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Revista Española de Nutrición Humana y Dietética

On-line version ISSN 2174-5145Print version ISSN 2173-1292

Rev Esp Nutr Hum Diet vol.22 n.1 Pamplona Jan./Mar. 2018  Epub Feb 03, 2020

https://dx.doi.org/10.14306/renhyd.22.1.373 

REVISIÓN

Dislipidemias en niños y adolescentes: factores determinantes y recomendaciones para su diagnóstico y manejo

Dyslipidemia in children and adolescents: determining factors and recommendations for diagnosis and management

Ana Noreña-Peñaa  b  *  , Patricia García de las Bayonas Lópezc  , Isabel Sospedra Lópeza  b  , José Miguel Martínez-Sanza  b  , Gerardo Martínez-Martíneza  b 

a Departamento de Enfermería, Facultad de Ciencias de la Salud, Universidad de Alicante, San Vicente del Raspeig, Alicante, España.

b Grupo de Investigación en Alimentación y Nutrición (ALINUT), Universidad de Alicante, San Vicente del Raspeig, Alicante, España.

c Hospital Universitario Santa Lucía, Cartagena, Murcia, España.

RESUMEN

El presente artículo tiene como objetivo identificar los factores y determinantes que inciden en la dislipidemia infantil y adolescente, así como las recomendaciones existentes sobre el diagnóstico, manejo y seguimiento clínico. Se realizó una revisión narrativa consultando en PubMed, Web of Science y SciELO de artículos publicados entre 2010-2017, en población infantil y adolescente, que incluyan descripción de la patología, programas, manejo y tratamiento. Se hallaron 193 artículos. Se seleccionaron 32 que cumplían los criterios de inclusión, distribuidos en 2 grupos: uno que contiene 19 estudios originales describiendo factores para la aparición de esta patología y otro que agrupa 13 estudios correspondientes a recomendaciones para su diagnóstico y manejo. Respecto a los determinantes de las dislipidemias, el sobrepeso y/u obesidad en niños se ha descrito como el principal factor desencadenante. Aunque se observan avances sobre los tratamientos recomendados y cierto consenso acerca de las fases del mismo, todavía no existen recomendaciones unificadas con respecto a su detección precoz. Algunos autores apoyan la realización del cribado en toda la población infantil, mientras otros únicamente lo consideran necesario en niños con riesgo elevado. El tratamiento de primera línea se basa en cambios dietéticos y de actividad física, relegando al farmacológico como última opción.

PALABRAS CLAVE: Dislipidemias; Niño; Adolescente; Diagnóstico; Terapéutica

ABSTRACT

The present article aims to identify the factors and determinants that affect childhood and adolescent dyslipidemia, as well as the existing recommendations on diagnosis, management and clinical follow-up. A narrative review was carried out in PubMed, Web of Science and SciELO of articles published between 2010-2017, in children population, including description of pathology, programs, management and treatment. Found 193 articles. We selected 32 who fulfilled the inclusion criteria, distributed in 2 groups: One of them containing 19 original studies describing factors for the onset of this pathology and the other one lists 13 studies corresponding to recommendations for diagnosis and management. Regarding the determinants of dyslipidemia, overweight and/or obesity in children has been described as the main triggering factor. Although there is progress on recommended treatments and some consensus on the phases of the treatments, there are still no unified recommendations regarding their early detection. Some authors support screening in the entire child population, while others only consider it necessary in children at high risk. First-line treatment is based on dietary changes and physical activity, relegating to pharmacological as the last option.

KEYWORDS: Dyslipidemias; Child; Adolescent; Diagnosis; Therapeutics

INTRODUCCIÓN

Las dislipidemias en niños y adolescentes constituyen un importante factor de riesgo para sufrir patologías cardiovasculares1. Estas enfermedades representan la primera causa de morbimortalidad en los países desarrollados2-3, hecho que cobra mayor relevancia teniendo en cuenta que sus factores precursores y determinantes pueden aparecer en la infancia4-5.

Las dislipidemias son desórdenes de las lipoproteínas caracterizadas por presentar valores anormales de alguna de las fracciones lipídicas en la sangre. Los niveles de lípidos y lipoproteínas son el resultado de las contribuciones genéticas y ambientales como la dieta y la actividad física6-7. La clasificación de las dislipidemias deriva de las distintas alteraciones en el perfil lipídico, las más frecuentes son las dislipidemias puras (hipertrigliceridemia, bajo nivel de lipoproteínas de alta densidad [C-HDL] e hipercolesterolemia aisladas) y las combinadas (dislipidemia mixta: colesterol total [CT] + triglicéridos [TG] elevados y dislipidemia aterogénica: C-HDL bajo + TG elevados)8.

Así mismo, las dislipidemias en la infancia y la adolescencia comprenden edades entre la edad preescolar y la adolescencia tardía que abarca hasta los 19 años de edad9-10. El National Cholesterol Education Program (Panel Expert Guide, 1992) establece el punto de corte que define la hipercolesterolemia infantil en 200mg/dL11. Se estima que aproximadamente entre el 19% y el 26% de los escolares españoles entre 6-8 años presentan valores de CT superiores12.

Para la detección y seguimiento clínico de esta enfermedad se tiene en cuenta el realizar un análisis bioquímico del perfil lipídico13. En este sentido, hay asociaciones científicas que se pronuncian a favor de un cribado universal y otras de realizar uno selectivo14. La recomendación del cribado universal se fundamenta en los beneficios de la detección precoz de la hipercolesterolemia, ya que constituye un factor de riesgo cardiovascular que da lugar a enfermedades crónicas como la arterioesclerosis15-16.

Es de especial importancia la realización del cribado en niños y adolescentes cuya historia clínica indique que son susceptibles a tener mayor riesgo; se consideran aquellos con antecedentes familiares: padres con niveles de CT superiores a 240mg/dL o presencia de arterioesclerosis a edad temprana en familiares de primer grado de consanguinidad; también se considera que el niño o adolescente aumenta el riesgo si presenta obesidad, hipertensión arterial, toma determinados fármacos o padece enfermedades asociadas a la misma patología como hipotiroidismo o VIH17. Por lo tanto, las dislipidemias en la infancia y adolescencia pueden ser debidas tanto a causas primarias de carácter genético como secundarias asociadas a otras enfermedades o a factores exógenos8. Lo descrito habla del conjunto de factores determinantes de las dislipidemias, teniendo en cuenta factores del medio ambiente, del estilo de vida, la genética y calidad de atención de los servicios de salud18. Así mismo, estudios de cohortes han mostrado que la presencia de dislipidemias en población pediátrica y adolescente, perdura en la edad adulta y se asocia a enfermedad cardiovascular futura19-23.

En España, las comunidades de Aragón, Castilla-León, Cataluña, La Rioja, Madrid, Navarra y País Vasco ya incluyen el diagnóstico genético en sus estrategias de detección de la hipercolesterolemia familiar. Este modelo es considerado como el estándar que debe ser implementado al resto de comunidades autónomas24.

Diversos estudios han revisado las recomendaciones para la detección, seguimiento y manejo terapéutico de niños y adolescentes en riesgo y/o con diagnóstico de dislipidemia25 y, de manera general, se recomienda como pauta de tratamiento comenzar con un cambio en la dieta, así como la realización de ejercicio físico de forma regular al menos durante 6 meses; pasado este tiempo, se reevalúa el perfil lipídico sérico y, si no se ha obtenido una respuesta favorable, se plantea la posibilidad de instaurar un tratamiento farmacológico26.

Las recomendaciones publicadas acerca del manejo de la patología, apuntan a que si la enfermedad se deriva de una causa secundaria se debe mantener un seguimiento basado en medidas dietético-nutricionales y un aumento del ejercicio físico27. Las investigaciones indican que un elevado Índice de Masa Corporal (IMC), especialmente cuando la grasa corporal se encuentra acumulada en la zona abdominal, es uno de los factores de riesgo a considerar28-29.

