Mensajes Clave
La concordancia entre el estado nutricional objetivo y autopercibido se asoció a una mejor calidad de vida y cumplimiento de las GABAs.
Alta discordancia entre el estado nutricional objetivo y el estado nutricional autopercibido según IMC.
La discordancia entre el estado nutricional objetivo y estado nutricional autopercibido fue mayor a menos años de escolaridad y entre hombres.
Introducción
La malnutrición por exceso ha ido en aumento en las últimas décadas a nivel mundial. Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destacan a las Américas con una prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población adulta de 62,5%1.
El diagnóstico del estado nutricional (EN) se realiza con el índice de masa corporal (IMC), que considera el peso y la altura de la persona (hombres y mujeres) como un indicador del EN2 asociado al riesgo de mortalidad general en grandes poblaciones3. Asimismo, los programas que se implementan con el objetivo de dar respuesta a la estrategia nacional de salud, y la vigilancia nutricional de la población del sistema público en Chile utilizan el IMC como un indicador objetivo del EN4,5.
Por otro lado, la autopercepción del EN es la valoración y estimación que hace el individuo de su propio tamaño corporal. Uno de los factores condicionantes del peso corporal, y por ende del EN es la percepción que la propia persona tiene de su imagen corporal6,7. La evidencia indica una baja concordancia entre la imagen corporal y el EN según IMC en sujetos con exceso de peso y normopeso8,9.
Asimismo, se ha observado una asociación inversa entre el IMC y la satisfacción corporal, y una asociación directa con la preocupación por la forma corporal y el peso10. De igual forma, la insatisfacción de la imagen corporal se asocia a una mala calidad de vida, así como también a la presencia de trastornos alimentarios, depresión, trastornos del ánimo e ideación suicida, entre otros11,12. En este contexto, la Encuesta de Calidad de Vida y Salud (ENCAVI) realizada en Chile el año 2015 a 6 mil personas de ≥15 años reveló que la satisfacción con la imagen corporal fue el segundo de nueve aspectos de la calidad de vida peor evaluado13.
El bajo éxito de las políticas públicas orientadas a disminuir la malnutrición por exceso podría deberse a que estas se basan en el IMC y están centradas solo en el peso corporal de las personas. Las políticas públicas debieran considerar otras variables que determinan cambios en los patrones de conducta como la percepción de la imagen corporal, de manera a asegurar y promover un bienestar general14. El objetivo de este estudio fue analizar la asociación entre la alteración de la percepción del EN, el estilo y la calidad de vida en una muestra representativa de personas de ≥15 años participantes de la ENS 2016-2017 de Chile15.
Metodología
Estudio de corte transversal analítico de datos secundarios de la ENS 2016-2017 conforme a los lineamientos del Strengthening The Reporting of Observational Studies in Epidemiology (STROBE)16. Se analizaron los datos de 6.233 participantes de ambos sexos de ≥15 años17, y se excluyeron 750 datos incompletos. Se incluyeron 5.483 participantes equivalentes a una muestra expandida de 14.449.868 (IC95%: 13.540.101-15.359.635) representativa a nivel nacional, dado el muestreo probabilístico estratificado y multietápico aplicado.
Los protocolos de este estudio fueron aprobados por el Comité Ético Científico de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y aplicados conforme a la Declaración de Helsinki. Todos los participantes firmaron un consentimiento informado escrito.
Variables antropométricas: El peso y la talla registrados en la ENS fueron medidos por un profesional de salud utilizando protocolos estandarizados18. El EN fue evaluado según IMC para la edad con puntos de cortes de la OMS2.
Autopercepción del estado nutricional: Evaluada mediante la pregunta ¿Considera usted que está con bajo peso, peso normal, sobrepeso u obesidad? Los participantes fueron agrupados según la concordancia entre el IMC y la autopercepción del EN:
Autopercepción del EN concordante (ENC).
Autopercepción del EN sobreestimado (ENSO).
