Introducción
En los últimos años, el profesorado universitario de varias asignaturas del ámbito de ciencias de la salud ha percibido una disminución de la asistencia del alumnado a las clases de teoría, y el absentismo se incrementa a medida que avanza el curso. Dicha observación también ha sido descrita en estudios realizados en otros ámbitos y facultades [1-5].
La percepción general del profesorado es que el alumnado que asiste a las clases teóricas acaba siguiendo mejor la asignatura, realizando todas las actividades y alcanzando mejores puntuaciones en las pruebas que el alumnado que no asiste a clase. Además, existen numerosos estudios que demuestran que la asistencia es un factor importante para el aprendizaje y para conseguir mejores resultados académicos [6-13] no sólo porque posibilita la transmisión de información y conocimientos, sino porque también acerca al estudiante a otros recursos, relaciones contextuales y orientaciones que quizá no tendría fuera del aula.
Con estos antecedentes, en este estudio se propuso analizar las causas específicas de absentismo de nuestro alumnado y cuál es su percepción sobre las clases de teoría. Por otro lado, se replantearon las clases presenciales teniendo en cuenta las bases de la neurobiología del aprendizaje [14,15] e introduciendo varias metodologías docentes en el aula (por ejemplo, team-based learning, gamificación y aprendizaje entre iguales) para que las clases fueran atractivas y favorecieran la consolidación del aprendizaje. También se planteó un nuevo sistema de evaluación que incluía pequeñas actividades evaluables en algunas clases de teoría para impulsar la asistencia del alumnado. Finalmente, se analizó cómo estas estrategias influían en la asistencia y en el rendimiento académico del alumnado.
Material y métodos
Participantes
El estudio se desarrolló de forma gradual durante los cursos 2021-22 y 2022-23 en las asignaturas de Fisiología, Bioquímica y Biofísica que se imparten en el primer curso del grado de Podología en la Universitat de Barcelona. El número de estudiantes matriculado por curso fue 80 y 78, respectivamente.
En cuanto al profesorado, participaron tres profesoras, una para cada materia.
Estrategia docente
Se abordaron dos aspectos para favorecer la asistencia del alumnado a las clases teóricas: la estructura de las clases y el sistema de evaluación.
En relación con el formato de clases, se sustituyó la clase magistral por un formato de bloques que alternaban la transmisión de información por parte del profesorado con bloques de participación activa del alumnado. Cada clase estaba estructurada en dos o tres bloques en función del tema (Fig. 1). Este formato se implantó en el 50% de las clases de teoría.
Para la evaluación continuada se consideraron las notas obtenidas en las actividades de evaluación realizadas en clase (6-10 actividades) y la nota de la prueba final. Para optar a realizar la prueba final obligatoria era un requisito haber realizado un 75% de las actividades de evaluación. En el cálculo de la nota final también se incluyeron las notas de prácticas y seminarios. La contribución de cada ítem a la nota final fue ligeramente diferente según el criterio del profesorado (Fig. 2).
Control de asistencia
El diseño de las clases de teoría permitió controlar la asistencia del alumnado de formas distintas: mediante las actividades que entregaban, mediante el registro en línea con la aplicación Socrative cuando se realizaban test en línea o mediante recuento realizado por el profesorado durante los bloques de trabajo colaborativo.
Obtención de datos
El primer día de clase, el alumnado rellenó una encuesta sobre su formación previa, su vía de acceso a la universidad, sus preferencias sobre las clases presenciales y su valoración de la importancia de asistir a clase para el aprendizaje.
El día de la prueba de síntesis (último día del curso), el alumnado rellenó una encuesta anónima para valorar cuantitativamente (con notas del 0 al 10) el formato y aprovechamiento de las clases teóricas, y la importancia de la asistencia. Por otro lado, se preguntaba el porcentaje de asistencia que había tenido cada alumno durante el curso y los motivos de su absentismo.
Se recogieron las notas de todas las actividades del alumnado y la puntuación obtenida en la prueba final de cada materia.
Las valoraciones del profesorado en cuanto a horas de dedicación, relación con el alumnado y dinámica de clase se cuantificaron mediante una rúbrica de evaluación.
Análisis de datos
En la mayoría de los análisis se estudian conjuntamente los datos de los cursos 2021-22 y 2022-23. Para la comparación de medias se ha usado la prueba estadística t de Student para muestras independientes, one-way ANOVA si se comparaban más de dos grupos, o Man-Whitney y Kruskal-Wallis, respectivamente, en los casos no paramétricos. Los estudios de correlación de Spearman se realizaron considerando conjuntamente todos los datos de las tres materias. El nivel de significación estadística se definió para dos colas, p < 0,05, p < 0,01 y p < 0,001.
