En el segundo aniversario de su muerte rendimos homenaje a Jesús Pintor Just a quien echamos de menos

«Jesús (Suso) Pintor was a major figure in the development of purinergic signalling, with important contributions in particular both its role in the physiology and pathophysiology of the eye. It is very sad that he passed away at such a young age from pancreatic cancer and he will be much missed, not only as a scientist but also as a warm and giving human being».

Obituary; G. Burnstock.

In Purinergic Signalling 2019; 15 (2):223.

El dos de abril de 2019, moría en Madrid, D. Jesús Pintor Just, Académico de número y Secretario de la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF) tras una larga pelea con un cáncer de páncreas. Desde su muerte, el destino también ha golpeado fuerte al alma de nuestra Academia, dejándonos sin pilares de referencia, mientras el mundo sufre una pandemia de dimensiones apocalípticas a la que nos vamos acostumbrando con resignación y con una mascarilla puesta.

No obstante, alguien me contó hace unos días, mientras llegaban las luces del amanecer, que por allí andabas, en lo alto, sobre no sé qué ser mitológico.

Es tarde lo sé, es tarde hacer un homenaje a un compañero, a un amigo, casi dos años después de decirle adiós, pero él sabe que han sido tiempos complejos, inéditos para todos. Quiero empezar recordando su llegada firme, sembrando Cátedra. Traía su melatonina visos de ser importante en su mirada de esperanza, en sus palabras de antes. Su ojo derramaba receptores purinérgicos y tenía la dicha de ser blanco fácil de respeto, de cariño y admiración y de hacernos bailar el baile que mejor se puede imaginar.

En su corta andadura en la RANF supo ganarse la confianza de todos, llegando pronto, joven, a las cotas más altas: ser nada menos que Secretario de esa Real institución. Como Vicesecretario de la misma, actué durante un tiempo que se me hizo largo, sustituyéndole, torpemente, por razones de su enfermedad, que no hicieron más que hacerme ver la realidad, la importancia y la dificultad de lo que él hacía. Son estas palabras un deseo de recordar, de honrar a un hombre joven, a un compañero, que con su inteligencia y fuerza fue capaz de hacer mucho en poco tiempo.

No puedo ya seguir hablándote de Ud., la excelencia la sigues teniendo en mi corazón, eso ya lo sabes. Alegrabas con tu naturalidad actos formales quitándole yerro a aquello que sin estar perfecto pasaba por ello. Aun te veo Jesús, Suso, con tu corbata de punto, violeta, como si estuvieras, aquí mirándolo todo, controlándolo todo con tu mirada y tu sola presencia.

Hiciste que para muchos tu enfermedad pasara desapercibida. En tu lucha eterna contra la enfermedad, no puedo olvidar la entereza de tu discurso de apertura del año Académico, en la que sembraste magisterio, bajo la presidencia de su Majestad el rey D. Felipe VI hablando de todas las Reales Academias que acoge el Instituto de España. Fue un día grande para ti y para nosotros, los que nos sentábamos junto a ti.

Tienes aún tu sonrisa incrustada en mis neuronas. Llegan tus palabras justas, allí en el número once de la calle de la Farmacia de Madrid. Pasan el portón de entrada tras apretar virtualmente un botón al que contestan ondas que mueven hilos desde la biblioteca, desde el alma de los muchos libros y revistas que allí esperan, desde el cuarto que está junto a la entrada. Se posan allí en nuestra estantería donde manos ágiles colocan avisos, sobres, anuarios, cada día. Suben despacio, inaudibles, pisando la alfombra mullida de la escalera y saludan silenciosas a las sonrisas que te esperan en la secretaría, en la tesorería, al fondo, donde casi nadie llega. Luego se cuelan por debajo de las puertas del salón amarillo que preside D. Felipe V, llegando a esas sillas desde donde feliz tomabas fotos de los oradores y de la audiencia. Llegan tus palabras y tus muecas a los bancos del salón rojo que oyeron tu voz un tiempo corto y a tu propia secretaría de la RANF. Llegan a todos los rincones, museo, cuartos de reuniones. Y se sientan y esperan.

Ha corrido implacable el tiempo sin darnos tregua. Hace ya casi dos años que te fuiste y aquí nos dejaste huérfanos, solos, y un tanto desolados. Ya no doy crédito a mis recuerdos ¿Tanto tiempo? ¿Tan poco? Ha sido un tic tac lento, inseguro sin tu presencia. Hoy ese tic tac es aún más lento, desesperado, sin oír de ti una palabra.

