INTRODUCCIÓN
La prevención primaria de la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es la estrategia más importante que se puede plantear para esta enfermedad. Fomentar cambios en el estilo de vida, daría como resultado una población más saludable, activa, longeva y con una menor prevalencia de ERC1. Cuando ya se establece una ERC, con frecuencia se produce progresión hacia etapas más avanzadas, siendo necesario considerar alguna de las Técnicas de Sustitución Renal (TSR). Se ha descrito extensamente que el Trasplante Renal (TR), especialmente el TR de Donante Vivo (TRDV), es la mejor modalidad de tratamiento al haber reportado mayores beneficios en cuanto a supervivencia, calidad de vida y, también, beneficios coste-eficiencia para el conjunto del sistema sanitario2. A pesar de esto, el acceso al trasplante aún está limitado por la disponibilidad de órganos3 y los datos actuales sitúan a las personas en espera para recibir un TR muy por encima de esta disponibilidad4.
Con el objetivo de desarrollar y evaluar estrategias para incrementar el acceso al TR, se han explorado diferentes vías para incrementar la donación en vida5),(6, y, de igual forma, se han descrito y analizado los riesgos a corto y largo plazo que asumen los donantes de riñón con el acto de proceder a una nefrectomía6)-(10. La práctica de la donación en vida se basa en los principios éticos de beneficencia y no maleficencia, avalados por un estudio minucioso orientado a valorar la salud global y renal, que busca garantizar la seguridad en el proceso quirúrgico a corto plazo y en la salud renal y cardiovascular en los futuros años de vida6)-(10.
Existe un vacío en la literatura en relación con las necesidades asistenciales que hay en el estudio de los donantes de riñón. Estimar que requiere el proceso de estudio como candidato a donante de riñón (cDR) permitirá un mayor entendimiento por parte de los profesionales implicados y generará la oportunidad de aportar esta información al proceso de educación. A la vez, podremos aportar evidencia en el terreno de las estrategias marcadas de profundizar en el conocimiento del TRDV para una población cada vez más extensa y en la que se ha demostrado un notable beneficio6),(7.
Se plantea como objetivo principal describir las necesidades asistenciales que se derivan del estudio de cDR. Como objetivos secundarios, se plantea describir las características sociodemográficas y clínicas de los cDR estudiados en un centro trasplantador durante el año 2020, así como analizar los resultados mediante una perspectiva de género.
MATERIAL Y MÉTODO
Ámbito del estudio
El estudio del cDR en el Hospital del Mar de Barcelona está organizado por el servicio de nefrología que acoge y coordina todas las fases necesarias para una correcta valoración, basada en los principios ético-legales y de calidad necesarios7),(11. En el mismo, intervienen otras especialidades que actuarán en función de que este estudio avance favorablemente y/o en función de las necesidades derivadas de la persona.
En primer lugar, el cDR expresa el deseo de iniciar el estudio y establece un primer contacto telefónico con la enfermera de acceso al TR. Este contacto tiene por objeto informar sobre el proceso que se desea iniciar, valorar motivaciones y expectativas y revisar profundamente los datos clínicos disponibles, previo consentimiento. En esta entrevista, si la persona está interesada, no hay ninguna contraindicación absoluta y acepta, se pacta una primera fase del estudio con una analítica general de sangre y orina, una ecografía abdominal, una primera visita formal con la enfermera de acceso al TR y una primera visita con la nefróloga de acceso al TRDV. Ese mismo día se proporciona toda la información necesaria en relación con la donación de riñón en vida y se evalúan médicamente los resultados de este estudio preliminar para que las partes implicadas puedan acordar proseguir con más estudios que permitan un conocimiento más extenso de la salud de la persona y su idoneidad para proceder a la nefrectomía para facilitar un TRDV. Superada esta segunda fase, se revisan y comentan los resultados hallados y, de ser favorables y si la persona acepta, se continúa con las valoraciones por los diferentes especialistas implicados (urología y anestesia necesariamente) y se completa el estudio con la fase ético-legal que incluye la revisión del estudio por un médico ajeno a la unidad de TR, la valoración por el comité de ética asistencial del centro y la comparecencia judicial para declarar la intención de proceder a la donación.
