Mensajes Clave
La desnutrición crónica-armonizada es una alteración frecuente en los casos de niños con asfixia perinatal tratados con hipotermia terapéutica.
La propuesta de las trayectorias de crecimiento observadas en la población estudiada se considera de gran utilidad en el seguimiento intervenido de niños con esta u otras condiciones de riesgo.
El estudio y análisis de los patrones de crecimiento infantil en esta y otras patologías coadyuvará a la propuesta de modelos explicativos que favorezcan las acciones de intervención oportunas.
Se considera importante continuar el estudio de los patrones de crecimiento en niños con asfixia perinatal y su relación con otros factores implicados en la crianza, nutrición y desarrollo infantil.
Introducción
La asfixia perinatal (AP) es una complicación obstétrica resultado de la interrupción o retraso en la oxigenación pulmonar en el recién nacido, que en caso de no ser restablecida conduce a la muerte, teniendo una incidencia aproximada de 2 por cada 1.000 nacimientos en países desarrollados y aumentando su tasa hasta 10 veces en países en vías de desarrollo, donde un 15% a un 20% de los neonatos afectados muere y 25% de los supervivientes desarrolla secuelas producto de la lesión neural presentada durante el cuadro de encefalopatía hipóxico-isquémica (EHI)1,2. En las últimas décadas se ha establecido la hipotermia terapéutica como estándar de atención efectiva en reducir la morbilidad asociada a EHI3,4.
Los efectos patológicos de la EHI son difíciles de pronosticar, debido a que dependerán de la duración y fuerza de la agresión; así como de otras condiciones fetales presentes antes del inicio de la hipoxia. Sin embargo, el desarrollo de complicaciones como la incoordinación de los mecanismos de succión-deglución, disminución de la motilidad intestinal, disfagia, tos constante y reflujo gastroesofágico, sumado a otras condiciones ambientales y psicológicas estresantes relacionadas con el ingreso del niño a la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN), que incluyen la prolongación del comienzo de alimentación al seno materno y el impacto emocional del cuidador por la incertidumbre acerca de la evolución que tienen los infantes con esta condición, suponen un alto riesgo para el desarrollo de alteraciones del crecimiento y presencia de estados de malnutrición, por carencia, exceso o desequilibrio en la ingesta calórica y de nutrientes5-10.
En este sentido, se debe entender el crecimiento somático como un proceso dinámico producto del balance entre la velocidad de síntesis y degradación de la masa que conforma a un organismo que se encuentra determinado por la interacción entre factores genéticos (potencial de crecimiento heredado) y condiciones ambientales que logran modificar su expresión (modificadores del crecimiento), reflejándose en cambios sobre el total de dimensiones externas del cuerpo (peso y longitud), como estados de mantenimiento, aumento o disminución de su ritmo y velocidad11-13.
La etapa prenatal y los primeros dos años de vida posnatal comprenden un periodo crítico y sensible del crecimiento humano, en el cual factores ambientales como la nutrición y la estimulación psicosocial mantendrán o modificarán el estado de equilibrio de los sistemas y funciones corporales, siendo que un ambiente óptimo conllevará a la conservación de un estado de armonía corporal (homeostasis), permitiendo alcanzar el potencial de crecimiento genético de cada individuo; por el contrario, condiciones desfavorables, tales como las descritas en niños con AP, pueden llevar a la pérdida de la homeostasis y en condiciones crónicas a la búsqueda de un nuevo equilibrio (homeorresis), repercutiendo negativamente sobre el crecimiento, reduciendo su expresión potencial12,14-16.
A pesar de lo anterior, la literatura sobre las características de la alimentación temprana y de seguimiento del crecimiento en niños con antecedentes de AP y EHI tratada con hipotermia terapéutica es escasa; lo cual no permite claridad sobre las posibles alteraciones de crecimiento que pueden presentarse en esta condición. Por ello el presente estudio tiene como objetivo: Describir los patrones de crecimiento físico presentados durante los primeros dos años de vida, en una muestra de niños con antecedentes de AP tratados con hipotermia terapéutica corporal que asistieron a un programa de cuidado integral en el Centro de Investigación del Neurodesarrollo (CIND) del Instituto Nacional de Pediatría (INP).