Debido al impacto que las dislipidemias suponen para la salud de los niños y adolescentes que las padecen y sus repercusiones, es necesario revisar en la literatura científica cómo se lleva a cabo la detección temprana de las dislipidemias, así como del seguimiento de pacientes pediátricos y adolescentes con factores de riesgo y/o diagnóstico de alteraciones lipídicas.

Por tanto, el objetivo de esta revisión narrativa es identificar los factores determinantes que inciden en la dislipidemia infantil y adolescencia tardía, así como las recomendaciones existentes sobre el diagnóstico, manejo y seguimiento clínico. Aunque los determinantes y factores que inciden en su aparición están descritos en la literatura, es necesario retomarlos con el fin de conocer cómo se está llevando a cabo el manejo de estos pacientes y valorar las condiciones en las que se recomienda el cribado y el posicionamiento de las diferentes asociaciones científicas.

MATERIAL Y MÉTODOS

Se realizó una revisión narrativa del estado actual de los factores determinantes así como del diagnóstico, manejo y seguimiento clínico de la dislipidemia infantil y adolescente, a través de las bases de datos: PubMed, Web of Science y SciELO. La estrategia de búsqueda se construyó a partir de Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS): “Dyslipidemias”, “Child”, “Child, preschool”, “Adolescent” y otros en lenguaje natural: dyslipidemia, hyperlipidemia, childhood y children. Fueron utilizadas distintas operaciones boleanas: “(dyslipidemia OR dyslipidemias) AND (child OR children OR childhood)”; “(Dyslipidemia OR dyslipidemias) AND child”; o “(dyslipidemias OR dyslipidemia OR hyperlipidemia) AND child”. Se realizó un rastreo manual de artículos con el fin de asegurar la calidad del estudio. Los filtros utilizados fueron: idiomas (español, inglés y portugués). Los criterios de inclusión fueron: artículos originales, revisiones bibliográficas, revisiones sistemáticas y guías clínicas disponibles en texto completo, publicados en cualquier país entre 2010-2017, realizados en población infantil desde preescolares hasta la adolescencia tardía, que incluyan los factores determinantes, así como el manejo de la enfermedad y que tuvieran el término “dislipidemia” en el título.

Se excluyeron los artículos que en su título u objetivo trataran la relación entre dislipidemia y otras enfermedades específicas (SIDA, hipotiroidismo, diabetes, etc.), fuesen estudios y análisis específicos sobre parámetros bioquímicos (lipoproteínas) y marcadores genéticos, se llevasen a cabo en población adulta, además de cartas al editor, casos clínicos y editoriales. El cribaje de los artículos fue realizado por 2 investigadores, consensuándose la inclusión o exclusión de los artículos, y recopilando la información relevante y actualizada de los últimos años.

Se construyó un protocolo de recogida de datos, compuesto por las siguientes variables:

  • Título de la publicación / Autor / Año / País: título del artículo / Apellidos y nombre del primer autor / Año de publicación del artículo / Zona geográfica de procedencia del artículo.

  • Objetivo de la publicación: resultados que se pretenden con la realización del estudio.

  • Método: tipo de estudio clasificado según los procedimientos, métodos y técnicas mediante los que el investigador selecciona a los individuos objeto de estudio, recoge la información, la analiza e interpreta los resultados.

  • Población: conjunto de sujetos con determinadas características sobre los que se realiza el estudio.

  • Variables de estudio: característica que posee el objeto a estudio, que es susceptible de ser medida mediante algún tipo de escala.

  • Limitaciones: aquellas encontradas en la realización de los trabajos analizados.

  • Resultados principales: resoluciones finales obtenidas del estudio, enumerándose los principales resultados obtenidos.

  • Métodos diagnósticos: procedimiento por el cual se identifica cualquier estado patológico o de salud.

  • Manejo y tratamiento: conjunto de medios cuyo fin es la curación de determinados estados patológicos.

Se realizó un análisis descriptivo del contenido de los artículos seleccionados procediendo a clasificarlos según el objetivo planteado.

RESULTADOS

Se hallaron un total de 193 artículos, de los cuales 44 fueron encontrados en SciELO, 40 en PubMed y 109 en Web of Science. De estos 193 artículos se seleccionaron un total de 28 tras aplicar los criterios de selección anteriormente descritos: 8 procedentes de SciELO, otros 5 de PubMed y 15 artículos de Web of Science. Por otra parte, se incluyeron 4 estudios procedentes del rastreo manual. Del total de artículos se obtuvieron: 21 en inglés, 8 en español y 3 en portugués. Los 32 artículos seleccionados fueron clasificados en 2 tablas.

En la Tabla 1, se muestran 19 estudios originales cuyo objeto de estudio son los determinantes y factores que inciden en la aparición de dislipidemias en niños y adolescentes.

Tabla 1 Relación de estudios originales sobre los determinantes y factores que inciden en la aparición de dislipidemias en niños y adolescentes. 

