INTRODUCCIÓN
La halterofilia es un deporte cuyo objetivo es levantar una barra con el máximo de kilos posible desde el suelo hasta por encima de la cabeza con la total extensión de los brazos1. Existen dos levantamientos, el snatch o arrancada y el clean and jerk o dos tiempos. Tienen muchas diferencias (agarre, pico de potencia, claves en el rendimiento…) pero la principal es que en el snatch la barra se eleva directamente desde el suelo hasta encima de la cabeza con un solo movimiento mientras que en el clean and jerk son necesarios dos movimientos.
Estos movimientos han sido incluidos en muchos programas de preparación física debido a que involucran mucha masa muscular y requieren de mucha potencia para su desarrollo (resultado de la unión de cargas pesadas con movimientos a altas velocidades) que se producen durante los mismos2, además existe una transferencia positiva de estos movimientos a factores de rendimiento como el salto3 4 5.
La halterofilia es un deporte con una gran presencia de casos de dopaje con sustancias como los esteroides anabolizantes, que podrían ayudar a la recuperación y adaptación a tales cargas de entrenamiento6 7. Estos atletas suelen permanecer en un 5-10% por encima del peso de competición para optimizar el rendimiento en los entrenamientos8. Para dar el peso intentando mantener al máximo la masa muscular estos atletas recurren a métodos de deshidratación, como puede ser la sauna o el uso de diuréticos9. Sin embargo, se ha observado que un pequeño grado de deshidratación puede afectar al rendimiento10 11 pero con una rehidratación inmediata tras el pesaje estos efectos pueden paliarse10 siempre y cuando el grado de deshidratación no supere el 3-4% del peso corporal.
En esta práctica deportiva, se debería prestar especial atención a las estrategias dietético-nutricionales, que tienen como funciones fundamentales: proporcionar energía para el correcto desempeño de los entrenamientos y la competición, asegurarse una correcta recuperación y optimizar las adaptaciones producidas por el entrenamiento (como puede ser el aumento de los depósitos de fosfocreatina o la hipertrofia)12. Los movimientos olímpicos requieren un gran coste de energía derivada tanto del sistema de fosfágenos de alta energía13, más importante en competición debido al poco volumen de ejercicio y a los descansos completos, como de la glucolisis anaeróbica14 15 más importante a la hora de hacer frente a los grandes volúmenes de entrenamiento.
Este agotamiento de las reservas energéticas producido por el alto volumen, frecuencia e intensidad de los entrenamientos puede inducir a fatiga. Una sola sesión de entrenamiento de fuerza puede reducir las reservas de glucógeno hasta un 24-40%12 aunque la cantidad de vaciamiento va a ser dependiente de las características del entrenamiento.
Como norma general, los halterófilos en el período preparatorio tratan de incrementar las sesiones con el objetivo instaurado en la mejora de la hipertrofia, con el fin de aumentar la masa muscular12. Por estas razones, dentro de la población de halterófilos de élite, se revisó cuáles fueron las intervenciones dietético-nutricionales o estrategias alimentarias que se llevaron a cabo sobre los mismos y qué resultados sobre la composición corporal reportaron. En este sentido, el objetivo principal de este trabajo fue realizar una revisión sistemática de la composición corporal y composición nutricional de las dietas en halterófilos de élite.
MATERIAL Y MÉTODOS
Para la realización del presente trabajo se siguieron los principios propuestos por la declaración PRISMA16. Los autores no registraron el protocolo en PROSPERO ni se publicó en ninguna revista. Las características de los estudios fueron ensayos clínicos o estudios cuasi-experimentales o transversales con deportistas de élite que practicaban halterofilia. Los criterios de inclusión fueron que los sujetos deberían ser sanos, varones y jóvenes. Los sujetos deberían estar catalogados como halterófilos de élite. Se debería de detallar al menos la composición de los macronutrientes de la dieta de los deportistas y/o composición corporal. Se excluyeron todos los estudios en los que los sujetos fueran deportistas amateur o recreacionales así como aquellos estudios en los que no apareciera ningún dato sobre aspectos nutricionales y/o composición corporal.