Este planteamiento estándar se adapta a las necesidades de cada persona y a sus características y se completa en función de los acuerdos pactados con ella, su entorno y los profesionales implicados, siempre respetando la normativa legal vigente11)-(14. Las valoraciones requeridas implican diferentes visitas que, en este estudio, vamos a entender como el contacto individual entre la persona y un profesional, ya sea de manera presencial o no presencial, y sin tener en cuenta que en un mismo día pueden concentrarse diferentes visitas. Además, son necesarias pruebas y exploraciones complementarias, recogidas en las guías de práctica clínica de referencia7),(8)-(10, solicitadas y valoradas por los médicos y cirujanos implicados en el estudio y entendidas como cualquier acto que aporte información clínica sobre la persona. Por otro lado, es igualmente preciso un proceso formativo protocolizado para que el cDR reconozca y entienda todos los procesos antes, durante y después de la donación y esté plenamente capacitado para una toma de decisiones informada.
Población a estudio
Se incluyeron los datos retrospectivos de todas las personas que fueron valoradas como cDR en las consultas de acceso al TR del Hospital del Mar de Barcelona durante el año 2020. Se excluyó del análisis a los cDR que no tenían una decisión final sobre su idoneidad como donantes de riñón y que continuaban en fases iniciales del estudio al final de 2020.
Variables y recogida de datos
La recogida de datos se llevó a cabo en mayo de 2021, a través de la historia clínica informatizada del centro de referencia, registrando las siguientes variables:
Sociodemográficas: Género; edad; actividad laboral; lugar de nacimiento; lugar de residencia; relación del donante con el receptor.
Clínicas: Infecciones de orina recurrentes; asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica; ansiedad o depresión; otras patologías halladas o acompañantes.
Factores de Riesgo Cardiovascular (FRCV): Hipertensión arterial; dislipemia; diabetes mellitus; índice de masa corporal; sedentarismo; hábito tabáquico.
Tiempo de estudio e implicaciones: Días de estudio; apto para la donación; causas que contraindican la donación; Tratamiento Renal Sustitutivo (TRS) del candidato a receptor; filtrado glomerular estimado del receptor sin necesidad de TRS en la primera visita; filtrado glomerular estimado del receptor sin necesidad de TRS en la visita final.
Número y tipo (presencial o no presencial) de visitas realizadas como parte de la valoración.
Número y tipo de pruebas y exploraciones complementarias realizadas.
La selección de estas variables se resolvió tras la revisión exhaustiva de la literatura de referencia6)-(10),(14)-(15 y por consenso entre los miembros del equipo investigador estimando que detallan completamente la muestra a definir.
Análisis
Los resultados se registraron y analizaron mediante una base de datos creada por el equipo de investigación con el programa IBM SPSS statistics versión 26 (IBM Corporation). Se realizó un análisis descriptivo de las variables estudiadas, mostrando las frecuencias absolutas y relativas para las variables cualitativas, media y desviación estándar para las cuantitativas en caso de seguir una distribución normal, y mediana y rango intercuartílico en caso de distribución no normal.
Para el análisis comparativo de las variables, se utilizó la prueba de la chi-cuadrado de Pearson para comparar la distribución de las variables cualitativas con la V de Cramer como medida del tamaño del efecto. Se utilizó la prueba T de Student para determinar si existe diferencia entre las variables cuantitativas. p <0,05 se consideró un valor estadísticamente significativo. Para la V de Cramer, los valores inferiores a 0,1 se consideraron nulos para el tamaño del efecto, los valores entre 0,1 y 0,29 se consideraron pequeños para el tamaño del efecto, los valores entre 0,3 y 0,49 como medianos y los ≥0,5 como grandes para el tamaño del efecto.