Autores/Año Objetivo Método/ Población/País Variables a estudio Limitaciones Resultados principales
Erol y Cols., 201729 Determinar si la deficiencia de vitamina D y la resistencia a la insulina son factores de riesgo de DL en niños obesos. Estudio transversal. 108 niños/niñas (8-14 años) obesos del Departamento de Pediatría del Hospital Universitario y de Investigación Bacılar Estambul, Turquía./ Turquía. • Parámetros antropométricos: peso, talla e IMC. • Parámetro bioquímicos: CT, C-LDL, C-HDL, TG, 25(OH) D, glucemia y concentración insulínica. • La muestra de pacientes incluidos es escasa. • La alta tasa de HOMA-IR es un factor secundario para el desarrollo de DL. • La deficiencia de vitamina D se identifica como factor para el desarrollo de DL en niños obesos.
Barja y Cols., 20158 Describir los factores asociados de DL en una población de niños chilenos. Estudio transversal. 2.900 niños/niñas (11-12 años) de 20 es- cuelas municipales de Puente Alto, Santiago de Chile./ Chile. • Parámetros antropométricos: IMC, circunferencia de la cintura. • Maduración sexual (serie fotográfica). • Antecedentes: edad gestacional, peso y talla al nacer. • Características socio- demográficas: edad y sexo. • Parámetros bioquímicos: glicemia, insulinemia, índice HOMA, resistencia insulínica, CT, C-LDL, C-HDL y TG. • El rango de edad es estrecho. • El sobrepeso y el perímetro abdominal se asocia a DL. • Los niños prematuros tienen mayor prevalen- cia de TG elevados. • Los padres con ante- cedente de factores de RCV antes de los 55 años se asocia a DL en niños. • La resistencia a la insulina se relaciona con TG elevados.
Magalhães y Cols., 201525 Evaluar el perfil lipídico y los factores asociados a DL en niños. Estudio transversal. 185 niños/as (4-7 años) de un Programa de Apoyo a la LM. / Brasil. • Parámetros bioquímicos: C-HDL, C-LDL, TG y CT. • Antecedentes: Peso al nacer, IMC pregestacional, ganancia de peso gestacional materno. • Otras: edad, factores sociodemográficos, IMC, percentil de peso, hábitos de vida/ alimentarios, LM. • Dificultad para considerar la presencia de DL del país, debido al bajo porcentaje de personas con controles médicos. • Dificultades en la obtención de alguna información. • En la ocurrencia de dislipidemia influyen: condicionantes sociodemográficos y el estado nutricional, si tienen sobrepeso u obesidad (se citan como factores de riesgo). • Evaluar el perfil lipídico de manera precoz se considera importante.
Buitrago-López y Cols., 201530 Examinar la asociación entre el bajo nivel socioeconómico y factores de riesgo cardiometabólicos en niños colombianos. Estudio transversal. 1.282 niños/as (6-10 años) seleccionados aleatoriamente de Bucaramanga, Colombia. / Colombia. • Parámetros antropométricos: estatura, peso, IMC, circunferencia de la cintura. • TA. • Parámetros bioquímicos: glucosa, C-HDL, C-VLDL, TG. • Ausencia de distintas medidas de bajo nivel socioeconómico. • No hubo información detallada de los factores de confusión. • La confusión residual debido a las variables no medidas o mal medidas no se puede descartar. • El bajo nivel socioeconómico está inversa- mente relacionado con el desarrollo de DL (altos niveles de TG y C-VLDL y bajos niveles de C-HDL) en niños colombianos. • Estos resultados no difieren según la edad o el sexo.
Basain Valdés y Cols., 201531 Determinar el estado nutricional y las alteraciones lipídicas en pacientes pediátricos según la duración de la LM exclusiva. Estudio transversal. 50 pacientes (1-18 años) con diferentes duraciones de LM exclusiva del consultorio 25 en el Policlínico Carlos Manuel Portuondo, Cuba. / Cuba. • Características socio- demográficas: edad, sexo. • Tiempo de LM. • Parámetros antropométricos: peso, talla, IMC. • Parámetros bioquímicos: CT y TG. • No señalan las limitaciones del estudio. • Se presentó un aumento de los TG relacionado con el abandono precoz de la LM exclusiva. • El sexo y el tiempo de LM exclusiva no fueron relacionados con las variables bioquímicas estudiadas.
Rodríguez y Cols., 201432 Identificar señales de aterosclerosis tempranas como el sobrepeso y las DL en adolescentes. Estudio transversal. 372 adolescentes de ambos sexos, (13-15 años) de secundaria Protesat de Baraguá, Centro Habana. / Cuba. • Parámetros antropométricos: peso, talla, circunferencia de la cintura, IMC. • Parámetros bioquímicos: CT, C-LDL, C-HDL y TG. • No señalan las limitaciones de su estudio. • El 25% tenían exceso de peso y de grasa abdominal. • El 18,5%: CT limítrofe alto. 7,5%: TG altos y el 26,6%: limítrofes alto. • La más frecuente es la hipertrigliceridemia.
Nobre y Cols., 201328 Investigar los factores de la DP en preescolares. Estudio transversal. 227 niños (5 años) nacidos entre septiembre-2004 y julio-2005 en Diamantina, Minas Gerais. / Brasil. • Cuestionario de frecuencia de comidas. • Parámetros antropométricos: peso, talla, IMC. • Parámetros bioquímicos: C-LDL, C-HDL, CT y TG. • Información socioeconómica. • Es difícil estimar la ingesta de niños y el tiempo que ven la televisión, las madres no pueden decir exactamente qué ingieren sus hijos ni las actividades que realizan, especialmente si trabajan fuera de casa. • Factores de la DL: baja frecuencia de consumo de dietas mixtas, elevado IMC, y bajo nivel de educación materna. • Alta prevalencia de DL.
Stewart y Cols., 201333 Evaluar la prevalencia de: tensión elevada, sobrepeso, DL y sus factores desde la adolescencia a los adultos jóvenes. Estudio transversal. 4.729 individuos, de ambos sexos, (9-23 años). / Nepal. • Parámetros antropométricos: peso, talla, circunferencia de la cintura, IMC. • Parámetros bioquímicos: CT, C-HDL, glucosa, TG, hemoglobina glicosilada. • Hábitos tóxicos, dieta. • TA. • Factores socioeconómicos. • La juventud de la población significa una baja prevalencia de factores de riesgo. • El cuestionario de frecuencia de consumo no cuantifica el tamaño de las porciones, lo que limita la cuantificación de alimentos consumidos. • La prevalencia de factores de riesgo ha aumentado por cambios en su estilo de vida. • Las DL y la TA elevada son problemas de salud emergentes entre los jóvenes de Nepal.
Rosini y Cols., 201334 Evaluar el uso del índice cintura/cadera para detectar hiperglucemia y DL en adolescentes y niños. Estudio transversal. 1.011 alumnos/as de escuelas públicas, (6-14 años). / Brasil. • Características biodemográficas: edad, y lugar de nacimiento. • Parámetros antropométricos: peso, talla, circunferencia de la cintura, IMC. • Parámetros bioquímicos: glucosa, CT, C-LDL, C-HDL, TG. • Factores de riesgo. • Es un estudio transversal. • No se puede determinar la dirección de la asociación. • Alta prevalencia en niños y adolescentes con alto índice cintura/ cadera asociado a otros factores de riesgo. • El aumento de la circunferencia de cintura detecta estudiantes con factores de riesgo metabólico para enfermedades.
Gong y Cols., 201335 Investigar el estatus del metabolismo glucolipídico y las correlaciones entre la desviación estándar del IMC y los índices metabólicos, determinando el mejor valor de corte para predecir la DL. Estudio transversal. 10.423 adolescentes de ambos sexos (9-15 años) de 14 escuelas de 2 distritos de Shanghai. / China. • Parámetros antropométricos: IMC y su desviación estándar, circunferencia de la cintura y su desviación estándar, peso, talla. • Parámetros bioquímicos: glucosa, CT, C-LDL, C-HDL, TG, insulina, resistencia a la insulina, hemoglobina glicosilada, hemoglobina A, serolipoproteína A, apolipoproteínas A y B1. • La muestra es de la ciudad de Shangai y no se debe extrapolar los resulta- dos. • El tamaño muestral es relativamente pequeño. • Si existe sobrepeso u obesidad: el CT, los TG y C-LDL aumentan; y la sensibilidad a insulina y el C-HDL disminuyen. • Si puntuación de la desviación estándar de IMC es mayor de 1,22 puede predecir la DL.
Ribas y Col., 201236 Evaluar qué parámetros de la obesidad de los que se aplican actualmente puede predecir el riesgo de DL en niños. Estudio transversal. 874 personas de ambos sexos (6-19 años) de escuela pública y privada de Belém, Brasil. / Brasil. • Datos demográficos, socioeconómicos, clínicos. • Parámetros antropométricos: peso, talla, IMC, porcentaje de grasa corporal, pliegues tricipital y subescapular, circunferencia de brazo superior, cintura, cadera. • Parámetros bioquímicos: CT, C-LDL, C-HDL y TG. • No señalan las limitaciones de su estudio. • El sobrepeso, el elevado porcentaje de grasa corporal, circunferencia de la cintura y grasa del brazo, percentil >90 se asocia a alteraciones en el perfil lipídico. • IMC: mejor predictor de DL.
De Alcântara y Cols., 201237 Abordar los factores de DL en niños y adolescentes matriculados en la red pública de educación del Salvador, Bahía. Estudio transversal. 937 niños/as (7-14 años) de Bahía, Brasil. / Brasil. • Parámetros bioquímicos: CT, TG. • Nivel actividad física. • Parámetros antropométricos: peso, talla, IMC. • Cuestionario de frecuencia alimentaria. • Variables socioeconómicas. • Educación materna. • Es un estudio transversal y afecta a la interpretación de los resultados. • El uso de fotometría para determinar niveles lipídicos en sangre puede infraestimar el diagnóstico. • DL en esta población: 25,5%. • IMC adecuado: mejora perfil lipídico y reduce RCV. • DL se asocia a factores ambientales: estilo de vida y baja educación materna.
Hirschler y Cols., 201238-39 Comparar la prevalencia de los factores de RCV en dos poblaciones de Argentina, y examinar el IMC, circunferencia de la cintura e índice cintura/ talla como predictores de DL Estudio transversal. 933 niños/as: 330 de San Antonio de los Cobres y 603 de Buenos Aires (5-19 años) entre abril y septiembre de 2007 y 2008. / Argentina. • Parámetros antropométricos: peso, talla, circunferencia de cintura, IMC, e índice cintura/talla. • TA. • Parámetros bioquímicos: CT, TG, glucosa C-LDL, C-HDL, hemoglobina, insulina, resistencia a la insulina. • Maduración sexual (Tanner). • Es un estudio transversal y no se puede establecer la direccionalidad de las asociaciones. • No se pue- den tener en cuenta factores hereditarios por desconocimiento de las madres. • Las muestras de niños de ambos lugares no son comparables. • Los marcadores antropométricos son malos predictores de DL en niños. Tienen mayor riesgo de DL aun controlando su estilo de vida. • Necesarios estudios para determinar si tienen más riesgo por genética.
Tomerak y Cols., 201240 Estudiar la ocurrencia de DL primarias, y exponer sus presentaciones clínicas y su perfil lipídico antes y 6 meses después de la terapia. Estudio prospectivo descriptivo. 20 pacientes (4-13 años) del Hospital Infantil Universitario de El Cairo entre junio-2008 y mayo-2010. / Egipto. • Pruebas: ECG, ecocardiograma, examen físico, IMC. • Parámetros bioquímicos: CT, C-LDL, C-HDL, TG. • No señalan las limitaciones del estudio. • DL primaria: se presenta en distintas formas, gran impacto cardiovascular, empieza precozmente. • Importante cribado por casos asintomáticos con manifestaciones cardiacas silenciosas.
Vieira y Cols., 201141 Investigar la asociación entre DL y otros factores de riesgo para enfermedad cardiovascular en adolescentes. Estudio transversal. 432 adolescentes de ambos sexos (10-19 años) de 21 escuelas públicas de Natal, Brasil, entre 2007 y 2008. /Brasil. • Parámetros antropométricos: peso, talla, circunferencia de cintura, índice cintura/ talla, IMC. • Parámetros bioquímicos: CT, C-HDL, C-LDL, TG, no-C-HDL, proporción LDL: C-HDL y CT: C-HDL. • Maduración sexual (Tanner). • Antecedentes familiares, educación materna. • No se tuvieron en cuenta otros factores de riesgo cardiovascular. • Los resultados de estudios transversales deben interpretarse con precaución. • Hipertrigliceridemias asociadas a un exceso de peso y a obesidad abdominal; y un C-HDL bajo: indica mayor riesgo cardiovascular. • DL más frecuente en los niños: niveles bajos de C-HDL. • La más frecuente entre los que tienen sobrepeso: hipertrigliceridemia.
Hirschler y Cols., 201142 Comparar IMC, circunferencia de la cintura y el índice circunferencia cintura / talla para identificar DL en niños. Estudio transversal. 1.261 niños/as (5-15 años) en 10 escuelas elementales entre abril y septiembre de 2007 y en 2008. / Argentina. • Variables sociodemográficas. • Parámetros antropométricos: peso, talla, IMC, índice cintura/ talla, circunferencia de cintura. • Parámetros bioquímicos: CT, C-HDL, C-LDL, TG, glucosa, insulina, resistencia a la insulina. • Maduración sexual (Tanner). • TA. • Es un estudio transversal y no se puede concluir la relación entre variables. • La información de la historia familiar no puede tener- se en cuenta debido al bajo nivel de educación paterno. • La circunferencia de la cintura, IMC, e índice cintura/talla predicen la DL (niveles eleva- dos de TG y bajos de C-HDL). • Índice cintura/talla y circunferencia de la cintura: mejores predictores que IMC. • No existe asociación significativa entre los parámetros antropométricos, y los niveles de CT y de C-LDL.
Li y Cols., 201143 Examinar la asociación entre la dieta e ingesta de nutrientes, y los perfiles lipídicos en relación con el sobrepeso y el enlentecimiento del desarrollo. Estudio transversal. 13.770 niños/as (2-17 años) de distintas regiones de China, con los datos del China National Nutrition and Health Survey de 2002. / China. • Parámetros antropométricos: peso, talla, IMC. • Cuestionario de ingesta alimentaria. • Parámetros bioquímicos: CT, TG, C-LDL, C-HDL, hemoglobina, glucosa. • Es un estudio transversal. • No existe documentación de enfermedades infecciosas que puedan relacionarse con el enlentecimiento y con déficit de micronutrientes. • Comer sano y beber agua, los alimentos fortificados y los suplementos pueden ser factores de confusión. • En niños con retraso del crecimiento o sobrepeso se vio poca diversidad dietética y un elevado consumo de comidas de alto índice energético; esto se asocia a alteraciones lipídicas.
Kaur y Col. 201144 Estudiar la asociación entre dislipidemia y obesidad en niños de la India. Estudio transversal. 16.585 niños (6-18 años) de 90 escuelas de Delhi, 30 de cada grupo socioeconómico. / India. • Características sociodemográficas. • Parámetros antropométricos: peso, talla, IMC. • Parámetros bioquímicos: CT, C-LDL, C-HDL, TG. • Los autores consideran los pagos mensuales del colegio como un indicador fiable del nivel socioeconómico de la familia. • Niños obesos: se encuentra aumento CT, C-LDL y TG; y menor C-HDL comparado con no obesos. • Recomendado cribado bioquímico.