La búsqueda se realizó en las bases de datos Pubmed, Sport Discuss y Web of Science, con un intervalo temporal que fue del 1 enero de 1980 hasta el 31 octubre de 2016. El idioma para la selección de los artículos fue inglés o español. La identificación de estudios adicionales se formalizó mediante la herramienta de similar articles en la base de datos Pubmed. Dicha búsqueda se llevó a cabo por dos investigadores (AM y RT). Los términos que se establecieron en las estrategias de búsqueda fueron: levantamiento de peso, nutrición, dieta y composición corporal. La estrategia de búsqueda en la base de datos Pubmed fue la siguiente:
(“Weight lifiting” [All Fields] OR “power lifting” [All Fields]) AND (“nutrition” [All Fields] OR “diet” [All Fields]) AND (“body composition” [All Fields])
No se incluyeron límites de diseño de estudio, edad o nivel deportivo para aumentar la sensibilidad de la búsqueda y proceder a realizar manualmente el cribado.
El proceso de selección de los estudios se realizó en dos fases, es decir el cribado (mediante la lectura del título y resumen para identificar la pertinencia del tema) y la elegibilidad de los artículos incluidos en la presente revisión sistemática. Éste se llevó a cabo por dos investigadores (AM y RT), y en caso de duda, un tercer investigador determinó la inclusión o exclusión (JAR). Se recopilaron los textos completos de los artículos preseleccionados y, posteriormente, se aplicaron los criterios de inclusión o exclusión anteriormente descritos.
Asimismo, la calidad metodológica de los estudios fue evaluada mediante la lista de 27 ítems propuesta por Berra y Cols.17 como instrumento para evaluar la calidad de estudios transversales. Este instrumento consta de 27 ítems distribuidos en 8 dimensiones denominadas: 1) pregunta u objeto de investigación; 2) participantes; 3) comparabilidad entre los grupos estudiados; 4) definición y medición de las variables principales; 5) análisis estadístico y confusión; 6) resultados; 7) conclusiones, validez externa y aplicabilidad de los resultados; 8) conflicto de intereses. Las puntuaciones posibles fueron “Muy bien”, “Bien”, “Regular”, “Mal”, “No informa” y “No aplica”. La validez interna está basada en el compendio de las puntuaciones basados en los apartados originales 1-6. Mientras que la validez externa está basada en la puntuación del apartado 7. La valoración global se aplicó teniendo en cuenta todas las dimensiones del instrumento. Dicha evaluación fue realizada por dos investigadores (AM y RT), y en caso de duda, un tercer investigador determinó la clasificación (PA).
La síntesis de los resultados se realizó de forma cualitativa a través de: (a) un diagrama de flujo, donde se representó gráficamente el proceso de selección de los artículos incluidos en la revisión; (b) tablas de síntesis en las que se mostraron las características de los estudios incluidos en la revisión y sus correspondientes puntuaciones de la valoración crítica, y los resultados relevantes en relación a la ingesta en macro y micronutrientes de la dieta y de composición corporal.
RESULTADOS
Como resultados, se identificaron un total de 610 artículos, de los cuales sólo se incluyeron 243 tras eliminar duplicados. En la primera fase de cribado se eliminaron 219 artículos (195 tras lectura del título y 24 tras lecturas del resumen) por no atender claramente al tema de interés. Tras la evaluación a texto completo de los 24 artículos restantes, se eliminaron 16 artículos por no cumplir con los criterios de elegibilidad4 12 18 19 20 21 22(23 24 25 26 27 28 29 30 31, detallándose las razones de no cumplimiento en la Tabla 1. Fueron 8 los artículos finalmente incluidos en la revisión13 32 33 34 35 36 37 38, de los cuales se realizó un análisis y síntesis cualitativo. En la Figura 1 se detalla el proceso de selección de artículos seguido.