Consideraciones éticas
Este articulo está recogido en el marco del proyecto de tesis doctoral del investigador principal con título “La Enfermera de Práctica Avanzada en la construcción del mapa de cuidados de la persona candidata a Trasplante Renal”, aprobado por el Comité Ético de Investigación Clínica del Parc de Salut Mar (núm. 2020/9418/I).
RESULTADOS
Durante el año 2020 se valoraron 60 cDR que cumplían con los criterios de inclusión y exclusión para el estudio. Esta muestra corresponde al 10,49% de las personas evaluadas en las consultas de acceso al TR. La selección de la muestra se presenta en la figura 1.
Análisis de las variables sociodemográficas y clínicas
Las características sociodemográficas y clínicas de la muestra analizada se presentan en la tabla 1.
Tabla 1 Características sociodemográficas y clínicas de los candidatos a donantes de riñón estudiados durante el año 2020

Tabla 1 (cont.) Características sociodemográficas y clínicas de los candidatos a donantes de riñón estudiados durante el año 2020

†Datos disponibles en 32 candidatos a receptores de TRDV que estaban en fase ERCA pre TRS.
*Diferencia entre los grupos estadísticamente significativa.
DE (desviación estándar); DP (Diálisis Peritoneal); EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica); ERCA (Enfermedad Renal Crónica Avanzada); FGe MDRD-4 (Filtrado Glomeru lar estimado); HD (Hemodiálisis); HLA (acrónimo en inglés de antígenos leucocitarios humanos); IMC (Índice de Masa Corporal); RIQ (Rango intercuartílico); TRS (Tratamiento Renal Sustitutivo.
Se halló una media de 1,87±1,35 FRCV entre la muestra analizada, siendo esta superior en los cDR aptos (2,50±1,32) que en los no aptos (1,64±1,30) en el momento de la primera visita.
La media de los FRCV pre-donación entre los cDR aptos fue de 1,56±0,81, disminuyendo 0,94 puntos respecto a la primera determinación y siendo la obesidad y el tabaquismo los únicos FRCV que pueden haber desaparecido. De los cDR descartados, el 20,45% (n=9) fueron no aptos por la agregación de FRCV y/o con afectación en órganos diana y/o con mal control de los mismos, configurándose como la primera causa de desestimación para la donación.
El grupo de cDR aptos para la donación presentaban mayor prevalencia de alteraciones clínicas (no limitantes para la donación) como infecciones recurrentes o síntomas de disconfort emocional, entre otros, frente al grupo de no aptos.
Se detectaron 4 (6,66%) cDR con enfermedad incidente no conocida antes del estudio, requiriendo tratamiento médico y/o quirúrgico e imposibilitando proseguir con el estudio.
Tiempo de estudio e implicaciones
El tiempo de estudio y sus implicaciones se presentan en la tabla 1. Las principales causas para considerar no apto a un cDR fueron estrictamente clínicas (n=28; 63,63%), contemplando otras causas no médicas como motivos de exclusión (n=16; 36,36%).
Globalmente, la tasa de Filtración Glomerular (FG) estimado por MDRD-4 para los candidatos a receptor de TRDV, que no precisaban de TSR, disminuyó 2ml/min durante el tiempo de estudio, siendo esta disminución más acusada en los candidatos a receptores con donante apto que completaron todo el proceso de estudio y preparación.
Visitas realizadas
En la tabla 2 se presenta el tipo y modalidad de las 757 visitas requeridas para los 60 estudios incluidos. Estas visitas corresponden al 20,60% del total de la actividad llevada a cabo en las consultas de acceso al TR.
Los cDR que fueron aptos para la donación tuvieron una media de 12,88±3,01 visitas presenciales y una media de 13,81±5,29 visitas no presenciales, frente a una media de 2,75±2,49 visitas presenciales y 4,75±3,54 visitas no presenciales para los cDR no aptos (p<0,001).