DL: dislipidemia; CT: colesterol total; C-HDL: colesterol HDL; C-LDL: colesterol LDL; TG: triglicéridos; IMC: índice de masa corporal; LM: lactancia materna; C-VLDL: lipoproteínas de muy baja densidad; TA: tensión arterial; RCV: riesgo cardiovascular; HOMA IR: índice de resistencia a la insulina.

Diseño de los estudios

De los artículos seleccionados, 18 son estudios transversales. Para su correcta interpretación es importante conocer la muestra representativa de los estudios y la población que incluyeron. En el análisis realizado se observan 3 artículos cuya muestra incluía a más de 10.000 niños y/o adolescentes35 43 44, siendo estos la población estudiada con mayor número de individuos. Otros 5 estudios abarcaron entre 1.000-5.000 sujetos desde la edad escolar hasta la adolescencia tardía8 30 33-34 42, 4 artículos contaron con un número muestral de 500-1.000 escolares y adolescentes36-39 y otros 6 obtuvieron una muestra inferior a 500 personas, desde la etapa preescolar hasta la adolescencia25 28-29 31-32 41. En el análisis realizado también se encontró un estudio prospectivo descriptivo realizado con una muestra de 20 personas40.

En cuanto a las edades de estudio, se hallaron 2 artículos cuya población diana son preescolares25 28, mientras que 5 analizaron sólo escolares8 29-30 34 37. Otros consideraron un rango más amplio: dos artículos abarcaron desde el primer y segundo año de vida hasta la adolescencia31-43, otro desde los 4 años hasta la pubertad40. También hubo 5 artículos que incluyeron sujetos desde la edad escolar hasta la adolescencia36 38-39 42 44. Finalmente, 3 estudios se centraron en niños al final de la etapa escolar, púberes y adolescentes32 35 41, y por último sólo un trabajo se centró en individuos desde la etapa puberal hasta los 23 años33.

Factores determinantes

En relación a los factores determinantes en el desarrollo de dislipidemias infantiles, su identificación en los distintos trabajos analizados es heterogénea. Respecto a los parámetros bioquímicos en los estudios incluidos, se observa que gran parte de ellos analizan los niveles de CT, C-HDL, lipoproteínas de baja densidad (C-LDL) y TG8 25 28-29 32 34-36 38-44. En uno de los estudios se valora la relación C-LDL/C-HDL y CT/C-HDL41. Otro tipo de mediciones bioquímicas como glucemia en sangre8 29-30 33-35 38-39 42-43, hemoglobina glicosilada33 35 38-39 43, insulina, resistencia a la insulina8 29 35 38-39 42, hemoglobina A, serolipoproteína A y apolipoproteínas A y B1, se recogen también en algunos de los trabajos revisados35.