Resultados
Características del alumnado
El alumnado de primero de Podología se puede definir como diverso tanto en relación con los conocimientos previos al acceso a la universidad como con su grado de motivación. En la encuesta realizada el primer día de clase, se constató que la mayoría del alumnado accede a la universidad después de haber cursado el bachillerato científico (59%) o un ciclo formativo de grado superior (39%). Por otro lado, no todo el alumnado eligió el grado de Podología como primera opción, sino que aproximadamente un 55% del alumnado quería acceder a otros grados del área de ciencias de la salud.
Asistencia a clase
En la encuesta inicial se preguntó si asistir a clase es importante para seguir el curso y la respuesta que eligió el 93% del alumnado fue que 'se sigue mejor el curso si se asiste a clase'. En la encuesta final se preguntó sobre la importancia de asistir a clase y el 50% del alumnado consideró que asistir a clase ayuda al aprendizaje; el 48%, que asistir a clase es muy importante para el aprendizaje; y el 2%, que no hace falta asistir a clase para aprender.
Analizando los datos generales, se observó que la asistencia tendió a disminuir a lo largo del curso (Fig. 3a). El valor promedio de asistencia fue aproximadamente del 80% del alumnado matriculado, con un valor mínimo del 48,3% registrado el último día de clase del curso 2022-23 y un valor máximo del 96,1% registrado en una clase en formato team based learning del curso 2021-22.
Cuando el alumnado valoró su grado de asistencia a clase en la encuesta de final de curso, el 70% del alumnado eligió la opción 75-100% de asistencia a clases de teoría (Fig. 3b).
Causas de absentismo
En la encuesta final se dio a elegir al alumnado entre cuatro opciones para definir por Qué motivo no había asistido a clase. Los porcentajes fueron similares en los dos cursos estudiados, con lo que se presenta el valor promedio para simplificar. La opción más votada, con un 34,5% de los votos, fue 'aprovechar el tiempo para estudiar otras asignaturas', seguida de 'por motivos de salud' (27,4%), 'por motivos laborales' (25,5%) y 'por otros motivos' (22,8%).
Valoración del alumnado sobre la estrategia docente
En la encuesta inicial se preguntó al alumnado que eligiera el formato de clase que más le interesaría. El 64,3% del alumnado elegiría una clase donde el profesor explicara y hubiera tiempo para hacer actividades y ejercicios. El 26% preferiría clases para resolver problemas o casos en grupos de alumnos con una pequeña supervisión del profesorado. El 9,7% escogió clases magistrales.
En la encuesta final, el alumnado puntuó su opinión sobre las clases de teoría con una nota del 0 al 10. En la figura 4a se muestra el gráfico con la puntuación media con que un mismo alumno ha valorado las clases de teoría de las tres materias. Las clases del curso 2022-23 han obtenido una mejor puntuación, con una nota media de 8,5 (±0,9 de desviación estándar).
El sistema de evaluación también fue puntuado con una nota del 0 al 10 en la encuesta final. En los dos cursos analizados, el sistema de evaluación obtuvo una puntuación alrededor de 8 puntos, con notas mínimas de 5 puntos y máximas de 10 (Fig. 4b).
Aprovechamiento de las clases e influencia en el rendimiento académico del alumnado
Se midió el aprovechamiento de las clases de teoría con las notas obtenidas en las actividades de evaluación realizadas. En general, el aprovechamiento de las clases es notable, con notas que oscilan entre el 0,5 y el 10 en la asignatura de Fisiología, entre el 5 y el 9 en la de Bioquímica, y entre el 3 y el 10 en la de Biofísica (Fig. 5a).
Se compararon las notas de las pruebas finales de las materias de los cursos 2021-22 y 2022-23 con las notas de cursos anteriores para valorar si esta estrategia docente ha incidido sobre el rendimiento académico del alumnado (Fig. 5b). En el caso de Fisiología, se observó una disminución de las notas. En cambio, en Bioquímica se observó un descenso en el curso 2021-22, pero un aumento en el curso 2022-23, de las notas en comparación con los cursos anteriores. En el caso de Biofísica, los resultados fueron parecidos en todos los cursos.
Al valorar si existía correlación entre el porcentaje de asistencia y el rendimiento académico, no se detectó ninguna tendencia (r = 0,007; p = 0,95).