Autopercepción del EN subestimado (ENSU).
Autopercepción de Calidad de Vida: Evaluada mediante la pregunta ¿Cómo se siente con su vida en general (con su trabajo, familia, bienestar, salud y amor)? Las opciones de respuestas fueron: “mal”, “regular”, “bien”.
Variables Sociodemográficas: Se analizaron la edad, el sexo, el área geográfica (rural o urbano) y el nivel educacional.
Variables de Estilos de Vida
Hábitos alimentarios autorreportados: Se consideraron las siguientes recomendaciones de las Guías Alimentarias Basadas en Alimentos (GABAs)19 incluidas en la ENS: consumo diario de 5 porciones de frutas y verduras, consumo de 3 porciones de lácteos, consumo de 6 vasos o más de agua, y consumo de legumbres y pescados 2 veces a la semana, respectivamente. Los hábitos alimentarios fueron clasificados según cumplimiento o no (sí/no) de cada una de las GABAs.
Hábito de actividad física autorreportado: Se utilizó el Cuestionario de Actividad Física Global (GPAQ v2)20. La actividad física fue expresada en MET/semana total y fue evaluada en tres niveles liviano, moderado, activo (<600MET/semana, 600-2990MET/semana, y >3000MET/semana), respectivamente.
Hábito tabáquico autorreportado: Evaluado mediante la pregunta ¿Actualmente fuma usted cigarrillos? Los participantes fueron clasificados como “fumador”, “exfumador” o “nunca fumó”.
Consumo de alcohol autorreportado: Se utilizó el cuestionario Prueba de Identificación de Trastornos por Consumo de Alcohol (AUDIT), desarrollado por la OMS21. Para determinar el riesgo de consumo de alcohol se aplicaron los siguientes puntos de corte: AUDIT <8 puntos consumo sin riesgo y ≥8 puntos consumo de riesgo21. Los participantes fueron clasificados como riesgo alto/riesgo bajo/no consume.
Análisis estadístico: Los datos fueron analizados con el programa SPSS Statistics 20. Las variables continuas fueron presentadas como promedios y las variables categóricas como proporción con su respectivo intervalo de confianza (IC95%). La concordancia entre autopercepción del EN y EN por IMC fue expresada con el coeficiente Kappa. La asociación entre alteración de la autopercepción del EN, calidad de vida y estilos de vida fue analizada mediante regresión logística multinomial ajustado por sexo, edad y nivel educacional. Todos los valores fueron corregidos por el factor de expansión sugerido por la ENS.
Resultados
Características de la muestra: se analizaron 5.483 participantes ≥15 años representativos de 14.449.868 (IC95%: 13.540.101-15.359.635) residentes en Chile. En la Tabla 1 se presentan las características generales de la muestra total y expandida conforme a los factores de ajustes de la ENS. Se destaca una distribución homogénea entre mujeres y hombres, la mayoría de los participantes tenía entre 30 y 64 años, con más de 8 años de escolaridad y habitantes de zona urbana. Respecto al EN la mayoría presentó malnutrición por exceso (Tabla 1).
Tabla 1. Caracterización sociodemográfica y estado nutricional de la muestra.
