Introducción
Según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) 2017, Chile es uno de los países que se sitúa en los primeros lugares en el aumento de la malnutrición por exceso y el segundo país con la tasa más alta de obesidad entre los países miembros1.
La última Encuesta Nacional de Salud (ENS) 2017 mostró que un 74,2% de la población adulta presenta sobrepeso u obesidad, un 7,5% de incremento respecto a la ENS 2009-20102,3. En 2018, más de un 50% de niños entre 6 a 7 años presentó sobrepeso u obesidad, un aumento del 0,6% respecto al 20174,5. Estos antecedentes revelan el problema de salud pública que tiene el país y el incremento de las enfermedades no trasmisibles (ENT) que en su mayoría se encuentran relacionadas con la dieta, factor de riesgo modificable y por tanto prevenible6-8.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) señalan que el etiquetado frontal de alimentos es una estrategia efectiva, sencilla y fácil para fomentar los patrones de alimentación saludables, que en conjunto con otras acciones dirigidas a la regulación de ventas de productos en el entorno escolar y la regulación de la publicidad de alimentos, pueden disminuir el aumento de ventas de productos ultraprocesados9,10.
Éstos contienen un alto contenido calórico y un bajo valor nutricional, se publicitan y comercializan de manera agresiva; son cultural, social, económica y ambientalmente destructivos y probablemente, son una de las principales causas alimentarias del aumento de peso y de las Enfermedades No Trasmisibles (ENT)11.
En relación a la composición de la dieta, estudios nacionales han señalado que un 55,2% de la ingesta media de energía en sujetos mayores de 2 años o más, proviene de los alimentos procesados y ultraprocesados, representando estos últimos un 58,6% de la ingesta azúcares añadidos12. A nivel de gasto en alimentos, un estudio señala un aumento en el gasto absoluto y relativo en alimentos de los hogares del Gran Santiago13,14.
En los últimos años, el etiquetado frontal de alimentos Front of Package (FoP) se ha desarrollado como una de las estrategias que impulsan los organismos internacionales para contribuir a enfrentar la epidemia de la obesidad y la carga de enfermedad relacionada con la alimentación, con el fin de lograr que las personas puedan tomar decisiones informadas en la elección de los alimentos9,15.
En el año 2012, Chile aprobó la ley de etiquetado y publicidad de alimentos16,17. La ley 20.606 "Sobre Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad" es una medida de salud pública cuyos objetivos se orientan a la protección de la salud, especialmente de niños, niñas y jóvenes ante el aumento de la malnutrición por exceso y ENT, derivadas principalmente de una mala alimentación 18.
El sistema de etiquetado frontal de advertencia (EFE) fue el más fácil, claro y de mayor entendimiento, según estudios previos 19. Esta estrategia posiciona a Chile como pionero mundial al incluir este tipo de etiquetado, la restricción de la publicidad alimentaria a menores de 14 años, y la venta de productos con los rótulos en establecimientos de la educación de preescolares (parvularia) y básica. Estos rótulos de advertencia tienen la finalidad de permitir una selección informada de alimentos y la identificación en forma fácil de alimentos y productos alimenticios, cuyos aportes nutricionales superan los límites establecidos por el reglamento sanitario para calorías, azúcares, grasas saturadas y sodio18,20.
La ley 20.606 establece tres etapas para la implementación de los límites de los nutrientes a considerar en 100g de productos sólidos y 100mL en productos líquidos18. La primera etapa entró en vigencia el 26 de junio del 2016 con la inclusión de sellos octagonales, color negro, borde blanco y con un texto en su interior "ALTO EN", seguido de "CALORÍAS", "AZÚCAR", "GRASAS SATURADAS" y "SODIO". Posteriormente, el 27 de junio de los años 2018 y 2019 entró en vigencia la segunda y tercera etapa de la ley respectivamente, con reducciones progresivas en los nutrientes críticos que contempla la ley17,18.
El objetivo de este estudio fue describir los cambios en la lectura, conocimientos e interpretación de los rótulos del etiquetado de alimentos "ALTOS EN", en consumidores de un supermercado de Valparaíso, antes y después de 5 meses de la entrada en vigencia de la primera etapa de la ley 20.606.