Pruebas y exploraciones complementarias realizadas
En la tabla 3 se presentan las 423 pruebas y exploraciones complementarias realizadas en el estudio de los 60 cDR analizados. Estas pruebas y exploraciones complementarias corresponden al 19,60% del total de la actividad llevada a cabo en el estudio de acceso al TR.
Tabla 3 Pruebas y exploraciones complementarias realizadas con los candidatos a donantes de riñón en el año 2020

Para el estudio de los 16 cDR aptos para la donación se requirió de una media de 14,38±3,59 pruebas y exploraciones complementarias, frente a una media de 4,39±5,49 pruebas y exploraciones complementarias para el estudio de los 44 cDR no aptos (p<0,001).
Análisis mediado por perspectiva de género
El análisis mediado por perspectiva de género se presenta en la tabla 4. El deseo de iniciar el estudio como candidatas a donantes de riñón fue expresado por más mujeres que hombres (61,67% vs 38,33%). En la misma línea, más mujeres finalizaron el proceso en donación.
Tabla 4 (cont.) Análisis mediado por perspectiva de género

†Datos disponibles en 32 candidatos a receptores de TRDV que estaban en fase ERCA pre TRS.
*Diferencia entre los grupos estadísticamente significativa.
DE (desviación estándar); DP (Diálisis Peritoneal); EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica); ERCA (Enfermedad Renal Crónica Avanzada); FGe MDRD-4 (Filtrado Glomerular estimado); HD (Hemodiálisis); HLA (acrónimo en inglés de antígenos leucocitarios humanos); IMC (Índice de Masa Corporal); RIQ (Rango intercuartílico); TRS (Tratamiento Renal Sustitutivo).
Un 45,95% de las mujeres eran de origen extranjero en comparación con el 8,7% de los hombres (p=0,022). Se presentaron como cDR más mujeres que hombres de fuera de la provincia de Barcelona (32% vs 15,79%).
No se obtuvieron diferencias significativas en los FRCV ni en la visita inicial ni en las de seguimiento.
Las mujeres necesitaron de un tiempo de estudio mayor en comparación con los hombres, con una media de 13,41±10,94 visitas y 8,05±7,15 pruebas complementarias para completar el estudio, mientras que los hombres requirieron una media de 11,35±9,90 visitas y 5,43±5,73 pruebas complementarias (p=0,466; p=0,124, respectivamente).
DISCUSIÓN
Este estudio describe las características sociodemográficas y clínicas, así como las necesidades asistenciales que se derivan del estudio de personas candidatas a donantes de riñón. También se ha realizado una aproximación a los resultados desde una perspectiva de género.
En cuanto a las características sociodemográficas y clínicas de los cDR, la literatura de referencia apunta a que el riesgo de complicaciones y/o ERC a largo plazo varía considerablemente en función de las comorbilidades previas a la donación16. Así pues, es de suma importancia que los posibles cDR se sometan a un estudio adecuado antes de la donación, en función de sus características demográficas y de salud, que permita establecer un riesgo muy bajo para considerar a la persona apta para la donación6)-(10),(16. En el presente análisis se muestran los requerimientos del estudio del cDR, implicando el doble de actividad que el de los candidatos a receptores de TR. Como hemos visto, el grupo de donantes representa el 10,49% del total de personas evaluadas en las consultas de acceso al TR, con un total del 20,60% de las visitas realizadas y un total del 19,60% de las pruebas y exploraciones complementarias realizadas. De esta manera, en el contexto analizado, un cDR consume 2 veces más recursos que un candidato a receptor.
Una vez se procede a la nefrectomía benigna para facilitar un TRDV, varios estudios han mostrado que el riesgo de ERC a 15 años para el donante es menor al 1%, siendo ligeramente superior en ciertas poblaciones, como en hombres jóvenes de raza negra17 o en donantes que cumplen criterios de obesidad15),(18. Los datos que presenta la literatura de referencia no sugieren, aunque es una conclusión controvertida, un aumento en los FRCV post donación ni mayor riesgo de efectos cardiovasculares, en comparación con la población común19. Tampoco existe un mayor riesgo de otras enfermedades crónicas importantes o de resultados psicosociales adversos20. Es así como, nuevamente, la correcta y exhaustiva evaluación antes de la donación se hace indispensable y se configura como el pilar de los programas de trasplante renal de donante vivo21, especialmente en una población como la que hemos presentado que puede cumplir con ciertos criterios que aumenten el riesgo de estos eventos y que los clasifiquen como no aptos para la donación en un volumen importante (>70%).