Muestra | Población expandidaA | IC95% | |||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
n | % | n | % | Inferior | Superior | ||
Sexo | Hombre | 2.004 | 36,50% | 7.088.008 | 49,05% | 6.540.390 | 7.635.626 |
Mujer | 3.479 | 63,50% | 7.361.860 | 50,95% | 6.786.060 | 7.937.660 | |
Edad (años) | 15-19 | 355 | 6,50% | 1.422.592 | 9,85% | 1.198.790 | 1.646.393 |
20-29 | 755 | 13,80% | 2.718.329 | 18,81% | 2.371.168 | 3.065.489 | |
30-49 | 1.590 | 29,00% | 4.899.274 | 33,91% | 4.400.405 | 5.398.143 | |
50-64 | 1.444 | 26,30% | 3.513.826 | 24,32% | 3.135.292 | 3.892.360 | |
65< | 1.339 | 24,40% | 1.895.848 | 13,12% | 1.690.506 | 2.101.189 | |
Escolaridad (años) | <8 | 1.747 | 31,90% | 3.386.193 | 23,43% | 3.041.696 | 3.730.689 |
8-12 | 2.530 | 46,10% | 7.101.109 | 49,14% | 6.465.834 | 7.736.384 | |
>12 | 1.160 | 21,20% | 3.875.050 | 26,82% | 3.368.809 | 4.381.291 | |
No sabe | 46 | 0,80% | 87.516 | 0,61% | 38.691 | 136.341 | |
Área geográfica | Urbano | 4.613 | 84,10% | 12.865.698 | 89,04% | 11.978.039 | 13.753.357 |
Rural | 870 | 15,90% | 1.584.170 | 10,96% | 1.384.827 | 1.783.513 | |
Estado nutricionalB | Bajo Peso | 185 | 3,4% | 349.399 | 2,4% | 258.320 | 440.479 |
Peso Normal | 1.422 | 25,9% | 3.657.908 | 25,3% | 3.273.208 | 4.042.609 | |
Sobrepeso | 1.985 | 36,2% | 5.661.127 | 39,2% | 5.124.006 | 6.198.248 | |
Obesidad | 1.891 | 34,5% | 4.781.433 | 33,1% | 4.340.307 | 5.222.558 |
[A]Todos los valores fueron corregidos por el factor de expansión sugerido por la ENS.
[B]Estado nutricional según IMC (kg/m2) por edad (<18 años, 18-64 años, 65 años).
Prevalencia de la alteración de la autopercepción del estado nutricional con respecto al IMC: La prevalencia de la alteración de la autopercepción del EN fue de 51% representando una población estimada de 7.329.635 de las cuales 47% (6.744.727 personas) [IC: 46,96-47,04] la subestimaron, y solo el 4,1% (584.909 personas) [IC: 4,05-4,15] sobreestimó su EN (Tabla 2).
Tabla 2. Prevalencia de la alteración de la autopercepción del estado nutricional con respecto al IMC.
Prevalencia (%) | Población expandidaA | IC95% | |||
---|---|---|---|---|---|
Inferior | Superior | ||||
Autopercepción del estado nutricional | ENSU | 47 | 6.744.727 | 6.223.093 | 7.266.360 |
ENC | 48,90 | 7.015.739 | 6.396.547 | 7.634.930 | |
ENSO | 4,10 | 584.909 | 453.612 | 716.205 |
[A]Todos los valores fueron corregidos por el factor de expansión sugerido por la ENS.
Estado nutricional concordante (ENC), estado nutricional sobreestimado según IMC (ENSO), y estado nutricional subestimado según IMC (ENSU).
Concordancia entre el estado nutricional autopercibido y el estado nutricional objetivo (IMC): El 42,1% de quienes tuvieron bajo peso por IMC se autopercibieron con EN normal. Por el contrario, solo el 16,8% de quienes tienen obesidad por IMC se autopercibieron de igual manera. La concordancia entre el EN por IMC y la autopercepción del EN fue baja, Kappa 0,254 (Tabla 3).
Tabla 3. Concordancia de la prevalencia del estado nutricional auto percibido respecto al estado nutricional por IMC.
Estado Nutricional (IMC) (%) | |||||
---|---|---|---|---|---|
Bajo peso | Normopeso | Sobrepeso | Obesidad | ||
Autopercepción del estado nutricional (%) | Bajo peso | 59,9 | 13,7 | 1,6 | 0,2 |
Normopeso | 42,1 | 75,5 | 39,2 | 7,8 | |
Sobrepeso | 0,9 | 0,6 | 58,4 | 75,2 | |
Obesidad | 0,0 | 0,2 | 0,8 | 16,8 |
Kappa: 0,254.