Metodología
Se llevó a cabo un estudio observacional, descriptivo, retrospectivo y longitudinal.
Sujetos
La muestra se seleccionó a partir de un muestreo intencional por criterio, y estuvo compuesta por 52 niños de nacionalidad mexicana, de la cohorte de AP que asistieron al Programa de Cuidado Integral (CIND-INP) entre los años 2013 a 2019, los cuales contaron con un registro de las variables de peso (kg) y longitud (cm) del nacimiento hasta los dos años. Todos los niños incluidos fueron diagnosticados con EHI grado II y III de acuerdo con la Escala de Sarnat, y tratados con hipotermia terapéutica corporal al nacimiento.
Procedimiento
Las variables antropométricas registradas al nacimiento fueron el peso (kg), longitud (cm), índice ponderal (kg/cm2) y razón peso-longitud (kg/m), clasificándose de acuerdo con criterios establecidos17-20. Para definir la trayectoria del estado nutricional de los infantes, se calcularon las puntuaciones Z, conforme a lo establecido por la OMS (2006)21.
El cálculo de la puntuación Z del indicador longitud para la edad, la cual presenta una distribución normal, se realizó a través de la fórmula:
Para el caso de los índices antropométricos de peso para la edad, peso para la longitud e IMC para la edad los cuales presentaron una distribución no-normal, se utilizó la fórmula:
Donde:
M= Media de la población de referencia
L= Poder estadístico necesario para trasformar los datos y evitar sesgo
S= Coeficiente de variación
Posterior al cálculo de puntuaciones Z, fueron interpretadas las tendencias de las curvas de crecimiento infantil acorde a lo señalado por la OMS, agrupando a los niños en seis distintas trayectorias descritas en la Tabla 1.
Tabla 1. Trayectorias de crecimiento infantil.
Trayectoria 1: Trayectoria esperada de crecimiento. |
Durante el seguimiento longitudinal los niños crecieron siguiendo una tendencia general paralela a la mediana o una de las líneas de puntuación Z, sin cambios de dirección mayores o iguales a 1 desviación estándar con relación a la mediana (canalización del crecimiento). |
Trayectoria 2: Trayectoria de desnutrición. |
Descensos bruscos sobre el canal de crecimiento general que tiendan a disminuir 1 a 2 puntuación Z en dirección opuesta a la mediana |
Desnutrición aguda o disarmónica (Subgrupo 2A): Declive del ritmo de crecimiento en peso sin afección del ritmo de crecimiento en longitud, donde la relación de ambos parámetros antropométricos no alcanza un estado de equilibrio. |
Desnutrición crónica o armónica (Subgrupo 2B): Se observa un declive sobre la línea de crecimiento de peso y longitud para la edad, alcanzando un estado de equilibrio entre los indicadores de peso para la longitud e IMC para la edad. |
Desnutrición crónica-agudizada (Subgrupo 2C): Disminución del ritmo de crecimiento tanto en peso como en longitud, con pérdida del equilibrio entre estos dos parámetros, reflejándose en el declive pronunciado de todos los indicadores antropométricos. |
Trayectoria 3: Trayectoria de recuperación de la desnutrición. |
Posterior a un descenso pronunciado sobre la línea de crecimiento o de encontrarse por debajo de la puntuación Z-2, se observó un ascenso de la línea de crecimiento con dirección a la mediana. |
Trayectoria 4: Trayectorias de sobrepeso u obesidad |
