Introducción
La nueva epidemia por Covid-19 representa para el mundo una emergencia sanitaria de gran impacto que amenaza la vida del ser humano ocasionando gran número de muertes. En la Región de las Américas, hasta el mes de abril del 2020 se registraron 893.119 casos confirmados de Covid-19 y 42.686 defunciones con una letalidad de 4,8%. En Perú hubo 19.250 casos confirmados y 530 defunciones con 2,75% de letalidad.1 Desde su aparición, la alta contagiosidad del Covid-19 ocasionó un alarmante incremento del número de casos confirmados y muertes.2
Esta emergencia sanitaria global, representa uno de los mayores desafíos para los profesionales de enfermería como miembros del equipo de salud. La alta transmisibilidad del Covid-19 y ausencia de tratamiento definido para su control, son aspectos que afectan el bienestar psicosocial del enfermero. Como consecuencia, las emociones y pensamientos negativos pueden dañar su salud mental repercutiendo en la realización de labores relacionadas al cuidado de la salud de las personas, su capacidad de manejo situacional y la calidad de atención.3,4
Ante esta situación, garantizar los servicios de salud implica contar con adecuado abastecimiento de personal de salud, eje principal del proceso.3 Sin embargo, estudios previos han demostrado que enfermeros que se encuentran en la primera línea de atención a personas con Covid-19, presentan estrés agudo (31%), elevada ansiedad (45%), depresión (38%), burnout (29%), trastornos del sueño y apetito, desmotivación, desesperanza, agotamiento, miedo, pánico y depresión clínica.2,3,5-7
Estos datos se explican porque en los servicios de emergencia, el enfermero realiza el primer contacto con los pacientes sospechosos de Covid-19, enfrentándose a la incertidumbre de no saber si la persona es positiva. Otros aspectos relacionados al estrés son el esfuerzo emocional, sobrecarga laboral, agotamiento físico por la gravedad de los pacientes con potencial deterioro, cuidado de compañeros de trabajo con riesgo de gravedad y muerte, escasez de equipos de protección, materiales y recursos profesionales. A esto se suma el temor relacionado con el desconocimiento del manejo, evolución clínica y tratamiento de las personas infectadas, además de la consciente posibilidad de infectar a sus familiares.3
La presencia significativa de estrés, ansiedad y depresión en los enfermeros no solo afectan su salud y desempeño, sino que pueden indicar futura morbilidad psiquiátrica2, con cuadros intensos de miedo, trastornos de pánico y conducta obsesiva que influyen en el comportamiento y capacidad de tomar decisiones.8,2 Cabe mencionar que la depresión tiene mayor prevalencia en mujeres que en varones y puede ser de larga duración o recurrente, afectando considerablemente la capacidad para realizar actividades laborales, académicas y de la vida cotidiana, pudiendo incluso progresar hacia su forma más grave conduciendo al suicidio.9
En este contexto, cobra importancia toda iniciativa que contribuya a lograr que la enfermedad y el sufrimiento del paciente no interfiera en la salud psíquica y física de los enfermeros.8 Considerando que no existen publicaciones de estudios que demuestren el estado emocional de los profesionales de enfermería que se encuentran trabajando en los servicios de emergencia Covid-19 en el Perú desde que se declaró la emergencia en el mes de marzo del 2020 y que es necesario establecer un diagnóstico inicial de esta situación, surgió la necesidad de hacer una investigación que documente la ansiedad, estrés y depresión que presentan los profesionales a inicios de la pandemia. Dicha información será útil para sustentar las acciones dirigidas a salvaguardar la salud mental del profesional de enfermería y hacer un seguimiento de su evolución.
Metodología
Se realizó un estudio cuantitativo transversal, descriptivo. La población estuvo conformada por 250 enfermeros y enfermeras que trabajan en los servicios de emergencia de dos hospitales públicos peruanos de Nivel III, ubicados en Lima y Callao respectivamente. Se aplicó el muestreo no probabilístico por cuotas, tomando una cifra proporcional de enfermeros de cada hospital elegidos según su disposición para responder el cuestionario. La muestra estuvo conformada por 60 profesionales del Hospital de Lima y 66 del Hospital del Callao.