Tabla 1 Articulos eliminados y razones de exclusion
Autor, año | Razones exclusión |
---|---|
Burke, 200918 | No halterofilia/rendimiento |
Crewther, 200619 | No halterofilia |
Galpin, 201120 | No dieta |
Garthe, 201121 | No halterofilia/rendimiento |
Helms, 201522 | No halterofilia |
Hoffman, 200723 | No halterofilia/rendimiento |
Kanehisa, 200524 | No dieta |
Saczuk, 201225 | No dieta |
Skemp, 201326 | No dieta |
Slater, 201112 | No rendimiento |
Stear, 200927 | No halterofilia/rendimiento |
Stear, 201028 | No halterofilia/rendimiento |
Stock, 201029 | No halterofilia |
Storey, 20124 | No intervención |
Sundgot-Borgen, 201130 | No rendimiento |
Utter, 200531 | No halterofilia |
La Tabla 2 presenta las características de los 8 estudios incluidos en la revisión13 32 33 34 35 36 37 38. Se pudo observar que todos fueron estudios descriptivos y con un diseño transversal. El rango de sujetos participantes en estos estudios fue de 5-31. La edad estuvo comprendida en un rango entre 14-29 años. En ninguno de estos estudios se incluyó a mujeres como participantes en los mismos, por ello el porcentaje de estas es 0 en todos los casos. En los estudios incluidos están representados los cinco continentes (África, América, Asia, Europa y Oceanía). También se pone de manifiesto la modalidad deportiva que ocupa a esta revisión, así como el nivel de los deportistas, todos ellos halterófilos de élite. La evaluación de la dieta se realizó en la mayoría de los estudios combinando un cuestionario o entrevista semiestructurada con un registro de los alimentos consumidos por parte de los deportistas. Asimismo, en aquellos estudios que tuvieron presente la valoración de la composición corporal predominante, fue la valoración antropométrica. Sobre la calidad de las pruebas y en relación con los resultados obtenidos mediante el instrumento para la lectura crítica y la evaluación de estudios epidemiológicos transversales17. Destacar que todos los estudios obtuvieron una calificación alta o media ya que en la mayoría de los ítems obtuvieron una puntuación de “bien” Tabla 2, a excepción de la validez interna en el caso del estudio de Burke y Cols.13.
Tabla 2 Caracteristicas descriptivas de los estudios incluidos en la revisión y puntuaciones de la valoración critica
Autor, año | Año estudio | Tipo de estudio | Diseño | N | (%) | Edad | País | Evaluación dieta | Deporte | Nivel | ECC | VC |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Cabral, 200632 | 2006 | Descriptivo | Transversal | 12 | 0 | 19,75 (2,42) | Brasil | Registro alimentos 24h CFCA | Halterofilia | Élite | EA | VI:B VE:B VG:A |
Hassapidou, 200134 | 2001 | Descriptivo | Transversal | 5 | 0 | 27 (5) | Grecia | Registro alimentos 24h | Halterofilia | Élite | EA | VI:B VE:B VG:A |
Burke,199113 | 1991 | Descriptivo | Transversal | 19 | 0 | 22,2 [17-29] | Australia | Recordatorio alimentos 7 días | Halterofilia | Élite | EA | VI:R VE:B VG:M |
Grandjean, 198935 | 1989 | Descriptivo | Transversal | 28 | 0 | N/E | EE. UU. | CFCA | Halterofilia | Élite | N/E | VI:B VE:B VG:A |
Van Erp-Baart,198936 | 1989 | Descriptivo | Transversal | 7 | 0 | 27 (4) | Holanda | Registro alimentos 4-7 días | Halterofilia | Élite | EA | VI:B VE:B VG:A |
Chen, 198937 | 1989 | Descriptivo | Transversal | 10 | 0 | 21 (2) | China | Registro alimentos 3-5 días | Halterofilia | Élite | N/E | VI:B VE:B VG:A |
Heinemann,198938 | 1989 | Descriptivo | Transversal | 15 | 0 | [15-19] | EE. UU. | Registro alimentos 3 días CFCA | Halterofilia | Élite | N/E | VI:B VE:B VG:A |
Serairi, 201633 | 2016 | Descriptivo | Transversal | 31 | 0 | [14-18] | Túnez | Registro alimentos 3 días CFCA | Halterofilia | Élite | EA | VI:B VE:B VG:A |
(%): porcentaje de mujeres; Edad: expresado en media, (desviacion estandar) o [rango]; ECC: Evaluacion Composicion Coporal; EA: Evaluacion Antropometrica; CFCA: Cuestionario de Frecuencia de Consumo de Alimentos; N: numero de sujetos participantes en cada estudio; N/E: no especifica o no evalua; VC: Valoracion Critica; VI: Validez Interna; VE: Validez Externa; VG: Valoracion Global; A: Alta; B: Buena; M: Media; R: Regular.
