Introducción
Debido a la disminución de la morbilidad y mortalidad de la COVID-19 a nivel global, la Organización Mundial para la Salud (OMS) manifestó hace muchos meses que estamos en un mejor momento para suponer el término de la pandemia a nivel global1,2. Sin embargo, queda evaluar el impacto de las secuelas físicas, mentales, sociales y económicas que ha dejado esta enfermedad3,4; además, en relación a las secuelas físicas, un metaanálisis reportó que el 80% de los pacientes que padecieron de COVID-19 desarrollaron secuelas que duraron varias semanas o meses, a la cual se conoce como “Long COVID”4,6,7. Esto se suma a que la prevalencia de enfermedades mentales como la depresión, ansiedad y la estigmatización a las personas con Long COVID incrementaron considerablemente a nivel mundial e, inclusive, en nuestro país8,9.
El COVID prolongado o “Long COVID” no genera una discapacidad per se, sin embargo, su efecto sobre la calidad de vida y el performance en el trabajo ha generado repercusiones negativas, como la disminución de la capacidad para desarrollar actividades cotidianas y de la productividad laboral, en las posibles mejoras en su trabajo o incluso en las adaptaciones que se tenga que hacer a su puesto o tarea10. Algunas investigaciones refieren que, el 17 % de los sobrevivientes del SARS no habían regresado a su nivel físico anterior de trabajo, ni siquiera 1 año después de la infección; mientras que el 45% debió reducir sus horas de trabajo y 22% no trabajó por su condición11,12.
El panorama descrito pone de manifiesto que debemos describir y evaluar cómo afectan dichas secuelas en personas que hayan padecido de esta enfermedad9,13. Dado que el Perú fue el país con mayor mortalidad mundial - dentro del contexto de la primera y segunda ola14,15, es importante evaluar a la población trabajadora peruana; siendo necesario un estudio base en relación a las secuelas que ha dejado la COVID-1916,17. El objetivo de la investigación fue identificar los factores asociados a las secuelas sintomáticas inmediatas del COVID-19 en trabajadores peruanos.
Material y Métodos
El diseño del estudio fue de tipo transversal analítico. Se evaluaron los factores asociados a los síntomas y signos que se generaron posterior a la enfermedad de la COVID-19; luego, fueron ajustados según el rubro laboral y otras variables socio-patológicas. La encuesta virtual se realizó en el mes de abril del año 2022.
El muestreo fue de tipo no aleatorio, ya que, se buscaba conseguir una cantidad adecuada para el cruce de cada una de las secuelas versus las características sociolaborales. Se incluyó a diversos contactos de médicos ocupacionales de diferentes sectores, y trabajadores que se encontraban activos laboralmente durante los años de pandemia y que aceptaron participar de la investigación. No hubo exclusiones, ya que, todos respondieron de forma adecuada cada una de las preguntas que se realizaron; esto se cumplió tanto las variables sociales (sexo y edad y lugar de residencia), como las variables laborales (el rubro laboral y la cantidad de horas que trabaja al día) y la única variable patológica (las características del padecimiento del COVID-19); todas ellas fueron respondidas de forma adecuada, por lo que, no motivó exclusiones.
Para el cálculo de la potencia muestral se utilizó el paquete de software estadístico Stata, que evaluó la asociación entre las variables principales (las 8 secuelas), el sexo (solo el cruce versus la pérdida de atención tuvo una potencia baja: 23%), los rubros laborales y el padecimiento del COVID-19. En donde la mayoría de cruces tuvo una potencia estadística por encima al 80%.
Para el estudio, se consideró como variables dependientes a cada una de las ocho secuelas post COVID-19. Éstas se obtuvieron según su mayor prevalencia entre los encuestados que respondieron la encuesta. Las secuelas reportadas en menor proporción no fueron tomadas en cuenta para el análisis. Las preguntas fueron de forma abierta. Luego, se categorizó y revisó por los autores del trabajo, tomándose en cuenta: la pérdida del olfato, la pérdida del gusto, el dolor de cabeza, la fatiga/cansancio, el dolor de tórax, la disminución de la atención, la caída del cabello y el dolor en las articulaciones.