Aunque el TRDV se asocia con un período de espera para el trasplante más corto y un mejor resultado en cuanto a supervivencia y calidad de vida, no todas las personas con ERC candidatas a trasplante tienen esta oportunidad22. En nuestros análisis, solo el 11,54% de todos los candidatos a receptor de TR evaluados durante el 2020 tuvieron la oportunidad de esta modalidad de tratamiento, siendo realmente efectiva en el 2,80% de los casos y representando el 14,16% de la actividad trasplantadora del centro explorado.
En la misma línea, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) en España en su “Plan de acción para la mejora de la donación y el trasplante de órganos”23 identifica ciertas barreras para el TRDV: falta de información a pacientes y familiares sobre el TRDV; complejidad en los trámites legales-administrativos en la donación de vivo; necesidad de mejora en la seguridad y protección del donante vivo; e incompatibilidad donante-receptor. Una de las causas que se apunta está relacionada con el nivel socioeconómico y educativo, encontrando que aquellas personas con niveles más altos tienen una probabilidad significativamente mayor de tener un cDR22. Se han explorado posibles soluciones24, entre las que destacan: el desarrollo de una red de pacientes mentores para apoyar y educar a familias y pacientes con ERC para que exploren la posibilidad de un trasplante de riñón de donante vivo desde una perspectiva vivida; políticas de reembolso para cubrir los gastos que se puedan derivar del estudio, la donación y el seguimiento post donación; y la asociación con empresas de seguros para mejorar la eficiencia en el proceso de evaluación de donantes y receptores.
A nivel financiero, la cobertura económica del donante en España está vinculada a la de su receptor y los procedimientos médicos relacionados con la extracción no serán, en ningún caso, gravosos para el donante vivo ni para la familia25. Esto, se aplica también al donante internacional que procede de un país distinto al del candidato a receptor y que, a pesar de tener garantizada la cobertura a nivel económico-legislativo, tiene impedimentos asociados a la distancia26. El coste de desplazamientos y bajas laborales no está contemplado y, en algunos contextos, se ha descrito como penoso6),(27. Esto es algo a tener en cuenta en una población que mayoritariamente procedía de fuera de la ciudad del centro de referencia (50%), de la provincia (8,33%), de la comunidad autónoma (1,67%), e incluso del país (8,33%). Además, predominantemente se ha descrito una edad para estar activo laboralmente (51,98±14,50 años) y estarlo en la mayoría de los casos analizados (56,57%). Como acciones a explorar, se ha propuesto utilizar centros cercanos al cDR para realizar las pruebas y exploraciones del estudio y/o concentrarlas en un mismo día para minimizar los desplazamientos y, por ende, las consecuencias financieras y de tiempo que conllevan28.
A la vez, también se ha profundizado en estrategias para hacer más eficiente el proceso de estudio de los cDR, tal y como exigen las guías de práctica clínica más actuales8)-(10 y como se ha reportado también de la propia voz de los donantes28 y los profesionales implicados27),(29. A pesar de que hemos encontrado una mediana de 5,6 meses para completar el estudio de los cDR en nuestro caso y que esta es considerablemente inferior a otros centros que utilizan una metodología similar30),(31, hay centros que completan el grueso del estudio del donante en 1 día32, siendo esta optimización beneficiosa para donantes, receptores, profesionales y el sistema de salud. Como hemos visto, la duración de la evaluación del cDR es variable y puede ser prolongada e influida por el deseo de donante y receptor, la función renal del receptor y características laborales o familiares entre otras. El análisis que presentamos reporta las necesidades asistenciales anuales que implican estos estudios y está mejor comprensión puede propiciar iniciativas de mejora en la calidad, que reduzcan retrasos innecesarios y optimicen el proceso de valoración.