El cálculo del IMC se considera como un índice antropométrico fundamental8 25 28-44, además se utiliza la circunferencia de la cintura8 30 32-36 38-39 41-42, índice cintura/talla38-39 41-42 y/o medidas de los pliegues cutáneos36.

Los aspectos relevantes relacionados con la historia clínica son: peso al nacer8 25, toma de lactancia materna25 31, ganancia de peso gestacional e IMC pregestacional materno25.

Se encontraron 8 estudios que consideran, como determinantes de las dislipidemias infantiles los factores sociodemográficos o socioeconómicos, así como las características biodemográficas del menor y su familia8 25 28 31 34 36 42 44. Además, 5 estudios indagaron acerca de los hábitos de vida, incluyendo aspectos sobre la alimentación y/o actividad física25 28 33 37 43. Se recogió la información sobre el consumo de alimentos a través de cuestionarios de frecuencia de consumo25 28 33 37 43, a excepción del estudio de Hirschlet y Cols.42 que no recabó dicha información.

Se encontraron 2 investigaciones en las que se analizaba la presencia de factores de riesgo y de antecedentes familiares en combinación con factores sociodemográficos34 41. En otros 5 de los estudios se tuvo en cuenta la maduración puberal calculada mediante el índice de maduración sexual de Tanner38-39 41-42 y por serie fotográfica8 en niños y niñas en rangos de edad concretos8 41-42 y desde la infancia hasta la adolescencia38-39. Por otro lado, 4 estudios contemplaron la realización de pruebas clínicas complementarias: tensión arterial30 33 42, electrocardiograma, ecocardiograma y examen físico40. Por último, un estudio investigó la concentración sérica de 25(OH) D en niños obesos29.

En la Tabla 2, se agrupan 13 estudios correspondientes a las recomendaciones establecidas para el diagnóstico y manejo de las dislipidemias infantiles. Se clasifican por recomendaciones de distintos países, dando a conocer las pautas para su diagnóstico, manejo y tratamiento.

Tabla 2 Recomendaciones para el diagnóstico y el manejo de las dislipidemias infantiles. 