Mientras tanto, las variables independientes fueron los antecedentes como, el sexo (masculino o femenino), la edad (en años cumplidos), el rubro laboral (minería, construcción, alimentación, industrial, salud, independiente y la categoría de otros rubros laborales), la cantidad de horas que laboraba al día (de forma cuantitativa) y si es que tuvo una presentación leve o severa del COVID-19 (no tuvo COVID-19, no sabe, lo tuvo y solo se trató en casa, se hospitalizó y fue internado en unidad de cuidados intensivos - UCI).
Se elaboró una data secundaria, generada a través de encuestas virtuales con el uso del “Google Forms”. El período de encuestado abarcó 2 semanas, con la participación de trabajadores durante el mes de abril del 2022. En ese contexto, se respetó el anonimato de cada encuestado, a quienes se les garantizó la confidencialidad, además, respondieron sin ningún riesgo en absoluto y se reflejó el derecho a la autonomía, a los participantes se les dio a conocer que tenían posibilidad de responder de forma libre y sin presiones. Luego de culminar la fase de encuestado, se descargó la base de datos y se procedió a la depuración y su etiquetado, es aquí donde se realizó el control de calidad de información, para luego ser exportado a un software estadístico (Stata), en donde se realizó el análisis de datos, gestión de datos y demás.
Para el análisis de datos se empezó con la descripción de las variables categóricas, esto mediante la obtención de las frecuencias y porcentajes. Luego, se analizó las variables cuantitativas (la edad y la cantidad de horas que trabajaba al día), mediante la prueba de Shapiro Wilk, con esto se determinó que se debía representarlas con la mediana y rangos intercuartílicos (por tener un comportamiento no normal).
Luego de generar la tabla descriptiva, se realizó el análisis bivariado y multivariado, esto para la obtención de los valores p, con el uso de los modelos lineales generalizados (familia Poisson, función de enlace log y modelos ajustados para varianzas robustas). Para que una variable pase del modelo bivariado al multivariado tenía que contar con un valor p<0,05, dicho valor se consideró como punto de corte para determinar la significancia estadística.
Resultados
De los 1004 trabajadores encuestados, el 52,5% (527) fueron hombres, la mediana de edades fue de 31 años (rango intercuartílico: 25-40 años). En relación con el rubro laboral, los rubros más frecuentes fueron el de minería (17,2%) y los trabajadores independientes (16,5%). Además, el 52,8% (530) tuvieron COVID-19 y no requirieron ir al hospital; es decir, se atendieron en casa. El 84,9% (852) de trabajadores residen en provincia. La mediana de horas que trabajaban al día era de 8 horas (rango intercuartílico: 8 - 10 horas). Tabla 1.
Tabla 1. Características sociales y laborales de la población encuestada.

UCI: Unidad de cuidados intensivos.
En los modelos multivariados, el haber tenido pérdida de olfato estuvo asociado al rubro industrial (p=0,008) y al de educación (p=0,028), ajustado por la presentación del COVID-19 y el sexo. Así mismo, el haber tenido pérdida de gusto estuvo asociado a los rubros independientes (p=0,005), alimentación (p=0,005) y cultura/deporte (p=,0017), ajustado por la presentación del COVID-19 y el sexo. Tabla 2.
Tabla 2. Análisis bivariado y multivariado de los factores sociolaborales asociados a la pérdida de olfato o del gusto post Covid-19 en trabajadores peruanos.

*Por día. UCI: Unidad de cuidados intensivos. NEAMF: No entró al modelo final. Los resultados muestran los valores p, obtenidos con los modelos lineales generalizados (familia Poisson, función de enlace log y modelos ajustados para varianzas robustas).
