de influencias demográficas, económicas, culturales, sociales, tecnológicas, ecológicas y políticas. La capacidad de transformar y fortalecer los sistemas de salud depende esencialmente de los roles determinantes de los agentes clave en el campo de la salud, uno de los cuales son las facultades de medicina. La figura destaca la necesidad de establecer una sinergia entre los agentes clave de la salud para poder satisfacer las necesidades de salud prioritarias de las personas hoy y en el futuro, y muestra una situación ideal en la que los cinco agentes interesados identificados acordarían el compromiso de realizar las transformaciones necesarias dentro de sus respectivas instituciones y de participar en acuerdos de colaboración para construir un sistema de salud más fuerte.
Desafíos para las facultades de medicina
Para una facultad de medicina, supondría realizar tres tipos de acciones, particularmente a través de la asociación con otros agentes interesados: a) identificar mejor las necesidades de salud prioritarias y los determinantes de la salud de las personas en una determinada sociedad; b) realizar transformaciones significativas en sus programas educativos, de investigación y de prestación de servicios para responder mejor a esas necesidades y determinantes; y c) hacer un seguimiento de las acciones emprendidas para garantizar que producen el impacto esperado en la salud de las personas, a corto o largo plazo. Éstos son los principios básicos de la 'responsabilidad social'.
A lo largo de los años, varias facultades de medicina han mejorado el cumplimiento de sus misiones académicas, concretamente en la educación médica, realizando cambios curriculares para asegurar la adquisición de competencias relevantes para el futuro médico, introduciendo enfoques de aprendizaje eficaces o utilizando instrumentos de evaluación útiles. Algunas facultades han ido más allá para aumentar su influencia en el sistema de salud al volverse más 'socialmente responsables', de acuerdo con la definición histórica de la Organización Mundial de la Salud de responsabilidad social de las facultades de medicina: 'la obligación de orientar sus actividades educativas, de investigación y de servicios hacia la solución de los problemas de salud prioritarios de la comunidad, región o nación a las que tienen el mandato de servir. Los problemas de salud prioritarios deben ser identificados conjuntamente por los gobiernos, los sistemas de atención sanitaria, los profesionales de la salud y el público' [1].
Hoy en día, se alienta a las facultades de medicina, como a cualquier otro agente de la salud, a reposicionarse mediante un enfoque con mentalidad global. Entre las diversas estrategias recomendadas para una facultad de medicina se encuentra el desafío de revisar su modelo de acreditación, y sus estándares y procedimientos subyacentes.
Con este fin se elaboró un documento publicado en 2019, firmado conjuntamente por líderes internacionales en gobernanza de facultades de medicina y de educación médica, en el que se revisaban los principales sistemas de acreditación de las facultades de medicina en todo el mundo. La conclusión del documento señaló la necesidad de que los sistemas de acreditación estén mejor alineados con los retos de salud de la sociedad, y se afirmaba que el reconocimiento de excelencia debería otorgarse a una facultad de medicina por su capacidad de tener un impacto sostenible en la salud de la población [2].
Poco después, se creó el International Social Accountability and Accreditation Think Tank (ISAATT), bajo los auspicios de la Asociación de Facultades de Medicina de Canadá, compuesto por un gran grupo internacional de expertos con el objetivo de crear 'un impulso hacia una iniciativa global para garantizar que los sistemas de acreditación de las facultades de medicina se diseñen y se utilicen para responder mejor a las necesidades de salud prioritarias y los desafíos de las sociedades actuales y futuras' [3].
Como resultado, ISAATT constituyó cuatro grupos de trabajo para apoyar la implementación de este proyecto global: un grupo de establecimiento de estándares, uno de defensa, uno de desarrollo de capacidades y uno de investigación. El grupo de establecimiento de estándares está implicado en el proceso de desarrollar un 'marco conceptual de responsabilidad social' con el objetivo de orientar a los sistemas de acreditación de escuelas de medicina para adaptar sus estándares actuales o crear otros nuevos que sean más congruentes con las necesidades y desafíos de salud prioritarios de la sociedad. De hecho, este proyecto es una empresa importante que, de tener éxito, debería tener profundas implicaciones en la gobernanza de las facultades de medicina en el futuro y en la formación de profesionales más adecuados para la sociedad. Las facultades de medicina se verían entonces como pioneras por otros agentes implicados en los sistemas de salud.