Asensos bruscos sobre el canal de crecimiento general que tiendan a aumentar 1 a 2 puntuación Z en dirección opuesta a la mediana |
Sin alteración del ritmo de crecimiento en longitud (Subgrupo 4A): Aumento pronunciado sobre la línea de crecimiento en peso para la edad, peso para la longitud e IMC para la edad, con conservación del ritmo de crecimiento en longitud para la edad (patrón asociado a estados de sobrepeso u obesidad exógena) |
Con alteración del ritmo de crecimiento en longitud (Subgrupo 4B): Descenso pronunciado sobre la línea de crecimiento del indicador longitud para la edad, con aumento o conservación del ritmo de crecimiento en peso para la edad, en el cual el peso llega a ser mayor a lo esperado para la longitud (patrón asociado a estados de obesidad endógena) |
Trayectoria 5: Trayectoria de recuperación del sobrepeso u obesidad. |
De forma posterior a un ascenso pronunciado sobre la línea de crecimiento infantil o de encontrarse por encima de la puntuación Z+1 en los indicadores de peso para la edad, peso para la longitud e IMC para l línea de crecimiento con tendencia a regresar hacia la media o carril de crecimiento del niño, como intento de recuperar el estado de equilibrio somatométrico inicial. |
Trayectoria 6: Trayectoria desorganizada de riesgo |
Durante algún momento del seguimiento antropométrico se observó una trayectoria con tendencia a desnutrición y posteriormente una trayectoria de sobrepeso u obesidad. |
La descripción de las trayectorias de crecimiento se determinó en cuatro periodos diferentes los cuales fueron:
Análisis estadístico
Para el análisis de datos se utilizó el paquete estadístico JMP 11.0 (SAS Institute Inc., Cary, NC, USA), aplicando métodos de estadística descriptiva y pruebas de correlación de χ2y razón de prevalencias (RP), con un valor α de 0,05.
Consideraciones éticas
El estudio consideró lo señalado por la Declaración de Helsinki, siendo realizado bajo un protocolo aprobado (Registro INP 072-2013), sujeto a una revisión ética independiente, contando con un consentimiento informado correctamente llenado y firmado, que permitiera la utilización de los datos para fines académicos y científicos.
Resultados
Caracterización de la población
El rango de consultas fue de 7 a 11, con un promedio de 9,5 ±1,2. La media de edad gestacional fue de 39,2 ±1,6 semanas de gestación (SDG), el puntaje promedio en la escala APGAR al minuto fue de 4,0 ±1,7 y a los cinco minutos de 6,9 ±1,7. La edad materna se encontró en un rango de 15 a 42 años con una media de 24,5 ±6,0. Para los años de estudio maternos se reportó un rango de 5 a 25 con una media de 11,1 ±3,11.
De los 52 casos en seguimiento en 20 (38,5%) se refirió la presencia de una o más dificultades en la alimentación oral durante el periodo de lactancia, en 2 (3,8%) en el periodo de ablactación y en 1 (1,9%) durante el periodo de integración a la dieta familiar.
Respecto a las variables antropométricas al nacimiento, los promedios de peso, longitud, índice ponderal y razón peso-longitud fueron de 3,0 ±0,5 kg, 49,5 ±2,3 cm, 2,4 ±0,3 g/cm3y 6,0 ±0,8 kg/m respectivamente. En la Tabla 2se muestran las características generales, clínicas y de antropometría al nacimiento de la población de estudio.
Tabla 2. Descripción de las características generales, clínicas y de antropométricas al nacimiento de la población de estudio.