En los modelos multivariados, el haber tenido dolor de cabeza no estuvo asociado a los rubros evaluados. Así mismo, el haber tenido fatiga estuvo asociado al rubro independientes (p=0,036), construcción (p=0,001), salud (p=0,047), educación (p=0,044) y al de cultura/deporte (p=0,025); además, al haber estado en casa (p=0,020), hospitalizado (p=0,018) y ajustado por el sexo. Tabla 3.
Tabla 3. Análisis bivariado y multivariado de los factores sociolaborales asociados al dolor de cabeza y fatiga/cansancio post Covid-19 en trabajadores peruanos.

*Por día. UCI: Unidad de cuidados intensivos. NEAMF: No entró al modelo final. Los resultados muestran los valores p, obtenidos con los modelos lineales generalizados (familia Poisson, función de enlace log y modelos ajustados para varianzas robustas).
En el modelo multivariado según el haber tenido dolor de tórax, se encontró asociación al rubro alimentación (p=0,001), ajustado por cómo padeció el COVID-19 y el sexo. No se generó un modelo multivariado para el caso de disminución de la atención, ya que, en el análisis bivariado solo salió significativo para el rubro independiente (p=0,007), de salud (p=0,003) y educación (p=0,016), pero no hubo asociación con otras variables. Tabla 4.
Tabla 4. Análisis bivariado y multivariado de los factores sociolaborales asociados al dolor de tórax o disminución de la atención post Covid-19 en trabajadores peruanos.

Por día. UCI: Unidad de cuidados intensivos. NEAMF: No entró al modelo final. Los resultados muestran los valores p, obtenidos con los modelos lineales generalizados (familia Poisson, función de enlace log y modelos ajustados para varianzas robustas).
En los modelos multivariados, el haber tenido caída de cabello estuvo asociado al rubro salud (p=0,013), ajustado por la presentación del COVID-19 y el sexo. Asimismo, el haber tenido dolor en articulaciones estuvo asociado al rubro de cultura o deportes (p=0,007), construcción (p=0,034) y alimentación (p=0,014), ajustado por la presentación del COVID-19 y el sexo. Tabla 5.
Tabla 5. Análisis bivariado y multivariado de los factores sociolaborales asociados a la caída de cabello o dolor en articulaciones post Covid-19 en trabajadores de provincia en Perú.

*Por día. UCI: Unidad de cuidados intensivos. NEAMF: No entró al modelo final. Los resultados muestran los valores p, obtenidos con los modelos lineales generalizados (familia Poisson, función de enlace log y modelos ajustados para varianzas robustas).
Discusión
Los síntomas post COVID-19 en los trabajadores peruanos fueron heterogéneos, pudiendo ocasionar diversas consecuencias en las organizaciones y, por lo mismo, los equipos de salud ocupacional tuvieron que reubicar o adaptar el puesto de trabajo a las limitaciones en la capacidad física post enfermedad, esto cuando menos en los trabajadores afectados, esto en general para disminuir el riesgo/dificultad de la tarea y así evitar accidentes o que se agrave el cuadro que presentaba16,18.
Los hombres tuvieron menos pérdida de olfato, menos pérdida de gusto y menos dolores de cabeza a diferencia de las mujeres, así como, también menos fatiga, dolor de tórax, caída de cabello; en general, los hombres tuvieron menos secuelas físicas; situación similar a lo reportado por César Fernández et al., donde el número de síntomas post COVID-19 era 2,25 para las mujeres y 1,5 para los hombres19. En otro estudio realizado en Bangladesh, se evidenció que las mujeres tienen síntomas prolongados de COVID-19 con niveles más elevados de fatiga, dolor, anosmia e insomnio (mujeres=1,3% y hombres=0,3%); mientras que el género masculino presentó más casos de disnea, ageusia, tos y dolor de tórax, lo que no concuerda con nuestra investigación. Dichas diferencias podrían deberse a las características poblacionales de cada estudio20. Es más, se ha descrito que los pacientes que han sido hospitalizados por COVID-19 tienden a desarrollar síntomas persistentes, como fatiga y disnea, esto hasta 110 días posterior a la infección, siendo las mujeres las que refirieron tener más caída de cabello por el estrés durante la hospitalización3,21. En casos como estos, algunos autores señalan que se estaría dando el síndrome post COVID-19 y lo han asociado a síntomas como tos persistente, disnea de esfuerzo, alteraciones del sueño, trastornos de adaptación y cefalea, cuyo factor de riesgo era el ser del género femenino, haber tenido una recuperación prolongada y haber sufrido de COVID-19 de gravedad22. Lo que una vez más nos ratifica el hecho de que se tiene que evaluar a cada población, ya que, estas podrían presentar diferencias en la presentación de secuelas.