Autores Año Métodos diagnósticos Manejo y tratamiento
D’Adamo y Cols., 201545 • Se debe investigar predictores tempranos de alteraciones lipídicas. • El primer paso para identificar la DL infantil es evaluar el C-HDL. • Han surgido nuevos métodos de cribado, en cuanto a técnicas de laboratorio. • Tratamiento: cambios del estilo de vida. • El tratamiento farmacológico sólo está aconsejado en casos aislados.
Comité de Nutrición de la Sociedad Argentina de Pediatría, 201546 • El Panel de Expertos de la Academia Americana de Pediatría y el Instituto Nacional del Corazón, Sangre y Pulmón de EE.UU. proponen un cribado universal de DL. La comunidad científica europea es coincidente. • El Comité de Nutrición de la Sociedad Argentina de Pediatría propone el cribado universal por edad (>6 años). El segundo momento 18-21 años. • Los niños con antecedentes familiares o riesgo de ECV deben estudiarse independientemente de la edad. Después del cribado, si el CT, los TG o el C-LDL resulten elevados, se debe repetir el estudio bioquímico entre 2 semanas y 3 meses tras la primera extracción. • El tratamiento dietético (>2 años de edad): • Realizar 4 comidas diarias. • En caso de sobrepeso u obesidad, no repetir platos de comida y reducir el tamaño de las porciones. • Consumir: carne magra; pescados grasos; vegetales y frutas a diario; lácteos desnatados o semidesnatados; clara de huevo; hidratos de carbono complejos integrales y legumbres. Utilizar los aceites en crudo. • Evitar alimentos altos en grasa y/o azúcar. • El tratamiento farmacológico, a partir de 8-10 años cuando dieta y cambios de hábitos fracasan. Colestiramina, ezetimibe, estatinas, fibratos, ω-3.
Yoon y Cols. 201414 • Niveles <35mg/dL de C-HDL y >150mg/dL de TG son considerados anormales. • Las actuales recomendaciones de la AHA y el NCEP para el cribado se basan en los antecedentes familiares o el factor de riesgo de ECV y DL. • En el cribado selectivo, el perfil lipídico debe evaluarse en niños >2 años de edad. • Las directrices del NHLBI de 2011 recomiendan el cribado universal. • El examen universal permitiría intervención adecuada y la prevención de futuras enfermedades ateroscleróticas. • Se ha propuesto el rango de 9-11 años como un momento adecuado para comprobar el perfil lipídico. • La modificación de la dieta y el estilo de vida son la primera medida en el tratamiento de la DL. • Disminuir el consumo de COL, grasas saturadas y trans y azúcares sencillos. Consumir carbohidratos complejos. No limitar el consumo de proteína. Suministrar las calorías adecuadas para el normal crecimiento. • El aumento de la actividad física disminuye: grasa corporal e IMC, CT, TG y niveles de C-LDL, resistencia a la insulina y TA y aumenta los niveles de C-HDL. • Reducir tiempo para ver la televisión, Internet y jugar videojuegos (<2 horas/día). • El tratamiento farmacológico niños >10 años cuando tratamiento dietético y cambios de estilo de vida han fracasado después de 6-12 meses.
Barja y Cols., 201426 • La AAP recomendó cribado en niños de entre 2 y 10 años, cuando existen factores de riesgo. • El diagnóstico se realiza con dos perfiles en rango alto para CT, C-LDL y TG, o en rango bajo para C-HDL. • El tratamiento en niños se basa en un cambio de estilo de vida (dieta y actividad física). • Recomendaciones dietéticas: • Dar un 25-30% de grasa dietética total. • 8-10% de grasas saturadas, en algunos casos 7%. • Las grasas mono y poliinsaturadas deben ser el 20% y disminuir las grasas trans. • Menos de 300mg de COL/día, en algunos casos menos de 200mg. • Dar 6g de fibra/día en menores de 12 años y 12g/día a partir de 12 años. • Tras 6 meses de comenzar el tratamiento se reevalúa el perfil lipídico y normalmente tendrá una respuesta favorable y superior a la que se da en adultos. • El tratamiento farmacológico sólo lo requiere un porcentaje muy bajo de niños.
Loio y Cols., 201447 • Recomendaciones de la dirección general de salud de Portugal: • Cribado de DL en niños de 2 a 4 años con antecedentes familiares de dolencia cardiovascular precoz o perfil lipídico alterado, o si tienen antecedentes personales de riesgo. • Recomendaciones internacionales, difieren en la indicación del cribado: • El NHLBI y la AAP: cribado universal a los 9-11 años y repetir a los 17-21 años. • El ACOG, la AACE y la AHA: sólo si tienen factores de riesgo • La USPSTF o el ICSI no se posicionan. • Tratamiento farmacológico en la edad pediátrica: • En resultados alterados del perfil lipídico se estudia la relación riesgo-beneficio de este. • Existen estudios que demuestran que las estatinas son efectivas y habitualmente bien toleradas.
Guardamagna y Cols., 201348 • Si antecedentes familiares: rastreo desde los 2 años. • Cribado universal a los 9-11 años y a los 17-21 años. • Tratamiento dietético a partir de los 2 años: • Considerar sustitución de leche entera por fórmulas lácteas descremadas al año de edad si hay riesgo muy elevado. • Dieta combinada con ejercicio, para adquirir hábitos saludables. • Suplementos: fibra, fitoesteroles. • Tratamiento farmacológico: última opción, en niveles muy elevados, a partir de los 8-10 años: • Fármaco de elección: estatinas.
Kennedy y Cols., 201349 • Recomendado cribado universal a los 9-11 años. • Si tienen factores de riesgo a los 2-8 años • La identificación temprana y el control de las DL reduce el riesgo de ECV. • Tratamiento farmacológico: • Tras cambiar la dieta y estilo de vida durante al menos 6 meses, sólo en mayores de 10 años. • Opciones terapéuticas para el tratamiento farmacológico de DL secundarias son: inhibidores de la HMG-CoA reductasa (estatinas), inhibidores de la absorción del colesterol, derivados del ácido fíbrico (más usado en adultos), resina de intercambio aniónico, niacina, ácidos grasos ω-3.
Xavier y Cols., 201350 • Determinar el perfil lipídico cuando: • Tengan familiares de primer grado que presenten DL o aterosclerosis prematura. • Presenten clínica de DL. • Existan otros factores de riesgo. • Sufran otras enfermedades como hipotiroidismo o inmunodeficiencia. • Usen determinados fármacos. • Tratamientos: • No farmacológico: dieta, actividad física y control de factores de riesgo. • Farmacológico: la edad mínima para comenzarlo si es necesario, es a los 10 años, en algunos casos que responden poco ante la dieta, podría ser necesario antes de esa edad.
Hardy y Cols., 201251 - • Tratamientos: • Educación nutricional: centrada en la pirámide de los alimentos, aperitivos saludables y la importancia de la proteína, grasa, frutas y verduras, leche, refrescos azucarados, desayuno y tamaños de las porciones adecuadas. • Actividad física: 30-60 minutos/día durante 2-4 días/semana reporta resultados beneficiosos a las 13 semanas (aumento de los niveles de C-HDL) en adolescentes con sobrepeso-obesidad.
Peterson y Col., 20126 • Medir los niveles lipídicos en niños con factores de riesgo cardiovascular (obesidad, hipertensión y diabetes). • Guías actuales del National Cholesterol Education Program Expert Panel: recomiendan cribado de todos los niños a los 9-11 años y repetir a los 17-21 años. • El USPSTF de 2007 no encontró evidencias para recomendar cribado rutinario. • Si hay historia familiar de ECV prematura, debe realizarse el cribado aproximadamente a los 2 años. • El tratamiento se basa en: • Modificar el estilo de vida: actividad física y dieta adecuada baja en grasas, grasas satura- das y COL, supervisados por un nutricionista. • En menores de 9 años sólo se da tratamiento farmacológico si hay factores de elevado riesgo. • A partir de los 10 años, en DL graves se comienzan a dar fármacos bajo la recomendación del médico especialista. • Para los casos menos severos se modifica el estilo de vida.
Cook y Col., 201152 - • El tratamiento en DL combinada con obesidad se basa en el cambio del estilo de vida, y normal- mente es muy efectivo, ya que la DL combinada responde muy bien a pequeños cambios en el peso, composición de la dieta o actividad física. • Tratamiento farmacológico: excepcionalmente, cuando la dieta y el ejercicio físico no dan resultado.
Halpern y Cols., 201016 • La 1ª Guía para la prevención de la aterosclerosis en niños y adolescentes, de 2005, recomienda controlar los niveles de colesterol en todos los niños de 10 años. Esto es especialmente importante cuando: • Existe historia familiar de aterosclerosis temprana en padres o abuelos. • Los padres tienen niveles de COL superiores a 240mg/dL. • Los niños tienen otros factores de riesgo asociados u otras enfermedades asociadas a la DL (SIDA, hipotiroidismo). • Usan determinados fármacos. • Tienen manifestaciones clínicas de DL. • Para el tratamiento la American Guideline in Pediatrics recomienda: • Siempre iniciar con tratamiento no farmacológico. • La edad para iniciar tratamiento farmacológico se reduce de 10 a 8 años. • Niños sanos: el nivel límite de C-LDL para poner tratamiento farmacológico es de 190mg/dL. • Niños con importante historia familiar o dos factores de riesgo: este límite es de 160mg/dL. • Niños diabéticos: el límite es 130mg/dL.
Machado y Cols., 201053 • Se recomienda monitorizar niveles lipídicos en niños pertenecientes a familias con alto riesgo cardiovascular (ECV prematura en familiares menores de 55 años, niveles de COL total >240mg/dL en familiares) o que tengan algún factor de riesgo individual (hipertensión arterial, tabaquismo, sedentarismo, obesidad, uso de determinados fármacos, enfermedades crónicas). Para el manejo y tratamiento se recomienda: • Dieta adecuada. • Alimentación normocalórica, baja en grasas saturadas y COL, con distribución adecuada de nutrientes, según su edad, sexo y actividad física. • Total de grasas: 20-30% de las calorías total e ingeridas. • Total de grasas saturadas: inferior al 10% del total de calorías ingeridas, y las grasas trans del 1 al 3%, garantizando un aporte mayor del 10% de ácidos grasos poliinsaturados. • Menos de 300mg de COL/día. • 5 o más frutas y vegetales al día, y 6-11 raciones de carbohidratos. • Aporte adecuado de fibra. • Los mayores de 2 años pueden ingerir lácteos descremados o parcialmente descremados y los menores de 2 años lactancia materna. • Realización de ejercicio físico regular. • Evitar el tabaquismo en adolescentes. • Existen recomendaciones específicas para pacientes de alto riesgo. • El tratamiento farmacológico no suele estar recomendado en estas edades.

El símbolo “-“ alude a que no se encuentran en el manuscrito datos referentes a diagnóstico y/o manejo de las dislipidemias.

TA: tensión arterial; ECV: enfermedad cardiovascular; DL: dislipidemias; COL: colesterol; TG: triglicéridos;

C-HDL: colesterol HDL; C-LDL: colesterol LDL; AHA: American Heart Association; NCEP: National Cholesterol Education Program; NHLBI: National Heart, Lung, and Blood Institute; AAP: American Association of Pediatrics; ACOG: American College of Obstetricians and Gynecologists; AACE: American Association of Clinical Endocrinologist; USPSTF: United States Preventive Services Task Force; ICSI: Institute for Clinical Systems Improvements.

Con respecto a esta temática se pueden diferenciar dos temas principales: el tratamiento basado en cambios en el estilo de vida, que incluyen una dieta adecuada y ejercicio físico6 14 16 26 45 48-53, y la realización del cribado a través de los niveles lipídicos. Algunas sociedades científicas internacionales recomiendan realizar el cribado cuando existen antecedentes familiares o personales de riesgo6 48-50, debido al coste que supone la realización de un cribado universal. Sin embargo otras aconsejan el cribado universal a los 9-11 años de vida y nuevamente a los 17-21 años debido a la necesidad de una detección y manejo precoz6 47-48. Además, el cribado selectivo ha mostrado una eficacia menor del 50% causado por un subdiagnóstico en adultos que desconocen su perfil lipídico y su historia familiar, así mismo existen formas genéticas de dislipidemias asintomáticas que aumentan el riesgo cardiovascular lo que supondría que muchos niños en riesgo no fueran identificados6 14.

Frente al tratamiento farmacológico, se encontraron 11 artículos que abordan las pautas a seguir 6 14 16 26 45 47-50 52-53. Sin embargo, sólo 3 de ellos46 48-49 hacen énfasis en los medicamentos frecuentemente empleados: colestiramina, ezetimibe, fibratos, omega 3 y estatinas, considerándose este último el fármaco de elección48.

Con el propósito de que sean fácilmente identificados, en la Tabla 3 se han recogido, a modo de resumen, los factores determinantes en el desarrollo de las dislipidemias infantiles así como las recomendaciones para su diagnóstico y manejo.