Material y métodos
Estudio de tipo descriptivo, de diseño no experimental, de enfoque cuanti-cualitativo. La población estudiada corresponde a consumidores de un supermercado de fácil acceso emplazado en el centro de Valparaíso, Chile. Muestra por conveniencia conformada por 200 consumidores de un supermercado (100 antes -cuarta semana de junio de 2016- y 100 después de 5 meses de la entrada en vigencia de la ley 20.606 -diciembre de 2016-). El tamaño de la muestra por conveniencia se determinó en base al día y los horarios establecidos por el supermercado que autorizó la aplicación del cuestionario, con un máximo de usuarios por vez (limitante del estudio). Criterios de inclusión: ser usuario del supermercado de Valparaíso en los días de realización de la encuesta, sujetos de ambos sexos y edad igual o superior a 18 años y que accedieron en forma voluntaria a participar y responder el cuestionario previa explicación de la finalidad del estudio, agradeciendo su participación. Se consideró como criterio de exclusión los cuestionarios que no se llevaron a término por parte de los usuarios.
Variables: i) dependiente - conocimiento e interpretación de los rótulos por los consumidores; ii) independiente - etiquetado frontal de advertencia "ALTO EN".
La unidad de análisis fue los cuestionarios respondidos en su totalidad por los entrevistados antes y después de la puesta en marcha de la primera etapa de la ley 20.606 de etiquetado aplicados en modo de entrevista semiestructurada.
Los cuestionarios fueron elaborados por los autores y sometidos a juicio de expertos. Se incluyeron antecedentes generales del encuestado y preguntas relacionadas del etiquetado de alimentos. El primer cuestionario consistió en 22 preguntas con respuestas dicotómicas y abiertas (a fin de no inferir en la respuesta del consumidor) sobre el conocimiento de alimentos altos en los nutrientes críticos del etiquetado de alimentos en vigencia a la a fecha; el segundo cuestionario, incluyó preguntas similares al primero con el cambio de la leyenda "altos en" a otra, sobre qué entiende al ver los rótulos "ALTO EN CALORÍAS", "ALTO EN AZÚCAR", "ALTO EN SODIO" y "ALTO EN GRASAS SATURADAS" en los alimentos.
La recolección de los datos se realizó en dos ocasiones, la cuarta semana de junio (entre los días 20 y 26 de 2016) antes de la puesta en marcha de la ley 20.606 y 5 meses después de la entrada en vigencia de ésta, durante la primera semana de diciembre (entre los días 5 y 11 de 2016).
Se ordenaron las respuestas y se agruparon considerando las frases más repetidas en cada una de las preguntas para obtener patrones de respuestas que se ordenaron en las siguientes categorías: i) contiene gran cantidad del nutriente/alto en el nutriente; ii) cantidad riesgosa para la salud; iii) más de lo necesario/sobre el nivel permitido; iv) tiene añadido el nutriente; v) no sé/no entiendo; vi) otros.
La tabulación, el procesamiento y el análisis de datos (cálculo de porcentajes) se realizó con el programa Microsoft Excel 2010. Para el análisis estadístico de resultados, se utilizó la prueba de diferencia de proporciones con un 95% de Intervalo de Confianza (IC).
Resultados
Antecedentes generales de la muestra: La distribución por género en la encuesta 1 y 2 varía en un 7% manteniéndose cerca al 50%; se observa un 60% en el rango de edad de 18 a 35 años en promedio de ambas encuestas; el 47% de la muestra tiene hijos menores de 14 años en promedio de ambas encuestas; el 70% presenta formación universitaria (Tabla 1).