En 6 de estos estudios se observó una distribución similar de macronutrientes (Tabla 3, con un alto consumo de grasas (41% del total de la energía consumida de media, llegando casi al 50% del total de calorías consumidas), mientras que solamente en el estudio de Cabral y Cols.32 y Serairi y Cols.33 se observó que los deportistas tuvieron un consumo menor al 30% del total calórico. Con la distribución de los hidratos de carbono ocurrió algo similar, mostrándose en el estudio de Cabral y Cols.32, así como en el de Serairi y Cols.33 que son los únicos en los que se supera el 50% del total del aporte calórico (5,91g/kg de peso y 7,5g/kg respectivamente), mientras que en los restantes la media fue de 40,4% del total de calorías. Sin embargo, con respecto al aporte proteico se observaron más diferencias en su consumo, con un rango que oscila entre un 12,72% hasta un 22% del total de calorías, en el que se destacan las diferencias en mayor medida cuando se calculó dicho aporte en gramos del macronutriente por kilogramos de peso (de 1,3 hasta 3,2g/kg de peso).
Asimismo, la Tabla 3 recopiló los datos de composición corporal de los deportistas participantes en los diferentes estudios. Los deportistas incluidos en la revisión son un total de 127. Los datos referentes a la composición corporal son diversos, encontrando un rango en el peso de 60,39 (11,56 hasta 118 kg de peso; un IMC medio de 26,32; un porcentaje de grasa que va desde el 3,6 [0,8]% hasta el 18,0 [3,0]%). Los datos referentes a la composición corporal fueron obtenidos mediante a ecuaciones estimatorias. En el trabajo de Cabral y Cols. se utilizó la ecuación basada en el trabajo de Jackson y Pollock39 para hallar la densidad corporal y posteriormente mediante una ecuación40 estimar el porcentaje graso. Tanto en el trabajo de Hassapidou34 como en el de Serairi y Cols.33 se calculó la densidad corporal con la fórmula propuesta por Jackson y Pollock39 y posteriormente se estimó el porcentaje graso con la ecuación Siri41. En el trabajo de Burke y Cols.13 se estimó el porcentaje de grasa mediante la ecuación de Durnin y Rahaman42, basada en pliegues cutáneos al igual que la de Durnin y Womesley43 utilizada en el trabajo de van Erp-Baart36. El cálculo del porcentaje de masa libre de grasa en el trabajo de Serairi y Cols.33 fue restando el porcentaje de grasa al 100% que corresponde a todo el cuerpo.
Tabla 3 Evaluacion nutricional (macronoutrientes) y de la composicion corporal en halterofilia de elite
N | Carbohi-dratos (g/kg) | Proteínas (g/kg) | Lípidos | Energía (kcal) | Altura (cm) | Peso (kg) | IMC (kg/m2) | Masa Grasa | |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Cabral, 200632 | 12 | 5,9 | 1,6 | 28,6 (5,5)% | 2985 (668) | 171,9 (8,4) | 68,3 (8,9) | 23,0 | 3,6 (0,8) |
Hassapidou, 200134 | 5 | 2,9 (1,3) | 1,6 (0,3) | 44 (7)% | 3157 (420) | 177,0 (7,0) | 99,0 (5) | 31,6 | 18,0 (3,0) |
Burke, 1991 13 | 19 | 4,6 | 1,9g | 38,5% | 3640 | 170,2 (7,9) | 83,8 (21,1) | 28,6 (5,1) | 16,5 (5,8) |
Grandjean, 1989 35 | 28 | 43,0 (8,0)% | 18,0(4,0)% | 39 (6)% | 3643 (927) | N/E | N/E | N/E | N/E |
Van Erp-Baart, 198936 | 7 | 4,2 | 1,3 | 39% | 3049 | 176,4 (8,4) | 76,4 (10,0) | 24,6 | 15,3 (3,8) |
Chen, 198937 | 10 | 5,4 (1,2) | 3,2 (0,6) | 40 (7)% | 4597 (604) | 167,0 (9,9) | 80,0 [19,0] | 28,7 | N/E |
Heinemann, 198938 | 15 | 8,0 | 3,1 | 45% | 7493 | N/E | 95,0 [82,0-118,0] | N/E | N/E |
Serairi, 201633 | 31 | 7,5 | 2,1 | 28 (5)% | 3257 | 167,0 (7,0) | 60,4(11,6) | 21,5 (3,4) | 12,3 (5,2) |
Valores expresados en media, (desviacion estandar) o [rango]; IMC: Indice de Masa Corporal; N: Numero de sujetos participantes en cada estudio; N/E: No especifica o no evalua. Los datos de carbohidratos y proteinas en base a g/kg de peso corporal total fueron estimados en relacion al peso promedio de los deportistas.