La información se recopiló a través de la Escala de Depresión, Ansiedad y Estrés (DASS-21) y un cuestionario con preguntas sociodemográficas y laborales. La escala DASS-21 ha sido ampliamente utilizada en diferentes países desde su creación por Lovibond y Lovibond en Australia en el año 1995 con el objetivo de identificar los síntomas esenciales de depresión, ansiedad y estrés.10 En el año 2017 fue validada en Perú por Polo,11 quien estableció la validez de constructo y de ítems utilizando el análisis factorial y confirmatorio de los ítems, obteniendo valores entre 0,467 y 0,662 en la dimensión depresión, entre 0,447 y 0,665 en la dimensión ansiedad y entre 0,524 a 0,656 en la dimensión estrés, considerándose validez satisfactoria. La confiabilidad se evaluó por coeficientes de alfa de Cronbach y alfa ordinal, demostrando muy buena confiabilidad en las tres dimensiones con valores de 0,844 para depresión, 0,833 para ansiedad y 0,826 para estrés.
La recolección de datos se realizó durante los primeros quince días del mes de mayo de 2020 con la encuesta virtual por medio de un formulario Google. Para garantizar que la información provenga de los profesionales de enfermería, se solicitó la colaboración de las jefe de departamento de enfermería y jefes de emergencia de cada hospital, quienes se aseguraron de compartido por un WhatsApp exclusivo para su equipo de enfermería y verificar la identidad de las participantes sin necesidad de compartir dicha identidad con las responsables de la investigación.
Para el análisis de los resultados, se consideró el puntaje de la Escala DASS-21 propuesto por Montenegro y Yumiseva,10 en su estudio con profesionales de la salud realizado en el 2016. Sumando los ítems de depresión (D:3, 5, 10, 13, 16, 17, 21), ansiedad (A:2, 4, 7, 9, 15, 19, 20) y estrés (S:1, 6, 8, 11, 12, 14, 18); se establecieron puntajes para el nivel normal (0-4 D, 0-3A y 0-7S), medio (5-6 D, 4-5A, 8-9S), moderado (7-10D, 6-7A, 10-12S), severo (11-13D, 8-9A, 13-16S) y extremadamente severo (puntajes mayores).
Para el análisis de la información se utilizó el software Spss versión 25 con estadísticos de frecuencia y porcentajes, complementados por pruebas de chi cuadrado para identificar las principales características de la muestra asociadas a depresión, ansiedad y estrés.
Resultados
El 61,9% de los participantes eran mujeres, 38,1% tenían entre 25 a 34 años y 30,2% entre 35 a 47 años; 60,3% no tenían pareja, 47,6% trabajaban en el hospital de Lima, 36,5% tenían grado de especialista en emergencias y desastres, 42,1% tenían condición laboral de nombrados, 38,9% tenían entre 1 a 5 años de servicios y 56.3% habían trabajado 6 turnos de 24 horas en el último mes a partir de haberse presentado el primer caso de Covid-19 en el país.
Los enfermeros que trabajan en el servicio de emergencia en los dos hospitales de Lima y El Callao, presentan mayores niveles de ansiedad (39,1% de los enfermeros presentan algún grado de ansiedad entre leve, moderado, severo o muy severo) que depresión (24,6% presentan algún grado de depresión). Presentan estrés en menor grado (8,8% presenta algún grado de estrés). En los grados severos y muy severos, la ansiedad ocupa el primer lugar, seguida del estrés y de la depresión donde solo se presentó un caso (ver Tabla 1).