Tabla 3 Resumen de los factores determinantes y recomendaciones para el diagnóstico y manejo de las dislipidemias en infancia y adolescencia. 

Población Factores determinantes Recomendaciones
Diagnóstico Manejo
Infantil / adolescente • Sociodemográficos y económicos. • Sexo y maduración sexual. • Antecedentes: edad gestacional, peso y talla al nacer, tiempo de lactancia. • Exploración física: ECG, ECC, TA alterada. • Antropométricos: peso, talla, perímetros corporales, pliegues cutáneos, IMC, ICC, ICT, percentiles. • Bioquímicos: CT, C-LDL, C-HDL, TG, Glucosa, insulina, HB, HBAc1. • Hábitos y estilo de vida personal y familiar (alimentación, actividad física/ejercicio físico, hábitos tóxicos). • 1er cribado (9-11 años) y 2º cribado (17-21 años). • Conocer antecedentes familiares/personales de ECV. • Bioquímico: alteración de CT, C-LDL, C-HDL, TG. • Control y seguimiento periódico de factores determinantes/riesgo por profesionales de medicina, nutrición y ciencias de la actividad física. • Alimentación normocalórica equilibrada, rica en fibra, controlada en azúcares simples y grasas saturadas. • Evitar hábito tabáquico en adolescentes. • Cambios estilo de vida: mejora de hábitos alimentarios (educación alimentaria) y actividad física a nivel personal y familiar. • Tratamiento farmacológico cuando fracase cambios en estilo de vida.

Fuente: elaboración propia.

ECG: electrocardiograma, ECC: ecocardiograma; TA: tensión arterial; IMC: índice de masa corporal;

ICC: índice cintura-cadera; ICT: índice cintura-talla; CT: colesterol total; C-LDL: colesterol LDL; C-HDL: colesterol HDL; TG: triglicéridos; HB: hemoglobina; HBAc1: hemoglobina glicosilada; ECV: enfermedad cardiovascular.

Limitaciones de los estudios

Respecto a las limitaciones de los estudios analizados, la principal limitación es que se trata de estudios transversales en su mayoría34 37-39 41-43. También se señala la dificultad para la obtención de datos en algunos artículos, ya sea debida al bajo porcentaje de personas controladas médicamente25, por el desconocimiento de la historia familiar38-39 42, por la imposibilidad de las madres para dar información exacta sobre el estilo de vida de sus hijos28, o por la difícil cuantificación del tamaño de las porciones ingeridas33. En relación con la muestra, un artículo no puede extrapolar los datos extraídos por su tamaño muestral35.

Respecto a los factores de riesgo, hubo un estudio realizado en niños y adolescentes de entre 10-19 años de edad que no abordó todos los existentes como la actividad física y la hipertensión41 En otro estudio, debido al amplio rango de edad de la muestra (9-23 años), la prevalencia de algunos factores de riesgo (tabaquismo y consumo de alcohol) resultó baja en comparación con aquellos estudios cuya muestra comprende, únicamente, edades donde comienzan a aparecer estos factores de riesgo33. En otros casos, las limitaciones procedían del uso de técnicas para determinar los niveles lipídicos que pueden inducir a error37, o con factores de confusión, ya sean relacionados con la alimentación43, con factores económicos44, o debido a que las muestras utilizadas no sean comparables entre sí38-39. Por último, cabe señalar que se encontraron 3 artículos que no expresan las limitaciones encontradas durante la realización del estudio32 36 40.

DISCUSIÓN

Factores determinantes que inciden en la dislipidemia en infancia y adolescencia tardía

Al analizar los factores de riesgo personales, aquellos que pueden detectarse en el niño o adolescente, la tendencia general indica que los parámetros a tener en consideración serían: exceso de peso, enfermedades como diabetes mellitus, hipertensión arterial, dolencia renal o cardiaca, enfermedad hormonal, hipotiroidismo e inmunodeficiencia16 47 50. También se incluyen aquellos niños que pueden presentar manifestaciones clínicas de dislipidemias no habiendo sido diagnosticados16 50 o aquellos en tratamiento farmacológico con anticonceptivos orales, inmunosupresores o corticoides16 47 50.

En relación a estos factores de riesgo personales y a la vista de los resultados obtenidos, se ha demostrado que el sobrepeso y/u obesidad en niños es el principal factor desencadenante25 28 32 35-37 41-44. Además, como factor agravante, en el caso de los niños obesos o con sobrepeso es especialmente frecuente el aumento de los niveles de triglicéridos32 41-42.

Numerosos estudios concluyen que el IMC elevado a estas edades supone un importante factor de riesgo para la aparición de dislipidemias18 26-27 33 35 38 43. Aunque varias investigaciones establecen que otros indicadores antropométricos como el índice cintura/talla43 o la circunferencia de la cintura43-44 pueden ayudar a predecir la aparición de dislipidemias, finalmente el IMC es considerado como el mejor predictor28 33-34.

Otros factores de riesgo, relacionados con el sobrepeso y la obesidad y que por tanto, pueden influenciar los valores de IMC, a la vez que favorecen una alteración del perfil lipídico, son los condicionantes ambientales asociados al estilo de vida, como los malos hábitos alimentarios28 37 43 y la inactividad física37, no dejando de lado las características sociodemográficas25, entre estas el bajo nivel educativo familiar28 37. Entre los antecedentes familiares a tener en cuenta, cabe revisar dislipidemias o aterosclerosis prematura en abuelos, padres, hermanos y primos con diagnóstico clínico16 50. A nivel familiar, otras dolencias cardiovasculares que deben ser valoradas son aquellas que se presentan de manera precoz, antes de los 55 años en varones y de los 65 en mujeres. Entre estas se incluyen: angina de pecho, infarto agudo de miocardio, accidente cerebrovascular, dolencia vascular periférica y/o muerte súbita47. Debido a esto, numerosas guías terapéuticas recomiendan un tratamiento de elección enfocado a la modificación de estos hábitos de vida6 26 45 49 50 52 53.

Cuando se comparan entre sí algunos de los estudios analizados se aprecian que hay factores de riesgo que pueden estar asociados a determinadas poblaciones, lo que puede ser debido a factores étnicos y/o culturales. Un ejemplo es un estudio realizado en población rural de Nepal, donde se observó que, a pesar de caracterizarse por presentar una baja prevalencia de sobrepeso y unos niveles adecuados de glucosa en ayunas, durante los últimos años están aumentando los factores de riesgo cardiovascular, por tanto se puede considerar que en algunas comunidades las dislipidemias son un problema de salud emergente33.

Pese a que son numerosos los condicionantes para que esta enfermedad se presente y desarrolle durante la infancia, en una parte importante de los artículos revisados, la pauta general recomendada es coincidente y se basa en un cambio en el estilo de vida para disminuir los niveles lipídicos, con la realización de actividad física moderada y siguiendo una dieta saludable6 14 16 26 45 48-50 52-53.

Se ha observado también que las dislipidemias llevan asociadas distintas comorbilidades y riesgos para la salud34 40-41, que en muchas ocasiones se dan de manera asintomática40. Este hecho aumenta el riesgo asociado a la dislipidemia, reforzando la necesidad de un cribado del perfil lipídico, sin embargo sigue existiendo controversia respecto a su uso universal o selectivo25 40 44.

Recomendaciones existentes sobre el diagnóstico, manejo y seguimiento clínico

Al estudiar las recomendaciones para la realización del cribado, se encuentran distintas directrices de sociedades científicas. La Dirección General de Salud de Portugal54 indica hacer este cribado a menores entre los 2-4 años de edad, considerando su realización en niños con antecedentes familiares de patología cardiovascular precoz o perfil lipídico alterado presentando en su historia clínica antecedentes personales de factores de riesgo. El American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG)55, como también la American Association of Clinical Endocrinologist (AACE)56, además de la American Heart Association (AHA)57, recomiendan el cribado para detectar dislipidemias únicamente cuando existen factores de riesgo, como los anteriormente mencionados, siendo este un cribado selectivo.