Los datos obtenidos en relación a los micronutrientes consumidos por los deportistas participantes en cada estudio se muestran en la Tabla 4. En esta tabla se observa la distribución de las diferentes cantidades ingeridas de vitaminas y minerales. En este sentido, cabe destacar las diferencias en el consumo en vitamina A, tiamina, riboflavina, niacina, vitamina C, calcio y hierro en el estudio de Hassapidou34 frente al estudio de Burke y Cols.13, donde el consumo de estos micronutrientes es menor. Sin embargo, no se observaron tantas diferencias con respecto al estudio de Chen y Cols.37. En relación a los datos comunes a todos los estudios incluidos, incidir en el calcio, donde aparentemente los halterófilos participantes en el estudio de Chen y Cols.37 consumieron una mayor cantidad de calcio en comparación con el resto, siendo los halterófilos participantes en el estudio de Hassapidou34 los que menos calcio consumieron. No sucedió de igual forma en relación con el hierro, donde los halterófilos del estudio de Burke y Cols.13 mostraron cantidades inferiores al resto, y nuevamente los halterófilos del estudio de Chen y Cols.37 fueron los que más cantidad de hierro consumieron.
Tabla 4 Evaluacion nutricional (micronutrientes) en halterofilia de elite
Hassapidou, 200134 | Burke, 199113 | Chen, 198937 | Serairi, 201633 | |
---|---|---|---|---|
N | 5 | 19 | 10 | 31 |
Vitamina A | 5,9 (1,6)g | 132,0 (68,0)g | 1547,0 (99,0) (mg) | N/E |
Tiamina (mg) | 2,5 (0,5) | 0,1 (0,1) | 1,8 (0,3) | N/E |
Riboflavina (mg) | 2,7 (0,8) | 0,2 (0,1) | 2,7 (0,6) | N/E |
Niacina (mg) | 33,0 (5,0) | 3,7 (1,4) | 36,3 (8,0) | N/E |
Vitamina C (mg) | 168,0 (81,0) | 13,0 (8,0) | 93,0 (35,0) | N/E |
Vitamina E (mg) | 15,0 (4,0) | N/E | N/E | N/E |
Vitamina B6 (mg) | 2,0 (0,9) | N/E | N/E | N/E |
Vitamina B12 (g) | 8,5 (3,0) | N/E | N/E | N/E |
Calcio (mg) | 1,6 (181,0) | 103,0 (55,0) | 1597,0 (195,0) | 822,51 (188,6) |
Zinc (mg) | 23 (7,0) | N/E | N/E | N/E |
Hierro (mg) | 22 (3,0) | 1,5 (0,4) | 50,0 (9) | 20,5 |
Potasio (g) | N/E | N/E | 7,5 (2,4) | 3718 (1075,2) |
Sodio (g) | N/E | N/E | 7,0 (0,6) | |
Magnesio (mg) | N/E | N/E | 777,0 (304,0) | 199,9 (42,6) |
Valores expresados en media (desviacion estandar); N: numero de sujetos participantes en cada estudio; N/E: no especifica o no evalua
Los resultados obtenidos plantearon, en líneas generales, por un lado, que la composición nutricional de la dieta de los halterófilos está basada en una ingesta energética elevada, por encima de las 3.000kcal en todos los casos, con una distribución de macronutrientes en las que predomina el aporte de carbohidratos (mayor del 50% kcal totales), seguidos de grasas (≥30%) y proteínas (aproximadamente 1,6-3g/kg de peso). Y por otro, que en la composición corporal, los halterófilos, presentaron resultados con una proporción de masa grasa considerable, por encima del 10% pero por debajo del 20%.