Ha perdido la Academia con tu fuga rápida, su basamento más eficaz, joven y desenfadado que desde su fundación conociera. Larga pelea tuviste con los dardos de tu enfermedad que hacían dieces en tu cuerpo, pero nulos en tu alma. Tú pusiste alma en la ciencia que nos unía, quedaron, sin embargo, muchas cosas sin hacer, proyectos inacabados que no seremos capaces de completar, aunque sé que sigues moviendo los hilos de la “sabiduría” desde arriba.

Decía Joseph Conrand en «El Alma del guerrero» que los que lograron escapar debían tener el alma clavada al cuerpo con remaches dobles. Peleaste contra la muerte como gato salvaje, como un héroe capaz de partir piedras solo con el pensamiento. Yo sé que solo los grandes hombres llegan a donde tú arribaste. Yo sé que los grandes hombres son recordados día a día simplemente por que significaron mucho en el alma de unos pocos creando respeto y amistad. Dicen que uno vale lo que valen sus amigos y tu alguna vez me llamaste amigo.

Sé que la RANF te ha rendido un merecido homenaje, y en él tu maestra Teresa Miras, recordaba a todos la importancia de tus actos y amistad, sacando palabras de cariño y admiración por un discípulo con alma de maestro. Sé que otros compañeros con aliento de amistad y susurros de poeta, también hablaron de tu recuerdo y buen hacer. Sé, porque allí estuve, que Hanan tu fiel y amante compañera lloró tu recuerdo con palabras amorosas y bien halladas. Pero, estaba en mi mente, desde aquel día, escribir este obituario en la revista científica en la que colaboro, para que se te recuerde una y mil veces.

Son estas líneas solo un poco del eco de tu recuerdo y de tu esfuerzo, tuvimos diferencias, ya lo sé y también sé que lo recuerdas, estés donde estés. No fue fácil para mí entender aquello que tú hacías por y para nuestra Academia. Fue duro, recuerda, nuestro encuentro aquel septiembre de 2018, lleno de desconfianzas y silencios. Ausencias de presidencia y secretaría, ausencia.

Hoy sin embargo estás más ausente y la Academia sin ti ha perdido idiosincrasia y buen hacer. Pero yo nunca dudé que tú seguías y seguías influyendo en todo y en todos, moviendo tus hilos. Ya con el tiempo como testigo, solo puedo ver en aquello buen hacer. Por eso Suso desde aquí te digo ¡Pelillos a la mar, que de aquello no quedan ni cenizas!

No ha sido bastante la vorágine vivida para terminar con tu recuerdo. Es más, aunque a veces yo llore a escondidas, llorar se quedó viejo e improductivo.

Dicen que nadie puede negar el saludo a los poetas, que ellos tienen mucha verdad en sus poemas. Recuerdo que había en ti un mucho de poesía. No sé si en tus sueños te hablaba Rosalía, o eras tú a ella a quien hablabas.

Breve mención de la sesión necrológica en memoria del Académico de número D. Jesús Pintor Just, acontecida el 23 de enero de 2020 en la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF). Disponible en https://www.ranf.com/sesion/solemne-sesion-necrologica-en-memoria-del-excmo-sr-d-jesus-j-pintor-just/

El Excmo. Sr. D. Antonio L. Doadrio Villarejo, presidente de la RANF abrió la sesión extraordinaria dando la palabra a los intervinientes, comenzando por la Excma. Sra. Dña. Mª Teresa Miras Portugal, Presidenta de Honor de la RANF quien habló de Jesús Pintor como como alumno, científico docente e investigador a través de su emotiva intervención titulada: “El discípulo y el maestro”; continuó la Excma. Sra. Dña. Rosa Basante Pol, académica de número de la RANF, con una emotiva exposición sobre “El académico amigo”; prosiguió el también académico de número de la RANF, Excmo. Sr. D. Antonio Rodríguez Artalejo, bajo otra perspectiva humana: “El compañero académico”. Finalmente, la Dra. Hanan Awad Alkozi nos acercó a la faceta más personal del Dr. Pintor. Clausuró el acto nuestro Presidente que, con emotivas palabras, recordó a quien también fuera su gran amigo.

También es muy recomendable la visita a una publicación del periódico “El Faro de Vigo” titulado «In Memoriam// Suso Pintor. Un vigués ilustre» cuya autora es la compañera de sus últimos años la Dra Hanan Alkozi. https://www.farodevigo.es/sociedad/2019/04/09/vigues-ilustre-15726355.html