Encuesta 1. Junio 2016 n(1) y %(2) | Encuesta 2. Diciembre 2016 n(1) y %(2) | |
---|---|---|
Género | ||
Femenino | 46 | 53 |
Masculio | 54 | 47 |
Total | 100 | 100 |
Edad | ||
18-35 años | 59 | 61 |
36-64 años | 39 | 39 |
>65 años | 2 | 0 |
Total | 100 | 100 |
Consumidores con hijos menores de 14 años | ||
Sí | 54 | 40 |
No | 46 | 60 |
Total | 100 | 100 |
Nivel educacional(3) | ||
Básica(I) | 1 | 5 |
Media(II) | 29 | 25 |
Superior(III) | 70 | 70 |
Total | 100 | 100 |
n: Total consumidores; %: porcentaje. (1) n: Cantidad de consumidores de un total de 100 consumidores. (2) %: Se unifican valores, dado que el total de consumidores son 100. (3) Fuente: Ministerio de educación. (I) Fuente: Básica (primaria): Desde los 6 años, incluye 8 grados. (II) Fuente: Media (secundaria): Desde los 14 años, incluye 4 grados. (III) Fuente: Superior: Universitaria, instituto profesional y centros de formación técnica.
Lectura del etiquetado nutricional frontal: La lectura del etiquetado nutricional por parte de los encuestados, mostró valores de (59% y 70% para la encuesta 1 y la 2, respectivamente (Figura 1). Esta diferencia no es significativa (95%IC: -0,0217 a 0,2417). Respecto a las razones de lectura, las principales corresponden a "informarse", (33%) "alimentarse saludablemente" (5%) y "me interesa" (4%) que se incrementan en un 6%, 15%, 2%, respectivamente, en la encuesta 2, encontrándose una diferencia significativa para "alimentarse saludablemente" (IC95%: 0,0607 a 0,2392), mientras que "en ocasiones" y "otros" se reducen en un 5% y 2%, respectivamente. Por el contrario, las razones de no lectura disminuyen en la encuesta 2 y corresponden a "no entiendo" (IC95%: 0,0196 a 0,2003) y "no me interesa" en un 11% y 9%, respectivamente, mientras que la falta de tiempo" se mantiene (8%) y "poca costumbre" aumenta de un 5% a un 7% (Tabla 2).
Razones | Encuesta 1. Junio 2016 n(1) y %(2) | Encuesta 2. Diciembre 2016 n(1) y %(2) | IC(3) Encuesta 1 y 2 |
---|---|---|---|
De lectura | |||
Informarse | 33 | 39 | - 0,0727 a 0,1927 |
Alimentarse saludablemente | 5 | 20 | 0,0607 a 0,2392 |
Me interesa | 4 | 6 | - 0,0403 a 0,0803 |
En ocasiones | 6 | 1 | - 0,0004 a 0,1004 |
Por el cuidado de los niños | 1 | 4 | - 0,0130 a 0,0730 |
Otros | 3 | 0 | - 0,0034 a 0,0634 |
De no lectura | |||
No entiendo | 18 | 7 | 0,0196 a 0,2003 |
No me interesa | 17 | 8 | - 0,0008 a 0,1808 |
Falta de tiempo | 8 | 8 | - 0,0751 a 0,0751 |
Poca costumbre | 5 | 7 | - 0,0457 a 0,0857 |
Total | 100 | 100 | - |
n: Total consumidores; %: porcentaje; IC: Intervalo de Confianza. (1) n: Cantidad de consumidores de un total de 100 consumidores. (2) %: Se unifican valores, dado que el total de consumidores son 100. (3) IC: 95%.
Los principales alimentos de interés nutricional informados por los consumidores en la encuesta 1 fueron "todos", "cereales" y "comida chatarra". En la encuesta 2, aumenta en un 32% "todos", por el contrario, disminuyen un 6% "cereales" y en 10% "ninguno" y "comida chatarra" (Figura 2).
En la pregunta "¿Cree usted que es dañino para la salud consumir alimentos que tengan un mayor aporte de calorías, azúcares, sodio y grasas saturadas?" sobre el 90% de los consumidores afirman esta condición para los rótulos "ALTO EN" "AZÚCAR", "SODIO" y "GRASAS SATURADAS" en ambas encuestas, destacando que el rótulo "ALTO EN CALORÍAS" es al que menos asocian a este daño (70% promedio entre ambas encuestas) (Figura 3).