Factores de riesgos y protectores asociados a la autopercepción alterada del estado nutricional: Los factores asociados a la alteración de la autopercepción del EN fueron: el sexo, los hombres tienen 1,57 veces más riesgo de subestimar el EN (IC: 1.572-1.581) que las mujeres. A medida que aumenta el IMC aumenta el riesgo de subestimar el EN (OR: 1,150*; IC: 1,150-1,151). Asimismo, la edad se asoció al riesgo de subestimar el EN en el rango de 30 a 64 años (OR: 1,169*; IC: 1,163-1,175 de 30 a 49 años, y de 50 a 64 años OR: 1,566*; IC: 1,557-1,574). Mientras que de 65 años en adelante se observó un riesgo significativo de subestimar el EN (OR: 1,482*; IC: 1,466-1,499). En cuanto a la calidad de vida se observó que quienes perciben tener una mala calidad de vida tienen mayor riesgo de subestimar (OR: 1,671*; IC: 1,654-1,687) su EN, y menor riesgo de sobreestimarlo (OR: 0,536*; IC: 0,521-0,551). Asimismo, se observó que a menor escolaridad aumenta significativamente el riesgo de subestimar (OR: 1,197*; IC: 1,193-1,201), y de sobreestimar (OR: 1,050*; IC: 1,042-1,058) el EN, respectivamente.
La alteración de la autopercepción del EN se asocia significativamente con el no cumplimiento de las GABAs. Así, la sobreestimación del EN aumenta el riesgo de no cumplir con las GABAs de pescado, legumbres y agua (OR: 1,193*; IC: 1,179-1,208 / OR: 1,250*; IC: 1,240-1,259 / OR: 1,441*; IC: 1,431-1,452), respectivamente. Mientras que la subestimación del EN aumentó el riesgo de no cumplir con las GABAs de fruras, verduras y agua (OR: 1,122*; IC: 1,119-1,126 / OR: 1,060*; IC: 1,057-1,063), respectivamente. Ver Tabla 4.
Tabla 4. Factores de riesgos y protectores asociados a la autopercepción alterada del estado nutricional.
ENSU | ENSO | ||||
---|---|---|---|---|---|
OR | IC95% | OR | IC95% | ||
Sexo | Hombre | 1,577* | 1,572-1,581 | 0,393* | 0,390-0,396 |
Mujer | |||||
IMC (kg/m2) | 1,150* | 1,150-1,151 | 0,727* | 0,726-0,728 | |
Edad (años) | 65< | 0,832* | 0,827-0,837 | 1,482* | 1,466-1,499 |
50-64 | 1,566* | 1,557-1,574 | 0,4* | 0,395-0,405 | |
30-49 | 1,169* | 1,163-1,175 | 0,579* | 0,574-0,585 | |
20-29 | 0,791* | 0,787-0,795 | 0,717* | 0,710-0,724 | |
15-19 | |||||
Escolaridad (años) | <8 | 1,725* | 1,718-1,732 | 1,482* | 1,467-1,498 |
8-12 | 1,197* | 1,193-1,201 | 1,05* | 1,042-1,058 | |
>12 | |||||
Área geográfica | Urbana | 0,936* | 0,932-0,940 | 0,940* | 0,882-0,873 |
Rural | |||||
Percepción calidad de vida | Mala | 1,671* | 1,654-1,687 | 0,536* | 0,521-0,551 |
Regular | 0,947* | 0,944-0,950 | 0,759* | 0,752-0,765 | |
Buena | |||||
Frecuencia consumo de pescado ≥2 veces a la semana | No# | 0,792* | 0,789-0,798 | 1,193* | 1,179-1,208 |
Frecuencia consumo de lácteos ≥3 veces a la semana | No# | 0,992* | 0,987-0,997 | 0,511* | 0,506-0,516 |
Frecuencia consumo de legumbre ≥2 veces a la semana | No# | 0,896* | 0,895-0,901 | 1,250* | 1,240-1,259 |
Frecuencia consumo de frutas y verduras ≥5 porciones al día | No# | 1,122* | 1,119-1,126 | 0,90* | 0,893-0,906 |
Frecuencia consumo de agua ≥6 vasos al día | No# | 1,060* | 1,057-1,063 | 1,441* | 1,431-1,452 |
Consumo de alcohol/Según AUDIT | Riesgo bajo | 1,00* | 0,997-1,003 | 1,561* | 1,550-1,572 |