Algunos trabajadores tuvieron varios síntomas, por ejemplo, los del sector industrial, los trabajadores independientes, los trabajadores de construcción, los trabajadores de salud y de educación tuvieron una mayor sintomatología física. Esto podría estar influenciado por el hecho que muchos de los trabajadores de estos sectores perdieron temporalmente sus trabajos debido a las medidas de aislamiento social y cuarentena impuesta por los gobiernos, causando una gran repercusión económica que no les propiciaría un entorno seguro y exponiéndose a la COVID-19, lo que pudo estar también influido por la ausencia de medidas de protección adecuada, mayor dependencia de sus ingresos diarios (lo que los expuso a un mayor riesgo en otros trabajos u ocupaciones), el posible padecimiento de comorbilidades y otras que podrían haber empeorado una infección por el Coronavirus23. Otros estudios, asociaron la infección a la exposición al SARS-CoV-2 en el entorno del personal de salud, sea hospitalario o comunitario; sin embargo, no hace énfasis en tener un riesgo agregado solo por ser personal de salud, ya que, existe una fiabilidad en el uso de los equipos de protección personal (EPP)24,25, lo cual discreparía con lo hallado en nuestro estudio; sin embargo, en este grupo se reportó mayor número de síntomas post COVID-1926. Cabe mencionar que la realidad socio-económicas es distinta en el Perú, pues los recursos sanitarios y el acceso a EPP fueron escasos durante la pandemia, sumado a esto la extensión del horario laboral y la escasez de personal, que contribuyó a resquebrajar la salud del personal, que también ocurrió en otros países de Latinoamérica27.
Una limitación del estudio sería el sesgo de memoria, debido a que se preguntó de las secuelas que presentó posterior a la presentación del COVID-19, pudiendo darse algunas de ellas en el año 2020 u otras en el año 2021. Sin embargo, al ser un evento tan importante las repercusiones, se sabe que en este tipo de casos trascendentes las personas recuerdan con mayor detalle estos problemas que pudieron haberse presentado. Otra limitación es que algunas potencias estadísticas no superaron la barrera del 80%, por lo que, estas deben tomarse con cautela. Sin embargo, es importante lo encontrado, ya que, es el primer reporte en nuestro país que muestra las secuelas en un grupo laboral, lo que podría servir como análisis base para futuras investigaciones, que puedan reclutar mayor cantidad de encuestados, con más variables que se asocien y para conocer las secuelas actuales que aún puedan tener.
Se concluye que, la pérdida de olfato estuvo asociada al rubro industrial y al de educación. La pérdida de gusto estuvo asociada a los rubros independientes, alimentación al de cultura/deporte. El haber tenido fatiga estuvo asociado al rubro independientes, construcción, salud, educación y al de cultura/deporte. El haber tenido dolor de tórax estuvo asociado al rubro alimentación. El haber tenido caída de cabello estuvo asociado al rubro salud. El haber tenido dolor en articulaciones estuvo asociado al de cultura/deportes, construcción y alimentación. Muchas de estas secuelas estuvieron asociadas al haber sido hospitalizado o haber llegado a la unidad de cuidados intensivos y al sexo de los trabajadores.