Características | n (%) |
---|---|
Sexo | |
Masculino | 27 (51,9) |
Femenino | 25 (48,1) |
Grado de EHI | |
EHI Sarnat II (Moderada) | 45 (86,5) |
EHI Sarnat III (Grave) | 7 (13,5) |
Tipo de embarazo | |
Término (37-41 SDG) | 47 (90,4) |
Pretérmino tardío (34-36 SDG) | 2 (3,8) |
Postérmino (≥42 SDG) | 3 (5,8) |
Número de gesta | |
Primera gesta | 36 (69,2) |
Segunda gesta | 13 (25,0) |
Tercera gesta | 2 (3,9) |
Cuarta gesta | 1 (1,9) |
Tipo de lactancia | |
Lactancia materna predominante | 20 (38,5) |
Lactancia materna mixta | 21 (40,4) |
Lactancia con formula láctea | 11 (21,1) |
Duración de la lactancia materna | |
<6 meses | 16 (30,8) |
6-7 meses | 11 (21,2) |
8-12 meses | 17 (32,6) |
>12 meses | 8 (15,4) |
Alteraciones durante la alimentación oral 0-6 meses | |
Atragantamiento | 15 (28,8) |
Alteraciones del gradiente de presión y agarre al seno materno | 14 (26,9) |
Reflujo gastroesofágico | 10 (19,2) |
Tos constante | 3 (5,8) |
7-12 meses | |
Atragantamiento | 1 (1,9) |
Reflujo gastroesofágico | 1 (1,9) |
13-24 meses | |
Atragantamiento | 1 (1,9) |
Clasificación de edad materna | |
Embarazo adolescente (<20 años) | 10 (19,3) |
Rango optimo (20-34 años) | 36 (69,2) |
Edad materna avanzada (>34 años) | 6 (11,5) |
Estado civil de la madre | |
Casada | 12 (23,1) |
Soltera | 6 (11,5) |
Unión libre | 34 (65,4) |
Ocupación de la madre | |
Ama de casa | 42 (80,8) |
Empleada | 8 (15,4) |
Empleada del área salud | 1 (1,9) |
Estudiante | 1 (1,9) |
Peso para la EG | |
Pequeño para la EG | 13 (25,0) |
Adecuado para la EG | 37 (71,2) |
Grande para la EG | 2 (3,8) |
Longitud para la EG | |
Pequeño para la EG | 7 (13,5) |
Adecuado para la EG | 38 (73,0) |
Grande para la EG | 7 (13,5) |
Razón Peso - Longitud para la EG | |
Adecuado | |
Bajo peso para la longitud | 34 (65,5) |
Muy bajo peso para la longitud | 16 (30,7) |
Índice ponderal neonatal para la EG | |
Adecuado | 19 (36,5) |
RCIU subclínico | 20 (38,5) |
RCIU asimétrico | 7 (13,4) |
RCIU simétrico | 6 (11,5) |
EHI: Encefalopatía hipóxico-isquémica; EG: Edad gestacional;
RCUI: Retraso en el crecimiento intrauterino.
En cuanto a los días de estancia intrahospitalaria, se encontró disponible información en 50 de los 52 expedientes, teniendo un rango de 3 a 40 días con una media de 13,7 ±8,0. Por su parte, 44 de los expedientes revisados contó con información sobre el tiempo de inicio de la alimentación vía oral, registrando un rango de 2 a 12 días y un promedio de 4,3 ±1,9.
Trayectorias de crecimiento en niños con antecedentes de asfixia perinatal durante los primeros dos años de vida
En el seguimiento general del crecimiento 20 de los casos (38,5%) se clasificaron en trayectorias de desnutrición, la mayoría en el subgrupo de desnutrición crónica (32,7%). La trayectoria de recuperación de desnutrición se observó en 17 casos (32,7%) y solo 6 niños (11,5%) permanecieron en una trayectoria de crecimiento esperada durante todo el seguimiento. En la Tabla 3se muestra la distribución de la población en las diferentes trayectorias de crecimiento durante el seguimiento general y por rangos de edad.
Tabla 3. Distribución de la población en las diferentes trayectorias de crecimiento observadas durante el seguimiento de 0 a 24 meses.