Según AUDIT | 0,867* | 0,860-0,874 | 0,272* | 0,261-0,264 | |
No consume | |||||
Consumo de tabaco | Fumar | 0,843* | 0,840-0,845 | 0,705* | 0,699-0,170 |
Consumo de tabaco | 0,966* | 0,860-0,874 | 0,272* | 0,261-0,284 | |
Nunca | |||||
Nivel de actividad física GPAQ | Liviano | 0,776* | 0,774-0,778 | 0,586* | 0,582-0,591 |
Nivel de actividad física GPAQ | 0,643* | 0,641-0,645 | 0,694* | 0,688-0,699 | |
Activo |
Ajustado por sexo, edad y nivel educacional.
Estado nutricional sobreestimado según IMC (ENSO) y estado nutricional subestimado según IMC (ENSU).
[#]No cumplen con la recomendación.
*< p 0,05.
Discusión
Los principales hallazgos de este estudio fueron una alta discordancia entre el EN autopercibido y EN según IMC entre los residentes ≥15 años de Chile, donde la subestimación del EN se asoció a un mayor riesgo de malnutrición por exceso en esta población. Adicionalmente, las personas con concordancia entre su EN autopercibido y objetivo mostraron mejor calidad de vida y estilo de vida.
Se observó que un 51% de la población chilena ≥15 años tiene alterada su autopercepción del EN, similar a lo reportado en estudios internacionales con diversas poblaciones y grupos de edad. Un estudio español de 1.162 estudiantes universitarios entre 17 y 35 años indicó un 56% de discordancia con el EN medido por IMC22. En ese contexto, un estudio realizado en adultos caucásicos y latinos23-25 destacó un 80-90% de discordancia entre el EN autopercibido y el objetivo según el IMC.
La subestimación, principalmente en individuos con malnutrición por exceso, puede ser un reflejo del estigma asociado a la obesidad o de la normalización de cuerpos más grandes9,26.
Por otro lado, aquellas personas que sobreestiman su EN suelen tener menor peso en mayor proporción, y pueden estar asociados a estrategias de control de peso poco saludables27.
En relación con la percepción del EN según el sexo, los hombres reportaron un mayor riesgo de subestimación. Estos resultados concuerdan con otros estudios en los que los hombres tendieron a subestimar su EN22,25. Los mensajes sociales y la priorización de la apariencia en los hombres por sobre otras cualidades y atributos, los expone a un mayor riesgo de experimentar emociones de vergüenza y culpa relacionadas con el cuerpo7.
Respecto a la escolaridad, se observó una relación directa entre menos años de escolaridad y la discordancia del EN y malnutrición por exceso. En línea con lo sugerido en la ENS que indica una relación entre el nivel socioeconómico bajo y la malnutrición por exceso15.
Los individuos de >50 años presentaron mayor riesgo de subestimar el EN; mientras que los de >65 años tendieron a sobrestimarlo comparado con los individuos más jóvenes. El envejecimiento y los cambios de composición corporal pueden influir en la alteración de la relación que tiene el individuo con su cuerpo. Estudios en personas mayores reportaron una alteración de la percepción del EN, principalmente si se relacionaba con factores socioeconómicos como el ingreso y la escolaridad, a mayor ingreso y escolaridad es menor el riesgo de discordancia entre el IMC y la autopercepción del EN15,28.