Nivel de depresión | Nivel de ansiedad | Nivel de estrés | ||||
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n | % | n | % | n | % | |
Normal | 95 | 75,4% | 78 | 61,9% | 115 | 91,2% |
Leve | 23 | 18,2% | 22 | 17,5% | 4 | 3,2% |
Moderada | 7 | 5,6% | 15 | 11,9% | 3 | 2,4% |
Severa | 1 | 0,8% | 6 | 4,7% | 3 | 2,4% |
Muy severa | 0 | 0,0% | 5 | 4,0% | 1 | 0,8% |
Total | 126 | 100% | 126 | 100% | 126 | 100% |
Los enfermeros de mayor edad presentan mayores grados de depresión. La depresión moderada y severa no se presenta en los enfermeros de 25 a 34 años, pero si está presente en 7,9% de los de 35 a 47 años y 12,5% de los de 48 a 58 años. En cuanto al sexo, la depresión leve, moderada y severa afecta al 38,5% de las mujeres y solo a 2,1% de los varones. Así mismo, el 50% de los enfermeros que tienen entre 11 a 20 años de servicio presentan depresión leve o moderada (ver Tabla 2). Aplicando la prueba de chi cuadrado, existe asociación entre edad, sexo, años de servicio y grado de depresión (p<0.05).
Depresión | Edad (sig 0.034) | Sexo (sig 0.000) | Años de servicio (sig 0.015) | |||||||
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25-34 | 35-47 | 48-58 | femenino | masculino | 1-5 | 6-10 | 11-20 | 21-+ | ||
Normal | n | 44 | 25 | 26 | 48 | 47 | 42 | 20 | 14 | 19 |
% | 91,7 | 65,8 | 65,0 | 61,5 | 97,9 | 85,7 | 80,0 | 50,0 | 79,2 | |
Leve | n | 4 | 10 | 9 | 22 | 1 | 5 | 5 | 11 | 2 |
% | 8,3 | 26,3 | 22,5 | 28,2 | 2,1 | 10,2 | 20,0 | 39,3 | 8,3 | |
Moderada | n | 0 | 3 | 4 | 7 | 0 | 2 | 0 | 3 | 2 |
% | 0,0 | 7,9 | 10,0 | 9,0 | 0,0 | 4,1 | 0,0 | 10,7 | 8,3 | |
Severa | n | 0 | 0 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 1 |
% | 0,0 | 0,0 | 2,5 | 1,3 | 0,0 | 0,0 | 0,0 | 0,0 | 4,2 | |
Muy severa | n | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
% | 0,0 | 0,0 | 0,0 | 0,0 | 0,0% | 0,0 | 0,0 | 0,0 | 0,0 | |
Total | 48 | 38 | 40 | 78 | 48 | 49 | 25 | 28 | 24 |
La ansiedad leve, moderada, severa y muy severa, es mayor en las edades de 35 a 47 años (55,3% de ellos), además que 57,7% de mujeres presenta algún grado de ansiedad en comparación del 6,2% de hombres afectados. Así mismo, aunque en ambos hospitales existen enfermeros con algún grado de ansiedad similar, en el hospital de Lima se encontró 8,3% de ansiedad muy severa (ver tabla 3). Aplicando la prueba de chi cuadrado, existe asociación entre edad, sexo, hospital de procedencia y grado de ansiedad en los enfermeros (p<0.05).