Según la bibliografía específica en el tema de la presente revisión sistemática, los requerimientos energéticos de la población de halterófilos de élite abogan por una ingesta de hidratos de carbono de entre 4-7g/kg de peso, periodizando la ingesta con respecto al gasto energético del deportista en cada momento de la temporada. Como se ha observado en el presente estudio, estos deportistas han estado siempre asociados a grandes ingestas de proteínas, siendo las recomendaciones actuales para deportistas de modalidades de fuerza 1,6-2g/kg de peso12 44. Consumos por encima de este rango parecen no ofrecer ventajas, y aumentan el catabolismo proteico45. Además, en relación con el desarrollo muscular y rendimiento deportivo, parece ser que cuanto más avanza la temporada y el atleta se va a adaptando al entrenamiento, las necesidades proteicas se ven ligeramente reducidas46. En este sentido, cabe destacar no sólo la cantidad total de nutriente que es ingerido, sino el momento en el que se hace47. Por ejemplo, en cuanto a unas posibles recomendaciones para halterófilos de élite relacionadas con el momento de la ingesta, incidir en que la comida post-entrenamiento debe tener el objetivo de recuperar los depósitos de energía y favorecer las adaptaciones del entrenamiento47 48. En este sentido, la ingesta de hidratos de carbono junto a proteínas parece la estrategia más recomendable. Una combinación de 0,8-1,2g/kg de peso de hidratos de carbono más 0,4g/kg de peso de proteína de alta calidad parece ser una buena estrategia para reponer los depósitos de glucógeno, así como para estimular la síntesis proteica12. El resto de la ingesta de nutrientes debe de ser correspondido a las grasas, con una ingesta de entre el 20-30% del total calórico44, debido a sus importantes funciones sobre el organismo, como el transporte de vitaminas liposolubles o la formación de membranas celulares12 44. En los estudios incluidos en la revisión, se observaron ingestas de grasas por encima de los valores recomendados en más de un grupo de deportistas, lo que podría explicar el incremento del porcentaje de masa grasa por encima de los valores de referencia hallados en algunos estudios.
Esta revisión parece indicar, en general, un mal perfil de la dieta o perfil subóptimo por parte de los halterófilos de élite, sin embargo se observó una tendencia en los estudios más actuales32 33 de unos perfiles de la dieta más acordes con la actividad de estos deportistas. Solamente en el trabajo de Cabral y Cols.32 así como en el de Serairi y Cols.33 la distribución de macronutrientes es afín a lo recomendado por la literatura científica12. Se observó un consumo de 1,59g/kg de proteínas, 5,91g/kg de hidratos de carbono y 28,57% de la ingesta calórica dedicada a las grasas32 y un consumo de 2,05g/kg de proteínas, 7,5g/kg de hidratos de carbono y un 28,53% de consumo de grasas respecto al total33. Pero al estudiar las necesidades calóricas diarias de los sujetos, los investigadores observaron que tenían un déficit energético, calculado en función a la ecuación de la OMS49 y con el factor de actividad propuesto por James y Schofield50 de 679 calorías, lo que podría explicar los porcentajes de grasa tan bajos encontrados en esta población (3,6±0,79% de grasa). Mientas que en el resto de estudios13 34 39 la ingesta calórica parece superior a las necesidades de estos deportistas y/o la distribución de macronutrientes no es óptima debido a que los porcentajes de grasa corporal son elevados. El porcentaje de grasa ideal para deportes de fuerza en los que existen categorías de peso parece ser un 10-12% de grasa corporal32 para optimizar la relación peso corporal/fuerza que es clave en el rendimiento13, excepto en la categoría sin límite de peso (más de 105 kilogramos). En el trabajo de Serairi y Cols.33 sí se encontraron porcentajes de grasa corporal aceptables en función de lo que dice la literatura científica. Esto se puede explicar debido al correcto reparto de macronutrientes en la dieta de estos deportistas.
Sólo se presentaron dos estudios fuera de los límites del consumo de hidratos de carbono recomendado (2,9±1,3g/kg34 y 8g/kg38). Tanto un consumo por encima como por debajo puede afectar al rendimiento y/o salud del deportista, afectando a la correcta recuperación y reposición de los sustratos energéticos (consumo bajo) o pudiendo producir un aumento no deseado de peso (consumo excesivo). En 3 de los estudios13 35 36 que están dentro del rango recomendado (4-7g/kg de peso) el consumo está muy cerca del límite inferior a pesar de que los porcentajes de grasa corporal son altos. Esto puede deberse al alto consumo de grasas. Sería recomendable bajar el consumo de grasas en favor del consumo de hidratos de carbono, debido al carácter anaeróbico de este deporte y a los entrenamientos caracterizados por alta frecuencia, alto volumen y alta intensidad.