Tipo de trayectoria de crecimiento | Subgrupo | Seguimiento | |||
---|---|---|---|---|---|
General | Por rangos de edad | ||||
0-24 meses n (%) | 0-6 meses n (%) | 7-12 meses n (%) | 8-24 meses n (%) | ||
Trayectoria 1 Esperada | 1 | 6 (11,5) | 14 (26,9) | 9 (17,3) | 8 (15,3) |
Trayectoria 2 Desnutrición | 2A 2B 2C Total | 2 (3,8) 17 (32,7) 1 (1,9) 20 (38,5) | 4 (7,7) 19 (36,5) - 23 (44,2) | 4 (7,7) 18 (34,6) 1 (1,9) 23 (44,2) | 2 (3,8) 17 (32,7) 1 (1,9) 20 (38,5) |
Trayectoria 3 Recuperación de la desnutrición | 3 | 17 (32,7) | 9 (17,3) | 12 (23,1) | 15 (28,8) |
Trayectoria 4 Sobrepeso u obesidad | 4A* 4B Total | - 2 (3,8) 2 (3,8) | 2 (3,8) 2 (3,8) 4 (7,6) | 2 (3,8) 3 (5,8) 5 (9,6) | - 3 (5,8) 3 (5,8) |
Trayectoria 5 Recuperación del sobrepeso u obesidad | 5 | 6 (11,5) | 2 (3,8) | 3 (5,7) | 6 (11,5) |
Trayectoria 6* Desorganizada de riesgo | 6** | 1 (1,9) | - | - | - |
2A: Desnutrición aguda o disarmónica; 2B: Desnutrición crónica o armónica; 2C: Desnutrición crónica-agudizada. 4A: Sin afección del ritmo de crecimiento en longitud; 4B: Con afección del ritmo de crecimiento en longitud.
*Solo se observó en el seguimiento por rango de edad; **Solo se observó en el seguimiento general.
En la Figura 1se ejemplifica con un caso las trayectorias de crecimiento observadas en la población de estudio.

Figura 1. Ejemplificación de las trayectorias de crecimiento durante los primeros dos años de vida observadas en los niños con antecedente de asfixia perinatal.
En la Tabla 4se observa que las variables maternas de años de estudio (RP=1,40; IC95%: 1,041-1,899) y ocupación (RP=1,59; IC95%: 1,119-2,265) se asociaron de forma significativa con la presencia de estados de desnutrición durante el seguimiento general.
Tabla 4. Razón de prevalencia de desnutrición infantil por cada variable materno-infantil.
Variables materno-infantiles | RP | IC95% | p |
---|---|---|---|
Sexo | |||
Masculino | Referencia | - | - |
Femenino | 1,08 | 0,776-1,501 | 0,64 |
APGAR al minuto | |||
Puntaje ≥4 | Referencia | - | - |
Puntaje <4 | 1,24 | 0,898-1,736 | 0,19 |
APGAR a los cinco minutos | |||
Puntaje ≥7 | Referencia | - | - |
Puntaje <7 | 1,08 | 0,769-1,524 | 0,65 |
Tiempo de estancia intrahospitalaria | |||
≤7 días | Referencia | - | - |
≥7 días | 0,77 | 0,562-1,049 | 0,21 |
Rango de edad materno | |||
Óptimo (20-34 años) | Referencia | - | - |
Adolescente (<20 años) | 0,97 | 0,616-1,525 | 0,89 |
Avanzado (>34 años) | 1,15 | 0,764-1,741 | 0,56 |
Estado civil de la madre | |||
Casada | Referencia | ||
Soltera | 1,02 | 0,695-1,497 | 0,92 |
Unión libre | 1,13 | 0,585-2,162 | 0,7 |
Ocupación de la madre | |||
Ama de casa | Referencia | - | - |
Empleada-Estudiante | 1,59A | 1,119-2,265 | 0,05 |
Años de estudio de la madre | |||
≥10 años | Referencia | - | - |
<10 años | 1,4 | 1,041-1,899 | 0,04 |
Antropometría al nacimiento | |||
Peso para la EG | |||
Adecuado-Grande para la EG | Referencia | - | - |
Pequeño para la EG | 1,22 | 0,894-1,670 | 0,28 |
Longitud para la EG | |||
Adecuado-Grande para la EG | Referencia | - | - |
Pequeño para la EG | 0,83 | 0,474-1,463 | 0,46 |
Razón peso - longitud para la EG | |||
Adecuado | Referencia | - | - |
Bajo-Muy bajo peso para la longitud | 1,37 | 1,021-1,849 | 0,05 |
Indicé ponderal neonatal para la EG | |||
Sin RCIU | Referencia | - | - |
Con RCIU | 1,61 | 1,028-2,529 | <0,01 |
Alimentación infantil | |||
Inicio de la alimentación oral | |||
≤4 días | Referencia | - | - |
>4 días | 0,95 | 0,605-1,498 | 0,82 |
Tipo de lactancia | |||
Lactancia Materna Predominante | Referencia | - | - |
Lactancia Materna Mixta | 0,68 | 0,381 - 1,221 | 0,14 |
Lactancia con Formula Láctea | 0,95 | 0,689 - 1,317 | 0,76 |
Alteraciones orales en el periodo lactante | |||
Sin alteraciones reportadas | Referencia | - | - |
Una o más alteraciones | 1,09 | 0,712-1,684 | 0,68 |
Duración de la lactancia | |||
<6 meses | Referencia | - | - |
6-7 meses | 0,56 | 0,365-0,867 | 0,01 |
8-12 meses | 0,68 | 0,421-1,109 | 0,1 |
>12 meses | 1,12 | 0,497-2,56 | 0.77 |
RP: Razón de prevalencia; IC: Intervalo de confianza; A: Razón de prevalencia de desnutrición durante el periodo lactante.