Las principales razones de daño a la salud de los rótulos "ALTO EN", "CALORÍAS", "AZÚCAR", "SODIO" y "GRASAS SATURADAS" señaladas por los consumidores fueron: "producen sobrepeso y obesidad"; "producen ENT"; producen diabetes mellitus e insulino resistencia"; "producen HTA", que disminuyen en un 6%, 11%, 24%, 3% y 31%, en la encuesta 2, respectivamente. Por el contrario, aumenta en un 3%, la razón "causa daño renal" para el rótulo "ALTO EN SODIO"; en un 4% y 8% para las razones "problemas cardiovasculares" y "aumentan el colesterol" para el rótulo "ALTO EN" "GRASAS SATURADAS", respectivamente en la encuesta 2. Se encontraron diferencias significativas en el rótulo "ALTO EN CALORÍAS" para las razones "producen ENT"; en el rótulo "AZÚCAR" para las razones producen " diabetes mellitus e insulino resistencia" y "producen daño sólo en exceso"; en el rótulo "GRASAS SATURADAS" para la razón "producen sobrepeso y obesidad" (Tabla 3).
Rótulo "ALTO EN" | Razones | Encuesta 1% | Encuesta 2% | Variación % | IC(1) |
---|---|---|---|---|---|
Calorías | Producen Sobrepeso y obesidad | 37 | 31 | 6 | - 0,0710 a 0,1910 |
Producen ENT(2) | 12 | 1 | 11 | 0,0433 a 0,1766 | |
Azúcar | Aumentan las grasas | 11 | 5 | 6 | - 0,0147 a 0,1347 |
Producen diabetes e insulino resistencia | 75 | 51 | 24 | 0,1103 a 0,3696 | |
Producen sobrepeso y obesidad | 10 | 14 | 4 | - 0,0499 a 0,1299 | |
Afectan a la salud en exceso | 0 | 18 | -18 | 0,1046 a 0,2553 | |
Sodio | Producen HTA(3) | 48 | 45 | 3 | - 0,1081 a 0,1681 |
Daño renal | 12 | 15 | -3 | - 0,0646 a 0,1246 | |
Pone en riesgo la salud | 9 | 10 | -1 | - 0,0712 a 0,0912 | |
Grasas saturadas | Problemas cardiovasculares | 16 | 20 | -4 | - 0,0663 a 0,1463 |
Producen sobrepeso y obesidad | 49 | 18 | 31 | 0,1864 a 0,4335 | |
Aumentan el colesterol | 11 | 19 | -8 | - 0,0183 a 0,1783 |
%: porcentaje; IC: Intervalo de Confianza. (1) IC: 95%. (2) Enfermedades No Transmisibles. (3) Hipertensión Arterial.
Conocimiento en interpretación de los rótulos "ALTO EN": En la pregunta "¿Qué entiende respecto al rótulo "ALTOS EN" "CALORÍAS", "AZÚCAR", "SODIO", y "GRASAS SATURADAS" en los alimentos?". Las principales interpretaciones en los rótulos "ALTO EN" fueron en la categoría i (contiene gran cantidad del nutriente/alto en el nutriente) que aumenta en la encuesta 2 en un 26% para "CALORÍAS", un 23% para "SODIO" y un 23% para "GRASAS SATURADAS" y disminuye en un 13%" para "AZUCAR"; en la categoría ii (cantidad riesgosa para la salud), disminuye en un 12% para "AZÚCAR" en la encuesta 2; en la categoría iii (más de lo necesario/sobre el nivel permitido) aumenta en un 23% y en un 7% para "AZÚCAR" y "SODIO", respectivamente, en la encuesta 2. En la categoría v (no sé/no entiendo) disminuye en la encuesta 2 para "CALORÍAS", "SODIO" y "GRASA SATURADAS" en un 8%, un 5% y un 7%, respectivamente. La categoría vi (otros), disminuye para "CALORÍAS" y "GRASAS SATURADAS" en un 4% y 12%, en la encuesta 2, respectivamente (Tabla 4). Se encontraron diferencias significativas en la categoría i; para los rótulos "ALTO EN" "CALORÍAS", "SODIO", "GRASA SATURADAS"; categoría ii para "AZÚCAR" y "SODIO"; categoría iii para "CALORÍAS" y "AZÚCAR"; categoría v para "SODIO" (Tabla 4).