Sin embargo, actualmente el National Cholesterol Education Program Expert Panel de EE.UU. recomienda un cribado universal, aunque en el caso de que existan factores de riesgo sugiere realizarlo entorno a los 2 años de vida6, considerando no sobrepasar su realización de los 8 años de edad49. Asimismo, otros organismos como el National Heart, Lung, and Blood Institute Expert Panel on Integrated Guidelines for Cardiovascular Health and Risk Reduction in Children and Adolescents13 o la Sociedad Brasileña de Cardiología58 también se adhieren a la recomendación de este tipo de cribado.

Aunque la realización de un cribado universal para detectar dislipidemias puede ser efectivo, en España, el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP) no recomienda este tipo de cribado debido a la falta de evidencia para estar a favor o en contra de los controles sistemáticos en lactantes, niños, adolescentes y jóvenes menores de 20 años59. Por tanto, lo considera cuando existen factores de riesgo: historia familiar de enfermedad cardiovascular, cuando uno de los progenitores presente valores de CT iguales o superiores a 240mg/dL, niños con sobrepeso u obesidad, o que presenten otros factores de riesgo, como tabaquismo, hipertensión, seguimiento de dietas con alto contenido en grasa, diabetes o estilo de vida sedentario. Además, en la historia clínica de atención primaria del niño se sugiere revisar estos antecedentes familiares y personales anualmente59.

Algunos organismos no recomiendan cribado universal para detectar dislipidemias en base a la creencia de que niños y/o adolescentes que presenten niveles séricos de su perfil lipídico en el rango de la normalidad, corren el riesgo de no preocuparse o perpetuar un estilo de vida inadecuado, lo que a largo plazo puede resultar más perjudicial47. Esta postura también es defendida por la United States Preventive Services Task Force de 201660 que apunta que el cribado de las dislipidemias en la infancia no ha mostrado beneficios en los resultados en edad adulta. Por último, cabe mencionar que en el Institute for Clinical Systems Improvements no han encontrado evidencias suficientes para posicionarse respecto a este tema61.

Es importante mencionar que con la realización del cribado no se tienen en cuenta otros factores que ya se han descrito como de gran relevancia. Entre estos se encuentran aspectos relacionados con la alimentación de los niños o adolescentes o la frecuencia con la que realizan ejercicio físico. El sistema de cribado se basa simplemente en los resultados obtenidos en la analítica sanguínea realizada en ayuno de entre 8-12 horas26, por ello es importante una atención integral de estos pacientes, donde se tengan en cuenta estos factores relacionados con el estilo de vida62. Las recomendaciones se basan en un cambio del estilo de vida como primera opción, combinando una dieta saludable con la práctica de actividad física para su tratamiento6 13-14 16 26 45 48-50 52 53.

Si se valoran las recomendaciones dietéticas para el manejo nutricional de niños con dislipidemia, se encuentra que en su mayoría se basan en una alimentación normocalórica, con un aporte de grasas de entre un 20 y un 30%, siendo las grasas saturadas entre el 8-10% y un aporte de colesterol menor de 300mg al día13 26 53 60. En cuanto a los índices que establecen para las grasas mono y poliinsaturadas indican que estas deben ser el 20%26 de la ingesta total diaria, siendo recomendable que las grasas poliinsaturadas constituyan siempre más del 10%53, y las grasas trans deben ser evitadas13. Estos valores se corresponden con las recomendaciones nutricionales para la población general según la OMS63. Es importante, además, una ingesta diaria de 5 o más raciones de frutas y verduras y entre 6-11 raciones de carbohidratos complejos53, siendo importante que el consumo diario de fibra sea de alrededor de 6g en menores de 12 años y de 12g en mayores de esta edad26. Otra recomendación a considerar es que se puede introducir el tratamiento dietético en niños partir de los 2 años de edad, e incluso considerar la sustitución de leche por fórmulas lácteas descremadas a partir del año de edad, cuando el riesgo de padecer esta patología es muy elevado y existe una monitorización adecuada del crecimiento y la maduración48.

Con respecto al tratamiento farmacológico, se considera la última opción terapéutica14 46 48-49 52-53, siendo empleado sólo en casos específicos26 52 como tras 6 meses desde que el paciente haya implementado cambio en el estilo de vida y no haya mejora en el perfil lipídico26. La edad para su inicio es, generalmente, a partir de los 10 años6 14 46 48-50, sin embargo, hay casos excepcionales en los que puede ser necesario en edades más tempranas6 50. En este sentido, la American Guideline in Pediatrics indica que la prescripción del tratamiento puede hacerse a partir de los 8 años de edad64.

Para comenzar con el tratamiento farmacológico se revisa la situación basal del niño y se establece el límite de los niveles de C-LDL. Si el infante está sano el límite sérico se establece en C-LDL de 190mg/dL, con esta cifra o superior es candidato a un seguimiento con pauta farmacológica. Por el contrario, si el infante tiene antecedentes de historia familiar o como mínimo dos factores de riesgo personales (hipertensión, obesidad, etc.) el límite es de 160mg/dL, y para un niño diabético desciende a 130mg/Dl16.

Limitaciones

La presente revisión tiene limitaciones inherentes al empleo de búsquedas electrónicas y recuperación de documentos; una de las limitaciones es la falta de homogeneidad de los diferentes estudios encontrados, dificultando establecer conclusiones claras y concisas, por ejemplo, en el posicionamiento de las diferentes asociaciones científicas respecto al empleo del cribado universal o selectivo. Otra está relacionada con la inclusión de aquellos artículos con la palabra ‘dislipidemias’ en su título, pudiendo reducir el número de resultados esperados. A pesar de las limitaciones señaladas, el trabajo de investigación posee fortalezas al tratarse de una revisión del estado actual del diagnóstico, manejo y seguimiento clínico de la dislipidemia infantil y adolescente, siendo de interés para la práctica clínica en el campo de las dislipidemias.

CONCLUSIONES

Las dislipidemias en la infancia y adolescencia son un problema de salud que puede repercutir en la vida adulta. El sobrepeso y/u obesidad en niños se ha descrito como el principal factor desencadenante. Es fundamental la detección precoz de las dislipidemias y se recomienda el control del perfil lipídico en aquellos niños que tengan riesgo elevado de padecer esta patología. Aunque se observan avances sobre los tratamientos recomendados y hay cierto nivel de consenso acerca de las distintas fases del mismo y su seguimiento, todavía no se cuenta con unas recomendaciones generalizadas en relación a cómo llevar a cabo su detección precoz. Pese a que varias investigaciones enfatizan la importancia del cribado universal, este punto es controvertido debido a que algunos organismos sólo lo consideran si el infante presenta factores de riesgo. En general, el seguimiento dietético-nutricional es indispensable a la hora de seguir las pautas adecuadas según cada caso y considerando la edad. El primer paso del tratamiento es un cambio de la alimentación y la realización de actividad física de manera regular, asegurando un adecuado aporte de energía y nutrientes que permita mantener el crecimiento y desarrollo de los menores. El tratamiento farmacológico debe ser la última elección y en circunstancias muy específicas.

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Recibido: 20 de Marzo de 2017; Aprobado: 25 de Enero de 2018; : 13 de Marzo de 2018

* ana.norena@ua.es

Editor Asignado

Eduard Baladia. Comité Editorial de la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética. Pamplona, España.

Conflicto de intereses

Los autores expresan que no existen conflictos de interés al redactar el manuscrito.

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