Respecto a las variables antropométricas al nacimiento, el RCIU medido a través del índice ponderal neonatal ajustado para la EG, se relacionó significativamente con la prevalencia de desnutrición durante el seguimiento general (RP=1,61; IC95%: 1,028-2,529). De forma similar, la razón peso longitud para la EG se asoció con la presencia de desnutrición durante el seguimiento general (RP=1,37; IC95%: 1,021-1,849), así mismo en las pruebas de χ2se encontró asociación entre las clasificaciones de índice ponderal y razón peso-longitud (p<0,01).
Por su parte, los recién nacidos de una gesta mayor a la primera tuvieron más del doble de riesgo de presentar un bajo peso para la edad gestacional (RP=2,63; IC95%: 1,048-6,572; p=0,04).
En cuanto a la alimentación infantil, tener una lactancia materna con duración de 6 a 7 meses se asoció con una menor prevalencia de desnutrición respecto a los niños amamantados un tiempo menor a 6 meses (RP=0,56; IC95%: 0,365-0,867).
Discusión
El estudio permitió observar las tendencias de crecimiento físico presentadas en niños con antecedentes de AP y EHI grado II y III, a partir de lo cual se logró determinar que las trayectorias de desnutrición fueron un problema relevante en la población estudiada.
Al analizar el crecimiento por rangos de edad, se observó una variación de los casos en cada una de las trayectorias de acuerdo con el periodo estudiado, por ejemplo, el número de casos registrados en la trayectoria esperada durante el periodo lactante disminuyó 11,6 pp respecto a los registrados en el periodo de integración a la dieta familiar, mientras que para los casos de la trayectoria de recuperación de la desnutrición se observó un aumento de 11,5 pp. Similar a lo observado en el seguimiento general, las trayectorias de desnutrición mostraron ser un problema importante en todos los rangos de edad. Por su parte, el sobrepeso y obesidad fueron alteraciones poco frecuentes.
Así mismo, durante alguno de los periodos de estudio el 13,5% (n=7) de los niños canalizó su crecimiento de forma paralela a la línea de puntuación Z-1 en los indicadores de peso y longitud para la edad, sin presentar cambios indicativos de riesgo para desnutrición, semejante a lo reportado en la literatura pediátrica22,23.
En este sentido, en estudios transversales se debe considerar que la proporción de niños clasificados con desnutrición dependerá de los límites que se utilicen, generalmente entre -1 o -2 puntuaciones Z respecto a la mediana, en el primer caso (Z-1) existirá mayor sensibilidad, pero menor especificidad, y en el segundo (Z-2) la sensibilidad disminuirá, pero la especificidad aumentará. En análisis poblacionales se acostumbra a definir con un crecimiento no patológico a los infantes ubicados en un intervalo entre ±2 puntuaciones Z22,23.