En la misma línea, se ha explorado, en artículos previos, la necesidad de desarrollar estrategias educativas con los cDR con el objetivo de, por un lado, estar completamente informados de los riesgos peri-operatorios y después de la donación6),(7),(33 y, por otro lado, con el objetivo de controlar los factores de riesgo que pueden favorecer la aparición de problemas de salud a corto y largo plazo34. Hemos visto como, durante el periodo de estudio analizado, las personas candidatas a donantes de riñón que fueron aptas para este cometido, mejoraron sus características clínicas descritas respecto a la primera visita. No se ha relacionado directamente este hallazgo con las intervenciones realizadas por parte del equipo asistencial, con las propias motivaciones y expectativas personales o con cualquier otro factor que hubiera podido intervenir en esta mejoría, siendo quizás la suma de todas ellas lo que finalmente ha propiciado el cambio, como apunta la literatura de referencia35. Igualmente, la literatura de referencia apunta a que las estrategias educativas son poco frecuentes y no están estandarizadas para la población a estudio33),(34, a pesar de que sí se apunta al posible beneficio que podría suponer el hecho de instaurarlas de manera formal y estandarizada, a largo plazo (no solo antes de la donación) y utilizando las facilidades que permiten las nuevas tecnologías en el sistema de comunicación entre profesionales y pacientes34)-(36. Además, esto puede favorecer no solo a los propios donantes, dotándolos de mayor y mejor información y capacidad de auto-cuidado, sino que también se ha referenciado un beneficio indirecto para los receptores y para el sistema sanitario, debido a que un mejor autocuidado de las personas candidatas a donantes podría propiciar un mejor estado de salud y un incremento de esta modalidad de tratamiento, facilitando el TR preventivo en personas con ERC que aún no necesitan TRS y, consecuentemente, revirtiendo positivamente en el ahorro económico que esto supone para el sistema de salud37),(38.
Estos programas están llamados a ser coordinados por la figura de la enfermera de trasplante que, como se reporta en el presente análisis, ya tiene una gran representación dentro del equipo interdisciplinar de evaluación pre-donación, responsable del 45% de las visitas realizadas durante el estudio. Existen publicaciones que apuntan a que el papel de la enfermera como gestora de cuidados es parte clave del equipo por la influencia que ejerce en la educación sanitaria y en la orientación terapéutica que se proporciona a las personas atendidas39),(40. Igualmente se considera que se deben potenciar las infraestructuras adecuadas para que el proceso de valoración, donación y seguimiento a largo plazo post donación sea coordinado por un mismo equipo centralizado y que podría estar coordinado por una enfermera especializada en trasplantes al estar preparada de manera única para asumir el rol y las competencias de liderazgo clínico y profesional, capacidad para actuar como agente de cambio, habilidades de comunicación y capacidad para liderar un equipo interdisciplinario40.
Si profundizamos en la tasa de cDR no aptos para la donación hallada en el presente análisis (73,33%), vemos como es ligeramente inferior a la reportada anteriormente a la literatura de referencia, que se sitúa entre el 81-89%41),(42. Esto puede estar propiciado por haber aplicado los nuevos protocolos de evaluación que recogen criterios menos restrictivos para la donación y que están basados en evidencias más recientes8)-(10. Debido a esta posibilidad de no considerar apta a una persona para la donación, la literatura ya apunta a que es una buena opción la de considerar la evaluación de hasta cuatro cDR a donantes vivos simultáneamente cuando se presenten para el mismo receptor43, tal y como se ha procedido en el estudio analizado de los 60 cDR para 50 candidatos a receptores. Este abordaje ha demostrado que los costos para el sistema están compensados en relación con los costos de las diálisis y procedimientos evitados para el receptor43. Además, de la misma manera que se ha reportado en los datos presentados, también hay evidencia previa de que el proceso de evaluación puede diagnosticar afecciones médicas en algunos cDR contando que, de otro modo, tal vez no se hubieran reconocido44 y que algunas de ellas pueden ser no ser malignas y comunes entre la población45. Esto, a pesar de las connotaciones que pueda tener, se llega a entender como un beneficio indirecto para la persona candidata a donante de riñón al ampliar el conocimiento sobre el propio estado de salud y, si es preciso, iniciar las medidas oportunas de manera más temprana44.