Categorías | Encuesta 1 | Encuesta 2 | IC(3) | |||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Junio 2016 | Diciembre 2016 | Encuestas 1 y 2 | ||||||||||
Calorías | Azúcar | Sodio | Grasas saturadas | Calorías | Azúcar | Sodio | Grasas saturadas | Calorías | Azúcar | Sodio | Grasas saturadas | |
N(1) y %(2) | N(1) y %(2) | N(1) y %(2) | N(1) y %(2) | N(1) y %(2) | N(1) y %(2) | N(1) y %(2) | N(1) y %(2) | |||||
Contiene gran cantidad del nutriente/principal ingrediente/alto en el nutriente | 22 | 57 | 41 | 15 | 48 | 44 | 64 | 38 | 0,1327 a 0,3872 | - 0,2674 a 0,0074 | 0,0953 a 0,3646 | 0,1118 a 0,3481 |
Cantidad riesgosa para la salud | 24 | 24 | 35 | 32 | 21 | 12 | 13 | 28 | - 0,0856 a 0,1456 | 0,0148 a 0,2252 | 0,1056 a 0,3344 | -0,0869 a 0,1669 |
Más de lo necesario/sobre el nivel permitido | 17 | 11 | 7 | 0 | 6 | 34 | 14 | 0 | 0,0229 a 0,1971 | 0,1187 a 0,3412 | - 0,0144 a 0,1544 | 0 a 0 |
Tiene añadido el nutriente | 0 | 5 | 12 | 0 | 0 | 8 | 9 | 0 | 0 a 0 | - 0,0382 a 0,0982 | - 0,0548 a 0,1148 | 0 a 0 |
No se/No entiendo | 14 | 3 | 5 | 17 | 6 | 2 | 0 | 10 | - 0,0024 a 0,1624 | - 0,0333 a 0,0533 | 0,0073 a 0,0927 | -0,0242 a 0,1642 |
Otros(4) | 23 | 0 | 0 | 36 | 19 | 0 | 0 | 24 | - 0,0728 a 0,15278 | 0 a 0 | 0 a 0 | -0,0059 a 0,2459 |
Total | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 | 100 |
N: Total por categoría; %: porcentaje; IC: Intervalo de Confianza. (1) Corresponde al número de consumidores. (2) Se une el "N" y "%", puesto que el total son 100 consumidores. (3) IC: 95%. (4) Otros: "grasas que aumentan colesterol", "grasas procesadas", "frituras", "grasa de origen animal", "grasas no digeribles", "aceites", "comida chatarra", "de origen animal".
Efectos de la ley después de su implementación: Posterior a cinco meses de la puesta en marcha de la ley 20.606, un 62% de los consumidores manifiesta que dejó de consumir algún producto debido a la cantidad de rótulos que presenta (Figura 4).
Respecto a la pregunta "¿Qué cambios o mejoras realizarían al nuevo etiquetado nutricional?", un 34%, 31% y 22% indicaron "informar más a la población acerca del nuevo etiquetado", "realizar cambios en su imagen como tamaño, logos y formato" y "ningún cambio".
Discusión
El etiquetado frontal de alimentos ha sido reconocido como una estrategia que contribuye a un mejor entendimiento de los consumidores sobre la calidad nutricional de los productos y que puede influir en la elección de compra en productos más saludables15,21. Chile ha sido pionero en la implementación de un etiquetado frontal de advertencia con las imágenes de octágonos negros que permiten identificar en forma muy simple los alimentos de alta densidad energética, azúcar, grasa saturada y sodio20. Un estudio previo para la decisión del uso de los octágonos en Chile mostró que este tipo de etiqueta era fácil de visualizar, comprender y contribuye a lograr cambios en la elección de compra19,22.
