Introducción:

El envejecimiento poblacional es una de las principales razones del aumento de las listas de espera en pacientes necesitados de un trasplante renal. La búsqueda de alternativas, como mejoras quirúrgicas y de preservación, ha permitido el uso de riñones de donantes con criterios expandidos incrementando costes postoperatorios a expensas de la prolongación de estancia hospitalaria, necesidad de diálisis y procedimientos de diagnóstico adicionales. El mantenimiento de la viabilidad de los órganos durante la preservación se convierte en un reto. La máquina de perfusión hipotérmica pretende mitigar el efecto del almacenamiento en frío sobre la calidad del órgano cuando el tiempo de isquemia fría es prolongado o el donante subóptimo.

Objetivos:

• Evaluar las complicaciones que presentan los pacientes trasplantados renales con dos tipos de preservación diferentes (preservación estática fría o perfusión hipotérmica pulsátil). • Dar a conocer la preservación renal pulsativa. • Exponer nuestra experiencia inicial en su uso.

Material y Método:

Estudio observacional retrospectivo durante los años 2010-2012 donde se incluyeron todos los trasplantes renales realizados en un hospital de tercer nivel. En ambos grupos de control se tuvo en cuenta la edad y las patologías asociadas del donante. Comparación en los métodos para la preservación renal: estancia hospitalaria, horas de isquemia, necesidad de diálisis y número de sesiones post trasplante y el dispositivo de almacenamiento o de preservación pulsátil.

Resultados:

Entre 2010 y 2012 se realizaron 175 trasplantes, de los cuales, 70 procedieron de donantes = 65 años. Se perfundieron en máquina un total de 30 riñones y en 40 se utilizó la preservación estática. Los primeros resultados obtenidos de nuestra experiencia nos dieron a conocer que, con igualdad de tiempo de isquemia, el uso de máquina de perfusión conllevó un descenso en la estancia media hospitalaria y una menor necesidad de hemodiálisis postrasplante.

Conclusiones:

El envejecimiento poblacional se refleja también en el perfil de los donantes. Desde 2011 más de la mitad de los donantes tienen más de 60 años, cerca de la tercera parte supera los 70 y casi un 10% los 80, registrándose el máximo histórico con un donante renal de 90 años. En nuestro hospital el 40% de los donantes se sitúan entre los 50 y 70 años y prácticamente todos tienen algún antecedente patológico o factor de riesgo cardiovascular, en consecuencia, parece apropiado buscar estrategias como la perfusión pulsátil para optimizar el trasplante de riñones añosos y mejorar resultados. Por este motivo, nuestro centro impulsó un nuevo proyecto basado en la preservación renal pulsativa con el objetivo de lograr una perfusión intravascular continua con una preservación más efectiva.