En cuanto al consumo de proteínas, existen estudios13 33 34 36 que cumplen los estándares anteriormente expuestos del rango 1,6-2g/kg de peso12 44, pero también existen 2 estudios37 38 que muestran un excesivo consumo de este macronutriente (con más de 3g/kg de peso); lo cual no ofrece ninguna ventaja sobre consumos más moderados de proteínas45, pero tampoco parece ser un riesgo para la salud del deportista51. Aun así sería interesante disminuir el consumo de proteínas en estos sujetos bajando el consumo de productos animales, lo que podría ser la razón del alto consumo de grasas y porque este consumo excesivo promueve un catabolismo proteico excesivo45.
El consumo de grasas es superior a las recomendaciones del 30% del total calórico45 50 menos en dos casos32 33. En todos los demás estudios se muestran ingestas por encima del 35% del total calórico, lo cual podría afectar al rendimiento ya que puede ser la razón de los elevados porcentajes de grasa corporal, y tales consumos de grasas no tiene ningún efecto positivo sobre el rendimiento deportivo ya que en la halterofilia es un deporte puramente anaeróbico.
Con respecto al aporte de vitaminas y minerales, sería interesante haber podido conocer el aporte de micronutrientes en todos los estudios, lo cual delimita y dificulta la comparación de los mismos con valores de referencias o entre diferentes poblaciones de deportistas de élite que realicen halterofilia. No obstante, destacar que entre las limitaciones del presente trabajo se encontraron el reducido número de artículos que tratan específicamente la composición nutricional de las dietas y la composición corporal de los halterófilos de élite. Asimismo, aparecen problemas en relación a la correcta cuantificación de los macronutrientes y micronutrientes ingeridos por los deportistas, debido a la heterogeneidad de los métodos para conocer dichas cantidades. Del mismo modo, en relación a la composición corporal, no se detallan en los artículos todos los datos de cómo se han llevado a cabo las valoraciones antropométricas y los resultados obtenidos a partir de estos.
Como futuras investigaciones, se podría plantear que se pusieran de manifiesto distintas distribuciones de macronutrientes y/o distintos balances energéticos y su influencia sobre el rendimiento (en este caso a los kg levantados en los movimientos olímpicos). Asimismo, se podría estudiar la influencia de distintas comidas pre- y post-entrenamiento en el rendimiento y fatiga de los atletas, observando los distintos marcadores biológicos (testosterona, cortisol, otros) para poder estudiar también el estado de salud del deportista y la respuesta a tales niveles de entrenamiento con unas y otras comidas. Además de la influencia o no en el rendimiento del uso de distintos suplementos que teóricamente deberían aumentar el rendimiento. Sería interesante que pudiesen abordar con más precisión el tema en cuestión, con la intención de poder facilitar a los dietistas-nutricionistas unas recomendaciones más exhaustivas sobre los requerimientos en esta población de deportistas. No obstante, en líneas generales, en este manuscrito se han recopilado algunas de estas estrategias y que pueden ser de ayuda para el colectivo profesional de dietistas-nutricionistas.
CONCLUSIONES
A pesar de que en general la ingesta proteica de los halterófilos de élite estuvo dentro de los rangos recomendados, en 2 estudios se reportaron ingestas de hasta 1g/kg peso superiores a las recomendaciones. De forma generalizada, el dato más alterado en las dietas de los deportistas, fue el elevado consumo de grasa, situado alrededor de un 40% en la mayoría de los casos. Este exceso en la ingesta de lípidos también contribuye al detrimento del aporte de hidratos de carbono en esta población. En futuros trabajos se debería estudiar si este hecho podría relacionarse con el contenido en masa grasa, ya que el compartimento de masa grasa se sitúa en un rango entre el 10-20% del peso corporal total. En cuanto al aporte en micronutrientes, es necesario llevar a cabo más investigaciones centradas en este aspecto. Es necesario recomendar el papel del dietista-nutricionista en la preparación de los halterófilos de élite para llevar a cabo una adecuada planificación dietético-nutricional acorde con el requerimiento de la práctica deportiva, que ayude a estos deportistas a maximizar su rendimiento deportivo, tanto en los entrenamientos como durante la competición, incrementando la masa muscular y disminuyendo la masa grasa.