En Chile, dos meses antes de la entrada en vigencia de la primera etapa de la ley en 2016, una encuesta en el Gran Santiago señaló que 7 de cada 10 personas indicó leer el etiquetado de alimentos, de los cuales un 50% observa que la lectura de éste influye en su decisión de compra23. Siete meses posteriores a su implementación, un estudio en adultos observa que un 43,8% y un 67,8 % compara y escoge productos con menos cantidad de rótulos, un 91,6% y un 92,9% señala que influyen en la compra y entienden la información, respectivamente24. Estos resultados son similares a nuestro estudio en que cinco meses después de la puesta en marcha de la ley, un 70% declara leer el etiquetado nutricional, sin embargo, a pesar del incremento porcentual en la encuesta 2 no es proporcionalmente significativo (95%IC: 0,0217 a 0,2417). Por otra parte, se observa una disminución de un 72% a un 66% entre la encuesta 1 y 2, respecto a la comparación en la lectura del etiquetado nutricional, pudiendo interpretarse que los rótulos frontales están facilitando la identificación de alimentos menos saludables en forma más fácil. Un 62% de la muestra de este estudio manifestó escoger un producto debido a la cantidad de rótulos que presentan.
El Ministerio de Salud (MINSAL), posteriormente a la implementación de la primera etapa de la ley, en evaluaciones realizadas a distintos grupos de población, observó que un 92,4% está de acuerdo con el etiquetado obligatorio de sellos de advertencia; un 91,3% sobre la prohibición de la venta en los colegios; un 74,5% en la prohibición de la publicidad de productos con rótulos24,25. Otro estudio en niños de 8 a 12 años de diferentes regiones del país, informó que el 53% de los niños de nivel socioeconómico (NSE) medio-alto y el 48% de NSE bajo, dejarían de comprar los alimentos con rótulos, mientras que un 87,3% y 78,5% de los niños de NSE medio-alto y bajo, respectivamente, señaló que les gustaba ser informados del contenido de los alimentos (p<0,01)26. Otro estudio estimó que la proporción de productos con cero rótulos de advertencia entre la fase inicial en 2016 y la final en 2019, disminuiría de un 38% a 17%, respectivamente27. A su vez, el estudio realizado por tres universidades (Chile, Diego Portales y Carolina del Norte de Estados Unidos) indicó cambios en la percepción y actitudes de las madres sobre los sellos frontales de advertencia28.
Posterior a la implementación del etiquetado frontal de advertencia en Chile, a nivel mundial se han realizado estudios para evidenciar qué sistemas de etiquetado pueden ser los más efectivos para la elección de productos más saludables y con ello contribuir a la reducción de la obesidad. América Latina se presenta como la región que más ha legislado e implementado el etiquetado frontal obligatorio de alimentos; Ecuador y Bolivia optaron por el semáforo en los años 2014 y 2015, respectivamente; Perú y Uruguay con el etiquetado frontal de advertencia en el año 2018; Brasil inició con estudios que compararon distintos sistemas de etiquetado en los años 2016 y 2017, concluyendo que el sistema de advertencia puede lograr una mejor percepción sobre los productos más saludables y mejorar la intención de compra de la población29-33.
En Europa, Países Bajos y Estados Unidos han comparado distintos sistemas de etiquetados frontales para evaluar la eficacia en la percepción de los consumidores sobre los conocimientos e interpretación de éstos a la hora de reconocer los productos más saludables y el predominio en la decisión de compra para incorporar el etiquetado en los productos a pesar de que en estos países el etiquetado es voluntario34-37.
Otros estudios, como el realizado en 12 países de distintas regiones del mundo (12.015 personas) en el año 2019 que comparó el efecto de cuatro tipos de etiquetas respecto al aumento del conocimiento sobre la calidad nutricional de productos, mostró que las etiquetas frontales interpretativas (Nutri-Score, semáforos múltiples, Health Star Rating (HSR) y el símbolo de advertencia, este último implementado en Chile) superaron significativamente al etiquetado no interpretativo (numérico, que se basa en la ingesta de referencia (RI)) mostrando una mayor eficacia en la elección de los alimento más saludables35,38. Otro estudio en Ecuador, señala que un 30,7% de los encuestados lee las etiquetas nutricionales y el 26,2% considera las indicaciones que ellas entregan39.