Valoración del alumnado y del profesorado
La valoración del profesorado ha sido unánime en manifestar que llevar a cabo este proyecto ha supuesto un gran augmento de dedicación horaria a la docencia. En primer lugar, se han tenido que adaptar y rediseñar muchas clases de teoría, además de preparar actividades que se han tenido que calificar, dar feedback al alumnado, etc.
Aunque las encuestas de los alumnos valoraron muy positivamente tanto el formato de las clases como la evaluación y la actuación del profesorado en estas materias, la percepción del profesorado no fue tan favorable al ver que las notas de las evaluaciones finales no mejoraban respecto a cursos anteriores. No obstante, el 66% del profesorado percibió una mejora en la dinámica en el aula y el 100% considera que el formato de clases permitió una mayor personalización de la enseñanza y un mejor seguimiento del alumnado.
Discusión
En las últimas décadas se ha percibido un descenso de la asistencia en las clases teóricas en muchos centros universitarios de todo el mundo, generándose un gran debate sobre la adecuación de las clases magistrales a las características y necesidades del alumnado actual [1,16]. Antes de la existencia de Internet, el profesorado universitario era crucial como vía de transmisión de información y conocimiento al alumnado. Actualmente, en cambio, el alumnado tiene acceso a la información, así como a bibliografía especializada con un clic en cualquier lugar donde haya conexión a Internet.
Con estos antecedentes surgen varias preguntas a las que este estudio ha intentado dar respuesta en el contexto del alumnado de primer curso del grado de Podología en la Universitat de Barcelona. En primer lugar, en el marco actual, ¿el alumnado percibe que es importante ir a clase para su aprendizaje? La respuesta mayoritaria de nuestro alumnado es que sí. Estos resultados son parecidos a los descritos en el estudio de Billings-Gagliardi y Mazor [17], en el que demuestran la predisposición del alumnado a asistir a clase y que tomará la decisión de ir independientemente de la disponibilidad de materiales electrónicos si percibe que la lección que recibirá en clase contribuye a su aprendizaje.
¿Qué tipo de clase espera el alumnado? Las opciones más votadas fueron formatos activos de clase, con parte de explicación del profesorado, pero también con actividades/ejercicios o con resolución de casos en grupos. La neurociencia del aprendizaje y varios estudios recomiendan que el alumno tenga un papel activo durante su asistencia a clase para consolidar los conocimientos [14,18-20]. Mantener la atención del estudiante durante los 50 minutos de clase es un reto para el profesorado, pero combinar varias estrategias pedagógicas en una clase es beneficioso para dar dinamismo y mantener el interés del alumnado durante más tiempo [14,21]. Este formato fue bien recibido por nuestro alumnado, que valoró positivamente las clases de teoría recibidas, con una puntuación alrededor de 8, sin ningún suspenso.
Como otra forma de alentar la asistencia a las clases teóricas, en este estudio se introdujeron actividades de evaluación en clase como se había sugerido anteriormente en otros estudios [7]. El alumnado tenía que realizar un mínimo de actividades de evaluación (75%) para poder presentarse a la prueba final de la asignatura. El alumnado valoró positivamente este sistema de evaluación, con una nota media de 8. Aunque en principio la asistencia a clase no era obligatoria, seguir la evaluación continuada implicaba asistir a un número mínimo de clases para satisfacer los criterios de evaluación. Se ha debatido en la bibliografía sobre la conveniencia de hacer las clases obligatorias o no. Con la observación de nuestro alumnado y algunos estudios de la bibliografía [22-24], podemos concluir que tener alumnos por obligación en el aula no tiene un efecto positivo en la dinámica de clase y, si el alumnado no está motivado, tampoco aprovecha la clase. En esta misma línea, existen estudios que concluyen que hacer las clases obligatorias reduce el absentismo, pero no hay evidencias de que implique un mayor rendimiento [1].
La asistencia de nuestro alumnado a las clases teóricas fue del 70-90, aunque se observó una ligera disminución a lo largo del curso, con un mínimo de asistencia del 48,3%. En los párrafos anteriores se han comentado factores que deberían explicar esta elevada asistencia: nuestro alumnado ha manifestado que es importante ir a clase, que está satisfecho con el formato de las clases de teoría y tiene un sistema de evaluación que requiere hacer actividades de evaluación en clase. El hecho de que existieran actividades de evaluación en las clases de teoría probablemente influye en que los niveles de asistencia registrados en nuestro estudio fueran elevados en comparación con otros estudios con clases no obligatorias, que registraron asistencias medias del 25% [12], el 36% [3] o el 39% [2]. En cambio, existe el estudio de Irwin et al con la mayoría de las clases no obligatorias que menciona una asistencia media del 80%, probablemente porque se trata de un estudio con estudiantes de máster, quienes deben tener una mayor motivación [11].