Ansiedad | Edad (sig 0.003) | Sexo (sig 0.000) | Hospital (sig 0.039) | |||||
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25-34 | 35-47 | 48-58 | femenino | Masculino | Lima | Callao | ||
Normal | n | 42 | 17 | 19 | 33 | 45 | 38 | 40 |
% | 87,5 | 44,7 | 47,5 | 42,3 | 93,8 | 63,3 | 60,6 | |
Leve | n | 2 | 10 | 10 | 20 | 2 | 6 | 16 |
% | 4,2 | 26,3 | 25,0 | 25,6 | 4,2 | 10,0 | 24,2 | |
Moderada | n | 2 | 7 | 6 | 15 | 0 | 7 | 8 |
% | 4,2 | 18,4 | 15,0 | 19,2 | 0,0 | 11,7 | 12,1 | |
Severa | n | 1 | 3 | 2 | 5 | 1 | 4 | 2 |
% | 2,1 | 7,9 | 5,0 | 6,4 | 2,1 | 6,7 | 3,0 | |
Muy severa | n | 1 | 1 | 3 | 5 | 0 | 5 | 0 |
% | 2,1 | 2,6 | 7,5 | 6,4 | 0,0 | 8,3 | 0,0 | |
Total | 48 | 38 | 40 | 78 | 48 | 60 | 66 |
El estrés leve se presenta en 10,5% de los profesionales de enfermería de edad media (35 a 47 años), mientras que menores porcentajes de las edades mayores y menores presentan estrés moderado y severo. Los enfermeros varones no presentaron estrés a diferencia del 14,9% de las mujeres que presentaron algún nivel de estrés leve, moderado, severo o muy severo. Por último, existe mayor estrés en los enfermeros del hospital de Lima (16,6% de estrés leve, moderado, severo y muy severo) a diferencia del hospital de El Callao (1,5% de estrés leve) (ver tabla 4). Aplicando la prueba de chi cuadrado, existe asociación entre edad, hospital de procedencia y grado de estrés en los enfermeros (p<0.05).
Estrés | Edad (sig 0.003) | Sexo (sig 0.115) | Hospital (sig 0,04) | |||||
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25-34 | 35-47 | 48-58 | femenino | masculino | Lima | Callao | ||
Normal | n | 45 | 33 | 37 | 67 | 48 | 50 | 65 |
% | 93,8 | 86,8 | 92,5 | 85,9 | 100,0 | 83,3 | 98,5 | |
Leve | n | 0 | 4 | 0 | 4 | 0 | 3 | 1 |
% | 0,0 | 10,5 | 0,0 | 5,1 | 0,0 | 5,0 | 1,5 | |
Moderado | n | 2 | 0 | 1 | 3 | 0 | 3 | 0 |
% | 4,2 | 0,0 | 2,1 | 3,8 | 0,0 | 5,0 | 0,0 | |
Severo | n | 1 | 0 | 2 | 3 | 0 | 3 | 0 |
% | 2,1 | 0,0 | 5,0 | 3,8 | 0,0 | 5,0 | 0,0 | |
Muy severo | n | 0 | 1 | 0 | 1 | 0 | 1 | 0 |
% | 0,0 | 2,6 | 0,0 | 1,3 | 0,0 | 1,7 | 0,0 | |
Total | 48 | 38 | 40 | 78 | 48 | 60 | 66 |
Discusión
Al hacer un análisis en conjunto, respecto al grado de ansiedad, estrés y depresión que presentaron los enfermeros que atendieron a pacientes con sospecha de Covid-19 en los servicios de emergencia de dos instituciones públicas peruanas ubicadas en Lima y Callao, se encontró que cerca de la mitad de enfermeros presentaron algún nivel de ansiedad, una cuarta parte depresión y en menor porcentaje estrés.
Estudios previos en el contexto de la pandemia Covid-19, muestran la misma tendencia de los enfermeros a presentar mayores casos de ansiedad seguidos de depresión, aunque en mayores porcentajes que los del caso peruano. Un estudio con enfermeros de Argentina, reveló que el 88% sufrió ansiedad y depresión.12 Otro estudio con enfermeros de Paraguay registró 88% de enfermeros con ansiedad y 73% con depresión.13 Incluso, dos meta-análisis publicados desde España mencionan que las enfermeras registraron en orden de frecuencia ansiedad, depresión y estrés.3,14 Solo un estudio realizado con el personal de salud en China encontró mayor depresión (50.4%) que ansiedad (44%).15
Al parecer, la existencia del binomio ansiedad y depresión en eventos pandémicos no es tan nueva. En años anteriores, estudios realizados durante el brote de SARS en Hong Kong6 y Taiwan16 encontraron niveles altos de depresión y ansiedad en enfermeros.