Por último, los análisis desde la perspectiva de género confirman hallazgos previos respecto a la predisposición para donar un órgano por parte de las mujeres46),(47. Otros autores señalan que esto se debe principalmente a la mayor prevalencia de ERC en fase terminal entre hombres y a que estos, por circunstancias culturales que marcan un determinado estilo de vida, tienen un peor estado de salud y una esperanza de vida más corta48. Esto, entre otras causas, relaciona directamente a las parejas de estos hombres como las principales candidatas a donantes de riñón48. Igualmente, también vemos como de entre todos los cDR no aptos para la donación que fueron descartados por causas clínicas, el 50% fueron hombres. De forma que, aunque más mujeres que hombres han sido estudiados en el presente análisis, igualitariamente hombres y mujeres fueron no aptos por causas clínicas.
En la misma línea, ciertos informes advierten que hay que prestar atención a la voluntariedad que existe en ciertos colectivos que puede no estar relacionada únicamente con las necesidades ético-legales necesarias. Por diferentes causas (racismo, sexismo, etc.) puede haber una voluntariedad menor de lo que parece inicialmente49. Se ha descrito también que, por razones étnico-culturales, los pacientes con ERC de procedencia asiática o africana tienen menores oportunidades de un TRDV50. En el presente análisis encontramos que la predisposición a ser estudiados se dio en un 31,67% de personas con nacionalidad no española y finalmente solo fue posible en un 3,33% de los casos.
El estudio del candidato a donante de riñón es complejo e implica el doble de actividad que en el de los candidatos a receptores de trasplante renal. El proceso finaliza en donación en el 27% de los candidatos estudiados. La enfermera concentra el 45% de las visitas que se requieren. Es necesario explorar estrategias para optimizar el proceso de estudio. Hay diferencias de género en cuanto a la predisposición para estudiarse voluntariamente como candidata a donante renal.
Limitaciones del estudio
A pesar de haber contemplado la totalidad de la muestra, esta es insuficiente para aportar poder estadístico al análisis inferencial realizado. Sería optimo expandir el tiempo de estudio para poder hallar estos resultados.
Además, el tiempo de estudio fue el año 2020, marcado por la pandemia COVID19 y que obligó a suspender la actividad durante los meses de marzo y abril, sin que esto afectara al recuento total de actividad anual, como también se apunta en otros informes de referencia51.
Aplicaciones para la práctica
Haber detallado con exactitud y precisión las necesidades asistenciales que se derivan del estudio de personas candidatas a donantes de riñón y sus características sociodemográficas y clínicas, abre la posibilidad de incorporar este conocimiento en la práctica asistencial y proponer estrategias que aporten beneficios para todas las partes implicadas en este estudio. Sería interesante poder pactar con las partes profesionales implicadas espacios concertados para realizar las pruebas, exploraciones y visitas necesarias, derivando esto en un menor tiempo de estudio y una resolución más temprana. Es imperativo trabajar en estos circuitos a nivel organizativo y, a la misma vez, dotarlos de una calidad estandarizada que implique educación y entrenamiento del que se ha propuesto a ser donante de riñón. Hará falta profundizar en este ámbito de estudio y analizar cuantitativa y cualitativamente todos los aspectos relacionados, con la finalidad de ofrecer un servicio de mayor calidad tanto a los candidatos a donantes de riñón como a la población con ERC. Será también imprescindible evaluar estos procesos en voz de sus principales implicados para conocer estrategias de mejora, si las hay.