Conocer las causas del absentismo de nuestro alumnado es importante para conocer cuál es su realidad y poder ajustar las futuras estrategias docentes a sus necesidades. La causa mayoritaria que comunicó el alumnado fue dedicar el tiempo a estudiar otras asignaturas. Se trata de un tipo de absentismo voluntario [1], en el cual el alumnado conscientemente elige destinar el tiempo de clase a realizar otras actividades que debe considerar prioritarias. A medida que avanza el curso va incrementando la carga de trabajo del alumnado, con solapamiento de trabajos y pruebas de varias asignaturas. Este hecho podría explicar el descenso de asistencia observado en nuestro estudio a lo largo del curso y que también se ha descrito en otros trabajos [1,4,5,8,25]. Las siguientes causas de absentismo que indicó nuestro alumnado fueron causas involuntarias: motivos de trabajo y motivos de salud, los cuales son motivos de absentismo frecuentemente descritos en otros estudios [1,4,5,11,25]. Ninguno de nuestros estudiantes eligió la opción de que asistir a clase era una pérdida de tiempo, pero sí que un 22,8% eligió 'otros motivos', sin especificar cuáles. Buscando en la bibliografía, algunos de estos motivos podrían ser que el alumnado considera las clases aburridas o poco útiles [1,2,5], aunque valoró con un notable las clases de teoría recibidas. Otra opción es que el alumnado dispone de varios recursos en línea y material de compañeros de cursos anteriores, por lo que no requiere ir a clase para conseguir información [2,3,6,7,25]. También se han mencionado motivos logísticos [2,5], como el transporte, los horarios de clase o la conciliación familiar, así como motivos relacionados con la calidad del profesor y del contenido de la clase [1,5,7,24,25].
Finalmente, fue interesante valorar si la estrategia docente repercutió en el rendimiento académico del alumnado. No se observaron mejoras significativas claras de las puntuaciones obtenidas en las pruebas finales en comparación con las notas de cursos anteriores, ni una correlación entre asistencia y éxito académico. Contrariamente, existen numerosos estudios que describen que existe una correlación entre ambas variables [1,6,8-11,26]. Pero también existen estudios que describen que no existe correlación, justificándolo con que el alumnado dispone de material en línea de calidad que le permite estudiar por su cuenta y alcanzar buenos resultados académicos [2,12,27]. En nuestro estudio, la falta de correlación podría deberse a que la estrategia docente convierte las clases voluntarias en casi obligatorias, promoviendo una asistencia elevada en el aula, pero con estudiantes heterogéneos. El alumnado de primer curso de Podología es muy diverso en sus conocimientos previos (casi la mitad no ha cursado bachillerato) y en su motivación (casi la mitad no ha elegido la carrera como primera opción). Existe debate en la bibliografía sobre si la motivación, más que la asistencia, es un factor crucial para conseguir buenos resultados académicos [25].
Tanto el alumnado como el profesorado implicado en este estudio hacen una valoración positiva de la experiencia. Promover la asistencia del alumnado e impartir clases con metodologías activas ha favorecido que haya incrementado la interacción entre profesorado y alumnado [9,14,21]. No obstante, el profesorado ha experimentado un incremento de la carga docente, sobre todo debida al sistema de evaluación elegido, con múltiples actividades evaluativas que preparar y corregir.
En conclusión, los resultados de este estudio han permitido identificar las causas de absentismo de nuestro alumnado, y detectar los puntos fuertes y débiles de esta estrategia docente de cara a su futura aplicación. Así, eliminaríamos la obligatoriedad de asistir a clase y las actividades de clase dejarían de ser de evaluación, lo que comportaría una disminución de la carga docente del profesorado. Se mantendría el formato de clases teóricas por bloques, con la inclusión de metodologías activas de enseñanza que han sido bien valoradas por el alumnado y permiten un aprendizaje más significativo a la vez que favorecen una mayor interacción entre alumnado y profesorado. En definitiva, consideramos que esta estrategia docente se ajusta a las necesidades actuales del alumnado y puede suponer un aliciente para asistir a clase y disminuir el absentismo.