La literatura consultada señala que a consecuencia de la pandemia actual, el personal de salud puede padecer situaciones de miedo a la muerte, ansiedad; así como sentimientos de soledad, tristeza e inclusive irritabilidad, estrés y depresión.2 Además, considerando que la incertidumbre puede disminuir la capacidad de afrontamiento y adaptación del individuo, incrementando la ansiedad;17 es importante promover estrategias para prevenir la carga mental en los enfermeros que laboran en los servicios de emergencia. Estas intervenciones deberían ir dirigidas al manejo del estrés, fomento de la asertividad, comunicación asertiva, toma de decisiones y uso de la tecnología.18
En consecuencia, se puede afirmar que la emergencia sanitaria actual caracterizada por la elevada contagiosidad del virus, acompañada de alta mortalidad y ausencia de un tratamiento definido; ocasiona sintomatología de salud mental en los enfermeros que laboran en los servicios de emergencia. Los factores que agravan esta situación serían largas horas de trabajo intenso, temor a la contaminación, limitaciones del sistema de salud y convivir con los pacientes críticos en circunstancias donde los sentimientos se ven acentuados por un proceso de fatiga, incertidumbre, sobrecarga y riesgo laboral. La convergencia de estos estresores platean la necesidad de utilizar mecanismos de defensa consientes para que la enfermedad y el sufrimiento del otro no interfieran en la salud psíquica y física de los enfermeros.
Se estableció asociación significativa entre depresión, edad mayor de 48 años, sexo femenino y tiempo de servicio institucional mayor de 11 años. Los resultados respecto al género coinciden con estudios realizados en Paraguay13 y China,15,19 donde respectivamente 71%, 50% y 59% de enfermeras mujeres presentaron depresión (leve, modera y severa). De igual forma, un estudio realizado en España3 reveló que las mujeres tienen mayor riesgo de depresión. No se encontraron resultados que contradigan estos hallazgos, posiblemente porque los profesionales de enfermería están conformados por mayor población femenina.
Respecto a la asociación edad-depresión en enfermeros durante la pandemia, no se encontraron estudios previos con resultados similares. Por el contrario, estudios realizados en Paraguay13 y China19 registraron que el 62% y 30% de enfermeros jóvenes presentaron depresión moderada a severa; similar característica es reportada en un meta-análisis realizado desde España.3 Probablemente, los profesionales de mayor edad presentan mayor depresión, porque las fuentes oficiales señalan a la población adulta mayor con alto riesgo de morir a causa de la Covid-19. Un hecho que podría explicar estas diferencias es que en los dos servicios de emergencia peruanos elegidos para el estudio, la mayoría de enfermeras son adultas maduras por considerarse personal con competencia y experticia. Sin embargo, a la luz de los hallazgos, surge la disyuntiva entre contar con personal de mayor experiencia para atender casos complejos, pero que tiene mayor riesgo de contagiarse y complicarse; o contar con personal joven de menor experticia, pero mayor resistencia física y emocional.
Al analizar la asociación entre depresión y tiempo de servicio en enfermeros que atienden pacientes en servicios Covid-19, un estudio realizado en China reveló resultados similares mencionado que el 33% de enfermeros con más de 10 años de trabajo registraron depresión.20 También en otros brotes similares como la epidemia de SARS en Hong Kong, se encontró que las enfermeras entre las edades de 30 a 50 años presentaron depresión moderada y alta.16 Otro estudio realizado en China encontró resultados que difieren, sin embargo, esta diferencia estaría atribuida a que en dicho estudio el 71,5% de enfermeras tenían títulos juniors con pocos años de experiencia laboral y presentaron depresión severa.15
El último informe mundial 2020 de la OMS respecto a salud mental, refiere que la depresión afecta con mayor frecuencia a las mujeres y las edades comprendidas entre 55 y 74 años, señalando que el personal de salud, debido a la naturaleza de su trabajo, tiene mayor riesgo de sufrir trastornos mentales.21
En consecuencia, podría plantearse que la presencia de mayores niveles de depresión en enfermeras mujeres y de edad madura es un reflejo de la situación mundial que se agrava ante la naturaleza del trabajo en situación de crisis por la pandemia, el mayor tiempo de exposición a los factores estresantes y el propio desgaste profesional.