En Alemania se ha empezado a usar el etiquetado frontal Nutri-Score, con impacto en el mercado local y Europa, en la comercialización desde y hacia Alemania38. En otros estudios se han realizado evaluaciones en el impacto en la compra de productos más saludables, uno de ellos realizado en padres con hijos/as de 3 y 12 años que frente a tres tipos de etiquetados (semáforo, con el contenido energético y sin etiquetar) no logró evidenciar la efectividad del etiquetado40,41; otro estudio que comparó tres etiquetados (semáforo, de advertencia y sin etiquetado) observó que el de advertencia impactó sólo en la selección de los productos altos en sodio, similar al de bebidas azucaradas que comparó el de advertencias con el de resumen, observando que el de advertencia es más eficiente en disminuir la elección de las bebidas azucaradas41,42; Nutri-Score de Francia y Health Star Rating de Australia mostró que el Nutri-Score permitía una mejor percepción de los productos saludables35,38.
Un estudio de Chile realizado entre los años 2015 y 2017, mostró una disminución del 23,7% en la compra de bebidas con alto contenido de azúcares (22,8mL per cápita/día) luego de la implementación de la ley 20.60642. Finalmente, en el caso de nuestro estudio sus resultados son coincidentes respecto a que el etiquetado de advertencia contribuye a una mejor comprensión e identificación de la calidad nutricional de los productos y en este aspecto, lo que se observa en la categoría "no sé/no entiendo" disminuye para todos los rótulos "ALTOS EN" en la encuesta 2 y en la interpretación que el alimento tiene "más de lo necesario/sobre el nivel permitido" sólo para los rótulos " ALTO EN" "AZÚCAR" y "ALTO EN" "SODIO" podría explicar también lo observado en el estudio sobre la disminución de los consumidores en la elección de las bebidas azucaradas en Chile42.
En este estudio, el 95% promedio de ambas encuestas, señala que falta educación sobre el nuevo etiquetado y sugieren modificar el logo o tamaño. Un estudio realizado en 2017 por Nutricionistas y estudiantes de Nutrición y Dietética de Chile, indica que entre un 99% y un 99,2% respectivamente, presentan un buen conocimiento y una percepción favorable de la ley, haciendo énfasis en que se debe mejorar la aplicación de la ley en los establecimientos educacionales43.
En el presente estudio, la muestra por conveniencia y su tamaño es una de las limitantes que no permiten extrapolar los resultados a la población de la comuna de Valparaíso. En ese sentido sería un aporte al conocimiento del impacto de los rótulos "ALTOS EN" con una muestra representativa.
Como limitantes de este estudio se pueden señalar el tamaño de la muestra estudiada (200 personas) por el horario, tiempo para aplicarla o que limita sus resultados a los consumidores del supermercado y no pueden extrapolarse a la población de Valparaíso. Una fortaleza de este estudio es disponer de datos cualitativos sobre el conocimiento e interpretación de los rótulos "ALTOS EN" en la primera etapa de la ley que puede orientar otros estudios en el área.
Conclusiones
La lectura del etiquetado frontal de alimentos a los cinco meses de la implementación de la primera etapa de la ley de etiquetado aumenta levemente. El etiquetado frontal de los alimentos y los sellos octagonales permiten una mejor visualización de la composición nutricional de los alimentos, pero los consumidores participantes de este estudio a cinco meses de la implementación de la primera etapa de la ley no logran la interpretación de todos los rótulos "ALTOS EN". Los rótulos "ALTO EN" "AZÚCAR" y "SODIO" son los que logran ser más interpretados por los consumidores. Respecto al daño en la salud del consumo de productos "ALTOS EN", los consumidores logran un bajo reconocimiento de la relación entre su consumo y enfermedades. Esta estrategia requiere incorporar la educación alimentaria y nutricional sistemática en los consumidores para que el etiquetado frontal de advertencia y sus rótulos sean comprendidos y mejor interpretados por la población. Se requieren más estudios cualitativos sobre la comprensión objetiva, percepción e interpretación de la información del etiquetado frontal de los alimentos por los consumidores.