Debido a lo anterior, se considera que la evaluación del crecimiento infantil con fines clínicos o de investigación debe realizarse de manera individualizada, a través de un seguimiento longitudinal, no solo contemplando la interpretación de los indicadores antropométricos a partir de puntos de corte establecidos, sino a través del análisis e interpretación de las tendencias observadas dentro de las curvas de crecimiento. Esto permitirá detectar si el infante se encuentra creciendo de manera constante dentro de uno de los carriles o por el contrario presenta un patrón sistemático de ascenso o descenso indicativo de riesgo o recuperación del ritmo de crecimiento.
De tal forma, el establecimiento de trayectorias de crecimiento infantil puede permitir la identificación oportuna de patrones de riesgo con el fin de realizar acciones enfocadas a revertirlos antes de que se presenten estados francos de malnutrición, favoreciendo la expresión fenotípica del potencial genético de crecimiento24.
En relación a las variables maternas, los resultados respecto a la escolaridad y ocupación son concordantes con lo reportado en otras investigaciones25-27, siendo que la prevalencia de desnutrición durante el seguimiento general fue 0,40 veces mayor en infantes de madres con un nivel de estudio menor a 10 años. Mientras que para la ocupación materna, la desnutrición durante los primeros seis meses de edad fue 0,59 veces mayor en niños cuyas madres se encontraban empleadas en comparación con las que eran amas de casa.
Para la valoración antropométrica al nacimiento, el índice ponderal y la razón peso-longitud para la EG mostraron mayor sensibilidad para clasificar alteraciones del crecimiento, asociándose con la prevalencia de desnutrición en edades posteriores. Así mismo, se observó que la razón de peso-longitud clasificó con un bajo peso para la longitud a todos los niños categorizados con RCIU simétrico y asimétrico, pero solo a una porción de los infantes con RCIU subclínico (25%).
La alta frecuencia de RCIU presentada, puede ser indicativa de que las alteraciones del crecimiento en población con la condición estudiada pueden comenzar desde etapas más tempranas al periodo posnatal e incluso, como se ha señalado en otras investigaciones, el RCIU puede representar un factor de riesgo para la presencia de la AP y de otras complicaciones asociadas28,29.
En la alimentación infantil, la prevalencia de desnutrición fue 0,44 veces menor en niños que recibieron lactancia durante los primeros 6 a 7 meses de vida en comparación con niños que recibieron lactancia por menor tiempo. No obstante, contrario a los beneficios nutricionales reportados en la literatura, la lactancia materna extendida más allá de los siete meses no mostró asociación significativa con el crecimiento infantil. Si bien el presente estudio no contempló los ingresos económicos familiares, esta puede ser una posible explicación a lo observado, pues se ha reportado que en países de ingresos medios, las madres de familias con mayor vulnerabilidad económica son las que tienden a amamantar un mayor tiempo30,31.
La investigación realizada abre la posibilidad a nuevos estudios sobre la identificación de trayectorias de crecimiento infantil en diversas condiciones de riesgo, que contribuyan a la generación de modelos explicativos de los mecanismo y factores a través de los cuales una condición patológica puede conllevar al desarrollo de alteraciones del crecimiento y si estos estados alterados pueden influir en las diversas esferas que conforman el proceso de desarrollo a corto, mediano y largo plazo.
Es importante señalar que, debido al diseño retrospectivo del estudio, la información recuperada se limitó a la descrita en los expedientes clínicos del Centro de Investigación del Neurodesarrollo del INP.
La propuesta de las trayectorias observadas en la población estudiada se considera de gran utilidad en el seguimiento intervenido de niños con esta u otra condición de riesgo. Sin embargo, los datos obtenidos podrían no ser representativos en muestras diferentes.
Conclusiones
Las trayectorias de desnutrición mostraron ser un problema frecuente de crecimiento en el grupo de niños con antecedentes de AP y EHI estudiado, siendo la desnutrición crónica-armonizada la alteración predominante. Por lo cual, continuar el estudio de las trayectorias y tendencias de crecimiento en niños con esta condición apoyaría la identificación de factores de riesgo e implementación de acciones de intervención nutricional oportuna, orientadas a potenciar el proceso de crecimiento infantil.