En el presente estudio se halló asociación entre ansiedad y sexo femenino, edad de 35 a 47 años y lugar de trabajo expresado en mayor ansiedad de parte de los profesionales de Lima. Respecto a estas tres relaciones, existen 3 resultados similares de estudios realizados en China durante la pandemia Covid-19, que indican que 55,72%, 54% y 26,88% de las enfermeras registraron ansiedad.15,19,22 En este mismo contexto, estudios realizados con enfermeros de Paraguay13 y Argentina12 revelaron niveles de ansiedad en el 89% y 64% respectivamente a predominio en mujeres. Otro estudio realizado durante el brote del SARS en Hong Kong, señala que el 89% de los trabajadores de salud, incluyendo enfermeras, presentaron síntomas psicológicos de ansiedad 23
Solo los estudios de Paraguay13 y Argentina12 muestran análisis según edad, indicando ansiedad en enfermeros menores de 30 años, resultado que difiere de lo encontrado en el presente estudio.
Por otro lado, desde un análisis contextual, se puede decir que los enfermeros de Lima presentaron mayor ansiedad que los enfermeros del Callao debido a que la demanda de pacientes es mayor en la capital de la república y la proporción de enfermeras es menor.
Pese a todo, es importante destacar que la ansiedad no es una reacción negativa o necesariamente patológica, sino que facilita el afrontamiento rápido.
Por último, en el presente estudio se estableció asociación significativa entre estrés, sexo femenino, edad y ubicación del hospital, presentándose con mayor frecuencia en enfermeros de Lima. Un estudio realizado en Paraguay13 y dos de China20,22 señalan que el 27%, 44,30% y 31.6% de las enfermeras mujeres registraron stress en sus diversos grados. Los meta-análisis realizados en España3,14 confirman que las enfermeras tienen niveles altos de stress. No se encontraron antecedentes que hayan asociado stress, edad y ubicación de los hospitales.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática del Perú, la población femenina de Lima es mayor24 y según el MINSA25 el número total de enfermeros en el Perú es de 33,184; la mayoría son mujeres y residen en Lima. Este hecho podría explicar la relación sexo femenino y estrés.
La pandemia por Covid-19 no solo repercute en la salud física, también ha ocasionado el incremento de problemas de salud mental, especialmente en los profesionales de enfermería que se han visto expuestos a situaciones laborales muy complicadas sumadas al abarrotamiento de ansiedad y estrés vividos en los servicios de emergencia.
En situaciones como esta, es necesario utilizar los recursos personales de adaptación y transformación para enfrentarla de forma resiliente, de modo que los enfermeros desarrollen las fortalezas propias y capacidad de afrontamiento, disminuyendo la vulnerabilidad profesional y preservando la calidad de los cuidados.26
Los enfermeros emergencistas cuentan con mayores recursos para buscar el equilibrio emocional debido a su experiencia con situaciones estresantes. Esta pandemia debiera significar una lección para seguir trabajando sus capacidades de afrontamiento, de modo que los sucesivos eventos no deseados los encuentren mejores preparados.
Conclusiones
Los enfermeros del servicio de emergencia que atendieron a los pacientes sospechosos por Covid-19 en dos hospitales públicos peruanos ubicados en Lima y El Callao, presentaron algún grado de ansiedad, seguida de depresión y en menor porcentaje estrés.
El sexo femenino está asociado a las tres condiciones estudiadas. Otras características asociadas a alguna condición son: edad, años de servicio y ubicación del hospital.
Es necesario en los gestores en enfermería identifiquen y establezcan estrategias de cuidado al cuidador, en el aspecto de salud mental, a fin de proteger sus capacidades para responder ante este periodo prolongado de pandemia Covid-19.
Hace falta generar mayor evidencia comparativa por regiones, establecimientos, periodos de tiempo y grupos profesionales, así como el análisis de los factores protectores y agravantes de la salud mental.