Los individuos que reportaron una mala calidad de vida presentaron mayor riesgo de subestimar su EN. Similar a lo reportado en la ENCAVI realizada en la misma población chilena ≥15 años un año antes de la ENS13.
Respecto a los estilos de vida, el incumplimiento del consumo de agua se asoció con la alteración de la percepción del EN. En cuanto al incumplimiento del consumo de pescado y legumbres, ambos se asociaron a un menor riesgo de subestimar y mayor riesgo de sobrestimar el EN. En relación al consumo de lácteos, los hallazgos indican que son un factor protector, probablemente debido a que estos alimentos tienen una connotación de alimentos “saludables”29,30.
En este estudio la discordancia del EN no fue un factor de riesgo para consumo de alcohol y tabaco. Similar a lo reportado con relación al consumo de alcohol en un estudio de cohorte realizado en Suecia con 30.245 adultos entre 30 a 66 años29. Sin embargo, en un estudio realizado en 668 adolescentes entre 14 a 19 años de Brasil, se observó que los hombres que presentaban discordancia del EN tenían más probabilidades de consumir tabaco (OR: 2,9; IC95%: 2,1-4,2) y alcohol (OR: 1,7; IC95%: 1,5-1,9) y las mujeres más probabilidades de consumir bebidas alcohólicas (OR: 1,6; IC95%: 1,2-2,0)31, similar a un estudio realizado en mujeres coreanas10. Por lo tanto, es probable que estos resultados sean población o cultura dependiente. La falta de resultados concluyentes siguiere la necesidad de mayor investigación.
La realización de actividad física a intensidades bajas a moderadas se relaciona de manera positiva con la imagen corporal32. Sin embargo, los resultados de este estudio no fueron concluyentes.
Las estrategias actuales de políticas públicas en Chile utilizan el IMC como indicador de logro a la adherencia de estilos de vida saludable. Sin embargo, estos resultados en su conjunto sugieren la necesidad de abordar la prevalencia de la percepción del EN, como la valoración y estimación del cuerpo que involucra aspectos cognitivos relacionados al EN (creencias, actitudes y experiencias), y aspectos afectivos (sentimientos) que determinan el comportamiento en salud que finalmente se traducen en acciones (estilos de vida saludables), las cuales merecen una mayor consideración en los programas y políticas públicas. Conforme a la evidencia los enfoques individualistas de pérdida de peso son en gran medida ineficaces y pueden ser estigmatizantes33.
Las fortalezas de este estudio son: la representatividad de los resultados para la población chilena de ≥15 años, el diseño de corte transversal que permitió controlar la selección de individuos y eliminar las pérdidas durante el estudio. A la fecha, este es el primer estudio que evalúa la asociación entre la autopercepción del EN, el estilo y calidad de vida en una muestra representativa de la población chilena ≥15 años.
Las limitaciones más importantes fueron las características propias del diseño transversal, lo que no permite establecer la causa-efecto de la discordancia entre el EN por IMC y la autopercepción del EN. Así mismo, no se descarta potenciales sesgos de memoria propias que ocurren al aplicar las encuestas y otros factores desencadenantes, intervinientes o de sinergias del comportamiento de riesgo o consecuencias a largo plazo. Las variables relacionadas con las GABAs fueron clasificadas como dicotómicas (sí/no) lo cual no considera a quienes consumen alimentos recomendados en menor proporción. Así mismo, el autorreporte del EN podría contribuir a una imprecisión en los datos. Así también el uso del IMC como estimador del EN objetivo no considera otras variables de la composición corporal. Finalmente, no se pueden descartar la presencia de factores intervinientes en los resultados y que pudieran influir en los hallazgos de esta investigación.
Conclusiones
La discordancia del EN está asociada a un mayor riesgo de mala calidad y no cumplimiento de las GABAs en la población chilena de ≥15 años. Estos resultados sugieren la necesidad de considerar la percepción del EN como un determinante del comportamiento en salud en los programas y políticas públicas.